Otros Proyecta Chile 2050: Un acuerdo país por el futuro

Otros - Proyecta Chile 2050: Un acuerdo país por el futuro - 16 de octubre de 2025

16 de octubre de 2025
12:00
Duración: 5h 53m

Contexto de la sesión

Proyecta Chile 2050 es una iniciativa que ha reunido a más de 2.000 personas del mundo académico, público, privado y de la sociedad civil, en un trabajo colaborativo y transversal para diseñar una visión de largo plazo para el Chile de los próximos 25 años. Este 16 de octubre los primeros resultados de este proceso serán compartidos con las y los candidatos presidenciales, en un documento que busca inspirar y orientar las próximas decisiones país.

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20:00
Se da inicio a esta ceremonia.
25:00
Vamos a iniciar esta ceremonia. Les invitamos a tomar asiento y a mantener en silencio sus dispositivos móviles. Esta es una ceremonia que reúne a generaciones diversas; es también una oportunidad para dar ejemplo a las y los más jóvenes. Muchas gracias a quienes han llegado desde muy temprano a este maravilloso salón que nos acoge hoy. Agradecemos asimismo a quienes están ingresando, para que rápidamente tomen ubicación. Invitamos a las personas de las primeras filas a ocupar sus asientos. Comenzaremos en breves minutos; apenas me den la señal, daremos inicio a esta ceremonia de entrega —no de lanzamiento— de los resultados de Proyecta Chile 2050, fruto de un gran trabajo de diálogo y cooperación entre distintos sectores de nuestra sociedad, todos contribuyendo a construir una visión de futuro. Mientras tanto, esperamos el ingreso de uno de los candidatos que viene precisamente a recibir estos resultados. Estamos a un par de minutos de partir; apenas me indiquen, comenzamos.
30:00
Según lo que se señala aquí, ¿se quedan o se van? Muy bien. Muy buenos días a todas y todos. Sean muy bienvenidos a Proyecta Chile 2050, un acuerdo país por el futuro. Esta es una jornada que busca algo más que compartir un documento; queremos provocar un encuentro, una emoción, una visión compartida. Saludamos a quienes están presentes en esta sala y también a quienes nos acompañan a través del streaming de Radio ADN, que hoy transmite esta actividad a todo el país. Antes de iniciar con los saludos y palabras de bienvenida, les invitamos a entonar nuestro himno nacional. Muchas gracias.
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Es momento de partir esta ceremonia con nuestro himno nacional. Queremos reconocer la presencia del senador Francisco Chahuán, miembro de la Comisión Desafíos del Futuro. Muchas gracias por estar aquí, senador. Nos alegra contar con las rectoras y los rectores de nuestras universidades del país, incluyendo a la rectora de la Universidad de Chile, señora Rosa Devés, y también a don Emilio Rodríguez, rector de la Universidad de Tarapacá, vicepresidente del CRUCH y presidente de Proyecta Chile 2050. Agradecemos también la participación de la Academia Chilena de Ciencias y, en particular, a su presidente, Sergio Lavandero, por acompañarnos en esta iniciativa. Este proceso no habría sido posible sin el compromiso del mundo técnico-profesional. Agradecemos a Juan Claudio Escobar, director ejecutivo de Vertebral, y a Lucas Palacios, rector de INACAP, quien hoy nos acompaña junto a estudiantes de la institución. Asimismo, destacamos el trabajo de quienes, en colaboración con la Fundación Encuentros del Futuro, han sido los articuladores de Proyecta Chile 2050: la Fundación Chile y su gerente general, Hernán Araneda. Valoramos la presencia de Rosario Navarro, presidenta de la Sociedad de Fomento Fabril, SOFOFA; muchas gracias, Rosario, por estar acá. Extendemos un saludo a Susana Jiménez, presidenta de la Confederación de la Producción y del Comercio, CPC, que, si bien no pudo estar presente esta vez, ha contribuido activamente al desarrollo de esta iniciativa, como tantos y tantas de ustedes. Extendemos un cordial saludo a las y los representantes de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT; de la OIT y de la UNESCO, presentes en este salón; a las instituciones socias de la Fundación Encuentros del Futuro, como el Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM, y el Museo Interactivo Mirador, MIM; y también a las y los representantes de la sociedad civil, de organismos internacionales y a quienes nos acompañan desde las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones. Un aplauso para todos ustedes. Un especial saludo a todas las personas que se conectan desde regiones y a quienes han participado en el desarrollo de las más de 20 mesas técnicas, cuyo trabajo fue insumo clave para este primer documento de avance estratégico. Muchos de ustedes a esta hora nos escuchan a través de Radio ADN, emocionados porque llega este momento. Y, por último, un cariñoso saludo a Guido Girardi y a Marcela Ayarzún, Vicepresidente Ejecutivo y Directora Ejecutiva de nuestra Fundación. Hoy celebramos un viaje colectivo de meses que ha convocado a más de 2.000 personas de todos los rincones de Chile: académicas y académicos, estudiantes, científicas y científicos, empresarias y empresarios, dirigentas y dirigentes sociales, trabajadoras y trabajadores de todo el país, soñadores y soñadoras, para imaginar en conjunto el país que queremos ser en 2050. Este evento es un hito simbólico, humano, intelectual y también político, porque construir futuro requiere visión, coraje, colaboración y ese anhelo de hacer comunidad. Para eso estamos aquí. Les invitamos a abrirse esta mañana, como quien abre un libro nuevo, con curiosidad, humildad y esperanza, porque literalmente hoy recibiremos un libro. Ahí están las propuestas transversales para el Chile de 2050: una hoja de ruta escrita por 2.000 manos desde todos los rincones del país. Un documento que no busca imponer una verdad, sino inspirar, y que tampoco predice el futuro, pero lo proyecta. Un documento que se escribe con muchas manos y muchas de ellas están hoy aquí, de forma presencial o virtual. Este evento es también para reconocer el inmenso trabajo que han realizado ad honorem, regalándole al país y a las nuevas generaciones propuestas construidas desde el consenso y la evidencia científica. Precisamente, comenzaremos escuchándoles a ellas y a ellos, a ustedes, quienes participaron en la construcción de esta hoja de ruta hacia 2050. Personas que, desde sus propios entornos y vivencias, se preguntaron: ¿con qué Chile sueñas?
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Se reúnen para pensar Chile. Imagina que cada oficio, cada disciplina y cada experiencia en terreno se ofrece con generosidad en este tránsito, del presente que habitamos al futuro que necesitamos construir. Hoy no hablamos de un único valor: hablamos de muchos; de la tierra y el agua que nos sostienen; de la democracia que nos protege; de la educación y la ciencia que nos abren caminos; del trabajo y el bienestar que nos hacen comunidad; del presente y el futuro que heredarán las nuevas generaciones. El futuro no se improvisa: se construye con pensamiento crítico, con la fuerza de lo colectivo y con la convicción de que toda decisión es a la vez científica y ética. Imagina que todo ese conocimiento compartido se convierte en un mapa que ya comenzó a trazarse, gracias a la entrega de quienes deciden dar su tiempo y su saber para el bien de todos y todas. Yo sueño con un Chile que, a través de la ciencia y la tecnología, procure el bien común de toda su gente. Sueño con un Chile que innova para resolver los desafíos del mañana. Sueño con un Chile de desarrollo sostenible, de localidades vibrantes, donde todos podamos habitar hogares confortables que aporten a nuestra calidad de vida. Sueño con un Chile que pone a la cultura en el centro del desarrollo y en el centro de su vida; que prepara sus ciudades para ser resilientes frente al cambio climático, con soluciones basadas en la naturaleza; que sea un refugio de vida. Que las entidades públicas y los privados trabajemos de manera mucho más cohesionada para sacar adelante a nuestro país. Un Chile que se conecta con sus distintos territorios, incluida su identidad antártica. Sueño con un Chile dialogante, innovador y solidario; que ninguna persona viva con miedo. Sueño con un país que siempre se siente a conversar y encuentre un camino común. Desde los bosques del sur, sueño con un Chile que se proyecta a futuro, generando desarrollo económico y protegiendo su biodiversidad. Sueño con un Chile con una educación cívica, ciudadana y democrática, que promueva el diálogo y la participación. Sueño con un país que hable desde el territorio: más solidario, más dialogante y más descentralizado. Sueño con un Chile en el que las personas vuelvan a confiar entre sí, para restablecer y fortalecer nuestros vínculos de confianza. Sueño con un Chile ecológico, que se mueva en bicicleta. Sueño con un Chile que cuida su tierra, que valora lo que siembra y que enseña a alimentarse con amor y conciencia. Que el reuso y la desalación nos proporcionen toda el agua que nos falta por efectos del cambio climático. Sueño con un Chile que aprenda a leer sus territorios. Sueño con un Chile que confía en todas las personas —hombres, mujeres, jóvenes, adultos— y que les da oportunidades a cada uno de ellos. Una primera versión de ese camino, un acuerdo país para el futuro, ya está aquí, al servicio del bien común. Les presentamos Proyecto Chile 2050. Luego de este emotivo video, en el que escuchamos algunas de las voces expertas que nos acompañaron en este camino —y escucharemos otras en esta jornada—, queremos invitarles a conocer la reflexión de quienes nos han acompañado en este proceso. En primer lugar, vamos a revisar el saludo que nos dejó el dueño de casa, que lamentablemente no pudo estar aquí presente, pero nos quería dejar sus palabras: el rector de la Universidad Católica de Chile, Juan Carlos de la Hiera. Adelante. Muy buenos días. Quiero comenzar saludando afectuosamente a quienes hoy se han reunido en este encuentro tan significativo y, al mismo tiempo, lamentar no poder acompañarlos de manera presencial en esta apertura de Proyecto Chile 2050. Agradezco profundamente la confianza de nuestra Universidad Católica de Chile para acoger este gran proyecto; para nosotros, como comunidad UC, es un honor recibirlos y ser parte de este importante proceso. El propósito de Proyecto Chile 2050 dialoga de manera directa con el proceso estratégico que estamos impulsando en la UC. Nuestra mirada de futuro comparte los mismos objetivos: contribuir a una sociedad cohesionada, justa y sostenible; aportar con conocimiento riguroso y con una voz propositiva; movilizar el talento y la creatividad de nuestras comunidades para que Chile logre enfrentar con esperanza.
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…y responsabilidad frente a las grandes transformaciones y desafíos de este tiempo. El encuentro de hoy es la celebración de un viaje que reúne a más de dos mil voces de distintas realidades y miradas, que nos ofrece una hoja de ruta hacia un país donde la democracia sea siempre el pilar fundamental, donde la prosperidad se alcance con justicia y equidad, y donde la sostenibilidad guíe cada acción que emprendamos. Desde la UCE asumimos con convicción este llamado. Queremos que el conocimiento, la formación de personas y el servicio público sigan siendo herramientas al servicio de Chile. Estoy seguro de que este encuentro será un hito inspirador para todos quienes creemos en la construcción de un futuro mejor, más humano y más unido. Muchas gracias. Muchas gracias al rector Juan Carlos de la Hiera. Ahora quiero invitar a quien, con su liderazgo, logró que este proyecto convocara a cientos de voces de todas las universidades públicas y privadas del país, aportando miradas diversas en torno a un mismo propósito. Quiero invitar a este escenario al rector de la Universidad de Tarapacá, vicepresidente ejecutivo del CRUCH y presidente de Proyecta Chile 2050, el señor Emilio Rodríguez. Muy buenos días. Saludo a tan distinguida concurrencia, a nuestros candidatos presidenciales y sus representantes que están aquí. Muchas gracias por su interés. Recibámoslos con un aplauso a ellos también, por favor. A la Fundación Encuentro del Futuro, que es realmente un ejemplo de modelo de funcionamiento, de eficiencia y de eficacia; a Guido y a Marcela Villarzún, en representación de esta fundación. Por favor, también brindémosles un gran aplauso. A mis colegas rectoras y rectores que están aquí presentes: aquí está el CRUCH, pero también la Corporación de Universidades Privadas; también los institutos profesionales y los centros de formación técnica. Muchas gracias por acompañarnos, colegas. Al equipo ejecutivo de Proyecta Chile, cuyo trabajo ha sido extraordinario, realmente sin descanso y con mucha dinámica. Y a todas y todos quienes están aquí presentes, que han contribuido en las distintas mesas con su experticia y su compromiso con el desarrollo del país. Muchas gracias por estar presentes. Un aplauso también para ustedes, para todas y todos. Mire, cuando uno ve la evidencia internacional, observa que el mundo, en verdad, no crecía demasiado; crecía muy poquito durante largos siglos. El mundo comienza a desarrollarse de una manera dinámica, permanente, más bien ininterrumpida, a partir de 1750 hacia adelante. En cada década hay crecimiento cuando se la compara con la anterior, y hay una explosión de crecimiento en el último tiempo. Y habría que preguntarse qué pasa, por qué ocurre esto. Esto ocurre porque, previo a 1750, está la Ilustración y se comienza a generar ciencia. La ciencia es fundamental para el crecimiento de las economías y de las sociedades, pero la ciencia sola no basta: debe combinarse con la tecnología. Cuando la ciencia genera principios generales, por cierto que está sentando bases esenciales; cuando la combinamos con las tecnologías, generamos las condiciones para la innovación. La innovación, la disrupción tecnológica, es lo que genera crecimiento y explica el crecimiento sistemático y permanente que hemos tenido desde aproximadamente 1750 a la fecha. Pero ¿cuándo hay innovación? Hay innovación cuando existen condiciones, cuando existe una cultura para que esa innovación se lleve a efecto. En primer lugar, ciencia. En segundo lugar, equipos técnicos.
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En segundo lugar, ingenieros y técnicos que sean capaces de traducir esa ciencia en conocimiento aplicado. En tercer lugar, cuando existe emprendimiento, iniciativa privada, que permite transformar todos estos elementos de base en productos, servicios y creación de valor para la sociedad. Así crecen las economías, los países, las sociedades en el mundo. Estos son principios fundamentales, porque una cultura innovadora es esencial para que un país progrese y se desarrolle, para que el mundo progrese y se desarrolle. Pero este desarrollo no es igual en todas partes: no es que el mundo, cuando crece de manera sistemática, sea simplemente lo que tenía antes más lo que está surgiendo ahora. En realidad hay un proceso de construcción y de destrucción, porque no todo lo que existe hoy seguirá existiendo en el futuro. Habrá competencias entre tecnologías y unas primarán sobre otras. Esto es tremendamente importante para nuestro país en el marco de la disrupción tecnológica que estamos viviendo, que la Academia de Ciencias denomina convergencia tecnológica, donde se correlacionan con fuerza la computación cuántica, la nanotecnología, la inteligencia artificial, la automatización y la edición genética. En este marco, por ejemplo, el Foro Económico Mundial prevé que en los próximos años se crearán 150 millones de empleos; espectacular. Pero se perderán 90 millones de empleos. Es decir, la economía y la sociedad crecerán, pero va a haber 90 millones de empleos que se van a perder. ¿De quiénes? De aquellos que realizan tareas de corta duración, altamente repetitivas. Y Chile es el país de la OCDE que tiene más de estas tareas repetitivas de corta duración. En consecuencia, el desafío que tenemos es gigantesco. Chile debe insertarse en un contexto de disrupción tecnológica que generará cambios tremendos en los próximos años, y tenemos que estar entre quienes ganen y no entre quienes pierdan, porque habrá sociedades que ganen y otras que pierdan. Allí es donde la academia, el Consejo de Rectores, la CUP, Vertebral, cada una de las universidades y la Academia de Ciencias nos hemos planteado el desafío de poner el conocimiento a disposición de la sociedad. En un trabajo con expertas y expertos, estamos formulando propuestas en más de 20 mesas para abordar con éxito el futuro del país, de cara a 2050, con mirada estratégica, incorporando a todos los territorios e incorporando a todas las fuerzas vivas, sabiendo que todo Chile es Chile. Arica también es Chile. La Antártica chilena es chilena y también forma parte del territorio. Y esto, que parece trivial, no siempre se vive en la cotidianidad, francamente. Sabemos, además, que Chile tiene potencialidades enormes en el litio, el hidrógeno verde, las energías renovables y en una serie de otros campos, que podemos transformar en valor social para nuestra comunidad. Y sabemos también que Chile quiere más, Chile requiere más y Chile, desde luego, con la fuerza de la unidad, puede más. Mucho más. Muchas gracias. Muchas gracias, Rector, por sus palabras inspiradoras. A continuación, quiero invitar al escenario a la señora Rosario Navarro, Presidenta de la SOFOFA. Su participación refleja el compromiso del sector empresarial con los grandes desafíos del país y con la construcción de un desarrollo productivo, sostenible, inclusivo y orientado al futuro. Por favor, le pido que suba al escenario y la recibimos con un gran aplauso. Estoy feliz de estar aquí, de ver este salón repleto de entusiasmo, de caras muy atentas a lo que va a salir. Y la verdad es que Proyecta Chile 2050, y el claim que viene abajo, un acuerdo país para el futuro, es un llamado tremendamente inspirador, que no solo debe inspirarnos, sino que debe movilizarnos. Así que...
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Quiero darles la más cordial bienvenida a todas las autoridades aquí presentes, a representantes del mundo político, académico, empresarial, social y al público en general, y a todos los amigos y amigas que participaron aquí. Espero que esto se contagie; que quienes tuvieron la suerte de pertenecer a alguna de las mesas sigamos irradiando esto. Siempre digo que cuando uno va a un evento que lo marca, a veces nos quedamos con esa información adentro, pero no llegamos a la casa a compartirla. Así que les pido a cada uno de ustedes que haga un compromiso: que hoy en la noche, cuando se sienten a comer con su familia, vayan a un carrete o donde les toque estar, hablen de este evento. Cuenten qué les pasó a ustedes y comprométanse a empujar un poquito más allá, porque esto no es un libro, a pesar de que vamos a recibir un libro. Esto es un documento vivo que pretende ser una hoja de ruta, que aprende todo el tiempo, que nos permite soñar este Chile al 2050 colaborativo, creativo y, obviamente, crítico. Hoy nos convoca ese propósito común: soñar juntos un Chile al 2050. Un Chile que no teme mirar lejos, que se atreve a proyectar con esperanza y que asume que las decisiones que tomamos hoy pueden marcar el bienestar de las próximas generaciones. Voy a partir destacando el trabajo de más de 2.000 personas que participaron de 20 mesas temáticas, unidas por una convicción compartida: el futuro no se espera, se construye. Y se construye con diálogo, con evidencia y con sentido de propósito, pero también con coraje, con creatividad y con colaboración. Cuando Guido y Alfonso llegaron un día a tocar la puerta de la oficina en la SOFOFA y me preguntaron si queríamos ser parte de esta iniciativa, nosotros saltamos y dijimos: por supuesto que queremos ser parte de esta iniciativa, porque creemos que sin instituciones sólidas no hay crecimiento posible. La democracia no es solo un marco político; es un ecosistema que permite que la libertad, la inversión y la innovación florezcan. Hoy enfrentamos una sociedad que a veces está marcada por emociones que no son tan positivas, emociones como la rabia y el descontento. Nos han llevado a harta desconfianza, y esa erosión silenciosa está marcando nuestras instituciones, así que tenemos que hacernos cargo. Es fundamental, a nuestro juicio, reconstruir la confianza, superar la polarización y representar nuestra institucionalidad. Y repensar, en verdad, nuestra institucionalidad, para que se vuelva cada vez más fuerte y haya cohesión y no división. Innovar en democracia —y hay un capítulo especialmente dedicado a eso, así que por favor léanlo con atención— significa atrevernos a modernizar sus mecanismos, fortalecer su transparencia y asegurar que la tecnología, como la inteligencia artificial y también las redes digitales, esté al servicio de la deliberación y no de la desinformación. No se trata de hacer todo de nuevo, sino de actualizar lo que tenemos, de fortalecer lo que funciona y de corregir con mucha humildad aquello que ha perdido eficacia o legitimidad. Requiere también reconocer que la gobernabilidad y la moral política son bienes escasos, que debemos cuidar con el mismo rigor con que cuidamos la estabilidad económica o el medio ambiente. Lo lindo de este trabajo es que, a pesar de haber sido 20 mesas, logramos una cohesión que da armonía al texto. Y así como necesitamos de una democracia sólida, también necesitamos de una economía dinámica, capaz de volver a crecer sostenidamente al menos al 4%. Los que me conocen saben que lo repito insistentemente. No por una cifra, sino porque detrás de ese número, detrás del crecimiento, está lo que nos permite financiar la protección social, invertir en innovación, generar oportunidades para todos y todas. Y en el vínculo virtuoso de esta reconstrucción de la democracia, damos certezas a las instituciones y también generamos más confianza en que el crecimiento y el futuro dan esperanza a nuestra juventud. No es casualidad que el Premio Nobel de Economía —y aquí voy a citar también, porque el rector lo dijo—, que fue entregado recién el lunes pasado, haya reconocido justamente a quienes estudiaron cómo la innovación y la tecnología impulsan el crecimiento. Ellos nos recuerdan algo fundamental: el progreso no ocurre por azar, sino cuando un país es capaz de convertir el conocimiento en bienestar y la tecnología en más productividad. Esa es también la conversación que queremos abrir desde Chile: cómo impulsar un crecimiento sostenido basado en la innovación, pero también en las personas y en las instituciones, para que todo sea posible. Desde la SOFOFA, con ese mismo espíritu que está encarnado en este texto, nos sumamos totalmente a ser este puente, a abrir este debate público: un puente entre el crecimiento y la sostenibilidad, entre la innovación y la estabilidad, entre el gobierno y la empresa, entre el Estado y la empresa, en verdad, un puente entre la ciencia y el emprendimiento, un puente entre la urgencia del presente —que a veces nos deja muy mareados y nos impide mirar el futuro— y una mirada de futuro a largo plazo, porque eso es lo que Chile necesita hoy. Yo soy Chile Proyecta 2050.
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Son parte de este proyecto. Entonces, como les decía al inicio, llévense esto: este sticker que nos dieron, péguenselo en el corazón y, luego, que entre, que lo encarnen. Tras este encuentro, quisiera destacar algunos temas que aparecen en el texto y que este aborda de forma muy profunda, y que también desde SOFOFA vamos a impulsar: la seguridad; la formación y reconversión de habilidades; el crecimiento sostenible; el trabajo del futuro. Aquí hay una visión que pone foco en la seguridad como condición para la inversión y la vida en comunidad. Pero no es cualquier seguridad: incorpora un sello de seguridad e innovación. Entiende que la democracia también se construye haciéndole frente a los desafíos de la ciberseguridad; poniendo como condición para la inversión la vida en comunidad; promoviendo la formación y reconversión laboral como llave para enfrentar los cambios tecnológicos; y asumiendo el crecimiento sostenible como motor que equilibra la inversión sin dejar de lado los estándares ambientales. Debemos erradicar ese falso paradigma: desarrollo y crecimiento van de la mano del cuidado y la protección. Son dos pilares esenciales para un desarrollo más equilibrado, inclusivo y con sentido humano, con sentido de propósito. Creemos que este trabajo es un excelente punto de partida para empezar a soñar este Chile al 2050: un país que crece, que innova, que protege, que cuida; que combina estabilidad con transformación; que vuelve a poner en el centro a las personas y sus oportunidades. Chile tiene talentos, tiene instituciones, tiene estabilidad y tiene hoy una posición estratégica en el mundo. Ya lo dijo el rector: tenemos materias primas increíbles —litio, cobre, tierras raras, hidrógeno—, sol, viento y talento. Pero necesitamos volver a planificar con más horizonte, pensar en grande y mirar más allá del corto plazo. La invitación hoy de Proyecta Chile 2050 es precisamente esa: pasar del diagnóstico a la acción, con políticas de Estado que trasciendan a los gobiernos, con una hoja de ruta compartida que recupere la confianza que tanto anhelamos, no solo por nosotros, sino por el futuro y por las generaciones que vienen. Muchas gracias. Muchas gracias, Rosario Navarro, Presidenta de la SOFOFA, por ese motivador impulso y por compartir no solo lo que hoy día mostramos, sino también el recorrido que ustedes, quienes han colaborado en este proyecto, conocen. Aprovechamos de saludar a la candidata Jeannette Jara, que hace ingreso al salón. Aprovecho de saludar también a quienes están presentes desde muy temprano: Harold Mayne-Nicholls, Franco Parisi, Eduardo Artés, Marco Enríquez-Ominami, y a las y los representantes de las otras candidaturas también. Pronto habrá un espacio para ustedes, lo saben, para conocer este proyecto y compartir sus reflexiones. Queremos invitar ahora al rector de INACAP, institución que ha sido parte activa de este proceso y que es un pilar fundamental en la formación técnico-profesional del país. Rector Lucas Palacios, por favor, adelante. El escenario es suyo. Muy buenos días. Hago míos todos los vocativos para no repetirlos, pero faltó un público muy importante que quisiera saludar: los estudiantes aquí presentes, especialmente los estudiantes de INACAP, para quienes pido un aplauso. Proyecta Chile 2050 es una iniciativa, un ejercicio que no tiene parangón en la historia de Chile. Es único, y por eso tiene un sentido de emergencia, de urgencia. Es primera vez que se une la academia completa, transversal, de todo el país, junto al sector empresarial, los trabajadores y miembros de la sociedad civil, para pensar un Chile de futuro y proponer iniciativas concretas. Este es un trabajo colaborativo, y el hecho de que sea colaborativo le da especial importancia, porque no es obvio. Para poder colaborar, es necesario renunciar a ciertos espacios de ideas que cada uno de nosotros tiene, en beneficio del bien común.
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de un objetivo común. Y eso es lo que está plasmado en este documento: por eso es tan importante y por eso interpela políticamente. No está destinado solo a quienes gobernarán los próximos años, sino también a quienes lo harán hasta el año 2050, porque en Chile necesitamos más proyectos de largo plazo. Este proyecto busca romper con el cortoplacismo en que estamos sumidos: esa contingencia, esa cosa chica. En una cultura como la nuestra, tan individualista y consumista, hemos ido llenando nuestro vaso de cortoplacismo y nos hemos ido emborrachando de cortoplacismo. Nos falta visión de largo plazo, nos falta mirar hacia el futuro, porque no existe proyecto relevante para un país si no tiene una mirada de largo plazo. Esto es especialmente importante en un mundo tan cambiante como el que nos toca vivir. El cambio demográfico, por ejemplo, es tremendamente preocupante: cada día hay menos nacimientos y vivimos más; por lo tanto, en promedio nuestra edad se incrementa. Eso impacta significativamente el mundo del trabajo. ¿Qué vamos a hacer para compensarlo en materia de capacitación, de upskilling y reskilling? ¿Están realmente estos temas sobre la mesa? ¿Cómo estamos proyectando la irrupción tecnológica, la automatización, la robótica, la inteligencia artificial —lo que plantearon Emilio y Rosario—? ¿De qué manera lo estamos incorporando en los planes de gobierno de los próximos cuatro años, pero también pensando en 2050 y más allá? Esos son los temas significativos. Les cuento que el cambio tecnológico, la digitalización, la automatización, la electromovilidad requieren de cobre. Y Chile, que representa casi el 0,5% de la superficie terrestre a nivel mundial, concentra cerca del 23% de las reservas de cobre. Sin embargo, a veces nos cuesta proyectar una inversión más ágil para aprovechar esa enorme ventaja competitiva. Hay otros paradigmas que debemos romper, por ejemplo, en materia de energía. Si el futuro de la digitalización depende de la energía, entonces ¿qué esperamos para agilizar los proyectos de energías limpias que tenemos en el país? Lo mismo con el litio, lo mismo con el hidrógeno verde. Hay tanto por lo que debemos trabajar con una visión más de futuro. A eso convoca, en parte, este Proyecta Chile 2050. En definitiva, la invitación es a no seguir haciendo lo mismo de siempre si queremos resultados distintos. Tenemos que innovar. Y para innovar, el mejor camino es la innovación, porque permite un trabajo interdisciplinario en el que, efectivamente, debemos renunciar a parte de aquello que creemos para lograr un objetivo que nos convoque a todos. Un abrazo y muchas gracias. Muchas gracias, Rector. Rector Lucas Palacios. Les quiero contar que hace un rato me pasaron un dato —y esto a propósito de la invitación de Rosario Navarro a compartir esto—: estamos conectados con Radio ADN, que está transmitiendo para todo el país. Me comentaron que, desde muy temprano, ya había 250 personas conectadas al streaming. Esto ya se está difundiendo mucho y ese material, además, va a quedar disponible, así que lo vamos a poder compartir, porque cada una de las palabras que se han dicho hasta ahora es muy inspiradora y tiene un propósito: compartir, movernos energéticamente, considerar la idea de que unidos vamos a concretar aquello que soñamos. Son palabras que se han dicho acá y seguro serán aún más inspiradoras cuando las juntemos con todo lo que nos queda por mostrar y por decir en este espacio de reflexión, que no solo ofrecerá a quienes conducirán los destinos del país en el futuro la posibilidad de contar con este material tan importante, sino que además plasma sobre este escenario lo que nos decían hace un rato también: la energía, la experiencia, la emoción que...
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