Senado Seguridad Pública

Senado - Seguridad Pública - 4 de noviembre de 2025

4 de noviembre de 2025
14:00
Duración: 1h 38m

Contexto de la sesión

1.- Bol.N° 17879-25 Continuar el estudio del proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que crea el Sistema Nacional de Protección Ciudadana y modifica los cuerpos legales que indica. A este asunto han sido invitados la Ministra de Salud, señora Ximena Aguilera; el Subsecretario de Redes Asistenciales, señor Bernardo Martorell; el General Director de Carabineros de Chile, General señor Marcelo Araya; el Director General de la Policía de Investigaciones de Chile, señor Eduardo Cerna, y el Presidente de la Junta Nacional de Cuerpos de Bomberos de Chile, señor Juan Carlos Field.

Vista pública limitada

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Pantalla azul, por favor. En nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión. Señor Secretario. Muchas gracias, señor Presidente. En materia de Cuenta, se han recibido los siguientes documentos. Se ha hecho presente urgencia calificada de suma, con fecha 27 de octubre, al proyecto de ley que crea el Sistema Nacional de Protección Ciudadana y modifica los cuerpos legales que indica. Asimismo, con esa misma fecha, la Sala acordó autorizar a la Comisión de Seguridad Pública para discutir, en general y en particular, el proyecto de ley que crea el Sistema Nacional de Protección Ciudadana y modifica los cuerpos legales que indica, con ocasión del trámite reglamentario de primer informe, que es el que tenemos hoy en tabla. Por último, se ha recibido una solicitud del señor Kuler, funcionario político de la Embajada de Estados Unidos, encargado de temas de derechos humanos, migración y política del Congreso, con el objetivo de sostener una breve reunión con la Comisión o con algún miembro de ella. El correo electrónico remitido por la Embajada fue enviado a los correos de vuestras señorías, a fin de que adopten la resolución que estimen. Eso es todo en la Cuenta, señor Presidente. Gracias, señor Secretario. ¿Varios? ¿Alguna inquietud? Sí, senador. Muchas gracias, Presidente. Solo reconocer el esfuerzo de la Comisión de sesionar el día de ayer en Talca; a la Secretaría, que viajó con todos los elementos; y a todos quienes estuvieron presentes. Eso demuestra la voluntad de trabajar. Se hizo no solo en Arica, también en Talca, y eso ayuda a que la Comisión exprese, reciba y escuche la opinión local. Solo quería dejar planteado el punto, Presidente; creo que es muy bueno. Son medidas prácticas que se pueden mantener incluso más adelante. Gracias, senador. Bueno, primero, agradecer a los invitados que han venido, algunos en representación: del Ministerio de Salud, el jefe del Departamento de Red de Urgencia y Gestión Hospitalaria, señor Roberto Aranea; de Carabineros de Chile, el director de Tecnología de la Información y las Comunicaciones, general señor Enrique Villarroel; el jefe de Gabinete, coronel José Riffo; y el jefe del Centro de Análisis y Operaciones de Drogas e Investigación Criminal, capitán Marco Cancino. De la Policía de Investigaciones, el jefe de Jurídica, prefecto inspector señor Daniel Solís; la comisaria señora Andrea Lavín; y el profesional señor Gonzalo Rabanal. De la Junta Nacional del Cuerpo de Bomberos de Chile, el abogado don Fernando Recio y el punto focal operativo nacional, señor Diego Carueso. Se han excusado la ministra y el subsecretario de Salud; el general director de Carabineros; el director general de la PDI; y el presidente de la Junta Nacional de Bomberos. A todos les doy la bienvenida, porque hoy trataremos este asunto en audiencia, para conocer sus opiniones sobre el proyecto de ley. En honor al tiempo, a cada uno —Ministerio de Salud, Carabineros, Policía de Investigaciones y Junta Nacional del Cuerpo de Bomberos— se le concederán entre 10 y 15 minutos, para luego recoger consultas de los señores senadores. Nosotros vamos a seguir recibiendo audiencias para este proyecto, conforme a lo acordado.
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Lo importante es sugerir a quiénes podemos invitar, desde las mismas organizaciones vinculadas a la sociedad civil y otras entidades, para que nos aporten sobre este proyecto de ley en primer trámite constitucional que crea el Sistema Nacional de Protección Ciudadana y modifica los cuerpos legales que indica el Boletín 17.879-25. En primer lugar, le vamos a dar la palabra... Ah, Subsecretaria de Prevención, no la había visto. Subsecretaria, bienvenida. Es un placer poder compartir con usted en este tema tan importante. ¿Prefiere intervenir al final, Subsecretaria? —Sí. —Muy bien. Entonces, vamos a ceder la palabra al Jefe del Departamento de Red de Urgencias y Gestión Hospitalaria, señor Roberto Araneda. Tiene la palabra usted. Muchas gracias, senador. Muy buenos días a todas y todos, y gracias por su presencia. Tengo una presentación muy breve. Está en las carpetas; no sé si se proyectará o la voy comentando. Perfecto. Primero, para dar contexto: el Servicio de Atención Médica de Urgencia, SAMU, desde el punto de vista del Ministerio de Salud, constituye la puerta de entrada a la red de urgencias cuando hay una situación de emergencia en todo el territorio nacional. Este sistema de emergencia, también conocido como SAMU o Rescate Prehospitalario Nacional, brinda la atención y articula la red de urgencias, tanto en la atención primaria como en la atención hospitalaria propiamente tal. Permite atender un sinnúmero de patologías o situaciones dadas por traumatismos o por enfermedades médicas de inicio abrupto, que eventualmente pueden tener un desenlace relevante y, por lo tanto, muchas de ellas son consideradas patologías tiempo-dependientes. En ese sentido, el SAMU siempre ha participado desde el punto de vista del ABC de la emergencia. De hecho, existe el Decreto N° 50, que establece el marco de relación con los actores de la emergencia propiamente tal. A nivel país, el SAMU cuenta con cerca de 3.500 funcionarios, aproximadamente 320 ambulancias y 24 centros reguladores, prácticamente uno por cada servicio de salud, excepto en la Región Metropolitana, donde existe un solo SAMU que se articula con los otros servicios de salud de la región. El SAMU depende de cada uno de los servicios de salud. Inicialmente, hace muchos años, dependía del Hospital de Urgencia Asistencia Pública (Posta Central), pero posteriormente pasó a depender de los servicios de salud, tránsito que ha permitido fortalecer la gobernanza y mejorar la gestión operativa de las ambulancias. En la presentación que ustedes tienen a la vista aparecen los centros reguladores en cada uno de los servicios de salud en sus respectivas regiones, así como la flota de ambulancias distribuida a nivel nacional y las bases operativas. Para que el SAMU funcione, para que una ambulancia opere, se requiere de un ente articulador, el “cerebro”, que es el que recibe la llamada por parte del número de emergencias.
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Al llamar al número único nacional 131, la llamada es procesada en el centro regulador y, en función de la emergencia, se destina el tipo de ambulancia de rescate correspondiente. En nuestro país contamos con un modelo similar a los estándares internacionales, que distingue entre rescate avanzado y rescate básico. Es decir, las patologías graves son atendidas por profesionales formados y preparados, mientras que las de menor gravedad son atendidas por equipos con habilidades y competencias acordes, aunque con un menor nivel de injerencia en acciones médicas. En una de las láminas se presenta el proceso de atención prehospitalaria, que se inicia con la llamada al 131. Esta llamada ingresa a través de los call takers u operadores, funcionarios entrenados para detectar patologías sensibles o tiempo dependientes. En base a ello, se realiza la categorización para establecer el nivel de gravedad y, posteriormente, la regulación profesional o médica que define la mejor respuesta disponible para esa necesidad. Se envía la ambulancia, la cual puede atender en vía pública, en el domicilio del usuario, efectuar traslados entre distintos dispositivos de la red de urgencia —tanto pública como privada— y, finalmente, concretar la entrega, si corresponde, en un establecimiento de la red de salud público o privado. La lámina siguiente aborda el nivel de atención y el nivel de servicio de los centros reguladores. Esto es relevante porque todo call center de emergencia a nivel internacional se rige por estándares, provistos por NENA, que definen ambos indicadores. El nivel de atención corresponde al porcentaje de llamadas contestadas; por ejemplo, si ingresan 100 y se contestan 80, el nivel de atención es 80%. El nivel de servicio es el porcentaje de llamadas que cumplen un estándar temporal: en los centros de emergencia, contestar antes de 10 segundos, o lo que el usuario percibe como antes de 3 o 4 tonos. Esto es crucial, pues se ha demostrado que, cuando el tiempo de respuesta supera los 20 segundos, muchas personas desisten de la llamada y cuelgan. Por ello, se debe capturar la llamada con un nivel de servicio cercano o inferior a los 10 segundos. En la imagen con los niveles de atención y servicio de los centros reguladores se observa que, en general, el nivel de atención de los SAMU a nivel nacional supera el 80%, dentro de los estándares internacionales. El nivel de servicio fluctúa entre 75% y 90%. Esta variación obedece, principalmente, al volumen de llamados que ingresan a los distintos centros reguladores y a la disponibilidad de call takers. A nivel internacional, un nivel de servicio superior al 75% se considera adecuado para sostener un sistema de emergencias. Finalmente, entre los indicadores de gestión prehospitalaria, el nivel de atención es el más importante, pues garantiza que la ciudadanía efectivamente obtenga respuesta al estar cursando una urgencia. El otro indicador clave es la oportunidad de respuesta: que se conteste, que se atienda y que seamos capaces de entregar la mejor respuesta disponible. Eso, en términos generales, describe el Sistema de Atención Médica de Urgencias, SAMU. Lo que haremos a continuación es que las señoras y los señores senadores tomarán nota de las exposiciones y, posteriormente, realizaremos una ronda de...
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De preguntas para todos. Ahora le vamos a ofrecer la palabra al Director de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, general Enrique Villarroel. Tiene la palabra, general. Señor Presidente, buenas tardes. Por su intermedio, un saludo a todas las senadoras aquí presentes, autoridades gubernamentales y jefes de servicio que comparten este propósito de la emergencia general. Como Carabineros, estamos abocados a revisar el contexto del mensaje presidencial que fue hecho llegar por correo. Si nos transportamos a la historia, tuvimos la oportunidad de aportar datos relacionados con la infraestructura y las capacidades instaladas hacia el año 2019, cuando se produjo, no en instancias legislativas, sino más bien en instancias gubernamentales, una propuesta de número único de emergencias que posteriormente, por los eventos que todos conocemos de octubre, pasó a segundo plano. Incluso más atrás, también participamos como Carabineros en el proyecto MAULE 100, el año 2009, donde tuvo una puesta en servicio por parte de las autoridades locales y, con motivo del terremoto y posteriormente del tsunami, tampoco fue factible perseverar en el número de emergencias. Sin embargo, creemos plausible esta tercera vez en que se quiere revisar el tema del número único de emergencias, que propenda a contar con las posibilidades de interoperar entre todas las agencias del Estado. Nosotros tenemos capacidades instaladas que están relacionadas, y si uno mira el articulado, con aquellas del número 10. El número 10 es la de herramientas tecnológicas, que nosotros asociamos a herramientas del tipo CAD, despacho asistido por computador. Contamos en estos momentos con 32 centrales de comunicaciones desplegadas a nivel nacional. Están recibiendo, aproximadamente y de acuerdo con el estándar de nivel de servicio 80-20, el 80% de las llamadas telefónicas contestadas dentro de los primeros 20 segundos. Esto nos ha permitido ganar experiencia en la forma en que estructuramos el proceso completo de la llamada de emergencia. Hay indicadores que seguramente vienen más adelante para fines de esta ley, y el propósito es contar con roles y responsabilidades. En este caso, contamos con quienes reciben la llamada, quienes la derivan y quienes la despachan, previamente a los medios y recursos que están de servicio en la población. Esta experiencia nos ha permitido, bajo la lógica de un sistema compuesto por tres subsistemas muy importantes en Carabineros, avanzar significativamente. El subsistema CAD y el subsistema P25, que es el de radiocomunicaciones, son sistemas conexos que están funcionando en las centrales de comunicaciones. Lo que permiten es que la secuencia lógica de la llamada telefónica que ingresa al puesto del call taker sea procesada a través de registros de manera automatizada y, sin perder el contacto con el ciudadano en una condición vulnerable de emergencia policial, pueda derivarse de manera automática en un chat que genera continuidad del evento a otro puesto de despacho, colocalizado, donde se encuentra un operador de servicio. Este operador de servicio indica al carro policial cuáles son las rutas por las cuales debe pasar y así se concreta el ciclo de la emergencia policial para, posteriormente, su archivo. Nos ha dejado como enseñanza, que creo que es la más importante, el poder tener trazabilidad y auditoría de cada una de las actuaciones por parte de nuestros policías a nivel nacional, con las 32 centrales de comunicaciones. Y este sistema conexo también tiene conexión con el sistema P25 de radiocomunicaciones. Existen distintos estándares; P25 es uno de ellos y tuvo su origen en el evento de las Torres Gemelas, donde se necesitaba interoperar entre múltiples agencias. P25 es el estándar que se basa en la agencia ANSI norteamericana. Por otro lado, tenemos el estándar TETRA, que se basa en la agencia europea de comunicaciones. Estos dos estándares son de misión crítica, y pongo de relieve ese punto, por cuanto ello genera una alta disponibilidad.
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…y probada respecto al nivel de servicio, y que la infraestructura es resiliente y está funcionando. Tengo dos ejemplos. El informe de la Cámara de Diputados que establecía el estado de la institucionalidad con motivo del terremoto y posterior tsunami señalaba, en su página 134, que el sistema P25 fue el único que tuvo la resiliencia para generar las comunicaciones apropiadas en distintos lugares, con independencia de si la red de salud se había caído o si las líneas troncales de fibra óptica habían colapsado, lo que permitió generar el despacho y la comunicación de los procedimientos. Algo que también considero sumamente importante, y que está consignado en el articulado, se relaciona con, para efectos del CAT, la geolocalización de la llamada de emergencia. Esto es muy relevante a propósito de lo ocurrido en Graneros, con la familia que efectuó el llamado telefónico y que, desgraciadamente, no pudo ser ubicada. Quiero hacer presente que hemos conversado con el Subsecretario de Comunicaciones y tenemos avanzadas gestiones con Google, por un lado, y con Apple, por otro, con el propósito de activar mecanismos automatizados. Sin duda, el espíritu de la ley que tenemos a la vista obligaría a los proveedores de servicios a hacernos llegar la geolocalización de manera automática, lo que creemos es el panorama más viable, por cuanto esa normativa podría conectarse perfectamente con la funcionalidad denominada ALI, que está en la base técnica del contrato CAT, y que permite obtener la información de geolocalización desde el teléfono, provista por el operador, para georreferenciarla automáticamente. Hoy aquello no ocurre, y en una emergencia policial la persona necesariamente debe dar su ubicación. Este fue claramente el caso de Graneros, donde la señora entregó referencias de posición respecto de —no recuerdo bien— parece que era un Cristo, lo que generó complicaciones para que los medios arribaran de manera oportuna al lugar. Por de pronto, señor Presidente, Carabineros expresa la máxima voluntad de cooperar en el sistema de despacho asistido por computador, que está plasmado en el proyecto con asiento en la Subsecretaría de Prevención del Delito, traspasando todo el conocimiento adquirido y las lecciones aprendidas para que ustedes elaboren la base técnica con todo lo que podamos aportar. Lo mismo en el sistema de radiocomunicaciones, a fin de contar con esa capa de información que es la primera y más trascendental: la capa de voz, para tomar decisiones de manera oportuna. —Muchas gracias, General. Y ahora ofrezco la palabra al Prefecto Inspector, don Daniel Solís. Tiene la palabra, don Daniel. Muchas gracias, señor Presidente. Muy buenos días a los honorables senadores y, por su intermedio, a las señoras subsecretarias. Traigo los saludos del Director General, quien por razones de agenda con el Ministro de Seguridad Pública no pudo asistir hoy. En relación con el proyecto de ley que hoy nos convoca, para nosotros, como Policía de Investigaciones de Chile y como parte integrante de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, nos compete, desde nuestra contribución al sistema de seguridad pública, participar en instancias como esta. En primer lugar, creo que hay que señalar que es un proyecto muy interesante a primera vista, porque, además de cumplir un mandato legal que establece la ley que crea el Ministerio de Seguridad Pública, viene a llenar un espacio en el que, creo, todos concordamos ha existido por mucho tiempo un vacío: la fragmentación del sistema, los distintos canales de comunicación, la falta de números únicos de emergencia, y canales de coordinación que quizá no son los más adecuados entre instituciones. La imposibilidad de geolocalización de los llamados, que el General mencionaba hace un rato, también es un tema muy relevante. Y, bueno, el avance de las tecnologías hoy, la inteligencia artificial y otras herramientas, nos permite, creo yo, hablar con ilusión y esperanza de que un proyecto como este pueda tener un buen término. Respecto del punto en particular, algunas consideraciones que traemos para señalar a la Comisión: el proyecto constituye un avance significativo en materia de respuesta a incidentes relativos a la seguridad pública; integra a diferentes actores, como los que están aquí presentes, Carabineros, Bomberos, SAMU. En cuanto al contenido, contar con sistemas integrados de videovigilancia es también un punto interesante, ya que ello permite, en el caso específico de nuestra función investigativa, junto con la contribución a la seguridad pública, tener acceso a registros de videovigilancia para continuar con las investigaciones posteriores que se produzcan a consecuencia de hechos críticos en que se participe. Es, para nosotros, un aspecto relevante disponer de esos registros. En la misma línea, la creación de…
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La creación de un número operativo único es muy relevante también desde nuestro punto de vista, porque permitirá la centralización de la comunicación. En este punto debemos recordar que la policía cuenta con el 134 y, solo para efectos de ilustrar a la comisión, acá en Santiago recibimos en promedio cerca de 210.000 llamados anuales a ese número, que no es el que la ciudadanía habitualmente marca para emergencias. De esos 210.000 llamados, solo alrededor de 17.000 generan algún tipo de interacción o procedimiento: concurrencia, entrega de información u otra gestión. Es decir, menos de un 20%. Una gran parte de los restantes corresponde a consultas de extranjeros sobre materias migratorias; en la práctica, el 134 se transforma más en un número informativo que en uno de emergencia. Además, registramos más de 4.100 llamados que denominamos inoficiosos: llamadas que se cortan, de broma o “pitanza”. Por eso, la parte del proyecto que crea un sistema o registro de llamadas inoficiosas es muy relevante, incluso para proponer sanciones a quienes insistentemente incurran en esa conducta y desincentivar este tipo de llamados. Desde ese punto de vista, lo valoramos; nos imaginamos que la realidad de Carabineros, Bomberos y SAMU debe ser similar en cuanto a llamados inoficiosos. Otro punto interesante: según el proyecto de ley, el Director General de la PDI y los jefes regionales formarán parte de comités nacionales y regionales. Nos parece muy valioso contar con una instancia donde podamos expresar nuestras opiniones respecto de las materias atingentes. El sistema, además, contará con gran cantidad de datos y, en el caso de la Policía de Investigaciones de Chile, que está aglutinando cada vez más información y gestionándola a través de tecnologías de la información e inteligencia artificial, ello es especialmente relevante. Contamos hoy con una Jefatura Nacional de Análisis Criminal y una red de 27 oficinas de análisis en el país; toda la información que este sistema pudiera aportar sería muy significativa para nuestras labores. Por último, si bien el proyecto tiene un carácter eminentemente preventivo, también contempla elementos relativos a delitos flagrantes, violencia intrafamiliar y desórdenes públicos, ámbitos en los que la PDI podría contribuir. Desde ese punto de vista, la interacción y la reacción oportuna de la policía también quedarían fortalecidas. En general, esas son, señor Presidente, las líneas más importantes. Usted comprenderá que, como institución eminentemente investigativa, mantenemos siempre ese foco; sin embargo, entendemos que lo que nos correspondería aportar hace de este un proyecto muy interesante para la PDI y para el país. Eso es cuanto puedo señalar hoy, señor Presidente. Muchas gracias. Muchas gracias. Le ofreceremos la palabra a la Junta Nacional del Cuerpo de Bomberos de Chile: el abogado señor Fernando Recio y el señor Diego Carrueso. Ustedes deciden; tienen 15 minutos. Gracias, señor Presidente, por su intermedio. Buenos días a todos los señores senadores, señoras senadoras y señoras subsecretarias. Primero, un poco de contexto para partir de una base. Somos una institución, como dijo el comisario de Investigaciones, eminentemente de emergencia. Todos nuestros llamados corresponden a emergencias; no tenemos otro rol. Contamos con 134 Cuerpos de Bomberos, cada uno con atención directa a su comunidad, lo que es una fortaleza en términos de gestión. Es decir, si yo llamo desde aquí, caeré en la central que me va a despachar a los bomberos que acudirán; no tenemos una subdivisión ni estamos conglomerados en grandes centrales. Eso es un beneficio porque permite identificar desde dónde llama la persona; y aquí retomo un punto ya señalado por la Policía de Investigaciones: la identificación del número del llamante. Perdemos mucho tiempo en la primera etapa, que es georreferenciar al denunciante y saber exactamente dónde está. La persona que llama está en medio de una emergencia —somos una institución de respuesta— y con frecuencia olvida la calle, no sabe el número o se trata de una vía que atraviesa distintas comunas. Solo con resolver la georreferenciación podríamos reducir nuestro tiempo de respuesta —que hoy promedia entre 5 y 7 minutos, con localidades fuera de la Región Metropolitana en que el desplazamiento por trayectos extensos y carreteras eleva ese tiempo— en alrededor de un minuto. En cuanto a datos, registramos del orden de 137.000 emergencias al año a nivel nacional.
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Es muy alto el porcentaje de llamadas falsas: en el último año tenemos del orden de mil cien a mil doscientas, donde alguien intenta reportar una emergencia que no existe. No se trata de quien llama a preguntar por el tiempo —lo que no es de nuestra competencia—, sino de personas que buscan derivar a Bomberos a otro lugar, siempre bajo la apariencia de una emergencia. Como proyecto, he tenido la suerte de participar en los dos anteriores, en la Octava Región y luego en Maule. A partir de las reuniones que tuvimos con la Subsecretaría —muy, muy buenas—, esto cambió un poco la mirada. Pensamos en un número único, sí, pero ese número nunca debe reemplazar a los ya internalizados. ¿Por qué? Porque la gente tiene muy interiorizados el 131, 132, 133 y 134. Si establecemos, por ejemplo, el “mil” y en una situación de estrés marcan 132, nadie contestará y la persona se desesperará. Por eso, creo que, al menos en una primera etapa, ambos pueden coexistir. En segundo término, el proyecto me parece muy bien orientado porque parte desde la base. Hoy hay modificaciones legales —como lo indica el texto presentado respecto del número de identificación— que apuntan a que las instituciones nos preparemos desde la base. La tecnología existe para que, cuando me llegue una alarma, pueda transmitirla a un servidor central —que podría estar en la Subsecretaría—, de modo que Carabineros y el SAMU queden enterados de inmediato. Hoy, cuando requerimos al servicio de salud o a Carabineros en una emergencia nuestra, debemos llamar al número; eso nos hace ingresar a la fila. En algunas centrales hay procedimientos que permiten contestar más rápido; lo mismo ocurre con el SAMU: nuestros números tienen prioridad en sus canales, pero de todas maneras entramos a la fila. Tecnológicamente, podría bastar con un botón: se envía el dato y todos los intervinientes quedan informados. Con pocos recursos y mucha voluntad, podríamos lograrlo. Creo que este proyecto, que parte desde la base y que eventualmente podría culminar en un número único, es espectacular. Pero estamos haciendo lo contrario de las dos veces anteriores, cuando se nos impuso un número y se nos dijo: “organícense hacia abajo”. Eso no funciona. Más allá de la tecnología que incorporemos, hoy ya hemos conversado con Carabineros. Aprovecho de señalar que también operamos sobre la plataforma P25 de Carabineros de Chile. Carabineros de Chile nos ha habilitado canales a nivel nacional para que, en grandes emergencias, podamos comunicarnos; en mi caso, desde la Región Metropolitana, que me toca coordinar, puedo hablar con todo Chile. Las relaciones interinstitucionales son hoy muy válidas y robustas; tenemos el nivel de confianza necesario para que los datos —como usted señaló— sean confiables y los usemos en la medida en que la ciudadanía lo necesita. En el fondo, el objetivo de todos los que estamos aquí es ayudar a la gente, no a nosotros mismos ni a nuestros propios intereses o egos. Entendemos también que este es un megaproyecto, porque hablamos de tecnología, y todos sabemos que la tecnología es cara: hay que poner recursos. Pero partiendo desde abajo y, probablemente, iniciando un plan piloto en alguna región —según la estadística—, debemos excluir la Región Metropolitana porque se lleva la mayor parte de los casos. Si dejamos las otras quince regiones y hacemos un análisis de dónde hay mayor diversidad de alarmas, territorialidad y diferencias, podríamos focalizar allí el piloto. Está todo dado: la confianza entre las instituciones —lo digo en nombre de Bomberos de Chile y de nuestro presidente— está absolutamente consolidada. Insisto: es un buen proyecto. Tenemos números, estadísticas y datos, y estamos en condiciones de compartirlos en beneficio de quienes realmente lo necesitan. Eso, señor... Perdón, el señor abogado va a hacer un comentario. Adelante. Una precisión: son 314 las centrales de comunicaciones que tiene Chile. Desde Arica a Punta Arenas, incluidas Tierra del Fuego e Isla de Pascua, hay 314 estaciones centrales de comunicaciones que atienden localidades específicas. En la ciudad de Santiago hay...
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Existen 23 centrales de comunicaciones que atienden la totalidad de las comunas; hay cuerpos de bomberos que cubren más de una comuna, como es el caso de Santiago, Metropolitano Sur, Maipú, San Miguel, perdón, Ñuñoa también. Esa es la dinámica de la estructura organizacional de Bomberos de Chile, en la cual todas las centrales están entrelazadas a través de la central de la Frecuencia Nacional de Emergencia, una frecuencia de la que dispone Bomberos para comunicarse en todo Chile, pero que, obviamente, es precaria para las necesidades actuales. Eso nada más, Presidente. Presidente, una última cosita. Por favor, rápidamente. Directamente respecto del proyecto —ya lo conversé ayer con la subsecretaria, que muy amablemente nos recibió—, en el artículo 8 del documento se menciona un comité permanente que será el asesor tecnológico y de procedimientos de todo este tema, donde Bomberos de Chile no está incorporado como ente permanente. Creo que en el artículo 4 somos parte del sistema; somos una institución relevante para la respuesta a emergencias y nos gustaría solicitar, por su intermedio, Presidente, ser incorporados a ese comité permanente. Muchas gracias, señor Presidente. Bueno, les agradezco las presentaciones. Para ordenarnos y dar fluidez a un esquema de preguntas y respuestas, sería bueno que cada uno de los señores senadores individualice sus preguntas al Ministerio de Salud, a Carabineros de Chile, a la Policía de Investigaciones y a la Junta Nacional de Bomberos. Me han pedido la palabra, hasta ahora, el senador Castro, el senador Pugh, la senadora Pascual y el senador Sangüesa. Les ofrezco la palabra e iremos tratando de contestar de inmediato, para darle más fluidez a esto. Tenemos 45 minutos, así que es un tiempo razonable. Como un foro presidencial, pero con mucho respeto. Tiene la palabra el senador Castro. Muchísimas gracias. Dirigido a don Roberto Aranea, del mundo de la salud. Mire, yo sé que cuando se habla de la pertinencia, o de qué se califica como urgencia en salud, tiene diversas connotaciones, porque es distinto ver a alguien en un incendio o un atropello en la vía pública —hechos, evidentemente, ligados a un siniestro—. Pero cuando se trata del dolor intratable de la cabeza o del pecho, o de una hemorragia, o de la pérdida de conciencia, o de la fiebre no controlada, la gente estima que eso es una urgencia y llama a una ambulancia. Entonces, quisiera que usted precisara mejor los niveles de pertinencia que observan en sus call centers, considerando que hoy día el llamado es rápido y fácil a un servicio de alto requerimiento y de mucha ansiedad para personas que no tienen cómo transportarse y necesitan la ambulancia. En ese sentido, me gustaría que precisara bien quién está al teléfono, quién es, qué calificación tiene y qué indica. Porque muchas veces la ciudadanía nos transmite: “Llamé al teléfono, me dijeron que esperara; que hiciera esto, que hiciera esto otro; que todavía no había móvil; que a lo mejor hay que esperar; que hay que esperar de nuevo; que llame de nuevo; que no llame”. Esa logística de quién está detrás del teléfono, qué dice y cómo lo dice, para que sea entendible, me parece clave. Si pudiera precisarla, uno. Dos, ¿cuál es la interacción con Bomberos? Porque en muchos siniestros llega primero Bomberos. Me refiero a temas de salud: el típico accidente de tránsito. Llega primero Bomberos y surge un problema con el traslado de la víctima, porque Bomberos no tiene la facultad, entiendo yo, para trasladarla. Y ocurre que en la vía pública, en un atropello o una colisión, están los bomberos, hicieron todo el procedimiento, tienen a la víctima inmovilizada, estabilizada, con el cuello inmovilizado, y no la pueden mover. Tres, hay un problema que quisiera que explicara respecto de la retención que sufren los móviles SAMU en las urgencias de los hospitales. Me refiero al poco criterio que a veces se observa.
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Sabemos que, cuando llegan en una ambulancia del SAMU con un paciente más grave, la ambulancia queda una, dos, tres, hasta seis horas retenida esperando qué se decide respecto de esa víctima que trasladaron, y no puede ir al siguiente llamado. ¿Me explico? Hay un problema de coordinación. Tercero: un tema que he visto superado en la Región Metropolitana, pero no en la región que represento, que es O'Higgins, son las telecomunicaciones. En mi zona ocurre que el SAMU se tiene que comunicar entre ellos por celular, porque la radiotelefonía no funciona más allá del perímetro de Rancagua; y allá hay tres provincias; en Cardenal Caro, a veces no hay cobertura. Sé que la Metropolitana tiene una red de radiotelecomunicación muy buena y expedita, que evita pasar por las compañías telefónicas y sus problemas. ¿Qué sucede con aquello? De modo tal que estas brechas se superen en beneficio de la atención prehospitalaria, que es el sentido del SAMU, y que se integre —yo comparto el proyecto al 100%— con las otras áreas de la función pública. Gracias, Presidente. Tiene la palabra. Muchas gracias, señor Presidente. Por su intermedio, para contestarle al senador Castro. Muchas gracias por las preguntas, además. Un dato: el año 2024, en Chile, al 131 le llegaron aproximadamente 2,5 millones de llamadas. De esas, el 40% no eran pertinentes o no eran sanitarias propiamente tales. Y del porcentaje restante, casi un 40% no correspondía a emergencias propiamente tales ni a situaciones de riesgo vital inminente o de secuela funcional grave. En conclusión, de esas 2,5 millones de llamadas, en 2024 se realizaron cerca de 400.000 intervenciones de ambulancia en el lugar. Por lo tanto, se aprecia que hay una gran cantidad de llamadas que no necesariamente requieren una intervención en terreno. Ahora bien, ¿cómo se logra generar esa discriminación a la que usted alude? En general, en los centros reguladores hoy se ha estandarizado la capacidad de realizar lo que se denomina el triaje o categorización, en base a un conjunto de preguntas específicas que no debiese superar una cantidad acotada, porque el tiempo es muy valioso; no es útil formular demasiadas preguntas al requirente. En ese sentido, se ha trabajado para implementar un despacho basado en criterios que permita identificar rápidamente una patología tiempo-dependiente en menos de tres minutos; y, si no se identifica en ese lapso, probablemente se trata de una urgencia que no es de riesgo vital. En relación con la interacción con Bomberos, efectivamente ese es un punto que se ha ido mejorando. Pero, como comentábamos, todas las instituciones ingresan por sus canales generales. Cuando el SAMU necesita comunicarse con CENCO, dispone del número específico; lo mismo con Bomberos y con otros participantes de la emergencia. Este proyecto busca precisamente mejorar esa articulación, no solo desde el punto de vista de la tecnología, sino también de los procedimientos y procesos, para generar mayor rapidez en la respuesta. El tercer punto que usted consultó, en relación con la retención de ambulancias... Para que precise por qué... Perdón, Presidente. ¿Podría precisar por qué Bomberos no tiene la facultad de trasladar víctimas a los centros de salud? Sí. La facultad está regulada por el Reglamento de Transporte Sanitario Terrestre, que establece las características y requisitos. No todos los cuerpos de Bomberos cuentan con ambulancia. Muchas veces Bomberos llega antes que la ambulancia, incluso antes que Carabineros, porque tienen un muy buen nivel de atención y respuesta. Pero, desde el punto de vista legal, no están dadas las condiciones para que puedan efectuar ese transporte o traslado. Sin perjuicio de que, en los cuerpos que sí tienen ambulancia, se ha logrado articular el trabajo.
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