Se abre la sesión. Muy buenos días a todos y a todas, en especial, a la presidenta del Banco Central, señora Rosana Costa, y a cada uno de sus miembros.
Vamos a partir la sesión. Antes de partirla, el senador Rojo Edwards quería hacer una consulta a la Secretaría, así que le doy la palabra.
Muchas gracias, presidenta. Quisiera consultar a la Secretaría porque nosotros tuvimos una sesión con el director del Servicio Impuesto Interno, ¿no es cierto? Entiendo que fue el 2 de junio, si mal no recuerdo. En esa reunión se trataron varios temas. Uno fue la Operación Renta, que era, por supuesto, el tema principal, pero también se formularon varias preguntas al Servicio Impuesto Interno respecto al tema de contribuciones.
Entonces, quería preguntar si han llegado las respuestas de las preguntas consultadas, en particular, porque creo que las preguntas específicas se han hecho noticia públicamente de forma permanente. La pregunta es: ¿llegaron o no, y en caso de que no, se podrían volver a formular?
En esa oportunidad, usted formuló, creo, siete preguntas; no se despachó oficio porque no lo solicitó. Sin embargo, si ahora solicita el oficio, yo tengo registradas las preguntas. La verdad es que el director quedó comprometido a dar las respuestas, pero aún no lo ha hecho, y si le parece a la Comisión, podríamos mandar formalmente las preguntas para que se respondan.
De hecho, producto de esa sesión, estamos terminando en nuestro Comité un proyecto de ley sobre la materia, porque, obviamente, nos preocupa lo que está sucediendo con el tema de contribuciones y su impacto en la familia. Me parece pertinente que, dado que ha pasado tiempo suficiente y no se ha contestado como se comprometió, mandemos formalmente las preguntas.
Así que, si se acuerda, sí.
Perfecto. Si no hay nada más, pasamos al objeto de la sesión.
Yo estábamos conversando, Rodrigo, con el senador Galilea, perdón, con el senador Insulza. Siempre se me intercambian los nombres; esto es habitual. Conversábamos sobre un calendario tentativo para lo que va a ser la ley de presupuesto de este año, considerándose que la discusión se extenderá al próximo año, debido al acto eleccionario que tendremos entre medio, lo que hará que el calendario esté bastante apretado. Así que, después, les compartiremos el calendario y pediremos a la secretaria que lo distribuya para recoger sus opiniones y comenzar a organizarnos de cara a la discusión del presupuesto 2026, y, obviamente, la revisión de las subcomisiones del presupuesto 2025 y su ejecución. Para que sepan, ya habíamos venido trabajando en ello antes de intervenir.
¿Cómo está usted? Muy buenos días. Estimada Presidenta, le damos la palabra.
Muchas gracias, Presidenta, por su intermedio. Saludo a todos los senadores y senadoras presentes y quisiera comenzar a dar cuenta de los desarrollos macroeconómicos que contiene el Informe de Política Monetaria, publicado esta mañana, siendo este el segundo informe del año. Esta visión, presentada en detalle en el mencionado informe, se inserta en un contexto global que se ha vuelto considerablemente más incierto. El aumento generalizado de aranceles anunciado por el gobierno de Estados Unidos a inicios de abril ha tenido repercusiones relevantes en el escenario externo. Si bien los impactos de estos eventos en la actividad mundial aún no se evidencian, existe consenso en que serán negativos y afectarán con mayor fuerza a la economía estadounidense. Para el mundo emergente, en cambio, se estima que la magnitud de los efectos esta vez será acotada, en la medida en que las condiciones financieras han respondido favorablemente. Este ha sido un desarrollo que contrasta con otros episodios de incertidumbre, en los cuales el mayor riesgo debilitaba la demanda por activos emergentes.
El escalamiento del conflicto bélico en Medio Oriente, por su parte, añade otro factor de incertidumbre a este panorama. Se trata de un evento que se intensificó con posterioridad al cierre estadístico de este informe, el día 11 de junio, por lo que sus impactos no están considerados en el escenario central de proyecciones. Por ahora, desconocemos su alcance, desarrollo y eventuales impactos sobre la economía mundial y local, por lo que se trata de un factor a monitorear.
En el plano local, la actividad fue más dinámica en el primer trimestre, producto de la incidencia de algunos factores transitorios, mientras que la inflación ha evolucionado en línea con lo esperado y se han moderado los riesgos al alza que se habían levantado en la primera parte del año. El escenario central de proyecciones, que detallaré en unos minutos, no presenta grandes cambios respecto al entregado en el mes de marzo. Se sigue estimando que el producto evolucionará en torno a su tendencia en los próximos trimestres y que la inflación convergerá a 3% en la primera mitad del año 2026. A mediano plazo, la escalada del conflicto comercial y las tensiones bélicas en Medio Oriente y las disputas geopolíticas en general continuarán afectando el panorama económico, lo que ha elevado la probabilidad de escenarios más negativos.
Permítanme entonces describir los contenidos del informe, que constituyen la base que justifica la decisión de política monetaria y las perspectivas comunicadas en nuestra reunión de política monetaria del día de ayer. Como mencioné al inicio, el aumento de los aranceles anunciado por el gobierno de Estados Unidos a comienzos del mes de abril ha tenido repercusiones relevantes en el escenario externo. En el Informe de Estabilidad Financiera, presentado hace un mes ante esta Comisión, se destacó que ello ha implicado un alza considerable de la incertidumbre económica mundial, en un contexto en el cual se mantienen otros factores de riesgo, como los conflictos geopolíticos y el elevado endeudamiento fiscal que presentan algunos países. En el gráfico que se muestra a la izquierda, la línea representa la evolución del arancel promedio de Estados Unidos y cómo la tendencia había sido hacia una apertura comercial, con una disminución de los aranceles; los puntos señalados indican los aumentos arancelarios en Estados Unidos.
Tanto la magnitud de los anuncios como las diferencias que existen entre uno y otro son notables. Cuando miramos la línea punteada, corresponde al arancel promedio que se indica en el informe del mes de marzo de 2025. El rombo amarillo, que se encuentra en el medio de los tres rombos que aparecen, representa el arancel promedio después de los anuncios del día 2 de abril. El rombo azul, situado más arriba, corresponde al arancel promedio del día 12 de abril, luego de que se incrementaron a 145% los aranceles a China. Por último, el rombo rojo representa el arancel promedio al 11 de junio. Es decir, no solamente las medidas son significativas, sino que las variaciones entre un anuncio y otro también son de una magnitud relevante.
En el gráfico de la derecha se observa cómo ha cambiado la incertidumbre a nivel global utilizando dos indicadores. Uno, asociado al comercio global, es la línea naranja, que muestra el pico y un leve descenso, aunque el punto final sigue siendo bastante alto en comparación con la evolución previa. El otro, un indicador de incertidumbre económica (EPU), es la línea azul, que incorpora de manera significativa la incertidumbre global que se vive hoy en día. Es claro que el alza de los aranceles tendrá un efecto negativo en la actividad mundial; sin embargo, el desarrollo cambiante del proceso —incluidos anuncios, represalias de otros países y postergaciones— dificulta la evaluación final de sus impactos a corto, mediano y largo plazo.
De hecho, las autoridades estadounidenses han realizado distintos anuncios en las últimas semanas que no han tenido mayor impacto en los mercados globales, en parte debido a la incertidumbre sobre lo que prevalecerá tras dichos anuncios. La reacción de los mercados financieros globales no ha sido la habitual frente a eventos de alta incertidumbre, observándose un aumento en la percepción de riesgo de los activos financieros estadounidenses. Como se explica en uno de los cinco recuadros del informe de política monetaria, ello podría reflejar una menor predictibilidad del marco institucional y de las políticas públicas en Estados Unidos, sumado al deterioro de sus alianzas estratégicas históricas y a crecientes preocupaciones sobre la situación fiscal.
Asimismo, existe consenso en que Estados Unidos absorberá los principales efectos de los ajustes tarifarios, tanto en su actividad económica como en la inflación. En este escenario, y de acuerdo con la información conocida hasta el cierre estadístico de este informe, la Reserva Federal adoptó una posición de mayor cautela respecto a la tasa de fondos federales. Hoy en la tarde, el Comité de Política Monetaria de la Reserva Federal anunciará su decisión de política monetaria y actualizará sus proyecciones, lo que nos proporcionará mayor información al respecto.
Los puntos que se exponían aparecen gráficamente en los dos primeros gráficos de la izquierda. Se observa, en colores verde, verde claro y verde oscuro, la evolución en América Latina, donde el color oscuro refleja lo sucedido durante el COVID. En rojo se encuentra la representación correspondiente a Estados Unidos, COVID y lo ...
Los acontecimientos de la política comercial actual y podemos ver que, respecto de monedas en el ciclo actual, partiendo del día cero, que es cuando parte el evento ya sea del COVID o del anuncio arancelario, lo que pasa con las monedas, lo que pasa con el dólar, es lo que está en la línea roja. En este caso, se deprecia, contrario a lo que uno esperaba y a lo que sucedió con el COVID, en que la línea iba por arriba. Sucede exactamente lo contrario con América Latina. En este evento lo que hemos observado es que en América Latina las monedas se aprecian, a diferencia de lo que sucedió en el caso del COVID, en que las monedas se deprecian significativamente.
Cuando vemos lo mismo con las tasas, observamos también un comportamiento distinto. Lo que estamos viendo en el gráfico es que, en el caso de Estados Unidos durante el COVID, las tasas largas bajaron, porque la gente se refugiaba en los papeles americanos. En este caso, no se refugiaron en los papeles americanos y lo que sucedió es lo que refleja la línea roja de un tono más claro. Y si vemos lo que ocurre en los países emergentes, notamos que, mientras durante el COVID el riesgo penetraba en el spread de las tasas de interés de América Latina, en este caso el comportamiento no fue el mismo.
En el gráfico de la derecha, no voy a entrar en cada una de las áreas, pero se puede observar que el área amarilla muestra el nivel de riesgo que estaba incorporado, una medición presente en los mercados de la tasa de Estados Unidos, acumulándose desde el primer día, reflejada en la línea negra y descomponiéndose por factores de riesgo distintos. El riesgo amarillo, que aparece en la primera parte, refleja desde el inicio del año la preferencia por activos de corto plazo. Cuando hay un riesgo común, la gente busca refugio en estos activos. Este riesgo se reemplaza en el tiempo, a medida que aparecen las medidas arancelarias, por la línea azul, que indica cómo se están saliendo de los activos de corto y largo plazo desde Estados Unidos; por lo tanto, en ese momento la percepción de riesgo se sitúa en Estados Unidos y la actitud no es refugiaria en los activos financieros norteamericanos.
En el mundo emergente, el mayor riesgo relativo de los activos estadounidenses ha llevado a una evolución de las condiciones financieras más benignas de lo que se esperaría ante un shock de esta magnitud, incluido Chile. Así, los diferenciales de tasas de interés de largo plazo respecto de Estados Unidos han bajado en diversas economías, las monedas se han fortalecido frente al dólar y las bolsas han subido. En el plano interno, al igual que en otras economías emergentes, los impactos del conflicto comercial en la actividad no han sido significativos. La información de alta frecuencia no exhibe cambios relevantes en las tendencias previas del comercio exterior chileno, manteniéndose el dinamismo de las exportaciones e importaciones de bienes.
Además, los índices de confianza aún no dan cuenta de que la situación externa los esté permeando, al menos en proporción a los shocks que estamos observando. El gráfico de la izquierda muestra precisamente la evolución de las exportaciones y las importaciones, evidenciando una tendencia creciente sin reversión. En el gráfico de la derecha se presenta un indicador de riesgo tanto para empresas (en la línea verde) como para consumidores (en la línea lila), en el que, más allá de una baja en el margen, se observan movimientos frecuentes dentro del índice.
En cuanto a la inflación, el panorama ha evolucionado de acuerdo con lo previsto, mostrando una trayectoria de la inflación subyacente —es decir, aquella que no contiene precios volátiles— menor que la anticipada. De este modo, en mayo la variación anual del IPC total y subyacente alcanzó 4,4% y 3,6% respectivamente, en relación al 4,7% y 3,9% que se observaban en febrero, cifras con las cuales se cierra el informe del mes de marzo. En el caso del IPC subyacente, en su menor incremento incidieron particularmente los precios de algunos alimentos y de servicios. Los gráficos que ahora se están observando muestran el comportamiento del IPC y de distintos componentes. A la izquierda tenemos los agregados, siendo el IPC total representado por la línea azul.
¿Qué es el ponderado de su componente subyacente, es decir, aquel sin precios volátiles, y del IPC con los precios volátiles, que es la línea roja y que naturalmente presenta un ciclo mucho más pronunciado? Hacia la derecha se observa el comportamiento de distintos componentes: el IPC subyacente total, que replica el de la izquierda, y la descomposición entre bienes y servicios. Los bienes se representan con la línea más rosada, mientras que los distintos componentes de servicios aparecen en los otros colores. Se evidencia, entonces, que predomina el movimiento de los precios volátiles, mostrándose un incremento sostenido en el último tiempo. Por ejemplo, se incorpora el efecto de las tarifas eléctricas, en contraste con el movimiento más suave de la línea verde, que muestra los precios subyacentes y su tendencia a la baja más reciente.
En este plano, una noticia importante de los últimos meses ha sido la moderación de los riesgos al alza para la inflación que se habían levantado en la primera parte del año. Por un lado, las expectativas de inflación a dos años se han ido realineando con la meta del 3%; por otro, no se observa que los shocks de costos de trimestres previos estén provocando efectos de segunda vuelta superiores a lo previsto.
Respecto a los gráficos, a la izquierda se muestra el movimiento del tipo de cambio, representado por la línea azul, la cual, después de haber evidenciado alta volatilidad, ha tendido a apreciarse en lo más reciente. Asimismo, se observa que el petróleo y la gasolina han tenido un comportamiento que ha contribuido a disminuir las presiones inflacionarias, aunque parte de este efecto se ha estado revirtiendo en los días más recientes en el caso del petróleo. En el gráfico de la derecha se aprecia la evolución de las expectativas de inflación a dos años, medidas tanto por el mercado y operadores financieros, como por encuestas realizadas por el Banco Central y entre economistas. Tras un ligero movimiento a principios de año por encima de la meta del 3%, estas expectativas han retornado a niveles de 3% en lo más reciente.
En cuanto a la actividad, durante el primer trimestre se registró un dinamismo mayor al esperado, relacionado con el desempeño de sectores exportadores. En ese período, el producto no minero creció 1,2% trimestral en su serie desestacionalizada, en comparación con un 0,7% en el trimestre anterior. Destacó el aporte de la producción frutícola, industrial y pesquera, al que se sumó el buen resultado de varios rubros de servicios y del comercio, éste último impulsado por la mayor llegada de turistas extranjeros. Los últimos IMASEC mostraron cierta reversión de los factores de oferta, mientras que los sectores de servicios continúan dinámicos.
La línea del gráfico de la izquierda muestra la evolución del producto total en azul y la del no minero, que evidencia una tendencia creciente en torno al crecimiento de largo plazo, manifestándose una ligera aceleración en el primer trimestre de este año. En el gráfico de la derecha se observa la contribución de cada uno de los sectores del producto, destacándose en el último trimestre los servicios (en azul), el comercio e impuestos (en rojo) y, en verde, los sectores agro, pesca e industria.
Por su parte, la demanda interna ha continuado aumentando según lo proyectado, y el consumo privado volvió a expandirse en el primer trimestre, particularmente el de bienes. Esto se ha dado en un contexto de evolución mixta de los principales fundamentos del gasto: por un lado, los niveles de endeudamiento y la carga financiera continúan reduciéndose; por otro, los salarios siguen exhibiendo tasas de expansión elevadas asociadas a cambios legislativos recientes. El gráfico de la izquierda muestra el consumo privado con sus distintos componentes: los bienes durables en la línea naranja, que presenta un mayor movimiento y un ciclo más pronunciado; los bienes no durables en verde; y los servicios en la línea negra. A la derecha se refleja la masa salarial real.
¿Qué es lo que es la masa salarial real?
Lo que es la masa salarial es el ingreso que reciben desde el mercado laboral los hogares, ya sea a través de empleo o de salario. La suma del crecimiento del empleo y de los salarios alimenta el ingreso de los hogares y es lo que se muestra en ese índice que está a la derecha, evidenciando una tendencia al alza.
Respecto de costos laborales, el informe de percepción de negocio y la encuesta de expectativas y determinantes de precios sugieren cierto grado de preocupación en las empresas por la trayectoria futura de estos costos. Además, su incremento ocurre a la par de un mercado laboral en el que se observa una lenta creación de empleo y un aumento en la tasa de desocupación.
En el primer gráfico, se observa en azul la tasa de desocupación, la cual muestra una recuperación importante seguida de un crecimiento y una estabilización en niveles en torno a un rango entre 8 y 8,5 cuando se analizan datos desestacionalizados. La línea roja representa la participación laboral, que se ha ido recuperando tras la pérdida sufrida con el COVID, en dos sectores: la población de mayor edad y la población de menor edad, sectores donde se han registrado cambios con potencial incidencia futura. La línea verde indica la tasa de ocupación.
El gráfico de la derecha muestra la evolución del empleo, explicada por sus dos componentes: el empleo formal (en rojo) y el empleo informal. Se destaca que el empleo informal ha ido disminuyendo en beneficio de una mayor formalización, lo que se refleja en una tasa creciente de formalización en las estadísticas.
En el caso de la formación bruta de capital fijo, se observó una variación trimestral nula a inicios del año 2025, tanto en su componente de maquinaria y equipos como en el de construcción y obras. Sectorialmente, el dinamismo de la inversión minera contrasta con la debilidad de otros sectores. El gráfico muestra en negro la formación bruta de capital total (la inversión), en verde la maquinaria y equipo con un dinamismo mayor, y en rojo la construcción y obras.
El gráfico de la derecha es un indicador que permite visualizar el distinto comportamiento entre la línea naranja, que representa la inversión en el sector minero, y el resto de los sectores de la economía. No obstante, indicadores adelantados apuntan a un mayor impulso de la inversión hacia adelante. Datos de alta frecuencia sugieren que la formación bruta de capital fijo está teniendo un comportamiento más favorable en lo reciente, destacando el desempeño de las importaciones de bienes de capital.
Además, el último catastro de grandes proyectos de la Corporación de Bienes de Capital aumentó de forma significativa el monto de las inversiones presupuestadas para este y los próximos años, en particular en minería y en el sector energía, sumándose un volumen importante de iniciativas adicionales en proceso de tramitación.
El gráfico del catastro de proyectos de inversión, que utiliza colores distintos para diferenciar sectores, muestra en su línea completa el volumen total de inversión contenido en el catastro. A la izquierda se observa el catastro de la Corporación de Bienes de Capital, con montos quinquenales que evidencian una evolución positiva y una tendencia clara en el último tiempo, donde los sectores de energía (en amarillo) y minería (en rojo) son los más relevantes. Este catastro reúne, en general, proyectos de minería, energía y del sector inmobiliario.
El gráfico de la derecha muestra la evolución de los montos ingresados al CEIA (Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental) y, en este caso, se aprecia una evolución en la misma dirección, con una incidencia particular de los proyectos de hidrógeno verde (en verde), que son de alto monto y han ingresado recientemente al sistema de evaluación ambiental.
El total del catastro, que es el que informa trimestralmente la Corporación de Bienes de Capital. Pasemos entonces a las proyecciones. Como me interrumpieron, no sé si, colegas, debemos dejar que haga toda la presentación o ir interrumpiendo; porque, de lo contrario, yo preferiría que pueda terminar, y ya, perfecto, para luego hacer las preguntas. Gracias, Presidenta.
Pasando entonces a las proyecciones, permítanme detallar el escenario que contiene este informe. Destaco nuevamente que no se incluyen desarrollos posibles de la Guerra del Medio Oriente; estos eventos son posteriores al cierre estadístico de este informe, y su evolución es aún impredecible. Habiendo aclarado el punto, el escenario de proyecciones es similar a lo previsto en los últimos seis meses. Comparado con los informes de diciembre y de marzo pasados, se destaca un dinamismo algo mayor de la actividad en el corto plazo y una moderación de los riesgos al alza respecto de la inflación, con un plazo similar de convergencia a la meta de 3%.
No obstante, en el escenario externo, los riesgos han aumentado significativamente. El alza de aranceles anunciado por Estados Unidos es un evento inédito, de magnitud considerable. Hasta ahora, la reacción de los mercados financieros ha sido benigna y no se observan efectos reales relevantes. Sin embargo, no pueden descartarse escenarios en los que la situación externa empeore y los impactos negativos en la economía global sean mayores a lo esperado.
En el escenario central, las perspectivas para el panorama internacional contienen pocos ajustes. Respecto a marzo, el crecimiento de los socios comerciales se reduce en una décima en promedio para el período 2025–2027, llegando a 2,6%, con una revisión mayor en el caso de Estados Unidos. Esta corrección responde a dos factores principales. Por un lado, una parte significativa de los efectos del conflicto comercial ya se había recogido en el informe de marzo, cuando se realizó un recorte sustantivo del crecimiento proyectado para Estados Unidos. Por otro, la respuesta de los mercados ha mitigado el impacto del canal financiero. Así, en promedio, para los dos años, los socios comerciales pasan de 2,8 a 2,5; en el caso de Estados Unidos, en los años 2025 y 2026, de 2,1 a 1,4; en la eurozona, de 1,2 a 0,8; mientras que en el caso de China, las proyecciones son más estables.
Respecto de los precios de las materias primas, la proyección para el precio del cobre no se modifica, manteniéndose en torno a 4,3 la libra entre 2025 y 2027. La proyección del precio del petróleo es algo menor, aunque, como mencioné, esto no considera los desarrollos posteriores al cierre estadístico. Se muestran, de forma comparativa, la evolución del precio del cobre y del petróleo a través de los distintos informes, partiendo desde diciembre de 2024. Vemos que, en el caso del cobre, este último informe presenta incluso una trayectoria que se sitúa algo por arriba, pero se mantiene en torno a 4,3. En el caso del petróleo, se observa una baja en relación con los informes anteriores, lo que va indicando una mejora en términos de intercambio hasta el cierre estadístico, como se mencionó anteriormente.
El escenario central supone que el impacto de las tensiones comerciales en la economía chilena será acotado. El informe contiene un conjunto de recuadros que dan cuenta de la evaluación realizada para llegar a ese supuesto. En primer lugar, a la fecha sabemos que una fracción de los envíos nacionales a Estados Unidos están afectos al arancel del 10%. La información disponible muestra que el intercambio comercial con el resto del mundo no se ha resentido, y se estima que una eventual reorientación de las exportaciones a otros destinos podría hacer prever alcances menores en la actividad. Asimismo, la evolución más positiva de variables financieras, tales como las tasas de interés y la Bolsa, y el escaso deterioro de las expectativas de los agentes locales, anticipan efectos acotados en la inversión. De todos modos, de producirse un mayor escalamiento del conflicto en el Medio Oriente, podría darse un incremento de la incertidumbre global que afecte a la economía mundial y local.
En cuanto a la inflación,
Los desvíos de comercio reducirían los precios de algunos productos que importan a nuestro país. Esto se concentra principalmente en bienes durables, con un impacto negativo en la variación anual del IPC, estimado en el orden de 0,3 puntos porcentuales acumulados en el horizonte de proyección. En la tabla de la izquierda se muestra una información contenida en uno de los recuadros que acompañan el informe, donde se evalúan, considerando los factores globales de movimientos de flujos de comercio entre países, los efectos que puede tener en la actividad un aumento del 10% de los aranceles. Por una parte, se mide el impacto de las menores exportaciones de nuestro país a Estados Unidos, y por otra, se compensa con el efecto positivo de la colocación de esos mismos productos en otros mercados, así como internamente, generando un impacto neto en torno al 0,3%.
En el recuadro de la derecha se muestra cuál podría ser el impacto sobre la inflación del proceso de redistribución o reasignación de los productos que no puedan ser enviados a Estados Unidos, o que vean mermada su demanda en ese país, o que, por el lado de la oferta, se opte por redistribuir a otros mercados; en el caso de Chile, dichos productos se ubicarían en terceros países, generando una sobreoferta que podría llevar a la baja de los precios internos. Este impacto se estima en torno al 0,3%. Cabe señalar que todas estas evaluaciones tienen grados de incertidumbre importantes, pues el shock que se está experimentando, y su magnitud, es difícil de comparar con antecedentes previos. Además, la información proviene de reducciones de aranceles relativamente bajos, observados en el tiempo, generalmente en un solo país y no a nivel global, lo que añade mayor incertidumbre en comparación con otras proyecciones, aunque permite aproximarse a cómo podría impactar el shock comercial en las exportaciones, la actividad y los precios internos.
La mayor parte de los ajustes de las proyecciones de este Informe de Política Monetaria se origina en factores internos. El rango de crecimiento del producto para 2025 se revisa, pasando del rango inicial de 2,275 indicado en el informe anterior, al rango de 1,75 a 2,275 que se presentó en el informe de marzo. Es importante recordar que, a medida que avanza el año y se dispone de información efectiva, el tamaño del rango de proyección de la actividad se reduce; en este informe corresponde recortar 25 puntos base, siguiendo la tendencia del Banco Central de ir afinando su pronóstico.
La revisión del rango de crecimiento para este año se debe al mejor desempeño observado a inicios de 2025, lo que deja un mayor punto de partida para la actividad y una brecha del producto menos negativa en el corto plazo. Se espera que esta brecha converja a un ritmo de expansión coherente con su tendencia, a medida que se disipen los elementos transitorios que impulsaron el mayor crecimiento a comienzos de 2025. Así, para 2026 y 2027, los rangos de crecimiento del producto se mantienen en el intervalo de 1,5 a 2,5%, considerando tanto los efectos del deterioro del escenario externo como las perspectivas más positivas para la formación bruta de capital fijo.
El mayor dinamismo que se anticipa para la inversión estará centrado principalmente en grandes proyectos mineros y energéticos, cuyos montos presupuestados se revisan con especial énfasis a partir de la segunda parte de 2025. De esta forma, se mantiene la estimación de crecimiento de la formación bruta de capital fijo en 3,7% para 2025, mientras que para 2026 y 2027 se ajusta a 3,6% y 3,3% respectivamente. Los valores del informe de marzo eran de 2,2% y 3,3% respectivamente.
Y 2,9 también respectivamente.
El consumo privado continuará expandiéndose en torno al 2% durante el horizonte de proyección. El dinamismo de los ingresos laborales reales y la carga financiera de los hogares, entre otros elementos, darán soporte a esta parte del GAR. Es así como, si comparamos visualmente las proyecciones de los últimos tres informes, tanto para el consumo como para la inversión, lo que podemos visualizar en pantalla —en el cuadro adjunto y en el gráfico con las líneas que marcan las trayectorias, donde la línea roja corresponde al último informe— muestra que, en el caso del consumo, las proyecciones son muy similares y algo marginalmente superiores a las de los informes anteriores. En el caso de la inversión, también se observa un comportamiento superior, con una corrección más importante, particularmente respecto del informe del mes de diciembre.
En cuanto al gasto fiscal para 2025, el escenario central incorpora el crecimiento contemplado en el último informe de Finanzas Públicas, incluidos los ajustes administrativos señalados. De ahí en adelante, se consideran los gastos comprometidos que se indican en ese reporte.
Respecto de la inflación, la trayectoria no varía mayormente en relación con lo proyectado en marzo, por lo que se prevé que llegará a un 3% anual en la primera mitad de 2026. En ello se conjugan varios elementos: por un lado, una demanda interna algo más dinámica que se suma a niveles de tipo de cambio real algo más depreciados durante el horizonte de proyección; y, por otro, una menor inflación producto de los desvíos de comercio y de las mencionadas menores perspectivas para los precios de los combustibles. En este escenario, la inflación subyacente se ubicará en torno al 3% durante la última parte de 2025.
Las trayectorias estimadas, tanto para la inflación total, en el gráfico de la izquierda, como para la inflación subyacente, son las que se observan en pantalla, comparándolas nuevamente con el informe del mes de marzo. En este caso, el informe de junio aparece con la línea roja; se aprecia que, para la inflación total, las proyecciones son prácticamente iguales, mientras que, por el lado de la inflación subyacente, se refleja una diferencia en la base y la proyección, ubicándose hacia adelante algo por debajo de la trayectoria contemplada en el informe de marzo.
Pasemos a la política monetaria. Ayer realizamos la cuarta reunión de política monetaria del año 2025, en la cual se decidió mantener la tasa de política monetaria en 5%. En el comunicado que informó la decisión se señaló que, durante los últimos meses, la inflación ha evolucionado en línea con lo proyectado y se han moderado los riesgos al alza que se habían levantado en la primera parte de este año. Además, se indicó que la actividad ha sido mayor a lo proyectado. No obstante, los eventos recientes en Medio Oriente introducen una nueva fuente de incertidumbre, cuyos desarrollos podrían llevar a escenarios más complejos.
Respecto de la evolución futura de la política monetaria, se indicó que, de concretarse el escenario central de este informe de junio, en los próximos trimestres la tasa irá aproximándose a su rango de valores neutrales. Se agregó que se evaluarán los próximos movimientos de la tasa, teniendo presente la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias sobre la convergencia inflacionaria.
El Informe de Política Monetaria, en su parte de política monetaria, incluye el corredor de la tasa y escenarios de sensibilidad en torno al escenario central, los cuales marcan los límites superior e inferior de dicho corredor. Como es habitual, se incluye en el informe este corredor que da cuenta de los escenarios alternativos. Es importante reiterar que ni el escenario central ni este corredor implican un compromiso del Consejo respecto de la trayectoria futura de la tasa; su objeto es informar con mayor detalle las trayectorias posibles. Como acabo de mencionar, será la evolución de la macroeconomía y las perspectivas para la inflación las que determinen el curso de las decisiones del Consejo. En este informe, el borde superior del corredor, donde la tasa sería...
Mayor a lo considerado en el escenario central, representa una situación en la cual la demanda interna se fortalece más de lo previsto. Esto podría provenir de un contexto en que las confianzas de las empresas y de los hogares mejoren significativamente, ya sea por una disminución de las tensiones globales, mayores perspectivas de crecimiento local o una inversión cuyos efectos en el mercado laboral y los ingresos superen lo anticipado en el informe, en el escenario central del mismo.
El borde inferior del corredor, donde la tasa sería menor a lo considerado en el escenario central, corresponde a un escenario en el cual el panorama externo se deteriora, afectando negativamente la economía mundial y local. Esto podría ocurrir si se recrudecen las tensiones comerciales y/o la incertidumbre global alcanza niveles más elevados. Ello podría hacer que los mercados financieros retomen un comportamiento similar al de episodios pasados de aversión al riesgo, incluyendo entonces una depreciación del peso. Además de las repercusiones financieras y la caída de la demanda global, se sumarían los impactos de un mayor pesimismo de los agentes, con efectos a la baja en la demanda interna.
Los desarrollos del ámbito internacional también definen otros escenarios de sensibilidad que estarían al interior del corredor de la tasa de política monetaria. El shock de oferta asociado a la imposición tarifaria y los impactos de los debidos de comercio en la economía local podrían diferir de los contemplados en el escenario central, en particular en lo que respecta a la reacción de los precios de los productos importados por Chile. Entonces, el corredor que observamos, comparado con las líneas punteadas en rojo que indican el corredor anterior, se inserta aproximadamente dentro de ese rango, ubicándose algo por debajo del corredor previo en el mediano plazo, lo que sugiere una trayectoria similar a la de los dos informes anteriores.
Y ya para ir cerrando, permítanme, estimados senadores y senadoras, concluir esta presentación con algunas breves reflexiones. Desde hace largo tiempo, en nuestras exposiciones ante esta comisión, hemos destacado diversos factores del escenario macroeconómico. Por un lado, hemos evidenciado que nuestra economía ha resuelto los grandes desequilibrios de años previos, volviendo a crecer a tasas coherentes con nuestro potencial y controlando las presiones inflacionarias, más allá del impacto que representó el descongelamiento de las tarifas eléctricas durante el año pasado en el aumento temporal de la inflación. Por otro lado, hemos insistido en que, una vez superados estos desequilibrios, es necesario evaluar e implementar cambios que impulsen nuestro crecimiento de mediano plazo. Este se ha reducido a lo largo de la última década, y retomar una senda de mayor crecimiento de tendencia se ha convertido en una prioridad elevada, pues es el camino para mejorar las condiciones de vida de nuestros ciudadanos, contribuyendo a cumplir con sus expectativas y satisfacer sus necesidades. Es por ello que este tema ha formado parte de mis palabras de cierre desde mis primeras presentaciones ante esta comisión.
Otro elemento característico de estos últimos años ha sido la constante aparición de nuevas fuentes de incertidumbre. Hemos sido testigos de choques de distinto tipo y origen: globales, como la pandemia, la guerra en Ucrania, las tensiones comerciales y, en días recientes, la escalada en Medio Oriente; y locales, como el estallido social, los retiros de ahorros previsionales y la incertidumbre generada a partir de los procesos constituyentes. Hemos logrado enfrentar estos choques, amortiguar sus efectos y alcanzar nuestras metas, gracias al trabajo, al esfuerzo y a contar con un marco de políticas adecuado y creíble. Enfrentar un alza significativa de la inflación, causada en gran parte por factores internos, no fue tarea sencilla. Requirió una restricción importante de la política monetaria, complementada por la decisión del gobierno de detener ciertos estímulos al consumo –como lo evidenció la caída del gasto fiscal en 2022– lo que impidió que se generara un flujo que habría seguido alimentando a la economía.