A la espera de poder comenzar la comisión, pero por respeto a nuestros invitados de hoy, vamos a partir junto a la senadora Proboste. Primero, para escuchar la exposición de los representantes del Centro de Estudiantes del Instituto Nacional de Chile en relación con el documento Compendio Histórico de Necesidades Educativas y Manifiesto Social del Instituto Nacional de Chile.
El centro de alumnos está compuesto por el señor presidente, don Matías Valdejo, la señorita Antonella Villalobos Ramos y Colombo Atobar Núñez, y los acompaña el profesor Claudio Reyes Durán.
Entonces, les voy a indicar que tienen contemplados 15 minutos de exposición. Ahí llegó el senador Kass, por lo que los invito a ponerse de pie. En nombre de Dios y la patria se inicia la Comisión de Educación.
Antes de que partan, como estamos en comisión, ahora vamos a pedir la cuenta al señor secretario. Presidente, en materia de cuenta, en primer lugar se ha informado de la elección del nuevo presidente de la red de universidades públicas no estatales G9, que ha recaído en el rector de la Universidad Federico Santa María, don Juan Lluís Eisman.
Luego, hay solicitudes de audiencia. Presidente, en primer lugar, se trata de un proyecto de ley que ya despachó la comisión, a saber, el proyecto de ley sobre convivencia escolar. El proyecto fue aprobado en general por la Comisión el día 4 de junio pasado y se fijó un plazo para recibir indicaciones hasta el 27 de junio a las 12 horas, es decir, hasta el próximo viernes. La petición de audiencia es de la señora María.
Anne Marie Hadwick, que es Presidenta de la Red de Colegios Asociados (RCA), agrupación que integra más de 40 instituciones educativas particulares privadas que en conjunto representan a más de 44.000 estudiantes a lo largo del país. Hago presente, Presidenta, en relación con este proyecto de ley, que durante la discusión en general de la iniciativa en la Comisión se recibieron y se escucharon los planteamientos de 15 instituciones, y que en el informe usted lo expresó en la relación del proyecto en la sala, en el que se constata quiénes habían sido estas instituciones convocadas. Posteriormente, el señor Edgardo Araya remitió un documento con su opinión y propuesta, basado en su experiencia de más de 20 años en educación, para contribuir al debate legislativo y solicitó ser recibido en audiencia. Finalmente, la presidenta de la Confederación Nacional BTF, Clarisa Seco, fue recibida en audiencia con el objeto de exponer respecto al protocolo sobre niños y niñas con necesidades alimentarias especiales (NAE), que, en su concepto, perjudica a los niños y a las unidades educativas. Eso es la cuenta, señor presidente. Gracias, señor secretario.
Presidente, yo quisiera plantear dos temas en la cuenta. Uno, referido a la situación ocurrida el día de ayer en un establecimiento educacional de la Región Metropolitana. No conozco perfectamente cuál es el establecimiento, pero no lo quiero mencionar para no seguir estigmatizando a una comunidad escolar. Me refiero a los hechos de violencia escolar. Creo que hoy en día no basta solo con condenar los hechos de violencia en las escuelas y en nuestra sociedad; tenemos que ser capaces de identificar cuáles son los elementos que están en la base y poder actuar para resolver estas dificultades, transformando efectivamente los espacios educativos en verdaderas escuelas de paz, en donde, cuando hay violencia, no hay aprendizaje, y cuando hay miedo, no hay futuro. Nosotros acordamos, señor presidente, poder convocar a expertos y expertas en temas de violencia escolar, de manera que sería urgente acompañar este proceso y que, desde la Comisión de Educación, seamos contribuyentes a un acuerdo mucho más amplio. Conocemos los esfuerzos que ha estado realizando el Ministerio de Educación, como se evidenció recientemente con el Cardenal Chomalí, y cada uno de nosotros está impulsando distintas iniciativas. Sin embargo, considero que la Comisión de Educación que usted encabeza puede ser un contribuyente importante para generar las condiciones que aborden precisamente los elementos fundamentales de estas situaciones de violencia.
Por otra parte, y a propósito de lo mencionado en la solicitud de Clarisa Seco, tuve la oportunidad de reunirme la semana pasada con las nueve confederaciones de los jardines, mediante transferencia de fondo, y comparto la profunda preocupación que me han manifestado las trabajadoras en el ámbito de la educación parvularia. Asimismo, lo he conversado con la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadoras de Atacama, que pertenece al gremio de Educadoras de Párvulos de JUNJI, en relación con el protocolo de alimentación inclusiva impulsado por la Subsecretaría de Educación Parvularia del Ministerio de Educación. Considero que este protocolo, y quiero ser muy clara, se implementó sin la participación de los gremios. A mí me llama la atención que, a pesar de que al gobierno le encanta presentarse con características de gobierno ciudadano, ninguno de los gremios fue incorporado en el proceso que dio origen a este protocolo de alimentación inclusiva, el cual se formuló con el propósito de avanzar hacia una alimentación que responda a necesidades alimentarias diversas. Quiero recordar que la alimentación entregada en los establecimientos educacionales de educación parvularia ha sido históricamente una garantía para los niños y niñas, tanto en términos de acceso como de calidad nutricional. El programa de alimentación de la JUNAEB ha jugado un rol fundamental en asegurar dietas balanceadas, suficientes y culturalmente pertinentes para la infancia, especialmente en aquellas familias que enfrentan condiciones de mayor vulnerabilidad. Es, por tanto, muy preocupante que este nuevo protocolo promueva la entrega de alimentos desde los hogares, sin la garantía suficiente de inocuidad ni la capacidad adecuada del personal encargado de recibir y administrar dichos alimentos, lo que podría afectar gravemente la equidad en el acceso a una alimentación nutritiva y segura.
En la Ley de Presupuesto que aún está vigente, se han destinado recursos expresamente en la partida de la JUNJI para cubrir las necesidades alimentarias especiales, incluidas las alergias alimentarias. Entonces, por tanto, no se justifica que se derive a las familias la responsabilidad de resolver por sí mismas los requerimientos alimentarios de sus hijos e hijas que asisten al jardín. No solo es una medida excesiva, sino que también representa un retroceso en los estándares de seguridad alimentaria y de protección a la infancia.
Por otro lado, los gremios educativos han expresado su rechazo al nuevo protocolo por una imposición unilateral, sin la participación efectiva de las comunidades educativas ni de quienes sostienen día a día el trabajo pedagógico en los jardines. Por ello, se comparten los riesgos sanitarios que implica esta medida, riesgos que se derivan del protocolo suscrito por la Subsecretaria de Educación Parvularia sin la consulta previa a ninguno de los gremios.
Por lo expuesto, se solicita que esta Comisión oficie a la Subsecretaria de Educación Parvularia, a la Vicepresidenta de la JUNJI, al Director Ejecutivo de la Fundación Integra y a la Directora Regional de JUNAEP para que informen cuáles fueron los procesos considerados para la implementación de este protocolo y puedan enviar toda la información correspondiente. Asimismo, se propone definir una jornada en esta Comisión para recibir a los gremios y a la subsecretaria, dado que ella fue incapaz de sentar en mesa a los gremios, con el fin de que recapacite, ya que esta medida supone un retroceso en un sistema de alimentación que asegura una dieta balanceada para nuestros niños y niñas.
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Bueno, me parece relevante la solicitud realizada por la senadora por su intermedio y, al mismo tiempo, es necesario poner en contexto algunas cuestiones. En primer lugar, tengo una reunión en proceso de agendarse con los nueve gremios del sector parvulario, justamente para precisar la implementación y los ajustes que este protocolo pueda requerir.
Concuerdo en que enfrentamos un problema derivado del protocolo NAE, aunque también existía un problema previo relacionado con la inocuidad y los riesgos sanitarios, dado que la alimentación proviene de los domicilios sin garantizar la cadena de frío ni la inocuidad alimentaria en general. Por ello, el sector de las manipuladoras de alimento ha efectuado cuestionamientos respecto a la manipulación de alimentos que provienen del exterior, lo que implica riesgos sanitarios. Además, esta situación afecta tanto a los funcionarios como a las empresas que, en su giro, ofrecen un servicio de alimentación y no el procesamiento de alimentos.
En relación con lo expuesto por la senadora, se ha mencionado que no se estaría garantizando, por ejemplo, la atención a las alergias alimentarias; sin embargo, eso sí se garantiza. En el caso de la educación escolar se entrega una canasta de alimentación específica para celíacos y se han implementado otras innovaciones. Incluso, ya se ha pilotado una experiencia con estudiantes con espectro autista, a quienes se les entrega alimentación específica. Asimismo, en el Programa de Alimentación Parvulario (PAP) se asegura la atención a las alergias alimentarias y otros requerimientos.
Por último, al hablar de la aplicación del protocolo NAE, debemos reconocer que la discusión es más profunda, ya que involucra, además de las cuestiones de manipulación y de la acción de las educadoras, la responsabilidad de las familias. Cuando estas optan por alternativas de alimentación —como dietas veganas, vegetarianas, por razones religiosas u otras particularidades—, el PAP no responde efectivamente a esas necesidades. Por ello, es necesario debatir cuál es la garantía que debe corresponder al Programa de Alimentación Parvulario y, paralelamente, discutir el tipo de alimentación saludable y equilibrada que requiere un párvulo en su etapa de desarrollo inicial.
Esta discusión respecto a si un gremio u otro se siente menos cabado por la decisión. Creo que hay un tema de fondo respecto a la política de alimentación que hay que combinar también con esto, y eso fue un poco lo que yo conversaba ayer con Clarisa Seco y otras dirigentes con las que estuvimos conversando. La próxima semana vamos a comenzar una mesa de trabajo directamente vinculada conmigo. He hecho el punto. Le vamos a dar la palabra a nuestros invitados. También podrían aprovechar, antes de hablar, para presentarse y que quede el registro en las actas de la comisión. Además, ya que se planteó el tema de la alimentación, a ver si pudiesen hacer una observación desde el punto de vista de los usuarios.
Muy buenas tardes, Presidente. Quisiera saludar a todos los senadores aquí presentes y al Ministro de Educación, además de agradecerles por esta instancia. Somos del Centro de Estudiantes del Instituto Nacional. Yo soy el presidente del Centro de Estudiantes, Matías Valdés, acompañado por la vicepresidenta del Centro de Estudiantes, Colomba Tovar, y por nuestra Secretaría de Relaciones Públicas, Antonella Villalobos. Solicitamos asistir a esta sesión inicialmente para presentar el compendio histórico de necesidades educativas y el manifiesto social del Instituto Nacional de Chile. Creemos que es muy importante que siempre podamos hablar de educación y, en estas instancias, escuchar a distintos actores y a diferentes visiones de la sociedad. Agradecemos profundamente poder ser recibidos por ustedes. Acompañándonos, tenemos al profesor asesor Claudio Reyes. Relacionado con el tema que se menciona en nuestro compendio, hicimos una solicitud para que se pudiera subir la tasa de desayunos, almuerzos y onzas que se da por el sistema PAE en el Instituto Nacional, considerando la gran matrícula que tenemos. Pero hoy asistimos a esta sesión para presentar el manifiesto social.
Este compendio histórico, elaborado desde el Centro de Estudiantes del Instituto Nacional de Chile tras extensas jornadas de participación democrática directa de nuestras bases estudiantiles, refleja de manera unitaria las necesidades, inquietudes y problemáticas del Instituto Nacional, y ofrece una visión de la educación pública en general. Recoge distintas perspectivas para exponer las demandas comunes que compartimos, reafirmando nuestro compromiso con una educación caracterizada por la equidad y la excelencia educativa, y haciendo un llamado a la acción para enfrentar los desafíos que tenemos como vocación pública en este momento.
Como siguiente presentación, tenemos ya el primer punto de lo que constituye nuestro compendio y nuestro manifiesto social, relacionado con los SLEP. En estas jornadas de participación que hemos realizado, nos encontramos con una gran inquietud por parte de nuestras bases estudiantiles respecto al traspaso al SLEP, considerando los antecedentes existentes en otras regiones del país, en donde este traspaso ha resultado bastante complejo en el marco de la nueva educación pública chilena. Ante estas inquietudes, propusimos levantar tres demandas ante las autoridades pertinentes, en esta ocasión ante la Comisión de Educación del Senado, solicitando una mesa de trabajo con representación de las comunidades educativas durante los meses restantes antes del traspaso del SLEP, previsto para el 1 de enero de 2026, con el fin de llevar a cabo este proceso de la forma más adecuada posible.
Solicitamos, a largo plazo, contar con la participación estudiantil en el servicio local de educación pública, mediante los consejos locales, para instalar mecanismos que faciliten la formación de organizaciones estudiantiles representativas de estos espacios.
Por último, como principal punto por el que estamos convocados hoy, se plantea el servicio local de educación pública para liceos emblemáticos. Proponemos la creación de un servicio local de educación pública patrimonial para los liceos emblemáticos de la Comuna de Santiago, tales como el Instituto Nacional, el Liceo Javier Carrera y el Liceo de Aplicación, con el fin de resguardar su patrimonio y su valor histórico, académico y cultural. Estos establecimientos patrimoniales de la Comuna de Santiago cuentan con una trayectoria centenaria al servicio del país, trayectoria que se refleja en diversas regiones, donde cada liceo patrimonial ha brindado un gran servicio formando liderazgos y promoviendo la excelencia educativa.
Dentro de su territorio. Sin embargo, el actual modelo de administración no reconoce sus particularidades ni responde eficazmente a sus necesidades. Nosotros creemos que un servicio local patrimonial permitiría una gestión especializada con un enfoque en la identidad, en el liderazgo, en la calidad educativa y en la participación democrática, fortaleciendo el rol que tenemos en la educación pública y garantizando condiciones para estas comunidades educativas.
Ante esto se han levantado distintas inquietudes por parte de nuestras bases estudiantiles, como el hecho de que, en la comuna de Santiago, la concentración de matrícula supera los 10.000 estudiantes, sobrepasando incluso lo que sería el SLEP DAISEN, considerando únicamente los lisos patrimoniales sin contar todas las escuelas básicas. Además, se evidencia que en estos liceos centenarios existe una infraestructura que data de hace más de un siglo. Solo en el Instituto Nacional contamos con 34.500 metros cuadrados construidos, y pese a todos los años que tienen, la infraestructura se encuentra bastante debilitada y en crisis. Casos como estos se han presentado consistentemente: a inicios del año 2024, el Liceo 1 presentó inundaciones y filtraciones, y el Liceo Luisa Monati tiene su casco histórico inhabilitado desde 2019. En el Instituto Nacional seguimos evidenciando goteras producto de las lluvias, aun cuando no hemos llegado al invierno, lo que demuestra que toda la infraestructura, pese a su valor histórico, no está bien mantenida.
Ante ello, también se observan carencias de recursos en la educación pública de la comuna de Santiago. En el Instituto Nacional, la falta de recursos humanos es crítica, pues hay escaso personal para la mantención de baños y salas, y sólo unos pocos prevencionistas de riesgo para 44 establecimientos, lo que, al compartir funcionarios entre ellos, genera un importante atraso en la solución de problemas que deberían atenderse de inmediato, afectando gravemente la educación.
Asimismo, preservamos una historia patrimonial tanto material como inmaterial en los establecimientos de la comuna de Santiago. En el Instituto Nacional, el decreto 337 del Ministerio de Educación lo establece como un monumento histórico, respaldado por libros que datan de hace más de 500 años y un archivo histórico. Esta infraestructura antigua y las tradiciones educativas que se han consolidado a lo largo de las décadas merecen ser cuidadas mediante el servicio local de educación pública de los liceos patrimoniales, en miras de generar una gestión especializada que reconozca la identidad histórica, académica y cultural de los liceos emblemáticos, siguiendo lo declarado en la ley 2040 sobre los servicios locales de educación pública, que considera los proyectos educativos institucionales y las necesidades de cada comunidad educativa.
Siguiente, por favor.
Ante ello, planteamos distintas inquietudes relacionadas con el sistema de admisión escolar, tema que ha sido tratado en las Comisiones de Educación del Senado. Proponemos que los establecimientos patrimoniales del futuro EES tengan la facultad de definir el porcentaje de selección y los criterios asociados, considerando su carácter histórico, la alta demanda y los proyectos educativos de excelencia, permitiendo una admisión coherente que garantice equidad, mérito académico y continuidad en su rol formador de liderazgo público.
Contamos con antecedentes desde la implementación del SAE, que ya lleva casi 10 años, en donde se ha evidenciado una baja en los resultados estandarizados de la educación pública. Esto fue mencionado en distintos boletines generados por esta misma comisión, en los que sólo tres de los mejores 100 puntajes PAES de 2023 provinieron de establecimientos públicos. Además, el SAE enfrenta una alta demanda, con postulaciones que superan ampliamente las vacantes disponibles para 2024; la lista de espera para ingresar a nuestro establecimiento en el nivel de primeros medios equivale a más de 400 solicitudes. Paradójicamente, este fue uno de los primeros niveles en experimentar una reducción tanto en los cursos por nivel como en la cantidad de estudiantes por curso.
Producto de lo anterior y en el marco de recuperar el mérito académico —no solamente entendido como una nota 7, sino en su amplitud, incluyendo buena asistencia y actividades extracurriculares— se propone que los establecimientos de este servicio local de educación pública patrimonial tengan la capacidad de definir el porcentaje de selección y los criterios asociados que deseen aplicar.
Siguiente, por favor.
A su vez, consideramos que estos establecimientos educacionales deberían poder...
La autonomía para poder elegir el tipo de jornada, ya sea completa o dividida según las necesidades de la comunidad educativa, es fundamental. Esta flexibilidad permitiría adaptar la organización escolar a las características y demandas específicas de cada establecimiento, mejorando la calidad del aprendizaje y el bienestar de estudiantes y docentes. Bien sabemos que, desde 1998, se impulsó lo que sería la Jornada Escolar Completa, de la cual, dentro de la comunidad del Instituto Nacional, estamos en contra y queremos buscar seguir manteniendo la jornada de mañana y de tarde, considerando la historia y las tradiciones del Instituto Nacional. Justamente, el día de hoy, mientras veníamos entrando al Senado, nos encontramos con un institutano, y eso se repite en todas las instancias a lo largo del país. Siempre donde uno va se encuentra con un institutano, y nosotros queremos cambiar esto de la alta matrícula que tiene el Instituto Nacional, que ronda los 3.018 estudiantes, ya que implementar una jornada escolar completa perjudicaría el resguardo del patrimonio inmaterial y las tradiciones que caracterizan al establecimiento. Ante ello, se solicita que sean las comunidades educativas las que decidan el tipo de jornada, junto con el sistema de admisión escolar, de modo que la comunidad patrimonial pueda elegir sobre su jornada y, de esa forma, resguardar el proyecto educativo histórico y adaptarlo a sus necesidades, fomentando una formación integral sin imposiciones homogéneas que desconozcan su identidad y su trayectoria institucional única.
Como siguiente punto, relacionado con el sistema de financiamiento de la educación pública, nuestras bases estudiantiles han expresado preocupación por el actual sistema de subvención escolar. Por lo tanto, se exige al Congreso de la República, al Ministerio de Educación y a los organismos que correspondan, iniciar mesas de trabajo con representación docente, estudiantil y gubernamental, con el fin de generar una reforma al sistema de financiamiento educacional. Creemos que cumplir esta demanda es esencial para construir un sistema de financiamiento justo, equitativo y acorde a las necesidades reales de la comunidad educativa. La participación de docentes, estudiantes y autoridades permitirá una reforma legítima, inclusiva y sostenible que priorice el bienestar y el desarrollo integral del estudiantado.
Asimismo, se exige que se derogue o modifique el decreto 618 del Ministerio de Educación de 1966, el cual impuso el nombre del general José Miguel Carrera al Instituto Nacional sin una consulta democrática ni la participación de la comunidad. Este cambio, impuesto durante la dictadura, vulneró la institucionalidad republicana del Instituto Nacional, por lo que se exige permitir que la comunidad defina su denominación y, si lo estima necesario, se opte por el nombre del general Samuel Carrera o por la figura de Fray Camilo Enríquez. Lo que se pide principalmente es que la comunidad íntegra del Instituto Nacional participe en la decisión sobre si el establecimiento mantendrá algún nombre o no, entendiendo que durante la dictadura se soslayó la institucionalidad democrática al elegir de manera unilateral el nombre del general José Miguel Carrera, quien, cabe recordar, no fundó ni participó directamente en la creación del Instituto Nacional. Su vínculo con la institución es un mito originado por un decreto confuso de 1813 y reforzado durante la dictadura mediante el mencionado decreto 618.
Eso sería la presentación. Muy bien preparado, dentro del tiempo acordado. Felicitaciones y buen trabajo a los profesores. Ofrezco la palabra. Yo quisiera hacer una consulta. Entiendo el proyecto como tener un SLEP, digamos, que sea acorde a la trayectoria de los establecimientos educacionales, pero hay un punto: en los últimos tiempos, especialmente considerando los hechos de violencia que se han registrado en este establecimiento y que también afectan a otros, se está impulsando el proyecto de convivencia. Hay varios aspectos planteados, y tras sus intervenciones seguiremos discutiendo, con la posibilidad de restablecer el mérito como elemento de selección que contribuya a recuperar los rendimientos académicos de todo el establecimiento. Sin embargo, nos preocupa profundamente el clima de violencia que se vive en los establecimientos, y nos gustaría conocer su posición de primera mano.
¿Cómo lo viven ustedes en el día a día? ¿Cuál es el efecto que tiene en su vida diaria? Ustedes, que son dirigentes, también están expuestos a situaciones diferentes al resto de la comunidad escolar.
Buen día. Sí, es un hecho. Tenemos una problemática de violencia bastante arraigada en nuestra comunidad que data de hace muchísimos años y, a diario, convivimos con esto. Como mencionaba un presidente en 2019, presidente del Centro de Estudiantes, es parte de nuestra cotidianidad y, no por ello, está normalizado. Nos sigue resultando violento, nos sigue incomodando y continúa interrumpiendo nuestro proceso educativo. Es un hecho que estamos trabajando como comunidad para identificar y prevenir estas instancias y, ojalá, eliminarlas dentro de lo posible. Sin embargo, esta problemática no es exclusiva del Instituto Nacional; afecta a la mayoría de licencias patrimoniales, a la mayoría de licencias que tuvieron dificultades en 2019, etcétera. Entonces, sí, es un hecho.
Como centro de estudiantes mantenemos una estructura orgánica mediante la cual el propio estudiante puede aportar, así como lo hizo en la jornada de nuclearización, para ser representado en instancias como esta. El estudiantado cuenta con un método de representación. En tanto, estos sucesos de violencia no representan al estudiantado en lo absoluto, ni son un método de manifestación que, como centro, validemos, sino que, muy por el contrario, nos afectan a todos. Afectan proyectos como estos y, además, nos hacen sentir que la educación —nuestra educación y, especialmente, la del Instituto Nacional— necesita reorganizarse; hace falta realizar un diagnóstico sobre qué problemáticas enfrentamos y, sobre todo, encontrar soluciones.
Gracias.
Ofrezco la palabra al senador Kass.
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Gracias. Bueno, primero felicitarlo por acompañarnos el día de hoy. Quiero profundizar en lo que nos acaba de decir el centro de estudiantes, presidente, y preguntarle: ¿cómo ven ustedes alguna solución al tema de la violencia? ¿Qué creen que está fallando? ¿Cómo lo viven de manera más concreta en el día a día? Una cosa es decir “veo la violencia”, pero ¿cómo se manifiesta en términos más concretos, más allá de lo que uno ve en la televisión o en los noticieros? Esa es mi primera pregunta.
Y la segunda es: ¿por qué creen que, en el año 2005, el Instituto Nacional estaba rankeado en el número 9 a nivel nacional en los mejores resultados de las pruebas de ingreso a la universidad y, hoy en día, se sitúa en el 303? ¿Qué creen ustedes que pasó? ¿Cuál es su diagnóstico de por qué, siendo un establecimiento educacional de liderazgo —donde, desde el punto de vista académico, puede que se mantenga el liderazgo a pesar de las complejidades de la vida—, los números han cambiado de manera tan drástica? De repente, llenamos las discusiones de expertos en educación, sin interrogar a los estudiantes sobre su vivencia diaria. ¿Por qué creen que ocurrió esto y cómo podría, tal vez, revertirse?
Claro, sí. Dentro de la comunidad, estos colectivos salen a mitad de jornada, interrumpen las actividades y resultan ser bastante ajenos al entorno. Desconocemos quiénes son; ni siquiera tenemos la certeza de si forman parte de la comunidad o si son personas externas. Interrumpen la jornada, muchas veces sin emitir ningún comunicado o dejar claro su propósito, y la mayor parte del tiempo su accionar resulta totalmente errático y ajeno. Vivimos bajo esta presión y esta amenaza; no tenemos certeza de que sean estudiantes y, además, toda la comunidad les teme, lo que nos obliga a rechazar estas instancias, perjudicándonos.
Respondiendo a la segunda pregunta, principalmente creemos que se debe al cambio en el sistema de admisión escolar, el SAE. Es un fenómeno multifactorial: también influyeron la pandemia y los cambios en el sistema universitario, pero, sobre todo, el SAE. El Instituto Nacional dejó de recibir estudiantes mediante selección basada en pruebas, abriéndose a un sistema en el que cualquiera puede postular sin ese requisito. Como resultado —y también considerando la pandemia— ahora ingresan estudiantes de todo tipo que, en muchos casos, no poseen el currículum adecuado ni las capacidades necesarias; desconocen nuestro proyecto educacional y, a menudo, llegan únicamente por la narrativa, siendo ajenos en realidad al discurso que tenemos como institución. Así, a la hora de rendir pruebas estandarizadas, ya sea el CIMS o la PAES, enfrentamos un déficit, tanto por las clases en línea, por la pérdida de clases debido a disturbios, como por el hecho de que ahora existen estudiantes que no alcanzan el nivel académico que históricamente ha caracterizado al Instituto Nacional. El SAE, aunque cuestionable, permitía filtrar de alguna manera.
Que ingresaban, que eran parte del estamento y que muchas veces venían con aspiraciones propiamente académicas, que el INSS les daba las herramientas y que les permitía rankear nueve. A día de hoy esos estudiantes no son la mayoría; son un grupo que, aun teniendo las herramientas, escoge otros caminos, prescindiendo del discurso institucional y, a la hora de rendir pruebas rankeadas, terminamos en puestos más abajo o cambiamos este discurso académico. Muchas gracias, Ministro.
Gracias, sí. Pero también sumarme a las felicitaciones al Centro de Estudiantes. Me gustaría hacer una pregunta más al profesor, más que a los estudiantes. A partir de lo señalado por la estudiante, me entra la duda, pues la pregunta del senador Kast fue, por intermedio del presidente, e incluso se dio un marco temporal —del 2005 a la fecha, 20 años—. Y si uno traza una trayectoria hacia atrás, probablemente en el '95 no estaban nueve; quizá había tres o algún número mayor en el ranking. Entonces, creo que es bueno aproximarse a los diagnósticos.
Yo estoy muy de acuerdo, en general, con el impacto que ha podido tener el SAE como política pública a partir del momento en que se implementó. No creo que haya sido inocuo ni que no haya tenido efecto. Pero, claro, decir que el SAE es responsable de la caída de los resultados a partir del 2005, cuando ni siquiera existía la legislación y su implementación fue la última, es importante precisarlo. Porque uno puede equivocarse en los diagnósticos y todos creemos que, finalmente, el Instituto Nacional vuelva a recuperar el rol histórico que desempeñó en la formación, etcétera, y sería contraproducente que termináramos errando.
Creo que es muy importante, por ejemplo, mencionar que a partir del 2005 —o incluso del 2006— comenzó a visualizarse el problema de la violencia descontrolada y desmedida al interior de la comunidad educativa, lo que ha llevado a que muchas familias dejen de optar por ese proyecto educativo. Familias que, como señalaba también la estudiante y que me parece muy relevante, tenían una aproximación al proyecto educativo por razones históricas o familiares, ya que eran hijos de exestudiantes o tenían algún vínculo, lo que generaba la reproducción de una comunidad educativa con un ethos, con una identidad. Entonces, quisiera saber si esa opinión, tal como lo plantea la estudiante, tiene matices y si hay algunos elementos que quizás pesan más que otros. ¿Cómo lo evalúan ustedes desde la comunidad docente?
Muy buenos días. En primer lugar, extiendo mis saludos a todos y agradezco la oportunidad de poder estar presentes. ¿Nos estamos escuchando? Por protocolo, el presidente da la palabra. Hay una consulta que quería hacer la senadora Aravena, y le cedo la palabra.
Bueno, primero agradecer la exposición y pedir disculpas, pues yo estaba en otra comisión, también de Agricultura, y decirles que me pareció extraordinaria la preparación de ustedes. Es realmente muy interesante escucharlo, ya que todo está muy bien fundamentado. Agradezco, además, a Antonella por la valentía de hacer un diagnóstico muy certero. Como menciona el Ministro, es posible que existan matices y que, de hacerse un análisis prácticamente científico y con datos, se pudieran identificar otros factores. Pero lo que está claro es que hay que cambiar el sistema de admisión escolar. Coincido en que debemos tener la libertad de elegir, además del proyecto educativo, el sistema de admisión. De hecho, somos coautores de una idea que propuso el presidente para abordar este tema y, actualmente, estamos votando este proyecto, que, si bien no es lo ideal, es mejor que la alternativa existente. Efectivamente, cuando se menciona algo tan importante como el proyecto educativo y lo que cada familia requiere, es muy relevante, ya que puede suceder que una familia decida, por las condiciones propias de sus hijos o de algunos de ellos, que el tema de la excelencia no es lo prioritario, sino que opten por el arte o una educación diferente, pues quizá las capacidades no se reflejen en puntajes altos debido a que lo que desean estudiar o en lo que piensan dedicarse difiere de lo convencional. Pero hay otras familias que consideran que este proyecto educativo les hace sentido y el Estado debe…
la oferta para esas familias y decirles que el Instituto Nacional para gente como yo que venimos de regiones, yo soy de la Araucanía, fue el ejemplo de toda la vida que nos dieron a nosotros. Yo estudié en un colegio de cura, de católico, de excelencia; cuando alguien nos decía “podemos llegar a ser como el Instituto Nacional”, eso hay que cuidarlo mucho y es deber de ustedes, de los profesores y de nosotros también. Por lo tanto, yo quiero felicitar la pregunta, pero también felicitar la respuesta, ya que, como yo digo, nunca uno debe enamorarse porque no hay soluciones perfectas en ningún proyecto; pero claramente esto influyó y, lamentablemente, para mal, por lo que hay que hacer modificaciones, está claro. Gracias a ustedes y me imagino que se estudiará esto en el Ministerio, todo lo que están presentando, pero qué gusto escuchar que están interesados en mejorar las cosas. Más que reclamar, aquí presentan una propuesta. Yo encuentro que eso ya es un tremendo avance, así que muchas gracias.
Gracias, senadora Gravena.
Senador Kass:
Sí, bueno, nuevamente agradecer la sinceridad y la claridad de respuesta. Es impactante esto de los colectivos que, de repente, aparecen y, sin que se conozca quiénes son, entran a un establecimiento educacional para vulnerar el derecho básico de nuestros estudiantes, que es el derecho a educarse en tranquilidad. Se supone que el colegio, la escuela, debe ser un oasis de tranquilidad en el que los estudiantes puedan enfocarse en su bienestar socioemocional y sentirse en paz. Me quedó muy clara la respuesta a la importancia del SAI. Yo creo que fue un error tremendo, que espero podamos solucionar, por una razón muy simple: como usted bien dijo, en el fondo el proyecto educativo del Instituto Nacional era muy particular. No tienen que ser todos los establecimientos educacionales con el mismo proyecto educativo, pues pueden existir proyectos deportivos, educativos, proyectos artísticos; colegios que sean muy buenos para el arte. El Instituto Nacional tenía una tradición histórica de ser un proyecto de excelencia académica. Es posible que a una familia no le interese eso, y que hoy se opte por un colegio distinto, ya que actualmente hay mucha oferta. Por lo tanto, creo que fue un error haberle impedido al Instituto Nacional mantener ese proyecto educativo, que era histórico; en otras palabras, se destruyó un proyecto histórico y educativo.
Pero le quiero preguntar por otro elemento que creo que también influyó. Recuerdo que en su momento me reuní con muchos apoderados, familiares del Instituto Nacional, porque la alcaldesa Carolina Tohá empezó a hacer votaciones dentro del establecimiento para ver si se hacían paros o no, definiendo como política, que si la mayoría de los estudiantes votaba por el paro, se aceptaba. Considero una de las decisiones más curiosas que he visto, ya que, aunque se vote democráticamente, se vulnera el derecho a la educación; aun cuando un estudiante manifieste “yo quiero seguir estudiando”, nuestra Constitución ni siquiera los derechos humanos internacionales lo permiten. No hay nadie que pueda vulnerarle, así como el derecho a la vida y otros derechos, el derecho a la educación. Así, al someter a procedimientos supuestamente democráticos una práctica que para mí es completamente antidemocrática y que vulnera el derecho humano a educarse, muchos apoderados se cansaron de ver prácticas que, con supuestas buenas intenciones, terminaron destruyendo un proyecto educativo que tenía rigurosidad, seriedad, consistencia en el tiempo y resultados excelentes.
Además del SAI, que usted señala como elemento importante que quizás distorsionó el proyecto educativo, ¿qué rol jugaron estas decisiones políticas de someter a paro y paralizaciones? Recuerdo que hubo varias semanas, incluso meses, en los que no hubo clases, lo que afectó la educación, pasando de un ranking de 9 a más de 300 hasta el día de hoy.
Gracias, senador Kast.
Para finalizar, profesor:
Muchas gracias por concederme la palabra; disculpen mi desconocimiento inicial del protocolo. Quiero referirme a los distintos argumentos que han mencionado en relación al Instituto Nacional y expresar dos puntos de vista: primero, desde mi experiencia como profesor del Instituto Nacional y, segundo, en mi rol de educador al servicio de la educación pública. El Instituto Nacional, claro está, tiene una trayectoria incuestionable, de formación de líderes y de haber sacado talentos artísticos dentro de la educación de nuestros estudiantes. Es un proyecto muy...
En ese sentido, es muy integral también. Tenemos un alcance de cerca de 50 academias de formación para nuestros estudiantes y talleres que se forman tanto en lo cívico como en lo deportivo y en otras actividades. El tema de la violencia nos afecta no solamente en nuestro instituto, sino también en la comuna y en los distintos colegios; y, a nivel nacional, hemos sido testigos de que esta situación ha ido aumentando en los establecimientos.
En la realidad particular del Instituto Nacional, si lo llevamos a años anteriores, como por ejemplo el 2019, cuando las salidas disruptivas alcanzaban cerca de 100 personas y ocupaban el espacio educativo, hoy hemos visto que esa cifra se ha reducido considerablemente dentro de la comunidad. Es súper importante mencionarlo porque debemos tener constancia de los avances que se han logrado. Pasamos de 100 a cerca de 10 o 14 personas que generan disrupción dentro del mismo establecimiento, lo que evidencia el planteamiento y la forma orgánica en que se han trabajado las estrategias de apoyo para generar una comunidad más armoniosa.
Ahora bien, en cuanto a la calidad de la educación, lo que afecta al instituto no se limita únicamente a las salidas y a las interrupciones de clases de los estudiantes, factor fundamental, ya que en momentos de escalada de violencia se suspenden las clases para resguardar la integridad de todos. También se presenta la problemática de la continuidad de las clases que debe mantenerse en un establecimiento educativo.
Hemos afrontado, en un período cercano a tres meses, la falta de docentes para cubrir ciertos cursos; no había jefaturas ni profesores de asignatura, lo que no se canalizó adecuadamente desde el inicio. Esta falta de continuidad educativa se origina en una mala ejecución o en la ausencia de los profesores encargados de entregar el recurso educativo. Esto es sumamente complejo, ya que en algunas ocasiones los cursos han pasado el día completo sin contar con el adecuado acompañamiento docente. La ausencia de una figura que garantice la continuidad pedagógica afecta la transmisión de conocimientos y el clima educativo, dejando una impresión de difuminación en la figura propia de la educación. Cuando finalmente llega un profesor o profesora que retoma los lineamientos pedagógicos, es difícil concretarlos plenamente debido a la ausencia previa, situación que influye en comunidades que, en algunos niveles, están compuestas por 30 o 35 estudiantes.
Dentro de este contexto, y refiriéndome también a mi rol de educador, considero que parte de los ajustes que requiere la educación pública —especialmente en el Instituto Nacional, una comunidad considerable en cantidad de docentes (225 profesores, sumados a los funcionarios) — es enfrentar de manera transversal el tema de la violencia. Existe una carencia en la preparación en torno a normativas fundamentales, como es la Ley de Inclusión, lo cual afecta a algunos profesores del sistema. Es indispensable implementar acompañamientos que permitan desarrollar estrategias y herramientas para generar un mejor entorno escolar, y definir, desde la convivencia educativa, procesos que sean formativos y no únicamente punitivos. Si nos limitamos al enfoque punitivo, olvidamos un proceso importante, pues las manifestaciones de los estudiantes responden a realidades individuales, sociales y a situaciones de abandono, sin que dispongan de las condiciones necesarias en sus núcleos familiares, lo que se refleja en las salidas evidenciadas en distintos establecimientos.
Desde esa perspectiva, y basándome en mi criterio como profesor y en los debates mantenidos en nuestras comunidades docentes, creo que la educación pública requiere de un acompañamiento mayor, una preparación constante para sus docentes y un soporte permanente para sus estudiantes, ya que los problemas no se resolverán simplemente cambiando el sistema.