Estimado Síndic General del Consell General, señor Carles Ensenyat; señorías:
Quiero comenzar agradeciendo al Síndic General su impulso en la reactivación de las relaciones parlamentarias entre Andorra y España, que nos ha permitido organizar este primer encuentro entre las delegaciones de nuestras respectivas cámaras parlamentarias.
Desde el 7 de julio del pasado año, cuando tuve la ocasión de mantener una audiencia con el Síndic y con las personas que le acompañaban, pudimos constatar el interés en profundizar los lazos de amistad entre nuestros dos países y, en especial, en reforzar la cooperación entre ambas cámaras parlamentarias.
Esto nos ha conducido, tras unos meses de trabajo —y quiero agradecer a todas las personas que lo han hecho posible—, a la firma hoy de un convenio de cooperación entre nuestros dos parlamentos. En este convenio nos comprometemos a celebrar periódicamente foros de cooperación para seguir consolidando los vínculos existentes; a fomentar encuentros entre las comisiones parlamentarias; a favorecer intercambios regulares de experiencias y buenas prácticas; a coordinar actividades de cooperación técnica; y a promover la asistencia técnica y jurídica mutua para el personal de ambas instituciones. Objetivos todos ellos muy ambiciosos, pero necesarios entre dos países vecinos.
En este marco de cooperación reforzada entre países amigos como Andorra y España, es un honor para mí poder inaugurar este primer foro parlamentario que se celebra entre nuestros países después del esfuerzo compartido en estos últimos meses. Andorra y España son aliados naturales en su vecindad geográfica y cultural. Nos une una frontera y nos une también el tesoro inmaterial que implica compartir una lengua común. Esa alianza debe plasmarse también en nuestras relaciones parlamentarias.
En este foro vamos a ocuparnos de las cuestiones principales que atañen a nuestra relación bilateral. Por ello, hemos destinado un primer panel a las relaciones económicas y comerciales de los dos países vecinos, con intercambios de gran envergadura que deben ser potenciados. En un segundo panel abordaremos la cuestión transfronteriza con sus peculiaridades y, finalmente, dedicaremos la última sesión de la tarde a las relaciones en el ámbito de la Unión Europea, de singular importancia en el momento que vivimos.
Hace dos años cumplimos el 30 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y Andorra, desde la firma en 1993 del Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación. Desde entonces se han suscrito numerosos acuerdos que han creado un marco jurídico bilateral muy denso, que se vería fuertemente consolidado con la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, con enormes beneficios para ambas partes, pero especialmente para las zonas fronterizas con el Principado. Como saben, España ha apoyado desde el comienzo este proceso de negociación, especialmente en capítulos importantes como la libre circulación de mercancías o la libre circulación de personas y de trabajadores, y se han producido importantes avances también en materia fiscal. Pero sabemos de la necesidad aún de respaldo a las autoridades andorranas, fundamentalmente en el laborioso proceso de transposición y traducción al catalán del acervo comunitario, como pudimos compartir durante nuestro encuentro del pasado año.
Además, es esencial culminar el diseño de una estrategia transfronteriza que aborde cuestiones como la red ferroviaria o la operatividad del aeropuerto Andorra-La Seu d’Urgell, que ya opera dos líneas regulares con Madrid y Palma, algo que celebro, para mejorar la conectividad del Principado. Por ello, nos alegramos de que, previsiblemente, en el primer trimestre del año 2026 se pueda continuar trabajando para alcanzar un tratado fronterizo. Todas estas cuestiones serán abordadas de manera más extensa durante nuestras sesiones del día de hoy.
Pero las relaciones entre España y Andorra no pueden ni deben limitarse a nuestro estricto ámbito bilateral. Son muchas las áreas de colaboración posibles. Es esencial la alianza de nuestros países en la comunidad iberoamericana para impulsar su consolidación y desarrollo. En este sentido, quiero agradecer al síndic que pueda acompañarnos los próximos 5 y 6 de diciembre en la reunión preparatoria del XII Foro Parlamentario Iberoamericano, que se celebrará previsiblemente en el mes de octubre aquí en España. Será una excelente ocasión para asentar las bases de una colaboración más estrecha durante este año en los temas que se determinen de mayor interés para los países que formamos parte de la red iberoamericana.
Y tampoco quiero olvidarme de nuestra identidad común mediterránea. La celebración de este primer foro parlamentario coincide con el año en que se conmemora el 30 aniversario del Proceso de Barcelona, que dio origen a la Unión por el Mediterráneo. Como saben, las Cortes Generales han tenido la ocasión de presidir su Asamblea Parlamentaria durante el año 2024-2025 y hemos tratado de darle un impulso reforzado a los trabajos de esta institución, donde se debaten las cuestiones que afectan de manera específica a la región mediterránea. También fue una de las cuestiones que tratamos en nuestro encuentro del pasado año, con el fin de que Andorra fuera invitada especial de España durante las reuniones organizadas con ocasión de la Presidencia española, para involucrarla en las discusiones en torno a las cuestiones mediterráneas y al nuevo Pacto por el Mediterráneo que se está elaborando por parte de la Comisión Europea.
Precisamente a finales de este mes de noviembre está previsto que se complete el proceso de reforma iniciado en 2023, con la adopción de una hoja de ruta o estrategia en el marco del Foro del Mediterráneo, el X Foro Regional de Barcelona. Y creemos que es importante también darle voz a Andorra en estas discusiones. Hay cuestiones que, de manera evidente, nos afectan a todos: los movimientos migratorios en el Mediterráneo, la emergencia medioambiental o la crisis energética pueden ser elementos que impacten de manera decidida en nuestras relaciones comerciales y económicas, y deben ser abordadas también desde una perspectiva regional que incluye otras cuestiones como los conflictos bélicos en territorio europeo o en la vecindad europea.