Gracias, señor Presidente.
Senador García, ¿nos escucha? Queda debidamente representado.
En nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión. Señora Secretaria.
Presidenta, no hay Cuenta.
Muy bien. Le pediré a la Secretaría que nos recuerde las normas de funcionamiento de la Comisión Mixta. Damos la bienvenida al Ejecutivo y a sus autoridades presentes, entre ellas Nicolás Grau, Macarena Lobos, la Subsecretaria de Hacienda, Heidi Berner, y la Directora de Presupuestos, Javiera Martínez, así como a todas y todos los colegas diputadas, diputados, senadoras, senadores y a sus asesores. Luego de este recordatorio, pasaremos al orden de las partidas, tras un espacio de debate general. Señora Secretaria.
Presidenta, lo primero es recordar que existe un quórum mínimo de funcionamiento para abrir sesión y para adoptar acuerdos: cinco senadores y cinco diputados. En esta Comisión Especial Mixta no existen pareos, por tratarse de una comisión.
Asimismo, se remitió a todos los miembros un instructivo sobre el procedimiento para la discusión de las indicaciones y las votaciones separadas. En dicho instructivo se establece que, al inicio de cada partida, se informará cuáles indicaciones fueron declaradas inadmisibles, cuáles se califican como de información, cuáles han sido retiradas y cuáles quedan para votación.
Es importante señalar que se puede reclamar, por escrito —no existe un formulario especial—, respecto de la calificación de inadmisibilidad o de información, durante los primeros diez minutos de la discusión de cada partida. La solicitud por escrito debe hacerse llegar a la Mesa, indicando sobre qué indicación se reclama su admisibilidad o su calificación como de información.
Las indicaciones que están mal formuladas y ya están en el sistema como tales no se someten a discusión. Se otorgan dos minutos por indicación o por solicitud de votación separada al autor, para explicar su fundamento, y al mismo tiempo al Ejecutivo, para que se refiera a la respectiva indicación o solicitud.
Además, hay un tiempo global considerado por parlamentario para la discusión del presupuesto. Cada parlamentario dispondrá de 20 minutos en total para intervenir durante la discusión a lo largo de todos los días de sesión, los que se pueden utilizar en una sola partida o distribuir en distintas partidas.
Asimismo, las indicaciones de información, como se ha hecho tradicionalmente, se dan por aprobadas y se asigna como votación la que se toma en la primera partida que se somete a discusión. En esa partida se someten a votación las indicaciones de información y dicha votación se reproduce para todas las partidas. No se votan una a una las glosas de información, porque, de lo contrario, el debate se extendería demasiado. Eso es básicamente, Presidenta.
Muchas gracias, Secretaria. Se entiende que este procedimiento, que hemos ocupado en otros años, busca hacer expedito y transparente el proceso de discusión; en todo ello se ha considerado siempre la economía legislativa y la transparencia.
El orden de trabajo se les va a repartir ahora; le pediremos al equipo que lo distribuya. Tras una primera parte de exposición del Ejecutivo, a quien le ofreceremos la palabra, y de intervenciones de las y los colegas, el orden será el siguiente: Contraloría, Presidencia, Congreso Nacional, Bienes Nacionales, SEGPRES, SERVEL, Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Poder Judicial, SEGEGOB, Transporte y Telecomunicaciones, Ministerio Público, Defensa, Seguridad Pública, Deporte, Cultura, Artes y Patrimonio, Mujer y Equidad de Género, Minería, Salud, Trabajo y Previsión Social, Agricultura, Gobiernos Regionales, Interior, Relaciones Exteriores, Justicia y Derechos Humanos, Medio Ambiente, Energía, Obras Públicas, Economía, Fomento y Turismo, Desarrollo Social y Familia, Vivienda y Urbanismo, Educación, Hacienda, Tesoro Público y Articulado.
Hemos considerado para este orden los debates que ha habido, las partidas que no han tenido mayor grado de dificultad, las que tienen menos solicitudes de votación separada, menos votaciones separadas y menos rechazos, de modo de asegurar un buen trabajo. Les pediremos que esta hoja se les haga llegar, y, con todo, ustedes saben que esto es dinámico: puede haber necesidad de postergar alguna partida en particular si se está construyendo un acuerdo o hay conversaciones en curso.
Sin más dilación, hay una moción de orden. Tiene la palabra el senador Núñez. —Sí, lo que pasa es que estamos todos conmocionados por la noticia que recibimos hoy muy temprano del fallecimiento de Héctor Noguera, y yo creo que corresponde que esta sesión comience con un minuto de silencio, porque realmente es una figura emblemática del teatro chileno y alguien muy admirable, Presidenta. Y del mundo de la educación. —Así me parece. Vamos a pedir entonces, al inicio de la sesión, un minuto de silencio.
Ministro, le damos la palabra para iniciar la sesión.
Ministro, tiene usted la palabra. Muchas gracias, Presidenta. Voy a hacer una breve presentación respecto del marco de este presupuesto, pero antes de aquello me gustaría leer el titular de una noticia que, creo, nos recuerda muy bien qué nos convoca hoy: cómo mejorar las políticas públicas para que las personas en Chile puedan vivir mejor. Cito a La Tercera: “Desvinculados del sistema escolar bajan al mínimo desde que hay registros: 40.063 alumnos desertaron entre 2024 y 2025”. Por supuesto, a uno le gustaría que no fueran 40.000, sino que fueran cero las personas que desertan, jóvenes que desertan de un año a otro, pero me parece importante recordar que, cuando uno discute la Ley de Presupuestos, precisamente ese es el tipo de cosas que está en juego: cómo diseñar bien las políticas públicas y cómo priorizar los esfuerzos que hacemos como país para que, en los aspectos fundamentales de la vida social, se logre una mejor calidad de vida.
Habiendo dicho eso, Presidenta, como hemos señalado en nuestras distintas presentaciones, el foco de este presupuesto está marcado por dos aspectos fundamentales: la responsabilidad social y la responsabilidad fiscal. La responsabilidad social se expresa en aumentos muy sustantivos en salud, vivienda y cuidados, y también en un incremento muy importante en materia de educación. Durante todo el gobierno hemos hecho, además, un esfuerzo relevante en seguridad pública. Esas son las prioridades actuales de la ciudadanía, y es muy importante que el presupuesto se haga cargo de esas urgencias sociales.
Por otro lado, esta propuesta se realiza en un marco de responsabilidad fiscal, algo que se ha mantenido durante todo el gobierno. Este va a ser el gobierno que menos ha aumentado el gasto en mucho tiempo. De hecho, el gasto, como ha señalado el Consejo Fiscal Autónomo, va a aumentar en promedio durante este gobierno 2,4%, y en años anteriores crecía en torno al 5%, un poco menos de aquello. La responsabilidad fiscal se refleja, además, en la meta de llegar el próximo año a un déficit estructural de 1,1%. Hay que decir que estamos pasando de un nivel de déficit estructural en torno al 10% a fines de 2021, luego de pocos años, a un déficit cercano al 1%. Eso, por supuesto, es un logro de todo el país, porque todas y todos hemos hecho esfuerzos para movernos en esa dirección.
Habiendo dicho eso, Presidenta, ese marco general es lo que articula este presupuesto. Me gustaría hacerme cargo de algunos elementos que se han presentado en el debate. Como Ministerio de Hacienda y Dirección de Presupuestos hemos seguido con mucha atención las discusiones en las distintas subcomisiones mixtas y, entre otras, la presentación del Consejo Fiscal Autónomo, que creemos hace un aporte muy relevante a este debate presupuestario.
Lo primero que me gustaría señalar es que, así como el año 2024 tuvimos un descalce relevante en nuestras proyecciones de ingresos, ha habido un trabajo muy importante en esta materia, asesorado por los equipos técnicos del Fondo Monetario Internacional, y nuestras proyecciones han mejorado de forma sustantiva. Eso se ve reflejado, tal como presentó la Directora de Presupuestos, en que este año las proyecciones de los impuestos, tanto a la renta como al IVA, que son el grueso de nuestros ingresos tributarios, han estado en línea con lo estimado.
Otro punto que me gustaría resaltar es que se ha señalado durante la discusión que no habríamos tenido, como gobierno, suficiente responsabilidad fiscal durante toda nuestra administración. Me gustaría decir tres cosas que contradicen esa afirmación. La primera es que, como señalaba antes, el gasto está creciendo durante nuestra administración la mitad de lo que crecía en administraciones anteriores, lo que nos ha permitido tener un crecimiento del gasto más o menos en línea con lo que está creciendo la economía, cuestión que no se hacía hace un tiempo. Lo segundo es que hemos cumplido a cabalidad con la meta autoinpuesta de tener un techo de...
Con un techo de deuda bruta en torno al 45%, vamos a terminar bastante por debajo de ese límite, que no solo fue una meta que nos autoimpusimos, sino que además supuso una innovación en la institucionalidad de la política fiscal: hacer obligatorio que las administraciones futuras presenten, al comienzo de su período de gobierno, cuál será su propio techo de deuda. Es una decisión política, pero que debe informarse de manera transparente a todo el país.
En cuanto a los desvíos respecto del déficit estructural, la mayoría de las veces solo se comentan los desvíos negativos, es decir, cuando el déficit resulta mayor a lo esperado. No se recuerda que en 2022, nuestro primer año de gobierno, la meta de déficit estructural era de -3,3% y terminamos con un superávit estructural de 0,5%. Esto implica que, al comparar los años con déficit con aquel con superávit, ese superávit más que compensa los desvíos previos.
Como fue bien presentado por la Directora de Presupuestos, nuestras proyecciones de ingresos han funcionado adecuadamente este año; por lo tanto, cabe esperar que ocurra lo mismo el próximo. Tras las turbulencias macroeconómicas derivadas del COVID, que hicieron difícil estimar especialmente el impuesto a la renta y el IVA, hemos recuperado la capacidad de nuestros modelos para anticipar razonablemente los ingresos, lo que debiera dar confianza respecto de los ingresos del año 2026.
Un tema de especial relevancia es la capacidad recaudatoria de la Ley de Cumplimiento Tributario. La Ley de Royalty, en buena hora, no ha sido cuestionada; fue un avance muy importante, acordado con amplio consenso, que nos permite recaudar más de 2.000 millones de dólares. Respecto de la Ley de Cumplimiento Tributario, aunque en régimen se espera recaudar 1,5 puntos del PIB, para el próximo año se proyectan 0,54 puntos del PIB. Esto es relevante porque en algunas intervenciones se han confundido las cifras, sugiriendo que asumiríamos 1,5 puntos del PIB ya el próximo año. No es así: lo que está incorporado en el Presupuesto es 0,54 puntos del PIB. Durante este año necesitábamos recaudar en torno a 0,3 puntos del PIB y, según nuestras primeras estimaciones —a la espera de microdatos—, ello efectivamente ha ocurrido. La trayectoria de recaudación prevista en el informe financiero de la ley ha funcionado de buena manera, por lo que no hay razones para pensar que no será así el próximo año. Además, esta ley no solo aporta mayores ingresos fiscales, sino que también implica justicia tributaria. De esos 0,54 puntos del PIB, aproximadamente 0,36 provienen de una mayor fiscalización integral y unificada de los grupos empresariales, y 0,15 de medidas respecto de contribuyentes de alto patrimonio; es decir, ingresos aportados por quienes tienen mayor capacidad contributiva, incluidas las empresas de mayor tamaño.
Hemos hecho también un esfuerzo relevante en materia de acciones correctivas durante todo el 2025. Una fortaleza de nuestra institucionalidad fiscal es que establece que, cuando hay un desvío relevante respecto de la meta —como ocurrió en 2024—, el Ejecutivo debe presentar de inmediato un paquete de acciones correctivas. Presentamos 13 medidas, de las cuales 11 están en ejecución. Una muy importante, que se está discutiendo en esta corporación, es el financiamiento universitario, el proyecto FES, que permitirá no solo reducir la carga de los estudiantes una vez que egresan, sino también disminuir de manera muy sustantiva la carga.
... fiscal a partir de un diseño que aprende de los desafíos que hemos tenido hasta ahora. Otro tema, Presidenta, relevante que se ha planteado —ahora me paso al lado del gasto, no solo a la estimación de los ingresos— tiene que ver con lo que se denomina el inflactor, o la discusión respecto de si sumarle o no el IPC al subtítulo 21, el subtítulo de remuneraciones. Creo que lo mejor es explicar esto en términos generales. Yo sé que ustedes lo conocen bien, pero como además esta sesión es transmitida, es importante explicarlo también para la ciudadanía.
Cuando se elabora una Ley de Presupuestos entre el Ejecutivo y el Poder Legislativo, hay que anticipar, por un lado, gastos que podríamos llamar ciertos; es decir, gastos para programas específicos: una determinada cantidad en un programa productivo que uno sabe exactamente cuánto va a ser, la PGU, en fin. Son todos gastos que se pueden estimar con bastante certeza, a partir de las obligaciones legales y de los diseños programáticos del Ejecutivo. Hay otros gastos, en cambio, que podríamos llamar de naturaleza incierta; es decir, gastos que, por ejemplo, dependen de futuras leyes que se podrían aprobar. Para esos gastos de naturaleza incierta, la Ley de Presupuestos define un conjunto de provisiones que buscan tener una idea —ojalá lo más precisa posible— respecto de cuál podría ser el valor esperado de la aprobación de esos distintos proyectos, y a partir de eso se define un conjunto de recursos que quedarían asignados a esas futuras leyes.
Bueno, lo que ocurre con la ley de reajuste es exactamente lo mismo. La ley de reajuste es una de las tantas leyes que probablemente vamos a aprobar una vez terminada la discusión presupuestaria; por ende, es difícil definir en el Presupuesto cuánto se va a gastar para esos efectos, y lo que se hace, en cambio, es una provisión. Eso está debidamente estipulado en nuestro Presupuesto. ¿Por qué digo esto? Porque sería erróneo pensar que el único elemento del Presupuesto que permitiría cubrir el alza de las remuneraciones en el sector público fuera aplicar el IPC al subtítulo 21. Eso no es así, no ha sido así en el pasado ni lo será en el futuro. Por lo tanto, me gustaría transmitir tranquilidad respecto de que, por un lado, la posibilidad de un reajuste está debidamente considerada en el Presupuesto; y, por otro, señalar que para el Ejecutivo es muy importante que la discusión del reajuste del sector público no se anticipe. Lo que corresponde es que tengamos esa discusión con las asociaciones de funcionarios y, luego, que ojalá lleguemos a un acuerdo —como lo hemos hecho durante toda esta administración— para venir a este Parlamento con una propuesta que tendrá que ser votada por este Senado y también por la Cámara de Diputados.
Y, por último, como una forma de mostrar nuestra disposición en la materia: sabemos que una Ley de Presupuestos es un proceso complejo, que además tiene un calendario muy acotado; este año va a ser un calendario más exigente que el que hemos tenido en otros años. Hemos llegado a acuerdos en los otros años, y la disposición del Ejecutivo es, por supuesto, llegar a acuerdos en esta ocasión. Son acuerdos complejos, con una serie de dimensiones, desde cosas pequeñas hasta cuestiones más macro. Para finalizar esta presentación introductoria, quiero transmitir que, como Ejecutivo, seguimos con la misma disposición de siempre para lograr esos acuerdos. Hemos tenido acuerdos importantes en materia de reforma previsional; tuvimos acuerdos importantes en materia de salario mínimo y 40 horas; tuvimos acuerdos importantes en la ley de permisos sectoriales; fuimos capaces de llegar a acuerdos para hacernos cargo de la deuda histórica que existía con los profesores y profesoras. Es decir, en la Cámara de Diputados y en el Senado hemos mostrado al país la capacidad que tiene nuestra democracia de ser efectiva, de hacerse cargo de los problemas de la ciudadanía. Y ese hacerse cargo pasa porque tanto el Ejecutivo como el Parlamento sean capaces de poner el acento en el bien común, buscar esos objetivos que ponen por delante la calidad de vida de las y los chilenos, y llegar a un acuerdo a partir de aquello.
Ejemplos de cosas que ya hemos hecho —por supuesto, esto lo vamos a seguir trabajando durante estos días, y además después tendremos tiempo para hacer indicaciones tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado—. Voy a dar simplemente dos ejemplos para ilustrar esta disposición...
Me imagino recoge de muy buena manera el sentir que existía en todo el país respecto al programa Más AMA, este programa de salud para adultos mayores, que aparecía con una reducción en nuestro presupuesto. Esto ha sido corregido; hay una estrategia que está siguiendo el Ministerio de Salud para redefinir este programa, pero no terminarlo, recogiendo justamente los planteamientos que ustedes, que tienen la suerte de poder recorrer todo el país y tener una capilaridad que a veces no tiene el Ejecutivo, nos han transmitido. Por lo tanto, agradecemos aquello que se nos haya planteado por todos los sectores políticos en distintos momentos.
Otro ejemplo también de una indicación que ya ingresamos es el Fondo de Naturaleza, que se había planteado como algo relevante y que se debía mantener. Entonces, hemos hecho una indicación para hacernos cargo de este punto. Hay muchas indicaciones, tanto de ustedes como de nosotros, como punto de partida de la conversación. Pero lo que quiero reflejar con esto es que tenemos toda la disposición a que durante esta conversación podamos llegar a los acuerdos que hemos alcanzado durante todo este gobierno en pos de mejorar la calidad de vida de las y los chilenos.
Muchas gracias, Presidenta.
Muchas gracias, señor Ministro.
Antes de continuar, queremos repartirles a todos y cada uno de ustedes el calendario con el que vamos a trabajar. No lo había explicitado: ayer estuvimos en reunión con el Ejecutivo para ver esto, después del acuerdo que tomaron en la Cámara de Diputados; andaba el Presidente de la Cámara. Presidente, lo saludamos.
Entonces, y me lo vino a preguntar alguno de los colegas acá: hoy, martes 28, hasta el lunes 3 nos dimos como plazo para que la mixta evacúe el informe y pueda, a partir del lunes 17, la Cámara de Diputados votar, que es el acuerdo que ustedes tomaron ayer, los diputados. Entonces, entre el lunes 17 y el miércoles 19 sería la discusión y votación en la sala de la Honorable Cámara de Diputados y Diputadas. El viernes 21, lunes 24 y martes 25 sería la discusión y votación aquí en este Senado. Y entre el jueves 27 y viernes 28 tendríamos el tercer trámite y eventual comisión mixta y despacho del Presupuesto, dejándonos el sábado 29, obviamente, como un espacio también de ser necesario. Ese sería el calendario, que tiene como plazo fatal el día 29 de noviembre.
No sé si hay preguntas. Diputado Donoso, y presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara.
—Presidente, una consulta. Parte del martes 28, hoy día, hasta el lunes 3. Pero, ¿qué días tendríamos sesión?
La idea es, de acuerdo al calendario, colegas, que nos hemos dado —pero obviamente podemos acordar algo distinto—, que sesionemos hoy, mañana, eventualmente el jueves, y el lunes sí o sí. Y evaluaríamos en este hemiciclo si es necesario el jueves sesionar o no; lo decidimos mañana. ¿Ya?
—Presidente.
Sí.
—Presidenta, tenía justamente que ver con lo último que dijo, porque como primero era hasta el jueves y si vamos a sesionar el lunes, de repente podríamos dejar el jueves y no sesionar el jueves y sesionar el lunes.
Exacto. Eso es lo que eventualmente acordaríamos, pero nos hemos dado el margen hasta el lunes para poder despachar aquí en la mixta. ¿Ya? Y, obviamente, dependiendo de cómo vayamos hoy día y mañana. Y ahí yo les pido que seamos súper rigurosos en el uso de los tiempos para hablar. La secretaria ya ha dado los tiempos de la discusión y yo les pido que respetemos aquello. En la primera parte, cuando no entremos a ver las partidas, la idea es que cada uno de ustedes tenga cinco minutos y se autorregulen, porque si no, obviamente van achicando el tiempo al resto. ¿Ya?
¿Alguien más en esta parte? No.
Yo no sé si el Ejecutivo o alguien más quiere hacer uso de la palabra, porque, si no, le damos la palabra a los colegas. ¿No? ¿Ministro? ¿Sí? ¿No van a hablar ustedes? Ok.
Ofrezco entonces la palabra. Lo dejó convencido el ministro, veo. Está todo perfecto. Diputado Mellado, tiene usted la palabra.
—Gracias, Presidenta. Mire, con mucho respeto creo que diferimos del análisis que hace el Gobierno, sobre todo por el tema de los ingresos. Lo dijimos, Presidenta,...
Muchas veces. El 2022 hubo superávit porque les ayudó el veranito de San Juan del litio; si no, era imposible llegar a esos números. El 2023 hubo déficit. El 2024 fue el dolor más grande que tuvo el ministro Marcel: de 1,9% llegar a 3,3% de déficit. Y, a lo mejor, como venía con esa máquina de sobregiro el gobierno, eso gatilló la salida del ministro también. Porque la verdad es que este año vamos por lo mismo: 1,1% era al principio, 1,6% después, y vamos en 2,2% según el Consejo Fiscal Autónomo, y la verdad es que no nos cuadran las cifras. Van a dejar al próximo gobierno —que, obviamente, no va a ser de su signo— un país sobregirado, con las cuentas fiscales desordenadas.
Ustedes son responsables de estos cuatro años. Y la verdad es que no han sido eficientes en el tema de los ingresos; el Consejo Fiscal Autónomo lo dijo. El año pasado, también con el ministro Marcel, en la sala contigua, le pedimos que bajara las proyecciones de ingresos: veníamos sobregirados. Él aceptó una reducción por un monto menor. Después dijeron que en marzo iba a haber un acuerdo para ajustar los ingresos y bajar 1.500 millones de dólares más. La caja no cuadra. Y no cuadra porque no estamos seguros de que los ingresos estén bien estimados. Ese ha sido el tema en estos cuatro años, ministro, con respeto. Creo que el primer año se salvaron por el litio, pero en el segundo, tercero y cuarto ha sido lo mismo. Ese 1,1% que ustedes postulan para el próximo gobierno es el que debieran haber tenido este año, y tampoco lo respetaron. Se hizo un presupuesto sobre bases que no validamos.
Vemos que no se está dando cumplimiento a lo que hemos solicitado, a lo que ustedes señalaron al Consejo Fiscal Autónomo, a las medidas que pidieron al FMI. Aquí tenemos un problema. Entonces, no sé, presidenta, cómo vamos a seguir en este tema si vemos que los ingresos no están bien calculados y que el próximo año podríamos tener problemas iguales a los de los últimos tres años. Creo que es el momento de revisar esto, presidenta, con mucho respeto al gobierno, porque los números de los últimos años no lo avalan y estos fueron los dolores más intensos del anterior ministro de Hacienda. Gracias, presidenta.
—Gracias, diputado. ¿Alguien más? Senador Sandoval.
Sí, muchas gracias, presidenta. Sin duda, la formalización de este proyecto de Presupuestos para el año 2026 se da en un contexto extremadamente distinto, en el cual podemos vislumbrar y expresar diversas inquietudes. Estamos en una situación compleja, con la necesidad de reducir gastos. No queremos que el país destine en pago de intereses anuales un monto equivalente al presupuesto completo del Ministerio de Obras Públicas. Chile paga 4.500 millones de dólares anuales en intereses para servir la deuda que mantiene.
Por otro lado, la situación económica que enfrentamos —el bajo nivel de crecimiento— es consecuencia también de un periodo marcado por el estallido social, que generó un deterioro y una pérdida significativa de recursos y de empleos, efectos que hasta hoy no se recuperan, especialmente con tasas de desempleo femenino cercanas al 10%. En ese mismo contexto, el gobierno nos sometió a dos procesos constitucionales, en los que se buscó reformular la institucionalidad del país, con todos los costos, incertidumbre y tiempo que aquello significó.
El Presupuesto para 2026, particularmente para el próximo gobierno —y no es primera vez que acontece una situación así—, se construye en una complejidad enormemente distinta. Solo en el Ministerio de Obras Públicas se observa una caída presupuestaria de cerca de 8...
820 millones de dólares. Y eso no es el problema, porque entendemos que hay que hacer ajustes financieros sobre este particular. ¿Cuál es la significación que tiene esto? Que el Ministerio de Obras Públicas y el Ministerio de Vivienda, y podríamos sumar quizás a otros, pero estos dos en particular, que son muy incidentes en la generación de actividad económica por las inversiones y por los proyectos, enfrentan un escenario que complica la situación presupuestaria y la situación económica para el año que viene.
¿Por qué digo esto? Porque en el MOP, además de tener esta rebaja, el 96% de todas las iniciativas de inversión que plantea para el año 2026 son proyectos de arrastre. Si toda la actividad económica que hoy día genera el MOP a través de sus licitaciones y proyectos es de arrastre, solo un 4% tiene presupuesto adicional para iniciar nuevas obras. Y eso tiene una afectación directa, porque lo que el MOP genera hoy día determina sustantivamente lo que va a pasar el año que viene.
Vivienda, Presidenta. Vivienda crece su presupuesto en algunos márgenes, pero curiosamente hay incrementos difíciles de entender. Mire: el SERVIU Metropolitano recibirá 1.435 miles de millones de pesos para el año 2026. ¿Sabe cuánto significa de incremento? 44,4% adicional. Comparativamente, es verdad que en general las regiones no tienen mayor afectación. También aumenta Maule, Atacama, Valparaíso, Biobío y Aysén. Pero el problema, en símil con lo que ocurre en el MOP, es la afectación que tendrá el que gran parte de este presupuesto esté destinado a pagar compromisos de arrastre, y aquí se ha mencionado la famosa deuda que tiene el Ministerio en la región.
Esto, Presidenta, genera una condición especial. Veíamos, por ejemplo, una curiosidad en la partida de la Presidencia de la República. En apoyo de actividades presidenciales, el presupuesto del presente año es de 4.820 millones de pesos. ¿Sabe cuánto está considerando el Gobierno para el próximo año en actividades presidenciales? 4.680 millones… perdón, 3.960 millones de pesos. Tiene una caída de 17,8%. Es curioso. Bueno, son parte de las discusiones que esperamos enfrentar, especialmente respecto de la ejecución financiera de obras de inversión relevantes para el país el próximo año, Presidenta. Muchas gracias.
Muchas gracias, Senador. Yo les pido a todos que hagamos un esfuerzo por esos cinco minutos. Ha cumplido a cabalidad, así que no hay problema. No, es que le había dado uno más, así que estuvo perfecto. Le sobraron como diez segundos. Le iba a decir, Senador. Diputado Bianchi.
Muchas gracias, estimada Presidenta Jimena Rincón. Saludo a toda la Honorable Sala de esta Mixta. Presidenta, hago propio lo que aquí se ha advertido por varios colegas. Por supuesto que tengo una preocupación que se diferencia mucho de lo bien que le va a ir al SERVIU Metropolitano versus lo que pasa con la Región de Magallanes, donde, si bien pueden ser cifras menores, tenemos 21.000 millones menos que impactarán fundamentalmente en las viviendas sociales, y quiero pedir y advertir a tiempo esa situación. Lo propio en salud, etcétera.
Pero, Presidenta, quiero hacer un punto distinto que siento la obligación de advertir, dado el escenario que esto podría complejizar el Presupuesto 2026. Tiene que ver con la energía y con todo lo que discutimos en la Subcomisión de Energía y la situación conocida por todo el país: hubo un doble cobro y se van a hacer los descuentos; eso está claro. Pero hay otro punto: escuché el otro día al subsecretario de Energía señalar que el país esté tranquilo porque en enero no iba a haber ningún ajuste en las alzas de la energía. Pero ocurre que en esta administración no se firmó el decreto que debió haberse firmado, y esto va a provocar al invierno del 2026...