De pie, por favor. En nombre de Dios y de la patria, se abre la sesión.
Seguimos con la discusión de la Partida 08 del Ministerio de Hacienda. Nos queda exclusivamente la Superintendencia de Casinos de Juego, que quedó pendiente ayer.
Saludamos, como ha sido costumbre en estas últimas sesiones, al senador Coloma, a la diputada Camila Rojas y a la senadora Pascual. Saludamos también a la Superintendencia de Casinos de Juego y a su superintendenta, señora Vivian Villagrán Acuña, al señor secretario y al equipo que la acompaña.
Y damos la palabra a la superintendenta.
Se da inicio a esta sesión. Secretario, ¿hay alguna cuenta? ¿Ha llegado algún documento?
—Presidente, el cambio de comisión de la senadora Pascual, que reemplaza al senador Urresti, y el senador Coloma, que está reemplazando a la senadora Rincón.
Perfecto, gracias.
Solo para dar marco a lo que haremos hoy: veremos la Superintendencia de Casinos de Juego. Hoy terminamos con el Ministerio de Hacienda, luego pasamos al Tesoro Público, y viene la directora de Presupuestos. Hay alto interés por inquietudes surgidas en relación con las finanzas públicas generales, que también serán abordadas en esta comisión. Finalmente, en la sesión de la tarde, sesionaremos hasta las 14:00 y retomaremos de 14:30 a 18:00, con media hora para almorzar. Tendremos hasta aproximadamente las 14:00–14:30 esta primera parte con Tesoro Público y el cierre de la Superintendencia de Casinos de Juego, y luego, de 14:30 a 16:00, eventualmente, terminar con el Ministerio de la Mujer, con la ministra que vendrá a presentar el presupuesto.
Sin más, le doy la palabra a la subsecretaria de Hacienda, Heidi Berner, para que nos cuente cómo viene el presupuesto de la Superintendencia de Casinos de Juego.
—Gracias, presidente. Por su intermedio, saludarle a usted, al senador Coloma, a la senadora Pascual y a la diputada Rojas. Efectivamente, nos quedaba solo la Superintendencia de Casinos de Juego como parte de los servicios relacionados del Ministerio de Hacienda. Me acompañan la superintendenta Vivien Villagrán y Estefanía Artus, coordinadora de servicios, quien ha estado acompañando todo este proceso.
En el caso de la Superintendencia de Casinos de Juego, se trata de un presupuesto de continuidad que presenta una disminución de 2,1%, equivalente a 112 millones, sobre un presupuesto de 5.104 millones de pesos propuesto para el año 2026. Hay una disminución de 4,2% en el subtítulo 21, equivalente a 146 millones, por lo que la propuesta para 2026 en ese subtítulo es de 3.325 millones. En el subtítulo 22 hay un leve aumento de 1%, que equivale a 16,633 millones, y en el subtítulo 29, Adquisición de Activos No Financieros, hay un aumento de 16,3%; en este servicio ese subtítulo es acotado, por lo que dicho porcentaje representa del orden de 17,758 millones.
La rebaja de 4,2% en el subtítulo 21 se explica principalmente por tres cargos de Alta Dirección Pública que finalizan su período durante 2026, para los cuales se estimaron tiempos de vacancia. De hecho, la superintendenta Vivien Villagrán cumplirá nueve años en el cargo en febrero, y corresponde su renovación; posteriormente, en abril, se renuevan los intendentes de la superintendencia. Por tanto, es una rebaja no permanente, asociada a esos espacios de vacancia. La dotación de la superintendencia es de 63 funcionarios y 3 honorarios.
En el subtítulo 22, el incremento —si bien pequeño, de 16,633 millones— se explica por la contratación de la nueva plataforma tecnológica adjudicada en noviembre de 2024, principalmente por costos de licencias y mejoras en ciberseguridad. Esto es muy relevante; ayer hablamos de la Agencia de Ciberseguridad, a propósito de la intervención del senador Pugh, y a lo largo de los servicios de Hacienda ha habido una inversión importante para evitar ataques. En el caso de la superintendencia, hubo un ataque en 2024 asociado principalmente a software de trabajo (Office y otros), por lo que hemos reforzado las medidas de ciberseguridad.
Y en el subtítulo 29, el aumento, de magnitud similar, asciende a 17,758 millones.
Se explica por la adquisición de programas informáticos necesarios para la parte operacional. Entonces, esto nuevamente son espejos entre el subtítulo 22 y el 29. A lo largo de casi todos los servicios de Hacienda fuimos viendo cómo ciertos desarrollos y tipos de temas informáticos se pagan por el 22 y otros por el 29, pero en realidad van en línea. Eso diría yo. No sé si hay alguna consulta al respecto u otra materia de la superintendencia que quieran resolver.
—Senador Coloma.— Gracias, Presidente. A ver, no sé si se podrá ver en Tesoro en términos generales, pero me ha tocado plantear en esta comisión el tema del inflactor. Aquí aparece nuevamente la misma lógica. Quiero dar una pequeña explicación: en todas las otras comisiones en que hemos estado no se ha votado en definitiva a la espera de que se resuelva el tema del inflactor, porque lo que pasa es muy complejo. Uno tiende a decir “el presupuesto aumenta a un 7%”, pero respecto de personal se mantienen los montos en términos nominales. Entonces, o bien —alternativa uno— la idea del Ejecutivo es bajar las remuneraciones de los empleados públicos, que es una opción dentro de lo que se podría pensar; o esto está sujeto a alguna ley eventualmente posterior, que creo es indispensable tratar en este presupuesto. Por eso hago la pregunta, Presidente, porque este es un tema que cruza todos los presupuestos, pero que es distinto de lo que yo había visto antes, donde siempre estaba contemplado el inflactor. Es distinta la forma de tramitarlo, y eso complejiza este presupuesto. Si se quiere, se ve después en el Tesoro mismo, pero aparece en todos los servicios y esa es la complejidad que tiene este proyecto.
—Presidencia.— Sí. Antes de eso, yo tengo alguna observación respecto a la superintendencia, precisamente en el subtítulo 21, pero lo que aborda el senador Coloma es algo que viene siendo advertido en todos los subtítulos 21. A ver si usted nos puede contar un poco qué sucede con el inflactor y por qué no estaría considerado. Porque entiendo que había una recomendación también de la Comisión Presidencial del Gasto, pero nunca había pasado que no se integrara al presupuesto propiamente tal, a menos que se señale —como indicó el senador Núñez ayer— que no va a haber ningún tipo de reajuste.
—Autoridad.— Para generar espacio de gasto, porque en la práctica es lo mismo. Hay ciertas necesidades sociales que se van a requerir financiar, y una forma de hacerlo es generar mayor ingreso o generar espacio de gasto. En ese contexto, en esa comisión se sugirió que en el presupuesto se mantuviesen los salarios de manera nominal y que todo lo que eventualmente vaya o no vaya en la discusión de reajuste sea parte del Tesoro. Por eso creo que el lugar para discutir esto es el Tesoro y, después, por supuesto, la Mixta, más que el presupuesto de Hacienda.
Por supuesto, todos los servicios de Hacienda tienen la misma regla. De hecho, es bien claro: en el caso de Aduanas hay un aumento de dotación bien relevante y, si uno mirara solo el aumento de dotación, habría aumentado mucho su presupuesto del subtítulo 21. En cambio, el gasto en personal del subtítulo 21 aumenta 15,1%, pero tenemos un aumento de 372 funcionarios —por la ley de Cumplimiento Tributario, etc.—. Ese incremento en el neto no explica todo el delta porque parte de ello obedece a que las actuales remuneraciones se mantienen en términos nominales. Y sí, es una decisión política, respaldada por una comisión de expertos bastante amplia que sugiere, para efectos de contener el gasto, que como primera medida se mantengan las remuneraciones en términos nominales.
Ahora bien, insisto: los recursos para esta discusión —en términos de lo que se pueda venir en una siguiente ley de reajuste, etc.— son materia del Tesoro y responden a una definición transversal a todo el presupuesto más que a un sector o una partida, como en el caso de Hacienda. Por ello sugeriría abordarlo en lo que viene a continuación, que es el Tesoro, y, por supuesto, en la Mixta.
Sigamos conversando. Yo igual voy a estar en la Mixta; no quiero decir con eso que, como Subsecretaria de Hacienda, vaya a evitar lo que me corresponde en la discusión. Pero, como estamos viendo la Partida Hacienda, solo confirmar que, en el caso de Hacienda, efectivamente en las actuales remisiones están todas en términos nominales para 2026.
Senador Coloma: Simplemente, más que entrar en el Tesoro, lo veremos en la Mixta. Pero yo quiero dejar claro que en un Presupuesto —yo sé que hay recomendaciones; allá están las recomendaciones— esa misma comisión propuso fusionar ministerios y no he visto al Ejecutivo fusionando ministerios. Aló, perdón, disculpe. No, yo sé que hay recomendaciones, entre ellas fusionar ministerios; por ejemplo, la CGGOV, incorporar al Interior, entiendo yo. Si se acogen todas las recomendaciones, uno entiende un camino; pero si se acoge una recomendación particular, que implica un cambio y una alteración de toda la forma de discutir los presupuestos —que es no indexar; que, en el fondo, es decir: son montos nominales—, obviamente eso tiene que ver con si uno está dispuesto o no a aceptar esos criterios como Presupuesto. Porque esto no puede depender de lo que el Ministro de Hacienda quiera hacer el día de mañana o no. Por eso creo que es una discusión de la Mixta. Además, se complejiza porque el CFA ayer dijo que tenía no solamente dudas respecto del balance estructural de 2025, sino también respecto de los ingresos de 2026, contrastándolo incluso con el informe del Fondo Monetario Internacional. Podemos verlo después, Presidente; por lo menos, verlo en la Mixta. Pero quería dejar constancia de que ese es un tema crucial en la conformación de este Presupuesto, y eso es parte del problema que vamos a tener en la Mixta. Yo, por lo menos, no voy a estar en condiciones de aprobar si no hay claridad respecto del deflactor; que quede resuelto en la Comisión Mixta de Presupuestos, no en una eventual ley posterior. Gracias, Presidente.
Muchas gracias. Efectivamente, lo vamos a ver en específico ahora con la Directora de Presupuestos que nos acompaña; se integró, así que aprovechamos de saludarla, al igual que a la senadora Rincón, que se integró hace 15 minutos, y al diputado Donoso.
Respecto de la Superintendencia de Casinos, en el Subtítulo 21, Gastos en Personal, hay una disminución de 146 millones de pesos entre los presupuestos 2025 y 2026. En los antecedentes que acompañan el proyecto se señala que el gasto en personal financia la continuidad operacional de la Superintendencia y su dotación de 63 cupos más 3 honorarios. La glosa asociada al subtítulo muestra una reducción marginal respecto del año anterior. Entonces, la solicitud es precisar la rebaja y remitir también el cálculo detallado de la dotación 2026. Eso lo puede hacer llegar, Directora, de manera escrita, como le hemos solicitado a muchos servicios respecto de lo que hemos estado viendo en esta Subcomisión.
Senadora Pascual: Sí, gracias, Presidente. Saludar, por cierto, a la Subsecretaria, a la Directora de Presupuestos, a todas sus asesoras, y a los senadores, senadoras, diputados y diputadas. Solo quería, por su intermedio, preguntarle a la Subsecretaria: entiendo perfectamente la explicación que se da aquí en la presentación de la rebaja a partir de tres cargos de Alta Dirección Pública que finalizan y que, por ende, se produciría un tiempo de vacancia por el nuevo concurso. ¿Tienen calculada la cantidad de meses que eso implica? ¿Cómo calzan los montos con el tiempo que se demora el concurso? Eso es lo que quiero saber.
Subsecretaria: Sí, Presidente. Ya. Bueno, respecto de la Superintendencia, para cerrar el tema, como lo pusimos en la misma presentación, la explicación es solo por los tres cargos ADP. Ahora, uno podría decir: ¿por qué no adelantar el concurso? Nos parece que hay una regla en el último cambio de la Ley de ADP: seis meses antes de que termine una administración hay que pedir autorización al Consejo ADP para adelantar el concurso. En este caso no nos pareció correcto y, por lo mismo, cuando se acabe el cargo de la superintendenta se lanzará el concurso, y eso dura tres meses. Un concurso de primer nivel jerárquico, al menos, son tres meses. Después, dado que los otros dos cargos, que son de segundo nivel, se van a desocupar —si mal no recuerdo— en mayo y septiembre, que esté el primer nivel nombrado para que haga el concurso de segundo nivel nos parece lo más adecuado. Y eso es lo que se calcula. Pero un concurso ADP son tres meses. Entonces, son tres meses del primer nivel, que termina en febrero, entonces...
Marzo, abril y mayo; y después, los concursos de los otros tres.
Teniendo claridad en la explicación, solo para saber: ¿cuánto cuesta en promedio un concurso de Alta Dirección Pública?
Presidente, por su intermedio: ayer, en la Subcomisión, cuando estuvo el Servicio Civil, se hizo esa misma consulta. El Director del Servicio Civil contestó que el costo promedio de un concurso es de 8 millones de pesos, cifra que ha ido disminuyendo. De hecho, cuando asumimos era superior a 10 millones; se realizó una nueva licitación de consultoras. Esa información se nos pidió y la enviaremos, con el detalle de la evolución del costo promedio por concurso de primer y de segundo nivel.
Teniendo presente lo solicitado ayer sobre este tema, pregunto —solo por curiosidad, que se entienda que no hay una crítica—: ¿han estudiado, subsecretario, cuál es el nivel de rotación de las personas seleccionadas por ADP que terminan antes del período para el cual fueron nombradas, y lo que eso significa para el Estado?
Sí, también lo hemos estudiado, Presidente, por su intermedio. De hecho, las rotaciones han disminuido bastante. En esta administración es donde los cargos ADP han perdurado con mayor promedio, por sobre tres años; me parece que el promedio de duración está en 3,5. Podemos remitir esas cifras, si le parece, porque existe la obligación del Consejo ADP de informar al Congreso sobre estos temas. No hace mucho tiempo se hizo una presentación a la Comisión de Hacienda de la Cámara con todas las estadísticas, que también podemos acompañar, como parte de la cuenta que realiza el Consejo ADP.
Y respecto de lo que preguntaba el senador Coloma —que por supuesto abordarán más adelante con la directora—, en el Tesoro, cuando se presentó el Informe de Finanzas Públicas, se detallaron todas las recomendaciones del Consejo o Comité Asesor para la contención del gasto y el mejor gasto público. Varias de esas medidas están incorporadas en este presupuesto, no solo en el subtítulo 21. Lo digo para volver a repasarlo, pero efectivamente estaba en detalle en el Informe de Finanzas Públicas. Son 14 medidas incorporadas en este proyecto de Ley de Presupuestos, de las recomendadas por la Comisión. Una de ellas es la relativa al subtítulo 21. Otras, como las señaladas por el senador Coloma en relación con la fusión de ministerios, no corresponde tramitarlas en la Ley de Presupuestos: esta dura un año, no es permanente, y hay sugerencias que requieren una ley permanente y, por tanto, no correspondía incorporarlas en este proyecto.
Eso es, Presidente. Muchas gracias. ¿Algo, directora, para terminar con Casinos? Está bien. Saludamos también al senador José García, que se integró a la Comisión.
Entonces, con esto damos por terminado Hacienda. Agradecemos a la subsecretaria Heidi Berner y a la directora de Casinos. Sí, pregúntelo; nos van a enviar una minuta. Pasamos, entonces, a Tesoro Público.
Solo un detalle: en la presentación que hizo la directora se señaló que eran 16 de las 24, no 14. Puedo estar equivocada; si no son 16, agradecería que se precise por qué no son 16 y son 14.
Sí, muchas gracias, señor Presidente. ¿Podemos proyectar la presentación? Sí, por supuesto; necesitamos proyectarla. De hecho, es necesario, porque las personas que nos siguen en línea deben poder verla.
¿Está funcionando ya? ¿Quién va a ir pasando las láminas? ¿Usted puede controlarlo desde allá? Ah, perfecto. ¿Se puede ver, verdad? ¿Pueden ver esto? ¿Hay gente que nos está siguiendo? Bien. Directora, por favor, adelante.
Bueno, saludar a los presentes nuevamente: senadoras y senadores, diputadas y diputados. Me acompañan también Celery Pardo, subdirectora de Presupuestos, y Claudia Sott, jefa de Finanzas Públicas. La presentación del Tesoro Público, la Partida 50, tiene dos focos importantes. Es una partida que se divide en dos grandes temas: primero, los temas ligados al financiamiento; aquí están los ingresos, los fondos que existen en el Tesoro Público y, además, el endeudamiento, es decir, el servicio de la deuda. Y tiene una segunda parte de gastos. Es una presentación larga. Me gustaría, al menos, permitir que se hagan preguntas sin interrumpir el continuo de la exposición; quizás podríamos dividirla en el capítulo 1, financiamiento, y luego gastos de la partida, y así vamos por partes.
Sí, yo recomendaría que dentro del financiamiento y de los gastos de la partida fuéramos por subtítulos, porque, como obviamente ingresos están distintos de deuda y de los fondos especiales, creo que van a surgir preguntas. Entonces, tratemos de ir por subtítulos o por cada punto dentro del financiamiento y de los gastos. Yo voy a ir acumulando preguntas para que avancemos de la forma más ininterrumpida posible.
Diputada Rojas.— Sí, Presidente. Yo creo que sería importante si pudiéramos ver todos los ingresos, al menos, para no estar yendo y viniendo. Entonces, quizás la misma directora nos puede proponer el orden, porque lo que nos ha pasado —y que ayer logramos que no fuese así con Hacienda— es que se termina un punto y las respuestas vienen unas diapositivas más allá. En ese sentido, la directora lo puede orientar bien, y al menos que veamos ingresos completos.
Bueno, como les digo, vamos a tratar de hacerlo lo más expedito posible. Me di cuenta de la carencia de tiempo que hemos tenido precisamente para poder revisar el presupuesto, así que avancemos rápido, pero naturalmente los...
Senadores y diputados, tenemos preguntas que ir haciendo. Vamos a tratar de acumularlas para que esto avance y se entienda la presentación de la manera más integral posible. Adelante, director.
Voy a partir. Efectivamente, los ingresos generales pueden ser algo que revisemos y luego dejamos un espacio para preguntas, pero al menos quiero hacer la presentación completa de los ingresos.
En el Tesoro Público no se concentra la totalidad de los ingresos de la nación: aproximadamente el 90% de los ingresos están en el Tesoro Público. El resto se registra en los distintos servicios públicos como ingresos de operación u otros ingresos. La primera lámina da cuenta de la disponibilidad total de ingresos para el próximo año. Muestra cuánto está en el Tesoro Público —este 90%—, que incluye la totalidad de los ingresos tributarios, la totalidad de los ingresos por cobre y una parte importante, aunque no la totalidad, de los otros ingresos corrientes. El resto de las partidas agrupa principalmente las imposiciones previsionales que se registran en el Ministerio de Salud (las cotizaciones que ingresan por el 7%). También hay otras en el Ministerio del Trabajo, pero son menores en comparación con los 4,5 billones del total; aproximadamente el 80% corresponde al Ministerio de Salud. En rentas de la propiedad hay ingresos relevantes, destacando en Corfo los asociados al litio, que son los más significativos dentro de esa categoría. Y, en cuanto a los ingresos de operación, se trata de todos aquellos que obtiene el Estado por su actividad, por ejemplo, los ingresos de los parques nacionales o cuando el Estadio Nacional realiza eventos y obtiene recursos; esos recursos van al Ministerio del Deporte. En suma, ese resto de ingresos no lo vemos en el Tesoro Público, sino en las demás partidas.
En las presentaciones que realizamos para los Informes de Finanzas Públicas, y en los informes que elabora el CFA, se consideran todos los ingresos. Por ello, el resto de la presentación sigue esa lógica, ya que los ingresos que no están en el Tesoro Público se encuentran bastante fragmentados en el resto de las partidas. Para efectos de lo que analiza el CFA y lo que nosotros analizamos en el Informe de Finanzas Públicas, siempre se considera la totalidad de los ingresos, sin hacer esta separación meramente presupuestaria.
Respecto de los otros ingresos corrientes, son aquellos que pueden percibir los servicios por concepto de multas, recuperación de licencias médicas, y también ingresos vinculados al crédito con aval del Estado, entre otros.
Luego, en 2024 hubo un desvío importante en la meta fiscal, explicado —y esto es relevante— por los ingresos tributarios no mineros. Ese factor explicó prácticamente más de un tercio del desvío del año pasado. A partir de ello, y como quedó reflejado en el Informe de Finanzas Públicas del primer trimestre, se emprendió una modernización de la metodología de proyección de ingresos fiscales. Las comparaciones y actualizaciones que hemos ido realizando hoy se basan en esa nueva metodología.
El gráfico —que cubre desde 2008 a 2024— muestra la diferencia entre lo estimado y lo efectivamente observado, tanto en términos absolutos como porcentuales, en la proyección de ingresos tributarios de contribuyentes no mineros. Se observa que desde 2017, y con mayor fuerza desde 2018, existe una desviación importante respecto de lo que se estimaba y lo que realmente fueron esos ingresos.
La comparación del año 2025 con el Informe de Finanzas Públicas del primer trimestre, que ya aplica la nueva metodología, muestra una diferencia bastante menor respecto de lo que teníamos previamente y, en particular, durante la pandemia, periodo en que se observaron las mayores desviaciones en la estimación de ingresos, tanto al alza como a la baja. Esto es importante porque 2026 está calculado en función de la nueva metodología de ingresos y no de la que se venía usando desde 2019. Además, en el Informe de Finanzas Públicas se presenta la hoja de ruta planteada por el FMI: qué medidas se han cumplido, cuáles faltan, y, de lo más relevante que queda pendiente —que quisiéramos dejar hecho al término de la administración, al cierre de 2025—, está un informe sobre cómo se calculan los ingresos fiscales. Ese informe existió aproximadamente hasta 2015, luego se dejó de hacer y ahora lo estaríamos retomando, de modo que la metodología de cálculo de los ingresos fiscales sea pública y conocida por quienes se interesen en el tema, fortaleciendo así la institucionalidad.
Sobre el punto, senador García. Gracias, Presidente. Perdón por la interrupción, Directora, pero muy breve. Usted dice que, además de lo metodológico, el desvío también fue por una volatilidad inédita de ingresos derivados de desequilibrios macroeconómicos y, en particular, de una medida que empezaba a recaudar el año 2024, aprobada en 2021. ¿A qué medida en concreto se refiere y si pudiera dimensionar el efecto que produjo?
Gracias, Presidente. Sí. Nuestros ingresos tributarios no mineros, en general, son más volátiles; en el informe de la Comisión Mixta di esta vuelta más larga —acá no lo traje—, pero si uno los compara con otros ingresos en el mundo, efectivamente son más volátiles. Y fueron especialmente volátiles durante 2020-2021, a causa de los desequilibrios macroeconómicos que teníamos. A esa volatilidad se suma que entre 2019 y 2021 —o enero de 2022— tuvimos alrededor de 50 medidas tributarias de distinto origen: primero la modernización tributaria; luego, las exenciones para el financiamiento de la PGU; además, medidas propias del COVID y de los retiros de los fondos de pensiones. En conjunto, esas medidas, para 2024, se estimaba que recaudarían del orden de 6.000 millones de dólares. En 2023 venían recaudando, en teoría, del orden de 2.300 a 2.400 millones de dólares, pero se proyectaba un salto en 2024. Eran reformas con distintos objetivos, pero tenían en común que su mayor fuerza recaudatoria caía en 2024.
En particular, había una medida: la depreciación instantánea, que cambió la depreciación acelerada por instantánea para las empresas en 2021, como medida de reactivación por el COVID. Se suponía que eso dejaría de recaudar en los primeros años y luego recaudaría del orden de 2.500 a 3.000 millones de dólares. Lo que ocurrió es que el Presupuesto 2024, si bien incorporó un supuesto a la baja —se esperaba aproximadamente la mitad—, finalmente recaudó del orden de 100 a 300 millones de dólares. Se recaudó muy poco respecto de lo esperado y eso explica una diferencia superior a 1.000 millones de dólares en 2024.
¿Cuál fue el problema en ese entonces? Que, al elaborar el informe financiero, no se consideraron las pérdidas tributarias que van acumulando las empresas. Si uno incorpora eso en la fórmula, se llega a valores más alineados con lo que observamos hoy. Eso es lo que se explica en la lámina a continuación. Para 2026, los ingresos están calculados con cuatro mejoras importantes que se detallan en la lámina siguiente. La primera es el uso...
de microdatos para la revisión ex post de cambios al sistema tributario. Y eso, creo, será una mejora institucional que quedará instalada: antes no se ocupaban microdatos para evaluar ex post si las reformas tributarias cumplían o no sus objetivos, y eso es lo que hicimos, por ejemplo, con la depreciación instantánea, con otras medidas y también con el royalty.
Luego, usar microdatos para proyectar la recaudación asociada a la minería privada, que, al tener un universo menor de empresas, hace posible que los microdatos nos ayuden de manera más relevante a predecir esos ingresos. Después, aumentar la coordinación con el Servicio de Impuestos Internos: esto significa que, tal como lo hace el Banco Central, se puede acceder a microdatos, por supuesto anonimizados, para realizar las proyecciones de ingresos. Y lo último son nuevos modelos de series de tiempo para ingresos tributarios no mineros, que recogen de manera más adecuada las interdependencias entre la declaración anual de impuestos, los sistemas de pago y los pagos previsionales. Al final, uno proyecta un año, pero la Operación Renta es más que un año: una parte se determina por los PPM que se pagan el año anterior, luego viene la declaración de renta, y el año siguiente comienza otra declaración de renta. Unir, a través de series de tiempo, esos procesos permite una mejor articulación entre el escenario de corto y el de mediano plazo, que antes se proyectaban con metodologías que no necesariamente “conversaban” entre sí.
¿Cuál es el resultado? Y esto va al fondo de la pregunta del senador García: el resultado de lo que hicimos para el informe del primer trimestre fue una actualización que rebajó, en el mediano plazo —incluido 2026—, más de un punto del PIB. Entonces, si la metodología anterior tenía desvíos en el mediano plazo, eso ya está corregido dentro del mediano plazo y del año 2026. Por eso se bajó en más de un punto del PIB la proyección de ingresos cuando hicimos el Informe de Finanzas Públicas y el cambio del decreto de política fiscal.
—Perdón, entonces tenemos que entender, directora, que las estimaciones de desvío respecto de ingresos se hicieron con una metodología anterior y ahora esto ya está ajustado. O sea, no debiera volver a ocurrir un error respecto de las estimaciones de ingresos. Eso para tratar de entenderlo en simple, ¿sí?
—Así es. Por eso el gráfico de la primera lámina mostraba que la desviación hoy día en renta no minera es muy acotada, no solo respecto del año pasado, sino también en comparación con los últimos cinco años. Esa es la base de proyección metodológica que tenemos para 2026. De hecho, ayer el CFA hacía la comparación con la presentación del Presupuesto, y claro, en ese momento todavía teníamos la metodología antigua; hoy ya está ajustada.
En la próxima lámina presentamos los ingresos efectivos para 2026. Los dividimos entre tributarios y otros, y además mostramos el total y la ponderación de cada fuente, porque la pregunta que ha estado en el debate público —si los ingresos están o no ajustados, si son o no exigentes— requiere particularizar dónde podrían ser más exigentes para el próximo año.
Primero, el IVA, que es el impuesto más grande: el 38% de la recaudación proyectada para el próximo año proviene del IVA, con un crecimiento de 3,3%. Tenemos una lámina específica para entrar en detalle. Luego, el resto de contribuyentes, con un crecimiento de 8,6%, que representa alrededor de un tercio de la recaudación. Después, el resto de impuestos específicos —por ejemplo, a los combustibles y otros gravámenes más acotados— muestra un aumento de 2,5%. Los tributarios GMP-10 crecen 2,1%; de esto también veremos una lámina en detalle. Finalmente, en cobre bruto, respecto de este año, proyectamos una caída de 9,5% del total de recaudación por cobre bruto, que corresponde a los ingresos de Codelco.