Parlamento Europeo - FISC - Asuntos Fiscales - 4 de noviembre de 2025

Buenos días a todos. Vamos a empezar. Gracias por estar aquí y muchas gracias al servicio de interpretación; contamos con interpretación a varios idiomas. Han recibido la documentación de la reunión, disponible en el sitio web como es habitual, y la sesión se retransmite por internet. El orden del día de hoy se preparó el 23 de octubre. Si no hay ninguna objeción, se considera aprobado. Bien, queda aprobado. Permítanme compartir algunas novedades desde la última reunión. En primer lugar, los coordinadores, el 15 de octubre, decidieron asignar los informes de propia iniciativa de la siguiente manera: el enfoque de la Unión Europea respecto al medio ambiente, al Grupo PPE; y la viabilidad del 28º régimen fiscal y su potencial para apoyar la competitividad europea, al Grupo Renew. En segundo lugar, se han determinado cuatro misiones para 2026: Brasil, del 25 al 29 de mayo; París, 18 y 19 de junio; Estados Unidos, del 20 al 24 de septiembre; y Dinamarca, del 26 al 28 de octubre. Asimismo, los coordinadores acordaron el programa de las próximas audiencias sobre cómo abordar los sesgos en el sistema fiscal y en la imposición, así como sobre la directiva relativa a la fiscalidad del tabaco. Si no hay objeciones, las actas de FISC de 6 de febrero, 24 de abril, 15 de mayo y 25 de junio quedan aprobadas. Pasemos ahora al tema de hoy para esta audiencia pública: el papel del IVA y los sesgos en los datos a la hora de luchar contra la pobreza menstrual. Esta audiencia tiene lugar en el marco de la Semana de Igualdad de Género del Parlamento Europeo, que se celebra a lo largo de toda la semana. A este respecto, doy la bienvenida a nuestras invitadas: la señora Raluca Trasca, jefa de unidad de la Dirección General de Fiscalidad y Unión Aduanera (DG TAXUD); la profesora Åsa Gunnarsson, profesora de Derecho Fiscal en la Universidad de Umeå (Suecia), que participa en línea; y, también en línea, la profesora doctora Rita de la Feria, profesora de Derecho Fiscal en la School of Law de la Universidad de Leeds. A medida que muchas mujeres y niñas siguen enfrentándose a barreras para acceder a productos menstruales, la pobreza menstrual continúa siendo una cuestión socioeconómica importante. Se ha intentado abordar este problema mediante la reducción de los tipos del IVA, incluso hasta el tipo cero, para los productos sanitarios. En 9 de 2019, el Parlamento Europeo ya instó a los Estados miembros a aprovechar el aumento de flexibilidad en esta materia mediante su resolución sobre igualdad de género y política fiscal. Sin embargo, no todos los Estados miembros han aplicado el tipo cero del IVA y diversos expertos han señalado que las reducciones del IVA pueden no ser un instrumento eficaz: es posible que los proveedores no trasladen la reducción a los consumidores y simplemente aumenten sus márgenes. En la audiencia de hoy queremos evaluar cómo la política del IVA puede servir como instrumento pragmático para hacer frente a las barreras de coste.

…bienes esenciales, con el fin de que puedan beneficiarse de tipos de IVA reducidos, incluso del 0%. Esta es también una oportunidad para intercambiar opiniones y mejores prácticas. Por tanto, estoy encantado de estar aquí hoy para recibir a nuestros expertos, tras lo cual veremos un vídeo de la presidenta Roberta Metsola. Hemos recibido recientemente este mensaje en vídeo que les presentaremos más adelante, una vez que concluya mi intervención. Como siempre, aplicaremos nuestras normas habituales: siete minutos para los ponentes; después intervendrán nuestros miembros durante dos minutos para sus comentarios u observaciones; y, a continuación, volveremos a dar la palabra a los oradores para que respondan a las preguntas. Antes de dar la palabra a Raluca Traska, que intervendrá durante siete minutos, les propongo escuchar el mensaje en vídeo de la presidenta Metsola: Queridos amigos, cada día, en mi papel como presidenta, tengo la suerte de conocer a mujeres increíbles de todo nuestro continente. Hay aproximadamente 229 millones de mujeres talentosas en Europa que nos impulsan hacia adelante. Nuestra Unión está construida por europeos y para europeos: cada mujer y cada hombre. Y todas las personas tienen derecho a esperar determinadas cosas de nuestro hogar común, incluido un entorno en el que cada cual tenga igualdad de oportunidades. Esta Casa está convirtiendo esa ambición en realidad. Estamos trabajando para facilitar la vida a las personas y a las empresas. El mes pasado confirmamos los próximos pasos hacia una hoja de ruta europea para los derechos de las mujeres y, recientemente, adoptamos nuestro nuevo Plan de Acción en materia de Igualdad de Género. Pero para seguir rompiendo techos de cristal y empoderar a las mujeres, necesitamos ir más allá y más rápido. Necesitamos más mujeres construyendo carreras en STEM, con más formación y vías de acceso al empleo. Necesitamos más mujeres que funden empresas, con mejor acceso al apoyo para nuestras innovadoras e inventoras. Y necesitamos más mujeres accediendo a posiciones de poder, sintiéndose con la capacidad de presentarse a cargos y cambiar nuestra sociedad. Nuestro empeño por la igualdad tiene sentido a todos los niveles, porque cuando las mujeres prosperan, las comunidades prosperan con ellas. La igualdad impulsa nuestras economías, transforma nuestras sociedades y profundiza nuestras democracias. Alcanzarlo exigirá vigilancia, impulso y, sobre todo, acción. Por eso me alegra tanto que este evento tenga lugar aquí, en el Parlamento Europeo. Mi agradecimiento a los miembros de la comisión y a cada uno de ustedes por estar aquí. El desafío que tenemos es grande, pero juntos sé que podemos construir una Europa mejor, más justa y más igualitaria. ¡Pongámonos a trabajar! Señora Raluca Traska, tiene la palabra. Muchísimas gracias, estimados miembros, señoras y señores. En primer lugar, permítanme dar las gracias por invitar a la Comisión a este debate. Quisiera comenzar señalando que el IVA se aplica a bienes y servicios y afecta de modo distinto a diversos segmentos de la población. Los efectos distributivos del IVA pueden variar significativamente en función de si se miden respecto del gasto o de los ingresos de los hogares. Habitualmente se considera un impuesto regresivo, porque representa un mayor porcentaje de la renta de los hogares con ingresos más bajos. Sin embargo, cuando se mide en relación con la renta disponible del hogar, el impacto puede diferir entre determinados grupos, especialmente en función del consumo de ciertos bienes y servicios. Comprender estos efectos distributivos es crucial para diseñar sistemas de IVA que sean a la vez eficientes y equitativos. Para hacer el sistema del IVA más sostenible, el Consejo aprobó en 2022, basándose en una propuesta de la Comisión, una reforma que permite a los Estados miembros utilizar tipos reducidos de IVA para mitigar el impacto sobre los bienes y servicios esenciales. Esta reforma les permite aplicar tipos reducidos, incluso del 0%, a productos necesarios con el objetivo de aliviar la carga fiscal sobre los consumidores, en particular sobre los de rentas más bajas. Por ejemplo, los Estados miembros pueden aplicar ahora estos tipos reducidos, hasta cero, a suministros esenciales como alimentos, productos sanitarios y de higiene, y productos farmacéuticos, entre otros.

medicamentos, energía y agua, que, por supuesto, pueden reducir significativamente las presiones del coste de la vida a las que se enfrenta la población más vulnerable. En este contexto, algunos Estados miembros han aprovechado esta flexibilidad y han establecido un tipo del IVA del 0 % para los productos higiénicos, por ejemplo en Malta, Chipre o Irlanda, o han aplicado un tipo superreducido, por debajo del 5 %, como en Luxemburgo y España. Muchos otros Estados miembros han aprobado tipos reducidos para este tipo de productos, que pueden situarse entre el 5 % y el 15 %. Pues bien, a pesar de estas reformas, la Comisión Europea reconoce las limitaciones en la utilización de los tipos del IVA como instrumento para hacer frente a la pobreza. En general, los tipos reducidos no son el mejor instrumento para lograr objetivos sociales. Una reducción en los tipos del IVA resulta relativamente ineficiente cuando se trata de influir en los precios y los comportamientos. La evidencia muestra que el efecto inmediato es muy bajo; es decir, los cambios en los tipos del IVA probablemente tendrán poco impacto en los precios que pagan los consumidores. Las pruebas también indican que los tipos reducidos del IVA pueden no ser el mecanismo más eficaz para reducir la pobreza y no están suficientemente focalizados en los objetivos. En su lugar, las subvenciones directas y los programas de asistencia ofrecen a menudo un planteamiento más eficaz para ayudar a quienes más lo necesitan y garantizar que los beneficios llegan a los beneficiarios previstos. De hecho, la evidencia empírica indica que los tipos del IVA aplicados a productos alimentarios básicos, productos de higiene, agua y energía no son el instrumento más eficaz para atender las necesidades de los hogares más vulnerables. En este contexto, el estudio muestra que los tipos reducidos y superreducidos en varios Estados miembros no han logrado ofrecer el apoyo previsto a los hogares más pobres y, a menudo, han supuesto un beneficio agregado sustancialmente mayor para los hogares de mayor renta. Por ello, se aboga por definir mejor los objetivos y orientar las medidas para que lleguen a los hogares de menor renta. La asistencia dirigida ha demostrado ser un planteamiento mucho más eficaz para alcanzar objetivos de redistribución. Ello sugiere que combinar un paquete bien diseñado de incentivos fiscales directos podría mejorar tanto la eficiencia como la progresividad del sistema fiscal en su conjunto. No obstante, los responsables de la elaboración de políticas deben velar por una adecuada representación y una recopilación de datos robusta a la hora de formular políticas equitativas y eficientes. El sesgo en la recogida e interpretación de datos puede conducir a decisiones que no tengan en cuenta aspectos sociales, como la suficiencia de la renta, así como diferencias geográficas y culturales que pueden afectar, por ejemplo, a la pobreza menstrual. Abordar este sesgo requiere una investigación exhaustiva para garantizar que los procesos de toma de decisiones sean eficientes y equitativos. En cuanto a los tipos del IVA, las propuestas de reducciones adicionales siguen siendo muy delicadas desde el punto de vista político, sobre todo por su impacto sobre las finanzas públicas. El IVA desempeña un papel crucial para garantizar la sostenibilidad de los ingresos públicos, esencial en el contexto del nuevo marco de gobernanza económica de la Unión Europea. Y, por supuesto, los tipos reducidos del IVA plantean el desafío de reducir significativamente la recaudación. El resultado económico también sería dudoso: las empresas pueden deducir el IVA y los consumidores, como se ha dicho, no siempre se benefician de una reducción de precios. Además, las cargas administrativas asociadas a la aplicación de estructuras complejas del IVA aumentarían. De cara al futuro, la Comisión está realizando un estudio sobre los desafíos que presenta el IVA, más allá del paquete recientemente aprobado de «IVA en la era digital», y está considerando, entre otras cosas, la posibilidad de introducir reformas para contar con un sistema del IVA de la Unión Europea más ecológico y sostenible. Se espera que el informe se presente a finales de 2025 o principios de 2026. El estudio se centra, entre otros aspectos, en el potencial de mejorar el tratamiento del IVA de los productos de segunda mano, a fin de eliminar el IVA implícito.

…las barreras del IVA que, de forma latente, incentivan la destrucción de bienes en lugar de las donaciones. Reformar este aspecto podría incentivar a las empresas a donar las mercancías excedentes o no vendibles en vez de destruirlas, fomentando así un modelo económico más sostenible que reduce los desechos y, por supuesto, apoya a quienes se encuentran en situación precaria. En general, permítanme concluir que, aunque las reformas de los tipos de IVA son instrumentos para reforzar los efectos económicos, depender únicamente de tipos reducidos presenta diversas desventajas. Un planteamiento multifacético, que combine flexibilidad en los tipos con subvenciones más focalizadas y prácticas sostenibles, puede dar lugar a un sistema de IVA más equitativo y más robusto. Gracias. Gracias a usted. Pasamos ahora a la profesora Åsa Gunnarsson, que en principio está conectada en línea. Tiene la palabra, por siete minutos. Lamentablemente, la conexión no reúne todos los requisitos técnicos para poder ofrecer interpretación. Lo lamentamos. ¿Se me escucha ahora? Sí. Gracias. Gracias por invitarme. Lamento no poder estar con ustedes en persona; vivo muy al norte y no me ha sido posible unirme correctamente a esta sesión. También quisiera saber cómo cambiar las diapositivas. ¿Les indico que las cambien por mí? Sí, gracias. El mensaje principal, como ven en esta diapositiva, es que soy muy escéptica respecto al uso del IVA para combatir este grave problema de salud pública. La falta de acceso a productos menstruales seguros e higiénicos es un problema de alcance mundial y es, además, una cuestión de derechos humanos. Si atendemos a la lógica de los derechos humanos, habría que decir que el IVA contrasta con esa perspectiva. Quienes trabajamos con el IVA sabemos que es un impuesto muy técnico y complejo. La experiencia de utilizar el IVA como instrumento fiscal en la Unión Europea ha sido una historia compleja y complicada. Es difícil de comprender en su mecanismo y también de emplear para abordar problemas sociales. Como ven, los principios del IVA están muy alejados de los problemas sociales que subyacen a la falta de acceso de las mujeres a los productos menstruales. Pueden cambiar la diapositiva ahora. Como ya hemos escuchado, existe una importante carencia de datos sobre los patrones de consumo y, al no disponer de datos desagregados, sabemos poco sobre cómo consumen los individuos diferentes productos y servicios.

Aunque aún sabemos relativamente poco sobre los hábitos de consumo y cómo gastan las personas su dinero, existe un consenso creciente en la investigación de que mujeres y hombres presentan patrones de consumo distintos. Ello está condicionado por una amplia brecha socioeconómica de género: diferencias salariales, en la propiedad de activos de capital y en otros indicadores. La brecha económica entre hombres y mujeres sigue siendo considerable. Se ha debatido ampliamente el carácter regresivo del IVA y, como ya se ha señalado, su impacto es desproporcionado en los hogares de renta baja y, en particular, en las mujeres. Esto se reconoce, además, en la Resolución del Parlamento Europeo de 15 de enero de 2019 sobre igualdad de género y políticas fiscales en la Unión Europea. Siguiente diapositiva, por favor. Es la última. Si leemos la nueva Directiva sobre los tipos del IVA, observamos que no existe una conexión suficientemente sólida entre, por un lado, las políticas europeas en materia de salud reproductiva y de igualdad de género y, por otro, la Directiva del IVA. Debería reconocerse de manera más explícita la coherencia con el Programa de Salud, con los informes sobre igualdad de género y también con la resolución del Parlamento Europeo relativa a los derechos al aborto. En suma, convendría reforzar la coherencia entre el IVA y otras políticas del Parlamento Europeo. Básicamente, mi posición es que estamos ante un problema de salud que debería abordarse en el marco de las políticas sociales, con especial atención a las niñas y a las mujeres jóvenes. Recomiendo la lectura del artículo de Christina Trenta, un análisis del sistema europeo del IVA desde una perspectiva de género, que ofrece una visión útil sobre la dificultad de vincular el IVA con otras políticas relacionadas con este problema de salud en la Unión Europea. Gracias. Gracias, profesora Gunnarsson. Damos ahora la palabra a la señora Rita de la Feria. Ya la presenté con anterioridad. Tiene la palabra. Siete minutos. Muchas gracias a la comisión por invitarme. Lamento no poder estar presencialmente en Bruselas; precisamente cuestiones vinculadas a la igualdad de género —en concreto, obligaciones de cuidado de menores— me han impedido volar. Quisiera comenzar refiriéndome al impacto de la pobreza…

Hablaré de la pobreza menstrual y de la desigualdad de género, y después de medidas de política, no solo en el ámbito del IVA, para abordar esta situación. También, como ha hecho la Comisión, plantearé si el IVA es realmente el instrumento más adecuado para estas cuestiones. Finalmente, si se decide utilizar el IVA con esos fines, veré cómo puede emplearse como herramienta para luchar contra la pobreza menstrual. El principio de no discriminación por razón de género está prácticamente reconocido de manera universal y la concienciación al respecto va en aumento. Recientemente llevé a cabo un estudio con datos de 33 países, en su mayoría europeos, para valorar las consecuencias de las políticas fiscales no solo sobre la renta y los ingresos, sino también en relación con la discapacidad, la edad, etc. Ese estudio mostró con claridad la existencia de principios ampliamente aceptados: la no discriminación y la consecución de la igualdad de género. En muchos países europeos, esa concienciación ya se refleja en las políticas fiscales; en varios de esos 33 países la igualdad de género forma parte de las evaluaciones de impacto previas a la aprobación de cualquier política fiscal. Si nos fijamos en las cifras, pese a la mayor concienciación, la pobreza menstrual y la desigualdad de género siguen siendo preocupaciones graves. Muchos países en Europa han tratado de reducir la desigualdad de género mediante créditos fiscales para abordar lo que se denomina la penalización por maternidad, a la que se enfrentan muchas mujeres cuando tienen hijos. En cuanto a la pobreza menstrual, en 2024 cerca de 500 millones de mujeres en el mundo la sufren. Las cifras son menores en los países desarrollados, pero siguen siendo significativas. En Francia, por ejemplo, datos de 2022 indican que alrededor del 10% de las mujeres experimentaron en algún momento del año pobreza menstrual, es decir, no pudieron acceder a productos higiénicos menstruales. Y en algunos países la situación está empeorando. En el Reino Unido, las estadísticas muestran que la pobreza menstrual pasó del 12% al 20% en 2025. Se trata, por tanto, de un incremento notable, prácticamente una duplicación. Sabemos que la pobreza menstrual tiene consecuencias serias: además del estigma social, acarrea problemas de salud mental e incluso se ha relacionado con un menor rendimiento del Producto Interior Bruto. Menos acceso a estos productos implica menor productividad, porque muchas mujeres no pueden acudir al trabajo o a la escuela y ven afectado su nivel educativo. Que este fenómeno esté creciendo es preocupante, máxime cuando el IVA se ha utilizado, como se mencionó en la presentación, por parte de varios países para abordar la pobreza menstrual. En el estudio citado, entre esos 33 países, muchos aplican un tipo reducido o incluso nulo a los productos higiénicos. Esto forma parte de una campaña global —la del “impuesto rosa” o “tasa tampón”— que ha tenido bastante éxito. A escala mundial se han extendido los recortes del IVA en estos productos; no es un fenómeno exclusivamente europeo. Y, claramente, observar que la pobreza menstrual aumenta en algunos países —también en el Reino Unido, donde se ha recortado el IVA— nos lleva a reflexionar sobre la eficacia del IVA como instrumento para abordar este problema.

En esos países constatamos que no se ha alcanzado el objetivo previsto. La pregunta es por qué: por qué los recortes del IVA no han producido el resultado esperado. Como ya señaló la Comisión, el principal problema es que las personas en situación de pobreza o con menores ingresos no se benefician si la reducción no se traslada al precio final. La literatura reciente es clara: la población afectada es muy heterogénea y, por tanto, los resultados son inciertos; en todo caso, es poco probable que la rebaja se traslade plenamente al precio del consumidor y, si ocurre, será solo parcial en el mejor de los casos. Si no se traslada, el beneficio de la reducción del IVA queda en manos del fabricante o del minorista. Y si se traslada, ¿qué sucede? Los hogares de renta más alta consumen más —también de este tipo de productos sanitarios y de higiene—, de modo que el recorte del IVA termina beneficiándolos en mayor medida. En resumen, los recortes acaban beneficiando al fabricante, al minorista o a los hogares más ricos. Por ello, incluso allí donde se han aplicado estas rebajas del IVA, la pobreza menstrual persiste e, incluso, sigue aumentando. Debemos preguntarnos por el éxito de esa campaña: quién está detrás, cuáles son sus objetivos. Es evidente que algunos actores se benefician, pero no son precisamente las personas a las que queremos proteger. En esencia, se trata de cómo se recaudan los ingresos: la igualdad de género no solo se aborda por el lado del gasto, sino también por el de la recaudación. ¿Cómo utilizar mejor el IVA? Recaudando más de los hogares con mayores ingresos y trasladándolo a los más vulnerables —un enfoque tipo Robin Hood—. Y no solo mediante ayudas directas, como señalaba la Comisión, sino también a través de otras opciones ya aplicadas en varios países, como Escocia, que ofrece productos de higiene menstrual gratuitos en lugares frecuentados por mujeres y adolescentes con menos recursos, por ejemplo, escuelas o estaciones de tren y autobús. Un último punto. Un colega y yo, Artur Świstak, economista del FMI, hemos propuesto un IVA progresivo: las mujeres no pagarían el IVA por adelantado y el impuesto aplicado a los productos de higiene femenina se les reembolsaría directamente a través de monederos digitales en el momento de la compra. Dos breves recomendaciones bibliográficas: el estudio sobre tributación e desigualdades al que acabo de aludir, con una recopilación de los países que han introducido tipos reducidos, entre otros. Muchísimas gracias, profesora Rita de la Feria. Pasamos al debate con los miembros. En primer lugar, tiene la palabra la señora Nerudová, del PPE. Adelante. Muchísimas gracias. Gracias a las tres ponentes por sus excelentes presentaciones; quisiera saludar en particular a Osa y a Rita.

Somos amigas desde los tiempos en los que yo trabajaba en la universidad. Entiendo que el recorte de tipos no se considera siempre el instrumento más efectivo para luchar contra la pobreza, pero aquí hablamos de pobreza menstrual. No se trata solo de eficiencia, sino de justicia y dignidad. Alemania, Francia y Austria nos ofrecen datos muy claros: reducir el tipo de IVA sobre los productos de higiene femenina ayuda a las consumidoras, especialmente a las mujeres con menos recursos, con un coste casi nulo para el presupuesto público. En la República Checa tenemos distintos proyectos; por ejemplo, una universidad técnica en Praga ha diseñado dispensadores que se han instalado en escuelas y en diversos edificios y servicios públicos. Creo que lo que necesitamos es un cambio estructural: garantizar que estos productos esenciales sean tratados como tales en los sistemas fiscales. Mi pregunta a las tres ponentes es: ¿cómo podemos asegurarnos de que, además de apoyar medidas locales, avancemos hacia medidas sistémicas —por ejemplo, un tipo cero para estos productos— que garanticen una justicia horizontal y no solo proyectos puntuales? Gracias. ¿Quiere usted responder en primer lugar? Muchísimas gracias por su pregunta. Como ya señalé en mi introducción, la Comisión negoció una reforma en 2022. Nos llevó cuatro años convencer a los Estados miembros de la necesidad de introducir flexibilidad en la imposición de alimentos, productos de higiene femenina, etc., y de que esa flexibilidad debía utilizarse en contextos específicos. Ahora lo hemos logrado: disponemos de esa flexibilidad. Algunos Estados miembros ya la aplican en los tipos de IVA y algunos incluso aplican un tipo cero. Como se ha visto en las presentaciones, el IVA es un impuesto generalista, no específico. Si queremos combatir la pobreza menstrual, necesitamos un paquete más amplio de medidas. Quiero remitir a un anuncio de la Comisión para el programa de trabajo del próximo año: la primera estrategia contra la pobreza. Ya se ha realizado una primera consulta con el objetivo de adoptar un paquete general de medidas para abordar la pobreza, incluida la pobreza menstrual. Evidentemente, se puede actuar también por la vía fiscal, a través del IVA y de otras medidas tributarias. A mi juicio, un enfoque mucho más eficiente es combinar distintos tipos de medidas. Muchísimas gracias, señora Trasca. Pasemos a la señora Gunnarsson. Lamento no haber coincidido con usted la última vez que estuve en la subcomisión FISC. He intentado explicarlo antes: no considero que el IVA sea la vía adecuada para lograr un cambio real respecto al déficit de salud al que nos enfrentamos. Esto debería formar parte de un programa social. Coincido con Rita de la Feria: utilicemos el IVA para recaudar los ingresos necesarios que financien programas sociales amplios y bien dirigidos, que realmente lleguen a quienes más lo necesitan. En mi opinión, el IVA es un instrumento muy difícil de focalizar y también de seguir en cuanto al destino del dinero; además, el sistema del IVA de la Unión Europea es complejo. Por tanto, úsese para recaudar y destínense esos recursos a programas sociales extensos y bien orientados. Esa es mi posición.