Senado Cultura, Patrimonio, Artes, Deportes y Recreación

Senado - Cultura, Patrimonio, Artes, Deportes y Recreación - 29 de septiembre de 2025

29 de septiembre de 2025
18:30
Duración: 2h 7m

Contexto de la sesión

1.- Bol.N° 12712-24 Continuar la discusión en particular del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, de Patrimonio Cultural (Boletín N° 12.712-24). A esta sesión ha sido invitada la Subsecretaria del Patrimonio Cultural, señora Carolina Pérez.

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Presidente, en Cuenta: en primer lugar, con fecha 16 de septiembre del presente año, ingresó a esta Comisión el oficio de Su Excelencia el Presidente de la República, mediante el cual solicita el acuerdo del Senado para designar como directora de la Empresa Televisión Nacional de Chile a la señora Marcia Scantelbury Elizalde, por el período que se indica, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 53 de la Constitución Política de la República, y con urgencia de 30 días contados desde esa fecha. Asimismo, se hizo presente urgencia suma para el proyecto de ley sobre patrimonio cultural. Luego, se recibió una solicitud de audiencia de la señora María José Lemaitre, directora ejecutiva del Museo de la Solidaridad Salvador Allende y de la Fundación Arte y Solidaridad, entidad que administra dicho museo y que forma parte de las instituciones patrimoniales que reciben apoyo del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, dependiente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a fin de presentar el museo ante esta Comisión. Finalmente, ingresaron dos solicitudes de audiencia vinculadas al proyecto de ley sobre patrimonio cultural: una de la Corporación Municipal Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso y otra de la señora Cecilia García-Huidobro, presidenta del Instituto de Conmemoración Histórica, presidenta de la Asociación de Propietarios de Casas Históricas y Parques de Chile, e integrante del Consejo de Monumentos Nacionales y del Consejo de Zapallar. Esa es la cuenta, Presidente. —Sí, senador Keitel. —Gracias, Presidente. Presidente, quiero plantear algunos puntos varios que considero importante abordar el día de hoy. Quisiera solicitar que pudiésemos también…
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Asimismo, entiendo que debemos darle celeridad al proyecto que nos convoca hoy en materia de cultura, pero también recordar que hay otro proyecto muy importante: el de deberes y derechos en el fútbol profesional y la seguridad en los estadios. Parte de lo que habíamos conversado, con micrófono prendido y también de manera externa, fue evaluar la posibilidad de sesionar con ambos proyectos al mismo tiempo. Segundo punto, que para mí es el más importante del día: a través suyo, Presidente, enviar una felicitación tremenda al equipo de rugby chileno, Los Cóndores, que el día sábado logró clasificar al Mundial de Rugby que se realizará en Australia en 2027. Es la segunda vez en la historia de nuestro país que una selección de rugby clasifica a un Mundial. Hubo prácticamente 21.750 espectadores, pese a que durante la semana se había autorizado un aforo de 10.000 personas. Se requiere la voluntad de todos para que deportes como el rugby —y muchos otros— cuenten con el apoyo que merecen. Chile no es solamente fútbol, y eso hay que entenderlo. Yo comprendo la relevancia del Mundial Sub-20 y la presencia del Presidente Boric y del Ministro Pizarro, pero también es muy importante que, desde el Poder Ejecutivo y el Legislativo, estemos presentes en otros deportes de tremenda relevancia para el país. Este logro es fruto del trabajo de jugadores muy profesionales, de técnicos y de excelentes dirigentes, con enorme esfuerzo, profesionalismo, dedicación y entrega, y con muy poco apoyo: financiado principalmente por privados y con muy pocos recursos del Estado. Me encantaría que los candidatos presidenciales, que se pasean ofreciendo de todo, hablen de deporte, propongan qué quieren hacer en esta materia y generemos certidumbre no solo para nuestros Cóndores, sino para todos los deportistas de Chile respecto de lo que se hará en los próximos cuatro años de gobierno. Es importante un compromiso del Ejecutivo y de nosotros como legisladores; aprovecho de pedirle humildemente su apoyo, Presidente, así como el del senador Velázquez y del senador Kroskowski, que hoy nos acompañan en la comisión. Debemos trabajar en conjunto para preparar a nuestros deportistas. No puede ser que se destine apenas el 0,2% del presupuesto nacional al deporte, porque debiera ser mucho más. Y ojo: ese 0,2% incluye tanto el deporte competitivo como el deporte masivo. A través suyo, Presidente, me gustaría que como comisión enviáramos las correspondientes felicitaciones a la Federación de Rugby, para ser comunicadas a todos los rugbistas. Desearles lo mejor e insistir en que debemos generar certidumbre: viene más de un año de preparación y debemos entregar los recursos de todo tipo —no solo económicos— para que puedan alcanzar un gran resultado, como el que ya obtuvieron. Tercer punto, Presidente: existe actualmente la Ley 18.356, respecto de la cual presenté hace más de un año un proyecto para derogarla. Es una norma de 1984, dictada en la época de Pinochet, que establece que ningún instructor de artes marciales puede ser una persona que no pertenezca a las Fuerzas Armadas. Entiendo que lo que se buscaba entonces era evitar que, en dictadura, se entrenara a personas que pudiesen convertirse en guerrilleros o participantes en combates. Es una ley muy antigua, propia de la dictadura, que hoy perjudica a muchos entrenadores de artes marciales, impidiéndoles ejercer, enseñar a los niños y formar campeones en las distintas disciplinas que existen en Chile y en el mundo. Hoy, quienes imparten clases de artes marciales, cualquiera sea la disciplina, prácticamente no están cumpliendo con la ley y, por ende, están cometiendo un delito. Este es un asunto que compete al Ejecutivo. He conversado con el Ministro Pizarro; hoy existe una gran problemática en la Dirección General de Movilización Nacional, que no quiere ceder y que tiene mucho que decir y hacer. Por eso no se ha logrado concretar y avanzar. Insisto: es un proyecto de ley originado en el Legislativo, en este caso de mi autoría junto con la senadora Provoste, pero no se ha podido —ni se ha querido— avanzar; no hay voluntades. Es urgente derogar esta ley. No podemos seguir viviendo con normas dictadas en dictadura. Gracias, Presidente.
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Voy a reaccionar rápidamente a todo porque tenemos dos proyectos importantes o dos temas que resolver hoy día en la comisión, o bien ir avanzando. Sobre lo último, relativo a la derogación de la Ley 18.356, entiendo que más que exigirse ser miembro de las Fuerzas Armadas, lo que se requiere es que el instructor sea autorizado por la Dirección General de Movilización Nacional. Lo digo porque me toca de cerca: un familiar muy cercano es cinturón azul y no es miembro de las Fuerzas Armadas; el sensei… bueno, es otra cosa. Sí, estoy de acuerdo; entonces, vamos a hacerlo. Segundo, respecto del punto que usted planteó inicialmente, sobre el funcionamiento: teníamos la intención de hacer dos sesiones a la semana, intercalando cultura y deporte. ¿Qué ocurre? Que, como se ha dado la tendencia en los últimos meses de fijar sesiones especiales los días martes y miércoles, además de la ordinaria, eso nos impide sesionar en la comisión de la tarde de esos días. Por eso lo señalo: ese ha sido el efecto. Pero entiendo, e incluyo su inquietud. En cuanto al rugby y al apoyo al deporte, creo que siempre van a faltar recursos; en eso estoy con usted. Pero yo trato de mirar la mitad del vaso lleno, y esa mitad es que hace 15 años en Chile el apoyo al deporte era bastante limitado, para ser franco, comparado con ahora. Ahí está el éxito de los Panamericanos: en parte porque ha habido apoyo —no al 100%—, pero ahí están los Panamericanos, la infraestructura que se ha creado, etcétera. Lo digo para compensar. Respecto del rugby en particular, no puedo sino sumarme al éxito de Los Cóndores, porque tuve la oportunidad de practicar ese deporte durante muchos años en Argentina, en Chile y en Inglaterra. Aunque usted no lo crea, sí señor, tuve la oportunidad de ser seleccionado nacional de rugby; la dejo ahí, para que vea la trayectoria de uno, que ha jugado en distintos clubes y universidades del mundo. No, hablando en serio: estamos todos muy contentos. Sobre el aforo: efectivamente, el aforo inicial era de 10.000 personas y, no pocos —no sé si usted también—, hablamos con autoridades: el SEREMI, el Delegado Presidencial, el Ministro del Interior y otras altas autoridades, para ampliarlo a 20.000 personas. Y fue un éxito rotundo, tanto desde el punto de vista del resultado como del comportamiento del público. Y el fútbol no lo es todo. Estoy de acuerdo con usted. Le doy derecho a réplica. Gracias, presidente. Yo simplemente quiero dejar claro que no estoy de acuerdo con usted respecto de los últimos 15 años, porque no ha sido producto de una política de Estado. El porcentaje sigue siendo el mismo sobre un monto mayor, pero sigue siendo lo mismo y las cosas siguen encareciéndose, entonces alcanza para lo mismo. No es por una política pública que hayan cambiado las cosas; y no se trata de un gobierno de turno: no estoy culpando al gobierno del Presidente Boric ni tampoco culpo hacia atrás. Lo que digo es que las cosas no se están haciendo como debieran. Claramente siempre va a ser insuficiente, pero no puede ser que hoy día se reciba un 0,2 y —no quiero desmerecer lo que es cultura— cultura sea un 0,6. No digo que uno sea más importante que el otro, pero cultura recibe el triple de recursos que deporte. Y eso, bajo mi punto de vista, no debiera ser. Ojalá no nivelemos hacia abajo, sino hacia arriba: que el deporte reciba más y que, a través de políticas públicas y desarrollo, esto sea producto del esfuerzo del país, y no solo del trabajo profesional de deportistas, entrenadores o dirigentes específicos. Insisto: hay mucho más por hacer y, claramente, nunca va a ser suficiente. Entonces, la dúplica es que yo sigo mirando la mitad del vaso lleno y creo que estamos mucho mejor que antes, y que el 0,2 de hoy día del producto es mucho más que el 0,2 de antes del producto. Pero hay que hacer mucho más y ponerle más recursos. Estoy de acuerdo con usted. Perfecto, y nadie ha hablado de nivelarse para abajo. Lo que pasa es que trato de tener una mirada más positiva: esto no es solo el esfuerzo de un sector, sino un esfuerzo creciente, pero hay que hacer mucho más. Estoy de acuerdo con usted, y cuente conmigo para esos efectos. Muy bien. Señor Secretario, vamos al primer punto de la tabla. Exactamente. Presidente, de acuerdo con la citación que se envió a media mañana, se amplió la tabla de esta comisión, que originalmente estaba convocada solo para tratar el proyecto de ley sobre patrimonio cultural. Se antepuso el oficio del que se dio cuenta al comienzo de esta sesión, cuyo objeto es tomar conocimiento de la designación que efectúa el Presidente de la República, como directora de la empresa Televisión Nacional de Chile, de la periodista señora Marcia Scantlebury Elizalde. Respecto de esto, una muy breve relación, Presidente. Recordar a la comisión tres aspectos. En primer lugar, la designación de la periodista señalada se hace necesaria como consecuencia de la renuncia que efectuó la ministra de Defensa, Adriana Delpiano, al directorio de Televisión Nacional el día 10 de marzo.
15:00
...de este año. En ese momento, de acuerdo con la Ley de Televisión Nacional, se produce una incompatibilidad entre el cargo de directora que detentaba en ese momento y el cargo de ministro de Estado, de conformidad con la causal del artículo 5º de la Ley 19.132, Ley de Televisión Nacional de Chile. En consecuencia, surge desde esa fecha la necesidad de proceder al nombramiento de la periodista que he señalado. La segunda cuestión, como es tradicional acá —anteriormente lo veía la Comisión de Educación, ahora lo ve la Comisión de Cultura—, es que la comisión debe pronunciarse adoptando un acuerdo en el sentido de si la postulante cumple o no con los requisitos que establece el ordenamiento jurídico para ser nombrada. La votación para aprobar o rechazar el nombre la efectúa directamente la Sala. Eso es, presidente. El plazo vence para el Senado en su totalidad el 16 de octubre, aun cuando ya ha sido convocada la sesión para el día de mañana, una sesión especial, de 3 a 4, cuyo tercer punto es conocer este nombramiento. Sí, muchas gracias por la relación. Quiero agradecer la disposición para que veamos este tema. Entiendo que la persona propuesta, doña Marcia Scantlebury, fue contactada. Sé que eventualmente iba a participar de manera telemática, pero está haciendo un esfuerzo por estar acá; tenía algunas condiciones especiales. La vamos a esperar y, mientras tanto, podríamos escuchar al Ejecutivo respecto del nombramiento. Si le parece, ministra Vallejo, le doy la bienvenida a la ministra de la Secretaría General de Gobierno. Muchas gracias, presidente. Saludar, por su intermedio, a los parlamentarios, senadores presentes. Y, secretario, tiene toda la razón. Efectivamente, se nos produjo esta vacancia en uno de los cupos del directorio de Televisión Nacional a mediados del mes de marzo, porque la exdirectora Adriana Delpiano asumió como ministra de Defensa. Hemos estado en la búsqueda de un nombre adecuado para asumir esta responsabilidad en el directorio de Televisión Nacional, entendiendo que es una empresa muy importante dentro de nuestro ministerio, pero además porque juega un rol muy relevante para el país. Ha sido objeto de amplia discusión en las últimas semanas a propósito de la situación financiera del canal, respecto del presente y futuro del mismo y las proyecciones que pueda tener, considerando que es el único medio público que existe actualmente en nuestro país; que cuenta no solamente con la señal abierta, la señal 1, sino también con 24H, con la señal internacional, con el archivo —que es el único archivo de registro audiovisual histórico que se tiene en nuestro país, fruto de un esfuerzo muy importante del canal—, además de los centros regionales. —Doña Marcia. —Perdón, permiso; perdón la interrupción. —Por favor. —Nosotros la estábamos presentando. Además, el canal cultural familiar, que también es el único con el que se cuenta en nuestro país, es bastante reconocido y tiene una importante audiencia. Entonces, hemos llegado a esta propuesta de nombre. Yo entiendo que la comisión no evalúa el mérito del nombramiento, sino si se ajusta a las exigencias que establece la ley y si no existen inhabilidades o incompatibilidades, según la Ley 19.132. Sin embargo, quisiera, presidente, destacar que estamos haciendo una propuesta que goza de una destacada trayectoria: estamos hablando de cinco décadas de trabajo y experiencia en medios escritos, radiales y televisivos; experiencia en gestión cultural; experiencia docente; y experiencia no solo en el ámbito de las comunicaciones y la cultura, sino también en derechos humanos. Marcia es periodista y comunicadora de la Universidad Católica de Chile; además, posee estudios en ciencias, política, economía, derechos humanos y cultura. Ha sido reconocida con importantes premios, no solamente el Lenka Franulic —que nos toca, además, entregar año a año desde el ministerio—, sino también Mujeres Sobresalientes (2018, realizado en Roma), el Premio Internacional La Voz de los Sin Voz (Bélgica, 2019), y fue seleccionada entre los 100 Líderes Mayores por la Universidad Católica y El Mercurio. Y, bueno, actualmente se desempeña como vicepresidenta del Centro...
20:00
…del Centro Cultural Matucana 100 y además directora de El Bodegón Cultural de Los Vilos. Marcia Scantlebury, además, tiene experiencia en el propio canal nacional, en Televisión Nacional de Chile. Fue miembro de su Directorio y, previamente, del equipo de prensa como editora. Lo que quiero decir con esto es que su aporte al Directorio sería muy valioso, por la mirada que recoge de la historia del canal, los desafíos internos que hoy tiene y, también, por la perspectiva externa que le otorga su trabajo en democracia, derechos humanos, cultura y comunicaciones. Entendiendo la diversidad del ecosistema de medios que tenemos actualmente, le haría muy bien al canal que doña Marcia pudiera incorporarse al Directorio para enfrentar los desafíos presentes. Presidente, me quiero sumar a lo señalado por el senador Keitel respecto del reconocimiento a Los Cóndores por su clasificación al Mundial de Rugby. Es un deporte que nos dice mucho como país y el esfuerzo que han hecho ha sido enorme. Lo destacamos hoy en la vocería como reconocimiento del Gobierno, entendiendo que tenemos desafíos pendientes en materia deportiva, pero también que se están realizando importantes inversiones en infraestructura, no solo por los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, sino también ahora con el propio Mundial Sub-20 y otros eventos que tendremos consecutivamente en estos meses. No es el tema central de hoy, pero nos parecía relevante dejar ese reconocimiento. Si les parece, podemos escuchar a doña Marcia. Le damos la bienvenida a la Comisión y le ofrecemos la palabra. Perdón, solo para efectos de transparencia: fue invitada y contactada hoy cerca del mediodía, dada la premura de ver este tema en la Comisión. Además, lo dejamos condicional para la tabla de mañana en el Senado, en tercer punto, después de la votación de los supremos. Agradecemos su flexibilidad. Muchas gracias. Como decía, fue sorpresiva la situación; de todas maneras, vengo a hablar de algo que conozco. Soy aplicada y me habría gustado traer las cifras, porque debo actualizarme. Ustedes comprenderán que pasaron muchos años: estuve nueve años y medio en Televisión Nacional; antes, en el equipo, fui editora —de contenidos, política, cultura— e hice varias cosas allí. Años después me llamó la Presidenta Bachelet, cuando la televisión pública venía saliendo de una pequeña crisis, poco después de la renuncia del Directorio en pleno. Este tema lo conocemos muy bien y sabemos que no ha sido fácil. Quiero decir de entrada que creo profundamente en la televisión pública. Eso no obsta a que sea muy crítica; lo soy porque he vivido dentro y, en este período, también tengo una mirada crítica. Dicho eso, no quiero ser injusta con el Directorio: con la mayoría de las personas que trabajan allí me ha tocado coincidir en algún momento de mi vida profesional, que ya es larga. Mientras estuve en Televisión Nacional, debimos abordar varias crisis y momentos difíciles, no como ahora, no a este nivel, porque además tuvimos muy buenos ratings. Trabajé durante el período de la Presidenta Bachelet y, fundamentalmente, durante el del Presidente Sebastián Piñera, cuando yo era la vicepresidenta y me tocó subrogar la presidencia en varias oportunidades. En ese tiempo el canal, afortunadamente, tuvo muy buenas cifras de audiencia. Entonces, cuando a una le dicen: “Esta no es la televisión de Francisco Vidal”, respondí: “Bueno, entonces tampoco sería la mía”. Muchas cosas han cambiado en la televisión, pero hay cosas que no cambian. En ese entonces tuvimos que modificar la estrategia…
25:00
He hecho periodismo, he hecho política; fui la jefa de comunicaciones de Ricardo Lagos y, después, de Eduardo Frei. Eduardo Frei me nombró en Cultura; allí tuve la oportunidad de encontrarme muchas veces con Luciano, de quien debo decir que hizo una espléndida gestión —lo digo en serio— y se lo dije en muchas oportunidades porque fue muy creativa. Yo veo mucha televisión, a diferencia de muchos directores que dicen que no les gusta y que no la ven. Ese es uno de los puntos que quisiera tocar, porque no se aborda nunca. Creo que la gente que está en el directorio —que me maten los que están ahí, de todas maneras— es muy importante. A mí me tocó un periodo increíble, y tiene que ver con la pluralidad de miradas de la televisión. En el periodo en que estuve, mi mejor amigo fue Juan de Dios Vial, con quien, aparentemente, incluso en términos ideológicos, no deberíamos estar tan cerca, pero compartíamos absolutamente la idea de la cultura. Se reían todos porque decían: ¿quién me iba a apoyar a mí en cualquier cosa? Pero yo decía: en la televisión suceden cosas como esta: los sábados y domingos no teníamos rating; una parrilla miserable. Entonces me preguntaba: ¿por qué estamos eludiendo esto? Si me dijeran que están defendiendo porque ese día tenemos 58 puntos, de acuerdo; pero con esta baja, ¿por qué no perdemos con dignidad? Perdamos con cultura. Lo digo porque, finalmente, en Televisión Nacional, a la gente no le importan los puntajes; simplemente deja de verla, pero sí le importan los contenidos. Yo no soy una gran experta en finanzas ni en todo aquello, pero en los directorios se produce algo natural: hay personas que ponen el énfasis en ciertas cosas. En mi caso, tengo una tradición desde mi nacimiento. Mi padre era dueño de la mitad de los cines de este país; desde los cinco años estaba sentada en el Teatro Centenario de La Serena —soy provinciana— viendo todos los rotativos y todas las películas. Empecé ahí y, después, tuve una trayectoria: fui evaluadora del Consejo Nacional de Televisión; trabajé en Emelco en la época del golpe militar, y antes de eso también trabajé en un programa del Canal 9, antiguo, pero sobre cultura; siempre sobre cultura. Hoy sigo siendo parte del directorio del Bodegón Cultural de Los Vilos, un esfuerzo privado que ha sido un fenómeno cultural extraordinario, porque hemos hecho algo difícil: vincular al pueblo de Los Vilos —que sentía que venían los veraneantes “pitucos” a mirar cosas—, y hoy hay una inserción muy importante. En este momento soy presidenta del directorio del Centro Cultural Matucana 100, porque la presidenta está afuera y yo soy la vicepresidenta. Me importa mucho la cultura y creo que Televisión Nacional tiene un papel fundamental que cumplir. Mientras estuve en Televisión Nacional, los funcionarios realizaron una gira por Europa a la que fui invitada como parte del directorio, reconociendo que mi papel iba un poco más allá del directorio, porque me tocó mediar en los conflictos con los trabajadores. Lo valioso ha sido que ellos han expresado su necesidad de que ojalá venga alguien que sepa; porque, como dicen muy directamente, hasta cuándo nombran gente por política, que no tiene idea y viene a completar un periodo mientras esperan otro nombramiento. No es mi caso, y ellos manifestaron su intención —y se lo manifestaron a Vidal— de que yo estuviera. Eso también me da mucha fuerza. Yo sé que me voy a inmolar. Se los digo muy en serio: he recibido opiniones de dos amigas que están en el directorio —voy a transparentarlo—: Pilar Vergara, muy amiga mía, y Nidia Palma, con quien trabajé —yo fui su jefa durante mi periodo en la Dirección de Cultura—, que me han señalado con claridad que voy al infierno. Pero este infierno es el mío: tengo un enorme cariño por Televisión Nacional y unas enormes ganas de tener un final feliz. Con eso no estoy diciendo que espero que todo sea óptimo, pero sabemos que hoy toda la televisión pública en el mundo está en crisis; no es solo acá, porque han cambiado las cosas. En nuestro caso, en la televisión, yo justo viví un periodo terrible que fue el...
30:00
A raíz de la muerte de Felipe Camiroaga y de la cantidad de personas que fallecieron en Juan Fernández, se produjo un deterioro y un bajón terrible en todo el canal. Después siguió falleciendo gente; incluso murió otro periodista, cuyo nombre no recuerdo en este momento. Fue como una maldición. Ese período fue muy duro, y la segunda “maldición”, quiero decirlo, porque la decadencia de Televisión Nacional se ha prolongado, fue la partida de Quena Rencoret. No lo planteo en términos personales: hasta el último día le pedí que se quedara. Tiene que ver con el financiamiento de Televisión Nacional, porque son canales que operan en un mercado y competimos en condiciones absolutamente desiguales. Efectivamente, Quena valía mucha plata —porque realmente es un genio— y se fue por una oferta mayor a la que nosotros podíamos pagar. Y el día que se fue, no se fue sola: se fue con todo su equipo. He conversado mucho con ella; siempre le digo: “Quena, hiciste una labor fantástica, pero no te perdono que te hayas ido”, no solo por nosotros, también por lo que tú hacías. Quiero sostener un punto por el que he peleado toda mi vida: cuando aparecieron las telenovelas, se decía que eran la ruina, una vergüenza para la televisión. Yo sostuve entonces —y sostengo ahora— que el problema no es el formato, sino los contenidos. Durante el período en que estuvo Quena Rencoret en Televisión Nacional se hicieron telenovelas con lágrimas, pasiones, amores y dolores, pero con gran cuidado editorial. Nunca tuvimos una sanción del Consejo Nacional de Televisión —en el cual también trabajé muchos años—, y se produjeron teleseries extraordinarias. El laberinto de Alicia, sobre la pedofilia, abordó un tema muy complejo de manera responsable y, a mi juicio, fue extremadamente útil para el país. No creo en una televisión donde a las ocho de la mañana aparezca alguien tocando un violín. La televisión también es diversión, y la gente la quiere así en Televisión Nacional. Lo viví en la segunda etapa de Rojo: algunos dirán que es una tontería que la televisión pública muestre niños bailando reguetón; pues bien, de ahí salió gente que hoy está en primera línea mediática, jóvenes sin ninguna posibilidad económica de acceder a buena educación artística y que, sin embargo, se la ganaron con talento. No pensemos que esto es cosa del pasado: esas personas hoy están todos los días en los distintos canales y han hecho aportes importantes. La democratización se construye también de esa manera, no solo poniendo a Shakespeare en pantalla —que es muy importante—. Cuando se dice “la ópera no convoca”, recordemos lo que ocurrió en verano con Andrea Bocelli: el país entero se volcó; fue un fenómeno popular. Hay confusiones entre lo que es popular y lo que no. Televisión Nacional tiene absoluta razón de ser mientras ofrezca contenidos de calidad y, cuando corresponda, contenidos masivos bien hechos. A TVN le va muy bien en deportes y en cultura. Siempre veíamos la paradoja de los ratings: todo el mundo dice que quiere cultura —usted lo sabe perfectamente—, hacíamos enormes esfuerzos, y, sin embargo, no siempre se sintonizaba cultura. Pero hay muchos programas que sí logran sintonía. Hoy Chile es un país lector. Tras años de fomentar la lectura, tenemos extraordinarios escritores jóvenes. Quiero rendir un homenaje a las nuevas editoriales de jóvenes, a Hueders y tantas otras, que permiten que hoy cualquier persona, aunque antes era carísimo, pueda publicar un libro. Hay una gran cantidad de publicaciones de autoras y autores jóvenes, y la gente los lee, de aquí y de afuera. Entonces, ¿por qué no tener un estupendo programa literario, como hacen los españoles o los argentinos? Le aseguro que la gente lo vería, porque se identificaría con ellos y porque ya los está leyendo. Además, existe el problema del tramo etario de las audiencias, que también debemos considerar al diseñar la programación.
35:00
…de televisión que es cada día mayor. Por otro lado, encuentro que es muy importante, en el contexto de la digitalización y las nuevas tecnologías, enfrentar los grandes desafíos que plantean. Las redes sociales han permitido la democratización de la comunicación, pero eso también entraña un peligro: hoy cualquiera se cree periodista y publica lo que se le antoja; y con la inteligencia artificial, ni hablar. Hemos visto lo que ha pasado: han difundido en los colegios imágenes de chicas desnudas. Es un horror. En cambio, la vieja televisión tenía una ética: debíamos responder ante el Colegio de Periodistas, éramos interpelados por la ciudadanía. Hoy, con todo esto de las fake news, si no contamos con medios con una estructura distinta, una ética distinta y un proyecto y vocación de servicio público, estamos perdidos. Y hablo de gente que no entrábamos a trabajar por el sueldo. En el tiempo que trabajé en el antiguo directorio, cuando fui editora, ganaba un sueldo decente, pero no monumental. Recibía 130 lucas, y en el verano se cortaba. En esa época, la televisión no solo no pedía dinero: entregábamos utilidades al Estado. Luego escribíamos al ministro de Hacienda para informarle que habíamos transferido recursos, pero que, con todo respeto, teníamos necesidades que otros no tenían: por ejemplo, los centros regionales, que son puro gasto. Tú comprenderás que Chilevisión o Megavisión no tienen ninguna responsabilidad con eso; si es rentable, lo hacen, y si no, no lo hacen. Nadie se los exige. A nosotros sí. Trabajé con un grupo de personas —muchas aún en televisión— con una vocación infinita de servicio público. También he dicho muchas veces a mis compañeros de prensa que hoy hay una limitación tremenda en los protagonistas de las noticias. Ver el noticiero me da ganas de llorar: tantos asesinatos y horrores; diría que ocupan dos tercios del informativo. Y comparo con otros: toda la televisión está enferma de ese afán por el crimen y el morbo. Además, los protagonistas son siempre los mismos, cuando está lleno de gente fantástica en el ámbito cultural. No olvidemos que la televisión promueve la producción cultural. ¿Qué pasaría si no…? He trabajado muchos años en el Consejo Nacional de Televisión. Hay una creatividad enorme, y es doloroso tener que definir, juzgar y elegir apenas dos proyectos televisivos, dejando atrás otros que parecen maravillosos e indispensables —por ejemplo, una historia de los pueblos en Isla de Pascua—, que quedan ahí. Urge aumentar ese fondo en el Consejo Nacional de Televisión. Creo que hay infinitas posibilidades de alianzas. Quiero decirlo también respecto de la señal internacional: mientras estuve ahí trabajé con Carmen Gloria López, quien hizo un estudio notable sobre lo que la gente veía en esa señal, y trabajé mucho con Relaciones Exteriores, con Felipe Tomic. Debería haber una convivencia y una alianza mucho más estrecha; ellos tienen una cantidad de material que nos serviría muchísimo. En ese estudio se concluyó que Televisión Nacional —no sé cómo será ahora; habría que verlo— tiene un enorme espacio, porque no existe, por ejemplo, un medio de televisión latinoamericano. Había posibilidades de ampliar nuestra entrega a otros canales de la región. En suma, lo que nos falta es creatividad, y tenemos mucho por hacer, inventar y poner en pantalla. Eso es lo que me pasa. Un poco majadera. Muy bien. Voy a tomar agua, Marcia. ¿Alguien quiere decir algo? Senador Cruz-Coke: La Marcia… basta escucharla para ver que sabe de lo que habla. Ha estado en Cultura, ha estado en la parte privada; ahora está en el Bodegón de Los Vilos; en Matucana 100, que también le tocó presidir. Trabajamos juntos cuando yo fui ministro. Sí, un gran proyecto. Conoce la parte pública y la privada; conoce la televisión porque estuvo muchos años en el directorio; conoce la prensa.
40:00
Es una ejecutiva dentro de la televisión y me parece muy adecuada también como miembro del directorio. Una de las grandes críticas que siempre ha habido es que al directorio de Televisión Nacional, a veces, llega gente que proviene de la industria del cemento o de la farmacia. Está muy bien que sepan de la parte financiera —alguien tiene que saber—, pero poca gente llega con experiencia propiamente televisiva. La televisión es una industria particular; no es meramente financiera. No basta con tomar el Excel y decir: “vamos a ahorrar un 5% despidiendo a tal cantidad de personas”, que a veces es necesario, porque, si no, no hay cómo sostener las cosas. Pero, en general, a la televisión le va bien cuando tiene productos de calidad y creativos. A Televisión Nacional, efectivamente, le fue bien con las teleseries y con productos que, en su momento, hicieron sentido a la ciudadanía, incluso con programas que marcaron una impronta, como El show de los libros. Por eso, hoy día, me parece muy adecuado el nombramiento, y se vincula con una discusión que sostuvimos con la Ministra Vallejo en su momento respecto de que las personas que integren el directorio de Televisión Nacional, ojalá, pasen también por la Alta Dirección Pública. Hay un proyecto; ahí tuvimos una discusión porque, efectivamente, son nombramientos políticos, pero deben ser nombramientos políticos con su “qué”. Si se propone que Marcia Scantlebury integre el directorio, se sabe de dónde viene políticamente Marcia Scantlebury, pero también se reconoce su trayectoria en lo cultural. Tienen que darse ambas cosas, porque no es cualquier industria.
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