Parlamento Europeo IMCO – Mercado Interior y Protección del Consumidor

Parlamento Europeo - IMCO – Mercado Interior y Protección del Consumidor - 4 de noviembre de 2025

4 de noviembre de 2025
13:30

Contexto de la sesión

Committee on the Internal Market and Consumer Protection + Committee on Petitions - Committee on Petitions HEARING Joint IMCO-PETI Public Hearing on “Protecting children and adolescents in digital environments: challenges and policy solutions” - Room: ANTALL 4Q1

Vista pública limitada

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Muy bienvenidos a todos. Creo que estamos ya listos; podemos empezar. Pasamos ahora al punto 11 del orden del día. A continuación, pasaré al polaco; les propongo que escuchemos juntos. Damos paso, por tanto, a la audiencia pública conjunta de las comisiones IMCO y PETI: Proteger a los niños y adolescentes en el entorno digital: retos, problemas y soluciones. Esta audiencia se basa en varias peticiones presentadas ante la Comisión de Peticiones relativas a los abusos contra menores en el entorno digital, que el presidente ha enumerado. Es un placer dar la bienvenida a todos en esta audiencia conjunta organizada por IMCO y PETI. Contamos con la señora Cavazzini, que se incorporará más adelante para copresidir la sesión. El objetivo es examinar la situación actual en materia de protección de los niños y adolescentes en el entorno digital. La audiencia tratará de dar respuesta a las preocupaciones planteadas por los peticionarios y de explorar posibles soluciones para que el entorno digital sea más seguro y adecuado para sus usuarios, en particular para los menores. La audiencia se estructurará en dos partes: la primera, sobre los retos actuales en el marco normativo de la Unión Europea; y la segunda, sobre la eficacia de las normas vigentes y las posibles soluciones de política pública futuras. Tiene la palabra la coordinadora, la señora Eva Kopacz. Gracias, señor presidente. Desde hace años participo.
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En los debates públicos sobre la seguridad de los niños y de los adolescentes en el entorno digital, intentamos dar respuesta a las preocupaciones de los actores sociales, de los padres y de las madres. Hacemos un llamamiento a la Comisión y a la Unión Europea para que se proteja a estos menores, que no dejan de ser vulnerables. El entorno digital para los adolescentes es cotidiano y les resulta familiar, pero también hay que tener en cuenta todas las actividades realizadas en Internet. Nosotros, como adultos, debemos garantizar la seguridad de niños y adolescentes no solo en la calle, sino también en el entorno digital. La Organización Mundial de la Salud nos advierte de que los menores no deberían tener un acceso ilimitado a Internet, puesto que se encuentran en una fase muy precoz de su desarrollo. Este acceso ilimitado puede dar lugar a posibles patologías, como depresión y angustia. Al mismo tiempo, los estudios demuestran que el tiempo promedio que dedican los menores de entre 8 y 10 años es excesivo, y conviene regular este entorno digital, puesto que pueden ser presa de abusos y de prácticas ilícitas que se producen en su intimidad, lejos del control de los padres. Este acceso sin control se puede traducir en perturbaciones, en trastornos de salud mental y en traumas. Muy pocos padres, en realidad, saben exactamente qué es lo que están haciendo sus hijos. Hay 57 padres peticionarios que piden un control de este acceso y se preocupan por la eficacia de la vigilancia. Solo un porcentaje muy reducido de los menores cumple realmente con las normas establecidas por sus padres. No deberíamos dejar a los menores solos en un acceso ilimitado y sin control a Internet; necesitamos una acción educativa que les enseñe a utilizarlo de manera crítica y que les permita identificar las amenazas y los riesgos. Hay que reforzar las competencias de los adultos, que también deben dar buen ejemplo y ayudar a sus hijos en su vida digital cotidiana. Cada vez más centros educativos están introduciendo en las escuelas plataformas y dispositivos digitales. Esto es necesario para la educación, pero también hay que controlar el acceso a Internet para garantizar la salud psíquica y el equilibrio en la vida digital. Agradezco a la Comisión de Peticiones que haya escuchado a estos padres preocupados y agradezco el debate que se va a producir a continuación, así como el informe de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor (IMCO), que propone imponer un límite de edad para la utilización de redes sociales. Pide que se cree una plataforma para divulgar prácticas peligrosas y pide asimismo que todos los servicios de Internet se diseñen teniendo siempre en cuenta el bienestar de los menores.
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…coordinadora del Parlamento Europeo y con el apoyo de las restantes comisiones responsables. Agradezco la posibilidad de que se pueda introducir un sistema para poner a prueba la normativa comunitaria, de modo que siempre, en todo momento, se verifique cuál es la incidencia que pueda tener en el bienestar de los menores. Señorías, puede que tengamos opiniones divergentes sobre las medidas y las normas que deseamos adoptar, pero creo que compartimos un objetivo común: establecer un entorno en Internet en el que todos los niños puedan aprender, jugar y buscar información con total seguridad. Muchas gracias por la invitación. Estoy a su disposición y escucharé con mucha atención. Gracias. Gracias a la representante de los derechos de los menores. Pasamos al primer segmento, denominado “Protección de los menores en el entorno digital: retos actuales, dificultades y situación en la Unión Europea”. Es un placer dar la bienvenida a Julia Van Best, jefa de unidad de la DG CONNECT. La señora Van Best nos explicará la situación normativa en la Unión Europea en cuanto a la protección de los menores en el entorno digital y posibles orientaciones. Tiene la palabra por un tiempo de ocho minutos. Y recuerdo a los oradores que contamos con intérpretes; les rogamos hablar un poco más despacio para facilitar su trabajo. Muchas gracias por el recordatorio. Doy la palabra a la señora Van Best. Buenas tardes, señorías. Gracias por invitar a la Comisión a dirigirse a ustedes hoy sobre este tema tan importante. Es una prioridad clave para la Comisión, como lo es también para el Parlamento Europeo, y celebramos que sea una prioridad compartida. Aprovecho para agradecer a IMCO su informe sobre la protección de los menores, que aborda algunas de las cuestiones más acuciantes que afectan a los niños en Internet. Agradezco igualmente a la comisión PETI haber facilitado la comunicación con los ciudadanos preocupados por esta cuestión. La Unión Europea cuenta con un conjunto muy exhaustivo de iniciativas para proteger a los menores en línea. En el centro está la Ley de Servicios Digitales (DSA) y las Directrices sobre la protección de los menores, aprobadas en julio de este año. Esto se suma a la Directiva de servicios de comunicación audiovisual, a la Estrategia de la Unión Europea y al plan para la verificación de la edad. Las directrices tienen por objeto proteger a los menores en el entorno digital e imponen a las plataformas obligaciones para garantizar un alto nivel de seguridad y de privacidad. Entre otros elementos, incluyen una lista no exhaustiva de tecnologías de verificación de edad, proporcionales a las actividades en las que participan los menores, para ayudar a las plataformas a cumplir sus obligaciones. Se está desarrollando un método armonizado de verificación de edad a escala de la UE. Para ello, la Comisión ha propuesto un esquema que permitirá a los usuarios demostrar si son mayores de edad al acceder a determinados servicios. Este proyecto se está probando junto con varios Estados miembros, las plataformas y otros actores, y las aplicaciones a medida estarán preparadas en 2026. El sistema permite verificar no solo la mayoría de edad, sino también umbrales específicos, como 15 o 16 años. Dicho esto, las directrices no se limitan a la verificación de la edad: abordan la protección cotidiana de los menores. Son un conjunto de normas destinadas a salvaguardar a los niños en línea.
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Proteger a los niños y adolescentes de contenidos no deseados y de contactos inapropiados es prioritario. Los extraños y los malhechores no deberían tener acceso a los menores; debe existir un sistema que verifique la edad, proteja frente al uso excesivo y cuente con una moderación que tenga en cuenta las necesidades de los menores. Estas directrices no son palabras huecas; estamos haciendo seguimiento. El mes pasado remitimos solicitudes de información a Snapchat, YouTube y Google. El presidente pide a la oradora que hable más despacio, pues está interviniendo con demasiada rapidez. Coordinamos con los Estados miembros y con sus coordinadores de servicios digitales para que protejan también a los menores en plataformas de menor envergadura. Trabajamos a fondo en las investigaciones en curso sobre TikTok, Facebook e Instagram por posibles infracciones de la normativa sobre servicios digitales, en particular por diseños de servicios que fomentan la adicción de los menores. Investigamos asimismo plataformas pornográficas por no impedir el acceso de menores a contenidos sujetos a restricción por edad. Tomamos nota de sus llamamientos para que estas investigaciones continúen; avanzan a buen ritmo y con el debido rigor. Pasando a la Directiva de servicios de comunicación audiovisual, actualmente está siendo evaluada y su revisión está prevista para 2026. Esta Directiva establece obligaciones para el sector, incluidas las plataformas para compartir vídeos, de conformidad con la normativa. Todas las plataformas deben cumplir las normas de la Unión Europea, especialmente en lo relativo a la protección de los menores frente a contenidos dañinos. Se requiere que adopten medidas adecuadas para impedir que los niños vean contenidos perjudiciales. Se han identificado deficiencias en el marco actual y se evalúa si es necesario hacer más para proteger a los menores en el entorno audiovisual en línea. Asimismo, es importante trabajar con los padres, los educadores y otros actores. Nos hemos comprometido a mejorar el ecosistema para la infancia, reforzando los Centros Safer Internet y un hub central —un gran portal en todos los idiomas— que ofrezca una línea de ayuda 24/7 y colaboración transfronteriza para la protección de los menores. Si sumamos todo, disponemos de una caja de herramientas bastante exhaustiva para proteger a los menores, lo que no significa que no podamos hacer más. Hemos escuchado sus peticiones sobre la verificación y la restricción del acceso por edad y hemos planteado a la presidenta von der Leyen la necesidad de actuar respecto al acceso de los menores a los medios y a las redes sociales. Queremos un enfoque a lo largo del ciclo de vida que tenga en cuenta a los menores, a los padres, a los educadores y a otros actores. Propondremos una investigación a escala de la Unión Europea sobre el impacto de las redes sociales en la salud mental, con especial hincapié en los menores. Asimismo, presentaremos una iniciativa contra el abuso y el acoso (ciberbullying). Estamos consultando a las partes interesadas, incluidos los niños. No vamos a centrarnos exclusivamente en los menores, sino que queremos involucrar también a otros grupos de interés. Buscamos un marco europeo con una definición común del ciberacoso, así como mecanismos para reforzar la prevención, el empoderamiento y facilitar las denuncias. En cuanto al Digital Fairness Act, lo dejaré a mi colega. Para concluir, contamos con una amplia gama de herramientas para proteger a los menores en línea y estaremos encantados de trabajar con ustedes para reforzarlas. Les agradezco su dedicación y seguiremos colaborando con ustedes con mucho gusto. Muchas gracias, señora. Le agradezco que se haya ceñido al tiempo asignado.
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Tiene la palabra la señora Priscikuczek, experta en derecho e investigadora en el Centro Europeo de Derecho y de Justicia. El tema de su presentación son las amenazas para los jóvenes en Internet. Tiene la palabra. Adelante. Merci, monsieur le président. Muchísimas gracias, presidente. En primer lugar, quisiera agradecerles la invitación a esta reunión. Es un honor estar aquí. El tema de este panel es muy amplio y me gustaría centrarme en el consumo de pornografía por parte de menores y sus consecuencias. ¿Por qué? Porque se trata de una amenaza en línea para los menores y de un auténtico desafío para la sociedad, que deberíamos reconocer como un asunto de salud pública. Este problema va de la mano de otros riesgos que se abordarán en este panel. Trabajo en la ECLJ, que es miembro de la Plataforma Escudo de Niños Europea, una red de expertos médicos, jurídicos y operadores sobre el terreno que representa a una treintena de ONG de unos veinte países europeos y que, a través del intercambio de experiencias y de buenas prácticas, lucha contra la exposición de los niños a la pornografía. ¿Cuál es la magnitud de esta exposición? Es cada vez más masiva, intensa y temprana. Pasamos a la siguiente diapositiva. Los estudios realizados en toda Europa son unánimes. En Francia, en 2022, 2,3 millones de menores visitaban cada mes sitios para adultos, lo que representa un aumento del 36% en cinco años. Esto equivale a más del 51% de los chicos entre 12 y 17 años. En Polonia, en 2022, entre los jóvenes de 12 a 14 años, algo más de uno de cada cinco reconoce ver pornografía cada día. La exposición es muy temprana: un estudio realizado en la República Checa y en Eslovaquia en 2022 muestra que la edad media del primer contacto con la pornografía fue de 11 años, y el 20% de los niños encuestados afirma que ocurrió antes de los 10 años. Además, la primera exposición es muy a menudo involuntaria o accidental: este mismo estudio checo-eslovaco reveló que sucede en algo más del 40% de los casos. ¿Por qué esta exposición es tan masiva? Los niños pasan cada vez más tiempo conectados. Por ejemplo, en Francia, en junio de 2024, los menores de 12 a 17 años pasaban más de cuatro horas al día en Internet. Además, el teléfono móvil es la principal herramienta de acceso a sitios pornográficos; en Francia, el 75% de los menores utilizan el móvil como único dispositivo. Los menores acceden a la pornografía no solo a través de sitios para adultos, sino también mediante las redes sociales, que aceleran la difusión de contenidos sexualizados mediante mecanismos de diseño adictivo, así como a través de motores de búsqueda, servicios de mensajería y videojuegos en línea. A esto se suma que la crisis de la COVID tuvo un efecto devastador al incrementar masivamente el tiempo en línea, y también influyen las políticas de ciertos sitios pornográficos para los que, a menudo, un niño significa dinero. ¿Cuáles son las consecuencias de esta exposición? La siguiente diapositiva. En la pornografía, la sexualidad es presentada de manera brutal y violenta, centrada en el acto en sí; deshumaniza a la persona, en particular a la mujer, y el consentimiento está ausente. Además, la pornografía es altamente adictiva: al igual que las redes sociales, es gratuita, continua y siempre accesible. Distintos estudios han mostrado que puede producir en el cerebro efectos comparables a los de las drogas duras. El coste social de la pornografía es enorme. Aunque los menores se ven especialmente afectados, no son los únicos: mujeres, hombres, parejas, familias y, en definitiva, toda la sociedad resultan perjudicados, en una realidad que a veces calificamos acertadamente de sociedad “pornificada”. Debemos tener en cuenta que, en el caso de los menores, su cerebro está aún en desarrollo; por razones fisiológicas, por ejemplo, son más sensibles a la dopamina y a la activación neuronal.
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Por ello, los daños pueden ser profundos y las consecuencias, graves. Además, cabe destacar el vínculo con los abusos sexuales, porque los psicólogos no dudan en calificar la exposición temprana, sobre todo cuando es accidental, como una violación psíquica. Tiene consecuencias similares a un abuso sexual real. Me gustaría enumerar algunas de estas consecuencias. En primer lugar, problemas de relación, bajo nivel de integración social, soledad, disminución de la satisfacción en las relaciones íntimas, desarrollo de expectativas distorsionadas, irreales y peligrosas sobre la sexualidad, y formación de estereotipos sexistas perjudiciales. También hay problemas psicológicos: baja autoestima, aparición de complejos, aumento de los síntomas depresivos, disminución del rendimiento escolar, adicción a la pornografía y comportamientos sexuales perjudiciales, como actividad sexual precoz, múltiples parejas, sexting, porno de venganza, creación de pornografía mediante inteligencia artificial, aumento de la violencia sexual entre menores y también de la explotación sexual. ¿Qué podemos hacer ante esta situación? Permítanme algunas observaciones para concluir. Las peticiones que motivan la audiencia de hoy muestran que los ciudadanos europeos están preocupados por la seguridad de los niños en línea y esperan que la Unión Europea esté a la altura de esta urgencia. En particular, es fundamental la cuestión de la verificación de edad; he visto además otra petición centrada en implantar la verificación de edad en los sitios pornográficos, y me parece absolutamente necesario darle seguimiento. Desde este punto de vista, el derecho europeo tiene que ser un auténtico motor para que todos los menores estén protegidos en igualdad de condiciones en toda Europa. En este sentido, quiero felicitarles por haber incluido, el pasado junio, en la propuesta de directiva sobre la lucha contra los abusos y la explotación sexual infantil, una serie de enmiendas relativas a la exposición a la pornografía, especialmente la que prevé que los Estados tipifiquen como delito la difusión de pornografía en línea sin un sistema sólido de verificación de edad. Han sabido aprovechar esta oportunidad y ahora hay que asegurarse de que esta disposición se adopte definitivamente. Además, el marco europeo debe hacerse plenamente operativo y ser totalmente eficaz. Es importante garantizar que el derecho europeo no sea utilizado por parte de actores en línea para eludir sus responsabilidades en la protección de los menores, como se ha visto recientemente en Francia con el principio del país de origen de la Directiva de comercio electrónico. Por último, no basta con legislar. Es necesario que haya una verdadera toma de conciencia de la población, acompañada de políticas de salud pública, prevención, medidas familiares sólidas y apoyo a los padres, porque ellos son los primeros educadores de sus hijos. Muchas gracias. Muchísimas gracias. Ahora voy a dar la palabra al tercer orador, el señor Busquet, que representa a la Organización Europea de Consumidores (BEUC). Distinguished Members, buenas tardes a todos y gracias por invitarme a esta audiencia pública. BEUC es la Organización Europea de Consumidores, fundada en 1962. A día de hoy representamos a 45 organizaciones de 32 países. Para empezar mi intervención, me gustaría compartir con ustedes cifras interesantes de un reciente informe publicado por la OCDE. Según este informe, en los países de la OCDE, al menos el 98% de los niños de 15 años tiene teléfonos inteligentes. Pasan aproximadamente 7 horas al día en línea. ¿Y qué hacen mientras están conectados? El 96% utiliza redes sociales, el 84% busca información y el 83% juega a videojuegos. Teniendo en cuenta estas cifras, me gustaría expresar una serie de preocupaciones sobre este tipo de actividades. Nuestra primera preocupación tiene que ver con el uso de diseños adictivos. Los estudios muestran que hay una serie de características, como el autoplay, entre otras.
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…infinito que aprovecha los ciclos cerebrales del ser humano. En 2017, el antiguo presidente de una conocida red social reconoció que la plataforma se había diseñado de forma consciente para explotar este ciclo de dopamina. Pero esto no se limita únicamente a las redes sociales: también se utiliza en servicios de streaming, en videojuegos y en otros entornos digitales. En 2023, el Parlamento Europeo emitió un informe sobre diseño adictivo en el que se constataba que el tiempo excesivo frente a la pantalla se asocia a un aumento de problemas de salud mental, con efectos negativos incluso en el desarrollo cerebral. Quienes pasan muchas horas con estos dispositivos presentan más problemas mentales, y los jóvenes y los niños son especialmente vulnerables. Teniendo esto en cuenta, el Parlamento aprobó una serie de recomendaciones y una resolución señalando que estas funcionalidades deberían estar desactivadas por defecto en los servicios en línea. Deseo referirme también al marketing. Como se ha dicho, el 84% de los niños utilizan dispositivos para buscar información y, al hacerlo, a menudo se encuentran con influencers que se presentan como fuentes de información o asesores. Estos influencers muestran contenido comercial. Según un estudio danés, el 90% de los niños reconoce la publicidad en televisión, pero solo el 38% es capaz de identificar este tipo de contenido como marketing en internet. Otro problema es la naturaleza de ese marketing de influencers, que puede resultar perjudicial para los menores. Observamos que muchos promocionan bebidas y alimentos no saludables, es decir, productos con alto contenido en azúcar, sal o grasas, que deben evitarse según la OMS. En Europa, el 35% de los niños sufre de obesidad. La OMS señala un vínculo directo entre la publicidad de alimentos no saludables y el riesgo de obesidad infantil. Por ello, para garantizar que el marketing de influencers sea fácilmente reconocible tanto para niños como para adultos, hacen falta normas claras sobre el etiquetado publicitario. Como norma general, la publicidad de alimentos no saludables a través de influencers debería prohibirse; y también hay otros productos potencialmente nocivos para los consumidores —por ejemplo, los productos o servicios financieros de alto riesgo— cuyo marketing por influencers debería regularse de manera más integral. La última preocupación a la que me gustaría aludir tiene que ver con los videojuegos. Como se ha mencionado, el 83% de los niños de la OCDE juega a videojuegos. Una característica muy común son las loot boxes de pago (cajas de botín), cajas “misteriosas” que los jugadores compran para obtener, al azar, objetos o ventajas que les ayudan a progresar en el juego. Al tratarse de mecanismos aleatorios, el jugador no sabe si recuperará el valor de su gasto. En 2020, el Parlamento Europeo encargó un estudio sobre estas loot boxes, que concluyó que constituyen una vía de inducción al juego de azar, afectando a todos los jugadores, no solo a los menores. Varios Estados miembros han adoptado o están considerando medidas para abordar estos riesgos. En 2023, el Parlamento Europeo instó a la Comisión Europea, en un informe sobre videojuegos, a considerar una propuesta para prohibir las loot boxes de pago. Coincidimos plenamente en que deberían prohibirse. El artículo 28 del Reglamento de Servicios Digitales (DSA) establece que no debe exponerse a los menores a estas prácticas, pero no todos los videojuegos cumplen todavía con ello.
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son plataformas en línea y, por lo tanto, estas lootboxes pueden ser una vía de entrada al mundo del juego para consumidores de todas las edades. Queremos utilizar la próxima Ley de Equidad Digital para que este tipo de lootboxes, en general, se prohíban. Para acabar, el diseño adictivo influye en el marketing y, tanto este como las lootboxes, son elementos muy peligrosos, como les he intentado explicar. La próxima Ley de Equidad Digital debería emplearse para poner fin a estas prácticas ilícitas en línea y mejorar la protección no solo de los niños, sino de todos los consumidores, porque afectan a personas de todas las edades. Muchísimas gracias por su atención. Muchas gracias a nuestros expertos por su participación. Ahora vamos a dar la palabra a nuestros diputados. Les ruego ajustarse a un máximo de dos minutos; 15 segundos antes de que terminen les indicaré que se agota su tiempo, porque tenemos un segundo panel y varias peticiones de las que ocuparnos, y debemos respetar los horarios de todos los aquí presentes. Tiene la palabra la primera diputada, la señora Gasiuk-Pihowicz. Muchísimas gracias. La protección de los menores no solo incumbe a los responsables políticos, sino también a los padres y a los adultos que cuidan de las futuras generaciones. Internet puede ser un lugar de aprendizaje y desarrollo, pero a menudo vemos que es un entorno donde los niños sufren manipulación, violencia y actos delictivos. A los seis años, muchos niños empiezan a entrar en el mundo de las redes sociales, un mundo que obviamente no se ha creado pensando en ellos, un mundo en el que falta empatía y en el que, como hemos visto en el caso de TikTok, a menudo lo único que importa es explotar a los niños, incluso sexualmente. Los padres, incluso los más responsables, no tienen a su alcance los instrumentos necesarios para seguir de cerca todos los avances tecnológicos. Así que me gustaría saber si la Comisión prevé presentar una prohibición de uso de las redes de comunicación social por debajo de una edad determinada. Podríamos, por ejemplo, evitar algunas actuaciones. ¿Van a establecer orientaciones? ¿Cómo colabora la Comisión con los distintos organismos estatales y con los responsables de los servicios digitales a nivel nacional para garantizar la correcta aplicación de la legislación europea? Por favor, ¿puede hablar un poco más bajo? Sí, claro; pero me piden intervenir en dos minutos y tengo muchas cosas que decir. Dos cuestiones más: una para la señora Kulczyk y otra para el señor Busque. Señora Kulczyk, ¿qué ámbitos de la normativa europea no están, en su opinión, a la altura de este reto? Señor Busque, la Unión Europea cuenta con un conjunto de normas, pero usted ha recordado que siguen existiendo lagunas. Introducir nuevas reglas no garantiza que vayamos a solventar todos los problemas; por eso, el DSA debe fijar un nivel mínimo. ¿Cuáles son, en su opinión, las medidas mínimas que deberíamos incluir? Muchas gracias. A continuación, tiene la palabra la señora Schaldemose. Gracias a los ponentes por sus excelentes presentaciones; coincido con muchas de las cuestiones que han planteado. En IMCO vamos a aprobar un informe con el que instaremos a la Comisión Europea a que adopte una serie de medidas, como la verificación de edad, ya en marcha, y también un límite de edad armonizado para acceder a las redes sociales. Quisiera formular una pregunta a la señora Kulczyk: a menudo se apunta que, si se fija un límite de edad y algún tipo de verificación, los jóvenes utilizan conexiones VPN para eludirlo. ¿Hay alguna forma de evitarlo?
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Señora Van Best, de la Comisión, usted decía que tendrán en cuenta a los niños y su perspectiva en este trabajo, lo cual siempre es una buena idea. Ahora bien, me gustaría saber cómo se están planteando hacerlo. ¿Se han planteado que, si se pregunta a los menores cómo restringir su acceso a determinadas redes sociales, quizá no estén entusiasmados ni de acuerdo? ¿No es responsabilidad de los adultos actuar en su nombre? Está bien escuchar a los niños, está bien escuchar a todo el mundo, pero hay que entender que un niño o una niña no siempre es consciente de las consecuencias de su comportamiento y, por tanto, los adultos deben tomar las riendas. Muchas gracias. Tiene la palabra la señora Van Sparrentak. Muchas gracias, y gracias también por pronunciar bien mi apellido; no me ocurre a menudo. En cuanto a los oradores, me ha gustado lo que han dicho, y quiero aportar otra perspectiva con una pregunta para la señora Kulcik. Vemos que en Francia existe un límite de edad y también observamos un aumento del uso de VPN, algunos ofrecidos gratuitamente por operadores de telecomunicaciones. Más allá de eso, constatamos que las grandes plataformas pornográficas dicen respetar el límite de edad, mientras que las más pequeñas, de menor entidad, siguen siendo accesibles. ¿Consideran ustedes que una verificación de edad en las grandes plataformas es suficientemente disuasoria? Me temo que los jóvenes acabarán desplazándose a páginas más pequeñas y baratas. Y mi otra pregunta es para el señor Busque —¿lo pronuncio bien?—. En la investigación con menores, que me parece muy pertinente, se constata una gran diferencia entre géneros. ¿Ocurre lo mismo con los videojuegos, dado que son sobre todo los chicos quienes los consumen? ¿Qué datos tienen sobre los posibles daños? Gracias. Tiene la palabra el señor Arias. Muchas gracias, señor. Voy a hablar en español. En primer lugar, agradecer a los expertos sus intervenciones, de las que hemos tomado muy buena nota. Coincido con muchas de las reflexiones planteadas. Quisiera recalcar que ahora mismo tenemos, grosso modo, dos modelos sobre la mesa para la protección de los menores: el modelo australiano, la prohibición total; y el de no hacer nada o muy poco desde el ámbito legislativo, que sería el que plantean algunas plataformas y la Administración Trump. Existe, sin embargo, una tercera vía —que es la que buscamos aquí—: ordenar y limitar para proteger a los menores. Hemos creado un mundo digital sin normas y ahora contamos con instrumentos, como la DSA, sobre los que podría cimentarse una propuesta de la Comisión para proteger a los menores. Desde esa perspectiva, necesitamos normas básicas que ordenen y protejan a los menores y a los más vulnerables. Nada está exento de riesgo. La digitalización ha traído avances para el desarrollo económico y la competitividad, pero también riesgos que justifican contar con reglas claras. Creo fundamental que el verificador de edad mencionado por la Comisión Europea sea común para todos y esté disponible para 2026. Sin esto es imposible avanzar. Ahora bien, intentando resolver un problema podemos generar otros más graves; por eso es esencial escuchar a todas las partes. Es importante un proceso de escucha amplio. Yo, como padre de cinco, sé lo que pasa en mi casa, pero no sé lo que sucede en otras. Conozco los problemas con mis hijos, pero no los de otros entornos. Y, por tanto, creo que...
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La educación temprana y la familiarización con lo que es la digitalización para los jóvenes es muy importante, y también que estos sepan qué riesgos tiene y, sobre todo, cómo poder afrontarlos. Comparten contenidos sin saber que puede ser un delito, por ejemplo, tanto en redes sociales como también en chats. Simplemente trasladar estas conclusiones a los ponentes, porque creo que es muy importante tenerlas en cuenta. Gracias. Muchas gracias, señor Arias. Señora Gómez López. Bien, quiero agradecer a los ponentes su valiosa intervención. Desde luego, yo he tomado buena nota y sí creo que se han abordado prácticamente todos los temas que nos preocupan, sobre todo a la Comisión de Peticiones, que recibe numerosas solicitudes de padres y madres preocupados por el uso de las redes sociales por parte de sus hijos e hijas. Se ha hablado del contenido al que acceden, de la sobreexposición en términos de tiempo, del abuso en el uso de las redes sociales, de cómo les afecta eso en el desarrollo de su personalidad, de la dopamina; se ha hablado del ciberacoso, se ha hablado del acceso a contenido sexual. Pero hay una cuestión que, a no ser que yo me haya perdido, no se ha introducido en el debate y que creo que deberíamos también aprovechar para tratar ahora que se está discutiendo cómo regulamos el uso de las redes sociales por parte de los menores. Es también —disculpad, traductores, perdonen— cómo regulamos o limitamos cuando los padres y madres, los adultos, usan a sus hijos e hijas para crear contenido en las redes sociales. Creo que ese es un tema que debería introducirse también en el debate, porque, honestamente, a mí me horroriza ver cómo niños y niñas, incluso bebés, son utilizados para retos virales, para asustarlos e incluso dañarlos, porque a veces la violencia psicológica es también violencia. Me horroriza ver cómo a veces nosotros mismos exponemos a nuestros hijos de una manera que pueden ser captados por redes de pedofilia que, a través de la inteligencia artificial, pueden hacer uso de esas imágenes. Pero, sobre todo, porque hay una absoluta sobreexposición. Hay determinados padres que han hecho de su forma de vida o de trabajo exponer a sus hijos continuamente en redes sociales. El show de Truman, que hace tantos años nos parecía algo absolutamente increíble como película y como relato, hoy es una absoluta realidad. Hemos visto a niños y niñas casi en un paritorio; hay madres que retransmiten cómo dan a luz y hemos visto crecer a esos hijos e hijas de influencers de una forma que va absolutamente en contra de su intimidad desde el primer minuto de su vida. Y ese debate también hay que introducirlo: el uso de los hijos e hijas por parte de los padres para generar contenido en redes. Gracias. Muchas gracias, señora Gómez. El señor Aguimón. Muchas gracias, señor presidente. Estamos hablando de menores y de cómo utilizan las redes sociales. Aquí surgen dos problemas. Por un lado está el tiempo, las horas que pasan los jóvenes en línea. Un estudio norteamericano revela que los niños menores de ocho años consumen cada día seis horas de pantalla. Y el segundo elemento es el contenido. La lista que ha enunciado antes la oradora es aterradora incluso para un adulto como yo. Yo no tengo cinco hijos como Pablo, pero tengo dos de 12 y 15 años, y yo ahora mismo sé qué información consumen. Pero el problema es cuando los jóvenes, los niños, se hacen adictos a estos teléfonos porque consumen un contenido que puede ser, o es, dañino para ellos, para su conducta. La cuestión ya no es si y cuándo actuamos, sino actuar ya. Desde hace años, las plataformas de las que estamos hablando hoy —pero que hoy no están representadas aquí— nos dicen que todo es muy difícil, que técnicamente no es factible, que luego recurren a una VPN. Vamos a ver: yo tampoco mando a mis hijos al cine para que vean una película para adultos. Y si van al cine, pues controlan su carnet de...
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