Vota por la niñez - Jeannette Jara | Candidata presidencial de pacto Unidad por Chile
En un trabajo conjunto de 24 Horas, NTV y el Observatorio Niñez Colunga, se han realizado las siguientes entrevistas en donde el foco principal son las propuestas que afectan a niños, niñas y adolescentes. En este episodio la candidata presidencial de pacto Unidad por Chile, Jeannette Jara, conversa sobre educación, protección de la infancia y bienestar de la niñez. Con la conducción de la periodista de 24 Horas, Monserrat Álvarez y la representante del Observatorio Niñez Colunga, Paloma Del Villar.
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Hola, mi nombre es Amaro Zúñiga, tengo 10 años y vivo en la ciudad de La Serena. Casi la mitad de los niños y niñas que viven en Chile no pueden salir a jugar, ya que tienen miedo y viven en un lugar peligroso. ¿Ustedes, en su mandato, qué acciones concretas realizarían para disminuir la cantidad de niños y niñas con violencia en su entorno?
Bueno, es clarísimo lo que decíamos en nuestras cifras, lo que también nos detallaba Paloma y lo que dice Amaro. El tema de la violencia, específicamente cómo en lo cotidiano la violencia, para tantos niños, es de alguna manera lo que está marcando sus vidas. Candidata.
Sí, es muy lamentable y yo creo que las cifras muestran lo que, de alguna u otra forma, uno también recoge de opiniones en el país. Pero a mí me gustaría, antes de anunciar algunas medidas concretas, decir dos cosas. A mi entender, en Chile no hay barrios violentos, sino que hay barrios que han sido violentados. Violentados por la ausencia de un Estado presente, de un municipio presente; donde la gente se levanta muy temprano para salir a trabajar y deja a sus hijos solos muchas horas; donde el acceso a los servicios públicos se hace complejo; donde, además, los espacios públicos han sido muchas veces tomados por el crimen organizado y el narco.
Y lo segundo es que creo que tanto la niñez como la juventud en Chile —sobre todo la juventud— no son un peligro; lo que sí ocurre es que están en peligro. Y creo que hay que tener esta perspectiva previa, porque las políticas públicas que implementemos tienen que considerar que los niños, niñas y adolescentes son personas, son sujetos de derechos, y no se merecen vivir en esta situación. Paloma lo señalaba: esto impide el desarrollo integral de los niños y niñas.
Yo creo que hay un ámbito del que se conversa poco, pero que influye mucho también en su salud mental. Ya vimos los estragos que causó la pandemia: los niños tuvieron que estar encerrados a la fuerza. Y luego nos pasa esta situación, donde hay temor...
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que salgan a la calle. Por eso, dentro de mi programa de gobierno se van a tomar medidas en distintas dimensiones. Una de ellas dice relación con extender el seguro escolar también para la atención en salud mental. La segunda es fortalecer el plan de mejoramiento de barrios, porque queremos que efectivamente los espacios públicos vuelvan a ser espacios comunitarios. Si uno lo ve en las poblaciones, en las villas, en los barrios donde hay más presencia comunitaria, hay más posibilidad de que los niños salgan a la calle y que estos espacios no sean tomados por el crimen organizado o por el narco. Además, hay una tercera dimensión que tiene una vinculación muy esencial: me gustaría que en nuestro país existieran muchas más canchas como espacios deportivos, y por eso proponemos más canchas en los barrios, que nos permitan tener lugares donde los niños puedan practicar deporte y, de paso, combatir la obesidad y el sedentarismo.
¿Y cómo se cuidan finalmente, candidata? Porque las candidaturas presidenciales en general dicen “más canchas”. Pero hoy día la competencia al deporte es que los niños están muy solos; muchas veces no pueden salir a la cancha porque hay una sensación de inseguridad tan grande que las madres, los padres o quienes estén a cargo del cuidado de los niños dicen “no salga a la calle”. La calle es el problema; es lo que decía Amaru, de La Serena: la calle es el problema. Entonces, ¿en qué medida hay que generar no solo espacios, sino también protección? ¿Quién protege o cómo se protege a esos niños?
Sí, mire, de lo que uno puede conocer de las experiencias que hay, algunas han tenido buenos resultados. Y son cosas, Montserrat, que parecen simples pero son concretas. Por ejemplo, iluminar los barrios juega un rol importante. A veces se piensa que estas son solo grandes medidas teóricas, pero en los barrios tienen bajadas concretas. En plazas donde el espacio ha sido tomado por personas que consumen droga, alcohol y otras cosas, los niños llegan y lo que encuentran es vidrio en el pasto —cuando hay pasto—. Por eso la organización comunitaria es vital: la organización de los vecinos.
Usted habla de las canchas y de tener alternativas para los niños. En su programa también habla de las escuelas abiertas. Hoy día hay un programa que ha sido bien evaluado, que es el 4 a 7, pero su cobertura es de menos del 1% de los niños que lo necesitan. Entonces, en concreto —porque el espacio público se demora en recuperarse y los niños están viviendo esa realidad hoy—, ¿usted va a dar más alternativas para los niños?
Sí. El 4 a 7, para quienes no lo conocen, es el programa que les permite a muchas madres trabajadoras tener con quién dejar a sus hijos después de la jornada escolar y antes de que termine la jornada laboral. Eso es lo que en la realidad pasa. Nosotros queremos duplicar su cobertura, y sabemos que todavía es poco, pero esto requiere recursos. Y esa es parte de la conversación que tiene nuestro país todos los días: queremos más derechos sociales, pero por otro lado no hay disponibilidad para financiarlos pagando más impuestos. Al final esto es igual que en una casa: si uno quiere gastar más, tiene que tener más ingresos.
Ahora que está hablando del gasto social, se está discutiendo el presupuesto. Específicamente, cuando usted hace la suma y la resta de lo que costaría su programa de gobierno, ¿hay plata para aumentar la cobertura del 4 a 7?
Sí, claro. Es algo muy específico: hay recursos para eso, hay recursos para el seguro escolar, y esto tiene toda una línea de financiamiento ya estimada, que viene tanto por la Ley de Presupuestos como también por alianzas con municipios y gores. En el caso del seguro escolar, al extenderlo a salud mental, hoy ya existe un seguro escolar solidario, y lo que vamos a tener que hacer es suplementarlo para atender también las patologías mentales. Tenemos que formar más especialistas infanto-juveniles en Chile. Tenemos que construir más canchas —o centros deportivos—, pero además habilitarlos con personal que los gestione. Porque no se puede dejar el espacio público solo; hoy ahí hay un riesgo. Y, sobre todo, está el rol de la comunidad propiamente tal. En mi recorrido por el país he visto que en barrios donde la comunidad está organizada las cosas funcionan mucho mejor: donde hay comités de seguridad instalados, juntas de vecinos potentes, centros comunitarios funcionando, alternativas deportivas, muchas veces iniciativas particulares de alguien que dice “yo voy a hacer esto junto con la comunidad”. Pero, para detener el avance del crimen organizado y el narco, el Estado es muy importante. Y también la comunidad. Lo digo porque algunos plantean que quieren combatir el crimen organizado y, a la vez, reducir el Estado. No sé cómo esa ecuación se podría hacer realmente. Sobre todo, Monse —con esto termino—, es que donde ha entrado el crimen organizado y el narcotráfico...
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El Estado no ha estado presente en las tomas; en el mismo Cerro Chuño el Estado no estaba presente. Hoy día, en las poblaciones de nuestro país, existe esa tensión. Y eso conecta con la pregunta que viene, porque dentro de su programa de gobierno está este salario vital de 750 mil pesos, que considera un segmento subsidiado y se plantea para una persona adulta que trabaja, eventualmente jefe o jefa de hogar. ¿Qué medida concreta para la pobreza infantil podría plantear en este momento, dirigida específicamente a ese problema?
Sí. Hay varias, pero una que me parece fundamental es retomar una política pública que se hizo en otro gobierno —no recuerdo cuál, así que no lo mencionaré para darle el debido crédito—: que los niños y niñas primero tengan su cama. En Chile hay muchos niños que no están en esa situación. Por eso el plan de vivienda es tan importante seguir impulsándolo. Y, en particular, en las comunas de Valparaíso y Estación Central, quiero que el plan de vivienda se implemente con una perspectiva en la cual la vivienda social tenga un espacio interior tipo sala de juegos. Sé que hoy parece muy de futuro, muy esperanzador, pero en algún minuto el estándar tiene que empezar a subir. Lo digo porque, al final, si uno ve la pobreza de los niños, es una pobreza incidida por la pobreza de sus padres y madres. En nuestro país, además, muchos hogares son monoparentales, dirigidos solo por mujeres; como a las mujeres se nos paga menos —en promedio un 25%—, son hogares más pobres.
Candidata, en ese sentido usted habla de combatir la pobreza con la vivienda, y sin duda el techo es fundamental para el bienestar de los niños. —Y el ingreso vital. —Justamente. Porque hay muchos niños y niñas que hoy tienen techo y aun así son pobres. Hay niñas y niños cuyos padres tienen trabajo y son pobres. Incluso con el salario vital, ¿seguirían siendo pobres, por ejemplo, una madre sola con dos niños? —Claro. Las familias con niños gastan 35% más. Entonces, ¿hay alguna medida específica para aquellas familias con niños, más allá de si su padre trabaja o no, o de si tienen o no techo, para asegurar ese mínimo de la canasta básica?
Mire, entiendo la pregunta como si se tratara de establecer un subsidio especial dirigido a los niños. Creo que debemos avanzar identificando dónde están las principales brechas. Una brecha clave, que no va dirigida al niño en forma individual pero incide directamente en él, es el acceso a la salud mental; también el derecho a la vivienda y contar con un ingreso que permita a la familia llegar a fin de mes. Si hacemos bonos asociados a los niños, hoy existe el subsistema Seguridades y Oportunidades, que entrega bonos por asistencia escolar, rendimiento y asistencia a controles de niño sano. Pero, vistos en perspectiva, esos programas no han sido tan efectivos, porque son muy focalizados y de bajo monto. Más que anunciar nuevos bonos, hay que revisar la oferta pública y concentrarla en cerrar brechas estructurales. La pobreza en Chile —y, permítanme decir, también el desincentivo a la natalidad— tiene causas estructurales. Eso no lo va a solucionar un bono. Veía la propuesta de algún candidato que, con un bono de un millón de pesos, pretendía promover la natalidad. Quienes han tenido hijos saben que un millón ayuda, pero dura dos meses. Si la gente no tiene trabajo, no tiene un salario que alcance para vivir, no tiene casa y no tiene acceso a la salud, difícilmente se decidirá a tener hijos.
Vamos al siguiente bloque temático, educación, con una cifra que ilustra nuestra realidad: en kínder y prekínder, uno de cada dos niños y niñas falta a clases más de un mes y medio al año. Estamos hablando de ausentismo preescolar. Paloma.
Sí. Estamos ante una cifra altísima. La pandemia tuvo un impacto, pero en la educación preescolar no tanto; es bastante parecida a la de antes. Y quizás aprovechar para profundizar en lo importante que es la educación preescolar para el desarrollo integral. Hoy sabemos, por múltiples estudios, que la educación y el cuidado de calidad en los primeros años pueden cambiar la vida de las niñas y los niños. Está de más decir que abundan estudios que van en esa misma dirección.
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Moderadora: El ausentismo en esta etapa también impacta, por ejemplo, en el SIMCE de cuarto básico y de segundo medio. Tenemos datos en Chile que muestran esa relación. Hablemos de educación inicial. ¿Cómo fortalecerla, considerando a niños y niñas de 0 a 5 años, sala cuna y jardines infantiles, para revertir las cifras que estamos revisando?
Candidata: De inmediato planteo propuestas, pero antes una reflexión a propósito del SIMCE. La falta de educación inicial, o su discontinuidad, produce desigualdad. Los niños y niñas con acceso a una educación temprana, continua y de calidad tienen mejores oportunidades respecto de quienes no la tienen. Quisiera un Chile donde todos tengan las mismas oportunidades y no deban enfrentar las dificultades que vivieron generaciones anteriores.
En el país se ha invertido bastante en educación superior, y se ha dejado rezagada la educación inicial. Hoy existe un proyecto de ley de sala cuna universal, que espero impulsar si no se aprueba en este período. Ese proyecto genera condiciones en materia educativa; en financiamiento se trata de un seguro social. Sin embargo, aún faltan salas cuna construidas, y debemos nivelar al personal de JUNJI, Integra y la modalidad VTF, que cumplen el mismo rol pero reciben remuneraciones muy distintas. Además, persiste una subvaloración de la educación inicial: por mucho tiempo se le vio como “guardería”, sin reconocer su importancia para la base cultural y educativa de quien hoy es pequeño y mañana será un ciudadano integral.
Moderadora: También está instalada la idea de que es mejor que el niño o la niña se quede en casa: por el traslado al jardín, porque la abuela puede cuidarlo mientras la madre trabaja, por seguridad, e incluso por temor a que se enferme. ¿Cómo revertir esa percepción y poner en valor llevar al niño al jardín infantil?
Candidata: Lo central es valorizar lo que ocurre en esta etapa de formación. No se trata solo de “compartir con amiguitos”; es un proceso integral. Tenemos brechas importantes: primero, de cobertura, es decir, de disponibilidad de salas cuna; segundo, de condiciones laborales y reconocimiento para quienes realizan esta labor —en su gran mayoría mujeres—, porque para que las familias confíen y los niños asistan, quienes los reciben deben contar con condiciones adecuadas y una retribución justa.
Moderadora: Usted ha hablado de fortalecer y equiparar VTF con JUNJI e Integra, y de sala cuna. Pero persiste una brecha entre los 2 y 5 años. La educación obligatoria parte a los 6; estamos por debajo de la OCDE y estancados en cobertura en ese tramo, que es clave para el desarrollo del lenguaje y la posterior lectoescritura. ¿Qué propone para los 2 a 5 años?
Candidata: Lo más relevante es anclar el fortalecimiento de salas cuna y de la red de jardines infantiles, e integrar el prekínder y el kínder dentro de los colegios como una política activa. Por eso, a mi entender, el foco educacional de un próximo gobierno debe estar en la educación inicial. No lo digo solo por el programa, sino porque, si uno observa la trayectoria de la política pública en Chile, la hemos dejado atrás. Ahora debe estar al centro.
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