Señoras y señores, queridos colegas, bienvenidos a esta audiencia. Damos la bienvenida, por supuesto, a nuestros invitados especiales en la tribuna y a quienes nos siguen en remoto. Los seis países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo —Baréin, Kuwait, Omán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar— representan una región de gran relevancia para el comercio y el desarrollo. Es el sexto mercado de exportación y un gran destino para las exportaciones de la Unión Europea. Por ello es tan importante que examinemos el acuerdo de cooperación de 1988, base de nuestro diálogo regular.
En mayo de 2017 se lanzó un diálogo más estructurado en materia de comercio e inversiones y, ahora, el Consejo ha decidido iniciar negociaciones con cada uno de los países del Golfo con el objetivo de concluir acuerdos bilaterales de asociación. Nos dividiremos en dos paneles. Nos acompañarán nuestros oradores invitados, así como Léon Delvaux, de la Comisión. Sin más dilación, propongo que iniciemos directamente con los paneles. En primer lugar, tendremos una intervención de la Comisión Europea por cinco minutos.
Muchas gracias, señor presidente. Señorías, permítanme explicar el marco de nuestras relaciones con los Estados del Golfo. Un pilar importante es la cumbre de octubre del año pasado, cuya declaración sienta las bases de la agenda para reforzar las relaciones comerciales y de inversión entre la Unión Europea y los países del Golfo. En dicha declaración se subraya que las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio siguen pendientes, con el claro compromiso de reactivarlas.
Asimismo, hemos mantenido intercambios con los negociadores del Consejo de Cooperación del Golfo para conocer su posición y su visión, así como las novedades en ámbitos como la energía y las materias primas —elementos centrales del acuerdo— y, por supuesto, el desarrollo sostenible. En este contexto, estamos exponiendo nuestras respectivas posiciones y buscando cómo colmar las brechas existentes.
La Comisión pone en marcha un foro empresarial en Kuwait, con la participación del Consejo de Cooperación del Golfo representado por su secretario general. En cuanto a las relaciones bilaterales —tal como recoge también la declaración de la cumbre—, hemos expresado nuestro interés en entablar negociaciones bilaterales con los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo para conocer su nivel de ambición. Ello ha permitido iniciar ya las negociaciones con los Emiratos Árabes Unidos, habiéndose celebrado tres rondas de negociación.
Hasta el momento, los trabajos progresan debidamente, aunque persisten algunas dificultades. En cualquier caso, avanzamos a buen ritmo y seguimos debatiendo los temas; cabe, por tanto, ser optimistas respecto a la conclusión de estas negociaciones. Mencionaré también los acuerdos de partenariado y los acuerdos estratégicos que estamos ultimando. Queremos contar con los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo y establecer un diálogo con ellos, tanto a nivel del Consejo de Cooperación del Golfo como con cada país a título individual. En principio, lo lanzaríamos en las próximas semanas.
Tenemos también los aspectos empresariales. Ya les he mencionado que mañana empieza un foro empresarial en Kuwait, que se reúne anualmente, y la comisión estará presente, favoreciendo que las empresas se reúnan y exploren vías de posible cooperación. Queremos reforzar nuestras relaciones a nivel bilateral y regional, y los aspectos comerciales y empresariales son muy importantes. Hay un claro interés por ambas partes en reforzar todo lo que estamos haciendo.
Y con esto, a modo de introducción, ya he dicho bastante. Estoy a su disposición y deseando escuchar lo que tengan que decirnos. Muchas gracias.
Primer panel: relaciones e intereses económicos. Nos acompañan François Régis Mouton de L’Ostalo, director general de la Asociación Internacional de Productores de Gas, y María Shapia, experta de la OIT encargada de los países del Golfo, conectada en remoto. Estos son nuestros expertos; les daremos cinco minutos a cada uno para que aborden los aspectos económicos y laborales, y luego tendremos una sesión de preguntas y respuestas.
Señor Mouton de L’Ostalo, muchas gracias.
Señorías, señor presidente, queridos invitados, miembros de este panel, agradezco muchísimo la amable invitación a intervenir ante esta comisión. Soy el director de la Asociación Internacional de Productores de Gas y Petróleo. Y, sin más tardanza, tengo aquí una presentación; vamos a proyectar las diapositivas.
Representamos a más de cien empresas en todo el mundo, algo menos de cien radicadas en Europa. En la región del Golfo hay unas doce empresas asociadas. En mi intervención intentaré abarcar tres aspectos: primero, las relaciones entre la Unión Europea y el Golfo; segundo, cómo los países del Golfo pueden ayudar a superar el reto que supone la energía; y, tercero, los problemas existentes y posibles soluciones.
Empecemos por las relaciones en materia de energía entre la Unión Europea y los países del Golfo que, como se ha dicho, colaboran desde el Acuerdo de Cooperación de 1989. El Consejo de Cooperación del Golfo es el segundo mayor socio de la Unión Europea en materia de diversificación energética y transición verde.
Es importante: el petróleo, el gas y los productos refinados se importan principalmente desde el Golfo. Si observamos el mapa de nuestros proveedores, verán que alrededor del 8% de todo lo que importamos procede de la región del Golfo. Las importaciones se han mantenido estables entre 2020 y 2024, en torno a 8 millones al día. Las procedentes de Rusia se han ido sustituyendo, dada la elevada liquidez de los mercados.
En cuanto al gas, el 5% de las importaciones de gas natural procede de Qatar. El 18% aún es de Rusia y tendrá que sustituirse, porque estas cifras son todavía de 2024. Por tanto, se diversificará y habrá otros proveedores. Las importaciones de gas han disminuido de forma muy significativa: en los nueve primeros meses de 2025 estamos en torno a 215 BCM, pero hemos perdido importaciones de gas ruso por unos 25 BCM. El año pasado todavía se importaron 55 BCM de Rusia. Esto es motivo de celebración, aunque tiene impacto en nuestra industria y en la competitividad de sectores esenciales como los fertilizantes y las acerías. El volumen ruso que se pierde se sustituye por suministros de otras partes del mundo. Hay mucha energía disponible y, con ello, paso a la segunda parte de mi intervención: explicar de dónde procederá el gas que abastecerá a la Unión Europea.
En cuanto a los precios del gas, históricamente han sido elevados, por encima de los de Estados Unidos y Asia, pero desde la crisis de 2022 la situación ha mejorado. Aun así, seguimos aproximadamente un 15% por encima de los niveles de Estados Unidos. Fíjense en la comparación entre Asia y Europa frente al resto del mundo: ambos continentes consumen más gas del que producen; en cambio, en otras regiones, como la CIS y las Américas, se produce más de lo que se consume y se exporta el excedente. Por ello, Asia y Europa compiten entre sí. En Asia se están firmando más contratos de los estrictamente necesarios para protegerse de la volatilidad de los mercados, mientras que Europa se retrae y espera: son dos estrategias distintas.
Para los próximos años, se prevé una expansión del mercado de alrededor del 50%: de unos 600 BCM en 2024 a cerca de 900 BCM en 2030, impulsada por una tercera ola de capacidad de licuefacción.
En principio, ello aliviaría la presión sobre los mercados del gas. Los países del Golfo están ampliando su capacidad de exportación para los próximos años. Aproximadamente el 90 % de la capacidad ampliada procede de Qatar, y esto supondrá una gran oportunidad para Europa para superar la crisis de suministro vinculada al mercado ruso. Debemos ver cómo proceder si hacemos todo esto. Contamos con un par de posibilidades; no entraré en los riesgos de las dos variantes, pero sí me gustaría centrarme en las soluciones.
Planteamos suprimir el artículo 22 y, en materia de sanciones, que no superen el 5 % de los beneficios generados dentro de la Unión Europea. En cuanto al Reglamento sobre metano, podemos integrarlo en un paquete ómnibus energético; nos es indiferente el vehículo, pero lo importante es contar con legislación primaria para introducir algunos cambios muy relevantes, especialmente en lo relativo al marco y al calendario de aplicación: tres años para adoptar la legislación secundaria y, posteriormente, para garantizar la conformidad con las normas internacionales, lo cual no es el caso en este momento. Asimismo, debemos permitir que la OGMP pase del nivel 4 al nivel 5; de lo contrario, se producirá un fuerte choque en los suministros.
Esto era lo esencial que quería compartir; era la última diapositiva. Muchas gracias, señor presidente, señoras y señores. Quedo a su disposición.
Muchas gracias por esa perspectiva económica. Tiene ahora la palabra la señora Christine María Scheria.
Hola, desde Beirut. Voy a abordar la situación de los mercados laborales y de los derechos laborales en los países del Consejo de Cooperación del Golfo desde la perspectiva de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En primer lugar, permítanme ofrecer un telón de fondo. Los mercados laborales en los países del CCG se caracterizan por una fuerte presencia de trabajadores migrantes. Normalmente, alrededor del 70 % de la fuerza laboral son trabajadores migrantes; los ciudadanos, por su parte, están mayoritariamente empleados en el sector público, mientras que los migrantes se concentran en el sector privado. Además, existen políticas de nacionalización del empleo destinadas para aumentar la participación de los ciudadanos nacionales en la fuerza laboral, especialmente en el sector privado.
Para la OIT, y en el marco de nuestro mandato, las normas laborales son el punto de entrada fundamental. Este mandato se concreta en una serie de convenios y recomendaciones que establecen los niveles de dichas normas. Hay diez convenios reconocidos internacionalmente que consagran principios fundamentales —verdaderos derechos humanos en el ámbito laboral— que deben ser respetados y promovidos por todos los Estados miembros de la OIT, con independencia de que hayan ratificado o no los convenios en cuestión.
La OIT supervisa el cumplimiento mediante un sistema robusto que incluye, por ejemplo, los informes de los Estados miembros tras la ratificación. Este proceso establece un diálogo estructurado entre los Estados miembros y los órganos de supervisión, en particular el Comité de Expertos, que formula observaciones, comentarios y solicitudes, así como recomendaciones. Es el órgano responsable de examinar la aplicación de las normas internacionales ratificadas por los Estados miembros y de emitir las observaciones que correspondan. Tales comentarios deben orientar el cumplimiento de las normas y el diálogo sobre su aplicación. Este sistema garantiza la rendición de cuentas y promueve las reformas necesarias en el ámbito de las políticas, ayudando a los países a alinear su legislación nacional con las normas internacionales.
Por supuesto, persisten retos, ya que observamos limitaciones en el diálogo de supervisión derivadas del bajo nivel de ratificación de convenios fundamentales de la OIT que expresan y codifican estos principios.
Principios y derechos fundamentales en el trabajo (PDFT). Ahora quisiera ofrecerles un panorama general, breve, del estado de ratificación de estos convenios fundamentales de la OIT.
En primer lugar, los convenios relativos a la libertad sindical y la negociación colectiva: solo Kuwait ha ratificado los convenios núm. 87 y 98 de la OIT. Los demás países del Golfo, los del CCG, no han ratificado ni el 87 ni el 98. Ello obedece, sobre todo, a las restricciones a la constitución de sindicatos y a la acción colectiva, que siguen siendo un reto, en un contexto en el que la libertad de asociación se vincula estrechamente con la seguridad nacional.
En cuanto al trabajo forzoso, todos los países del Golfo han ratificado el convenio núm. 29 (trabajo forzoso) y el núm. 105 (abolición del trabajo forzoso). Pero —y aquí el matiz importante— observamos dificultades de aplicación, en particular respecto de las personas trabajadoras migrantes.
En materia de no discriminación e igualdad de remuneración, los convenios núm. 100 y núm. 111 han sido ratificados en su mayoría por los países del Golfo. El 111, que promueve la igualdad de oportunidades y de trato en el empleo y la ocupación, enfrenta problemas significativos de implementación, de nuevo especialmente en relación con las personas migrantes.
Sobre la eliminación del trabajo infantil, los convenios núm. 138 y núm. 182 han sido ratificados por todos los países del CCG.
En seguridad y salud en el trabajo, solo Baréin ha ratificado el convenio núm. 155. Y, por lo que respecta al convenio núm. 187 (marco promocional de la SST), únicamente Arabia Saudí lo ha ratificado, entrando en vigor este año en ese país.
Resumiendo, los retos fundamentales en los países del CCG en materia de migración laboral, tal y como se desprende de los comentarios del Comité de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT (CEACR), se concentran en la aplicación de los convenios núm. 29 y núm. 111. Constatamos discriminación contra trabajadores y trabajadoras migrantes por motivos de nacionalidad, género y ocupación, y el sistema de kafala sigue siendo un desafío de primer orden.
Permítanme entrar en algunos detalles sobre los retos relativos al convenio núm. 29 y las observaciones formuladas en ese marco. En primer término, el sistema de patrocinio (kafala): la situación jurídica de las personas migrantes queda vinculada a su empleador, lo que restringe su libertad de circulación y de cambio de empleo; la movilidad laboral es, por tanto, limitada bajo ese sistema. Es cierto que algunos Estados han emprendido reformas, pero su alcance es desigual.
En el contexto del trabajo forzoso, el CEACR ha señalado reiteradamente que las personas trabajadoras migrantes, incluidas las trabajadoras domésticas, deben poder, en la ley y en la práctica, ejercer libremente su derecho a rescindir su contrato de trabajo, a fin de no verse atrapadas en prácticas abusivas derivadas del sistema de patrocinio.
Entre los problemas concretos detectados figuran la retención de pasaportes y las restricciones a la salida del país: los empleadores suelen retener los pasaportes, lo que limita la capacidad de las personas trabajadoras para salir del país o cambiar de empleo. Ello puede constituir una vulneración de su autonomía y un indicador potencial de prácticas de trabajo forzoso.
…de género y otro tipo de problemas cuando tenemos, por ejemplo, trabajos de baja capacitación o bajo estatus. Eso aparece en distintas ocasiones. En lo que se refiere a estos puntos que he pasado revista, el Comité de Expertos ha instado a regular las agencias de contratación y, en el contexto de todos los países del GCC, ha hecho hincapié en la necesidad de reformar y desmantelar el sistema de kafala. El Comité de Expertos utiliza deliberadamente la palabra “desmantelar”, consciente de que se trata de un proceso que llevará tiempo. Otro punto importante del Comité de Expertos es reforzar las inspecciones laborales y los mecanismos de supervisión; mejorar el acceso a la justicia; garantizar la igualdad de trato en materia salarial y la protección jurídica; y, cuando proceda, ratificar el Convenio 111, armonizando la legislación nacional con sus principios.
Estos retos reflejan problemas estructurales más amplios en los mercados laborales de los países del Golfo, donde los trabajadores migrantes constituyen la columna vertebral de la mano de obra, pero siguen siendo vulnerables a la explotación y a la exclusión. Aun así, vemos luz al final del túnel, pues se están emprendiendo reformas en los países del GCC, en línea con el objetivo de desmantelar el sistema de kafala. En Qatar estamos en una fase de reforma muy importante y, en gran medida, exitosa. En Arabia Saudí, los trabajadores cubiertos por la ley laboral pueden cambiar de empleador tras un año de servicio. Son cambios relevantes, pero no todas las categorías profesionales están amparadas por esa legislación.
El mes pasado, en octubre… Señora, le queda un minuto, indica el presidente. —¿Resumo? —Sí, por favor. En Omán, el mes pasado, se introdujeron una serie de innovaciones y mejoras; no obstante, persisten restricciones y no todos los trabajadores, migrantes y nacionales, están plenamente incluidos en la legislación.
Últimas observaciones. El compromiso de la OIT en los países del Golfo es tanto estratégico como basado en principios: apoyar a los gobiernos y a los interlocutores sociales para construir mercados laborales más justos, seguros e inclusivos. El camino a seguir pasa por reforzar los marcos nacionales, ratificar y aplicar los convenios fundamentales y garantizar que todos los trabajadores, con independencia de su nacionalidad, disfruten de los derechos fundamentales en el trabajo. Muchas gracias por su atención.
Muchas gracias. Y ahora, los grupos políticos y sus representantes. En primer lugar, por dos minutos, el representante del PPE. Muchas gracias. En nombre de Jörgen Warborn, quiero decir que es un placer ver que la cooperación va avanzando. En este entorno geopolítico tan impredecible, con múltiples desafíos para los actores globales, es más importante que nunca ampliar las asociaciones y reforzar las relaciones comerciales. Debemos garantizar a nuestras empresas y a la ciudadanía que Europa siga siendo abierta y competitiva, y que podamos lograr beneficios mutuos para ambas partes en los planos económico, estratégico y político. Los países del Golfo son fundamentales; debemos diversificar las cadenas de suministro para abrir nuevas fuentes, especialmente a la luz de la guerra en Ucrania, entre otros problemas. Preguntas: ¿Dónde ven…?
¿Cuál es el mayor potencial para aumentar la inversión y el comercio entre el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y la Unión Europea? ¿Qué sectores son los motores de este intercambio? ¿Y dónde ve usted diferencias o fricciones, por ejemplo, en las negociaciones entre la UE y los Emiratos Árabes Unidos? Gracias. Tiene la palabra la siguiente oradora.
Y gracias a todos los ponentes. Señor Muto, muchas gracias. ¿Podría facilitarnos las diapositivas? Las expuso a gran velocidad y no pudimos ver todos los gráficos y cifras, que me interesan de verdad. He seguido su conclusión, pero me sorprende, si me permite: usted dijo que Europa debe aprovechar el reto y la oportunidad que se nos presentan tras la guerra ilegal de Putin contra Ucrania y la decisión de poner fin a esa dependencia, y que deberíamos asegurar más gas natural licuado (GNL) del Golfo mediante contratos a largo plazo. Me sorprende, porque ahora mismo no es la práctica general; no contamos con esos contratos a largo plazo. Y lo vinculo con la necesidad de reducir el uso de otros combustibles, sobre la que no entró en detalle.
Para la ciudadanía europea son fundamentales los derechos laborales y medioambientales; son el núcleo de nuestra acción. A la luz de la Directiva sobre diligencia debida en sostenibilidad empresarial (CSDDD), ¿cómo garantizamos que todo esto sea más sostenible? Usted habló del suministro de GNL; le pregunto también por lo demás. Apenas mencionó el clima —comprendo que disponía de poco tiempo—, pero si vamos a intensificar nuestra implicación con los países del Golfo, debemos abordar estos aspectos.
A la señora Safira: usted señaló que han ratificado ciertos convenios —no todos—, pero el problema es la falta de mecanismos efectivos de aplicación. También indicó que la situación de los trabajadores migrantes es un problema enorme. Sé que la OIT mantiene con los países del Golfo un diálogo y un plan para abordar estas cuestiones. ¿Es realista centrarse en los trabajadores migrantes, en particular en el caso de los Emiratos Árabes Unidos, con quienes estamos negociando y que han ratificado varios convenios de la OIT, aunque no todos? ¿Qué recomendaría usted al Parlamento Europeo y a la Comisión y, en particular, a nuestra comisión INTA, que conduce estas negociaciones, para afrontar este Problema —con P mayúscula— de los derechos laborales?
Voy a hablar en italiano. Gracias y buenos días a todos. Reitero mi agradecimiento por las aportaciones tan sustanciales de los ponentes. En una fase delicada de la economía internacional, debemos diversificar nuestras relaciones comerciales. Los países del Golfo constituyen una zona privilegiada, con economías en crecimiento permanente, una posición geográfica central entre Europa y Asia y un atractivo creciente para las empresas europeas. Diversificar nuestro comercio es clave para afrontar la coyuntura actual. Desde ECR hemos reiterado que somos favorables a abrir nuevas relaciones comerciales que ofrezcan oportunidades a nuestras empresas y a nuestras exportaciones. El mercado de los países del Golfo es de alta intensidad tecnológica y con una fuerte orientación hacia el sector terciario; por lo tanto, debería considerarse prioritario, como ya se vislumbraba en los acuerdos de los años ochenta...
Aunque ya nos parezca tan lejano, nuestra cooperación con los países del Golfo debe mantenerse e incentivarse, máxime porque debemos reducir las dependencias de la Unión Europea respecto de países terceros que no están alineados con nuestros valores. El refuerzo de la cooperación comercial, en particular la energética, debe ir de la mano de la logística, el transporte, la seguridad y el control de las vías navegables, así como de la investigación y de alternativas a las fuentes energéticas tradicionales. Si hoy por hoy seguimos utilizando combustibles fósiles, somos cada vez más conscientes de que se trata de un ámbito clave para reforzar nuestras relaciones con los países del Golfo. Debemos hablar con la Comisión Europea sobre cómo actualizar el acuerdo Unión Europea–Países del Golfo, con vistas a poder negociar acuerdos comerciales individuales con algunos países de la región.
Muchas gracias a todos los ponentes. Gracias, Lynn. El colega del S&D ya ha expresado algunas de mis preocupaciones, por ejemplo, el aumento de las compras de hidrocarburos a los países del Golfo y la posibilidad de que ello sea incompatible con nuestros objetivos climáticos, máxime cuando la COP30 está a punto de empezar. Sería útil saber cómo se compatibiliza un incremento de la adquisición de hidrocarburos del Golfo con los objetivos del Acuerdo de París.
En cuanto a la OIT y las condiciones de los trabajadores migrantes, en Qatar y en los Emiratos Árabes Unidos existen preocupaciones legítimas sobre la aplicación de las reformas laborales. Lo vimos durante el Mundial de Qatar y lo vemos de cara a futuros campeonatos. Hay riesgos jurídicos para las empresas europeas que vulneren los derechos de los trabajadores, en particular de los trabajadores migrantes. Mi pregunta a la Comisión es la siguiente: ¿qué palancas está utilizando para mejorar la situación de los trabajadores migrantes en los países del Golfo? ¿Y en qué sanciones podrían incurrir las empresas europeas que violen estos derechos?
Esta audiencia es muy importante. Hablamos de un partenariado estratégico también con los Emiratos Árabes Unidos. Debemos seguir de cerca la situación en los países del Golfo desde la óptica comercial de INTA —en AFET quizá tengan una perspectiva distinta—. Como siempre, debemos abordar los derechos humanos y los derechos de los trabajadores. Eso es crucial, pero también, como señalaba la señora Kirsten María Shapira, hay oportunidades que se abren y que deben ir acompañadas de otras medidas; hay que verlo todo en paralelo y combinar las distintas herramientas sin paternalismo. Hay cuestiones que nos preocupan y que debemos seguir estudiando, y no todo lo relativo a los derechos laborales queda adecuadamente reflejado, aunque sabemos que aún hay aspectos por abordar.
Se constatan ciertos progresos en países como Arabia Saudí. Ha habido una evolución positiva en la lucha contra el trabajo forzoso que afecta a las mujeres; los índices han descendido. Ahora bien, en los países del Golfo disponemos de datos más concretos sobre la protección laboral y, en cierta medida, en los más avanzados podemos extraer ejemplos positivos.
Por mi parte, tres preguntas al señor Muto. Primero: existe un acuerdo celebrado en Escocia con los Estados Unidos sobre el GNL, por valor de 750.000 millones de euros. ¿Cómo puede cambiar esto los parámetros con los que operamos frente a los países del Golfo? Segundo: sabemos que hay que respetar los objetivos climáticos y que, también para los países del Golfo, la aplicación de los objetivos de París es importante. Pero, ¿cómo encaja esta cuestión de alcanzar los objetivos de París sabiendo que Estados Unidos se aparta de esos objetivos? Tercero: más allá de las cifras, ¿qué ventaja competitiva les aporta a ciertos países del Golfo no respetar los convenios de la OIT?
Gracias por sus preguntas. Pido disculpas por haber sido muy rápido en mi presentación anterior. Mi ponencia está disponible también en formato impreso.
Ante todo, permítanme recordar que Europa necesita importar crudo y gas. Solo producimos aproximadamente el 5% del petróleo y el 10% del gas que consumimos, de modo que no tenemos alternativa más que importar estos productos, nos guste o no. Necesitamos mantener buenas relaciones con los países exportadores y garantizar el abastecimiento. Ahí radica el triángulo de la política energética de la Unión Europea: sostenibilidad, pero también asequibilidad y seguridad de suministro. No olvidemos, por tanto, esos otros vértices cuando hablamos del triángulo energético.
En cuanto a la repercusión de la Directiva CSDDD, no discrepamos de sus objetivos; al contrario, los compartimos y respaldamos el espíritu de esa directiva, además de los objetivos en materia de derechos humanos y otras cuestiones incluidas en la diligencia debida. Sin embargo, la CSDDD exige diligencia debida a lo largo de toda la cadena de suministro —el proveedor, el del proveedor y así sucesivamente, remontando toda la cascada—, y nosotros no tenemos control financiero ni relaciones contractuales con el proveedor de nuestro proveedor, ni con los eslabones más alejados de la cadena.
Por eso tenemos que desarrollar las relaciones en el primer eslabón de la cadena, no en el último. Además, la directiva prevé una serie de penalizaciones, lo cual es una primicia. También se han introducido penalizaciones en el Reglamento del metano, con una cuantía nunca vista antes, porque se calculan en función de la facturación. No hablo de beneficios de las empresas, sino de facturación. El secretario de Energía de Estados Unidos se reunió con el ministro de Energía de Qatar para enviar una carta a la Unión Europea solicitando cambiar este reglamento, porque, de lo contrario, no podrán suministrarnos.
Por tanto, tenemos que encontrar maneras de ponernos de acuerdo sobre una base realista y de cooperación práctica, en lugar de estrangular a nuestros suministradores. Y como el Consejo de Cooperación del Golfo es uno de nuestros socios más fiables, debemos avanzar por esa vía. Queremos promover condiciones de trabajo lo más seguras y cooperativas posibles, y un enfoque asociativo, no forzoso. Queremos trabajar con la industria, no en contra de la industria; en consecuencia, necesitamos un trato realista hacia nuestros socios.
Cuando se afirma que la importación de gas va contra los objetivos climáticos, quiero recordarles una vez más que consumimos mucho más de lo que producimos. Incluso si nos basamos en una curva de consumo decreciente conforme al objetivo del 55 %, aun así tenemos que seguir importando. Incluso si alcanzamos la neutralidad climática en 2050, tendremos que importar GNL. Hemos visto la sacudida causada por el estallido de la guerra en Ucrania en 2022, hemos visto cómo impactó en los precios de la energía y, por eso, debemos evitar que se repita. La CSDDD y el Reglamento del metano deberían aplicar normas ejecutables, no utópicas. Porque una cosa es lo que nos gustaría aplicar y otra lo que es practicable en la realidad. Y no solo aplicarlas nosotros, sino que también puedan aplicarlas nuestros suministradores.
Gracias. Volvemos a la señora Shapira, de la OIT.
Gracias por sus preguntas, muy interesantes. Intentaré responderlas por orden cronológico. Ha habido una pregunta sobre los países del Golfo en cuanto a los derechos de los trabajadores y, en especial, de los trabajadores migrantes. En todos los países del Golfo existen, a nivel nacional, estrategias denominadas “Visión 2030” o “Visión 2040”. Estas visiones pretenden, en ese horizonte temporal, aplicar las normas internacionales, reconociendo que son un instrumento sólido. Aunque las normas internacionales son, por definición, normas mínimas y constituyen, si se me permite la expresión, un buen corsé de lo que debe ser ese mínimo. Pero un mínimo, al menos, necesario como tal. Confiamos en que este enfoque programático en los países que se han planteado una Visión 2030 o 2040 vaya prosperando. No obstante, ...