Muy buenos días, colegas. Muy buenos días a todos. Me parece que podemos empezar con la reunión de la comisión de hoy.
Empezamos con la aprobación del orden del día. No veo objeciones, así que lo damos por aprobado.
Pasamos al punto 2, comunicaciones de la Presidencia. La reunión de hoy se retransmite por internet y contamos con interpretación a 18 idiomas. Se puede hablar sueco, pero no hay interpretación hacia el sueco; ténganlo en cuenta, por favor.
Quisiera dar las gracias a todos los intérpretes y, por supuesto, a la Presidenta. Gracias también a nuestros asistentes y a la Secretaría de la Comisión AGRI por su ayuda en la organización de la reunión de hoy.
Punto 3, aprobación de las actas de la reunión de la comisión de los días 24 y 25 de septiembre y del 2 de octubre. Si no hay objeciones, las consideramos aprobadas.
Pasamos ahora al punto 4, intercambio de puntos de vista sobre igualdad de género y diversidad. Desde 2020, la Semana de la Igualdad de Género se celebra anualmente en el Parlamento Europeo y la Comisión AGRI ha participado activamente cada año organizando un acto específico, con el apoyo y la cooperación de los miembros de la red de integración de la perspectiva de género de esta comisión. Actualmente sus miembros son Christine Singer y Maria Walsh.
Este año, la Comisión AGRI organiza un intercambio de puntos de vista sobre un tema muy pertinente: el relevo generacional. El título es “El relevo generacional es una cuestión de género: las mujeres como motores clave del relevo generacional en la comunidad agrícola y rural europea”. Tres expertos de toda la Unión compartirán sus experiencias, proyectos e ideas sobre cómo promover y animar a los jóvenes a elegir la agricultura como profesión.
En primer lugar, daremos la bienvenida a Margit Fischer, directora ejecutiva de Perspective Landwirtschaft, una ONG que pone en contacto a agricultores sin sucesores con personas jóvenes que desean incorporarse al sector. En segundo lugar, intervendrá Josephine O’Neill, presidenta de Macra, la organización de jóvenes agricultores en Irlanda. En tercer lugar, escucharemos a Francesca Gironi, presidenta de la Comisión de Mujeres de Copa-Cogeca.
Los tres expertos harán sus intervenciones en línea, seguidas de las declaraciones de nuestras dos ponentes permanentes de la red de integración de la perspectiva de género, la señora Christine Singer y la señora Walsh, así como de los representantes de los grupos políticos y de los diputados que deseen tomar la palabra. Posteriormente se invitará a los expertos a responder a las preguntas planteadas y, antes de concluir la reunión, la Comisión también podrá intervenir.
Antes de ceder la palabra a la señora Fischer, les invito a escuchar la intervención de la señora Metsola: “Estimados compañeros y amigos, cada día, en mi calidad de Presidenta, tengo la suerte de conocer a mujeres increíbles de todo nuestro continente. Hay aproximadamente 229 millones de mujeres con talento en nuestro continente que impulsan a Europa a avanzar. Nuestra Unión está construida por europeos, para los europeos, todas las mujeres y todos los hombres, y debe ser un lugar en el que todos tengan igualdad de oportunidades.”
Estamos trabajando para que la vida sea más fácil para las personas y las empresas. El mes pasado confirmamos los próximos pasos hacia una hoja de ruta europea para los derechos de las mujeres y, además, hemos aprobado recientemente nuestro plan de acción en materia de género. Pero para seguir rompiendo techos de cristal y empoderando a las mujeres debemos ir más lejos y más rápido.
Necesitamos más mujeres que desarrollen carreras profesionales en las ciencias, con más periodos de prácticas y vías de empleo. Necesitamos más mujeres fundadoras de empresas, con mejor acceso al apoyo para nuestras innovadoras e inventoras. Necesitamos más mujeres que accedan a puestos de poder y que se sientan con la confianza de presentarse y cambiar nuestra sociedad. Nuestro impulso a la igualdad tiene sentido en todos los niveles, porque cuando las mujeres avanzan, las comunidades avanzan con ellas. La igualdad impulsa nuestras economías, transforma nuestras sociedades y profundiza nuestras democracias. Al hacerlo, la igualdad avanza y, sobre todo, se traduce en medidas concretas.
Por eso me alegra que este acto se celebre aquí, en el Parlamento Europeo. Muchas gracias a las colegas Antonia Sberna y Lina Gálvez Muñoz por hacer realidad esta semana y a todos ustedes por estar aquí. El reto que tenemos por delante es grande, pero juntos sé que podemos construir una Europa mejor, más justa y más igualitaria. Vamos a ello. Muchas gracias.
Comenzamos con nuestros invitados. En primer lugar, concedemos la palabra, por cinco minutos, a la señora Fischer. Señora Fischer, tiene la palabra; creo que está en línea. No sé si habrá interpretación. Parece que no; el sonido es deficiente, así que les dejamos con el original.
Buenos días. Gracias por la invitación. Mi nombre es Margit Fischer y me honra estar hoy aquí para debatir con ustedes nuevas perspectivas sobre la sucesión de las explotaciones agrarias. Siguiente diapositiva, por favor.
Cuando fundamos nuestra organización en 2013, no había datos sobre cuántos agricultores carecían de sucesor. Un estudio de 2015 reveló que un tercio de los agricultores en Austria no tenía la sucesión asegurada. En 2019, ya era casi la mitad. La falta de sucesores es la razón principal por la que las explotaciones se cierran, ya sea por desafíos económicos, cambios demográficos o diferentes objetivos profesionales. Siguiente diapositiva, por favor.
La explotación agraria sigue viéndose como algo que se hereda. Hace solo una o dos generaciones se daba por hecho que el primogénito se haría cargo de la granja. Incluso hoy, solo el 13 % de las explotaciones en Austria se transmiten a las hijas, frente al 66 % a los hijos. El resto pasa a los cónyuges o a terceras personas. No siempre ocurre que el hijo de un agricultor quiera seguir los pasos de sus padres; y a veces sucede lo contrario: varios hijos pueden querer continuar, pero solo uno puede. Al mismo tiempo, hay muchos jóvenes motivados y competentes, sin origen agrícola, dispuestos a dar continuidad a una explotación. Pero ¿cómo pueden los recién llegados acceder a una granja cuando la brecha entre el precio de la tierra y los ingresos agrarios no deja de crecer?
Este desafío se complica aún más porque la explotación no es solo un trabajo; es un modo de vida en el que el hogar y el trabajo están estrechamente vinculados, más que en cualquier otra profesión. Una explotación no es solo un activo: es el trabajo de toda una vida, un hogar y un lugar para criar a la siguiente generación. Siguiente diapositiva, por favor.
Esta es una cita de un estudio de 2015 que mencioné antes. Hay, por supuesto, muchos sucesores capaces y dispuestos, pero ¿cómo encontrarlos? ¿Cuál es la mejor manera de hacerlo? Esa fue exactamente nuestra pregunta y nos inspiró a desarrollar las siguientes herramientas. Siguiente diapositiva, por favor.
Nuestra primera herramienta es la de la formación y el encuentro. Organizamos reuniones presenciales para conectar, informar y tejer redes. Me gustaría mencionar que este programa es posible también gracias a fondos del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural. A veces, los participantes tienen verdaderos momentos de revelación: por ejemplo, algunos dicen que no tenían ni idea de que los jóvenes, hoy en día, todavía quieren trabajar en la agricultura; otros no sabían que el agricultor del pueblo vecino estaba buscando un sucesor.
Hablar de la falta de relevo generacional es el primer paso para romper el tabú. Abordar la sucesión en las explotaciones implica reflexionar sobre la propia mortalidad y, por eso mismo, muchas veces se pospone. También procuramos sensibilizar sobre las cuestiones de género, porque a menudo nos encontramos con prejuicios. Para las mujeres, casarse con alguien del sector no debería ser la única vía de acceso a la agricultura. En el pasado hubo un proyecto Erasmus+ con Países Bajos, Bélgica, Francia y Austria; hoy tendría sentido una colaboración más amplia a escala europea con los países interesados. Siguiente diapositiva, por favor.
Las visitas de campo —la primera y la segunda— son importantes, por supuesto, pero nuestro rasgo verdaderamente distintivo es, sin duda, nuestra plataforma en línea. En ella, por un lado, agricultores sin sucesión pueden crear un perfil y presentar su explotación; por otro, jóvenes con ganas de iniciar una vida en la agricultura pueden darse a conocer y compartir su visión. La plataforma pone en contacto a ambas partes, vivan donde vivan. Más allá de las consideraciones jurídicas, fiscales y económicas, el componente interpersonal es, con mucho, el más importante. La transmisión de una explotación no es solo una compraventa a precio de mercado, sino un acuerdo entre dos generaciones que desean proteger el trabajo de toda una vida y convivir y trabajar juntas. La sucesión nunca es sencilla, sea dentro o fuera de la familia, pero, tras más de diez años, podemos afirmar que nuestros espacios de encuentro funcionan: cada vez hay más transmisiones exitosas fuera del ámbito familiar. Siguiente diapositiva, por favor.
Para terminar, una última cita de una familia: “Aunque no vivíamos lejos, nunca habríamos empezado sin Perspektive Landwirtschaft. Agradecemos habernos encontrado y ahora seguimos llevando adelante este proyecto de vida a través de generaciones”. Muchas gracias. En nombre de nuestro equipo, les agradezco su atención y quedo a la espera de sus preguntas.
Muchas gracias. Tiene la palabra ahora la señora Josephine O’Neill.
Buenos días. Voy a empezar con una breve introducción. Me llamo Josephine O’Neill —siguiente diapositiva— y vengo del condado de Kilkenny. En mi familia todos trabajamos en una explotación agrícola. Soy profesora de secundaria y cursé mis estudios universitarios aquí en Irlanda. En cuanto a nuestra organización, MACRA representa aproximadamente a 15.000 jóvenes agricultores en Irlanda, a nivel local, nacional y europeo. Y, en el contexto de la presentación de hoy, teniendo en cuenta que es la Semana de la Igualdad de Género, soy la tercera mujer que lidera esta organización. Desgraciadamente, el sonido es deficiente, así que les dejamos con el inglés.
With Elaine Houlihan being our previous president. Next slide, please. To look at the context of female farmers here in Ireland, as you can see from this slide and according to the Central Statistics Office, women account for 13.2% of farm holders here and they account for 34% of farm workers in Ireland. The number of women farmers working in agriculture has increased very slightly in a 10-year period from 2013 to 2023. That's an increase of 1.3%. As a result, women in agriculture continue to be underrepresented in the sector. However, our organization is driving change with our Women in Agriculture Working Group, strong female leaders, and trailblazing female farmers. Next slide, please. There's no doubt that female farmers experience many challenges. There are a number on the screen, but I will focus on those specific to female farmers. Access to land is an issue which affects all young farmers in Ireland, but particularly female farmers, as for some, succession may favor the male heir due to traditionalist views. Some want the family farm to remain in the family name, refusing to transfer land to the female heir as a result. There are issues of cultural challenges...
En Irlanda persiste la percepción cultural dominante de que la figura del agricultor es masculina, mientras que las mujeres siguen viéndose como ayudantes. Es indudable que las mujeres han desempeñado durante mucho tiempo un papel clave en la explotación familiar, pero este trabajo pasa con demasiada frecuencia desapercibido y sin reconocimiento. En consecuencia, sus contribuciones pueden devaluarse y muchas mujeres tienen dificultades para identificarse a sí mismas como agricultoras. La falta de servicios de cuidado infantil es otro problema, ya que muchas asumen responsabilidades de cuidados sin apoyos que les permitan conciliar estas tareas con sus responsabilidades en la explotación.
Siguiente diapositiva, por favor. En Irlanda contamos con varias iniciativas de política y programas de apoyo para abordar los desafíos sistémicos a los que se enfrentan las jóvenes agricultoras. En nuestro Plan Estratégico de la PAC 2023‑2027 se introducen nuevas disposiciones para promover el papel de las mujeres en el desarrollo rural, con especial atención a la agricultura. El Women Farmers Capital Investment Scheme ofrece a las agricultoras una tasa de ayuda incrementada del 60 % a través de TAMS. Asimismo, se promueven los grupos de transferencia de conocimientos exclusivamente para mujeres. En palabras de una de nuestras miembros, Kate Fitzgerald, reciente ganadora del Teagasc Student of the Year, estos grupos brindan a las mujeres, tanto a tiempo completo como parcial, la oportunidad de ganar confianza para intervenir y formular preguntas que quizá no plantearían en un grupo de discusión dominado por hombres, creando además un espacio para encontrarse con mujeres en situaciones similares, conversar y recibir consejos. También se ha mejorado el registro y la comunicación de datos desagregados por género, y se diseñan intervenciones con una perspectiva sensible al género. Contamos con el programa ACORNS para emprendedoras rurales, una iniciativa en la que mujeres que han creado y hecho crecer con éxito empresas en la Irlanda rural apoyan a nuevos negocios liderados por mujeres: la definición de “mujeres apoyando a mujeres”. Asimismo, hemos tenido el National Dialogue on Women in Agriculture, que ha ofrecido una oportunidad para examinar la igualdad de género e incrementar la visibilidad y el estatus de las mujeres en la agricultura y en el sector agroalimentario. De ese diálogo surgió un plan de acción de 12 puntos; sin embargo, pese a que en aquel momento teníamos una presidenta, no se nos incluyó. Una de las acciones fue una serie de seminarios web, gestionada por el Women in Agriculture Working Group, centrada en desarrollar conocimientos y sensibilización sobre temas como el acceso a la financiación, la fiscalidad agraria y la planificación de la sucesión.
Siguiente diapositiva, por favor. Las mujeres siempre han desempeñado un papel vital, aunque a menudo poco reconocido, en la agricultura irlandesa. A medida que el sector evoluciona para hacer frente a nuevos retos medioambientales, sociales y económicos, es esencial que las mujeres reciban pleno apoyo y se las empodere para contribuir a su futuro. Debemos trabajar juntas y juntos para impulsar este cambio para las próximas generaciones. Siguiente diapositiva, por favor. Muchas gracias a todas y todos, especialmente a las personas organizadoras, por invitarme a acompañarles hoy. Quedo a su disposición para las preguntas. Go raibh míle maith agaibh.
Muchas gracias. Siguiente intervención: Francesca Gironi. Francesca, tiene la palabra. Lamentamos que, por condiciones técnicas, no dispongamos de interpretación. Podemos oírla, pero no habrá interpretación debido a las características del sonido; le rogamos que intervenga en inglés. Thank you. The floor is yours, please.
Thank you. Muy buenos días, honorables miembros. Mi nombre es Francesca Gironi. Soy agricultora y criadora de caballos en Italia y gestiono una explotación ecológica. Soy vicepresidenta nacional de Coldiretti Donne y, a nivel europeo, tengo el honor de presidir el Comité de Mujeres de COPA‑COGECA, que reúne a agricultoras y dirigentes de cooperativas agrarias de toda Europa. Nuestra misión es garantizar que la voz de las mujeres se escuche en la política agrícola europea, desde las explotaciones familiares hasta las mesas de decisión de la Unión. El tema que abordamos hoy nos toca muy de cerca: la renovación generacional en la agricultura no es solo una cuestión económica; es una cuestión vital.
Es un reto garantizar la continuidad de las explotaciones agrarias, la presencia en los territorios rurales y la vitalidad de las pequeñas comunidades. Las personas jóvenes afrontan desafíos complejos, más aún desde la perspectiva de las mujeres. Según Eurostat, en torno al 30% de los titulares de explotaciones en la Unión Europea son mujeres; sin embargo, las explotaciones de carácter familiar afrontan mayores dificultades en términos de renta, acceso a los programas de apoyo, a la innovación y a los mercados digitales. Los dos obstáculos que más pesan son el acceso a la tierra y el acceso al crédito.
En lo relativo a la tierra, las mujeres siguen siendo minoría entre las propietarias de superficies agrícolas y, en muchos Estados miembros, la titularidad continúa siendo mayoritariamente masculina. A ello se suma la falta de reconocimiento del trabajo de las mujeres en las explotaciones familiares, a menudo invisible o no formalmente registrado. En el plano financiero, las agricultoras siguen encontrando más barreras que los hombres para acceder a la financiación.
A estas barreras económicas se añaden las carencias estructurales de las zonas rurales. La falta de servicios esenciales —desde la conectividad digital hasta el cuidado infantil, la atención sanitaria y la asistencia social— sigue siendo un problema crítico. Para muchas mujeres, optar por quedarse en el medio rural todavía implica tener que escoger entre la vida laboral y la vida privada, y esto no lo podemos aceptar.
Por ello afirmamos que la renovación generacional es también una cuestión de género, porque con demasiada frecuencia no existen las condiciones para que las mujeres permanezcan e inviertan liderando la agricultura. En toda Europa vemos a mujeres al frente de explotaciones multifuncionales que integran sostenibilidad, innovación y calidad, que reconectan la agricultura con las comunidades y que a menudo prestan los servicios que faltan en el medio rural, como guarderías en granjas, granjas escuela, agroturismo y espacios sociales rurales. Estas mujeres son motor de una nueva agricultura europea, pero el futuro que están construyendo exige políticas valientes y concretas.
Garantizar la renovación generacional significa crear las condiciones para que mujeres y jóvenes elijan la agricultura como proyecto de vida. Sin una política agrícola fuerte, ese objetivo se queda en mera declaración de intenciones. Por eso, en el debate sobre el nuevo Marco Financiero Plurianual, es esencial que la Política Agrícola Común siga siendo una política independiente y sólida, con recursos claros y dedicados, y no diluida en un único fondo que pondría en riesgo su finalidad y eficacia.
Solo una PAC autónoma y coherente con sus objetivos puede proporcionar instrumentos concretos para el acceso a la tierra, al crédito, a la formación y a los servicios, condiciones todas ellas esenciales para las nuevas generaciones y para las mujeres que deciden permanecer e invertir en la agricultura. Defender hoy la PAC es defender el futuro de la agricultura europea, la igualdad de oportunidades y la vitalidad de los territorios rurales.
Más allá de la PAC, la agricultura debe ser reconocida como pilar del desarrollo rural, con recursos claros y objetivos concretos. Las políticas europeas han de trabajar de forma coordinada, con un enfoque integrado que reconozca las barreras existentes y actúe con decisión para eliminarlas.
Decisión, simplificación administrativa y apoyo real a las empresas. Necesitamos instrumentos que combinen apoyo financiero, formación, infraestructuras y servicios. Solo así, y concluyo, podremos garantizar un relevo generacional justo y fortalecer la presencia de las mujeres en las zonas rurales, devolviendo valor y futuro a la agricultura europea. Muchas gracias por su atención.
Empezamos ahora con la ronda de coordinadores. En primer lugar, tiene la palabra Herbert Dorfmann, coordinador del PPE. Dos minutos.
Gracias, presidente. Muchas gracias por las presentaciones, que me han parecido muy interesantes. En la agricultura no es determinante alcanzar una paridad del 50% entre hombres y mujeres; lo importante es que todas las mujeres —jóvenes y no tan jóvenes— que quieran entrar en el sector tengan las mismas oportunidades. Mi impresión es que aquí no se trata tanto de hechos objetivos: por supuesto, las mujeres cuentan con las mismas capacidades y deben tener el mismo acceso a las ayudas. El problema son a veces los llamados soft facts, o factores intangibles: tradiciones según las cuales la explotación la tiene que asumir un hombre y la agricultura es una profesión de hombres. Contra eso es contra lo que debemos luchar. Debemos hacer todo lo posible para que, también en la percepción pública, sea indiferente que quien sea agricultor sea un hombre o una mujer.
Un elemento importante es el de las cooperativas y las asociaciones de productores, ámbitos todavía muy masculinizados. Cuando uno acude a sus reuniones, hay normalmente muchos más hombres que mujeres. Y ahí las mujeres también tienen una responsabilidad: a veces se limitan a las asociaciones de mujeres y no están dispuestas a asumir posiciones de liderazgo en las organizaciones representativas del sector. Me parece que deberían ser más activas para ganar visibilidad. En definitiva, debemos crear y fomentar una cultura distinta, cambiando la cultura muy masculina que sigue muy presente en la agricultura. Muchas gracias.
Tiene la palabra la señora Camilla Laureti. Gracias, presidente. A la luz de las intervenciones de esta mañana, podríamos concluir que la agricultura no es, hoy por hoy, un sector para las mujeres. Hemos visto los porcentajes: el 30% de las explotaciones están dirigidas por mujeres. Peores son los datos entre los jóvenes: las explotaciones dirigidas por menores de 40 años representan el 12% y, dentro de ese 12%, solo el 3% están encabezadas por mujeres.
Creo que en este Parlamento ya hemos hecho, y seguimos haciendo, nuestra parte: el informe de iniciativa sobre la situación de las mujeres en las zonas rurales, que votaremos esta tarde; y nuestro informe de iniciativa sobre la PAC posterior a 2027, en el que pedimos diversas medidas para dar a las mujeres el lugar que merecen. En todas las intervenciones se ha hablado del acceso al crédito y a la tierra, y ello también figura en el documento que debatimos.
¿Por qué es tan importante que haya mujeres en el sector agrícola? En primer lugar, por justicia social y por paridad, objetivos aún no alcanzados en la agricultura. Pero también porque, como han señalado todas las intervinientes, donde hay mujeres hay innovación, sostenibilidad, multifuncionalidad y, en muchas zonas, hay vida.
Cuando hablamos de estas zonas, si las mujeres no cuidan, tampoco hay vida. Confío en que este Parlamento seguirá trabajando y tendrá que hacer aún más. Me dirijo, sobre todo, a la persona que ha intervenido en primer lugar y ha hablado de la plataforma que case la oferta y la demanda: me pregunto si desde el Parlamento podemos hacer algo para apoyar esa plataforma y convertirla en una herramienta no solo para Alemania, sino para toda Europa. A mi juicio, muchos países europeos necesitarían una iniciativa de este tipo. ¿Qué debemos hacer para que deje de ser una plataforma nacional y pueda aplicarse a escala europea? Gracias.
Gracias, presidente. Gracias a las invitadas de hoy por sus excelentes intervenciones y por aportar ese toque de juventud al debate. La renovación generacional y el papel de las mujeres son esenciales para la continuidad de la agricultura y la ganadería, y para la vitalidad y el modo de vida en las zonas rurales en general. Me he dedicado al sector lácteo; hace seis años acometimos una renovación completa de nuestra ganadería. En mi familia, las mujeres también han sido propietarias. Nos enfrentamos a muchos desafíos. En Europa, es cierto que las mujeres no están en pie de igualdad cuando son propietarias de explotaciones. Al analizar su situación, debemos tener en cuenta que constituyen una parte crucial de toda la arquitectura del sector. Es un sector que exige dedicación y formación continua, y estamos viendo recortes tanto en el propio sector como en la formación. Es un ámbito en el que crecen los desafíos y las exigencias, también en materia de competencias. Y afrontamos, además, el desafío del cambio climático.
Es necesario tener en cuenta que, a nivel económico, la situación es cada vez más compleja y la brecha entre las generaciones jóvenes se agranda. Con frecuencia, los más jóvenes abandonan el campo y acaban marchándose a las ciudades. ¿Cómo ven ustedes este desarrollo y cómo afectará al futuro de la agricultura?
Gracias, Elsi. Adelante, señora Guarda; no la había visto. Disculpe.
Voy a hablar en italiano, dice la señora Guarda. Como se ha recordado, solo el 3% de los jóvenes agricultores son mujeres que gestionan explotaciones. Es un dato que muestra lo difícil que es para las mujeres no solo entrar en el mundo agrícola, sino permanecer en él. Entre las principales razones está la PAC, la política agrícola común, que ignora las diferencias de género. El trabajo de las mujeres en las explotaciones familiares a menudo no se reconoce y, por tanto, no conlleva derechos. La regla del titular único, además, en muchos Estados miembros agrava la situación. El apoyo basado exclusivamente en hectáreas incentiva la concentración de la tierra y, por tanto, perjudica a los jóvenes y, en particular, a las mujeres jóvenes.
Como recuerda el Tribunal de Cuentas, los pagos directos no tienen en cuenta la desigualdad de género y falta un análisis de género en ese apoyo. Por ello, en la próxima reforma de la PAC debemos aprovechar la ocasión para cambiar todo esto de manera decisiva. Hacen falta medidas específicas para las jóvenes agricultoras: acceso al crédito, a la tierra y a la innovación, con recursos puestos a disposición a nivel de la Unión y no como instrumentos meramente facultativos o residuales. Se necesitan sistemas de asesoramiento y formación que promuevan el liderazgo de las mujeres jóvenes. Pero sin objetivos específicos y mensurables no abordaremos las desigualdades estructurales y nuestras palabras se quedarán en eso, en palabras. El objetivo de la PAC debe ser reducir la desigualdad; se requiere flexibilidad, pero dejarla únicamente en manos de los Estados miembros no resulta útil.
Quiero concluir con los servicios en las zonas rurales. Sin servicios sociales adecuados y sin una asistencia sanitaria sólida —también en lo relativo a la salud reproductiva— las mujeres se verán obligadas a marcharse; en muchas zonas hay que desplazarse dos o tres horas para acceder a servicios básicos. Esta tarde vamos a debatir una opinión sobre el enfoque de género y por ello pido a todos que la apoyen para lograr un verdadero empoderamiento de las mujeres en el sector agrícola. Gracias.
Gracias. Tiene la palabra el señor Luke Ming Flanagan.
Muchas gracias por las interesantes presentaciones. La mayoría de los oradores ya han dicho lo que quería señalar. Solo el 3% de los jóvenes agricultores son mujeres, y no es porque únicamente una pequeñísima parte de las mujeres jóvenes quiera ser agricultora frente a una inmensa mayoría de hombres. Evidentemente, se debe a que las perspectivas no son atractivas por múltiples razones: hay pocas razones por las que la agricultura resulte atractiva para las mujeres jóvenes. Desde una perspectiva de igualdad, y como padre de tres hijas, me he dado cuenta de los privilegios de los que yo he disfrutado en comparación con ellas. Es algo visible en toda la sociedad, pero aún más en la agricultura, y debemos cambiarlo. Debemos cambiarlo.
De verdad, se nos está escapando talento, se nos escapan ideas, se nos escapa innovación. Estamos perdiendo la oportunidad de mejorar el mundo. Además, en las zonas rurales el acceso a la salud es más complicado; por ejemplo, el acceso al aborto es un verdadero desafío. En algunas zonas incluso está restringido el acceso al apoyo para el cuidado de los hijos. No existen muchos servicios de cuidado infantil en las zonas rurales y, por ello, muchas mujeres trabajan en la explotación agrícola mientras asumen en solitario las tareas del hogar. Hay un problema de acceso a la tierra, y también problemas comunes a hombres y mujeres. Uno de los que han mencionado otros oradores es que, en la nueva Política Agrícola Común (PAC), hay menos fondos; cada año hay menos. Y esto se está reduciendo a una cuestión meramente económica, pero no es solo eso: perderemos producción si seguimos así. Además, los agricultores a pequeña escala y las mujeres en el oeste de Irlanda también se enfrentan a grandes dificultades, especialmente en las pequeñas explotaciones lácteas. A veces se aplican una serie de ideas supuestamente feministas en nuestras explotaciones que, sin embargo, acaban perjudicando a mujeres en otras partes del mundo.
Muchas gracias. En el último siglo no ha cambiado gran cosa en relación con nuestra sociedad ni con el papel de las mujeres en ella, y creo que tenemos pruebas de sobra. Lo vemos en muchos sectores: las mujeres, en nuestra sociedad actual, siguen encontrándose en condiciones propias de siglos anteriores. Mujeres y hombres deben tener las mismas posibilidades. Sabemos que la vida en las zonas rurales es distinta de la vida en la ciudad. En las ciudades no existe esa diferencia entre el trabajo de hombres y mujeres; en cambio, en las zonas rurales las condiciones no son las mismas y son más duras para las mujeres que para los hombres. Lo digo con conocimiento de causa, porque conozco familias de zonas rurales y está claro que la posición de hombres y mujeres no es la misma, y que las labores no se reparten de la misma manera. Y, además, las empresas familiares compiten con multinacionales o con compañías de mucho mayor tamaño en condiciones desleales. Creo que el modelo tradicional debe defenderse. Es cierto que las mujeres han tenido tradicionalmente un papel muy claro en las zonas rurales y, hoy, incluso es más difícil para los hombres en esas zonas encontrar pareja, porque muchas mujeres, ante esta situación, se marchan a las ciudades. Por todo ello, me temo que los problemas de las mujeres no parecen que vayan a resolverse en el futuro inmediato.
Muchas gracias. Antes de continuar, no estoy segura de si el grupo de Bolonia–Ferrara está aquí; estaban invitadas por el señor Bonaccini, pero parece que no han llegado. Bien, ahora es el momento de que respondan nuestros invitados. Señor Pennelle, adelante. Gracias, señor.
Hay oficios que atraen a más hombres que a mujeres y, pese a todo lo que se haga, eso no va a cambiar. Dicho esto, las mujeres trabajan muchísimo en el ámbito de la agricultura. Olvidemos esa cifra del 3%, porque muchas, tras su jornada laboral, inician una segunda actividad para ayudar a sus maridos, a menudo a enfrentarse a las inmensas obligaciones burocráticas de la Unión Europea. Y esas mujeres no están asalariadas, como es natural, porque en la agricultura familiar a menudo no hay ingresos suficientes para contratar a alguien. En mi región, en Bretaña, por ejemplo, las mujeres trabajan en la ganadería conjuntamente con sus maridos. Si se quiere atraer a más mujeres, habrá que invertir y desarrollar nuevas tecnologías. En el ámbito lácteo, por ejemplo, la robotización; pero para eso hace falta poder hacerlo, y la Unión Europea no lo permite. Este problema no afecta solo a las mujeres, como ha dicho nuestro colega de los Patriotas: afecta a hombres y mujeres. Cuando se desmoronan los créditos de la PAC, cuando se firman tratados de libre comercio y el Pacto Verde envenena la vida de nuestros agricultores, el problema se extiende. Como decía, es un problema mucho más global del que se está planteando aquí.
Gracias, señora Grapini.
Muchas gracias, señora presidenta. Quisiera dar la enhorabuena y felicitar a las mujeres que han intervenido hoy. Me parece que la situación es muy parecida en los 27 Estados miembros: no hay suficientes mujeres en las explotaciones agrícolas. Por una parte hay una barrera cultural, y el colega Dorfmann lo ha mencionado: se considera el trabajo agrícola como propio de hombres. También hay un déficit de formación específica para el trabajo agrícola. En algunos Estados miembros, el mío incluido, todavía vamos a la zaga en la mecanización; aún hace falta mucho trabajo físico. Lo que se regula aquí y lo que pasa luego en la vida real pueden ser dos cosas distintas. Cuando una mujer va a un banco a pedir un crédito, se la recibe con incredulidad, con falta de confianza, y eso tiene que cambiar. Hay que cambiar la mentalidad, hay que cambiar la cultura y también hay que simplificar el trabajo agrícola.
Gracias, señor Mullooly.
Muchas gracias, presidenta, y gracias al panel por su contribución. Hay una distribución prácticamente al 50% de los trabajadores en Europa, pero en la agricultura ese porcentaje se desmorona. El porcentaje de mujeres en la agricultura en Irlanda es de los más bajos; en algunos ámbitos llega al 31,6%, pero está lejos de la igualdad. Si queremos una renovación en la agricultura y el empoderamiento de las mujeres, hacen falta políticas claras y garantizar que se hagan cosas con sentido, como apoyo financiero. El objetivo del 60% de las ayudas para mujeres agricultoras me parece muy loable. Hace falta también incluir apoyo para las agricultoras en lo relativo a la baja por maternidad y otras bajas. Sobre esa baja por maternidad tenemos que seguir hablando. Tenemos que hablar con el comisario; a ver si esta tarde podemos mencionarlo. Ello es fundamental para garantizar la próxima generación de agricultores y agricultoras en la Unión Europea. Gracias.
Paulo do Nascimento Cabral, adelante.
Gracias, señora presidenta. Voy a intervenir en portugués. La verdad es que necesitamos a todo el mundo en la agricultura: hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes, para responder al reto del relevo generacional. Hay muchas desigualdades entre hombres y mujeres, especialmente en las zonas rurales. Desde 2002 hay un estancamiento que hace que las mujeres abandonen el entorno agrícola.