[00:10:00] Se abre la sesión. Secretaria. Presidente, tenemos un documento para la cuenta. La Comisión de Seguridad Pública hizo llegar un oficio en que solicita que se ponga en tabla de la Comisión de Hacienda el proyecto de ley en primer trámite constitucional que modifica diversos cuerpos legales con el objeto de modernizar el escalafón de los agentes policiales de la Policía de Investigaciones de Chile y su estatuto del personal. Hacen presente la urgencia que tiene para el país contar con el aumento de policías para el mayor control de fronteras y otras funciones policiales que se han demostrado necesarias. Muy bien, muy buenos días a todos. Un saludo especialmente a la Presidenta del Banco Central de Chile, Rosana Costa, a Stephanie Griffith-Jones, Vicepresidenta, Alberto Nodón, Consejero, Luis Felipe Céspedes, Consejero del Banco Central de Chile, Claudio Soto, Consejero del Banco Central de Chile, Michelle Moore, gerente de la División de Asuntos Institucionales, Elías Albagle, gerente de la División de Política Monetaria, Ricardo Consiglio, gerente de la División de Mercado Financiero, Silvana Celedón, gerente de Comunicaciones y Fernando Coulón, profesional de Gerencia de Informática. Hemos sido convocados para la presentación del informe de política monetaria ante la Comisión de Hacienda del Senado, como es tradición. Así que, estimada Presidenta Rosana Costa, muy bienvenida como siempre. Una institución que es muy querida por esta comisión, así que la escuchamos atentamente. Muchas gracias, Presidente. Muchas gracias a los señores senadores, miembros de esta comisión. Como siempre, muy importante para nosotros poder asistir y compartir con ustedes los contenidos del informe de Política Monetaria del mes de diciembre de 2024 que publicamos hoy día en la mañana. Estos antecedentes son además el fundamento tras la decisión de política monetaria que adoptó el Consejo en la reunión de política monetaria de ayer martes. Este informe se sitúa en un escenario en que la inflación se ubica por sobre lo que nosotros anticipábamos hace unos meses. La variación anual del IPC llegó a 4,2% en el mes de noviembre y en las proyecciones de este informe prevemos que el año cierre en un 4,8% para luego fluctuar en torno a 5% durante el primer semestre de 2025. A partir de ese momento, comienza a ceder para converger a 3% en la primera parte del año 2026. La mayor trayectoria inflacionaria en el corto plazo responde a una combinación de factores de costo. Por una parte está la apreciación global del dólar que ha elevado el tipo de cambio, provocada por el aumento de la incertidumbre mundial. Por otro, con menor incidencia, está el alza de los costos laborales. Estos shocks se han dado en forma simultánea, lo que ha contribuido al estrechamiento de los márgenes de operación de las firmas y lleva a un traspaso de costos a precios finales superior a lo que previmos anteriormente. A mediano plazo, estas presiones de costo tenderán a ceder y la evolución de la inflación estará determinada por el comportamiento de la demanda interna, en particular por un menor desempeño del consumo de los hogares. El consumo privado, por su parte, tuvo un débil desempeño en medio de un bajo dinamismo de la creación de empleo, la depreciación real del peso y expectativas sobre la economía que se mantienen en territorio pesimista. Como detallaré en unos minutos, la convergencia de la inflación a la meta no será muy distinta a lo estimado previamente, con perspectivas para la actividad que no tienen grandes cambios, pero con un consumo que crecerá menos que lo considerado en el informe del mes de septiembre. En este escenario, tras haber reducido la tasa de política monetaria a 25 puntos base en la reunión de política monetaria del día de ayer, ubicándose en 5%, completamos un descenso de 625 puntos base desde julio de 2023 a la fecha. Con esto, la política monetaria ha reducido de forma sustantiva su nivel de restricción y se ubica más cerca del rango de estimación de su valor neutral. Como les mostraré en unos momentos, el balance de riesgos para la inflación está cegado al alza en el corto plazo, lo que releva la necesidad de cautela. Esto significa que iremos acumulando información respecto de la marcha de la economía para evaluar la oportunidad en que se reducirá la tasa de política monetaria en los próximos trimestres. Permítame entonces ahora pasar al desarrollo de los contenidos del informe de política monetaria, partiendo por el escenario macroeconómico. A noviembre, la variación anual del índice de precios al consumidor total y subyacente, es decir, sin los precios volátiles, se ubicó en 4,2% y 4%, respectivamente. Estas cifras superaron lo previsto en el informe de política monetaria pasado, en especial en los componentes subyacentes tanto de bienes como de servicios. La inflación de servicios ha dejado de caer en términos anuales con un componente de precios administrados e indexados que se ha mantenido estable, en tanto el resto de los servicios han repuntado. En cuanto a los ítems volátiles del IPC, destacó el nuevo incremento de las tarifas eléctricas durante el mes de octubre, continuando con el proceso de ajuste respectivo. También resaltaron las marcadas fluctuaciones en los precios de algunos alimentos, los precios de los combustibles cayeron en los últimos meses, impactados por la disminución de los valores del petróleo a nivel internacional. Por otro lado, los precios de los bienes y servicios volátiles aumentaron, en particular aquellos más sensibles al tipo de cambio. Ustedes pueden ver en el gráfico la evolución de la inflación que estamos observando. En el gráfico de la izquierda tenemos el índice de precios al consumidor con la apertura entre aquellos precios no volátiles, la subyacente, como está escrita allí, en la línea roja, y los precios volátiles que representan la línea verde del gráfico. La línea azul es la inflación, el IPC total. Vemos cómo en el último periodo la inflación subyacente, la línea roja, tiene la tendencia algo al alza que mencionábamos, y con volatilidad la línea verde también en el último tramo. En el gráfico de la derecha tenemos para la inflación sin volátiles, que es aquella que miramos con atención en cuanto nos entrega información valiosa sobre las prisiones inflacionarias de la economía, la tenemos abierta en su componente bienes y servicios. Y como decíamos recién, por el componente bienes tenemos un aumento en lo reciente y una estabilidad por el lado de los servicios sin precios volátiles. La dinámica inflacionaria reciente ha estado influida por el... [append chunk id: 12492]
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[00:20:00] ...conjunto de varios factores de costo, entre los que destacan los aumentos de las tarifas eléctricas, la depreciación del peso, mayores costos laborales. En este escenario, las expectativas de inflación de corto plazo han subido, mientras que a dos años plazo se ubican en torno a la meta de 3%. Aquí podemos ver algunos de esos elementos de costo que mencionábamos, partiendo por el tipo de cambio real, el gráfico de más a la izquierda, aumento en los costos laborales, con un aumento importante y una leve declive en la punta, y el precio, el IPC de la electricidad. La depreciación del peso respecto del informe de política monetaria anterior se origina principalmente en un fortalecimiento global del dólar en medio de un escenario mundial más incierto. Los focos de incertidumbre se relacionan con las tensiones bélicas en curso, los temores en torno a la situación fiscal y la deuda soberana en el mundo y el impacto de una posible reconfiguración del comercio internacional. Todo lo anterior se da en un contexto de dudas respecto de las políticas que adoptará el nuevo gobierno de Estados Unidos. El gráfico que ustedes tienen ahora en pantalla nos muestra un índice de incertidumbre de política comercial, que lo que hace es revisar en la prensa la periodicidad con que este tema surge y vemos cómo en la punta hay un incremento muy significativo. Aquí los medios que se incluyen son medios internacionales, Boston Globe, Chicago Tribune, New York Times, etcétera. Por su parte, la Reserva Federal inició el recorte de su tasa en septiembre, mitigando un riesgo que había sido importante hasta hace poco, aunque persiste la incertidumbre sobre la velocidad y sobre el punto de llegada que tendrá en dicho proceso. En este escenario, las tasas de interés de largo plazo permanecen altas a nivel global y se estima que este conjunto de elementos continuará influyendo en las condiciones financieras internacionales. Podemos ver ahora en el gráfico algo sobre las condiciones financieras internacionales, partiendo por la evolución que ha tenido la tasa Fed Fund Rate, la tasa de política monetaria en Estados Unidos, cómo la curva, la apreciación de los mercados sobre la trayectoria de esta curva en el tiempo ha tenido fluctuaciones importantes. Partimos con la línea roja en agosto, a fines de agosto de este año, pasamos a la línea lila en septiembre y luego el mercado sube a la línea verde que tenemos allí sobre las proyecciones de qué es lo que el mercado percibe va a ser el comportamiento de la FED. Y eso da cuenta de la incertidumbre respecto a la velocidad y al punto de llegada que vaya a tener este proceso de parte de la Reserva Federal, pensando o desde el punto de vista del mercado. Los rombos que allí aparecen corresponden a los dots de la FED. Vemos el índice del dólar hacia arriba, tenemos la apreciación de la moneda americana y vemos la evolución como el conjunto de elementos que estamos hoy día observando a nivel internacional, mueven las tasas largas separadas por el impacto en los países emergentes, desarrollados en Estados Unidos y en nuestro país. Vemos un comportamiento similar en términos de trayectoria y vemos cómo las tasas permanecen en niveles históricamente elevados. En el plano local, tal como mostré hace unos minutos, los indicadores de salarios han exhibido tasas de expansión que son significativas, pese al débil panorama por el lado del empleo. Este incremento se explica por un conjunto de factores, como lo son la recuperación de las remuneraciones reales tras la elevada inflación de años previos y también el reajuste del sueldo mínimo. Medidos en términos reales, el aumento anual del índice de costos laborales que elabora el INE ha superado sus promedios históricos en los últimos meses. A su vez, indicadores obtenidos a partir de registros administrativos, como la información de la base de datos del Seguro de Cesantía, dan cuenta de que la variación real anual de los salarios se ha mantenido elevada durante el último año. Esto ha tenido efectos directos en algunos ítems del IPC, al mismo tiempo que se suma a presiones de costos ya señaladas para las empresas. Pasando ahora al lado de la actividad, aunque el producto del tercer trimestre se ubicó en línea con lo que estábamos anticipando en el mes de septiembre, la demanda interna creció menos que lo que predimos. Por sectores, destacaron los resultados favorables de la industria y de la minería del cobre, frente al desempeño más bajo a lo estimado de los servicios financieros, de los servicios empresariales, a lo que se suma la prolongada debilidad de la construcción. El gráfico de la izquierda muestra la evolución del producto total y del producto no minero en color verde, y el de la derecha muestra la evolución de algunos sectores en particular, donde servicios financieros y empresariales, que eran los que mostraron un mayor dinamismo, en la punta tienen una pendiente algo distinta, muestra con mayor volatilidad la evolución del comercio y muestra la estabilidad en torno a niveles relativamente bajos por un periodo prolongado para la construcción. Respecto al trimestre en curso, el IMASEC de octubre dio cuenta de un aumento de la actividad tras la caída que tuvo en el mes de septiembre. Estos resultados incluyen el impacto de elementos transitorios de oferta en algunos rubros, factores cuya recurrencia ha agregado volatilidad a la cifra a lo largo de todo el año. Por lo mismo, como hemos reiterado constantemente, se debe tratar de extraer tendencias más que centrarse en el dato puntual. Los datos que restan para el año 2024 también van a estar sujetos a estos factores, en particular por una combinación de días festivos que trae el mes de diciembre. En cuanto al gasto, su menor dinamismo se explica por un consumo privado, como decíamos, más débil, el que tuvo como contrapartida un mayor consumo público. En paralelo, la economía se ha visto impulsada por la demanda externa, como refleja la evolución de las exportaciones tanto de bienes como de servicios. El consumo interno aparece en el gráfico que ustedes están mirando allí en la pantalla, en el lado izquierdo. Aparece creciendo el consumo público, está en índice, no está en niveles absolutos comparativos unos con otros, y aparece el consumo privado en la línea naranja con una evolución algo por debajo de lo que habíamos previsto. Vemos al lado derecho una evolución favorable en las exportaciones nominales, tanto en su componente de bienes como también en servicios, donde destaca, entre otros, la evolución del turismo que se recibe, receptivo, como servicios de transporte. El menor crecimiento del consumo privado ocurre en un contexto de bajo desempeño de la creación de empleo, decíamos. Los datos que reportan las encuestas y los registros administrativos muestran una caída o estancamiento en distintas dimensiones, como en la ocupación formal, según datos administrativos, en el empleo de algunos sectores rezagados y también en grupos de menor nivel educacional. En los tres gráficos que tienen en pantalla, por el lado izquierdo, tenemos el empleo total del INE, mientras que la línea azul nos muestra el comportamiento de aquellos empleos de cotizantes asalariados formales. En el gráfico del medio, tenemos el empleo sectorial del INE, donde destacamos la evolución de servicios, incluido comercio, en comparación con construcción y otros bienes en la línea azul, algo más baja, siguiendo los patrones y el rezago de esos sectores. Y por nivel educativo, vemos un nivel más estabilizado, niveles bajos, para trabajadores con educación secundaria y vemos crecimiento para la educación técnica y superior. A la lentitud de la creación de empleo contribuyen la baja inversión que se ha registrado desde hace varios trimestres en los sectores no mineros, la evolución de la actividad en los rubros más demandantes de empleo, como la construcción y el alza de los costos salariales. La masa salarial real ha tendido a moderar su recuperación, incidiendo entonces en el ingreso disponible para el consumo. Pasando ahora al desempeño de la formación bruta de capital, esta ha estado en línea con lo anticipado en el mes de septiembre. Su evolución sigue marcada por un comportamiento dispar entre componentes y sectores. Maquinaria y equipo mantiene un mayor dinamismo frente al estancamiento de la construcción y obras desde hace ya varios trimestres. Por rubros, la dinámica de inversión en la minería vuelve a contrastar con el rezago de otros sectores. [append chunk id: 12495]
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[00:30:00] En el gráfico, a la izquierda, está la formación bruta de capital fijo en sus dos componentes principales, lo que es maquinaria y equipo, la línea azul que ha tenido un repunte en lo más reciente, mientras que la línea verde muestra construcción y obras con el rezago que conocemos. Cuando vemos la inversión por sectores, podemos distinguir la evolución positiva, creciente, de la inversión en minería y bastante más estable, bastante más baja por el lado del resto de los sectores de la economía. El crédito se mantiene débil, dando cuenta de una demanda por financiamiento aún acotada, en un contexto donde las tasas de colocación de corto plazo continúan reflejando los recortes de la tasa de política monetaria. Desde sus máximos recientes, estas han retrocedido alrededor de 550 puntos base y 750 puntos base en las carteras de consumo y comercial, respectivamente. La tasa de interés de largo plazo, por su parte, la que corresponde a los bonos del gobierno a 10 años, están en niveles cerca de 10 puntos base menores a los del informe de septiembre. El gráfico muestra la evolución de la tasa de política monetaria, en línea punteada negra, y muestra cómo el comportamiento de las tasas para los créditos comerciales y de consumo va teniendo un comportamiento afín a lo que ha sido la evolución decreciente de la tasa de política monetaria, reflejando un traspaso histórico tradicional en lo que es el traspaso desde la tasa de política monetaria a las tasas de los créditos de consumo y comercial. Con esto pasamos a las proyecciones que contiene el informe. En el corto plazo, el principal ajuste del escenario central del Informe de Política Monetaria es, como mencionábamos, las presiones de mayores costos. Respecto de estimaciones previas, la proyección también considera un mayor traspaso de los costos a precios finales en los próximos meses, dada la simultaneidad con que han ocurrido los distintos choques de costos y la mayor estrechez de los márgenes de operación de las empresas. Como mencioné, la inflación subyacente lidera las revisiones, con una inflación promedio que en 2025 será 0,5 puntos porcentuales mayor a lo previsto en septiembre. Para la inflación total, ello es compensado parcialmente por correcciones a la baja en algunos precios externos, en particular, precios de los combustibles. Hacia el mediano plazo, las presiones inflacionarias estarán dominadas por perspectivas más débiles para la demanda interna y presiones de costos que irán cediendo, entre ellas, la reducción gradual del tipo de cambio real. Ello, aun cuando la disminución de la carga financiera para las personas y de las tasas de interés de corto plazo apoyarán la recuperación del consumo. Es así como en el gráfico podemos ver la evolución que ha tenido el consumo en las perspectivas en el horizonte 2024 a 2026. La línea azul que ustedes ven allí corresponde a la proyección que teníamos en el mes de junio. En el mes de septiembre vimos cómo se constataba una trayectoria, una debilidad algo mayor de la que habíamos observado, pero todavía los fundamentos observaban información en dos sentidos, por lo tanto se hizo una corrección, pero se señaló que íbamos a profundizar en particular respecto a cómo sería o qué es lo que había detrás de las señales marginales de mayor debilidad en la creación de empleo. Y lo que vemos en este informe de diciembre es una corrección adicional en la línea roja, que es la que corresponde a la proyección que estamos entregando en el informe desde hoy día en la mañana. Con ello, las proyecciones de consumo para este año pasan de 1,7% a 1,1% consumo privado, el 2025 de 1,9% a 1,6% y 2,2% a 2% para el 2026. En el escenario central, la inflación anual, por su parte, subirá en los próximos meses fluctuando en torno a 5% durante el primer semestre de 2025. Luego comenzará a reducirse cerrando ese año en 3,6% y convergiendo a 3 en los primeros meses del año 2026. Ahí está la evolución esperada de la inflación total y también de la inflación subyacente. Vemos en la línea roja lo que corresponde a la proyección del mes de diciembre, donde la corrección más significativa se observa en el componente de la derecha de la inflación sin volátiles o la inflación subyacente. Para la formación bruta de capital fijo, las proyecciones igualmente se ajustan a la baja, a la vez que ratifican diferencias entre sectores. El catastro de la Corporación de Bienes de Capital continúa anticipando un mayor dinamismo de la inversión minera en 2025 respecto de la inversión de otros rubros. Divergencia que también reporta el informe de percepción de negocios y se confirman las fuentes de información tributaria de alta frecuencia. El principal factor tras el ajuste de la proyección es el estrechamiento de las condiciones financieras externas en el marco de la alta incertidumbre internacional a través de una mayor persistencia de las tasas de interés de largo plazo en niveles elevados y una depreciación del peso. Nuevamente pasamos desde el reporte de junio al reporte de diciembre, el que entregamos hoy, con una corrección, en este caso, no por los resultados observados en el último período, sino por las condiciones financieras más estrechas desde el sector externo y sus impactos que puedan tener hacia adelante. Así, la inversión para este año caería 1,3%, teniendo tasas de crecimiento positivas a partir de 2025, algo por debajo del crecimiento que esperábamos en el informe del mes de septiembre. Los rangos de crecimiento del producto previstos para 2025 y 2026 se mantienen en el rango de 1,5 a 2,5%. Esto incorpora un gasto público más elevado y un mayor empuje del sector externo que se compensan por el menor impulso previsto para el gasto de hogares y de empresas. Esto último también incide en la estimación de 2,3% de crecimiento para el presente año, que está en la parte baja del rango que señalamos en el mes de septiembre, entre 2,25 y 2,75%. Respecto de lo considerado en septiembre, se estiman valores algo más negativos de la brecha de actividad hasta fines del año 2025, los que contribuirán a mitigar las presiones inflacionarias. Luego, la brecha retornará a niveles de equilibrio en la medida en que la economía se mantenga creciendo en torno a su crecimiento de tendencia, la demanda se recupere y continúen los recortes de la tasa de política monetaria. La evaluación respecto del nivel de esta brecha de actividad es coherente con las brechas que vemos en el mercado laboral. Lo que tenemos entonces a la izquierda es la tradicional brecha, es decir, es la medición que hacemos de cuáles son las presiones sobre la inflación que está indicándose por el lado de la actividad. Lo que hay en la derecha es una estimación o varias estimaciones de lo que puede ser una tasa de desempleo de referencia, un cálculo que es de naturaleza bastante incierta, como se puede ver con los distintos modelos, dan resultados diferentes, pero con tendencias bastante similares. Y cuando se compara el 8,6% de la tasa de desempleo actual con lo que arrojan esas distintas mediciones alternativas, indican brechas bastante acotadas, similares a las que se observan por el lado del producto. Las predicciones incluyen una expansión real del gasto público coherente con la contenida en la ley de presupuestos recientemente aprobada. Como supuesto de trabajo, se sigue contemplando que el proceso de consolidación de las finanzas públicas continuará en marcha. Con todo, los próximos años ofrecen una situación desafiante para el cumplimiento de la regla fiscal. Las estimaciones para el déficit de cuenta corriente durante el próximo bienio se reducen levemente. Esto considera un mayor dinamismo de las exportaciones de bienes y servicios asociados a la depreciación real del peso, incluido el consumo derivado del turismo y mayores volúmenes enviados. Las importaciones también tendrán una expansión menor dada la evolución de la demanda interna. [append chunk id: 12498]
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[00:40:00] Pasando a la actividad mundial, la proyección reitera un crecimiento de los socios comerciales en torno al 3%, esto para el periodo 2025 a 2026. La estimación reconoce la mayor probabilidad de una desaceleración más moderada que lo antes previsto para Estados Unidos, cuyos últimos datos han sorprendido de manera positiva. Asimismo, las perspectivas siguen mostrando un menor crecimiento de China durante los próximos dos años. En este contexto, el precio promedio del cobre se irá acercando hacia valores en torno a 4,3 a lo largo del horizonte de proyección. Podemos ver para el año 2024 y el promedio 2025-2026 cómo han ido evolucionando las proyecciones de crecimiento. Vemos un cambio en la composición con una mayor fortaleza a través del tiempo, una mayor resiliencia de la economía americana y vemos cómo los promedios 2025-2026 se mantienen en rangos similares a los de los informes previos. En el caso del precio del cobre, la proyección es bastante similar a la que teníamos en el informe previo, convergiendo en el año 2026 a un valor de 4,3. Pasando ahora a la política monetaria, lo que ocurrirá con la política monetaria, y quiero para ello partir por destacar que el panorama inflacionario de corto plazo se ha tornado más desafiante, producto de mayores presiones de costo. Acabo de mostrarles que esto significa que en el escenario central la inflación fluctuará en torno a 5% en el primer semestre de 2025. Con todo, en el mediano plazo, la mayor debilidad de la demanda interna mitigaría las presiones inflacionarias. De este modo, de concretarse los supuestos del escenario central de este informe, la tasa de política monetaria seguirá una trayectoria decreciente en el horizonte de política. En todo caso, el balance de riesgos para la inflación está cegado al alza en el corto plazo, lo que releva la necesidad de cautela. Esto significa que el Consejo del Banco Central de Chile irá acumulando información respecto de la marcha de la economía para evaluar la oportunidad en que se reducirá la tasa de política monetaria en los próximos trimestres. Respecto de los escenarios alternativos para la política monetaria en este informe, el escenario de sensibilidad que define el borde superior del corredor de la tasa de política monetaria está asociado a un mayor impacto de presiones de costo. Una intensificación de estas y o un traspaso más alto a precios finales podría provocar escenarios de inflación más elevada, lo que también incrementaría los efectos de segunda vuelta y la posibilidad de observar una mayor persistencia inflacionaria. Los riesgos de corto plazo en estos escenarios son mayores, considerada la incertidumbre global y los niveles que alcanzará la inflación en el escenario central de proyecciones. De concretarse un panorama como este, se requeriría una estrategia de política monetaria más contractiva que en el escenario central. Pero también hay un límite inferior y en el límite inferior se relaciona con los efectos de la mayor incertidumbre y la debilidad del escenario internacional en la evolución del gasto interno. Un empeoramiento más marcado de las condiciones financieras globales, asociado a una agudización de los focos de incertidumbre vigentes, restaría aún más impulso al gasto de los agentes locales, especialmente por el lado de la inversión. Podría sumarse un escenario en que el deterioro del empleo fuera mayor a lo previsto y ello provocaría holguras de capacidad discordantes con la convergencia a la mitad del 3%, exigiendo reducciones más significativas de la tasa de política monetaria. El corredor, que es el resultado del ejercicio de proyecciones que realiza el Banco Central de Chile y que incorpora estos escenarios que dibujan el borde del mismo, se compara, como indica el gráfico, con el corredor del informe de septiembre que está reflejada en la línea punteada roja. El corredor refleja las distintas opciones, las distintas alternativas para el traspaso de la política monetaria de aquí en adelante, de acuerdo a cuáles sean las percepciones y la evaluación que vaya teniendo el Consejo en la medida que el escenario central o el escenario que dibuja este informe de política monetaria se vaya dando y el Consejo lo vaya aquilatando en el tiempo. Los escenarios de riesgo, en cambio, se vinculan a la situación global, en particular del ámbito financiero, pero con consecuencias más severas que podrían llevar a movimientos de la tasa de política monetaria por fuera del corredor. Desenlaces más extremos en el ámbito del comercio, los conflictos bélicos en curso o la situación fiscal en varias economías no permiten descartar episodios más complejos de aversión al riesgo en los mercados financieros. Esto podría dar paso a escenarios de una depreciación cambiaria más pronunciada y de una mayor contracción de la actividad, considerando además que las tasas largas han mostrado un rol amortiguador más débil frente a la ocurrencia de shocks negativos. Para ir cerrando la presentación, estimados senadores, quisiera destacar que una constante a lo largo del año ha sido la elevada incertidumbre del sector externo. Por un lado, un contexto geopolítico crecientemente complejo. Por otro, una economía global en que si bien la inflación ha venido cediendo, los mercados reflejan la preocupación por los niveles del déficit fiscal y deuda en distintas economías, varias de ellas desarrolladas, y un proceso de desglobalización al que se han ido sumando decisiones de carácter más bien proteccionista asociadas a categorías de industria estratégica. En lo más reciente, este panorama se intensificó tanto por la materialización de conflictos que estaban latentes, como por la creciente tensión entre bloques o alianzas de países, y por tensiones internas incluso en democracias avanzadas. En el plano económico, surgen dudas respecto del rumbo que tome la política fiscal y comercial en Estados Unidos, aumentando la probabilidad de una intensificación de políticas que aumenten o acentúen las tendencias proteccionistas. Las condiciones financieras globales se han estrechado para el mundo emergente, destacando la apreciación del dólar. Todo esto en un contexto en el cual la resiliencia de la economía estadounidense destaca respecto del desempeño de otros países. Además, un entorno como el descrito nos expone no solo a condiciones financieras más estrechas, sino también a episodios de volatilidad como consecuencia de mercados más sensibles a noticias económicas. Las tasas de interés de largo plazo, muy importantes para el financiamiento de proyectos de inversión, se mantienen en niveles mayores a los de años pasados, y los factores que explican este aumento no parece desaparecerán demasiado pronto. Esto pone una complicación adicional para una economía tan pequeña como la nuestra. En el plano interno, la inflación ha aumentado respecto de inicios de año. En esto ha tenido un rol importante la normalización de las tarifas eléctricas, proceso que aunque ha sido acorde a lo previsto, tiene una incidencia significativa en la inflación. De todos modos, los registros más recientes de inflación han mostrado variaciones sobre lo previsto. Como les mostré, éstas se han concentrado en los ítems subyacentes o sin volátiles, reflejando las alzas simultáneas en varios factores de costo. Se trata de elementos de oferta que presionan la inflación y como tales van cediendo, a diferencia de lo que identificamos como shocks típicamente más persistentes, por ejemplo, con origen en excesos de demanda. Sin embargo, su ocurrencia conjunta y su magnitud agregada contribuyen a estrechar los márgenes de las empresas, dando paso a un traspaso de precios algo mayor que lo que veníamos observando hace algunos meses. Como señalé, en la medida que estas presiones de costo disminuyan, van quedando los efectos de segunda vuelta y empiezan a predominar el efecto de un consumo y una inversión que prevemos inferior a la proyectada en el mes de septiembre, así como una apreciación real del peso gradual en el tiempo. Estos últimos factores son relevantes al momento de definir la trayectoria de la política monetaria que logra la convergencia a la meta en los términos que señala el informe. Esta combinación de factores nos lleva a una inflación que fluctuará en torno a 5% en el primer semestre de 2025. Niveles que son incómodos. [append chunk id: 12499]
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