Congreso de los Diputados Otros

Congreso de los Diputados - Otros - 14 de noviembre de 2025

14 de noviembre de 2025
10:30

Contexto de la sesión

50 aniversario Acuerdos de Madrid, por los que se entrega el Sahara - 50 aniversario Acuerdos de Madrid, por los que se entrega el Sahara - Sala: Clara Campoamor

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Prueba de sonido. ¿Pueden subir un poco en sala, por favor? Uno, dos, tres. Un poco más... Esperen, ahí. Ahora bájenlo ligeramente. Prueba de sonido: uno, dos, tres. Hola, ¿qué tal? De acuerdo.
5:00
Buenos días, señorías.
10:00
50.º aniversario de los Acuerdos de Madrid, por los que se entrega el Sáhara.
15:00
Congreso de los Diputados — Otras Comisiones Sesión: 50 aniversario de los Acuerdos de Madrid, por los que se entrega el Sáhara Sala: Clara Campoamor
20:00
Buenos días. Disculpen el retraso; hemos tenido algunos problemas de conexión con Nasla Mohamed Lamin.
25:00
En dos o tres minutos, en cuanto nos confirmen que Nasla está disponible, empezamos. Disculpad el retraso. Buenos días. Muchas gracias a todas las personas que habéis asistido y que llenáis de dignidad esta sala en estos 50 años del Acuerdo Tripartito de Madrid. Desde la Asociación Pro Derechos Humanos de España, en el compromiso que tenemos con la legalidad internacional, nos parecía imprescindible convocarnos hoy para hablar de este medio siglo de exilio y ocupación. Todo proyecto colonial contiene en sí mismo una semilla de genocidio, y el derecho internacional existe precisamente para actuar como dique de contención y evitar que esa semilla germine. Hemos visto, y seguimos viendo, cómo el desprecio por la legalidad internacional y por las resoluciones de Naciones Unidas y de la Corte Internacional de Justicia tiene efectos devastadores sobre la paz y la seguridad humanas. Hace unos meses nos reunimos en el Instituto Cervantes para hablar del Sáhara y de Palestina, dos retos de la legalidad internacional, y hoy toca hablar de Palestina. Este medio siglo de exilio y ocupación tiene mucho que ver con las responsabilidades del Estado español, y por eso nos parecía imprescindible convocar a representantes de la sociedad civil saharaui y de la sociedad civil española, y hacerlo en el Congreso de los Diputados. Agradecemos al Grupo Político de Podemos que nos haya auspiciado y preparado esta sala. Empezaremos con las intervenciones de la sociedad civil, primero del Sáhara y después de algunas personas de la sociedad civil española, y terminaremos con la participación de aquellos grupos políticos con representación parlamentaria que han querido acompañarnos hoy. Vamos a empezar, si la tecnología y la conexión desde los campos de refugiados en el Sáhara nos lo permiten, con una primera intervención de Nasla Mohamed Lamin. Ella es una mujer saharaui, defensora de derechos humanos y profesora, especializada en derechos de las mujeres y en temas medioambientales. Ha fundado Almazara Library Center, donde se educa sobre el impacto del cambio climático.
30:00
Sobre la población del Sáhara. Si es posible, Najla... El técnico nos oye; nosotros a él, no. Dependemos ahora mismo del técnico de la sala para que Najla pueda participar. Probablemente lo haga solo mediante audio y no vídeo por las dificultades de conexión. En vista de que Najla no puede conectarse, pasamos a la intervención de Abdullá Arabi. Él es representante del Frente Polisario en España en la actualidad. Su función es coordinar e informar ante las distintas instancias e instituciones políticas y sociales sobre el desarrollo de los acontecimientos en el Sáhara Occidental, así como estrechar y fortalecer las relaciones de amistad y cooperación entre el pueblo saharaui y los pueblos de España. Es licenciado en Relaciones Políticas Internacionales por el Instituto Internacional de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba, y gran amigo de la Asociación por Derechos Humanos de España. Abdullá, muchas gracias. Buenos días y gracias por vuestra presencia en este acto organizado por la Asociación por Derechos Humanos de España, al cual agradecemos enormemente en esta fecha y en este lugar tan señalados. Agradezco también al Grupo Parlamentario de Podemos por facilitar su organización; a la diputada, hermana y amiga Tess, por estar con nosotros; a Pilar, a César y a Juan por acompañarme en este día; y a Najla, que por cuestiones tecnológicas no ha podido estar, cuya voz saharaui nos habría permitido escuchar, a pesar del refugio, del exilio y de la guerra, cuestiones de actualidad como el cambio climático y su impacto en la sociedad saharaui, que no es ajena a este mundo. Para nosotros, hoy, 14 de noviembre, es un día de sentimientos encontrados. Cincuenta años después, lo que el entonces Gobierno de España evitó que pasara por esta sede, el Congreso de los Diputados, fueron los acuerdos firmados y conocidos como Tripartito de Madrid entre la potencia administradora del territorio —que lo sigue siendo hoy en día, cincuenta años después, que es España— y dos países vecinos del Sáhara Occidental, Marruecos y Mauritania. A partir de ese momento, lejos de culminar el proceso de descolonización, España abandonó tanto al pueblo saharaui como al territorio del Sáhara Occidental, que formaba parte de España hasta entonces, dejando abiertas las puertas a una ocupación militar ilegal desde el norte por Marruecos y desde el sur por Mauritania. Ante este escenario, el pueblo saharaui, que se había manifestado y unido en torno a su único y legítimo representante, el Frente Polisario, se encontró con una situación sobrevenida. Se estaba preparando para una descolonización dentro del marco conocido en África, América Latina y Asia, en el que los pueblos colonizados ejercían, mediante un referéndum de autodeterminación, su derecho a decidir: en nuestro caso, independizarnos o seguir formando parte de la potencia colonial, que era España. Nos encontramos con un futuro oscuro y tratamos de actuar sobre la marcha, coincidiendo con la retirada del último militar del territorio del Sáhara Occidental. Y todo el mundo recuerda, lamentablemente, lo que hace unos días también cumplió cincuenta años: la mal llamada Marcha Verde.
35:00
Para el pueblo saharaui siempre será una marcha negra porque supuso el inicio de todo este largo e inhumano sufrimiento del pueblo saharaui. Esa marcha es la que se proyectó hacia el mundo, pero, paralelamente, iba todo el ejército marroquí por el norte, con tanques y armamento de todo tipo, para impedir que el pueblo saharaui, o una parte de él, pudiera salir de esas ciudades que, aún hoy, 50 años después, siguen ocupadas. Esa parte del pueblo que hemos tenido la suerte, entre comillas, de salir antes de que se consumara esa ocupación somos quienes nos encontramos desde hace 50 años viviendo en campamentos de refugiados en la zona argelina de Tinduf. Los que no tuvieron esa suerte son quienes llevan 50 años sufriendo las atrocidades y las violaciones de derechos humanos a manos de la potencia ocupante, Marruecos. Y hoy en día también tenemos una gran parte de nuestro pueblo que, ante la no resolución del conflicto, se encuentra emigrando al exterior: es la diáspora saharaui. Estas tres patas del pueblo saharaui son las que sustentan la lucha y la resistencia del pueblo saharaui en este medio siglo. Esta lucha se inscribe para nosotros, y así lo define el derecho internacional —nos acompañan juristas que podrán aclararlo con mayor precisión, pues yo no soy experto en materia jurídica—, en un proceso de descolonización inacabado. Y hasta ahora, hoy, 14 de noviembre, 50 años después, la única fórmula o mecanismo que existe para culminar un proceso de descolonización de cualquiera de los 17 territorios que figuran en la lista de las Naciones Unidas como territorios no autónomos —entre ellos el Sáhara Occidental y, con un asterisco, se señala como potencia administradora al Estado español— es el ejercicio efectivo del derecho a la autodeterminación del pueblo concernido, que es el pueblo saharaui. Tiene que decidir, mediante un referéndum de autodeterminación, qué quiere ser. No se trata de lo que decimos los saharauis o de lo que pretenda decir otra potencia —sea la ocupante u otra cualquiera—, sino de lo que establece el derecho internacional: la opción de la independencia, entre otras posibles opciones. Hay algunos gobiernos occidentales que se han apresurado a inclinarse por una propuesta presentada por Marruecos como única solución, que es la propuesta de autonomía, y se han apresurado a apoyarla. Esa propuesta de autonomía de la que tanto se habla y los medios de comunicación ensalzan no existe como tal: existen tres folios que se han presentado al secretario general de las Naciones Unidas y poco más. Que un gobierno occidental y democrático se pronuncie sobre una propuesta que no existe no solo falta al respeto al derecho internacional, sino también a la lucha y resistencia de un pueblo que lleva 50 años sufriendo las consecuencias de una ocupación y de una mala descolonización. Aun así, el pueblo saharaui nunca ha intentado analizar o reflexionar sobre su situación desde el rencor o desde la irresponsabilidad. Siempre hemos dado una oportunidad a los diferentes gobiernos que ha habido en este país para que rectificaran ese error que ha llevado al pueblo saharaui a sufrir esta situación de medio siglo. Lejos de hacerlo, ninguno ha optado por enmendarlo: simplemente han intentado supeditar las relaciones con Marruecos a un posicionamiento tibio en cuanto a la defensa del derecho internacional en lo que al Sáhara Occidental se refiere. Aun así, no hemos dejado de insistir, de dar la oportunidad, de reclamar, de pedir —porque nunca es tarde— que se puede corregir. Pero, 50 años después, nos encontramos ante un nuevo intento de saltarse la legalidad internacional para imponer al pueblo saharaui algo contrario al derecho internacional. Y creo que...
40:00
Esto también viene acompañado de un relato erróneo, que intenta claramente engañar a la opinión pública: hacer ver, hacer entender, que la última resolución del Consejo de Seguridad aprueba la propuesta de autonomía como única solución al conflicto del Sáhara Occidental. Pues no es así, lamentablemente no es así, y los juristas que me acompañan seguramente lo aclararán mejor que yo. Se trata de una resolución llena de contradicciones, que no recoge la literatura jurídica sobre la cuestión del Sáhara Occidental en el marco del derecho internacional. La ONU no es el Consejo de Seguridad. El Consejo de Seguridad es un órgano más de las Naciones Unidas, junto con la Asamblea General. Curiosamente, una semana antes de esa resolución se había aprobado otra en la Cuarta Comisión que reclama la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental y la descolonización del territorio, pero parece que esa no interesa o no vende. Por lo tanto, esa resolución del Consejo de Seguridad, insisto, aprueba un año más la presencia de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), para la organización de un referéndum. Lo cual quiere decir que la ONU sigue siendo la responsable y la encargada de dar una solución al asunto del Sáhara Occidental. Además, la resolución menciona en varias ocasiones la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental y señala la propuesta de autonomía de Marruecos como una opción más, una opción que podría constituir una solución mutuamente aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental. Lo cual es una enorme contradicción: una propuesta de una de las partes, impuesta de manera unilateral, nunca puede ser una opción para la autodeterminación de un pueblo cuya cuestión figura en la Cuarta Comisión encargada de la descolonización. A esto le sumamos que, hace un año, en el marco del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el Frente Polisario, en nombre del pueblo saharaui, consiguió una victoria mediante sentencias relativas a los recursos naturales del Sáhara Occidental, en las que se señala, sobre todo, que el Sáhara Occidental y Marruecos son dos territorios distintos y separados. Por lo tanto, ningún acuerdo comercial entre Marruecos y cualquier otro país, o con la Unión Europea, puede abarcar los recursos naturales del Sáhara Occidental sin el consentimiento del pueblo que tiene la soberanía sobre esos recursos, que es el pueblo saharaui, expresado mediante su único y legítimo representante, el Frente Polisario. Aun así, se han intentado ignorar esas sentencias y se ha optado por firmar nuevamente un acuerdo ilegal con Marruecos. Todo esto indica que los posicionamientos políticos de los países de la Unión Europea que hemos presenciado en los últimos años, inclinados hacia esa propuesta inexistente de autonomía, son producto de la presión que ejerce Marruecos mediante esos acuerdos comerciales: si se quiere que se firme un acuerdo con Marruecos, debe incluir los recursos naturales y, sobre todo, debe cambiarse la postura respecto a la cuestión del Sáhara Occidental. Un ejemplo claro de ello es el cambio radical de la política exterior española hace tres años, precisamente como consecuencia de ese chantaje y esa manipulación. Nosotros decimos que este nuevo acuerdo comercial que se pretende llevar a cabo entre Marruecos y la Unión Europea lo vamos a denunciar. ¿Por qué? Porque los elementos que obligaron a su cancelación el año pasado siguen existiendo: el territorio del Sáhara Occidental y Marruecos siguen siendo distintos y separados; el pueblo saharaui no ha dado su consentimiento y ahora se nos habla del consentimiento implícito. Yo...
45:00
Firmo en tu nombre, aunque tú no hayas dado el consentimiento, pero yo entiendo que me lo has dado implícitamente. Con lo cual, es una forma de intentar no solo hacer más daño al pueblo saharaui, sino de ahondar en la violación de los derechos humanos y del derecho internacional en lo que al pueblo saharaui se refiere. Este acuerdo va a tener el mismo futuro que los anteriores; lo vamos a denunciar, como he dicho. Para nosotros, como pueblo saharaui, en este escenario, la pregunta es: ¿cómo estáis?, ¿cómo veis el futuro?, ¿estáis esperanzados? Evidentemente, somos un pueblo que ama profundamente la paz; creo que lo hemos demostrado durante veintinueve años de alto el fuego, esperando la aplicación de un plan de paz que nunca llegó, debido fundamentalmente al bloqueo sistemático por parte de la potencia ocupante y a la complicidad de la comunidad internacional. Durante esos veintinueve años se ha formado una generación de jóvenes que ha nacido bien bajo la ocupación del territorio, bien en campamentos de refugiados, y hemos tratado de convencerles de que deben tener paciencia para que la vía pacífica sea la solución. Precisamente veintinueve años después, ese alto el fuego por el que hemos apostado decididamente, como pueblo saharaui y como Frente Polisario, ha sido roto por la potencia ocupante al atacar a una parte de nuestro pueblo que se manifestaba pacíficamente para cerrar un paso que Marruecos abrió del Sáhara Occidental hacia Mauritania de manera ilegal. Con ello se rompió el alto el fuego y, desde el 13 de noviembre —ayer se cumplieron cinco años—, estamos nuevamente en guerra contra el ejército de ocupación marroquí. En esta coyuntura —no somos ingenuos ni ilusos—, sabemos que la situación es muy compleja, donde el derecho internacional corre serio riesgo; y no solo para el pueblo saharaui, sino para todos los pueblos que luchan por sus derechos y para todos los países que defienden el derecho y la legalidad internacionales. Somos un actor más, para bien y para mal, pero dejamos claro, como pueblo, que vamos a seguir apostando por la vía pacífica, por el diálogo y por las negociaciones, siempre en el marco del derecho internacional y con el respeto escrupuloso del legítimo derecho del pueblo saharaui a su autodeterminación e independencia. Por lo tanto, estamos abiertos a cualquier iniciativa y a cualquier tipo de negociación, pero siempre en el marco del derecho internacional y con el ejercicio efectivo, por el pueblo del Sáhara Occidental, de su derecho a decidir. Decimos a todo el mundo: la autodeterminación del pueblo saharaui no es una mercancía ni un arancel; es un derecho legítimo que pertenece única y exclusivamente al pueblo saharaui. Nadie puede hablar en nombre del pueblo saharaui; solo puede hablar el propio pueblo del Sáhara Occidental. Muchas gracias. Muchas gracias, Abdullah. Como nadie puede hablar por el pueblo saharaui, nada mejor que una mujer saharaui, desde el Sáhara, para hablarnos. Nala, cuando quieras. A lo mejor cortamos el vídeo para… Nos piden cinco minutos desde la técnica y creo que merece la pena que esperemos.
Fragmentos 1-10 de 29 (14 disponibles públicamente)

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