En nombre de Dios y la patria se abre la sesión. Se da cuenta de los asuntos que han llegado a la Secretaría del Senado. Para ello tiene la palabra el Secretario General.
Gracias, señor presidente.
Se han recibido 16 mensajes de su excelencia, el Presidente de la República. Con los dos primeros, retira y hace presente la urgencia, calificando la discusión inmediata respecto a los proyectos de ley que reconocen el derecho al cuidado y que el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, correspondiente al boletín 16.905.31, y el proyecto sobre muerte digna y cuidados paliativos, correspondiente al boletín 7736-11, y otro refundido.
Con el tercero, retira y hace presente la urgencia, calificándola de suma, respecto al proyecto de ley que modifica textos legales para agilizar la obtención de permisos de urbanización y edificación, correspondiente al boletín 17287-14.
Con el cuarto, hace presente la urgencia, calificándola de simple, en relación con el proyecto de ley que consagra el derecho al olvido en materia financiera, correspondiente al boletín 15.407-03.
Con los 12 finales, retira y hace presente la urgencia en carácter simple respecto de los proyectos que se indican.
Se toma conocimiento de los retiros y las calificaciones y se manda agregar los documentos a su antecedente. Se solicita silencio, por favor.
Se reciben oficios de la honorable Cámara de Diputados, con el primer informe que ha aprobado el proyecto de ley que reconoce y fortalece a las ferias libres como pilar de la alimentación y el desarrollo local, otorgando un marco jurídico integral para ellas, correspondiente al Boletín 17.117.203. Dicho proyecto pasa a la Comisión de Economía y, en su caso, a la Comisión de Hacienda.
Con el segundo, se comunica que en sesión de esta fecha se aprobó, en los mismos términos que lo hizo el Senado, el proyecto de ley que establece un bono transitorio para la Policía de Investigaciones de Chile, correspondiente al Boletín 17.000.374.
Se toma conocimiento y se manda a comunicar el proyecto a su excelencia, el Presidente de la República, para que, si también lo aprueba, disponga su promulgación como ley.
Se han recibido 26 comunicaciones de diversas autoridades que atienden y dan respuesta a solicitudes de información presentadas por honorables señoras senadoras y señores senadores. Se toma conocimiento de ellas y se quedan a disposición de sus señorías.
Se da inicio al informe de tres informes de la Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía, recaídos en los siguientes asuntos: primero, el proyecto de ley en primer trámite constitucional que rehabilita la nacionalidad chilena a doña Ana María Posada Montes.
Boletín 13.872-17. Segundo, proyecto de ley en primer trámite constitucional que rehabilita la nacionalidad chilena a la señora María Inés Caorci Elcel. Boletín 17.002-07. Y tercero, proyecto de ley en primer trámite constitucional que rehabilita la nacionalidad chilena al señor André Améstica López. Boletín 17.198-17. Quedan para la tabla.
Moción de los honorables senadores, señora Sperger y señores Coloma, Macaya, Provencia y Sangüesa, con la que inician un proyecto de ley que modifica la ley número 20.640, con el objeto de establecer que los días fijados para la realización de las elecciones primarias no se aplicarán las normas sobre feriado legal que indica el Boletín 17.534-06, pasa a la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización.
Proyecto de acuerdo. De los honorables senadores, señores Sandoval e Insulza y señoras Aravena, Carvajal, Ebenzperger, Núñez, Órdenes, Proboste, Rincón, Sepulveda, Oanoich y señores Araya, Bianchi, Castro Prieto, Coloma, Derramentería, Durana, Flores, Huenchumilla, Lagos, La Torre, Moreira, Núñez, Quintana, Zabedera, Fandres, Elbergue, Velázquez y Walker, con el que solicitan a Su Excelencia, el Presidente de la República, que, si lo tiene bien, estudie la presentación de una iniciativa legal que modifica el número 21.000, artículo 724, en lo relativo a los mecanismos de incentivo al retiro con motivo de edad, con el objeto de armonizar la disposición de la Carta Fundamental y los tratados internacionales sobre personas mayores suscritos y ratificados por Chile (Boletín S. 2634-2).
De los honorables senadores, señores Sandoval y Fánrez Elbergue, senadoras, señoras Aravena, Gatica, Núñez, Órdener y Rincón, y señores Bianchi, Castro Prieto, Chaguán, Cruzcoque, Durana, Edwards, Espinosa, Galilea, García, Cusano, Vizcuchel, Osandón, Proez, Quintana, Saavedra, Sangüesa, Velázquez y Walker, solicitan la asistencia del Presidente de la República para que, si lo tiene bien, adopte las medidas pertinentes que doten a la Contraloría General de la República de los recursos humanos, financieros y tecnológicos suficientes para fortalecer su capacidad de fiscalización, entre otras medidas indicadas (Boletín S. 2635-12). Quedan para ser votados en su oportunidad.
Comunicación de los honorables senadores, señora Carmen Gloria Aravena y el senador Rafael Provenz, por la que se indica que la honorable senadora Aravena informa su renuncia al Comité Partido Republicano y su incorporación al Comité Partido Renovación Nacional e Independientes, integración que es aceptada por el honorable senador Provenz en su calidad de jefe del referido comité.
Se toma conocimiento. Todo, señor presidente. Silencio, por favor.
Han pedido la palabra la senadora Rincón.
Gracias, presidente.
A nombre de la Comisión de Hacienda, queremos pedir autorización para sesionar en paralelo. Nos quedan cuatro artículos para poder despachar permisos sectoriales y nos gustaría poder hacerlo el día de hoy.
—Sí, pero después del homenaje, por respeto a la familia.
—Senadora Paulina Vodanovic: No. Está bien.
—Senadora Jasna Proboste: No, presidente, respecto de la cuenta, mire, en el día de hoy, en el sexto lugar de la tabla, el proyecto de convivencia escolar. Quiero señalar que la opinión pública y también las comunidades educativas están impactadas por la situación de violencia escolar que estamos viviendo, y que eso se extiende, lamentablemente, a todos los establecimientos educacionales; se han registrado escenas de estudiantes acuchillados y balaceras en San Pedro de la Paz, Estación Central y Melipilla, lo cual no puede ser indiferente a nadie. Esto lo hemos analizado en la Comisión de Educación. En nombre de la bancada de la Democracia Cristiana, solicito a la sala que pudiésemos anticipar el proyecto de convivencia, que está para votación en general, trasladándolo del sexto lugar al primer o segundo lugar de la tabla de hoy, si así lo tienen a bien nuestros colegas.
Presidente: Estamos viendo si el reglamento, dado que esta sesión no es ordinaria, lo permite. Si lo permite, lo podemos hacer.
A ver, la sala es soberana, si hay unanimidad lo pondríamos en segundo lugar. ¿Habría acuerdo? Gustavo Sangüesa, por reglamento, que lo noto lento. ¿Don Pedro Araya, por lo mismo? No, ya tiene la palabra, don Pedro Araya.
Gracias, presidente. Quiero reiterar una solicitud que hice ya hace varios meses atrás a la Presidencia del Senado, en la que solicité que se nos remita a los senadores el listado de demandas laborales presentadas contra el Senado en los últimos cinco años, indicando aquellas en que hubo sentencia condenatoria o, eventualmente, algún acuerdo entre las partes. Es importante que dispongamos de esa información; por ello, reitero la solicitud de que se remita a la brevedad. Gracias, presidente.
Según lo que dice el secretario, la información está publicada en la página web, pero se enviará un informe específico para cumplir la petición.
Antes del orden del día nos corresponde rendir un homenaje en memoria del exsenador, señor Hernán Vodanovic Schnake. ¿Está bien pronunciado? Muy bien. Vamos a saludar a los familiares que están presentes: en primer lugar, a su viuda, doña Lucy Díaz; en segundo lugar, a la senadora Paulina Bodanovic, su hija y nuestra colega; también queremos saludar a sus nietos, Antonia y Arturo Candel; a su hijo, Pedro Odanoitz; a su yerno, Iván Candel Ruiz Tagle; y a un grupo de amigos que se encuentran presentes. Muchas gracias y vamos a iniciar este homenaje.
Paola, en nombre del Comité de Demócratas, le ofrezco la palabra al senador Matías Walker.
Muchas gracias, presidente. A nombre del Comité Demócrata, de la senadora Jimena Rencón y en el mío propio, saludo a la señora Lucy Díaz, viuda del exsenador, don Hernán Vodanovic Schnake, padre de nuestra querida colega y amiga, la senadora Paulina Bodanovic; a su hijo, Pedro Odanoitz; a sus nietos, Antonia y Arturo; y, por supuesto, al Comité del Partido Socialista.
Señor Presidente, hoy nos convoca el recuerdo de una destacada figura de la vida democrática de nuestro país. Rendir homenaje a don Hernán Vodanovic Schnake es reconocer a un hombre de convicciones profundas, defensor incansable de los derechos humanos, constructor de acuerdos y protagonista de los momentos más significativos de nuestra historia reciente.
Desde muy joven mostró una temprana vocación por lo público. En su época universitaria, como vicepresidente del Centro de Alumnos de su facultad, la Escuela de Derecho, y miembro activo de la FET, ya daba señales de un compromiso que lo acompañaría por el resto de su vida. Durante el gobierno, el presidente Salvador Allende contó con su aporte en el ámbito técnico y político, en calidad de asesor del Comité Forestal de CORFO y, posteriormente, como jefe de gabinete del Ministerio de Agricultura. Su compromiso con la justicia social y el desarrollo nacional fue siempre claro.
Sin embargo, su figura se agiganta aún más en tiempos difíciles. Tras el golpe de Estado, lejos de replegarse, don Hernán Vodanovic Schnake asumió con coraje la tarea de reorganizar clandestinamente al Partido Socialista y defender, desde el derecho, los derechos fundamentales de las personas perseguidas, participando en la fundación de la Comisión Coordinadora de Abogados Democráticos.
Fue también un articulador del diálogo político en tiempos de oscuridad. Participó en la Alianza Democrática, que fue liderada en esos años por el exsenador Gabriel Valdés Suber Casó, en el Manifiesto Democrático y en la fundación del Partido por la Democracia, siempre con una crítica, pero constructiva, del país. Particularmente relevante fue su rol en el llamado Grupo de los 24, junto al expresidente Patricio Edwin, quien fuera posteriormente ministro de Justicia, Francisco Cumplido, y otras destacadas personalidades. Desde allí contribuyó a sentar las bases de una institucionalidad democrática, pluralista y respetuosa de la dignidad humana, en contraste con la institucionalidad autoritaria que buscaba perpetuar la dictadura.
Ese trabajo no solo fue valiente, sino profundamente visionario. Fue electo en el año 1989 por la región de Aysén, en el primer congreso democrático tras la dictadura, en el período entre 1990 y 1994. Conversaba con familiares míos que, durante esos años en que residieron en la región de Aysén, recuerdan con mucho cariño el rol que jugó como representante de esa región, siempre construyendo acuerdos en pos del desarrollo económico y social de la Patagonia. Defendió con pasión en este Senado la ética pública, la justicia social y los valores democráticos.
Luego, desde el Tribunal Constitucional, continuó aportando con su rigurosidad jurídica y su vocación republicana, marcando un sello en su paso por dicho tribunal hasta el año 2015. En sus últimos años se acercó a nuevas expresiones políticas, manteniendo siempre una voz reflexiva y responsable, lo hizo desde la serenidad que da la experiencia y con la misma convicción democrática de siempre.
Así, en el contexto del plebiscito constitucional de 2022, manifestó públicamente –y creo que no debió haber sido fácil para él hacerlo– su apoyo a la opción del rechazo a esa propuesta constitucional. Pero lo hizo, y es importante subrayarlo, no desde la negación del cambio, sino desde una genuina preocupación por los riesgos de exclusión, polarización y falta de diálogo. Suscribió una carta que advertía sobre el peligro de un, entre comillas, estallido institucional, si es que la nueva constitución no era capaz de representar a una mayoría amplia y diversa.
Decía entonces don Hernán Vodanovic: “Hoy enfrentamos el peligro de lo que alguien ha llamado el estallido institucional, cuando se vislumbra la posibilidad de que la Convención Constitucional, en vez de ofrecerle al país una constitución que nos incluya a todos y que ayude a construir un pacto social, nos lleve a un callejón sin salida que empuje a muchos de los que votaron a prueba a quedar sin otra opción posible que la de oponer un no a una constitución que no nos represente a todos”. Y agregaba con lucidez, don Hernán, y puede ser una reflexión que a todos nos sirva hacia el futuro: “Estamos aquí para apoyar toda iniciativa que vaya en la dirección del equilibrio, la mesura, el sentido común, el respeto irrestricto de la democracia sin apellidos, del Estado de Derecho, de la libertad y también de la promoción de los derechos sociales, y alzaremos la voz ante cualquier intento de llevarnos por el camino equivocado, a repetir experimentos refundacionales fracasados en todas partes del mundo”.
Estas palabras revelan la coherencia profunda de don Hernán Vodanovic. Defendió la democracia cuando ésta era perseguida por las armas y también cuando era amenazada por la exclusión. Su defensa no fue táctica ni circunstancial, sino ética y permanente.
Defendiendo de paso el rol de este Senado de la República que él integró de manera brillante. Desde un partido de centro, salvo con respeto a quien, desde la centroizquierda democrática, nunca renunció a la búsqueda de acuerdos, a la importancia del pluralismo y al valor de la moderación como herramienta para el progreso del país. Hoy, al recordar a Hernán Vodanovic Schnake, no solamente evocamos a un político brillante, sino que recordamos también al abogado de causas justas, al académico riguroso, al servidor público íntegro y al chileno comprometido con la dignidad de su pueblo. Su vida es testimonio de una política que no se conforma con administrar el poder, sino que busca, desde la conciencia y el deber, construir un país más justo, más libre y más humano. Nuestro reconocimiento y gratitud a su memoria, que descanse en paz. Gracias, Presidente.
Tiene la palabra, en representación de la Unión Democrática Independiente y Renovación Nacional, el Senador Juan Antonio Coloma.
Señor Presidente, honorables senadoras, honorables senadores: Con profundo respeto rendimos homenaje a la memoria del ex senador Hernán Vodanovic Schnake, figura señera del socialismo chileno, protagonista activo de la vida política nacional durante más de medio siglo y servidor público cuya trayectoria encarna un compromiso indeclinable con la democracia, la justicia social y el bienestar de Chile.
Su vida estuvo marcada, desde el día mismo de su nacimiento en Santiago, el 5 de enero de 1930, por ser hijo de inmigrantes croatas, herederos de una tradición de esfuerzo, tenacidad y amor por la patria adoptiva, como tantos descendientes de esa tierra que se han radicado en Chile. Como tantos otros chilenos ilustres, estudió en el Instituto Nacional y, más tarde, cursó Derecho en la Universidad de Chile, donde se tituló de abogado en 1955, con solo 25 años.
Desde sus años universitarios mostró un interés y una vocación marcados por el servicio público y la participación política, militando desde muy joven en el Partido Socialista, pensamiento con el que mantuvo una lealtad inquebrantable durante toda su vida. Su carrera pública es extensa y multifacética. Quizás, para los que aquí estamos, lo que más recordamos —y me acuerdo— es cuando, en 1990, fue elegido senador por la Región de Aysén, escaño que ocupó entre ese año y 1994, destacándose como una voz serena, reflexiva y dialogante, pero también firme y coherente en sus principios. Presidió la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia y Reglamento, participando activamente en la tramitación de reformas fundamentales al sistema judicial, electoral y constitucional. Fue un defensor de los acuerdos, pero sin claudicar en los valores de esa izquierda democrática a la que adhería con pasión.
Fue un actor fundamental en la consolidación de la transición a la democracia y en la construcción de una cultura política de respeto republicano que llevó a Chile a los mejores momentos de su historia.
Para mí, lo personal, es imposible, porque estaba sentado un poco más allá, no recordar el memorable discurso que ofreció en esta sala, ni más ni menos que el 14 de abril de 1992. Yo estaba en la Cámara, en un debate importante sobre una moción que restringía actividades relacionadas con el tabaco, cuando hizo una férrea defensa de la libertad personal.
En aquella época, con la democracia recién recuperada, expresó: "Yo observo en nuestra sociedad..." y, por favor, nada de lo que se diga debe entenderse como referido únicamente a la moción o a sus autores, ya que iba mucho más allá del tema. Más que el deseo de ampliar los espacios de libertad y la intención de desarrollar una cultura de libertad, manifestaba, de forma expresa o subliminal, la intención de avanzar hacia una contracultura represiva. Parecía que el máximo valor que se pregonaba en Chile era la abstinencia: se recomendaba no fumar, no consumir alcohol, ni ejercitar prácticas que son de uso común entre los seres humanos, ya sea como una fórmula de superación espiritual o como una manera de aproximarse a una mayor perfección en la vida individual.
O'Donnell decía, yo tengo serias...
Dudas acerca de estas recomendaciones constituyen una evolución positiva en la humanidad. Más bien, creo que estamos retrogradando. Al recordar sus palabras textuales, no sólo salta la profundidad de su visión y reflexión sobre la sociedad chilena, sino que también resalta su estilo parlamentario, con un uso siempre mesurado de la palabra, pero con documentación sólida y una impronta ética que trascendía banderas partidarias. Fue respetado por todos, tanto por sus colegionarios como por sus adversarios. Era un hombre de convicciones, pero también de escucha, de disposición al diálogo constructivo, y de profunda preocupación por el proceso educativo y formativo del país. Tal es así que su pasión por la educación lo llevó, además, a desarrollar una extensa y reconocida labor académica. No es posible entender la trayectoria de Hernán Vodanovic Schnake sin considerar su rol como formador de generaciones. Fue profesor universitario, mentor, político y figura referencial en el mundo socialista, no desde la estridencia, sino desde la coherencia. Su autoridad no se fundaba en el grito ni en la imposición, sino en la consecuencia de una vida sin dobleces, en el testimonio de una conducta pública y privada marcada por la brevedad, la honestidad intelectual y la vocación de servicio.
Esta forma de ejercer la autoridad y su impronta como jurista de sólidos conocimientos y criterios sensatos y oportunos lo llevaron a ser nombrado por este Senado, y ahí sí me correspondió, como Ministro del Tribunal Constitucional entre 2006 y 2015. Hernán Vodanovic Schnake no fue un político de popularidades fáciles ni de extensa influencia. Su legado es una política entendida como deber cívico, servicio al bien común y espacio de deliberación responsable y de construcción de consensos legítimos.
En un tiempo en que el debate público se ha vuelto, muchas veces, ruidoso, farragoso, fragmentado e instrumental, su figura nos recuerda que la templanza, la coherencia y el respeto son virtudes que dignifican la política y enriquecen la vida democrática. Señor Presidente, colegas, senadores y senadoras, este homenaje no es solo un acto de memoria, sino un compromiso con la historia, con los valores republicanos, con la democracia representativa y con una política al servicio de los ciudadanos. Honrar su nombre es también renovar el compromiso con el entendimiento, con la justicia social, con los derechos humanos y con el respeto institucional que él tanto defendió. Su reciente partida nos ha privado de una de las voces más lúcidas y equilibradas de la política chilena contemporánea, pero su ejemplo permanece en este Senado y en la memoria de su partido, el Partido Socialista, y sobre todo en la conciencia de que valoramos una política hecha con decencia, con rigor y con visión de futuro.
A nombre del Senado de la República, de la Unión Demócrata Independiente, de Renovación Nacional y de diversos independientes, entre ellos Rojo Edwards, quien me pidió especialmente hablar a su nombre, y de todos quienes compartimos su legado, hago llegar a su familia, a sus compañeros y compañeras de ruta y al pueblo que representó, nuestro respeto, afecto y gratitud eterna, con especial referencia a la senadora Paulina O'Donnell, aquí presente, quien con su visión y acción ha rendido un justo homenaje.
Muchas gracias.
Gracias, senador Coloma.
Tiene la palabra el senador Luciano Cruzcoque, a nombre de Evópolis e Independiente.
Muchas gracias, muy buenas tardes. En primer lugar, quisiera no solo saludarlo, señor Presidente, a usted, a mis colegas, a quienes nos acompañan y a las personas de la familia, familiares y amigos del exsenador Hernán Vodanovic Schnake. En esta ocasión nos convoca rendir homenaje a la memoria de quien fue un destacado servidor de Chile. El exsenador Hernán Vodanovic Schnake fue un hombre de profundas convicciones socialistas forjadas en una tradición familiar ligada a la fundación misma de dicho partido. Sin embargo, precisamente en este Senado, concebido como un lugar de encuentro y de liberación democrática, donde las legítimas diferencias ideológicas se subordinan cuando corresponde al reconocimiento…
Del compromiso y la dedicación al país, un compromiso que en figuras como Hernán Vodanovic Schnake trascendió las fronteras partidarias para encarnar una verdadera vocación por los asuntos públicos. La vida del senador Vodanovic fue multifacética, abarcando roles en los poderes legislativo y judicial, así como en la academia y la reflexión intelectual. Deseo centrar mis palabras principalmente en su vocación de servicio público, que encontró trascendentales cauces institucionales contribuyendo, desde las distintas esferas, a la consolidación de nuestra democracia y al fortalecimiento de su andamiaje jurídico.
En las elecciones parlamentarias de 1989, cuando Hernán Vodanovic Schnake resultó electo senador por la Región de Aysén, su victoria simbolizó el anhelo de una región austral a menudo percibida como aislada y con necesidades específicas en materia de conectividad y desarrollo, además de contar con una vocación por ser partícipe activa y con voz propia en el nuevo ciclo político que se iniciaba.
El 11 de marzo de 1990, junto con los demás senadores y diputados electos, asumió su escaño formando parte de un nuevo Congreso Nacional que tenía ante sí una tarea monumental: reconstruir las confianzas, sanar las heridas y buscar sentar las bases legislativas para una democracia robusta y duradera. Desde esa instancia, y principalmente desde la Comisión de Constitución que me toca integrar, el aporte del senador Vodanovic fue clave en la discusión, el análisis y la elaboración de un cuerpo de normativas destinadas a adecuar el marco legal del país a los nuevos tiempos democráticos, fortaleciendo el Estado de Derecho y las garantías fundamentales de todos los chilenos. Su labor en este ámbito contribuyó directamente a la configuración de los pilares institucionales y legales de la democracia chilena, una tarea que demandaba no solo conocimiento técnico, sino también una profunda visión de país y un compromiso con los principios republicanos.
Cabe destacar que el senador Vodanovic también buscó trascender las fronteras nacionales, formando parte de la Comisión Parlamentaria Binacional Chileno-Argentina, en un contexto regional en el que tanto nuestros vecinos argentinos como nosotros buscábamos consolidar nuestras respectivas democracias. En esta labor, fue fundamental su aporte en la cooperación y el diálogo bilateral.
Su iniciativa legislativa y su capacidad para concretar propuestas se manifestaron en la coautoría de diversas mociones que, tras el correspondiente debate parlamentario, se transformaron en leyes. Particularmente, quiero destacar aquella promulgada en abril de 1994 que introdujo modificaciones al Código de Procedimiento Penal y a la Ley de Menores. Como uno de los autores de esta moción, el senador Vodanovic contribuyó a perfeccionar normativas en áreas cruciales, como el procedimiento penal y la protección de los derechos de los menores, materias que se alineaban coherentemente con su perfil de abogado, preocupado por la justicia y la equidad.
Años más tarde, la trayectoria de Hernán Vodanovic como servidor público alcanzó un hito enormemente significativo con su designación como ministro del Tribunal Constitucional de Chile. Fue este mismo Senado de la República quien lo nombró para integrar la máxima magistratura encargada de velar por la supremacía de la Constitución. Ejerció este cargo por un periodo completo de nueve años, dejando en dicha institución una huella de rigor intelectual, independencia de criterio y una firme defensa de las garantías fundamentales de los ciudadanos.
Durante su extenso mandato en el Tribunal Constitucional, el ministro Vodanovic participó activamente en la deliberación y resolución de innumerables casos, muchos de ellos de gran trascendencia y complejidad, que tuvieron un impacto directo en la vida política del país. Un hito particular de su paso por el Tribunal Constitucional, que revela su compromiso con los principios del debido proceso, fue su voto disidente en una sentencia de octubre de 2008, relativa a un requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad de la norma sobre usurpación de aguas. En este caso, el ministro Vodanovic argumentó con fundamentación jurídica en contra de la opinión mayoritaria y sostuvo con vehemencia que la norma penal impugnada no cumplía con la exigencia constitucional de que ninguna ley podrá establecer penas sino cuando la conducta que se sanciona esté expresamente descrita en ella.
Su nombramiento posterior en el Tribunal Constitucional fue consecuencia de una carrera que entrelazó de manera consistente la práctica legal, la labor legislativa centrada en la Constitución y la justicia, y una sostenida reflexión académica como profesor de Derecho Constitucional.
Ya que efectivamente era notable la trayectoria pública complementada por su labor académica en distintas universidades, principalmente en la Universidad de Chile. Pero, y para concluir, quizá aquello que más nos pueda llamar la atención —a aquellos que no compartimos las ideas socialistas— fue precisamente la resonancia considerable en el debate político que tuvo en su momento su libro Un Socialismo Renovado para Chile. En un contexto histórico marcado por la crisis de los paradigmas tradicionales de la izquierda a nivel mundial y por la intensa búsqueda de los caminos democráticos en Chile, esta obra representó un aporte sustancial sobre la necesaria modernización en el pensamiento de la centroizquierda. El libro, que tenía una portada que se recuerda, mostraba simbólicamente a Felipe González y a Fidel Castro en direcciones opuestas, y se convirtió en un ícono de ese valiente proceso de renovación ideológica que experimentó un sector importante del socialismo chileno.
En sus páginas, Hernán Vodanovic Schnake defendía una concepción de la democracia no como una simple fase transitoria o un instrumento táctico, sino —en sus propias palabras— como un estado de las cosas que aspiramos que sea permanente, promoviendo una reconciliación desde el socialismo con la democracia liberal. Creo que aquí se puede ver de la mejor manera posible, con la mayor perspectiva política, el aporte de valentía y de renovación de ideas que hizo durante su vida política. No solamente su libro fue una reflexión aislada, sino que fue una pieza importante en el andamia intelectual que sustentó la conformación —ni más ni menos que— de la Concertación de Partidos por la Democracia, que contribuyó a la estabilidad de los gobiernos democráticos después de la dictadura. Su aporte fue, en consecuencia, tanto intelectual como profundamente político, al ayudar a delinear un socialismo capaz de dialogar, de construir alianzas transversales y de asumir responsabilidades de Estado. Esta capacidad para evolucionar en su pensamiento político se reflejó también en su opción por el rechazo en el plebiscito de 2022, como una valiente manifestación de honestidad intelectual y de adaptación reflexiva a los cambiantes desafíos del país.
Señor Presidente, junto con saludar a mi colega y senadora Paulina Vodanovic, su hija, quiero concluir este homenaje reiterando nuestro respeto por la figura de don Hernán Vodanovic Schnake. Reconocemos en él a un chileno que dedicó compasión y rigor intelectual gran parte de su existencia a pensar y trabajar por su país, desde diversos ámbitos del servicio público, impulsado por la renovación de sus ideas y una vocación de bien común por la nación. Que todos aquellos que estamos en el servicio público siempre tengamos presente que su memoria nos recuerde la importancia de la consecuencia, el valor del diálogo y la nobleza en el servicio de la República. He dicho, señor Presidente. Gracias, senador.
A continuación, la senadora Jimena Órdenes tiene la palabra a nombre del PPD, Democracia Cristiana y Federación Regionalista Verde e Independiente.
Señor Presidente, estimadas y estimados colegas, público asistente, funcionarias y funcionarios de la Corporación: muy buenas tardes. Hoy nos reunimos para rendir homenaje a un hombre que dejó una profunda huella en la historia política y jurídica de Chile, el abogado, académico y exsenador Hernán Vodanovic Schnake. Nació en Santiago el 9 de febrero de 1946 y, desde joven, mostró una clara vocación pública. Como estudiante de Derecho en la Universidad de Chile, fue dirigente de la Federación de Estudiantes y, desde muy temprano, militó en el Partido Socialista.
En su trayectoria política y personal, siempre destacó por su firme compromiso con los derechos humanos, la democracia y la justicia social. Ante los años más oscuros de nuestra historia reciente, tras el golpe de Estado de 1973, Hernán Vodanovic Schnake decidió no callar ni partir. Se mantuvo en el país, ayudando a reorganizar el Partido Socialista en la clandestinidad, participando como subsecretario general y fundando la Comisión Coordinadora de Abogados Democráticos. También formó parte del Grupo de los 24, un colectivo de juristas que propuso una alternativa constitucional basada en un sistema democrático, la separación de poderes, la descentralización del Estado y el respeto pleno por los derechos humanos. Su objetivo era que una nueva Constitución naciera legítimamente del pueblo, a través de un mecanismo representativo y plural, cumpliendo con los estándares internacionales en protección de los derechos humanos.
En 1989, en los albores del retorno a la democracia, fue elegido senador por la Región de Aysén. Lo conocí en esa época, cuando tenía 16 años y participé entusiastamente en su campaña. En la Cámara Alta, fue un legislador riguroso y comprometido. Participó activamente en varias comisiones, entre ellas la de Constitución, Legislación y Justicia; fue senador reemplazante en la Comisión de Régimen Interior e integró la Comisión Binacional Chileno-Argentina. También formó parte del Comité Parlamentario de los Partidos Socialista y por la Democracia. Durante su periodo parlamentario, apoyó activamente las llamadas “leyes cumplidas”, un conjunto de reformas fundamentales aprobadas en 1991 que ajustaron el marco legal heredado de la dictadura. Estas leyes eliminaron la facultad del Ejecutivo para detener personas en recintos militares, acotaron la Ley de Seguridad del Estado —que había sido usada para criminalizar la protesta— y reformaron la justicia militar, restringiendo que civiles fueran juzgados por tribunales castrenses. Fue un paso concreto hacia una democracia más plena.
Por otra parte, entre sus iniciativas legislativas más destacadas, fue coautor de la ley que sanciona el maltrato infantil, un avance importante en la protección de los derechos de niños y niñas. También apoyó la derogación de normas que permitían detenciones arbitrarias, fortaleciendo así el respeto por el debido proceso.
Tras su paso por el Senado, siguió sirviendo al país desde el Tribunal Constitucional, donde fue ministro entre los años 2006 y 2015. Desde allí, continuó su labor por el fortalecimiento del Estado de Derecho y la institucionalidad democrática. Pero además de ser político y jurista, fue un gran formador. Como académico, dejó una marca imborrable en generaciones de estudiantes de Derecho, no solo por sus conocimientos y capacidad de estudio, sino por su integridad, su vocación pública y su sentido de justicia.
Su legado también perdura en su familia, quienes están presentes en la tribuna y a quienes saludo. En su hija, nuestra querida colega Paulina Vodanovic Schnake, actual presidenta del Partido Socialista de Chile, se ha continuado ese mismo camino de compromiso con Chile, con la democracia y con las causas sociales que su padre defendió con convicción durante toda su vida.
Hernán Vodanovic Schnake falleció el 26 de enero de 2025, a los 78 años. Hoy lo recordamos con respeto y cariño, como un hombre íntegro, valiente y profundamente humano. Fue alguien que nunca transigió sus principios, ni siquiera en los momentos más oscuros. Su vida es testimonio de que el derecho, la política y el servicio público solo tienen sentido cuando están al servicio de las personas y de los valores que sostienen una sociedad más justa. Como senadora por la Región de Aysén, para mí es un honor rendir homenaje a quien también representó esta tierra noble y resiliente. Su nombre, al igual que el del ilustre senador socialista Salvador Allende, se sigue recordando con cariño y aprecio en toda la región. Vodanovic Schnake supo encarnar con dignidad y firmeza el espíritu progresista que ha dado sentido a tantas luchas en nuestro país: la defensa de los derechos humanos, la equidad territorial y la convicción profunda de que el Estado debe estar siempre del lado de quienes más lo necesitan.
Muchas gracias. Gracias, senadora. Tiene la palabra el jefe de comité del Partido Socialista.
Senador Juan Luis Castro, que representa al Partido Socialista y a la Democracia Cristiana, quiere saludar a Paulina, nuestra distinguida colega senadora, y a la familia que está acá presente: su cónyuge, su hermana, hijos, nietos y yernos. Todos ellos aquí presentes en este momento, después de cuatro meses y algo más desde que nos despedimos en Nambu Danwich, se reúnen en este acuerdo de comités para rendir un justo homenaje a un gran exsenador, quien falleció el 26 de enero recién pasado, dejando una huella indeleble en la historia política, jurídica y democrática de Chile.
Desde el año 46, en el seno de una familia profundamente ligada al devenir político y social del país, una familia peculiar de inmigrantes, de profesionales y de una clase media ilustrada orgullosa de haberse forjado, sus abuelos paternos, croatas, y su abuelo materno alemán, doña Marina Schnake Silva, profesora de Estado recordada por haber sido una estricta directora del Liceo I de Niñas de Santiago y defensora de la educación pública y de la cultura francesa, forjaron sus cimientos. Su tío abuelo, don Oscar Echnaque Vergara, fue fundador y primer secretario general del Partido Socialista, y su tío, Eric Echnaque Silva, político socialista, fue el último senador electo por el Maule en 1973.
Hernán Vodanovic Echnaque creció en una familia en la que la vocación pública era parte del legado. La política era conversación y acción. Su padre y sus tíos, todos abogados, lo instaban a la discusión y a la defensa de tesis desde temprana edad, mientras que su madre, bibliotecaria, lo estimulaba a una lectura voraz. Realizó sus estudios en el Liceo de Aplicación de Santiago y posteriormente ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile en el año 63, donde mostró un temprano liderazgo: fue vicepresidente del Centro de Alumnos de la Facultad, miembro del Comité Ejecutivo de la Federación de Estudiantes (FECCH) y del Comité Central de la Federación Juvenil Socialista. Militó en la juventud, asumiendo responsabilidades en la reorganización clandestina tras el golpe de Estado del año 73, desempeñándose como subsecretario general y fundando la Comisión Coordinadora de Abogados Democráticos. Además, fue fundador, junto a otros, del Manifiesto Democrático y de la Alianza Democrática, integrante del Grupo Los 24 y miembro de la Comisión Organizadora del Partido por la Democracia.
En el plano familiar, Vodanovic, esposo de Lucy Díaz Valderrama y padre de seis hijos —entre ellos nuestra presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic— fue el padre más cariñoso y preocupado de sus hijos: Pedro, Karim, Constanza, Juan Enrique y Hernancito. Sin duda, su mayor pena fue el fallecimiento de su hijo menor, Hernán Eduardo, quien mañana se cumplirán dos años desde que partió. Fue, además, un cariñoso y atento hermano mayor de Victoria y Natalio, sus queridos Tor y Talo, y un abuelo extraordinario que contaba historias, inventaba panoramas y sabía relacionarse de forma cariñosa, adaptándose a la edad y personalidad de Emiliano, Milka, Hernán Arturo, Antonia y Amelia.
Fue un hombre generoso y desprendido, tal vez en exceso, a quien le gustaba disfrutar de la buena mesa, de la comida sencilla y de conversaciones pausadas para analizar las cosas, controvertir, rebatir, ofrecer ideas y dejarse convencer. Culto, gran lector y de curiosidad insaciable, viajó por todos los continentes con ansias de conocer otras culturas. Cuando regresaba, aunque sus descripciones eran breves y sumarias, era en lo relativo a las comidas donde se detenía con gran precisión. Su pasión fue el fútbol y su lealtad al Magallanes, “el manojito de claveles”, legado de Erick Schnake, su tío casi un padre a quien, a pesar de la distancia del exilio, siempre permanecieron unidos. Acudía a estadios y potreros de Chile, a veces en buses de mala muerte, pero siempre siguiendo lealmente a Magallanes.
Hernán era el menor en la familia Schnake, socialista desde la cuna, y su tío Erick fue su referente más cercano. Trabajaba como procurador en la oficina de abogados, donde le delegaba tareas menores de atención al público y de sindicatos; de esta forma nació en él la pasión por la defensa de los trabajadores.