Senado Salud

Senado - Salud - 1 de septiembre de 2025

1 de septiembre de 2025
18:00
Duración: 2h 44m

Contexto de la sesión

1.- Bol.N° 7736-11 Proyecto de ley que establece el derecho a optar voluntariamente para recibir asistencia médica con el objeto de acelerar la muerte en caso de enfermedad terminal e incurable (Boletines N°s. 7.736-11; 9.644-11; 11.577-11, y 11.745-11, refundidos). A esta sesión se invitará al Profesor Experto en Bioética de la Universidad de Chile, Dr. Miguel Kottow; al Doctor en Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, señor Felipe Widow, y al padre de Valentina Maureira, paciente que solicitó eutanasia, señor Freddy Maureira

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¿Nos ponemos de pie, por favor? ¿Todavía no? ¿Todavía no? Muy bien. En nombre de Dios y de la patria, iniciamos la sesión de la Comisión de Salud del Senado de hoy, lunes, primero de septiembre. Partimos. Señor secretario, le solicito que dé lectura a la cuenta, por favor. Gracias, señor presidente. Se han recibido los siguientes oficios. Cuatro de la señora Ministra de Salud. Con el primero, remite información sobre implementación y aplicación de la atención integral, entre otros aspectos relacionados con la Ley 21.545, Ley TEA. Otro que remite información sobre monitoreo que realiza la División de Gestión de Redes Asistenciales respecto al uso, robo o sustracción de opioides. Otro en que remite información sobre la dictación de actos administrativos que incluyen procedimientos disciplinarios. Por último, uno que envía antecedentes sobre el estado de pagos de remuneraciones, cotizaciones previsionales y finiquitos adeudados a guardias de seguridad en hospitales de Copiapó y Vallenar. Por último, uno de la subsecretaria de Hacienda, con la que envía información sobre la demora de visación del servicio de salud de la región de O'Higgins para que el Hospital de Marchigüe reciba una donación de la Iglesia Mormona. Comunicaciones del asesor legislativo de la Subsecretaría de Salud Pública, con la que remite priorización legislativa del Ministerio de Salud. Del senador Juan Luis Cuarto, con la que reitera solicitud del senador Tomás de Reventería para que esta comisión reciba en audiencia a la Unión Comunal de Consejos Locales de Salud de Valparaíso. Solicitudes de audiencia del presidente de la Confederación Nacional Unión de Funcionarios Municipales de Chile para asistir al proyecto de ley que modifica el período de carencia del subsidio de incapacidad laboral por accidente o enfermedad común e introduce modificaciones en su aplicación al sector público. De la Presidenta de la Comisión Ciudadana de Vigilancia y Control de la Ley, Ricardo Soto, para hacer entrega de copia de informes de esa comisión en los años 2023 y 2025. Del abogado señor Samuel Saavedra, para exponer una propuesta de ley que aborde la falta de respuesta penal adecuada para la negligencia médica en partos y atenciones neonatales. Eso es todo, señor presidente. Los documentos están a vuestra disposición. Muchas gracias. Muy bien, respecto de la cuenta, entonces, están todos los oficios que fueron solicitados por miembros de esta comisión y que hoy día tenemos respuesta de acuerdo a lo que informó el señor secretario. Respecto de las solicitudes de audiencia, recordemos que habíamos decidido dejar los días lunes para dar trámite a las solicitudes de los colegas por recibir a distintas instituciones y, por lo tanto, una vez terminemos el debate en general del proyecto de ley de eutanasia procederemos a recuperar el día lunes para ese trámite. Hay muchos temas pendientes que la comisión no puede eludir ni postergar. Respecto, bueno, ya sabemos lo que pasa con el proyecto de licencias médicas; respecto de la solicitud de audiencia, cuando retomemos el asunto lo trataremos, digamos. Yo entiendo que esto depende de la mesa de trabajo. Y finalmente, la señora Camila Aquilán, yo creo que si necesita entregarle un informe a la comisión, lo puede hacer llegar para nosotros distribuirlo a los miembros de la comisión. No necesariamente tenemos que recibirla en la comisión, a no ser que haya un planteamiento muy concreto que requiera un espacio para poder exponerlo. Si no, para entregar un informe, sugeriríamos que le respondan, que lo haga llegar y nosotros lo transmitimos a todos. Bien, y lo que presenta el abogado será también parte de las audiencias que vamos a tener. Presidente, ha llegado una cuenta agregada, un cambio de comisiones, el senador Iván Moreira que reemplaza al senador Sergio Gaona solo por el día de hoy. Solo por el día de hoy, tampoco. Muy bien, muy bien. Bienvenido, senador Moreira, a esta comisión. Siempre sabemos que usted es un aporte. Muy bien.
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Puntos varios. La senadora Ordenes tiene solicitud de tiempo. Senadora. Muchas gracias, presidente. Estos últimos días se dio a conocer que finalmente se van a inyectar los 73 mil millones de pesos para el plan operativo de reducción de las listas de espera. Yo quiero solicitar a la comisión que oficiemos este anuncio, respecto a este anuncio que anunció la ministra Aguilera junto al subsecretario de redes asistenciales, para conocer a cabalidad cómo se van a distribuir estos recursos, porque lo que salió en la prensa es que este monto se asignará en tres cuotas, pero no sabemos qué cuota le corresponde a cada uno de los servicios de salud en Chile. Entonces quiero conocer cuál es el monto que se le va a asignar a cada uno de los servicios de salud, de los 29 que existen en el país. Son tres millones de personas que están en lista de espera, esto obviamente tiene sentido de urgencia. Y esto es algo que logramos también en el protocolo para la ley de presupuestos 2025. Así que creo que es importante que conozcamos, al menos a nivel regional y a nivel de servicios de salud, cuánto es la asignación de estos recursos a los territorios. Gracias, presidente. Muy bien, muchas gracias. ¿Tomamos entonces el acuerdo de enviar oficio? Sí. Se toma el acuerdo. Ministra, si quiere responder de inmediato. Sí, muchas gracias. Sobre el punto y agradeciendo la mención de la senadora, primero saludarlo, presidente, y a todos los senadores presentes y a los invitados también a la comisión. La mención de que efectivamente la semana pasada, desde el 15 de agosto, de hecho, se hizo la transferencia de recursos hacia los servicios de salud, de los recursos extraordinarios de lista de espera aprobados en el Congreso con ocasión de la ley de presupuesto, y que iban a ser liberados una vez que se aprobara la ley de licencias médicas grandes emisores y se cumplieran algunos aspectos que habían establecido en la misma glosa de compromiso. Y esto afortunadamente ya llegó a su fin, todo ese procesamiento, de manera que tener estos 73.000 millones, recordar que se van a ejecutar en estos meses, ahora que estamos prácticamente cerrando la campaña de invierno, y que los servicios de salud también se pueden abocar a estas acciones fuera de horario en el sistema público, y que están destinados tanto a cirugías electivas, que son las que constituyen la lista de espera, como a las consultas de especialidad. Recordar que en realidad el número de personas esperando son 2,5 millones de personas, no 3 millones de personas. Con estos 73.000 millones se espera tener alrededor de 300.000 atenciones entre cirugías y consultas especiales, 360.000. Habíamos dado una cifra de 180.000 que corresponde a la primera cuota que se entregó y que esto es parte de un paquete que tiene otros componentes. Yo expliqué hoy día, tuvimos un punto de prensa con el presidente a raíz de que se cumplen los tres años de copago cero, y mencionamos que efectivamente este enfoque se agrega a lo que se está ejecutando en el sector privado con la ley SAP que ustedes aprobaron y aprobamos en conjunto a principios de este año, que son 28.000 millones que se van a ejecutar a través del sistema privado para las cirugías de reemplazo de cadera y rodillas. Eso ya está funcionando desde el mes de agosto en FONASER, la modalidad institucional; falta todavía que parta la modalidad libre elección, pero también es una buena noticia, son cirugías de alto costo y que se van a resolver en el sector privado. Y esto se agrega a los recursos que ya tenía FONASA en el presupuesto de 21.000 millones para lista de espera en compra de servicios al privado, más los 46.000 millones que ustedes aprueban año a año en el programa de resolutividad de atención primaria para que menos personas entren a la lista de espera. Y aprovechar de mencionar que efectivamente hoy día se cumplen tres años de la ley de copago cero. Este copago cero ha beneficiado a sobre 5 millones de personas, casi 6 millones de personas que eran las que no tenían atención gratuita como, digamos, público que es potencial beneficiario. De ellos, 1.900.000 han tenido atenciones con copago cero y ha significado un ahorro de 370.000 millones de pesos en estos tres años de ahorro para esas tres familias. Muchas gracias. Gracias, Ministra. Ofrezco la palabra sobre varios. Muy bien, vamos a dar inicio entonces a la tabla del día de hoy. Para seguir tratando el proyecto de ley que establece el derecho a optar voluntariamente para recibir existencia médica con el objeto de acelerar la muerte en caso de enfermedad terminal e incurable, de acuerdo a los boletines 7.736, 9.644, 11.577 y 11.745. Yo quisiera... dado que tenemos el curón suficiente. A ver, un poco volver a fijar el timing de lo que hemos comprometido. Recordemos que estamos en general. Recordemos que para...
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Poder resolver en tiempo acotado, por la urgencia que el gobierno le ha puesto al proyecto, decidimos dos invitados por cada senadora o senador. Y en ese contexto, luego que el primer invitado no pudo estar, por una razón plausible, se decidió volverlo a invitar. Pero acto seguido se tomó la decisión de que la persona que no pudiera asistir pierde el cupo, digamos, por así decirlo, o más bien sigue la lista. Y esos ajustes se van haciendo hasta completar los 10 invitados. Hayan podido venir o no hayan podido venir. Dicho esto, me corrige o me confirma nuestra subsecretaria, doña Ana, que tiene buena memoria, habíamos invitado en la primera reunión al profesor Cotov, que se excusó por motivos personales atendibles en la sesión pasada, y estuvo don Alejandro Miranda, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, invitado por el senador Gaona. El profesor Cotov, invitado por el senador Castro. Como había sido previo al acuerdo, se volvió a invitar al profesor Cotov y está hoy día con nosotros. Luego, hoy día, se excusó el doctor en filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, el señor Felipe Huido. Pero acabamos de saber que llegó. Entonces, porque había dado una fecha que ya se desajustaba el timing, pero si está aquí, hacemos el espacio, ya está. O si no pudiésemos, por el espacio que hay, porque hoy día es una sesión más acotada, si usted tiene a bien, lo podríamos convidar mañana, o alguno de los expositores, quiero preguntárselos, porque ya dado que usted estaba excusado, hicimos el ajuste, la sesión de ahora dura una hora. No, o sea, ah, dice, sí, sí, claro, dice, le confirmo mi disposición para exponer en la sesión del lunes 29, lunes 29, fin de mes, estamos en semana regional y ya habremos votado en general para esa fecha. Dado que vino, yo le voy a preguntar a los tres invitados, si es que no alcanzáramos a la sesión de hoy día, que es más breve que la de mañana, ¿alguno de ustedes pudiera estar mañana en Valparaíso o no? ¿O les complica? Pues si no, volvemos a hacer un ajuste. Eso sí es que no pueden, porque ojalá pudieran exponer los tres. Es que hay otras comisiones, hay otras comisiones. Yo hoy día estoy complicado también, yo a las cuatro tengo que salir de acá, de la sede. Quince para las cuatro podría ser, ¿ya? Muy bien, dicho esto, queda para mañana el cardenal Chomalí, invitado por el senador Chaguán; el señor Juan Carlos Bertoglio, se va a conectar por Zoom, invitado por el senador Flores; el señor don Juan Pablo Mañalich, invitado por la senadora Órdenes, que reemplaza al experto en bioética, al Alejandro Zúñiga, que no puede; y el miércoles estaría la señora Moreira, que es una paciente peticionaria, invitada por el senador Castro; doña Javiera Belolio, invitada por los senadores Gaona y Chaguán. ¿Eso es? ¿Está correcto? Muy bien. Sin más, saludando a la señora ministra, a la señora subsecretaria. Se ha excusado la ministra, la secretaria general de la Presidencia. Está con un topón en este momento. Venía, pero debió ir a otra parte. No se ha excusado el subsecretario de redes, ni tampoco nuestro querido amigo Vlado Mirochevich, que había confirmado, y ahí estaba. Muy bien, estimados expositores, les ofrecemos 10 minutos para la exposición, para dejar unos minutos para preguntas y respuestas hechos por los miembros de la comisión. En el orden que tenemos de la tabla, expondrá primero el profesor experto en bioética de la Universidad de Chile, don Miguel Cotó, invitado del senador Castro; luego el doctor en filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, don Felipe Huido, que ha resuelto el impasse; y luego el padre de Valentina Maureira, paciente que solicitó eutanasia, don Freddy Maureira, allí presente. Muy bien, iniciamos. Le ofrezco la palabra al doctor Cotó. Muchas gracias y buenas tardes a todos. Lo que me propongo es mostrar un pequeño número de diapositivas en las cuales yo presento los cuatro argumentos que siempre he presentado en otras ocasiones sobre condiciones de la salud.
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Que aún hay que cumplir una solicitud de eutanasia. Le rogaría que pudiese acercar un poquito el micrófono, es direccional, para dirigirlo hacia su boca, doctor. Ahora sí, para el aspecto de grabación y registro. Está bien. Esto significa que en estos cuatro puntos que voy a presentar están incluidos, incorporados, las opiniones que quiero dar o incluso las críticas que quiero dar al proyecto tanto original como ahora propuesto como nuevo. Los cuatro puntos, muy rápidamente, son la importancia de hablar de una pérdida severa de autovalencia, que puede ser por enfermedad, pero puede ser por discapacidad, y está definida como la necesidad de cuidados por terceros. Si alguien no puede sobrevivir sin los cuidados de terceros, está en una condición de severa autovalencia herida. El segundo punto es hablar del sufrimiento intolerable, también llamado de otras maneras, que es aquel que no ha sido mitigado por medida y cuidado paliativos aceptables para el paciente. No absolutamente presente o no, sino aquello que el paciente está dispuesto a recibir o se niega a ello. Tercero está la voluntad expresa y reiterada, que todos estamos de acuerdo que tiene que ser, pero hay algunos detalles que quiero poner y por eso reiterar hasta en rojo. Y cuarto es el punto con el que me ha ido muy mal en general, pero insisto en él y quiero tratar de fundamentar su importancia, que es la necesidad física de que haya asistencia por aquí. O sea, si alguien se puede suicidar, no debería pedir autonacia. Lo voy a justificar. La siguiente, por favor. Entonces, empezando con el primer punto, la palabra terminal no es mala, es pésima. Es una palabra que no es médica, es una palabra que no se usa con los pacientes. Uno no le dice al paciente que está terminal, le dirá que está crítico, que no hay tratamiento, que está difícil, que pronóstico preservado, lo que quieran, pero la palabra terminal no dice nada y no deberá existir. Y la Universidad de Navarra incluso ha publicado el hecho de que terminal no significa muerte a corto plazo. Hay gente con enfermedades terminales que, sin embargo, sobreviven durante años. De manera que ni siquiera cumple esto de terminar con la vida en corto plazo. Me extrañó mucho que aparezca la palabra dolencia. Dolencia está bien para conversar entre la gente, pero no tiene ningún significado médico. O es sinónimo de enfermedad, entonces no hay para qué usarlo, o se refiere a indisposiciones y achaques, y eso no puede ser un material como para empezar a hablar de eutanasia. De manera que las veces, y no son pocas, en que aparece la palabra dolencia, yo creo que hay que seriamente tratar de modificarlo. En tercer lugar aparece la pregunta por la disminución de capacidades o disminución severa de capacidades. Tampoco me dice mucho, no me dice nada. ¿Son capacidades necesarias para sobrevivir que están comprometidas o son necesidades existenciales que hacen la vida difícil de seguir manejando? No es lo mismo ser discapaz de caminar, de ir al baño, que es una discapacidad severa, pero física, que haber perdido la capacidad de tocar el violín o el piano, siendo eso fundamental para la persona. Discapacidad existencial severa. Hay que aclarar entonces de qué discapacidades o disminuciones se está hablando. En cuarto lugar, apareció que en el capítulo 16, etc., dice enfermedad o dolencia seria e incurable. Otra vez la palabra dolencia, y además es copulativo, no es solamente la enfermedad, sino que tienen que agregarle sufrimientos adicionales. Son un conjunto de cosas y no solamente la enfermedad. Y, perdón, en la última frase, en el título de la enmienda, dice terminal e incurable. Entonces, ¿qué es lo que es? ¿Incurable o e incurable? Son dos cosas muy diferentes que yo creo que hay que aclarar. Ahora sí, en cuanto a sufrimiento intolerable, claro, la palabra intolerable es muy general, es muy subjetiva, es muy difícil de evaluar desde afuera.
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pero se trata básicamente de sufrimientos que son tan intolerables que aunque hubiese un tratamiento paliativo o lo que sea, pero que no resuelve el sufrimiento, puede ser reclamado como inaceptable por el paciente, como sucede en muchas leyes de eutanasia. Me parece que es un poco ofensivo con el gremio médico hablar de ensañamiento. Aparece la palabra. Ensañamiento es una palabra que se usa en criminalística, pero no tiene que ser en medicina porque se supone que nosotros por principio no somos ensañadores ni encarnizados, de manera que eso lo sacaría. Desproporcionados no sirven, viene del Vaticano, yo lo sé, pero lo que es desproporcionado hoy puede ser desproporcionado mañana, de manera que no indica una situación estable. Es totalmente contextual, aquí puede ser proporcionado y en otra parte no, y la palabra inútil no sirve porque significa más medicina fútil, y eso no existe. Ser fútil ya no es medicina. Problema de salud grave, vaguísimo, muy vago. No me dice nada y no me sirve como una introducción a solicitar una eutanasia porque tengo un problema de salud grave. Y certificado por dos especialistas me parece que no tiene mucho sentido, es una especie de permisología indebida; basta que haya determinación objetiva de la gravedad de la enfermedad, con laboratorio, radiología, etcétera, etcétera, de manera que no es tan difícil demostrar objetivamente si hay o no gravedad extrema de la enfermedad. Los cuidados paliativos se meten muy raramente en este lugar. En una parte dice que procedieran. No me dice, ¿acaso significa que son obligatorios antes de solicitar una eutanasia o son una opción que se puede tomar o no tomar? Y si la medicina paliativa realmente es una especialidad, cosa que pongo muy en duda, yo creo que todos los médicos tienen que tener la capacidad de paliar los sufrimientos de sus pacientes, cualquiera que sea su especialidad. Yo soy oftalmólogo y si me va mal en el sentido del paciente, tiene dolores o tiene un ojo que está permanente, no lo voy a mandar a un especialista, sino que es mi responsabilidad paliar todo lo que tenga que ver con la especialidad que ejerzo. Entonces, si fuese realmente una especialidad, cosa que yo pongo en duda pero no es momento de discutirlo. Entonces pretende algo que no puede pretender, que es mejorar la calidad de vida de los pacientes. No es eso. La paliación trata de evitar sufrimiento, pero no puede mejorar la calidad de vida. Y eso es un término difícil de manejar, pero totalmente inoportuno en una situación de medicina paliativa. Y si fuese realmente una especialidad, tendría que tener su ley propia. Puede estar metido a medias en la ley de eutanasia que estamos discutiendo. En la siguiente tenemos el problema de expresa voluntad reiterada. Suena bien, pero vienen exigencias como voluntad razonada. ¿Quién decide lo que es razonado o no? ¿Y por qué tiene que ser razonado si yo estoy con todo mi cuerpo, con todo mi sufrimiento ahí? ¿Acaso razono muy bien o no? No va al caso. Pero, en todo caso, ¿a quién le compete decidir si hay un razonamiento habilitante o no? Lo mismo sucede con la certificación de pleno uso de voluntad. Eso no se usa en medicina. En medicina se pide competencia en relación al problema que tiene. Yo puedo tener incompetencia para mis asuntos bancarios, pero tengo competencia para decidir si quiero vivir o no. De manera que esto hay que afinarlo más, es decir, competente para el problema que está enfrentando, que en este caso es pedir la muerte, y no pleno uso, que sería —no sé cuántos de nosotros tenemos pleno uso de nuestras facultades mentales—. También me parece que es muy generalizador y complicado hablar de voluntad de yo morir con dos testigos ministros de fe, tan anticipada. Mucho lío, mucho lío. Es una cosa que voluntariamente yo hago en algún momento de mi vida y no tengo que juntar muchas cosas a casos necesarios.
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Si tengo un ministro feo o no, no lo sé. En principio bastaría con que yo tenga un documento firmado, autentificado, y eso es una voluntad anticipada. Acaso se acepta o no, no está dicho. Acaso tiene valor orientador o valor legal, no está aclarado. Pero en todo caso, si no tiene más que una orientación posible, no tiene para qué complicarse tanto. ¿Dónde? Acuérdale. Entonces, pasemos a la segunda, que es la última, que es la más importante. Esto es básicamente lo mismo, es la siguiente. Esto es lo que más me importa. El diputado Miróce, en su tiempo, me alegó profundamente que elige a la persona que se puede físicamente suicidar, no tiene por qué solicitar ayuda a morir a terceros. Porque el tema de la mismidad, yo decido y ejecuto, es totalmente diferente de la alteridad entre el decisor y el médico de lo ejecutado. ¿Qué significa esto? Que el querer morir no tiene ningún argumento diferente en la eutanasia que en el suicidio. Es solamente quien lo hace. La dignidad, el derecho a vivir, el derecho a morir. O valen para los dos o no valen. Ni como para el suicidio no valen nada porque todo es legalmente aceptable. No veo por qué se pueden introducir esos argumentos adicionales en la eutanasia. Lo que prima es la alteridad y la justificación de la alteridad. No me gusta el término suicidio médicamente asistido porque no nos pone en la incógnita entre uno y dos. Es ambiguo. La ley de hecho progrese que no distingue las dos opciones. Pero yo creo que el paciente tiene que tener el derecho, si tiene ya el permiso de acelerar su muerte, si quiere un suicidio asistido o si quiere una eutanasia. La última. La digo nomás. La eutanasia es solo para solicitantes físicamente impedidos de suicidarse. Eso tiene que estar ahí. Si no lo hacen, van a tener el mismo problema que Canadá. Basta llegar, pedirlo y se lo dan. Y los médicos, el problema que tienen, les toca hacer 5, 6, 8 suicidios al día, porque es tan fácil pedirlo. Y hay gente que no tiene impedimento físico para hacerlo. De manera que para evitar todos estos puntos que podemos discutir después, yo creo que es muy estricto. Si usted se puede suicidar físicamente, no me venga con temores, no me venga con “no sé técnicamente”, arrégleselas, pero no puede imputarle a un tercero que va a tener problemas serios de hacerlo porque no tengo ganas de hacerlo de mí. Entonces este punto que ha sido muy discutido, yo insisto en que esté debida. De alguna manera ser aceptado. Dejo ahí nomás, gracias. ¿Ha terminado, doctor Couto? Sí, sí, por el tiempo. Muy bien, muchas gracias. En todo caso, su exposición queda acá, entiendo, está en secretaría, ¿no? Muy bien, muchas gracias. Las preguntas las dejaremos para el final de las tres exposiciones, si alguien tiene para el doctor Couto. Le ofrezco la palabra a don Felipe Huido, doctor en filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Por favor, le ofrezco la palabra. Muchas gracias, perdón. Muchas gracias, con la venia del señor presidente, paso directamente a mi breve exposición. Primero quiero comenzar por ciertas precisiones que me parecen necesarias sobre el tema de la eutanasia en relación con este proyecto. Primero, yo creo que podríamos ponernos de acuerdo en que entendemos en general por eutanasia la obsesión directa, es decir, la acción u omisión elegida en razón de su virtualidad para generar el resultado de la muerte, de sí mismo o de un tercero, en razón de circunstancias de sufrimiento y dolor que se juzgan intolerables. El presente proyecto se refiere a esta obsesión en cuanto se realiza con asistencia médica y parece restringirse esta asistencia a la administración de una sustancia que cause la muerte, por lo menos así parece ser en el proyecto. Esta obsesión puede ser propia si es que el paciente es el que se administra a sí mismo la sustancia bajo supervisión médica o ajena si es el médico el que la administra. El proyecto parece referirse a ambas posibilidades. A su vez entendemos que puede ser voluntaria o involuntaria respecto de la voluntariedad del sujeto.
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que padece la acción eutanásica, evidentemente es voluntaria cuando él la solicita o ha manifestado su voluntad, es involuntaria cuando la decisión es tomada por terceros, independientemente de las circunstancias que lleven a esa decisión. El proyecto excluiría la eutanasia involuntaria, exige la manifestación de la voluntad o la voluntad presente al momento de la eutanasia. Luego la eutanasia, entendemos, podría ser activa u omisiva. Es activa si consiste en una acción que concurre positivamente a terminar con la vida del sujeto y es omisiva, en cambio, cuando consiste en la omisión de los medios necesarios para conservar la vida de un sujeto. El presente proyecto parece excluir la obsesión omisiva, aunque introduce una referencia al enseñamiento terapéutico, es decir, al abuso de medios extraordinarios para conservar la vida de un paciente terminal, que genera cierta equivocidad o ambigüedad en esta materia. En relación con los medios, con la distinción entre medios ordinarios y extraordinarios, es necesario hacer hincapié en el criterio de esa distinción. Son medios ordinarios aquellos que, sin graves dificultades o inconvenientes, ofrece la medicina en las circunstancias concretas del paciente. Y estos medios serían, en principio, siempre obligatorios. Son medios extraordinarios, en cambio, aquellos que, aunque en algún sentido estén disponibles, suponen graves dificultades o inconvenientes en las circunstancias concretas del paciente y, por lo tanto, no serían obligatorios. Se suele llamar enseñamiento terapéutico precisamente al abuso desproporcionado y pertinaz de medios extraordinarios, cuando ya la naturaleza muestra claramente la inutilidad o desproporción de los mismos. Sin embargo, la determinación del carácter rutinario o extraordinario de un medio, como ya ha anticipado el doctor Cotto, no puede establecerse a priori universalmente, sino que siempre pasa por una determinación prudencial del caso concreto del paciente, de las circunstancias clínicas, de la sociedad, etc. Esta distinción es bien importante porque, en la discusión global sobre la eutanasia, se ha dado muchas veces en torno a casos en los cuales esta distinción era lo crucial, pues se trataba de circunstancias en las que la muerte del paciente resultaba de la suspensión de medios evidentemente ordinarios, como la alimentación o la hidratación del paciente. El presente proyecto me parece a mí es ambiguo respecto de este punto, aunque pareciera necesario concluir, por el principio de que quien puede lo más también puede lo menos, que si es lícito administrar al paciente una sustancia que le cause la muerte, parece que sería igualmente lícito simplemente dejarlo morir, es decir, la eutanasia omisiva. Por supuesto, quizás con el supuesto de que ese dejarlo morir no causa en el paciente más dolor que el que se quiere evitar. Pero parece que eso debería concluirse. Estas precisiones, que me parece que son importantes y que requieren cierta revisión del proyecto para que por lo menos tengamos claridad respecto de qué es lo que estamos discutiendo, me parece que revelan, en el fondo, una tensión o contradicción interior que a mí me parece insalvable y que creo que es importante hacerse cargo de ella, indispensable hacerse cargo de ella. Esta tensión, creo yo, es la que se advierte entre la definición de las condiciones y requisitos objetivos para solicitar la eutanasia, por una parte, y la plena autonomía del individuo que la solicita, por otra, aunque esta plena autonomía está de algún modo incorporada en esas condiciones o requisitos. A su vez, las tensiones que voy a describir respecto de esto, creo que plantean una gran dificultad al argumento de la compasión, que se grime frecuentemente en esta misma comisión y en general el debate público. Efectivamente parece que el impulso de la eutanasia tiene un sentido compasivo frente al dolor insoportable de un tercero. Vamos a estas tensiones. La enumeración de requisitos y condiciones para poder acceder a la eutanasia, entre los cuales se encuentra la autonomía del individuo que la solicita, implica evidentemente que no basta la sola autonomía. No cualquiera puede solicitar la asistencia médica para morir, sino solo, cito el proyecto, una persona que padece problemas de salud graves e irremediables, lo cual se da cuando... ¿Se le ha diagnosticado una enfermedad terminal o cumple las siguientes condiciones copulativamente? A. Tiene una enfermedad o dolencia seria e incurable. Su situación médica se caracteriza por una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades. Esto era B. C. Su enfermedad o dolencia o la disminución avanzada e irreversible de sus capacidades le ocasiona sufrimientos físicos persistentes e intolerables que no pueden ser aliviados en condiciones que considere aceptables. Frente a esta descripción me parece a mí que es necesario preguntarse, en primer lugar, el porqué de la restricción. Es decir, por qué restringimos la eutanasia, la asistencia médica para morir, solo a los casos en los cuales se dan estos requisitos o condiciones. A mí me parece innegable que lo que se haya implícito...
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en tal restricción, es la consideración del valor intrínseco e inconmensurable de la vida de una persona. En general entendemos como sociedad, más allá de nuestras divisiones o diferencias sobre cuestiones puntuales, entendemos como sociedad que la vida no es algo de la persona, de lo que va a disponer libremente, sino que es la persona misma, ¿no? Y que la afirmación de la dignidad de la persona es equivalente a la afirmación de que la vida personal tiene valor y sentido. Por ello estamos dispuestos a restringir la autonomía individual. Después de todo no somos una sociedad predominantemente libertaria, entre otros motivos para impedir que las personas reduzcan su vida a objeto disponible, negando con ello la universal dignidad de la persona. Por ello prohibimos que alguien se someta libremente a experiencias degradantes como sacrificios humanos, prácticas caníbales o experimentaciones científicas deshumanizantes. Pero si este es el motivo de la restricción, entonces es necesario hacerse una segunda pregunta. ¿Cuáles son las razones por las que quitamos la restricción en las hipótesis de hecho en las que se autorizaría la eutanasia? La respuesta parece sencilla. Se trata de una situación en la que el sujeto padece sufrimientos físicos persistentes e intolerables. La justificación de levantar la restricción, en consecuencia, se asocia a la compasión. Sin embargo, esta justificación, me parece, esconde una tensión hacia la contradicción. Si la conducta compasiva frente al sufrimiento persistente e intolerable es la de quitar la vida y con ello el dolor, estamos negando el fundamento de que haya restricciones en esta materia a la autonomía individual. Es que en efecto, lo que estaríamos afirmando es que no toda vida tiene sentido y valor intrínseco, sino sólo aquella que está libre de un cierto dolor con el que consideramos intolerable. No se trata de dudar de la intención compasiva de quienes promueven la intonacia, sino de advertir de una dificultad que me parece importante. Cuando a alguien que padece graves dolores le ofrecemos como alternativa la muerte, lo que estamos haciendo es confirmar lo que quizá él percibe, pero que nosotros sabemos o deberíamos saber que es un error. Que su vida ya no tiene sentido, que no vale la pena ser vivida, que no tiene valor intrínseco ni para él ni para los demás. El dolor evidentemente es una realidad terrible y no podemos juzgar a los que se ven enfrentados a él en los modos dramáticos en que aparecen a propósito de esta discusión. Pero como sociedad deberíamos fortalecer la idea de que esa vida tiene sentido más allá de su utilidad, y que ni el mayor de los dolores pueda arrebatarle su valor intrínseco. Esto fue lo que observó precisamente Viktor Frankl en su experiencia en Auschwitz. Ni la peor de las deshumanizaciones podía quitarle sentido a una vida humana. Al contrario, ese mismo dolor es el que permite muchas veces que se exprese de un modo incomparable el valor de la vida personal. Precisamente porque ya no hay utilidad que confunda así es que el don, el cuidado, la amorosa atención al que sufre, la paciencia de éste, la amistad desinteresada que une a los que están en medio del dolor revelan que aquí hay algo más. Es que hay mucho más. Hay una vida personal que es el mayor bien que podemos encontrar, llena de dignidad y sentido aún en las más terribles circunstancias. Por supuesto no hay comparación aquí, ¿no? Estoy señalando simplemente la necesidad de que tenemos que ponernos en la situación de que nos los liberaron, ¿no? ¿Habría tenido sentido frente a esas vidas despojadas de sentido por el dolor de la acción terriblemente inhumana de quienes los sometieron a esa condición? ¿Habría tenido sentido ofrecerles como fin del dolor la posibilidad de la muerte? ¿O más bien eso habría confirmado que esas vidas podían ser despojadas de sentido, ¿no? decirle a alguien que es mejor la muerte antes que soportar su dolor es confirmar, precisamente, me parece a mí, que es posible que una vida, en alguna circunstancia, carezca de sentido. Lo que como sociedad deberíamos hacer, lo que creo que hace, en la medida en que es posible, porque siempre, en concreto, todo esto es muy traumático y difícil, pero lo que intenta hacer una familia, en otras circunstancias, por ejemplo, con un hijo deprimido, eh Quien no ve el sentido de su vida es precisamente intentar mostrarle el sentido de su vida, acompañarlo, fortalecer la noción de que esa vida tiene sentido, no obstante las circunstancias difíciles por las que atraviesa. Nada más. Muchas gracias. Muchas gracias a usted, doctor Guido. Le ofrezco, por último, la palabra. Don Freddy Maureira, en representación de, así lo planteó, de su hija Valentina Maureira. También nos acompaña la diputada Musante.
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