Buenos días a todos. Tomen asiento, por favor. Muchísimas gracias. Es un placer dar la palabra al comisario de Defensa y Espacio. Hoy abordaremos la Agenda 2030 en un momento crucial para la seguridad en Europa. La hoja de ruta 2030 y las iniciativas emblemáticas de defensa —incluido el escudo espacial de defensa— representan avances concretos en resiliencia, interoperabilidad y preparación industrial. Nos interesa especialmente el proceso de coordinación en la Comisión para convertir los esfuerzos colectivos en acciones sobre el terreno y aprovechar el momento de cara a 2030. Tomamos también nota del informe de simplificación. Nuestra comisión trabaja con rapidez y me complace anunciar que votaremos el paquete ómnibus antes de finales de este año, a fin de estar listos en el marco de la próxima Agenda de Defensa de la Unión Europea. Señor comisario, muchísimas gracias por estar aquí. Tiene usted la palabra. Dispone de 15 minutos.
Gracias, señora presidenta. Es un placer y un honor estar de vuelta en esta comisión; es como volver a casa. Ofreceré una visión general de la situación: lo que hemos hecho, dónde estamos y qué tenemos por delante. Asimismo, presentaré el informe de simplificación, aplicación y ejecución. Tienen ustedes una copia, que ofrece una panorámica de lo realizado durante casi un año.
Este año hemos visto muchos avances en el ámbito de la defensa a nivel europeo. Los Estados miembros y la OTAN han hecho un gran trabajo. Uno de los logros destacados es que el Parlamento Europeo cuenta ahora con una comisión plenamente dedicada a estos asuntos. Ustedes están haciendo mucho: gracias por sus informes, los ya presentados y los que están en marcha, que son una fuente de inspiración para nosotros. Su contribución estratégica es esencial, porque en nuestras actividades diarias resulta un reto mantener el foco en las grandes líneas.
En cuanto a la reunión de hoy, ayer concluimos las negociaciones sobre el mini‑ómnibus, un nombre quizá confuso, porque su resultado es enorme: permitirá movilizar fondos de cohesión para programas clave de defensa.
Permítanme repasar algunos logros de este año; no abordaré ahora los retos. La defensa es ya una prioridad estratégica y, como ha señalado la presidenta de la Comisión, buscamos reforzar la preparación y la autonomía de la Unión Europea en materia de defensa. En este casi año hemos estado en una fase de inversión para crear oportunidades y desarrollar capacidades de defensa. A principios de año hablé de un…
Este proyecto requería mucha financiación en defensa, y ahora quiero hablarles de lo que hemos conseguido en ese sentido. En primer lugar, hemos logrado un auténtico Big Bang en la financiación de defensa. No voy a repetir lo obvio: hemos creado oportunidades para que los Estados miembros incrementen su gasto hasta 2030, con 800 millones de euros. Esto se enmarca también en una decisión de la OTAN y de la Unión Europea de incrementar el gasto hasta el 3,5% de aquí al año 2030. Debemos evaluar, por tanto, si los Estados miembros cumplirán con sus compromisos antes de 2035 en materia de gasto en defensa. Hablamos de 6.300 millones de euros: una cantidad considerable, tanto para inversiones como para otros gastos, con una parte muy importante destinada estrictamente a capacidades de defensa. Las cifras importan. Hemos adoptado decisiones que nos permitirán movilizar otros 800 millones de euros en préstamos de aquí a 2035. En su aplicación, queremos disponer de fondos para que los gobiernos puedan firmar contratos una vez presenten sus planes de inversión. Es un proceso rápido, que permitirá a los Estados miembros incrementar su gasto en defensa, y eso es fundamental.
En el marco del próximo MFP, el incremento de gasto se multiplica por cinco: 131 millones de euros. Esperamos que los Estados miembros respalden esta cifra: 131 para defensa y espacio; en total, estaremos hablando de unos 60.000 o 70.000 millones de euros para defensa. Permítanme subrayar que el gasto nacional en los próximos 10 años puede ser de 6.300 millones de euros, mientras que, a nivel del presupuesto europeo, podemos alcanzar unos 60.000 o 70.000 millones de euros. Existe una diferencia significativa. Hay una parte que proviene de los presupuestos nacionales, y el MFP es clave para incentivar a los Estados miembros a utilizar los recursos con prudencia, pero debemos entender bien esta diferencia.
También hemos impulsado un Big Bang en la política industrial. Mantenemos trílogos sobre el EDIP, un paso importante, y esperamos que el EDIP empiece a funcionar a principios del año que viene. Y aquí no hablamos únicamente de fondos: ahora la aportación es de 1.500 millones de euros, pero además contamos con un instrumento de política industrial para crear proyectos de interés europeo, como los importantes proyectos de interés común europeo (IPCEI), u otros instrumentos, especialmente de cara al futuro para acciones estratégicas.
Por último, hemos lanzado un Big Bang de simplificación: un paquete ómnibus para la simplificación en defensa, que reduce los plazos de autorización para la construcción de infraestructuras de defensa. Hoy estos permisos pueden tardar cuatro años; con la nueva obligación, si el Parlamento y el Consejo están de acuerdo, se resolverán en dos meses. Entramos, por así decirlo, en la fase de ejecución: un Big Bang de resultados. Ya contamos con un documento importante aprobado por la Comisión.
Lo que ustedes piden es hablar de una hoja de ruta sobre defensa. Esta preparación en defensa con horizonte 2030 es un plan orientado a resultados en materia de licitaciones, contratos, superación de la fragmentación de la industria y, asimismo, de gasto en defensa: cómo invertir más y mejor en Europa. En relación con los objetivos de la OTAN, ello nos permitirá disponer de una industria europea sólida.
Debemos centrarnos en objetivos claros. Por una parte, apoyar a los Estados miembros para que desarrollen plenamente sus capacidades de defensa; por otra, no olvidar que uno de los recursos que debemos reforzar es nuestra base industrial, hoy ante grandes retos. El informe Draghi ya señaló la fragmentación, los problemas de competitividad global y la necesidad de una respuesta europea. En esta hoja de ruta recogemos tareas y calendarios ambiciosos y, sobre todo, voluntad política. Contamos con una presentación clara con fechas y planes, un cuadro elaborado por expertos —por ejemplo, Daniel Fiott— que sintetiza bien la agenda que vamos a aplicar. No solo queremos planificar, sino dotarnos de un mecanismo propio de seguimiento y notificación para verificar el cumplimiento y activar las correcciones necesarias.
La hoja de ruta prevé una gobernanza con disposiciones claras a nivel de liderazgo y de agencias. Las tareas son exigentes, pero debemos reconocer que, hasta ahora, en defensa no hemos tenido demasiado éxito a la hora de poner en marcha proyectos paneuropeos verdaderamente colectivos, a diferencia del sector espacial. Debemos aplicar el modelo de gestión previsto para cambiar esa dinámica.
Otro punto clave son los proyectos insignia paneuropeos y el papel de la Comisión como facilitadora y, cuando proceda, como proveedora de servicios. La presidenta también lo ha subrayado: la Iniciativa de Defensa, el refuerzo del flanco oriental y el escudo europeo, incluida su dimensión espacial. Estamos analizando cómo implementar con eficacia estos grandes proyectos. Nosotros y el Consejo desempeñaremos un papel esencial. Recuerdo que, en unas recientes conclusiones, el Consejo señaló que debemos fortalecer el flanco oriental mediante medidas concretas y tratar esta cuestión como prioritaria. Coincidimos en esa prioridad. Ahora bien, ello no significa que debamos olvidar otras regiones, como han subrayado varios expertos y ministros.
Se propone que debemos prestar atención también al flanco mediterráneo, y presentaremos propuestas en este sentido. El EDIP, ya mencionado, está acordado y nos proporciona instrumentos importantes para crear capacidades y tener éxito.
En el caso de los proyectos insignia, como el SIAP, cuando hablamos de los programas de armamento europeos, existe la posibilidad de que algunos Estados miembros constituyan una entidad jurídica para disponer de normas más flexibles de contratación pública. También contemplamos exenciones de IVA, acceso a préstamos en los mercados financieros y la posibilidad de contar con apoyo financiero de programas comunitarios. Asimismo, en los proyectos de interés común contamos con disposiciones jurídicas para grandes iniciativas que pueden recibir apoyo comunitario. Analizaremos cómo aprovechar estos instrumentos para que esos proyectos prosperen.
Permítanme añadir unas palabras sobre otro eje de nuestra hoja de ruta: el apoyo a Ucrania. Es un compromiso permanente que requiere nuestra atención. No insistiré en lo obvio sobre su importancia, pero sí en el apoyo financiero: trabajamos en los préstamos de reparación, que confío en que podamos establecer y que serían relevantes si logramos los acuerdos necesarios. Podríamos utilizarlos en Ucrania e incluso plantearlos en el marco de negociaciones con Putin.
Quisiera señalar, además, que tres Estados miembros han prometido ayudas a Ucrania. Estoy trabajando con los ministros competentes para preparar los planes de inversión y confío en obtener buenos resultados. En el marco del EDIP, recuerden que contaremos pronto con el USI, el Instrumento de Apoyo a Ucrania, que abrirá nuevas posibilidades de cara al futuro.
En cuanto al apoyo industrial a Ucrania, estamos explorando cómo crear programas de defensa en Ucrania, cómo utilizar de forma más eficaz esos préstamos de reparación y cómo articular una alianza de drones con Ucrania, que podría convertirse en un proyecto insignia, al igual que el proyecto de defensa basado en drones en el flanco oriental. También analizamos cómo trabajar con Ucrania de modo que pueda ayudarnos a nosotros: solemos hablar de cómo apoyamos a Ucrania, pero debemos ver también cómo Ucrania puede contribuir, por ejemplo mediante avances tecnológicos. Por ello hemos puesto en marcha proyectos conjuntos cada vez más activos que nos permiten aprender de su experiencia, y contemplamos la posibilidad de que Ucrania participe como socio en proyectos de la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) y del SIAP, por ejemplo en el marco de la defensa del flanco oriental. Ayer aprobamos el mini-omnibus y acordamos que Ucrania podrá ser país asociado al Fondo Europeo de Defensa.
Estos son los pasos para este año y el próximo. En dos semanas presentaremos el ambicioso paquete de movilidad militar y la hoja de ruta para la transformación en el ámbito de la defensa; seguidamente, avanzaremos con el “omnibus” de simplificación, que esperamos culminar antes de que finalice el año. De cara al año que viene, queremos revisar la Directiva sobre contratación pública en materia de defensa y seguridad, reforzar el mercado único y presentar una comunicación sobre el Escudo del Espacio.
…de la defensa y, luego, la comunicación sobre nuestros planes y los proyectos emblemáticos serán fundamentales en nuestra agenda de trabajo. En pocas palabras, esto es lo que figura en nuestra hoja de ruta por ahora. Lo dejo aquí y quedo a la espera de sus preguntas y comentarios.
Muchas gracias, señor comisario. En primer lugar, quiero dar la bienvenida a nuestra colega ucraniana, Elina Nikova, miembro de la Verkhovna Rada. Gracias por estar aquí. Concedo ahora el uso de la palabra a los miembros para una primera ronda de preguntas, empezando por los coordinadores, dos minutos cada uno.
Niclas Herbst, del PPE. Gracias, señora presidenta, y gracias, señor comisario, por venir a presentar esta hoja de ruta de preparación para la defensa. Vemos que se están dando pasos positivos hacia la creación de una verdadera Unión de la Defensa. Ha hablado usted del flanco oriental. En su agenda se indica que el Consejo Europeo debería refrendar pronto los proyectos emblemáticos, entre ellos la iniciativa relativa al flanco oriental; sin embargo, eso no ocurrió en octubre, cuando estaba previsto. Nos gustaría saber en qué punto estamos. ¿Existen obstáculos? ¿Hay algún escollo por parte de los Estados miembros? Porque en las conclusiones del Consejo hay una suerte de validación, pero no expresa. ¿Cuál es la situación?
En segundo lugar, una cuestión más general sobre la financiación de doble uso de las iniciativas emblemáticas. Las hojas de ruta y los proyectos emblemáticos se basan en tecnologías de doble uso —inteligencia artificial, satélites, etc.—. ¿Cuál cree que será la fuente de financiación? Ahora contamos con el FED y el EDIP, centrados en el ámbito militar, y con Horizonte Europa, exclusivamente civil por su naturaleza. En el futuro habrá cambios en el Fondo de Competitividad y en el Programa Marco de Investigación e Innovación, que se abrirán también al doble uso. ¿Cómo prevé que evolucione esto en los próximos años, hasta finales de 2028, especialmente para aquellas tecnologías claramente de doble uso desde una fase muy temprana?
Y, por último —quizá sea una cuestión demasiado técnica y podamos abordarla más tarde—, ¿qué papel ve para el Consejo Europeo de la Innovación desde una perspectiva estrictamente de defensa? Gracias.
Sven Mikser, del S&D. Gracias, señor comisario. Dos preguntas. Celebro oír que las cosas avanzan, pero hay muchísimo trabajo en todos los frentes que ha mencionado, y están en distintos estadios de desarrollo. No todos los rincones de la Unión se ven igualmente amenazados, ni por la misma naturaleza de las amenazas. ¿Qué grado de satisfacción tiene con la plétora de iniciativas que estamos barajando? ¿Las estamos dirigiendo a las partes de Europa más amenazadas?
Además, la inversión en defensa no es de suma cero; debe arrojar beneficios. ¿Cómo se repartirán de forma equitativa esos beneficios entre los Estados miembros? Es un reto importante, habida cuenta de la estructura de nuestras industrias de defensa. Lo dejo aquí por el momento. Gracias.
Sí, gracias. Jaroslava, del grupo Patriotas, a continuación. ¿No? ¿Alguien de ECR? ¿No? Entonces, Petras Auštrevičius, de Renew. Gracias, señora presidenta. Señor comisario, gracias por su participación, su compromiso y por la energía positiva que insufla a esta labor; espero que la mantenga al máximo posible. Sé que no es fácil. Dos cosas. Las asociaciones o partenariados con los países…
…de ideas afines, de ideología occidental. Bueno, ¿cuáles son los resultados? ¿Qué más podemos esperar? ¿Cuántas acaban figurando en la lista? Y luego, otra pregunta que tiene que ver con el apoyo a Ucrania. Usted dijo con razón: ¿quién apoya a quién más o quién necesita más a quién? Nosotros proporcionamos mucho hardware, mucha maquinaria a Ucrania, con razón. Pero, ¿también hacemos lo mismo con el “software”, es decir, con la experiencia? Los ucranianos tienen experiencia de primera mano en el campo de batalla. ¿Podríamos aprovechar esa experiencia? ¿Podrían ellos instruir a nuestros ejércitos en lo que están aprendiendo sobre el terreno?
Hanna Neumann, de los Verdes, adelante.
Gracias, señor comisario; encantada de que esté usted aquí. La Comisión siempre ha desempeñado un papel muy positivo a la hora de redactar estrategias muy ingeniosas y también documentos de una página. En fin, pero vemos que las buenas estrategias no nos protegen forzosamente y se nos acaba el tiempo. Queríamos una revisión anual sobre defensa antes de 2022 porque, en el momento en que Rusia invadió Ucrania, los Estados miembros estaban algo desprevenidos y, cuando tuvimos que actuar, no teníamos una visión clara de la situación. Así que le pregunto: ¿cuán satisfecho está usted con el desempeño de los Estados miembros en relación con esto? Y, sobre las iniciativas o proyectos emblemáticos que estamos debatiendo ahora, ¿cómo los ve usted? ¿Las propuestas están orientadas a necesidades reales de capacidades de la Unión o son los Estados miembros los que defienden sus propios intereses industriales? Y, desde la Comisión, ¿qué hacen ustedes para garantizar que todo el dinero que está ahora sobre la mesa no se traduzca en incrementos de precios, sino que aporte beneficios en materia de seguridad? Los beneficios están bien, pero un exceso de beneficios no es deseable, porque es dinero del contribuyente y debe traducirse en mayor protección y defensa, no en mayores dividendos para los accionistas. Por lo que respecta al estado de preparación, ¿quién lleva la batuta? Seguridad y defensa y quinientas cosas más… pero ¿quién se cerciora de que todo esté listo para 2029, en el mejor de los casos? Gracias.
Gracias, señor comisario. Tiene diez minutos para responder a esta retahíla de preguntas tan importantes.
Sobre la primera pregunta, señora Ester: el flanco oriental, ¿cuál es nuestra posición y qué pasa en el Consejo? ¿Se ha refrendado o no? Bueno, a ver: el Consejo ha apoyado nuestra hoja de ruta sobre el estado de preparación en materia de defensa. En general, hay toda una serie de prioridades que debemos desgranar y desarrollar más. Puede que no utilicen un lenguaje explícito de “apoyamos los proyectos emblemáticos”, pero tenemos el documento, que es la hoja de ruta de los proyectos emblemáticos de la Comisión, y a eso debemos ceñirnos.
En cuanto a la iniciativa para los distintos proyectos emblemáticos, lo que ahora llamamos el flanco oriental —Eastern Flank Watch—, antes se denominaba Eastern Defense, etcétera; solemos cambiar nombres. Pero esto viene de la región: esta iniciativa emblemática surge de la propia región. Realizamos un viaje muy interesante con la presidenta de la Comisión a principios de septiembre; visitamos todos los países de la región y todos hablaban específicamente de este tipo de plan. Ahora tenemos un…
Tenemos una hoja de ruta; sabemos lo que debemos hacer. Mi mensaje ahora es para los Estados miembros: deben activarse, trabajar conjuntamente, reunirse y presentar sus planes y conceptos. Eso genera visibilidad para el proyecto y nos permitirá explorar nuevas posibilidades, por ejemplo de financiación. Si no hay actividad, resulta difícil convencer de la necesidad de financiación adicional. Debe haber movimiento.
En cuanto a financiación —el Fondo Europeo de Defensa (EDF) y el Consejo Europeo de la Innovación—, ayer alcanzamos un acuerdo. No me gusta el título de “mini‑omnibus”, porque de “mini” tiene poco: arroja grandes resultados. Hablamos del Acelerador, un instrumento utilizable para doble uso y, en ocasiones, directamente para proyectos de defensa. Tenemos ya un rumbo más claro y debemos ser prácticos: nuevos tiempos, nuevos retos.
Recuerdo el caso del Banco Europeo de Inversiones: proyectos civiles, sí; proyectos militares, no. Ahora han asumido la realidad y han empezado a definir áreas prioritarias; no se niegan de plano, y otros bancos siguen sus pasos. A largo plazo podemos vislumbrar una cantidad importante de recursos financieros —unos 6,3 billones— y luego habrá que ver a partir de 2027. La cuestión es cómo llegamos hasta 2027. No cerraría la puerta a ningún debate, en particular a los que aborden el denominado front loading: anticipar subvenciones y compromisos que los Estados querrían ejecutar en los próximos diez años, pero para los que necesitamos el dinero ahora. Se está trabajando en ingeniería financiera para analizar cómo adelantar esos recursos.
Sven Mikser, usted preguntaba cómo funciona esto, cómo se reparte. Los países del flanco oriental están más preocupados por la defensa y el gasto; algunos han incrementado su esfuerzo incluso hasta el 5 %. Polonia lo está haciendo bien; Alemania, de forma ejemplar. A veces vemos que algunos países más al sur quizá no toman decisiones tan rápidamente para aumentar el gasto en defensa, pero todos empezamos a entender los retos. Si miramos los créditos SAFE, los Estados miembros han empezado a solicitar acceso y hemos podido aceptar la mayoría de las solicitudes. La distribución geográfica es bastante equilibrada: los cinco principales países son Italia, Francia, Bélgica —que está solicitando cuantías significativas—, Rumanía y Hungría, que obviamente quiere desarrollar su defensa. En suma, la distribución está bastante repartida y me parece un buen ejemplo de voluntad política: en la Unión Europea, todos los Estados miembros desean desarrollar sus capacidades de defensa, porque la realidad es la que es, como estamos viendo con las propuestas presentadas.
Sobre las provocaciones con drones: estas pueden llevarse a cabo sin grandes dificultades en casi todos los Estados miembros. Hemos visto lo ocurrido en Polonia y en los Estados bálticos; ayer o anteayer, en Copenhague y Bruselas. Para lanzar un dron no es necesario hacerlo desde territorio ruso; aún no sabemos en cada caso cuál fue el origen. En teoría, podría incluso lanzarse desde una de esas flotas oscuras rusas que navegan por nuestros mares. En cualquier caso, lanzar un dron no es tan complejo. Dicho esto, es alentador ver que los Estados miembros se están movilizando e invirtiendo en defensa.
En cuanto a la cuestión planteada por Petras Auštrevičius, sobre partenariados o asociaciones: estamos llegando, espero, a la fase final de los acuerdos técnicos con el Reino Unido y Canadá. Las negociaciones son, como indica su nombre, negociaciones; a veces tensas, pero es normal. En primer lugar, debe existir un acuerdo sobre la presencia mínima, es decir, el componente europeo mínimo en los contratos y en las empresas. Y, además, sobre lo que denominamos una distribución justa de los beneficios. Estamos generando beneficios con nuestros fondos, que los Estados miembros pueden utilizar, por ejemplo, para abastecerse de armamento británico. Ahí es donde las industrias obtienen beneficios y se pagan impuestos que engrosan las arcas nacionales. Por tanto, acordemos un reparto justo de esos beneficios. En materia de defensa y seguridad, como digo, estamos en la recta final con el Reino Unido y Canadá. A continuación iniciaremos, en fase bilateral, los acuerdos técnicos con Corea del Sur, Japón, entre otros. Según lo que sé, estamos debatiendo con la India la posibilidad de acuerdos de asociación de este tipo; Australia, por lo que sé, también está muy interesada. Veremos.
Sobre el apoyo a Ucrania, y viceversa: es una cuestión de gran importancia. Puedo presentar informes al respecto, pero, a mi juicio, necesitamos una estrategia más clara por nuestra parte, precisamente en la línea de lo que usted plantea. Si se cumplen las predicciones de nuestros servicios de inteligencia y, en un plazo de tres años, el Artículo 5 pudiera ponerse a prueba, nos enfrentaríamos a un ejército ruso que sería muy superior al de 2022, con capacidad para movilizar miles de drones y otros sistemas. Por nuestra parte, contamos con una industria y unas capacidades ya probadas en Ucrania. La cuestión es cómo integrar esas capacidades con las nuestras para reforzar la defensa europea. Pueden desarrollarse distintas ideas. Pienso en una Unión Europea de la Defensa —figura en mi carta de misión— como marco institucional para construir nuestra industria de defensa. Y podemos incluir a otros países del continente europeo —Noruega, el Reino Unido, Ucrania— para crear sinergias y ser mucho más fuertes. Reitero que estaría encantado de que esta comisión elaborara un informe al respecto. Hanna, sobre la pregunta que planteabas.
Hay buenas estrategias, pero ahí se quedan. Nuestros fracasos anteriores en el desarrollo de la defensa europea —con distintos instrumentos, PESCO, etc.— me parecen una lección positiva sobre dónde debemos ir con cuidado y dónde pueden desarrollarse nuevos enfoques. Esta es mi opinión: intentémoslo, pero con los pies en el suelo. Y esa es la intención de la hoja de ruta: con fechas y objetivos claros. Para mí es un instrumento muy importante de movilización, una referencia para comprobar si obtenemos resultados y cómo.
En cuanto a la preparación en materia de defensa, he hablado de esta doble cartera que tengo: defensa y espacio. En el frente del espacio podemos estar muy orgullosos de lo logrado en las últimas décadas con proyectos paneuropeos como Galileo y Copernicus, y tenemos otros en curso. En el sector del espacio está claro. En el de la defensa, en cambio, contamos con muy pocos éxitos, y cabe reflexionar sobre por qué hemos logrado tan poco. En gran medida se debe a que la defensa es una cuestión de soberanía nacional; hay una fragmentación de las industrias. Ahí Draghi fue muy claro. Para superar estos problemas debemos desarrollar más acciones y estrategias de adquisiciones conjuntas y de desarrollo conjunto de proyectos; y ahí cobra aún más importancia el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP). Porque cuando los Estados miembros empiezan a aumentar su gasto en defensa —y esta es una conclusión clara de los expertos—, hay que disponer de instrumentos que compensen a nivel europeo; de lo contrario, habrá más fragmentación. Cuando un Estado miembro aumenta su gasto en defensa —algo muy necesario, qué duda cabe, y podemos felicitar a los Estados miembros que así lo hacen—, sin compensación, sin instrumentos de compensación, los problemas pueden aumentar.
Sobre la industria de la defensa, tenemos tres cometidos muy importantes. Primero, identificar la demanda agregada; en ello estamos. Contamos con información, incluidos los objetivos de capacidades de la OTAN. Segundo, evaluar nuestras capacidades de producción. Y el EDIP, en este sentido, crea una serie de instrumentos; vamos a hacer un seguimiento y una cartografía de las capacidades de producción. Y, por último, el gran interrogante industrial es la seguridad de la cadena de suministro. En cierto modo, sabemos qué problemas van a surgir y, por otra parte, existen grandes problemas estructurales. Por ejemplo, los litigios comerciales entre China y Estados Unidos. Cuando China decide que puede aprovechar su monopolio en metales críticos, ello nos genera también a nosotros un grave problema. Es un ejemplo de los retos que debemos estudiar con mucho detenimiento.
Gracias, señor comisario. Tenemos una segunda ronda de intervenciones espontáneas. Empezamos con Hélder, del PP. Un minuto.
Gracias, señor presidente. Bienvenido, comisario Cubillos. Tengo dos preguntas rápidas. Primero, el vínculo con los riesgos en la cadena de suministro que usted ha mencionado. Quisiera que abundara en esta cuestión, porque la agenda de preparación recalca que no está claro cómo va a gestionar la Comisión las dependencias y los riesgos en la cadena de suministro, especialmente para productos energéticos, tierras raras y materiales críticos. Se trata de componentes fundamentales. ¿Podría compartir los planes de la Comisión para integrar nuestros mecanismos de resiliencia en esta agenda de preparación?
Segunda pregunta: el mercado único de la defensa europea. La eficacia de estos esfuerzos depende de cómo funciona el mercado único de la Unión. Cuellos de botella como la falta de armonización de la certificación, las restricciones a la exportación y la fragmentación de estándares siguen ralentizando los procesos. ¿Cómo va a superar la Comisión estas barreras en los próximos años? ¿Habrá un impulso operativo en este sentido? Gracias.
Por favor, ciñanse a un minuto. Un minuto son 60 segundos. Tobias, adelante.
Gracias, comisario, por sus respuestas. Yo también quisiera preguntar sobre el mercado único de la defensa. Estamos negociando un informe de iniciativa en el Parlamento sobre esta cuestión, como sabrá, y las prioridades están claras. Me gustaría conocer su opinión personal sobre la prioridad principal para eliminar las barreras: ¿cuáles son y cómo jerarquizarlas? ¿Encaja esto con las posiciones de los Estados miembros? ¿Están dispuestos a formar un verdadero mercado único o ve obstáculos en este sentido?
Segunda pregunta, brevemente: la cooperación con la OTAN. Todos coincidimos en que necesitamos las normas de la OTAN. Actualmente no podemos avanzar plenamente porque no compartimos información clasificada y hace falta un acuerdo de cooperación. Algunos Estados miembros de la OTAN se oponen. ¿Cómo podemos progresar para lograr cuanto antes ese acuerdo?
Los Verdes. Señor Sofdal.
Gracias. Bienvenido, señor comisario. Dos preguntas. Primero, el foco regional: el flanco oriental es una zona de alta tensión, y también el norte. ¿Cómo podría la cooperación europea reducir estos riesgos? Segundo, el papel central de Ucrania y el nuevo paradigma bélico: Europa gasta mucho en defensa, pero no obtenemos suficiente. ¿Cómo podríamos invertir mejor los fondos para adecuarlos a la situación actual?
SN. Gracias. Voy a hablar en alemán. Señor Droese.
Señor comisario, gracias por su informe oral. Dormiría más tranquilo si tuviéramos a un militar como comisario encargado de defensa; no es nada personal, pero permítame decirlo. Sobre los gastos: usted ha hablado de 6.800 millones de euros, con un 40% para temas de defensa y un 60% para sueldos y otros conceptos. ¿Me equivoco? Y, por último, el pacto de no agresión: ¿qué papel tiene y cuál es su posición respecto de ese pacto que, en teoría, se habría firmado? Gracias.