Entonces, la orden del día. Esta sesión tiene por objeto recabar antecedentes relacionados con el mandato de la comisión. Para estos efectos asisten la presidenta de la agrupación Víctimas 2F Villa Dulce Crab, señora Elitch Jorquera Romero; la presidenta del comité de adelanto Akunkawa de Quilpué, señora Magali Amayay Bontequeo; la señora María Valencia Vivar, representante de la cooperativa de vivienda Alto Valencia; la señora Jackie Limberado Veas, en representación de la Coordinadora Villa La Unión; el señor Gustavo Sepúlveda Veras, representante del Movimiento Pobladores Organizados; y la coordinadora nacional de la defensa soberana, señora Jenny Fuentes Becerra.
En primer lugar, parte hablando la presidenta de la agrupación Víctimas 2F Villagurce Graf, señora Elitz cualquiera Romero, la cual tiene 15 minutos y que por cierto puede dividirlo como ella estime conveniente.
Por favor, señora Elitch, usted tiene la palabra. Bienvenida.
Ok, muy buenos días, muchas gracias por la invitación. Como bien lo dice usted, señor presidente, en esta ocasión hemos venido dos dirigentes de nuestra población. ¿Quién habla, Elitch Hurquera?
Y Cristian Roa también va a hablar de... los vamos a dividir, 10 minutos y 5 minutos. En primer lugar, voy a presentarles una diapositiva. Esta es la situación que tenemos nosotros. El objetivo de esta presentación es mostrarles a ustedes, como diputado, ofrecerles la visión clara y concisa en cómo está nuestro barrio el día de hoy, Villa Dulce Crab.
En esta diapositiva, voy a bajar un poquito, permiso, ahí está. En esta diapositiva, ustedes pueden observar la imagen satelital que evidencia la claridad, la magnitud que fue impactada nuestra población, Villa Dulce Crab.
En la siguiente diapositiva, que está aquí, ustedes pueden ver, visualizar la cantidad de casas que fueron dañadas. Que en este caso nuestra población tiene 53 casas que fueron dañadas en su totalidad. No vamos a hablar solamente de la destrucción total. 53 casas, las que ven las llamitas ahí, son las casas que se fueron pérdida total.
Para poder pasar a la siguiente etapa, nosotros como agrupación hicimos una encuesta a nuestros vecinos para dar datos actualizados. Se finalizó fines de mayo y buscábamos en qué situación están nuestros vecinos. Aquí se puede ver en el gráfico, que esta encuesta fue realizada a las 53 casas; sin embargo, por un tema de tiempo, solo pudimos recibir 39 respuestas, que equivale a un 75% de nuestra población. De ahí sacamos la muestra.
Acá muestra claramente que el 57% de nuestros vecinos está allegado hoy día. Es decir, que no está en la vivienda y está viviendo con parientes, amigos o redes que están a su alrededor. El 20% está arrendando, porque no somos hábiles para los subsidios, entonces no nos da el dinero para poder arrendar; por eso vivimos allegados. El otro porcentaje está viviendo en la casa de emergencia.
En la siguiente diapositiva pueden ver el rango de edades o rango etario de nuestro sector. Es claro que más del 57% de nuestros vecinos —si suman la tercera y la cuarta edad— equivale a adulto mayor. O sea, nuestra población es gente adulta mayor en su mayoría, 55%.
Tienen que pensar que nuestras casas son casas con recepción municipal del año 63, de Villa Dulce Crab, son refineros. Entonces somos gente obrera; sin embargo, no padecemos.
Dentro de las ayudas tempranas de habitabilidad que dio el gobierno, tenemos tres opciones. La primera ayuda que nos dio fue la famosa ficha FIDE, a la que el 96,2% de ellos pudieron acceder, porque también somos damnificados.
Como bien le dije en primera instancia, referente al daño total, el 96,4% de nuestra población tiene daño total. Solo se encuentran, como ustedes pueden ver, las cáscaras, el perímetro.
Y, como deben estar al tanto, la alcaldesa decretó demolición en nuestro sector por un decreto alcaldicio. Mandó a demoler; sin embargo, el 75% de nuestros vecinos no demolió, mantuvo su muro. Esos datos son muy importantes para su consideración.
Habría que agregar que la alcaldesa no tenía datos suficientes para ordenar la demolición completa. Lo hizo a base de temas generales, pensando en que iba a apurar el proceso; en realidad nos generó una ralentitud extra al proceso. Nosotros encargamos estudios de organismos técnicos y se vio que no era necesario botar todas las paredes. Por eso la gente que hizo el estudio y se apegó a esto no botó las paredes, porque no era necesario.
Hoy en día, como ustedes saben, Senaprés no dio casa de emergencia, en la cual el 30,2% de nuestros vecinos pudo optar.
Nuestras casas, nuestros terrenos están en declive, no son parejos; es un cerro. Frente al jardín botánico vivimos nosotros.
2% de nuestros vecinos que accedió, que cuente con luz y agua, un 62% tiene luz y agua. Y sin servicio hay un 38% que se encuentra viviendo en la casa de emergencia sin tener luz y agua. Eso es importante decirlo. Alcantarillado tampoco. Tampoco alcantarillado tienen.
La siguiente diapositiva podemos ver el plan de recuperación o el plan de reconstrucción que habla el gobierno. El Estado habla de un plan de reconstrucción.
Bueno, aquí las cifras son muy claras. El 26% de nuestros vecinos tiene un subsidio formalizado. Es decir que el gobierno… bueno, me gustaría aclarar que en octubre había un subsidio. Un subsidio teníamos hasta octubre del 2024. De 56 casas que somos nosotros. Uno. Ahora aumentó gracias al trabajo de don Patricio Coronado con su dupla.
Siempre cuando quieras hablar, el micrófono para que te identifique. Disculpe, mi nombre es Cristian Roa, también pertenezco al delegado de Villa Dulce y Crab. Y cuando hables, prende el micrófono para que quede en acta. Gracias.
Bien, como le vuelvo al plan de reconstrucción, tenemos un 26,4% de nuestros vecinos que puede optar o que se le entregó el subsidio, que viene siendo esto, la reconstrucción. De hecho, el 26,7% lo tiene presente. Esto es el subsidio. Esto es el subsidio. Esto es reconstrucción.
Luego de esos, porque el siguiente paso es vincularse con una empresa constructora. El 24% de nuestros vecinos está vinculado. Aunque algunos nos dicen que algunas empresas constructoras quebraron. Entonces no sabe cuál es la situación. Nosotros seguimos en un limbo burocrático.
Acá pueden ver ustedes también lo que se habla de la autoconstrucción, que de hecho Cristian, que es un vecino activo, que él es parte de esa autoconstrucción. No todos los vecinos pueden autoconstruirse porque tienen que tener recursos para hacerlo. Y nosotros tenemos que pensar que la gran mayoría son personas de tercera edad que tienen una pensión. Entonces no da para eso. Aparte tampoco somos atractivos para el banco. Y la tasa de interés, usted sabrá que yo hablé con la directora Nerida y le dije que nos diera, por lo último, unos créditos que sean blandos. Tampoco se dio el tema.
El 28,8% de nuestros vecinos pudo reconstruir.
En cuanto al pago posterior, solamente a la fecha tenemos dos, uno abajo y uno arriba, que se le haya devuelto la plata físicamente.
En cuanto a la gestión municipal, que pasa a la segunda etapa, el 22,6% está trabado en la municipalidad. Pero ojo con eso, porque el otro día, el día martes, fuimos a la municipalidad, hablamos con el director por ley de lobby, y él nos dice totalmente diferente. Dice que no está trabajado ahí, que es en serio. Entonces, para que ustedes vean cómo se van tirando la pelota entre una y otra entidad.
En cuanto a la presencia del Estado en nuestro sector, el gráfico… nosotros le planteamos cinco preguntas a los vecinos: uno, ¿cómo considera la persona el tiempo que ha tardado la solución?; dos, si está conforme con la solución que nos dio el Estado; tres, ¿cómo evalúa la información o retroalimentación que existe entre las autoridades y nosotros como pobladores o afectados?; cuatro, ¿cómo ha sentido la persona la presencia, si ha visto a algún representante en el territorio y si ha trabajado con nosotros de par en par?; y cinco, ¿cómo evalúa el trabajo en síntesis, en resumen?
Como ustedes pueden apreciar, la gráfica es notable: todas las personas, nuestros vecinos, obviamente, dicen que la totalidad no está de acuerdo con la ayuda o la respuesta que ha sido el Estado. Esta lámina es como bien llamativa e importante, porque para que ustedes sepan, post 2F, nosotros tuvimos casi un 10% de nuestros vecinos que han fallecido. Y no en condiciones que ustedes deben pensar; en las casas de emergencia han fallecido. ¿Creen ustedes que eso es justo y digno para una persona de tercera o cuarta edad morir de esa forma? Entonces ellos han muerto a la espera de una solución. Eso es lamentable.
Nosotros como agrupación siempre hemos estado preocupados de la ayuda. Si bien es cierto, para ustedes el tema psicológico, nosotros hemos hecho cartas, hemos mandado, porque ha habido vecinos que han querido atentar contra su vida. Para nosotros esto no fue un juego. Si bien es cierto, nosotros no prendimos el fuego, ¿cierto? No prendimos; sin embargo, nosotros estamos cargando las consecuencias. Imagínense, 17 meses llevamos esa carga.
Nosotros tenemos que seguir parando y nosotros somos como la segunda generación, somos hijos. O sea, nosotros podemos movernos, pero nuestros padres no pueden moverse. Y por eso hoy estamos aquí, para aclararle a ustedes cómo es la situación que se vive en Villa Dulce. Finalmente me gustaría resumir mostrándole un video que va a concluir. ¿Alguien puede, por favor, ponerlo? Porque aquí lo veo, pero ya no. Puse compartir. ¿Alguien se maneja en ese tema? ¿Un informático? A ver qué puso ahí. Es que no veo eso acá, por eso le digo. Aquí me parece muy diferente, mira. Mientras tanto parto yo, mientras arreglamos el video. Voy a partir. Sí.
Buenos días. Como dije, soy Cristian Roa, también soy delegado de la Junta de Vecinos de Villa Dulce Crav. Gracias a la investigación que se hizo en este mismo Congreso, por el diputado Laco Marcino, al cual le agradecemos, sabemos que existen responsabilidades del gobierno en lo que es el antes, durante e incluso lo que ha pasado después del incendio.
Hubo causas previas, por ejemplo, la falta de, ¿cómo se llama esto? Los famosos cortafuegos. Hay un montón de causas previas que no se hicieron.
Durante el incendio fueron muy ineficientes las gestiones que hicieron la gente que estaba a cargo de administrar los desastres.
La pregunta que yo les haría, y esto es como para el futuro, ¿hoy día estamos mejor que el 2F para asumir un desastre? Porque yo soy del área de ingeniería, pero yo sé que para preparar una persona que nos prepare para recibir un maremoto, un terremoto o un incendio tienes que tener competencias técnicas. ¿Tenemos esa formación de competencias técnicas en el país? ¿Ha salido gente a prepararse afuera para tener esas competencias técnicas? ¿O están poniendo gente a administrar emergencias por el amiguismo? Eso se los dejo como pregunta.
Posteriormente al incendio hemos escuchado bomberos en la prensa nacional diciendo que hasta el momento, pese a lo gigantesco y a lo dramático del incendio, no los han llamado a ninguna reunión. No hay un cambio de procedimiento. En este momento, si tuviéramos otro incendio, el día de hoy no tenemos mejor preparación que el 2F que pasó este tema. A un año y siete meses todavía no hay ni siquiera planes. No hay días de evacuaciones, no hay obras de mitigación, no hay nada. Por lo tanto, el próximo verano que se nos venga vamos a estar en la misma situación.
No se puede pensar que los organismos técnicos sean por cuoteo político. Tiene que ser un tema tratado con la seriedad que tiene el caso. Una persona que está destinada a guiar a la gente que está pasándolo mal tiene que saber lo que está haciendo. Creo que es de lógica.
El gobierno no ha aceptado hasta el momento la responsabilidad por lo que pasó. Si hubiera aceptado, como nosotros esperamos, para empezar no nos debería haber metido en un subsidio corriente de los que le da a cualquier persona que todos los años está postulando a subsidios. Nos meten en el mismo sistema. Eso significa que hay que postular, que tenemos que ser un postulador a ese subsidio. Cumplir con el papeleo, cumplir con todas las características de una persona que año a año lo pide. Pero nosotros somos quemados por culpa del Estado también. Hay responsabilidad del Estado. Entonces, ¿por qué nos metieron en el mismo sistema? Es algo que también el diputado Sánchez el otro día conversó. Muchas gracias.
El Registro Social de Hogares nos dijo en esta comisión hace días pasados que ellos tenían revisiones cada dos semanas del tema de cómo estaba la gente, caracterizarnos de nuevo. Nosotros hemos ido permanentemente...
a ver el registro social de hogares, porque hay, por ejemplo, cuando sacamos la modificación del 332, una de las necesidades que tenía el nuevo 332 era estar sobre un porcentaje del registro social de hogares. La mayor parte de la gente quemada no está bajo ese porcentaje, no lo entendemos, no sabemos por qué. Nosotros quedamos en la calle, estamos de allegado, la mayor parte de nosotros está sin trabajo, a producto del mismo incendio. Yo no tengo idea quién hace el... el... ¿cómo se llama esto? Quién ve en qué posición está cada persona, si lo harán con un software, no tengo idea, pero en realidad funciona pésimo, ¿ya? O sea, en este momento, que nosotros estemos dentro del 20% más rico del país, es un insulto, ¿ya? Y es un insulto que nos lo dicen cada vez que vamos y nos lo tiran en la cara.
¿Quieres partir con el video? Sí. Prende tu micrófono.
Ya. Aquí les vamos a dar un resumen de todo lo que ha hablado Cristian y hablé yo en forma de un video. He visto el dolor de quienes perdieron a un ser querido, su casa, que no son solamente los bienes materiales, son también los recuerdos, que también el esfuerzo. Los astereos no nos olviden. Les quiero decir que nunca, nunca nos vamos a dejar de ver. La propiedad, la realidad, la realidad, se va a quedar sola. Todos van a tener un reto donde ponerse de pie.
En este tiempo hemos mantenido una participación activa, promoviendo el diálogo con las autoridades, aunque la respuesta estatal es que se ha dado por la falta de coordinación, escasa voluntad política y anuncios sin una implementación efectiva. Es fundamental recordar que la reconstrucción no se limita a la edificación de viviendas, implica la restitución de derechos fundamentales, la recuperación de la dignidad humana y la garantía de condiciones de vida adecuadas. No puede haber paz mientras hay hogares destruidos. No puede haber justicia sin una reconstrucción verdadera.
Perfecto. Esto, aunque ustedes no lo crean, yo lo firmé el día viernes. Estas imágenes son del día viernes. Y lo hice el video que me ayudó mi hija el domingo. Y ayer lo finalicé. O sea, esto es reciente.
Así estamos viviendo nosotros hoy. Tenemos tres alternativas. Ustedes vieron las imágenes. Mira, esta es mi casa, la demolía. Los otros vecinos dejan el casco y 13 vecinos tienen casa de emergencia. Esa es nuestra realidad en Villa Dulce Crab.
Muchas gracias. Entendamos para terminar ese punto que Villa Dulce Crab es una población consolidada de 60 años. Estas son las casas que tienen todos los documentos vigentes y al día. No hay irregularidades. Me pregunto qué queda para la gente que está viviendo en campamento o que están en terrenos irregulares que van a usar esa justificación para no construirlo. Nosotros somos totalmente legales. Tenemos 60 años viviendo ahí mismo. Tercera generación de gente que vive ahí mismo y tampoco son capaces de levantarnos a nosotros.
También me gustaría, para terminar el punto que estaba llevando, que no tenemos idea de cómo están haciendo la caracterización del registro social de hogares. A nosotros no sabemos quién lo hace, cómo lo hace, no sabemos qué procedimientos, qué metodologías usan. No sabemos nada. Lo único que sabemos es que...
Cada vez que me va a preguntar, usted está sobre el 80%. Ayer salió un meme, decía quédate con el que te mire como el registro social de hogares, que siempre te ve rico. En realidad es una tontera, pero le da justo a lo que nos pasa a nosotros.
En este momento la reconstrucción está siendo guiada y llevada por los costos propios que está asumiendo la gente. Yo mismo me metí en un préstamo bancario para poder terminar mi casa. Soy un ejemplo. Yo fui al Banco del Estado a preguntar qué posibilidad había. Yo me quedé sin trabajo y no he podido trabajar a causa de este mismo incendio. Me dicen: no, porque usted no está trabajando. Obviamente no estoy trabajando, estoy tratando de levantar la casa. Entonces quedo bloqueado en Banco del Estado, recurrí a mi banco que es un poco más caro, el Scoucha, no es publicidad, pero en realidad se han portado bien, pero estoy pagando un interés normal. Es un interés que pide cualquier persona cuando se calilla con la tarjeta de crédito.
Cuando me llegue el subsidio, voy a tener que dedicar buena parte de ese subsidio a pagar los intereses del banco. Pero eso no lo habla el gobierno. O sea, van a ser recursos que voy a perder de los ya pocos 1.200 UF que nos están dando para la casa.
Voy a tocar un poco el tema de las calicatas, y lo voy a repetir. Cuando vino el desastre, yo me di cuenta a los días de que mi piso estaba totalmente destruido. Se quebró: estos pisos no estaban hechos para resistir ni calor ni terremoto, mucho menos aguas lluvias. Con las aguas lluvias se empezó a separar las grietas y comenzaron a hundirse algunas partes.
Hablando con un constructor, tuvimos que hacer calicatas efectivamente en la casa para tratar de discriminar por qué. Calicata se llama un hoyo que se hace en la tierra y se ve qué condiciones hay bajo el piso. Eso es para aterrizar un poco el tema técnico. Uno ve hacia abajo y yo veía agua, agua de la lluvia. Estaba lleno de agua mi piso de abajo y estaba degradado el piso.
¿Qué tuvimos que hacer? Como era invierno, tuvimos que reforzar las paredes y levantar el techo para que no entrara más agua. Y de ahí sacar todo el radier, levantar todo el piso, meter material de relleno, 12 metros cúbicos —no sé si alguien tiene una idea de lo que es eso—, es un montón de camiones circulando con carretillas, con tipos tirando adentro, aplanar todo eso y volver a hacer el piso radier. Eso es carísimo, pero no lo considera el Estado en las 1.200 UF. Cuando hicieron ese cálculo, las 1.200 UF eran para levantar desde la pared hacia arriba. Eso fue lo que nos dijeron innumerables veces y en muchas reuniones.
La población de Villa Dulce, como lo vimos en el video, es una población con más del 50 % de jubilados, que reciben 200.000 o 300.000 pesos de jubilación a lo más. No nos vamos a poner a hablar en esta comisión de lo malo que son las jubilaciones en Chile, pero sí pueden entender que esa gente, que es la mayoría de la población, no tiene dinero para rehacer ni las casas ni los enseres.
En algún momento Servio dijo que nos iban a entregar obras gruesas habitables. Obras gruesas habitables significa una casa en bruto, sin pintura, sin cerámico, sin piso, sin nada. Con una jubilación de 300.000 pesos, yo no sé, que es el mejor de los casos, no sé si alguien piensa que va a poder rearmar su casa después de la obra gruesa habitable, y mucho menos equiparla con muebles.
Fíjense que en estas casas, y es una anécdota, teníamos muebles de este tipo. ¿Por qué? Porque teníamos muebles antiguos, que se hacían como se construían antes los muebles. Vaya a ver un mueble hoy en día de un retail y se dará cuenta de que uno le pega y se desarman solos. No duran más de tres años. No, estas casas tenían muebles de muy buena calidad. No los va a poder recuperar nunca esa gente. Esa gente se deprimió: eran sus recuerdos, eran sus cosas. Eso no se lo van a devolver nunca. Yo veía con pena que la gente que se está muriendo es porque perdió sus recuerdos, su identidad. Eso no se lo va a poder recuperar el Estado y con las 1.200 UF mucho menos.
Por último, y les voy a dejar una reflexión. Como ustedes van a empezar a ver el tema de las leyes de catástrofe que nos pueden afectar de aquí en el futuro, yo quiero ver por qué en este desastre —porque no se puede calificar de otra forma— no pusieron ninguna página web. Para mí ponen página web hasta para hacer publicidad al retail, no les cuesta mucho. Era una forma fácil de ordenar.
Toda la información que iba a entrar para poder ordenar un poco. Por ejemplo, escuché en la noticia un tipo que estaba en España con una comunidad por ahí en Madrid, creo. Se juntaron entre todos y juntaron como 12 millones. ¿A quién se los mandaron? Nadie sabe ahora dónde quedaron todas las donaciones que iban de distintas comunidades, ya sea en comunidad o en estados, porque estados también nos mandaron. Pero hoy en día tú preguntas por la donación de tal cosa y todos se hacen los locos. ¿Por qué? Porque no había un sistema central. Si hubieran tenido una página web, habrían dicho, no sé, donaciones, listo, entra la donación. Ustedes mismos podrían haber hecho la fiscalización después. Pero no quieren organizar, no quieren ordenar. A mí me da la impresión que aquí el problema es que a río revuelto ganancia de pescadores. Me parece que mientras más desordenado haya estado este proceso, más gente hay que no da explicaciones, y eso me parece bastante grave. Se los dejo como una tarea para el futuro. Muchas gracias a ustedes.
Solamente quería agregar que, a propósito de la imagen, que quizá algunos otros colegas lo han notado, una de las cosas que quedó al debe en el proceso de demolición fue la demolición de los radieres. Se demolieron las paredes, pero no se demolieron los radieres, lo cual también tiene un costo adicional cuando llega el momento de reconstruir. Entonces voy a pedir el acuerdo, si es que hay acuerdo, para oficiar al Ministerio de Obras Públicas a fin de determinar por qué no se demolieron los radieres en el proceso de demolición que fue realizado hace varios meses. ¿Hay acuerdo? Perfecto.
Seguimos con la siguiente invitación a la Presidenta del Comité de Adelanto de Aconcagua de Quilpué, señora Magaly Abayay Huentequeo. ¿O podemos acumular tres? Y ahí hacemos una ronda de preguntas y después seguimos con los otros tres. Con el micrófono, por favor. Ahí la escuchamos.
Buenos días, honorables diputadas y diputados. Mi nombre es Magaly Abayay Huentequeo, presidenta del Comité de Adelanto de Aconcagua de Quilpué. Hoy estoy aquí en nombre de muchas familias que viven en condiciones precarias, en campamentos en los que algunos llaman tomas. Pero para nosotras y nosotros son nuestros hogares levantados con esfuerzo, con esperanza y con lucha.
Hoy me toca vivir uno de los días más duros de nuestras vidas. Una vez más tenemos que recordar lo que fue perderlo todo, lo que fue correr por la vida propia y por la de nuestros seres queridos, lo que fue ver cómo el fuego lo arrasaba todo sin piedad. Ese día comenzó como cualquier otro. Cerca de las 4 de la tarde, en un grupo de WhatsApp de la Junta de Vecinos de Pompeya Sur aparece un mensaje diciendo vecinos, junten agua, que se está cortando. No imaginábamos lo que se venía. El cielo se volvió rojo, luego oscuro, y en minutos ya no era un cielo. Era una amenaza. Se escuchaban gritos, pasos apurados, llantos, desesperación. Todo se volvía confuso. Apenas se podía ver ni respirar. Las explosiones comenzaron a sentirse. El fuego ya estaba encima. Se activaron las alarmas para evacuar, pero ya era demasiado tarde. Los autos colapsaron la única entrada, nuestra única vía de escape. El fuego avanzaba como si quisiera tragarse todo. El viento levantaba la tierra que nos azotaba la cara. El aire se volvió irrespirable. Y el calor, el calor era insoportable. Solo pensábamos en correr, salvar nuestras vidas. Algunas personas lograron escapar en sus vehículos. Disculpen. Otras, como mi familia y yo, huimos a pie, con lo opuesto, por los cerros que rodean Pompeya. Intentamos llegar a Pompeya Norte, pero también allí el fuego arrasaba. La población argentina estaba siendo devorada por las llamas. Los balones de gas explotaron uno tras otro. Era una escena imposible de describir. Era como una guerra, como un castigo. Era el infierno. Logramos rescatar algunos animalitos. Otros no tuvieron la misma suerte. Dos de los míos se murieron. Se devolvieron a la casa para refugiarse y no pude regresar por ellos. Tenía que cuidar a mi padre de 74 años, a mi hijo de 11 y a tres perritos más. Ese dolor vive conmigo y no se va. Vecinos de Alto Valencia nos ofrecieron agua, ayuda, humanidad. Y mientras tanto veíamos a lo lejos cómo las casas desaparecían una a una. Campamentos enteros borrados del mapa. A las 6 de la tarde más de 500 viviendas de los campamentos de Pompeya Sur desaparecieron. Solo unas 10 quedaron en pie. Las casas milagros les llamamos.
Es que increíble, los primeros en llegar no fueron las autoridades, fueron voluntarios, personas comunes y corrientes, solidarias, que vinieron de otras comunas, de otras regiones. Gente que lloró con nuestro dolor al ver la destrucción, gente que fue nuestro primer abrazo, nuestra primera ayuda.
Pero ahora, ahora estamos en otro tipo de dolor. Llevamos un año, cinco meses esperando respuestas, viviendo en la incertidumbre, en el abandono. Nos dejaron en el purgatorio. Y sentimos que las autoridades se han aprovechado de nuestro sufrimiento, que nos escuchan solo para la foto, para la cifra, para el discurso, pero no para cambiar nuestra realidad. Hemos participado en decenas de reuniones, hemos contado esta historia una y otra vez, pero las soluciones no llegan.
Honorables miembros de la Comisión, también quiero aprovechar este espacio para hablar con franqueza y desde la experiencia directa de que vivimos como comunidad. No venimos aquí a buscar compasión, sino para exigir verdad, justicia y respuestas reales.
Primero me gustaría referirme a lo que ocurrió en la sesión número 2, donde la Ministra de Desarrollo Social, Javiera Toros Cáceres, presentó una información en la que se asegura que se habían entregado recursos para los uniformes escolares de los niños y niñas afectadas. Con todo respeto debo decir que eso no es cierto. En nuestra comunidad nunca llegó esa ayuda. Tuvimos que recurrir al esfuerzo de nuestras propias familias, de la solidaridad de los vecinos, de donaciones para poder enviar a nuestros hijos al colegio con lo básico. Algunos incluso tuvieron que asistir con ropa prestada o inadecuada. Esa es la verdad, una verdad que duele cuando desde las instituciones se insiste en mostrar una realidad que no vivimos.
En segundo lugar, quiero referirme a la sesión número 4, cuando el señor José Murillo Collao, director general de Sval, declaró, y cito textualmente, nunca se cortó el agua. Eso también es falso. A las 16.12 de ese día, la presidenta de la Junta de Vecinos número 80 de Pompeya Sur, la señora Marisela Poblete, nos alertó que el agua ya se estaba cortando. A las 5 de la tarde ya no quedaba ni una gota. ¿Y por qué pasó eso si el incendio era en Peñuela, a kilómetros de nuestro sector? Quiero agregar algo aún más grave. En todo Pompeya Sur solo existen ocho grifos. En la población Nuevo Horizonte hay dos. Y en los fundadores dos, solo uno. ¿Cómo se puede enfrentar una emergencia con esa red tan precaria?
En la sesión número 6, la Cámara Chilena de la Constitución mencionó que había 1.862 familias disponibles en la oferta inmobiliaria. Y según ellos, fueron rechazadas por el Servio. No entendemos cómo fue posible. Nuestro campamento quedó prácticamente en el suelo. Solo 10 viviendas quedaron de pie. Con esa cantidad disponible, se podría haber reubicado todas las familias afectadas. Pero no, no se nos ofreció ninguna solución completa. Tuvimos que reconstruir, porque esperamos dos meses por soluciones y ninguna autoridad o entidad del Estado se nos acercó. Solo siete meses después, vinieron a hablar de un supuesto proyecto que lleva más de nueve años en espera de ejecución. Mirador Poniente se llama. Hasta hoy no sabemos nada concreto sobre él. Y lo más indignante, no se respetó el decreto 49 sobre la participación ciudadana. Nunca fuimos parte de ese proceso. Mientras tanto, muchas familias tuvieron que gastar todos sus ahorros y endeudarse para poder seguir adelante. Y después de meses de silencio, se nos intentó desalojar con amenazas, sin considerar que esto pudo haberse evitado. Simplemente… nos hubieran informado desde un principio y si nos hubieran entregado subsidio de arriendo mientras el proyecto avanzaba. Pero ahora ya tenemos nuestras viviendas.
Y por último, pero no menos importante, cuando ocurrió la tragedia, se solicitaron recursos para todos los afectados, incluidos los que vivimos en los campamentos. Las donaciones de particulares y los 8.000 millones de pesos aprobados se destinarían, en teoría, sin distinción.
Por eso y con mucha impotencia vengo a preguntar, ¿por qué casi no hemos sido mencionados en las sesiones? ¿Por qué no aparecemos cuando se hablan de los beneficios? ¿Acaso no somos personas? ¿No merecemos el mismo trato de quienes arriendan, de los allegados o de los que tienen viviendas regularizadas? Nos parece de una indiferencia dolorosa, porque nosotros también somos parte de esta sociedad y de la ciudad.
En nuestros campamentos hay niños, adultos mayores, enfermos, jóvenes, mujeres, hombres, personas. No somos menos por vivir donde vivimos. Y lo digo claramente, no somos distintos. Aquí también hay profesionales, hay matronas, enfermeras, estudiantes, universitarios, panaderos, mecánicos, electricistas, operadores de grúa, asistentes de pálvulas, comerciantes, cuidadores. Podría pasarme horas y horas nombrándolas a todos y a todas, quienes pese a la precariedad, seguimos de pie y trabajando por un futuro mejor.
Por eso exigimos respeto, exigimos que se nos mire de frente con la misma dignidad que a cualquier otra persona. Porque no pedimos vivir una tragedia, no pedimos ser olvidados, y aún así hemos sido los que menos nos hemos quejado. Ahora solamente queremos que se nos deje vivir tranquilos en nuestras casas. No queremos ser erradicados.
Esa tierra ya es parte de nuestras vidas. Lo único que pedimos es ser tratados con justicia, humanidad e igualdad. Nada más, pero tampoco nada menos. Por eso estoy aquí. No para dar lástima. No para pedir caridad. Estoy aquí para exigir justicia, para que este país no le siga dando la espalda a quienes viven en la fragilidad de la pobreza, en la informalidad, y no porque queramos, sino porque el sistema nos obligó.
Porque somos personas, somos familias, somos comunidad. Hoy les hablo como dirigente, sí, pero también como madre, como hija, como hermana, como mujer Diaguita Mapuche, porque a alguien que ya vivió el infierno no queremos seguir atrapados en este purgatorio.
Les hablo también como alguien que a pesar de todo se ha levantado, porque no nos hemos quedado esperando. Nosotras y nosotros nos hemos reconstruido con nuestras propias manos, con nuestros propios medios, con lo poco que teníamos. Como el ave fénix hemos resurgido de las cenizas. No solo nos pusimos de pie, le hemos aportado al Estado reconstruyendo nuestras viviendas con esfuerzo, con sacrificio y con dignidad.
Demandamos que nos den respuestas reales, que nos devuelvan nuestra dignidad que el fuego nos llevó, pero que también nos niegan con su indiferencia. Solo pedimos lo justo, la regularización de nuestros asentamientos mediante la ley 20.234 y la entrega de nuestros títulos de dominio con la integración urbana de los campamentos a la ciudad, para poder vivir de una vez por todas en paz, como cualquier otra familia de este país.
Les pido con la fuerza de nuestra historia, de la comunidad que represento y del pueblo, que no nos olviden, que no nos ignoren y que no nos nieguen lo que nos corresponde. Muchas gracias. Muchas gracias, doña Magaly Abayay.
No sé si alguien la acompaña o bien… No. No, que quiera agregar algo.
Entonces seguimos con la siguiente persona. La señora María Valencia Vivar, representante de la Cooperativa Vivienda Cerrada Alto Valencia. El botón negro que está justo al principio del micrófono.
Buenos días, honorables diputados y diputadas presentes a través de su intermedio. Presidente, me dirijo… Perdón. Ahí está. Me presento, mi nombre es María Bernarda Valencia Vivar. Vengo en representación de la Cooperativa Vivienda Cerrada Alto Valencia de Pompeya Sur, Comuna de Quilpué.
El propósito es exponer ante esta comisión que soy dueña exclusiva del predio denominado Resto Lote B, ubicado en Pompeya Sur, correspondiente a 66,7 hectáreas, cuya propiedad fue totalmente devastada por los incendios este 2 y 3 de febrero, arrasando todos los asentamientos precarios existentes dentro de mi inmueble.
Debo aclarar que mi propiedad la heredé de mi padre, quien fue hijo de Samuel Valencia y María Mena, dueños de 900 hectáreas que fundaron el casco histórico de la ciudad de Quilpué, poblaciones y calles que llevan sus nombres, y recordar población Mena y población Valencia, sin perjuicio de fundar otras más, como por ejemplo población Argentina, donde también conservo títulos de dominio inscritos por herencia, cuyo sector igualmente fue devastado en el mega incendio.
Por tal propiedad denominado Resto Lote B, es la última remanencia de mayor extensión correspondiente a mi familia, parte de la historia de este inmueble de la comuna de Quilpué, acreditada siempre por la lectura de las fojas corrientes inscritas ante el Conservador de Bienes Raíces.
También quiero recordar que mi madre, tras el fallecimiento de mi padre, fundó población Pompeya a título de dominio, que incluye mi nombre bajo posesión efectiva cuando yo apenas tenía 16 años.
Dicho esto, la propiedad donde está inscrita población Pompeya pasa a ser administrada por Coraditz en el año 1968 y por Servio, Quinta Región, a fines de la década de los 80. Estando yo en conocimiento de aquello, toda esta vez que estos hechos han ocurrido dentro de mi propiedad, que Servio y Quinta Región no puede desmentir.
Ahora ustedes se preguntan por qué cuento todo esto. La razón es sencilla. Se debe a que determinados funcionarios de Servio, Quinta Región, y ciertos militantes del Partido Comunista de Chile, a días del acontecimiento del mega incendio, llegaron al sector siniestrado a violentar e instrumentalizar a los pobladores, amenazando a los afectados del mega incendio que habitan en campamentos dentro de mi propiedad, diciendo mentiras tales como que yo los voy a desalojar a todos los pobladores en campamentos del sector porque puse un recurso de protección contra ellos por usurpación, instancia que es absolutamente falsa, pero generó un caos tremendo.
De todos los afectados. Luego, acto seguido, los mismos funcionarios de Servio, Quinta Región, y mismos militantes del Partido Comunista de Chile promocionaron a los afectados del mega incendio que no tendrán derecho a las viviendas de emergencia porque yo estoy defendiendo ante tribunales mis derechos de propiedad ante Consejo de Defensa del Estado contra Servio y Quinta Región. Cabe destacar que el Consejo de Defensa del Estado me ha defendido en otra cosa que no tiene nada que ver con esto.
Contra Servio y Quinta Región, argumentando a los funcionarios y militantes políticos que yo no soy dueña de la propiedad y que estoy intentando engañar a la gente respectivamente.
A todo esto yo les voy a decir, ellos han hablado pestes de mí. Servio no me conoce, no tiene idea de quién soy yo, porque yo he tratado de conversar con ellos y ellos no quieren conversar conmigo. No sé si me tienen miedo, no tengo idea, pero el caso es que ellos han hablado, han sido pero viejas cagüineras porque han hablado cosas horrorosas, pero horrorosas que usted no se las puedo decir acá de todas maneras.
Dichas mentiras son necesarias aclarar porque en honor a la verdad quiero hacer presente que Servio, Quinta Región, a partir del 2012 intenta robar mi propiedad mediante distintas comisiones de delitos administrativos y funcionarios en conjunto al apoyo dilatorio de tribunales y Contraloría, instancias que han culminado en una cuestionable sentencia redactada por la ministra Ángela Vivanco con argumentos absurdos y fuera de ley, como por ejemplo validar que se declaren actos administrativos expropiatorios irregulares para no pagar a los dueños las indemnizaciones respectivas y sigan reclamando eternamente el pago de los tribunales.
Es decir, no nos han pagado las indemnizaciones del Troncal Sur desde el año 2022, que está en este momento hasta en el cuarto juzgado de Valparaíso, llegó el año 2024, que debiera, lo hemos reclamado por todas partes, por todos lados, no nos han querido pagar.
Y el otro, el terreno grande que se tomó el Servio, que según ella era de ellos, que está en el segundo juzgado de Quilpué.
Pero mi madre murió a los 102 años esperando que le pagaran la indemnización del Troncal Sur. Mi mamá hasta los 101 años votó. Y entonces imagínense, ¿cómo estoy yo? Yo ya tengo 81 años. Entonces, ¿están esperando que yo me muera? No es mal que tengo hijos y nietos que podrían seguir con esto.
Pero yo lo encuentro que es ya una aberración del puerto de Don Bulque. Perdón.
Entonces, obviamente, por lo anterior queda claro que es un absoluto abuso del Servio. Duda que está bien documentado en mi caso y que más personas pueden ser víctimas de estas prácticas que ahora estoy socializando ante todos.
Entonces, obviamente, por los hechos señalados, he tenido que defenderme como cualquier persona que haría al ser vulnerado sus derechos de propiedad. Ya que a nadie le gustaría que funcionarios mediante actos administrativos corruptos y sin control declaren una expropiación que no les paguen a los dueños y luego de aquello se creen dueños de algo que no han pagado. Para mí es una mafia.
Por lo tanto, he denunciado mediante todas las instancias perspectivas esto, pero señores diputados y diputadas, por su intermediario presidente, quiero decirles que alarmantemente me han investigado razón por las que seguiré denunciando que todos los espacios públicos, posible por la gravedad que esto significa.
Sin embargo, aclarado lo anterior, cabe concluir que el real motivo de mentir de funcionarios y militantes políticos diciendo que no van a entregar las viviendas de emergencia a los campamentos afectados para el mega incendio, que vivan dentro de mi propiedad, amenazando además que serán desalojados.
Tenía por intencionalidad directa usar el malestar y vulnerabilidad social de las víctimas del incendio para que éstas fueran a protestar en las afueras del Consejo de Defensa del Estado y exigir mediante protesta social que el dominio de propiedad no corresponde a mi persona, sino que a Servio, Quinta Región.
Yo no sé cuándo lo compraron. Y de este modo yo dejé de demandar a Servio reclamando mis derechos.
Esto fue por grave hecho. Fue informado públicamente por las personas mencionadas ante los afectados del sector Pompeya Sur, diciéndoles que lo debían hacer porque era la única solución para obtener las viviendas de emergencia y si no lo hacían nadie más los podría ayudar.
Sin embargo, lo señalado es tan grave que el punto se transformó en un hito vivo de la historia local del sector que incluso agravó aún más la salud mental de las víctimas del campamento y se ha transformado en una locura, realmente ha sido una locura. Doloso no.