Recuerden: muy buenos días, les ruego ponernos de pie, por favor. En nombre de Dios y de la patria, damos inicio a la sesión de la Comisión de Salud de hoy, martes 10. Partimos. Señor Secretario, le solicito que dé lectura a la cuenta, por favor. No hay cuenta, señor Presidente. Muchas gracias.
Iniciamos con la tabla del día de hoy. Quiero señalar que hoy tenemos más invitados, dado que ayer debimos posponer la exposición de la Asociación Chilena de Seguridad, a la cual agradezco que hayan vuelto a venir, además de contar con cuatro invitados expertos propuestos por los colegas de esta comisión.
Vamos a iniciar entonces una nueva sesión dándole la bienvenida a las autoridades ministeriales y a todos nuestros invitados. Muchas gracias por estar acá.
El proyecto de ley que está en primer trámite constitucional moderniza el Sistema Nacional de Servicios de Salud, fortalece el Fondo Nacional de Salud, crea el Servicio Nacional de Salud Digital, y otorga facultad al Instituto de Salud Pública de Chile y a la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud.
…sistema nacional de servicios de salud… y modifica otras normas de acuerdo al boletín N° 17.375-11. Esta mañana han sido invitados, y vamos a partir en ese orden: el gerente de la División de Asuntos Jurídicos y Corporativos de la Ciudad de Chile en la Seguridad, don Cristóbal Cuadra; acompañado por el gerente de la División de Servicios de Salud, don Ángel Vargas; y por la directora de Estudios de la Gerencia de Estudios Corporativos, doña Isabel Contruchi. También se sumó, en la exposición, el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de las Américas, el doctor Osvaldo Artaza; el investigador del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, doctor Álvaro Erazo, quien se excusó por problemas de salud; y la directora ejecutiva del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud de la Universidad del Desarrollo, doctora Paula Daza, que se conectará al final de esta sesión vía Zoom. Se excusó, además, la directora de estudios del IPS de la Universidad San Sebastián, la señora Carolina Velasco; la investigadora de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad Diego Portales, señora Daniela Sugg; y la directora del espacio público del área de Seguridad Social, de Salud y Pensiones, señora Paula Benavides.
Hago la lectura total de los invitados que habían estado comprometidos para el día de hoy y de sus ausencias, dado que era lo que teníamos previsto. Dicho esto, ya que fueron invitados por las señoras y señores senadores y confirmaron oportunamente, aunque siempre surgen imprevistos de última hora, veremos si podemos agregarlos más adelante. Los invitados permanentes, como ya hemos señalado para el debate de este proyecto, son siempre la ministra de Salud, la subsecretaria de Salud Pública, el subsecretario de Redes Asistenciales y el director de FONASA; son los privilegiados de este proyecto, pues nos interesa conocer su posición.
Ah, no me habían informado: don Jaime Espina, director de Ceravasta. Muy bien, le voy a ofrecer entonces la palabra para que inicie su exposición. Don Cristóbal Cuadra, don Ángel Vargas, doña Isabel Contruchi, yo no sé quién va a partir; usted, don Cristóbal, los tiempos son… muchas gracias; minutos más, minutos menos, para dar tiempo a las preguntas, por favor.
Muchas gracias, señor presidente. Saludo, por su intermedio, a las autoridades presentes y a los restantes miembros de la Comisión de Salud, y agradezco esta invitación para venir en representación del sector de prestadores y dar la posición de la Asociación Chilena de Seguridad, Mutualidad Administradora del Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, institución que también participa en el giro de la salud común.
Este proyecto, entre otras cosas, tiene por finalidad principal mejorar y modernizar el Sistema Nacional de Servicios de Salud. Quisiera resaltar una parte del mensaje del proyecto que se refiere a la modalidad de cobertura complementaria, indicando que esta es una demostración concreta de cómo, entre todos —prestadores, instituciones públicas e instituciones privadas—, somos capaces de construir un sistema de salud más equitativo en pos de las personas, igualando el acceso a una mejor salud.
Hoy venimos a compartir con ustedes dos experiencias concretas, dos iniciativas que no son teorías, sino que se han ejecutado durante los últimos años: una, por parte de la Asociación Chilena de Seguridad en materia quirúrgica hospitalaria, relacionada con la lista de espera; y otra, en el ámbito ambulatorio, donde se entregan atenciones en traumatología y salud mental, a precios correspondientes al nivel 1 de FONASA, es decir, el copago más económico que una persona puede pagar en el sistema público. Estas experiencias llevan años funcionando con excelentes resultados, y me acompañan hoy don Ángel Vargas, gerente de la División de Servicios de Salud, y doña Isabel Contruchi, para exponer en detalle dichas experiencias, esperando que esta ley constituya una oportunidad para consolidar este tipo de iniciativas y otorgarles reconocimiento legal también a nivel institucional, permitiéndoles mantenerse en el tiempo.
Así que, sin más, le cedo la palabra a usted.
No, yo tengo una palabra, pero con mucho gusto se la ofrezco a don Ángel Vargas. No, a Isabel... Ah, Isabel. Muy bien, muy bien.
A todos los presentes, nosotros venimos a explicar en unos pocos minutos qué es lo que aboca o cuál es la labor principal del sistema de mutualidades, que, como ustedes saben, somos parte del sistema de seguridad social del país. En particular, la Asociación Chilena de Seguridad es una institución sin fines de lucro y que está regulada como corporación de derecho privado por la ley 16.744 y otros normativos. Como explicaba Cristóbal, nuestra principal función es entregar prestaciones médicas y de rehabilitación a los y las trabajadoras de Chile. Estas prestaciones tienen cobertura total y gratuita para los trabajadores en el caso de enfermedades profesionales o accidentes laborales, ya sea en el lugar de trabajo o en el trayecto. La atención que nosotros entregamos se financia en su 100% mediante las cotizaciones de los y las trabajadoras y los empleadores de Chile. No hay copagos ni carencias en este seguro, y las prestaciones se priorizan por necesidad clínica, es decir, por criterios médicos y no por la capacidad de pago de los asegurados.
El sistema se estructura en función de tres principios fundamentales. Es un seguro universal, ya que todos los trabajadores de Chile están cubiertos, sean formales, dependientes o independientes. Es un sistema solidario, en el sentido de que no existen diferencias en las prestaciones que reciben los trabajadores por sexo, edad o cualquier otra característica, función o rol dentro de la empresa; todos reciben la misma atención médica en caso de enfermedad profesional o accidente laboral. Y, finalmente, no se imponen carencias ni copagos, manteniéndose el enfoque al 100% en la rehabilitación y en el reintegro de los trabajadores al mundo laboral. En síntesis, el sistema al que pertenecemos está diseñado para prevenir accidentes y enfermedades y, en caso de que estos se presenten, centrarse en la rehabilitación.
A continuación, presentamos tres de los principales indicadores de resultado con los que medimos el sistema. El primero es la tasa de accidentes, es decir, la cantidad de trabajadores accidentados en 12 meses de cada 100. Hace 10 años este número era de cerca del 7%, mientras que en 2024 es del 4,67%, lo que representa una reducción del 33%. En el caso de la tasa de accidentabilidad con tiempo perdido, la disminución también es del 33%, ubicándose actualmente en 2,4% de los trabajadores. Por último, el indicador de siniestralidad, que recoge los días de reposo laboral, muestra que en 2024 cada 100 personas trabajadoras tuvieron, en promedio, 55 días de reposo, en contraste con los 73 días de hace 10 años, es decir, se ha reducido el periodo de reposo en 18 días en promedio.
Estos resultados evidencian que, en los últimos diez años, el sistema ha logrado reducir de manera significativa los índices de accidentabilidad, lo cual consideramos un importante logro del sistema en su conjunto.
Ahora le doy el pase a Ángel Vargas, quien, como ya lo han presentado, nos explicará en detalle dos iniciativas a las que nos hemos abocado en los últimos años y que creemos pueden aportar a la discusión de este proyecto.
Muy bien, quisiera pedirles que se concentren en señalar las mejoras, modificaciones o acompañamientos que, desde la perspectiva de la institución, podrían incorporarse al proyecto de ley que estamos discutiendo, para aprovechar de manera óptima el tiempo. Independientemente de lo interesante que resulta el debate sobre las mutualidades, les agradezco su atención.
Muchas gracias, señor presidente.
Efectivamente, para contribuir al proyecto de ley que se está discutiendo, considerábamos que los principios rectores del seguro laboral y la forma en que se administran no han permitido desarrollar experiencias en salud común que beneficien al país, y por eso pensamos que era importante compartirlo. Por un lado, en la Cursión China de Seguridad hemos estado preocupados, y en la sesión de ayer surgieron, a través de preguntas de los señores senadores, dos temáticas muy importantes relacionadas con la patología musculoesquelética.
De origen no laboral y los problemas de salud mental, que explican parte importante de las situaciones que debe abordar el sistema de salud y donde las listas de espera son las de mayor magnitud tanto en tiempo como en cantidad de personas. Por eso, aprendiendo de experiencias internacionales, desarrollamos un modelo de trabajo en el que se empodera de manera colaborativa a médicos de atención primaria en temas de traumatología y a psicólogos en el ámbito de salud mental, quienes, de manera asincrónica y guiados por especialistas, son capaces de ser mucho más resolutivos. Por lo tanto, que este tipo de modelos sean reconocidos y puedan ser financiados por FONASA resulta fundamental para alocar mejor las capacidades de especialistas que existen en Chile.
De hecho, desde que obtuvimos la autorización del Ministerio del Trabajo para utilizar nuestro centro ambulatorio, sumado a las capacidades de telemedicina, hemos atendido a más de 400.000 personas a FONASA nivel 1 en todo Chile, tanto en salud mental como en temas músculo-esqueléticos, disponiendo de la capacidad de médicos de atención primaria, psicólogos y nuestros gimnasios de quimioterapia. En consecuencia, el rol que podemos jugar los actores privados complementando la salud pública a nivel nacional es fundamental. Este proyecto lo demuestra: el año pasado realizamos más de 251.000 atenciones y este año aspiramos a alcanzar 500.000, lo que, dada la eficiencia y el volumen en la atención, nos permite ser el prestador institucional a FONASA nivel 1, como explicaba Cristóbal, de lo más importante en estas temáticas. Además, la posibilidad de trasladar estas eficiencias a precio y calidad del servicio resulta determinante para los prestadores.
La Universidad Católica, a través del profesor Marco Singer, realizó un análisis sobre lo que implica llevar este modelo de atención colaborativa al sector privado, y demostró que, replicándolo, se podría redistribuir el 10% de las consultas de especialistas que actualmente se realizan en el sector privado y no participan en el sector público, lo que contribuiría a reducir en un 30% las listas de espera. Por ello, validar este tipo de modelos y la participación de organizaciones como la nuestra en el complemento a la salud pública puede ser un gran aporte, en línea con el espíritu del proyecto, como señalaba Cristóbal.
Otro ejemplo concreto se encuentra en las listas de espera quirúrgicas, en las que hasta el año 2018 los prestadores privados no colaboraban en su resolución. Como organización, hemos disponibilizado más de 500 cupos anuales para resolver estas listas y, en los últimos años, hemos alcanzado casi 50.000 personas con cerca de 11.000 cirugías. Aquí se evidencia nuevamente el principio de colaboración público-privada y la articulación, por ejemplo, a través de FONASA, de los prestadores privados, lo cual es fundamental para abordar este problema. No solo trabajamos poniendo a disposición nuestras capacidades, sino que, en conjunto con el Ministerio de Salud, FONASA y otras organizaciones privadas, elaboramos una lista de propuestas concretas para mejorar la colaboración público-privada y la velocidad en la resolución de las listas de espera.
Por lo tanto, volvemos a colocar sobre la mesa, señor Presidente, que el actuar de las organizaciones privadas puede ser crucial para resolver el acumulado de listas de espera, mientras el sistema público continúa trabajando en el fortalecimiento de los servicios de salud. Nuestro concepto siempre ha sido poner al paciente en el centro, para que este no tenga que esperar lo que, como país, demoremos en resolver los problemas de eficiencia y efectividad que enfrentamos.
Y trabajar en conjunto ambos sectores. En resumen, estamos convencidos de que la motolea –y particularmente una organización como la nuestra– puede aportar en la discusión de este proyecto de ley; por lo tanto, nos ponemos desde ya a disposición cuando se requiera, ofreciendo nuestra experiencia para construir el sistema de salud no solo desde la salud laboral, sino también desde la salud común, entendiendo que los trabajadores tienen necesidades comunes que atender.
Muchas gracias por aceptar nuestra presentación. Si cierran la presentación, se someterán a las preguntas o dejaremos las preguntas para el final. Ustedes podrían quedarse para juntar preguntas, ya que lo que proponen es más bien una propuesta estructural, más allá de lo puntual que pueda ser alguno de los cinco ejes del proyecto de ley. Podremos conversar. Por la misma razón, si desean opinar sobre el proyecto de ley, tienen un minuto para hacerlo o lo dejamos para las preguntas y respuestas. ¿Quieren ahora? Muchas gracias.
De manera muy sencilla, nuestra posición, en síntesis, es que el proyecto de ley adolece de una omisión: la posibilidad de reconocer y blindar, a nivel legislativo, la participación de instituciones como la mutualidad de empleadores en la prestación de salud común, cuando cuentan con la infraestructura y las capacidades disponibles. Traemos dos ejemplos de que esto se ha hecho; no es teoría, se ha realizado con gran éxito en precios FONASA nivel 1.
Nos parece un proyecto muy positivo para el país y, en gran medida, atendible en las atribuciones que concede al asegurador público. Sin embargo, mantiene una omisión importante respecto de prestadores que son corporaciones privadas sin fines de lucro, quienes en la práctica han aportado y formado parte de la solución. Obviamente, no pretendemos ser la solución a todos los problemas ni a todas las brechas de salud que enfrenta el país, pero sí podemos hacer nuestra parte. Ese es el punto, señor Presidente.
Senador Castro, senador Chaguán: Conceptualmente, este proyecto de ley, entre las misceláneas tareas que coloca en el debate, no incorpora la Ley 16.744 de accidentes del trabajo. Para precisar, este proyecto versa sobre ideas matrices que no provienen de dicha ley. Sugiero que sigamos adelante y entremos en el debate, ya que es distinto afirmar que el proyecto recoge exactamente esa dimensión.
Por otro lado, respecto a la complementariedad público-privada, es un tema que podemos discutir y es sano, pero no es lo que señala exactamente el proyecto.
Senador Chaguán –continuando–: Mi preocupación radica en una reforma estructural, ya que la cantidad de organismos que interviene en la validación de una licencia médica propicia la comisión de abusos, tanto en el seguro privado de salud –donde se niegan licencias médicas que son perfectamente atendibles– como en la fiscalización, donde se detectan licencias médicas falsas o fraudulentas y situaciones en las que el suceso no se informa cuando se requiere la fiscalización adecuada.
Tenemos un problema estructural que no se resolverá si no se abordan los tiempos de carencia, las tasas de reemplazo, la creación de un órgano independiente y la incorporación de la multiplicidad de instituciones que podrían aportar, como las mutualidades, que tienen algo que decir. Además, interveniendo en parte en el pago, este es un tema que requiere mayor transparencia en el sistema.
Sin embargo, quisiera señalar que lo que necesitamos es la reforma estructural, no parches, y eso es lo que quiero enfatizar: existe un camino que debemos abordar, y yo creo que el gobierno no puede renunciar a ello – y espero que no lo haga, porque... No, no usted, ministra.
Muy bien. Le ofrezco la palabra a la señora ministra.
Muchas gracias. Primero, quiero agradecer la presentación de la Asociación Chilena de Seguridad, y que en dicha presentación se reconozca el trabajo de complementariedad público-privada que este gobierno también viene impulsando. Muchas veces se comenta que tenemos algún sesgo ideológico y que no recurrimos a los prestadores privados. Por ello, me parece muy acertado que manifiesten que han estado contribuyendo no solo a reducir las listas de espera –que fue la principal preocupación que el subsecretario de Redes y yo nos encargamos personalmente–, sino también a solventar las distintas necesidades de salud relacionadas con aquellas áreas en las que la Asociación Chilena de Seguridad tiene expertise, principalmente en el área traumatológica y, últimamente, en el tema de salud mental.
Cuando recién asumí, tuve una reunión con los directivos de la asociación y les pedí que se concentraran en el tema de salud mental, ya que es una problemática influida por el trabajo. Ellos acogieron de muy buena forma ese llamado y han venido desarrollando actividades en esa esfera, considerando también la influencia del ambiente laboral.
Más allá de estas disquisiciones, en las que los problemas de salud se atribuyen de manera binaria –lo cual no resulta compatible con los sentidos de causalidad de la salud ni con la epidemiología moderna, que reconoce la multicausalidad–, debemos recordar que no solo nosotros no hemos renunciado, sino que el presidente, en su discurso del primero de junio, mencionó la modalidad de cobertura complementaria. En ese sentido, hemos instituido la integración de los prestadores privados hacia el seguro público a través de la licitación con los seguros complementarios, y la Asociación Chilena de Seguridad se ha comprometido a formar parte de esa prestación.
Por lo tanto, ya se realizó una modificación legal, con el apoyo mayoritario de ustedes, en la que FONASA, como seguro público, podrá trabajar bajo una institucionalidad creada a partir de los seguros privados complementarios, colaborando con entidades privadas para reducir el copago de los funcionarios. Esto ya fue legislado, y nos complace porque complementa –como dijo el presidente– la seguridad que brinda el copago en el sistema público con la flexibilidad que ofrece el prestador privado.
Gracias, Ministra.
Bueno, vamos a continuar con las exposiciones. Cabe señalar que lo que mencionó el señor Cuadra se relaciona con un modelo que ha sido exitoso en la prestación de servicios, inicialmente en el ámbito de los accidentes de trabajo y, en la actualidad, abierto a una gama mucho más amplia: el área traumatológica, la salud mental e, incluso, la participación de prestadores sin fines de lucro que, con la infraestructura de la que disponen, pueden colaborar. Y esto no solo lo hace la AAD, sino también todas las mutualidades.
Dicho esto, ofrezco la palabra al doctor Artaza para que continuemos con el programa.
Senador Chagüán: Yo también quiero ser muy franco y aprovechar esta ocasión para decir que, respecto a los índices de accidentabilidad de las empresas, debe haber una fiscalización mucho mayor para asegurar que los accidentes de trabajo sean realmente accidentes laborales y no se encaminen como enfermedades comunes. Lo expreso a partir de la cantidad de denuncias que hemos tratado de formular en su momento; no se trata de una afirmación, sino de la necesidad de clarificar si, efectivamente, existen accidentes o enfermedades laborales, o si son consideradas, para efectos estadísticos, como enfermedades comunes. He recibido decenas de denuncias al respecto y creo que es un tema que debe ser revisado detenidamente.
Muchas gracias. Ahora cedo la palabra al doctor Osvaldo Artaza para que podamos continuar con los temas y, posteriormente, redondear la mañana.
Doctor Artaza, es un placer tenerle aquí. Por su intermedio, saludo a todas y todos: a la ministra, al subsecretario, a los parlamentarios y senadores, y a todos ustedes.
Para mí es muy grato estar aquí. Lo primero que quería señalar es que lo que dice el senador Chaguán me recuerda el año 2002, cuando me tocó personalmente abogar por el régimen de garantías en salud, el GES y todas las leyes complementarias de aquella época, y una de las críticas que se le hacía era que no era una reforma estructural, que no abarcaba todos los temas, no era la gran reforma que se esperaba de un lado y del otro. La verdad es que este Parlamento ha ido aprobando proyectos de ley que han cambiado la vida de las personas paso a paso, de manera gradual, razonable e inteligente, dentro de las grandes posibilidades que se abren en los correlatos de fuerza y en el juego democrático.
Este proyecto de ley se podrá considerar como tímido, pues no aborda todas las cuestiones, pero su gran virtud es que abre puertas en temas muy sensibles para quienes hemos estado en la cosa pública por años y que hemos sufrido las limitaciones y las restricciones para poder dar un mejor servicio a las personas. Por ello, les pido con mucho cariño que vean este proyecto de ley justamente como un proyecto posibilitante. Sin duda, no resuelve todos los problemas del sector salud, pero, como vuelvo a insistir, abre posibilidades.
En el área de la productividad hemos escuchado durante años los problemas para aumentar la cantidad de servicios que el sector público ofrece a la población. A excepción del éxito del programa de los Centros Regionales de Cirugía, que son muy dependientes de ciclos políticos porque dependen mucho de las personas y del liderazgo de cada momento, si hacemos un paréntesis y observamos las tendencias a largo plazo, se nota que, desde los años 90 hasta la fecha, habiendo aumentado tres o cuatro veces las transferencias hacia los hospitales públicos, al medir la cantidad de cirugías, egresos y atención en especialidad, se evidencia un desfase. Uno desearía que hubiera una mejor relación entre los aumentos de financiamiento y la actividad.
Por lo tanto, cualquier medida que facilite la existencia de incentivos y capacidades para superar esta situación debe ser valorada. Es muy importante que la subsecretaría de Redes tenga el encargo legal de llevar un control de la producción del sector público, sobre todo hospitalario. Quizás podría considerarse positivo que esta actividad de la subsecretaría se tradujo, por obligación legal, en una mayor transparencia hacia la ciudadanía. En el Ministerio se han implementado portales y visores para que cualquier persona pueda acceder a información sobre egresos, indicadores de calidad y otros datos referentes a la actividad hospitalaria, que en ocasiones resulta muy opaca.
Quizás esa sea una buena idea, pero creo que el espíritu de la ley va en el buen sentido. Muy ligado al tema de la productividad, es fundamental destacar que quien tiene la manija, la llave para que las cosas se hagan o no se hagan, no es el director, ni el equipo directivo, ni el cuerpo de enfermeras, sino los médicos. Nosotros, los médicos, somos quienes determinamos si una acción se implementa o no en un hospital. Y tal como fueron construidas las distintas modificaciones de la Ley Médica, no existen estímulos adecuados.
A que un médico haga más actividad. No hay incentivo para que se incremente su actividad y, por lo tanto, si esa es la llave que determina ello, uno se pregunta: ¿por qué?
Bueno, si se analizan las construcciones de las distintas leyes médicas que regulan la relación entre el Estado y los médicos desde el punto de vista salarial, se premia la antigüedad y se valora la experiencia, lo cual es positivo, pero no existe ninguna relación con el tema de la productividad. No es sorprendente que no contemos con incentivos adecuados. Incluso, allí está el senador Castro, quien lo sabe perfectamente: uno de los bonos que reciben los médicos se determina mediante una tómbola. ¿Por qué? Porque, en general, los médicos tenemos muy buena calificación. No voy a discutir el procedimiento, pero es así. Por lo tanto, el bono de fianza debería terminar por definirse a través de un sorteo.
Que esta ley permita un repensamiento de los incentivos es clave; que sea tímida, que marque un inicio, pero lo es. Lo más importante es que me consta que este pequeño paso no enfrenta resistencia en el cuerpo médico; es decir, se ha discutido previamente con el Colegio Médico, lo que le confiere un doble valor, pues se ha construido a partir del diálogo y del convencimiento mutuo desde la perspectiva del FONASA.
A mí me gustaría que el FONASA tuviera muchas más capacidades. Hemos discutido por años el tema de su gobernanza, para que pueda ofrecer a sus beneficiarios un plan de salud más integral y explícito, que abarque también aquellos temas que no están incluidos en el GES, con la transparencia necesaria en cuanto a plazos y procedimientos.
Lo que este proyecto de ley hace es abrir posibilidades muy importantes en el ámbito de las licencias médicas. Es obvio que ofrece grandes oportunidades, al igualar las capacidades del FONASA con las de las ISAPRE e incorporar un mecanismo de Contraloría Médica. Así, tras todo el escándalo acontecido, se crea un espacio con importantes posibilidades, lo que permite que, en el futuro, dada la lógica común en ambos mundos, se pueda avanzar hacia una única institucionalidad y una lógica unificada para el tema de las licencias médicas. Esto, a su vez, posibilita una nueva reforma, siguiendo la línea de mejoras graduales en nuestro sistema de salud en Chile.
Por otro lado, que el FONASA disponga de mayores capacidades para realizar compras inteligentes es una tremenda posibilidad. Si se examina, el principal problema de la deuda hospitalaria no se resuelve por el FONASA, sino por las compras realizadas directamente por los servicios de salud. Cuando los proveedores privados se quejan, lo hacen de las compras efectuadas por estos servicios y no del FONASA, pese a que en ocasiones los medios de comunicación confundan ambos. El verdadero problema del sector público radica en que existen distintos compradores y los servicios de salud carecen de la capacidad para negociar, es decir, no disponen de la economía de escala necesaria.
No tienen los equipos como para hacer efectivamente compras inteligentes. Y en la medida de que, y aquí voy a decir algo con mucha delicadeza, pero que es verdad, quienes hemos estado en el ámbito público lo hemos vivido. Cuando compra el Servicio de Salud, muchas veces el que compra es el mismo que ofrece, ¿por qué? Porque los que trabajamos en el hospital trabajamos también en la parte privada. Entonces, es muy fácil que uno se compre a sí mismo, sobre todo, señor presidente, en regiones donde los prestadores son pocos y, en particular, los prestadores privados; efectivamente, se trata de las mismas personas.
Que sea el FONASA, que cuenta con toda una estructura de compra, con capacidad de comercialización y oficinas descentralizadas, quien se haga cargo de esta función de manera con sentido sanitario y con eficiencia en los métodos de pago, es una medida acertada. Hoy día se ha avanzado mucho en el tema de los GRD, lo cual va en el camino correcto, y esto también posibilita que el FONASA disponga de muchas más herramientas que las que tiene actualmente para incorporar a prestadores privados.
En cuanto al tema de la asignación del segundo prestador, también se encamina en la dirección correcta, pues hoy en día lo que media para que eso suceda es un reclamo. Por lo tanto, ahora es el FONASA la institución que debe dar la garantía, siendo proactivo y dando el paso necesario. Lo interesante es que ese paso no puede depender de la voluntad del usuario, y es justamente lo que el espíritu de la ley de este proyecto quiere preservar, ya que muchas veces el usuario va a preferir continuar con el prestador inicial. Por ello, el FONASA debe generar la oportunidad y ser responsable de crear esa posibilidad.
Finalmente, el tema de salud digital es uno que ha llegado para quedarse. El desarrollo de ese ámbito es enorme y representa la salud del futuro. Que esté adscrito al ministerio no resulta práctico por múltiples razones relacionadas con la gestión habitual, lo cual limita un elemento que debe crecer y desarrollarse. Dado que estos nuevos sistemas se pueden ejecutar desde cualquier lugar, es lógico que se configure como un servicio que atienda a los distintos servicios de salud del país y que cuente con todas las capacidades para gestionar, contratar, etc.
Y, para terminar, quiero señalar que otros temas, como la regulación de dispositivos médicos y las capacidades que se otorgan a Senabas, también están en esa misma línea. Se trata de avances que, aunque no se pueden calificar de revolucionarios, son pasos necesarios. Celebro, señor presidente, este proyecto por su racionalidad, ya que se ha construido en busca de un punto de encuentro y de consenso en temas de gran importancia para quienes trabajan en distintos ámbitos con el fin de mejorar el servicio. Recojo la inquietud no solo del señor Chagüense, sino la de muchos, quienes tienen la expectativa de cambios más profundos. Sin embargo, este es un comienzo que no cierra otros proyectos ni proyectos complementarios.
Muchas gracias, señor Pérez. Muchas gracias, doctora Taza. Lo hemos visto defender con mucho ímpetu y claridad el proyecto; creo que ha sido el mejor escudero del proyecto del Ministerio. Y está muy bien que se reconozcan tanto las cosas positivas como lo que aún falta.
Bien, continuamos con la… perdón. Muy bien, a ver, tenemos una dificultad y vamos a dar entonces pie a las preguntas y a la respuesta, y también al Ejecutivo para que pueda opinar sobre las exposiciones. Porque, como ya dije, los otros invitados que han participado los distintos colegas se han excusado por problemas de salud o por otras razones. La doctora Daza se conectará por vía Zoom a las 11. Tenemos, entonces, como la sesión está convocada hasta las 11:30, espacio para preguntas y respuestas hasta la siguiente conexión, la cual podríamos explorar si se puede anticipar algunos minutos; con ello estaríamos cerrando.
Muy bien, ofrezco la palabra al Ejecutivo respecto de las exposiciones, si tienen algunos comentarios. O sea, teníamos tres personas que había propuesto el colega Gaona y que, finalmente, se han excusado. El doctor Erazo, que lo había propuesto usted, está con algunas dificultades personales y también se ha excusado. Con eso completábamos la mañana. Pero la doctora Daza – no sé si fue invitada por el doctor Chaguán; el senador Chaguán ya casi, se le va a otorgar el título honoris causa, y se conecta –, está presente. Están los tres excusados. Muy bien, veremos más adelante si los podemos incorporar, pues nos interesa la opinión de la academia, del mundo privado, del mundo público, y de la ciudadanía. Nos interesan todas.
Ministra. Sí, muchas gracias. Gracias. La presentación del doctor Artasa, exministro de Salud, demuestra la experiencia sobre cómo, en realidad, como él señaló en su exposición, ha sido la transformación del sector y que, a lo largo de los años, se han realizado cambios graduales. Sé que en este aspecto muchas veces se plantea el tema de reformas más estructurales; sin embargo, recordemos que en este gobierno se priorizó la reforma previsional, la cual se logró realizar, y que, a pesar de ello, nosotros y ustedes, junto con nosotros, hemos efectuado transformaciones del sector que son muy relevantes. Quiero destacar en su presentación el hecho de que, efectivamente, se abren opciones en distintos aspectos: tanto en lo que se refiere al tema del FONASA, como en lo que se menciona sobre la incorporación de indicadores de productividad para el Sistema Nacional de Servicios de Salud, a lo que se suma lo que se incorpora para la Central Nacional de Abastecimiento y para el Instituto de Salud Pública; todo ello aparejado al proyecto de ley que estamos tramitando sobre la Superintendencia de Salud. Si toman en cuenta cada uno de esos aspectos, sumado a lo que logramos legislar con la modalidad de cobertura complementaria, habremos abarcado las distintas instituciones relacionadas con el Sistema Nacional de Servicios de Salud, y para nosotros es muy relevante. Agradezco la presentación y estamos abiertos siempre a las sugerencias que permitan mejorar el proyecto. Gracias.
Gracias, ministra. Paso a la palabra a don Cristóbal Cuadra. Muchas gracias, señor presidente. Solo para responder a la duda del señor Chaguán, que planteó a propósito sobre las enfermedades profesionales: existe un proyecto de ley, actualmente en el primer trámite constitucional en la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputadas y Diputados, que modifica el sistema de calificación de enfermedades profesionales, estableciendo comisiones independientes. Es un proyecto que, pese a contar con carácter de urgencia, no ha tenido un mayor avance en esa comisión; pero en él se ha expuesto ampliamente la temática de las enfermedades profesionales, que sin duda constituyen un punto sensible del sistema de salud y de la seguridad laboral, no solo por la acusación de juez y parte que existe hoy en día sobre las mutualidades, sino también porque la definición legal es de causalidad directa. La ley, en su artículo séptimo, establece que es enfermedad profesional aquella causada directamente por el trabajo. Y eso hace que nosotros, siguiendo los protocolos de la Superintendencia de Seguridad Social y los mismos que dicta la autoridad, tengamos una cobertura de aproximadamente un 18-20% como sector mutualidad de todos los casos que ingresan en materia de enfermedades profesionales; no así en accidentes del trabajo, donde la cobertura …