Parlamento Europeo SANT - Salud Pública

Parlamento Europeo - SANT - Salud Pública - 5 de noviembre de 2025

5 de noviembre de 2025
08:03

Contexto de la sesión

Subcommittee on Public Health - Committee on Public Health Ordinary meeting - Room: SPAAK 3C50

Vista pública limitada

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Muy buenos días, estimados colegas. Tenemos un orden del día bastante completo hoy, así que, sin más, les propongo que demos comienzo a nuestra reunión. Sean bienvenidos todos los miembros titulares y suplentes de la Comisión SANT, Comisión de Salud Pública. Contamos con interpretación hacia alemán, inglés, francés, italiano, neerlandés, danés, griego, español, portugués, sueco, checo, lituano, húngaro, polaco, eslovaco, búlgaro, rumano y croata. Nuestro agradecimiento a los intérpretes. Paso a las comunicaciones de la Presidencia. Nuestro estimado colega que preside está votando y se unirá a nosotros en cuanto concluya la votación en la Comisión ITRE. En cuanto a la designación de ponentes: - Nicolás González Casares (S&D), designado ponente del informe SANT sobre el Plan de Acción de la Unión Europea contra las enfermedades raras. - Romana Jerković (S&D), ponente del informe SANT sobre una estrategia de la Unión Europea en materia de enfermedades cardiovasculares. - Vlad Vasile-Voiculescu (Renew Europe), designado ponente del informe SANT sobre el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer. - Aurelijus Veryga (ECR), designado ponente del informe conjunto ENVI/SANT sobre el Mecanismo de Protección Civil de la Unión y el apoyo de la Unión a la preparación y respuesta ante emergencias sanitarias. En cuanto a la decisión que se deroga, no la citaré de memoria; la tienen en el expediente. Dictámenes varios: - Michalis Hadjipantela (PPE), designado ponente de la opinión SANT para la Comisión BUDG sobre la definición del marco financiero plurianual para el período 2028‑2034. - Adam Jarubas (PPE), presidente, designado ponente de la opinión SANT en forma de carta a la Comisión AFET sobre la celebración de un amplio paquete de acuerdos para consolidar, profundizar y ampliar las relaciones bilaterales con la Confederación Suiza. Tercer punto del orden del día: aprobación de las actas de las reuniones de 2‑3 de junio de 2025, 25‑26 de junio y 16 de julio. Estas actas fueron enviadas por la Secretaría el 29 de octubre; les damos las gracias. ¿Se pueden considerar aprobadas? No habiendo objeciones, quedan aprobadas. Pasamos a los puntos principales de nuestra reunión. Antes de ello, me he olvidado de preguntarles si están de acuerdo con el orden del día de hoy. Entiendo que así es. En primer lugar, presentación del análisis de los resultados de la consulta pública del Parlamento Europeo sobre la salud de las mujeres. Estimados colegas, esta semana celebramos la Semana de la Igualdad de Género del Parlamento Europeo, con el lema “Es hora de cambiar las cosas”. La Comisión SANT ha querido adelantarse: ya con motivo del Día Internacional de la Mujer, en marzo, consultamos a la ciudadanía sobre sus prioridades en materia de salud de las mujeres. Casi 2.000 personas respondieron a esa consulta. Hoy es el momento de examinar sus opiniones y comentarios. Doy la bienvenida a Wilma Nusselder y a la doctora Janine Roeters van Lennep, autoras del documento titulado “Análisis de los resultados de la consulta pública del Parlamento Europeo sobre la salud de las mujeres”. La doctora Nusselder es profesora adjunta del Departamento de Salud Pública del Centro Médico Erasmus y está especializada en la salud de las mujeres, con énfasis en la desventaja femenina en salud y discapacidad, así como en los más años que las mujeres experimentan con salud más precaria en comparación con los hombres. La doctora Roeters van Lennep es también del Centro Médico Erasmus.
5:00
La doctora Nusselder, la doctora Janine Roeters van Lennep —profesora asociada de prevención cardiovascular, especializada en la salud cardiovascular de la mujer a lo largo del ciclo vital, con particular atención al ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia—, estamos deseosos de escuchar lo que la ciudadanía nos ha trasladado sobre la salud de las mujeres. Sin más, les invitamos a presentar sus conclusiones. Tienen ustedes la palabra por un tiempo conjunto de 15 minutos. Adelante. Muchísimas gracias. Es un honor estar invitadas por parte del Parlamento Europeo para presentar nuestro trabajo. Agradecemos sinceramente esta oportunidad. Este trabajo es un esfuerzo conjunto del Departamento de Salud Pública y del Centro de Innovación en Salud de la Mujer en los Países Bajos. Entre sus miembros se encuentra la doctora Janine Roeters van Lennep, profesora especializada en enfermedades cardiovasculares, con factores de riesgo y manifestaciones específicas en las mujeres. Está hoy aquí y estará disponible para responder a sus preguntas. Comenzaré con una breve panorámica sobre la salud de las mujeres; a continuación me centraré en la consulta del Parlamento Europeo; y, finalmente, presentaré unas orientaciones y conclusiones. Todas las fuentes que vamos a mencionar están disponibles en el enlace que pueden ver en pantalla. En cuanto a la salud de las mujeres: los hombres mueren antes, pero las mujeres viven más años con enfermedad. En la UE‑27, la esperanza de vida es mayor para las mujeres —5,3 años más que los hombres—, pero también acumulan más años con problemas de salud. Las mujeres pasan alrededor de 63 años en buena salud, pero también más años en una situación de salud precaria, como se muestra en la diapositiva 21. Estas desventajas se manifiestan desde edades tempranas. En todas las cohortes etarias observamos que las mujeres reportan más problemas de salud, tal y como reflejan diversos indicadores. Asimismo, existen diferencias importantes entre Estados miembros y dentro de ellos, por ejemplo, según grupos socioeconómicos y nivel educativo. Al analizar por qué las mujeres acumulan más morbilidad, observamos un mayor peso de enfermedades no mortales y más años vividos con discapacidad. La comparación entre hombres (en azul) y mujeres (en naranja) muestra que ellas pasan más años con distintos tipos de problemas: ansiedad, depresión, enfermedades ginecológicas, artrosis, entre otros. Los datos específicos para muchas de estas patologías siguen siendo escasos; por ello, las cifras que presentamos se basan en estimaciones del estudio sobre la carga global de enfermedad. Desgraciadamente, faltan desgloses por país y también datos más detallados sobre enfermedades ginecológicas. La salud de las mujeres es más que la salud reproductiva. Incluye especificidades propias del sexo y del género, como los cánceres ginecológicos y el cáncer de mama, y condiciones que afectan de forma distinta a las mujeres, como la depresión, la ansiedad y la incontinencia. También abarca enfermedades que durante mucho tiempo se han infravalorado en mujeres, como el infarto y otras enfermedades cardiovasculares. Esta perspectiva recorre todo el ciclo vital: desde la pubertad, pasando por la etapa reproductiva y, muy especialmente, la perimenopausia y la menopausia. Esta panorámica de los problemas de salud de las mujeres se reflejó en gran medida en el diseño de la consulta sobre la salud de las mujeres realizada por el Parlamento Europeo. El 20 de febrero, esta misma comisión anunció dicha consulta. Se trató de una encuesta abierta durante cuatro semanas, del 8 de marzo al 9 de abril. La encuesta fue diseñada por el Parlamento Europeo y se alojó en su página web, con un enlace adicional de acceso. Las personas participantes debían identificarse en una de cuatro categorías.
10:00
Se podía responder a título individual, como representante de un grupo de interés, como proveedor de servicios sanitarios o como representante de una institución pública. En función del perfil, se estructuraron tres encuestas. Los dos últimos grupos —instituciones públicas y proveedores de servicios sanitarios— recibieron el mismo cuestionario, que hemos tratado conjuntamente en el análisis e incluimos en el informe como un único grupo. El cuestionario abordaba un abanico amplio de temas: salud, vida, formación, educación, legislación y el papel de la Unión Europea, con foco en el ciclo de vida de las mujeres, sus condiciones y enfermedades, las brechas de género y las necesidades de la comunidad LGBTIQ. ¿Quién respondió, pues? Aquí pueden ver el trasfondo y el perfil de los participantes. Hasta un 60% provenían de Bélgica, Alemania y Países Bajos; alrededor de un 30% de Rumanía, Italia, Francia, Polonia y Portugal; y el resto de países aportó muy pocas respuestas. La mayoría de participantes eran mujeres —el 89%—, en su mayoría entre 20 y 60 años. El 82% contaba con alta formación. Aproximadamente el 60% consideraba que su salud física era buena o muy buena y el 64% valoraba positivamente su salud mental. Un 40% declaró vivir con una enfermedad o discapacidad, y un 1% tenía baja formación educativa. Hemos utilizado un sistema de colores para diferenciar las respuestas, como pueden ver en la diapositiva. El azul indica buenos resultados; a medida que el tono pasa de azul oscuro a azul claro y a naranja intenso, los resultados disminuyen. Las columnas recogen distintos aspectos: información, respeto, salud, entre otros. En los gráficos pueden distinguirse los tres grupos: individuos, instituciones públicas y proveedores de servicios sanitarios. Me centraré en las áreas en rojo, donde los resultados fueron muy bajos. Esto se observa en la menopausia y la perimenopausia, especialmente en lo relativo a información y cuidados, y también en el acceso a la salud sexual y reproductiva. En el resto de ámbitos, los resultados son mayoritariamente positivos. En cuanto a la salud de la comunidad LGBTIQ, no disponemos de muchos datos; aun así, al filtrar la información disponible, en general los resultados son muy bajos. Esto afecta a la atención sanitaria, la educación, la formación de los profesionales y la información proporcionada. Salud en el trabajo. En primer lugar, la experiencia laboral en general, no vinculada específicamente al sector sanitario. Observamos que la mayoría de las personas encuestadas señalaron experiencias y respuestas diferenciadas en el ámbito laboral. Se detectó poco apoyo por parte de colegas y superiores. La mitad declaró consecuencias en el trabajo, principalmente estrés, afectación de la salud mental y repercusiones en su evolución profesional. Por último, en cuanto a las condiciones laborales en el sector sanitario, los resultados también fueron muy bajos, tanto en la valoración general como en la experiencia personal.
15:00
Para poder seguir contando con mujeres en el sector sanitario, se requieren mejores salarios, mejores modelos de organización del trabajo y una mejor conciliación de la vida laboral y personal, así como información, educación y formación de calidad. Observamos resultados muy bajos en todos estos aspectos, especialmente en materia de información: sobre derechos y necesidades de salud, efectos de la medicación, sustancias químicas en los cosméticos y educación en salud sexual y reproductiva, conocimiento del propio cuerpo y salud en general. Paso ahora a factores más generales que influyen en la salud de las mujeres en la Unión Europea. Según las personas encuestadas, los objetivos y desafíos principales son la falta de reconocimiento y de priorización de las necesidades específicas de salud de las mujeres, la falta de recursos, y el hecho de que el paciente “por defecto” suele considerarse varón. Asimismo, se señala la falta de concienciación, de información fiable, de apoyo político y de financiación como barreras. Entre las áreas de mejora se mencionan el acceso a los cuidados sanitarios, la investigación y el desarrollo de medicamentos seguros, y la reducción de las desigualdades sanitarias. En cuanto a la legislación vigente, los resultados también fueron bajos, especialmente respecto a los derechos y necesidades de salud y a los productos cosméticos. Hubo encuestados que señalaron que la Unión Europea debía seguir adoptando más legislación en estos ámbitos. Entre las áreas que deben cubrirse figuran el acceso a la atención sanitaria específica para las mujeres, el acceso a la atención preventiva, la atención a la salud mental y la reducción de las desigualdades sanitarias. En relación con la acción a escala de la Unión, dos de cada tres personas encuestadas la apoyan. Y, de cara a la participación futura de la UE, más del 90% respalda una mayor implicación para abordar la salud de las mujeres y las sustancias químicas en los cosméticos. Antes de pasar a las conclusiones, quisiera detenerme en la generalizabilidad de los resultados. Estos son específicos de la población encuestada y algunos Estados miembros pequeños, por ejemplo, no cuentan con alta representatividad, también en lo que se refiere al índice de equidad. No obstante, puede afirmarse que la mayoría de los encuestados fueron mujeres muy motivadas, especialmente respecto a los problemas no cubiertos del sistema sanitario, lo que posiblemente muestre solo la punta del iceberg. Podría existir un sesgo de motivación: quienes se ven más afectados son más proclives a participar y, además, es posible una mayor orientación europeísta entre los participantes. También conviene señalar que ciertos ámbitos no se incluyeron en el cuestionario, si bien se detectan áreas de especial preocupación. Paso a las principales conclusiones. Se han identificado preocupaciones importantes en la atención sanitaria y en el ámbito laboral, así como en materia de información, educación y formación. La mayor parte se ha centrado en la salud sexual y reproductiva, la atención perimenopáusica y las condiciones de salud de las mujeres de la comunidad LGBTIQ: necesidades que no están suficientemente cubiertas por el sistema sanitario ni por la información disponible. Asimismo, se han constatado diferencias de género y se han puesto de relieve diversas inquietudes que requieren respuesta.
20:00
Respecto a los factores institucionales, se constatan la falta de concienciación, de reconocimiento y de apoyo político; la ausencia de priorización de condiciones específicas de las mujeres; y la insuficiencia de información disponible, recursos y financiación. Todos estos elementos están interrelacionados. También se ha solicitado un mejor acceso a la atención específica para las mujeres y a la atención preventiva, así como más investigación sobre medicamentos seguros para las mujeres. Se ha señalado, además, que la legislación en materia de derechos y de sustancias químicas puede mejorarse, y que conviene contemplar un mayor apoyo a nivel de la Unión Europea. En conclusión, la encuesta pone de relieve que ha llegado el momento de prestar mayor atención a la salud de las mujeres, la carga que soportan y los desafíos que enfrentan. Existe asimismo la necesidad de llevar a cabo una consulta más amplia y representativa, para que se escuchen las voces de todos los grupos presentes en Europa. Podría resultar útil explorar cómo integrar las preocupaciones de salud de las mujeres en otras encuestas europeas. Estos pasos contribuirán a mejorar la salud de las mujeres. Gracias por su atención. Muchísimas gracias, profesora Nusselder, por esta presentación. Sé que hay mucho trabajo subyacente para elaborarla y sintetizarla. Veo que ya acumulamos un retraso de un cuarto de hora. Si les parece, haremos una primera ronda de intervenciones y, a continuación, volveremos con la profesora Roeters van Lennep para que nos haga su presentación y exponga su opinión. Comenzamos por el PPE. El señor Kulja deseaba formular una pregunta o comentario. Tiene la palabra por dos minutos. Muchas gracias. Voy a usar mi lengua materna. Muchísimas gracias a los invitados. Señorías, les felicito por este excelente estudio sobre la salud de las mujeres. Creo que los resultados muestran claramente que ha llegado la hora de actuar también a nivel político. La investigación nos indica que dos tercios de las profesionales sanitarias consideran que las necesidades de las mujeres no se tienen suficientemente en cuenta. Lo vemos también en Hungría: las cuidadoras, por ejemplo, con frecuencia no pueden disfrutar de vacaciones porque padecen trastornos crónicos y, por lo general, realizan muchos más turnos nocturnos que en otras profesiones. Ustedes han señalado tres ámbitos importantes en los que debemos avanzar: en primer lugar, una retribución salarial más equitativa; en segundo lugar, una mejor conciliación de la vida privada y profesional; y, en tercer lugar, la posibilidad de planificar adecuadamente las jornadas y turnos, en consonancia con los retos cotidianos. En algunos Estados miembros, la política sanitaria atraviesa una crisis, y si no adoptamos las medidas necesarias, no solo sufrirá la salud de las mujeres, sino también la seguridad y resiliencia de los sistemas sanitarios. Por ello, quisiera preguntarles: a lo largo del estudio, ¿han identificado vías para reaccionar mejor y establecer condiciones más favorables para las mujeres? ¿Qué medidas podrían adoptarse a nivel europeo a fin de garantizar que quienes nos cuidan reciban el apoyo que necesitan y se facilite su vida? Continuamos con el S&D. El señor André Pat ha pedido la palabra. Adelante. Muchísimas gracias, señora presidenta. Y gracias, señora profesora, por una presentación muy convincente y centrada en esta encuesta.
25:00
Me complace que se hayan definido las prioridades y los ámbitos en los que debemos centrarnos. Mi pregunta es la siguiente: considero que la Unión Europea llega tarde a la hora de preparar una estrategia inclusiva sobre la salud de la mujer. Deberían elaborarse recomendaciones del Consejo para que todos los Estados miembros puedan transformar realmente sus sistemas y transponerlas en planes y estrategias nacionales comprensibles para todos. Esto ayudaría a reforzar las acciones en el ámbito de la salud de la mujer. Entendemos que hay diferencias ideológicas y convicciones que generan barreras a la hora de aplicar e instrumentar políticas europeas en materia de salud femenina; por ejemplo, en torno al aborto o a la educación sanitaria en las escuelas. A menudo hablamos de que las mujeres con mayor nivel educativo gozan de mejor salud, pero debemos dirigirnos también a los varones en el entorno escolar, desde la primera infancia, en materia de salud sexual. Necesitamos una estrategia educativa en salud que se inicie en la escuela y acompañe a lo largo de toda la vida. Y una estrategia europea, en este sentido, debe hacer hincapié en la educación sobre la salud reproductiva para todos los grupos de edad, incluidos los niños y adolescentes varones, porque, por ejemplo, cuando hablamos del virus del papiloma, los hombres y los jóvenes también deben conocerlo. Esto está directamente relacionado con la salud reproductiva. Muchísimas gracias. Ahora, el señor Hauser, de Los Patriotas. Adelante. Sí, muchísimas gracias, señora presidenta, y gracias también a la ponente. Valoro positivamente que se aborden los problemas de la salud de la mujer y que se realicen encuestas representativas. Sin embargo, ha habido unas dos mil respuestas para toda la Unión Europea; esto no es representativo. En Austria, con nueve millones de habitantes, ya se requieren al menos mil encuestados. Por tanto, no me parece que estemos ante una muestra representativa. Además, me ha sorprendido que usted haya hablado mucho sin referirse a las consecuencias de la vacunación, es decir, a los efectos secundarios. Me sorprende, porque está reconocido científicamente que los efectos secundarios de la vacunación afectan sobre todo a las mujeres. Usted no lo ha mencionado y me pregunto por qué lo excluye. Para evitar que se nos acuse de tergiversar, cito una estadística de la Autoridad Federal de Seguridad Sanitaria en Austria, una autoridad nacional enmarcada en el Ministerio de Sanidad: entre 2020 y finales de 2023 determinó daños derivados de la vacunación. En total fueron 62.000 y pico, y de ellos 29.000 o más correspondían a mujeres; es decir, dos terceras partes de las consecuencias de la vacunación registradas por esta institución han afectado a mujeres. Me pregunto por qué no se ha examinado más esta cuestión, que además es bien conocida, y por qué no se hace hincapié en cómo tratar las consecuencias de la vacunación en las mujeres. Se requieren programas de asistencia a posteriori para poder ayudarlas. Y otra cuestión que quiero plantear: si se habla de la salud de la mujer, en primer lugar deberíamos ocuparnos de las mujeres. ¿Por qué se pone aquí también el foco en la comunidad LGTBIQ, etcétera? Esto no tiene nada que ver con las mujeres. Muchísimas gracias. Para precisar: si lo he entendido correctamente, se trata de los efectos secundarios de la vacunación, ¿verdad? Al principio no ha quedado claro.
30:00
La presidenta. Señor Basiel, ¿retira su solicitud? Perfecto. Entonces me cedo la palabra a mí misma. Debo decir francamente que me siento muy orgullosa de que esta comisión parlamentaria lleve la batuta en materia de salud de las mujeres en el Parlamento Europeo y que no solo hablemos, sino que también preguntemos y comprobemos cuáles son las necesidades concretas, los retos, qué funciona y qué no. Cuando damos a las personas la posibilidad de responder —casi 2 000 respuestas en un mes—, a mi juicio es una evidencia muy sólida de las necesidades sobre el terreno. Claro, es un tema muy específico. Incluso con las limitaciones del estudio, podemos ver que en países ricos se han identificado problemas sorprendentes. Por ejemplo, esta investigación se centra en países occidentales; imaginemos lo que ocurre en otros países europeos. La bibliografía muestra de forma coherente una alta carga para las mujeres en diferentes ámbitos. Sabemos que nuestros problemas tienen que ver con los cuidados, el entorno laboral, la discriminación y la asistencia sanitaria. Y sí, esto es doloroso. Si se es mujer, la situación es difícil; si se es mayor o si se pertenece a la comunidad LGTBIQ, la situación empeora. Por tanto, animo a todos los que trabajamos en distintos expedientes en sanidad —en el plan de lucha contra las enfermedades cardiovasculares, contra el cáncer, etc.— a poner también el foco en la salud de las mujeres, para que esta comisión parlamentaria pueda ser líder en este ámbito. Espero que la hoja de ruta a la que se ha hecho referencia pueda publicarse en marzo y que desemboque en una estrategia ambiciosa de igualdad de género en la que la salud sea uno de los componentes principales. En fin, más que una pregunta, era un mensaje que quería transmitir. Tengo todavía una pregunta más de Basiel Clout. Adelante, tiene la palabra. Me parece que me he equivocado al pronunciar su apellido, pero adelante, tiene la palabra. Sí, muchísimas gracias, presidenta, y gracias a la profesora por su presentación. Quisiera plantear una cuestión relativa al método. Me parece fundamental, si bien usted ha justificado de forma legítima la metodología utilizada. El informe se basa en una consulta pública en la que más del 96 % de las encuestadas eran mujeres con formación superior y la mayoría —alrededor del 60 %— procedía de solo tres Estados miembros: Alemania, Bélgica y los Países Bajos. Sin embargo, ese perfil no refleja ni la diversidad geográfica ni la social de la Unión Europea. Por tanto, ¿cómo se puede considerar que las conclusiones extraídas de esta muestra sean representativas de la realidad que viven las mujeres en todos los Estados miembros, en particular en las zonas rurales, en las clases populares o en los países del sur y del este de Europa? El informe, además, menciona en varias ocasiones a las mujeres o a las personas de la comunidad LGTBI y las cuestiones de género. ¿Qué fuentes científicas se han utilizado para establecer las necesidades específicas de esta población y cómo se han considerado y validado esos elementos al margen de un enfoque militante? O, dicho de otro modo, habida cuenta de que la consulta se basa en una participación voluntaria en línea y sin muestreo aleatorio, ¿qué garantías tenemos de que las respuestas no reflejen simplemente las posiciones de autoras que ya son militantes en este ámbito? Además, el informe concluye que es deseable una acción firme de la Unión Europea. ¿Cómo se articulan concretamente estas recomendaciones? Gracias. La presidenta. Muchas gracias. No tengo más solicitudes de palabra en la lista, así que devuelvo la palabra a la profesora Nusselder y a la profesora Roeters van Lennep. No sé quién desea comenzar. Tienen la palabra. Bueno, voy a empezar por la última pregunta respecto a la interpretación del trabajo.
35:00
Coincido con sus preocupaciones. Esta encuesta es pequeña, no es representativa. La muestra está compuesta sobre todo por mujeres de mayor edad y esto afecta a los resultados. Esta fue la idea del Parlamento Europeo: lanzar una consulta abierta para que todas las personas pudieran alzar su voz. En el informe explico que este enfoque presenta desventajas para la interpretación. Tiene razón al señalar que, en particular, respondieron mujeres con buen acceso al sistema sanitario y, en su mayoría, con un alto nivel de formación. Sabemos que no es representativo de toda la Unión Europea. Es una preocupación y una de las razones por las que he concluido que, en paralelo, debe llevarse a cabo una recogida de datos más representativa. Por otro lado, varias cuestiones planteadas por las encuestadas coinciden con otras fuentes: la elevada carga que soportan las mujeres, el trato que reciben en el ámbito laboral. En el Reino Unido se llevó a cabo una amplia consulta —sé que ya no forma parte de la UE, pero en ciertos aspectos es comparable— con más de 100 000 participantes, y las conclusiones coinciden. Comparto su cautela respecto a extrapolar estos resultados al conjunto de la Unión Europea y a respaldar acciones a nivel de la UE: se requiere prudencia, pues es posible que no hayamos alcanzado a quienes no comparten esta opinión. Con todo, el mensaje general de que la carga sobre las mujeres es elevada y tiene un impacto en el trabajo, y de que la educación sobre salud de la mujer que se imparte en las escuelas es insuficiente en muchos países, se ve corroborado por otras evidencias. Asimismo, la comunidad LGTBI no está bien cubierta y carecemos de información suficiente sobre enfermedades y salud de la mujer. Todo ello se explica por la evidencia disponible y también por la falta de priorización. Considero que estos elementos son fiables. Por otra parte, es importante escuchar de forma más sistemática las voces de las zonas rurales y de Europa Central y Oriental, donde sabemos que existen más problemas sanitarios y carencias en la cobertura. Ese enfoque sistemático debe desarrollarse en paralelo, pero no podemos esperar, porque las principales conclusiones se alinean con lo que ya conocemos en el resto de Europa. Coincido con sus comentarios, pero ello no es motivo para detenernos. Sigo en orden. En primer lugar, se destacaba la importancia de conciliar la vida laboral y personal. Coincido también en que hay una crisis en el sector sanitario. Claro está, esta encuesta no permite comparar entre países. Podría aportar numerosos comentarios, al igual que mi colega. Sabemos de países como España, que cuentan con legislación, por ejemplo, en relación con el ciclo menstrual. Todo esto requeriría una encuesta más extensa que abarque toda Europa. Hay que estudiar sistemáticamente las prácticas existentes en Europa que puedan aplicarse en otros países. ¿Desea añadir algo? Muchas gracias. Sí, que quede claro: todo está interrelacionado. La salud de las mujeres incide en el trabajo y en la economía. Y no solo se trata de las mujeres, sino también de los hombres. Vivimos en una sociedad en la que hombres y mujeres conviven. Por tanto, si se mejora la salud de la mujer, se beneficia el conjunto de la sociedad.
40:00
Se está mejorando la sociedad en su conjunto. A veces, cuando hablamos de la salud de la mujer, los hombres, los varones, se desentienden porque consideran que no va con ellos, y eso queremos dejarlo bien claro. En cuanto a conciliar la vida laboral y la personal, nos preguntamos qué se puede hacer aquí en Europa. Yo no soy experta en esta materia, pero creo que sería muy interesante, como mencionaba mi compañera, identificar las buenas prácticas y ver cómo integrarlas en los distintos Estados miembros, cómo se puede mejorar la salud de las mujeres. Antiguamente, la salud de la mujer se consideraba que solo tenía que ver con el embarazo y los trastornos ginecológicos. Hay que acabar con esa visión. Es un tema holístico. Y si hablamos de mejorar las condiciones laborales, eso también afectará a la salud de la mujer. Por tanto, estudiar las buenas prácticas y difundirlas entre los Estados miembros. Paso ahora a la segunda pregunta. Estoy totalmente de acuerdo con su señoría. Ha habido muchas respuestas abiertas en la encuesta: la importancia de educar en la escuela y de hablar a los niños de la salud de la mujer en general. Es muy importante empezar a una edad temprana, para que más tarde esto se refleje en el trato que recibe la mujer en el trabajo y en la atención sanitaria. Claro, también hay diferencias entre países en materia de aborto. Es importante, como digo, abordar esto desde edades tempranas. También en la formación de los médicos y en cómo debe ser el trato en el empleo. Luego, la vacunación frente al VPH, explicársela también a los niños. Se está vacunando también a los niños en los Países Bajos y en otros países. Es responsabilidad, por tanto, también de los varones, mejorar la salud de la mujer. Tercer comentario: los efectos secundarios de las vacunas y por qué no se abordan en la encuesta. Esta encuesta ha sido elaborada por el Parlamento Europeo; ahí no puedo entrar en sus prioridades. Ya se plantean numerosos temas y puedo entender que no se incluyese. No puedo responder en cuanto a los efectos secundarios; quizá mi compañera sí. En cualquier caso, no se aborda en la encuesta. Tuvimos que trabajar con las preguntas establecidas. Para nosotros, insisto, es un excelente punto de partida. Poner esto en la agenda es algo muy importante. Y resultaría muy interesante avanzar en este debate y ver cómo se puede recabar más información, entender cuáles son las necesidades de esta comisión y del Parlamento Europeo y ver cómo se puede aumentar el conocimiento en esta materia. Con respecto a sus comentarios, señora Presidenta, estoy totalmente de acuerdo con usted. Hay que avanzar e incorporarlo a la agenda. Esta consulta es un paso importante en este proceso de concienciar e incluirlo en nuestro programa político. Espero que esto se retome a nivel europeo y nacional. La última pregunta creo que ya la hemos respondido. Por mi parte, nada más. Muchas gracias. Pues no veo a nadie que pida la palabra, así que muchas gracias. Ah, disculpe, adelante, adelante. Muchas gracias. Acojo positivamente estos resultados, aunque entiendo sus limitaciones. Esto justifica impulsar una estrategia...
45:00
...europea en cuanto a la salud de la mujer. Sabemos que vamos con retraso con respecto al Reino Unido. Según conclusiones de otros estudios, debemos adaptar las estrategias clínicas porque con frecuencia presentan síntomas poco específicos, es decir, tienen aspectos propios y específicos. Mi pregunta es sencilla. Desde su perspectiva técnica, ¿qué información falta para lanzar esta estrategia a escala europea? Gracias. Gracias por la pregunta. Creo que, a fin de lanzar una estrategia, necesitamos dos cosas: el contenido de la encuesta y el cómo se recaban los datos. Empiezo por este último punto. Es verdaderamente importante contar con datos representativos que abarquen todas las regiones europeas y todas las poblaciones dentro de cada Estado miembro —urbana, rural, niveles educativos, renta, madres solteras, etc.—. Debemos reflejar la diversidad mediante un método sistemático y científico que permita obtener resultados representativos. Además, se deben analizar las variaciones entre Estados miembros y dentro de cada uno. Europa no es homogénea; hay una gran diversidad también en los sistemas sanitarios. Esto es tan solo el principio. En el Reino Unido existe una gran encuesta, con más de 100 000 participantes; sería oportuno aprovecharla, así como el conocimiento generado en otros países. En cuanto al contenido, aquí hemos obtenido bastante información, pero faltan temas, en parte relacionados con condiciones que afectan a las mujeres. No deberíamos limitarnos a la salud reproductiva, por ejemplo. Y, como señala mi compañera —experta en la materia—, enfermedades con manifestaciones distintas en mujeres, como las cardiovasculares, no se incluyen. La migraña, por otra parte, una enfermedad con una carga sanitaria muy importante, tampoco se incluyó. La selección de temas puede y debe ser más completa. Asimismo, las preguntas podrían ser mucho más específicas para obtener más información sobre lo que echa en falta la ciudadanía: con qué no están satisfechos o sobre qué carecen de información. ¿Tienen demasiada información y no saben cómo gestionarla? ¿O les falta información? Necesitaríamos datos más precisos que nos ayuden a colmar estas lagunas y que nos sugieran qué se puede hacer. Si me permite, añadiría que también es importante hablar y consultar con expertos en distintos campos para identificar los principales temas en la salud de las mujeres. La visión clásica, que llamamos “bikini”, se centra solo en el cáncer de mama y los trastornos ginecológicos, pero esto va mucho más allá. Podemos hablar, por ejemplo, con expertos en oncología para preguntarles cuáles son los temas relevantes. El cáncer de vejiga se diagnostica mucho más tarde en mujeres que en hombres porque, cuando una mujer orina sangre, en muchos casos se piensa que es por la menstruación, mientras que, en el caso del hombre, es un síntoma de alarma.
Fragmentos 1-10 de 24 (12 disponibles públicamente)

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