1.- Bol.N° 16223-29 Continuar la discusión en particular, del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional que modifica la ley N° 19.327, de derechos y deberes en los espectáculos de fútbol profesional (Boletines N°s 16.223-29, 12.648-29, 14.984-29, 15.091-29, 15.598-29, 15.890-29, 15.904-29 y 15.919-29, refundidos).
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Bien, le doy la bienvenida a todos los asistentes. Señor Secretario, ¿tenemos cuenta? Solamente la invitación extendida por el Museo Nacional de Bellas Artes y la organización Naranja Publicaciones para el lanzamiento del catálogo en miniatura que revisa los 10 años de trayectoria de esta editorial, librería virtual y colección especializada de libros de artista, que se realizará el 6 de junio, pasado mañana, viernes, a las 16 horas en el Museo de Bellas Artes de la Ciudad de Santiago. Bien, muchas gracias.
Continuamos con la discusión en particular del proyecto que viene a regular los derechos y deberes de los espectáculos de fútbol profesional. Existe un texto; se avanzó la semana pasada en discusiones sobre semántica, definición y universo de cabalcaba, etcétera. Contamos con el ministro de Seguridad Pública y su subsecretario, Rafael Collado, que se encuentra en regiones por razones de sus obligaciones profesionales y ministeriales, y va a participar por vía telemática; el jefe de la subjurídica, el asesor Ricardo Viteri; la coordinadora legislativa, señora Lucía Álvarez; así como el asesor de comunicación de Gonzalo Peruca. No sé si está acá don Gonzalo o se encuentra allá con el subsecretario.
Entiendo que le quiero dar la palabra también a abrirle el micrófono a su secretario, don Rafael Collado. Perfecto. Le voy a pedir al Ejecutivo, que tiene un vivo interés en despachar este proyecto, que comparta con nosotros cuál fue el resultado de las conversaciones que sostuve con nuestros asesores desde el punto de vista de un programa de trabajo.
Previo a ello, le quiero ofrecer la palabra al senador Durresti, quien me ha solicitado, y también a la comisión, si tuvieran a bien, que temporalmente ya sea el senador Durresti Keitel o bueno Walker me pueda reemplazar en la tribuna de esta comisión, porque tengo que asistir a una reunión. ¿Podría sustituirme durante unos 15 minutos acá? No, no, aquí nos vamos turnando, es rápido. Por favor, gracias, presidente.
Entonces, según lo conversado fuera de micrófono, la idea, según lo que entiendo, es darle la palabra al subsecretario. Pero, antes de ello, señor Durresti.
Sí, gracias, presidente. Quiero saludar, por su intermedio, al subsecretario de los invitados. Nosotros habíamos acordado en la última sesión que, para seguir tramitando este proyecto sobre el cual nos hemos puesto de acuerdo en diversas indicaciones, debía haber un –no digo un gran, pero sí un mínimo– informe y balance de cómo funcionó Estadio Seguro. Yo creo que no hay nada peor que avanzar en legislaciones sin efectuar un diagnóstico, sin balancear qué se obtuvo. Soy escéptico respecto a esta legislación, porque creo que Estadio Seguro funcionó de manera horrorosa, ineficaz. Pero, como solemos hacer en nuestro país –tal como ocurrió con las licencias y otros temas–, nos hacemos los lesos afirmando que funcionó, aunque sea de manera parcial, y creo que en realidad ha funcionado mal.
Si no efectuamos un balance y simplemente asumimos que, a través de esta ley, todo cambiará, estaremos incurriendo en gatopardismo. Antes de seguir tramitando y de definir los márgenes dentro de los cuales abordaremos esta ley, es necesario saber qué pasó, dónde están los funcionarios que estaban a cargo, cuáles fueron sus funciones, qué lograron y qué no lograron, estableciendo un diagnóstico preciso. Insisto y reitero: si seguimos escapando hacia adelante, pensando que con esta ley todo se resolverá, estaremos cometiendo un grave error. Recuerdo, siendo parlamentario desde hace varios años, que con Estadio Seguro se esperaba algo mejor –ni siquiera funcionó como “evento seguro”. Entonces, ¿qué se hizo ahí? ¿Qué se hizo ahí? Sé que a la encargada la desvincularon; nunca llegamos a conocerla, yo apenas la vi…
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De la gestión, al menos a mí me dejó estupefacto; y es bueno que la ciudadanía entienda eso y que lo tengamos en un documento. Presidente, en un documento legislemos con evidencia, no con voluntarismo. Yo lo había pedido la semana pasada y pedí que eso sea lo adecuado para tramitar. Yo no estoy disponible para tramitar ni votar ningún proyecto mientras no esté ese informe, se converse, se discuta y sobre esa base; si no, esto es gatopardismo.
Gracias, Alfonso, y comparto plenamente lo pedido y lo dicho recién, que obviamente, si queremos legislar y mejorar lo que ya existe y lo que no funcionó, tenemos que tener ese diagnóstico, saber qué cosas fallaron, qué cosas no se hicieron bien y, obviamente, este importante proyecto lo hagamos de manera lógica y acorde a las necesidades, justamente lo que requiere la seguridad.
Ahora, de acuerdo a lo pedido por el senador Durresti, tengo entendido, según Secretaría, que traen información o una evaluación justamente de lo que ha fallado. Entonces, subsecretario, muchas gracias por estar el día de hoy presente y le doy la palabra para que, ojalá, se refiera a lo solicitado por el senador Alfonso Durresti y además a esta propuesta que supuestamente nos podrían intentar hacer. Adelante, subsecretario. Espero que me escuchen bien.
Efectivamente, tenemos un informe que consta en papel y que les vamos a proceder a entregar; lo tiene ahí el equipo. Adicionalmente, traje una presentación que quisiera realizar, que es la que contiene un poco la información complementaria.
(Subsecretario, interrumpo: Cinco segundos.) Yo le agradezco el informe, pero también le quiero pedir que ojalá el informe sea enviado a Bandley, porque si no, estamos actuando en la mesa con algo que desconocemos. Sería ideal que, para poder avanzar y ser más eficientes en lo que estamos haciendo, podamos inmediatamente comentar qué opinamos sobre el material que nos están entregando. Le pido, por favor, a Futuro, que cada vez que de alguna u otra forma se solicite algo por parte de los senadores o temas que ponemos sobre la mesa, lo vayamos aclarando para que nuestros asesores y nosotros recibamos la información respectiva. Perdón por la interrupción, señor secretario, pero creo que era importante decirlo. Adelante.
Gracias. Lo haremos de esa manera. El informe que tiene en su poder da cuenta de la explicación de lo que fue, lo que se conoce como el plan Estadio Seguro. Básicamente, dentro del marco jurídico tenemos unas resoluciones que dan forma al plan; luego, se incorporó un departamento que en realidad siempre fue un programa presupuestario, el cual fue objeto de algunas modificaciones, de hecho estructurales, mediante resolución. En general, se podría decir que el marco jurídico en el cual operaba el plan Estadio Seguro tenía como objetivo evaluar, analizar y proponer mejoras al marco normativo aplicable a la organización de espectáculos deportivos.
Uno de los objetivos era proponer mejoras legislativas; el segundo, realizar gestión y coordinación en materia de planes para efectos de la seguridad de los partidos de fútbol profesional. Otro de los objetivos del plan era la infraestructura: evaluar, analizar y proponer mejoras a la infraestructura de los partidos de fútbol profesional. En materia de ilícitos, consistía en evaluar, analizar y proponer mejoras a los planes de prevención y sanción de hechos ilícitos cometidos en el marco del espectáculo profesional, pudiendo incluso iniciar procedimientos administrativos sancionatorios para estos efectos. En materia de información y difusión, tenía como objetivo, dentro de las sucesivas resoluciones que fueron dando forma al programa, evaluar, analizar y proponer mejoras a las políticas de información relativa a los eventos deportivos en el fútbol, en particular a los derechos y deberes de los asistentes. Finalmente, contaba con la participación ciudadana, es decir, evaluar, analizar y proponer mejoras a los planes de participación ciudadana y comunitaria en la actividad del club profesional.
Quiero hacer notar desde ya que, dentro de sus funciones, no estaba aprobar partidos de fútbol, eventos, ni tampoco aprobar los planes de seguridad de los recintos, porque todas esas son potestades que siempre han estado en manos de los delegados presidenciales regionales. En el fondo, el programa Estadio Seguro, o más bien el departamento Estadio Seguro, tenía roles de coordinación.
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De análisis, roles de propuesta, pero no tenía un rol efectivamente ejecutivo en materia de autorización, por ejemplo, o, incluso, en la gestión de la programación, porque siempre eso estuvo más bien en el delegado. El programa y la gente que trabajaba en él cumplían ese rol efectivamente. Estaba compuesto, en su momento, por un jefe de departamento, un asistente administrativo, área legal, área de gestión, área de seguridad, área de comunicación y área de análisis. Todo este equipo hoy se mantiene en la Subsecretaría, pero forma parte del nuevo Departamento de Orden Público y Eventos Masivos, con la sola exclusión de la jefa de departamento, que hoy se encuentra en subrogancia con otra persona. El resto de las personas han sido incorporadas al Departamento de Orden Público y Eventos Masivos.
Dentro de sus funciones específicas, más allá de los objetivos, está efectuar la coordinación de los espectáculos de fútbol en relación con la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, Carabineros de Chile, las DPR, las DPPs y, especialmente, la utilización y las reglas de funcionamiento de cada uno de los partidos de fútbol profesional. Cuando se establece esta idea de coordinación en detalle, lo que hacía Estadio Seguro era básicamente reunir a todos los entes públicos y también privados que debían gestionar la programación del fútbol, conformando una mesa de programación y definiendo cuándo, cómo y dónde se realizarían los partidos, tomando en cuenta la ley 19.327, que establecía que era el delegado el que tenía que aprobar, con informe de Carabineros, tanto los recintos como los eventos. Adicionalmente, tenía como función específica asesorar a la autoridad en materia de prevención, seguridad y orden público en el ámbito de los eventos masivos de fútbol profesional.
Cabe relevar que, en esa época y hasta el primero de abril, las funciones respecto de las delegaciones eran del propio ministerio. Es decir, el ministerio que tenía a su cargo el asesoramiento y la coordinación de las materias de seguridad del fútbol contaba, en su seno, con aquello encargado de la autorización. Esto se rompe el primero de abril, ya que, en ese momento, el ministerio encargado de la autorización de los eventos masivos deportivos o futbolísticos –y, en general, de todos los eventos masivos– se encuentra en las delegaciones, y los recintos eran designados por los delegados que pertenecen a otro ministerio distinto al equipo que antes se denominaba Estadio Seguro.
Por lo mismo, se tomó la decisión de dotar al equipo de una nueva función exclusiva de seguridad, ya que dejaron de asesorar al delegado en las materias propias del interior, centrando su acción únicamente en temas de seguridad. Esto implicó cambiar la lógica y la función del departamento de orden público y eventos masivos en un ministerio de seguridad, que ya no tiene a su cargo la autorización y utilización de los eventos deportivos masivos.
En términos de procesos y procedimientos internos, se establecieron los procedimientos generales para la preparación y supervisión de los partidos de fútbol profesional. Se asesoraba la autorización de los recintos deportivos al delegado, la aprobación de los planes de seguridad al delegado, la revisión y acreditación de los jefes de seguridad a las policías, el análisis del proceso de venta de entradas a los clubes y la revisión del listado de previsiones de acceso al fútbol profesional. Estas funciones las realizaba –y siguen realizando–, por ser motivo de seguridad, el Departamento de Orden Público y Eventos Masivos. Adicionalmente, tenía a su cargo –y esto es importante– los procedimientos sancionatorios de la ley 19.327, que, en la época previa al primero de abril, estaban radicados en las delegaciones, las cuales recibían apoyo técnico del Departamento de Estadio Seguro, por cuanto eran del mismo ministerio. A partir del primero de abril, esto ya no es así.
Finalmente, se realizaba también el trabajo con las contrapartes de las delegaciones presidenciales regionales, que consistía básicamente en la programación y revisión de las resoluciones de autorización de espectáculos que realizaba la TPR; en el análisis de la información de la supervisión de los partidos de fútbol profesional, y en la coordinación de las acciones judiciales que presentaba el mismo ministerio, las cuales, a partir del primero de abril, presenta el Ministerio de Seguridad, ya que el Ministerio del Interior deja de tener capacidad para presentar querellas, por ejemplo, y estas son presentadas por el Ministerio de Seguridad. Además, tenía a su cargo la coordinación del programa “Vamos al Estadio” y la publicación de información sobre los espectáculos de fútbol profesional, actividades que dejan de tener sentido en un Ministerio de Seguridad que no se enfoca en materias distintas a la seguridad en eventos deportivos.
Como habrán dado cuenta los senadores, presidente, lo que da cuenta de las razones por las cuales esta gobernanza ya no era...
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Adecuada es, principalmente, la transformación impulsada por el Ministerio de Interior y Seguridad Pública, Ministerio de Seguridad, pero también el hecho de que el programa Estado de Seguro siempre fue concebido como un programa —estaba en la glosa— y que todas las personas que trabajaban en él requerían de una institucionalidad distinta, ya que inicialmente estaba enfocada únicamente en materiales de seguridad a partir del primero de abril y debía fortalecerse en términos institucionales, integrándose al programa y convirtiéndose en funcionarios del Ministerio de Seguridad. Esa fue una de las decisiones importantes para darle una nueva gobernanza a los eventos masivos, en particular a los deportivos. No obstante, cabe precisar que el Departamento no es específicamente el de eventos masivos deportivos, sino el de orden público y eventos masivos, dentro del cual se encuentran, entre otros, los eventos futbolísticos.
La nueva gobernanza de la seguridad en eventos masivos surge, por un lado, a partir de la dictación de la ley que crea el Ministerio de Seguridad y, por otro, debido a que tiene efecto en el proyecto de ley que se debate actualmente, mediante la dictación, publicación y pronta entrada en vigencia, en el mes de noviembre, de la Ley de Seguridad Privada. ¿Por qué? Porque dicha ley eleva los estándares permanentes de seguridad en los recintos deportivos, incorporando nuevas exigencias a clubes y organizadores. Esto es relevante, ya que la Ley de Seguridad Privada se aplica de manera complementaria a lo establecido en la ley de fútbol o en lo relativo a los deberes de los asistentes, pero también porque sus estándares adoptan una gobernanza distinta: los aprueba la SPD, previa realización de estudios de seguridad en estadios multifunción. Es decir, aquellos estadios que pueden albergar tanto conciertos como partidos de fútbol tendrán, en el caso de eventos musicales, una fórmula de aprobación diferente, lo que justifica que el nuevo marco normativo implique una gobernanza y una fórmula legal renovadas.
En una de mis primeras gestiones como subsecretario de Seguridad Pública, concurrí a la Comisión de Deportes para solicitar, en plazo, la apertura de indicaciones que permitieran acometer las adecuaciones a la nueva normativa del Ministerio y a la normativa de seguridad privada en combinación.
Finalmente, el marco normativo se mantiene conforme a la ley 19.327, la cual establece que serán los delegados quienes autoricen, uno a uno, los recintos y los planes de seguridad de los eventos deportivos. Dado que ahora las DPR y las DPP operan de manera independiente dentro del Ministerio de Seguridad, se consuma asimismo un cambio en la gobernanza.
¿Cuáles son los principales acuerdos y principios orientadores de esta nueva gobernanza? En primer lugar, la coordinación interministerial. Desde el primer día se estableció una colaboración con el Ministerio de Interior para gestionar la nueva forma de autorización de eventos masivos, particularmente deportivos, ya que ahora el Ministerio de Seguridad, a través de Carabineros —especialmente el S13—, brinda asesoría en materia de seguridad a una institución distinta, el Ministerio de Interior, que por razones adicionales puede integrar un componente de eventos masivos deportivos.
En segundo término, se implementó una nueva estructura de gobernanza en Seguridad Pública que mejora el estándar institucional de los criterios de seguridad. Esto se evidencia tanto en la creación de una nueva división de seguridad privada en la SPD como en el robustecimiento del equipo de la Subsecretaría de Seguridad Pública, destinado a todos los eventos masivos. El objetivo es generar estándares y protocolos que aseguren una estandarización e igualación entre todos los eventos deportivos, y no solo en el ámbito de los eventos masivos deportivos futbolísticos, como ocurría anteriormente con el ex programa Estadio Seguro, dedicado casi exclusivamente a la gestión rutinaria del fútbol. Además, el senador Durresti, por intermedio de sus consultas, indagó sobre nuestras evaluaciones, en las cuales constatamos la ausencia de una política o estándar en materia de seguridad, ya que el ex programa había evolucionado hasta convertirse en un equipo cuyo único fin era que el fútbol aconteciera, sin un enfoque de seguridad pública claro. Lo que se pretendía en el Departamento de Eventos Masivos y Seguridad del Ministerio de Seguridad era justamente dotarlo de ese nuevo foco de seguridad pública, en sintonía con el nuevo eje del Ministerio de Seguridad, mientras el departamento continuo en sus funciones habituales.
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El programa se mantuvo en el Ministerio del Interior, tenía este foco múltiple que hacía que se dedicaran a muchas otras materias, y nosotros queríamos enfocarnos en la materia de seguridad. En ese sentido, con esto ya voy terminando, conformamos el Comité de Eventos Masivos. Esto es una nueva gobernanza que consta de una mesa de programación —que ya ha sesionado varias veces—, una mesa de seguridad, una mesa de recintos deportivos y una mesa de ciudadanía, en el marco de las capacidades nuevas del Ministerio de Seguridad Pública.
Debido a ello, creamos este nuevo departamento de orden público y eventos masivos, en el cual se incorpora todo el equipo que venía trabajando en el programa Estadio Seguro, pero con algunas modificaciones en funciones, otra especialización y algunas personas que incluso han empezado a trabajar en materias distintas a las que trabajaban anteriormente, ya que se han descartado algunos de los temas previos y ahora estamos únicamente enfocados en seguridad.
¿Cuál es la misión institucional? La coordinación de la seguridad de los eventos masivos de diversas índoles —no solo futbolísticos, sino también de cultura y espectáculo—, mediante la generación de estándares en las mesas y consejos que acabo de mencionar. ¿Cuál es el objetivo? Coordinar, conforme a las instrucciones de la Jefatura y del Ministerio, a las fuerzas de orden y seguridad pública, para garantizar efectivamente una adecuada cobertura operativa y seguridad de los eventos de su competencia. Estos no son solo los futbolísticos, sino todos los eventos producto de los cambios institucionales mencionados.
En lo que respecta al fútbol profesional, se ha creado un órgano técnico especializado en la nueva arquitectura institucional en materia de seguridad pública para espectáculos de fútbol profesional. Esto ha significado que el departamento empiece a emitir informes a las delegaciones, sugiriendo medidas y estableciendo criterios respecto de determinados partidos, para efectos de formalizar la opinión del Ministerio. Los insumos técnicos que se entregan son, por ejemplo, elementos de carácter vinculante para fundamentar jurídicamente los actos administrativos de autorización de las delegaciones, conforme tanto a la ley de deberes del fútbol como a la nueva Ley de Seguridad Privada.
A grandes rasgos, presidente, solo para cerrar, consideramos que la evaluación del programa evidencia la necesidad —presente desde antes, pero ahora con mayor preponderancia— de contar con un diseño institucional claro y robusto. Esto implicó dar de baja la estructura del programa por glosa presupuestaria para incorporarlo como un departamento dentro de las funciones permanentes y habituales del Ministerio de Seguridad, abarcando en general los eventos masivos. Además, se buscó establecer objetivos de política pública específicos en materia de seguridad y no multifactoriales, ya que el desarrollo del programa Estadio Seguro se había transformado en la coordinación de diversos temas. Por ello, se reenfocó para otorgar lineamientos técnicos en la programación de seguridad, en la definición de los partidos, en el desarrollo de los planes operativos y en las funciones asignadas a Carabineros de Chile, tanto en el OS-10 como en el OS-13, instituciones especializadas disponibles para estos efectos, una de seguridad privada y otra de eventos masivos.
Muchas gracias, subsecretario.
Antes era la palabra del senador Durresti y luego de María Walker. A modo de comentario, y al haber leído rápidamente los dos informes que se acaban de entregar en la mesa, insisto en que ojalá nos puedan mandar por escrito un análisis claro de cuáles son las fallas según su punto de vista. Usted, subsecretario, ha mencionado algunas cosas, pero las palabras se las lleva el viento; por ello, considero importante disponer de ese análisis por escrito para ponerlo sobre la mesa y trabajar en conjunto sobre este proyecto. Claramente, en ese análisis se evidenciará la falta de comunicación, la falta de coordinación y la ausencia de un control claro de las funciones que debían exigirse en cuanto a organización y fiscalización, reflejando las fallas que pudo tener el anterior plan de Estadio Seguro. Yo creo que hay mucho por mejorar, pero es bueno escucharlos y contar con ese análisis por escrito, más allá de lo que se nos acaba de entregar —una estructura aproximada de lo que era Estadio Seguro.
Alfonso Durresti, tiene la palabra.
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