Parlamento Europeo AFET - Asuntos Exteriores

Parlamento Europeo - AFET - Asuntos Exteriores - 5 de noviembre de 2025

5 de noviembre de 2025
13:06

Contexto de la sesión

Committee on Foreign Affairs + Committee on Development - Committee on Development Ordinary meeting AFET-DEVE Joint meeting - Room: SPINELLI 1G2

Vista pública limitada

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Queridos colegas, bienvenidos a esta reunión. Voy a copresidir con mi colega Urmas Paet, vicepresidente de AFET. El objetivo de la reunión de hoy es debatir sobre la situación humanitaria en Ucrania y también las primeras fases de los esfuerzos de reconstrucción del país. Todos sabemos que la situación en Ucrania es ahora mismo una de las crisis humanitarias más importantes de Europa en décadas, y la reunión de hoy nos da la oportunidad de explorar todos esos vínculos, sobre todo teniendo en cuenta los desarrollos en materia de ayuda humanitaria. La transición de nuestros esfuerzos de la respuesta de emergencia a la reconstrucción es fundamental, y para ello necesitamos tomar buenas decisiones. Doy la bienvenida a nuestros ponentes: el ministro de Energía de Ucrania; el profesor Oleg Gustin, asesor jurídico para la coordinación del tratamiento de prisioneros de guerra; el señor O’Connor, jefe de unidad de la Secretaría de la Plataforma de Donantes para Ucrania; el señor Josep Hamachi, jefe de equipo de la DG ECHO; Ana Borisova, directora humanitaria de los servicios de apoyo a la estabilización; y el señor Simon Tiller, director de la Fundación Europa. Bienvenidos. Antes de empezar, quisiera señalar que hay más de 50.000 ucranianos que han muerto o han resultado heridos, y hay millones de desplazados. Hay dos millones de hogares y más de 2.000 escuelas destruidos, y solo este año hay 12 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria. Enfrentamos problemas de financiación global y los niveles de ODA están disminuyendo, lo que aumenta la importancia de debatir cómo estas reducciones afectan la situación humanitaria en Ucrania. Esperamos poder arrojar luz sobre estos asuntos y contribuir, desde la Unión Europea, a la reconstrucción del país. Antes de dar la palabra a los ponentes, cedo la palabra a nuestro vicepresidente, el señor Paet. Muchísimas gracias. Se habla de tres años y medio de guerra, pero en realidad son ya once años, y durante todo este tiempo el pueblo de Ucrania ha demostrado un valor extraordinario para defender su soberanía y su libertad frente a la agresión rusa. Debemos tener presente que los ucranianos que luchan por la democracia y la independencia no solo protegen su país, sino que defienden los valores fundamentales que definen nuestra unidad e identidad europeas. Esta defensa tiene costes. La población civil es la más afectada por los ataques de Rusia contra la infraestructura y por la violencia que golpea a mujeres y niños. Este precio, medido en vidas humanas, exige nuestro compromiso moral y, por lo tanto, nuestra respuesta debe ser global. El apoyo militar y político sigue siendo imprescindible, pero al mismo tiempo debemos asegurarnos de que los ucranianos reciben los recursos y la ayuda que necesitan desesperadamente para sobrevivir a este embate y continuar con sus vidas. La Unión Europea y sus Estados miembros han demostrado solidaridad, ofreciendo aproximadamente 173.000 millones de euros en ayuda combinada, militar y humanitaria. Además, la Unión Europea ha prometido 18.000 millones de euros adicionales como parte del paquete de préstamos del G7, lo que evidencia nuestro compromiso a largo plazo. La reconstrucción es otro pilar fundamental de nuestro apoyo. El Banco Mundial estima actualmente los costes en 560.000 millones de euros, una cifra impresionante que refleja la devastación que ha infligido Rusia. No se trata solamente de reconstruir infraestructuras, sino también de reconstruir la esperanza y permitir que la vida cotidiana vuelva a la normalidad.
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…que Ucrania tenga un futuro europeo. El Parlamento Europeo, de forma continua, ha pedido que se confisquen los activos soberanos de Rusia y que se inmovilicen, insistiendo en que Rusia tiene que pagar por la destrucción que ha causado en Ucrania. Espero que el Consejo Europeo tome decisiones en este sentido, porque está llevando demasiado tiempo. Hemos visto los debates incesantes en Estados Unidos y resulta francamente vergonzoso. Necesitamos que el Consejo Europeo ponga fin a estos debates lo más rápidamente posible en cuanto al uso de los activos congelados de Rusia, porque el agresor tiene que soportar la carga de la reconstrucción. Deseo escuchar a nuestros homólogos ucranianos y a quienes, con valentía, trabajan sobre el terreno para atender las necesidades acuciantes de Ucrania y ver cómo podemos ayudarles. Sus voces deben guiar nuestras acciones a la hora de reafirmar nuestro compromiso inquebrantable con la victoria ucraniana, su recuperación y su integración en Europa. Muchísimas gracias, Urmas. Podemos pasar al primer ponente, el señor Ola Ochenskou, ministro de Ucrania, y también al profesor Oleg Puchin, asesor jurídico sobre el trato de prisioneros de guerra. Nos van a explicar cuál es la situación en su país. Ministro, profesor, les doy la palabra. Tienen cinco minutos cada uno. Bienvenidos. Desgraciadamente, la calidad del sonido no es suficientemente buena para ofrecer interpretación. Los ataques sistemáticos, crueles, sin precedentes y devastadores con misiles y drones contra nuestra infraestructura energética no han cesado desde 2022. Como ya se ha dicho, la guerra continúa desde hace once años. Y vemos con claridad que Ucrania sigue enfrentándose al terror diario. Esto amenaza nuestra economía, nuestra capacidad de sobrevivir al invierno y, lo más trágico, se cobra vidas humanas, incluidas las de nuestros valientes profesionales del sector energético, que trabajan bajo el fuego para mantener la electricidad y la calefacción de millones de personas. Un pequeño ejemplo: la noche del 10 de octubre, en la región de Chernihiv, una cuadrilla de reparación regresaba tras labores de restauración cuando las fuerzas rusas la atacaron con drones tipo Lancet. Tras la primera explosión, cuando el equipo corrió a auxiliar a un compañero herido, siguió un segundo ataque deliberado. Fue un claro crimen de guerra dirigido a asesinar a trabajadores civiles del sector energético. Dos de ellos murieron en el acto y un tercero falleció en el hospital pese a los esfuerzos de los médicos. Esto sigue ocurriendo cada día en nuestras regiones. Algunas cifras clave: solo desde marzo de 2025 hemos registrado más de 4.000 incidentes que han afectado a nuestra infraestructura y a instalaciones energéticas. La escala de la destrucción no tiene precedentes en la Europa moderna: centrales térmicas e hidroeléctricas, instalaciones de producción de gas e incluso depósitos subterráneos de almacenamiento han sido atacados. En los últimos meses, y con el inicio de la temporada de calefacción, la intensidad de estos ataques se ha incrementado. Hay regiones clave que siguen sufriendo, especialmente en la línea del frente: Sumy, Chernihiv, Kharkiv, Dnipro y también Kiev. Todas padecen ataques destinados, básicamente, a aislarlas de la red y provocar apagones masivos. Como resultado, casi la mitad del país afronta cortes de electricidad de emergencia. Observamos, además, un cambio en la estrategia de Rusia: lanzan simultáneamente entre 20 y 40 misiles de crucero y balísticos, y entre 400 y 600 drones Shahed en una sola noche. Se trata de ataques intencionados contra centrales térmicas e hidroeléctricas, así como contra los sistemas de producción y transmisión de gas.
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Estas acciones no son accidentales. Constituyen un intento deliberado de quebrar el sistema energético de Ucrania y dejar a millones de personas sin calefacción ni luz antes del invierno. Solo en octubre se dañaron 3,89 gigavatios de capacidad de generación, equivalente a la potencia necesaria para abastecer, en hora punta, a una de las mayores ciudades de la Unión Europea. Es una cifra extremadamente significativa, y sus interrupciones resultan críticas para cualquier sistema energético nacional. Asimismo, se ha perdido el 50 % de la producción nacional de gas, y la capacidad de extraer gas de los almacenamientos sigue limitada debido a la caída de presión. Ello nos obliga a importar con urgencia gas natural adicional para cubrir la demanda interna y mantener la estabilidad del sistema. Somos conscientes de que las labores de reparación y recuperación pueden prolongarse entre tres y doce meses, un periodo considerable que pone en riesgo a alrededor de 12 millones de familias, que podrían enfrentarse a temperaturas gélidas este invierno. Paralelamente, observamos otra cuestión crítica: Rusia continúa generando una amenaza nuclear directa. La central nuclear de Zaporiyia permanece bajo ocupación rusa, y los repetidos cortes de energía ponen en peligro la seguridad de la instalación. Se trata de una situación sin precedentes en la mayor central nuclear de Europa, que entraña riesgos graves que trascienden las fronteras de Ucrania. Afirmamos que la central de Zaporiyia es una instalación ucraniana y será devuelta a Ucrania. Este principio no es negociable y queda fuera de cualquier fórmula de paz o acuerdo. La agresión rusa se extiende a otro emplazamiento nuclear. En febrero de este año, un dron ruso atacó el Nuevo Confinamiento Seguro en la zona de exclusión de Chernóbil, dañando estructuras críticas. Los daños requieren una restauración inmediata para evitar una mayor degradación y la contaminación radiactiva. Estas acciones de Rusia demuestran un temerario desprecio por la seguridad nuclear mundial y por el derecho internacional. Proteger las instalaciones nucleares de Ucrania es, por tanto, una responsabilidad compartida. Lo sabemos porque ya hemos vivido las devastadoras consecuencias de la catástrofe de Chernóbil, un acontecimiento que envenenó ecosistemas, desplazó comunidades enteras y afectó a la salud y la vida de millones de personas durante generaciones. Su legado nos recuerda constantemente el coste de no actuar. Debemos actuar con urgencia y de forma colectiva para garantizar que una tragedia así no vuelva a ocurrir en Europa. Pese a todo, trabajamos sin descanso en la restauración. Sabemos que los ataques rusos contra nuestros sistemas no son aleatorios: buscan ejercer presión sobre la población, quebrar nuestra resiliencia y desestabilizar la vida cotidiana. No es solo una guerra contra Ucrania; es una guerra contra la dignidad humana y contra los principios de la seguridad energética. Mientras Rusia sigue utilizando la energía como arma, necesitamos que todos nuestros socios y aliados cooperen estrechamente para garantizar la seguridad energética, no solo en Ucrania, sino en todo el mundo. Como ya he señalado, actuamos no solo en las reparaciones de emergencia, sino también en la recuperación a largo plazo para reforzar nuestra seguridad energética, lo que exige una ciberseguridad muy robusta y una sólida protección física. Estamos actuando con visión estratégica: priorizamos políticas que incrementen la resiliencia mediante la descentralización, la integración de energías renovables y la modernización de la red. Seguimos reforzando la cooperación regional y la alineación con las normas energéticas europeas, claves para construir un sistema seguro y sostenible. Para reducir la vulnerabilidad ante perturbaciones, debemos diversificar tanto las fuentes de energía como las rutas de suministro. Ucrania reafirma, además, su compromiso inquebrantable con el objetivo estratégico de adhesión a la Unión Europea, compromiso arraigado en la profunda convicción de que nuestro futuro está indisociablemente vinculado a Europa y a sus valores.
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Estamos vinculados a la familia europea y es crucial que contribuyamos al objetivo compartido de la seguridad energética. Nuestra resiliencia no sería posible sin su solidaridad y estamos profundamente agradecidos a todos nuestros socios, cuya ayuda nos permite restablecer a diario las instalaciones dañadas. Pese al bombardeo incesante, los trabajos de reparación de emergencia continúan. En el último mes, la intensidad de esos ataques ha aumentado de forma significativa, causando nuevos daños a nuestra infraestructura; sin embargo, ya se trabaja en la restauración del equipo afectado. Al mismo tiempo, las necesidades de las empresas energéticas crecen cada día, y Ucrania necesita con urgencia equipos para la restauración de emergencia. Gracias, señora Ministra. Le pedimos disculpas por haber tenido que interrumpirla. Esperamos que pueda quedarse con nosotros, ministra Kemchuk, para escuchar las intervenciones de nuestros miembros. Pasamos ahora a la intervención del señor Goche, representante encargado de los prisioneros de guerra. Espero que nos pueda escuchar y ver. Es un honor estar aquí por segunda vez. Seré breve y me centraré en la situación actual y en los civiles en cautiverio. Hemos llevado a cabo 68 intercambios; los llamamos intercambios, pero son, en realidad, repatriaciones. Casi 7.000 civiles han sido retornados desde las prisiones y, según los acuerdos de Estambul, superan las 1.000. Siguiente diapositiva, por favor. En cuanto a la repatriación de los cuerpos de caídos en combate, hemos recuperado más de 13.000 cuerpos de caídos en acción y más de 3.000 correspondientes a la contraparte rusa. La cifra más concreta es la de 355 personas que murieron en prisión durante su cautiverio en Rusia. Fueron secuestradas por diferentes fuerzas y, tras su fallecimiento, regresaron como cuerpos sin vida. Ucrania creó un sistema de campos para estas personas conforme al Convenio de Ginebra III y garantizamos acceso total al mecanismo de seguimiento de Naciones Unidas, que ha podido constatar que el régimen de trato previsto en dicho Convenio no se respetaba. Les mostraremos más información; pueden consultar los lugares de detención a través de los códigos QR que tienen en pantalla. En la Federación de Rusia y en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania hemos identificado más de 300 localizaciones de detención. La mayoría de los sujetos federados de la Federación de Rusia siguen albergando lugares de detención para este tipo de personas. En los territorios temporalmente ocupados de Ucrania hemos identificado más de 100 lugares de detención. En el mapa se incluye también la República de Belarús; allí no hemos identificado lugares de detención.
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Bajo autoridad rusa, no están amparados por los Convenios III y IV de Ginebra. Hablamos de muchos tipos de tortura y maltrato. Un par de puntos sobre los extranjeros que sirvieron en las Fuerzas Armadas rusas: 18.000 han sido identificados y lucharon contra Ucrania. Pueden ver aquí que estos extranjeros provienen de más de 100 países y territorios no reconocidos. Siguiente página. Más de 136 extranjeros están en prisión en 37 campos en diferentes países. El problema es que la Federación de Rusia ni siquiera solicita su retorno durante los procesos de intercambio. En el contexto de la reconstrucción de Ucrania y en el marco de la creación de justicia de transición, consideramos necesario crear un sistema amplio para estas personas y para los cuerpos de los fallecidos. Necesitamos asegurar la rendición de cuentas de este tipo de personas, continuar operando mecanismos de compensación para los ucranianos, no retrasar la mejora del derecho internacional humanitario. La verdad tiene que establecerse y las atrocidades no deben olvidarse. Me quedo aquí, señorías, y estaré dispuesto y encantado de responder a sus preguntas. Muchas gracias. Muchas gracias, profesor Guchin, por la presentación. Pasamos ahora a escuchar a Shaman O'Connor, jefe de unidad de la Plataforma de Donantes para Ucrania. Adelante, Shaman. Gracias, presidente, miembros y señorías. Se han movilizado 167.000 millones de euros de ayuda a Ucrania y a su pueblo. Estamos hablando de 95.000 millones para resiliencia, 63.000 millones en apoyo militar y 17.000 millones para apoyar a los Estados miembros que acogen a los ucranianos. Hay una serie de cifras. En 2025, la Unión Europea y los Estados miembros cubren hasta el 29% del presupuesto total del Estado de Ucrania y el 85% de la financiación externa de sus necesidades. Este presupuesto se respalda a través del pilar 1 y de la contribución de la Unión Europea a la iniciativa RIA del G7. En el pilar 1 ya se han realizado pagos por más de 22.000 millones de euros, lo que representa un porcentaje significativo del total. El último tramo, por 5.800 millones de euros, está previsto que se apruebe en estos días y quedarán más de 15.000 millones que se desembolsarán hasta 2027. El instrumento busca mejorar la recuperación y la modernización de la sociedad ucraniana, creando las condiciones socioeconómicas para que las personas bajo protección temporal puedan regresar. Este instrumento no puede financiar ayuda humanitaria directamente, pero, mediante la ejecución adecuada del plan —centrado en el capital humano, las reformas y las inversiones en infraestructuras—, puede seguir reforzando la resiliencia y ayudar a Ucrania a atender las necesidades humanitarias. En cuanto al apoyo a Ucrania a través de los activos inmovilizados de Rusia, estamos hablando de más de 18.000 millones de euros, y el resto de la cantidad está previsto que se desembolse este mes. Me gustaría destacar brevemente cuatro ámbitos más de la recuperación.
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El Marco de Inversión de Ucrania, pilar 2 del Instrumento para Ucrania, a través del Marco de Inversión de la Unión Europea, ofrece garantías a instituciones financieras internacionales y bancos de desarrollo para movilizar inversiones a gran escala. Cuenta con 9 500 millones de euros en garantías con el objetivo de movilizar hasta 40 000 millones de euros. Financiamos infraestructuras municipales, con más de 8 000 millones de euros ya aprobados. Apoyamos a las pymes: hemos desbloqueado 660 millones de euros que permitirán movilizar 4 800 millones. Este apoyo es clave para la cohesión social, al respaldar pymes que emplean a veteranos, personas con discapacidad, desplazados internos y retornados, y al fortalecer bancos asociados con operaciones en regiones de primera línea. Tras la invasión a gran escala, la Unión Europea ha aportado más de 3 000 millones de euros para garantizar el suministro energético y mejorar la situación descrita. Más de 2 000 millones se han destinado específicamente al sector energético, con el objetivo de movilizar más del 30 % del marco general de apoyo. Estos programas financian reparaciones, aumentos de capacidad, el fomento de las energías renovables y la compra de gas. Para ello, la Unión Europea ha reservado 800 millones de euros para gas natural a través del Mecanismo de Protección Civil de la Unión. También habrá aportaciones en especie. En el pilar 3, dedicado a la asistencia técnica del instrumento, destaca nuestra asociación con el UNDP, con 36 millones de euros comprometidos. La recuperación se centra en las regiones de primera línea y, a la vez, promueve la cohesión social. Por último, el apoyo a infraestructuras clave y a la vivienda, en cooperación con distintos bancos, ha adquirido una dimensión muy concreta dentro de los esfuerzos de recuperación. Hablamos de 100 millones de euros para vivienda de estas personas, así como de actuaciones de rehabilitación en 11 ciudades, y 15 millones de euros para reparar sistemas de agua, calefacción y saneamiento en diversas comunidades de la región de Kiev, duramente afectada por la invasión. Lo dejo aquí. Muchísimas gracias por su atención; estaré encantada de participar en el debate. Muchas gracias, Simon. Invitamos ahora a los miembros a intervenir. Al no encontrarse presentes los coordinadores, abrimos una ronda de intervenciones espontáneas. ¿Algún miembro desea formular preguntas? Sí. Billy, adelante. Muchas gracias también por haber descrito la terrible situación humanitaria de esta guerra, que ya dura tanto y está agotando a la población. La última vez que visité Ucrania, acababa de terminar la ayuda estadounidense y no funcionaba Starlink; por lo tanto, moría mucha más gente. Esto obligaba a las familias a acudir a los refugios más veces durante la noche. Y esto viene sucediendo desde hace mucho tiempo y supone una carga muy importante.
30:00
Pero pienso que, a pesar de lo que ya hemos hecho, deberíamos ser más ambiciosos para ayudar a Ucrania, desde el punto de vista económico y también militar. No estamos hablando solo de la población en general; hablamos de las personas encarceladas y de los niños secuestrados. Nos reunimos con una organización llamada Save Ukraine, que realiza un trabajo muy importante, y alguien debe asumir la responsabilidad por lo que está ocurriendo. En fin, esto es más un comentario que una pregunta. Creo que lo más importante, cuando hablamos con nuestros amigos de Ucrania, es que exista una perspectiva clara: que en un horizonte no demasiado lejano pueda producirse la adhesión de Ucrania. Algo que deje claro a la población ucraniana que ha merecido la pena librar esta guerra, no solo por el pueblo de Ucrania, sino también por el resto de Europa. Muchas gracias, diputado Schönwald, por su aportación. Efectivamente, se trataba más de un comentario que de una pregunta. Doy ahora la palabra a la ministra Olejchuk, que dispone de poco tiempo. Señora Olejchuk, si nos puede escuchar, ¿desea formular unas palabras de conclusión antes de que la despidamos? Muchas gracias. Permítanme, ante todo, expresar nuestro profundo agradecimiento por la solidaridad continuada con Ucrania en este camino tan difícil. Hemos escuchado mucho apoyo a nuestra población y a nuestra infraestructura crítica. Sí, los daños continúan y la gente sufre. Pero, como se ha señalado, es fundamental que comprendamos por qué lo hacemos y que contemos con el respaldo pleno de nuestros aliados y socios. Con este enfoque y con un esfuerzo colectivo sostenido, podemos garantizar la seguridad energética; como ministra de Energía, esta es una de nuestras máximas prioridades. La seguridad energética, sin embargo, va mucho más allá del propio sector: si aseguramos la energía, aseguramos la economía y protegemos a las personas. Es crucial que lo hagamos de manera colectiva, que encontremos soluciones conjuntas y que sigamos trabajando codo con codo para impedir que Rusia utilice el sector energético como arma, y para alcanzar respuestas prácticas junto con la Unión Europea y nuestros aliados. Muchas gracias por toda la solidaridad y el apoyo ya prestados. Será otro invierno difícil para nuestra gente, pero, una vez más, juntos podremos superarlo. Me alegro de que haya quedado claro el mensaje, ministra. Muchas gracias. El mensaje es nítido en ambas comisiones; esa es nuestra impresión al cien por cien. Cedo ahora la palabra a mi colega para la segunda ronda de oradores. Hemos escuchado el llamamiento de nuestros socios ucranianos y ahora la Unión Europea debe responder. Tiene la palabra el señor Hamash, jefe de sección de la DG ECHO en la Comisión Europea, competente en esta materia. Gracias, señor presidente. No quiero reiterar todo lo ya dicho. A día de hoy, la situación humanitaria en Ucrania sigue deteriorándose. Es crítica en diversas ciudades, sin olvidar amplias zonas rurales del país. La guerra ha entrado en una fase aún más peligrosa.
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