A fin de ocuparse de la siguiente tabla:
1.- Recibir al alcalde de la Municipalidad de Juan Fernández, señor Pablo Manríquez Angulo y al Consejo Local del Mar de Juan Fernández, a fin de que se refieran a la propuesta de creación y ampliación de áreas marinas protegidas del archipiélago Juan Fernández e islas Desventuradas, a que se refiere el oficio N°166, de la Ilustre Municipalidad de Juan Fernández de 8 de mayo de 2025.
2.- Continuar, en segundo trámite constitucional, la discusión y votar en general el proyecto de ley que modifica la ley N° 20.600, que crea los Tribunales Ambientales, en materia de procedencia del recurso de apelación y casación en los casos que indica. Boletín N° 16.204-12 (S).
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Bueno, nos ponemos de pie. En nombre de Dios y la patria, se abre la sesión.
Buenas tardes, presidente y Comisión. Se han recibido los siguientes documentos:
1) El documento denominado Informe Legislativo Anual de la Legislatura Nº 372, elaborado por el equipo del Observatorio Legislativo para Comunicaciones Marino-Costeras (OLMAR), que contiene un seguimiento de 37 proyectos de ley considerados como susceptibles de provocar impactos en comunidades costeras y sus modos de vida.
2) Una comunicación del particular señor Andrew Gilmore Evers, socio fundador de la Corporación Costa Carrera, mediante la cual reitera una denuncia presentada el 10 de febrero pasado de forma presencial ante el fiscal Eugenio Campos de la Fiscalía Anticorrupción del Ministerio Público, en contra de los senadores integrantes de la Comisión de Medio Ambiente, en el período 2018-2022, relativa a la autorización de actividades mineras en el Parque Nacional Patagonia.
3) Una nota del Comité de la Unión Demócrata Independiente, por la cual se indica que el diputado Eduardo Cornejo será reemplazado en esta sesión por la diputada Natalia Romero.
4) Una comunicación conjunta de las bancadas respectivas, por la cual se indica que el diputado Cristóbal Martínez y la diputada Camila Musante han acordado pareo para el evento de votación durante la sesión del día de hoy.
5) Finalmente, una nota de la bancada correspondiente, por la cual se indica que la diputada Giovanna Ahumada reemplazará en esta sesión a la diputada Sara Concha.
Eso es todo, presidente.
Muchas gracias, señor secretario. Ofrezco la palabra sobre la cuenta.
No hay la palabra sobre la cuenta, vamos por cerrar la cuenta. Ofrezco la palabra en puntos varios. ¿Algún diputado en puntos varios?
5:00
Bueno, yo en puntos varios quisiera plantear que tenemos definida como fecha de visita inspectiva en Paranal, que de acuerdo al acuerdo que tomó la comisión – no, perdón, es sesión extraordinaria de la comisión en el Observatorio Paranal el día 12 de junio –. El observatorio ha propuesto como hora de inicio de las actividades las 13:30 horas, con un almuerzo en el casino de los trabajadores de Paranal. Eso implica la posibilidad de trasladarse, o el día miércoles en la noche rumbo a Antofagasta o durante la mañana del día jueves, llegando directamente del aeropuerto hasta Paranal, para que las diputadas y diputados tengan en consideración que la distancia aproximada entre el aeropuerto de Antofagasta y Paranal es de dos horas y media. Por lo tanto, tranquilamente hay una cantidad importante de vuelos tanto el día jueves en la mañana como durante la tarde del miércoles. A ese respecto está considerada, naturalmente, la intervención del agente del observatorio.
Asimismo, se invita también al señor alcalde de Taltal, don María Cuña, quien ha confirmado asistencia, y naturalmente a los parlamentarios que quieran participar de la misma. Me sugería el señor secretario que la comisión pudiese acordar, si ustedes lo tienen ahí, suspender la sesión del día miércoles para efecto de que los diputados que quieran trasladarse con tranquilidad al día jueves lo puedan hacer. Así que quisiera ofrecer la palabra o someter directamente a votación el acuerdo para suspender la sesión del día miércoles. Había consideración de que íbamos a sesionar de todas formas el día lunes y el día jueves. ¿Le ofrezco la palabra respecto a ese punto?
Diputada: Perdón, presidente, por libertad, ¿habría sesión el día lunes, con los invitados que habíamos acordado? —Ya eso, gracias.— ¿Habría acuerdo entonces para suspender la sesión ordinaria del día miércoles?
Acordado. ¿El miércoles, 11, sí? Y la sesión sería el día jueves 12 en el Observatorio Paranal. Esto es una sesión de la comisión, por lo tanto, para efectos de los gastos operacionales no hay ningún problema, y entiendo además que la Secretaría de la comisión ya subió al sistema la citación, por lo que ya podría estar en disposición de comprar los pasajes respectivos para participar en esta actividad. ¿Alguna otra consulta respecto del viaje?
Bueno, vamos a darle curso a la orden del día. Esta sesión tiene por objeto recibir al alcalde de la Municipalidad de Juan Fernández, señor Pablo Manríquez Angulo, y al Consejo Local del Mar de Juan Fernández, a fin de que se refieran a la propuesta de creación y ampliación de áreas marinas protegidas del archipiélago de Juan Fernández e Islas Desventuradas, a que se refiere el oficio N°166 de la Ilustre Municipalidad de Juan Fernández, del día 8 de mayo de 2025.
Van a participar, como representantes del Consejo Local del Mar de Juan Fernández, el señor alcalde de Juan Fernández, don Pablo Manríquez; el señor Julio Chamorro Solís; la señora Grisel Recabarrenmena; el señor Marcelo Rossi Escudero; don Jonathan Retamal Contreras; don Daniel González Aguirre; doña Noemí Chamorro Solís; doña Valentina Zuleta Fajardo; y el señor Ignacio Cueto. Asimismo, va a participar en este punto la señora Ministra de Medio Ambiente, doña Maísa Roja, a quien le damos la cordial bienvenida; el señor Seremio de Medio Ambiente de Valparaíso, don Antonio Galleguillos, quien tiene que estar acá; y, además, el encargado de Diversidad de Valparaíso, el señor Andrés Cádiz Hernández.
Así que vamos a partir, alcalde, dándole la palabra con toda la libertad del mundo, de la forma que mejor usted lo estime; asimismo también a los integrantes de la Corte de Justicia, que pudiesen intervenir. Solamente, para efectos de orden, tienen que pedir la palabra con el botón que está ahí y nuestro secretario se la dará.
Perfecto, muchas gracias, presidente.
Muy buenas tardes a todos los diputados y diputadas. Presidente, acá en la Comisión de Medio Ambiente, para mí es un honor estar juntamente a ustedes, pudiendo traer Juan Fernández al continente. Sabemos lo difícil que es también llevar el Estado a una comuna tan lejana como es la comuna de Juan Fernández, a más de 800 kilómetros, y me atrevo a decir que es una de las dos comunas más aisladas del país.
Vengo acompañado, como bien decía usted, presidente, con el Consejo Local del Mar, un consejo que fue elegido democráticamente por la comunidad el año pasado, y justo me acompaña don Julio Chamorro, quien es el presidente del Consejo Local del Mar. Ayer tuvimos una sesión junto al equipo del Ministerio del Medio Ambiente en el Gobierno Regional; una sesión, ya que es la primera vez que se realiza en el continente, similar a sesiones que ya habíamos realizado con Juan Fernández. Yo, más que nada, presidente, de acuerdo al oficio que enviamos –con breve información tanto técnica como de parte del Consejo Local del Mar–, es informarle a ustedes, como Poder Legislativo, lo que estamos hoy solicitando al gobierno. No solamente hoy, ya venimos hace rato trabajando con el gobierno y con el Estado, y más que nada, quiero decir que se trata de un trabajo de Estado en el marco de la creación de las...
10:00
Marinas protegidas de Chile, en este caso de Juan Fernández y de Desventura, han traspasado ya tres gobiernos entre las creaciones, las implementaciones y las aprobaciones de los planes, para ser más exactos. Quisiera hacer una pequeña presentación para poder entrar y contarles un poco de Juan Fernández. Se muestran en un par de diapositivas la historia de los más de 20 años que hemos estado trabajando como comunidad en esta creación.
El archipiélago de Juan Fernández consiste en tres islas: la isla Alejandro Selki, Robinson Crusoe y Santa Clara. Para que se entienda, somos 1.100 habitantes; somos la tercera comuna en habitantes más pequeños del país. Hay una isla, la de Alejandro Selki, que se encuentra a más de 90 millas (170 kilómetros) de distancia, y en ella reside un representante, Jonathan Retamal, en una población de prácticamente 70 habitantes. Además, contamos con el territorio de la isla Desventura, que administrativamente pertenece a la comuna de Valparaíso, pero que, cultural y productivamente, desde el año 1901 es considerado parte de nuestra comunidad, dado que apenas viven 12 habitantes. Actualmente, estamos en proceso con la Subsecretaría de Desarrollo Regional, la SECPRES y la Dirección de Gobierno Interior, trabajando en el trámite administrativo que traspasa la administración de esta isla a la comuna de Juan Fernández.
Para que se entienda mejor, la distancia entre el archipiélago de Juan Fernández y Desventura es de aproximadamente 800 kilómetros, ubicándose Desventura a la altura de la tercera región, y el conjunto abarca alrededor de 97.000 kilómetros cuadrados. Mañana se cumplen 45 años de la creación de la comuna de Juan Fernández, establecida en junio de 1980, celebrando así los 40 años de su creación.
Contamos con un parque nacional, ya que prácticamente el 94% del territorio del archipiélago es parque nacional, mientras que el otro 6% se encuentra desafectado. Además, somos una reserva de biosfera; para que se entienda, Chile tiene 10 reservas de biosfera y la nuestra fue la segunda creada, después de Fray Jorge en 1977. La primera declaración del área marina protegida en Juan Fernández se realizó en 2014, hace 11 años, y la expansión de la reserva de biosfera —que originalmente comprendía únicamente el parque nacional— incluyó la parte desafectada y el área de conservación de múltiple uso, ampliándose de 9.500 hectáreas a prácticamente 1,2 millones de hectáreas.
Nuestra principal actividad es la pesca artesanal, con una data que se remonta a hace 130 años. Esta actividad, considerada sostenible, fue categorizada en 2015 como una de las pesquerías más sostenibles del Pacífico Sur Oriental; de hecho, me atrevo a decir que es la pesquería artesanal más sostenible, no solo en Chile, sino en todo el Pacífico Sur Oriental. Presentamos nuestros aparejos: maderas de trampa destinadas a controlar especies exóticas invasoras, de modo que, en caso de deterioro, la trampa se deshaga en el fondo del mar sin convertirse en un “fantasma”. Disponemos de embarcaciones adecuadas para una pesquería artesanal, y las medidas de control han surgido desde la misma comunidad hacia la institucionalidad, implementándose hace casi un siglo.
Por ejemplo, los pescadores no pueden extraer langostas mediante buceo, sino únicamente mediante trampa. La temporalidad de la pesca de la langosta es del 15 de mayo al 30 de septiembre, y se respeta en Juan Fernández. El tamaño legal es de 115 milímetros de cefalotoras como mínimo; a partir de ese tamaño se permite su captura. Asimismo, las langostas que presenten huevo, ya sean grandes o pequeñas, deben ser devueltas íntegramente al mar, según se observa en las imágenes.
Además, vengo del Consejo Local del Mar. Aquí se encuentra el presidente del Sindicato de Pescadores de la comuna, también integrante del Consejo Local del Mar, señor Daniel González Aguirre, quien podrá responder a algunas dudas que puedan tener. Actualmente, se está considerando, por parte de la Subsecretaría, la opción de incluir en un futuro plan de manejo la medida de que las langostas de más de 2 kilos sean, igualmente, dejadas en el mar, con el fin de mantener nuestra pesquería y asegurar que siga siendo tan sostenible como lo ha sido durante los últimos 130 años.
Cabe destacar que en Chile no existe una reglamentación que establezca un límite máximo de talla o de captura; Juan Fernández podría ser uno de los primeros en ello, a través de un plan de manejo. Para que se entienda, existen diversas figuras de protección para áreas marinas, entre las cuales se encuentran las reservas marinas, las áreas costeras de múltiples usos y los parques marinos.
15:00
Son las grandes líderes del porcentaje de la protección que tiene nuestro país, un 98% de esa figura se protege; 83% corresponde a parques marinos. Y para comentar cómo nace el tema de la pesca artesanal, fue la solicitud por parte de la comunidad para que pudiéramos tener áreas marinas protegidas. A fines de los 90 y a principios del 2000, tuvimos una pesca de arrastre que depredó los montes submarinos, afectando al alfonsino y a otras especies, lo que ocasionó que nuestros abuelos, pescadores longevos (algunos de los cuales ya no están con nosotros), solicitaran al Estado la protección de las áreas marinas. Esto se produjo al observar, en el horizonte, cómo los buques pasaban arrasando los montes submarinos que teníamos, y a través de ello la comunidad se organizó, apoyándose en instituciones como la Universidad de Concepción y otras, para comenzar a registrar datos de georreferenciación de caladeros, que permitieran justificar ante el Estado la protección de dichas áreas. Estas fotos datan de 2004, para que se hagan una idea; hay pescadores que ya no están, pero se muestran de forma emblemática, ya que a través de ellos se inició la solicitud de áreas marinas, que 12 años después fueron creadas y hoy, dos décadas después, se discute la posible expansión de nuestra figura de protección.
Quiero ceder la palabra a Julio Chamorro, quien continúa con la última parte de la presentación.
Buenas tardes a todas y todos. Gracias por el espacio y la oportunidad de presentar nuestra iniciativa, que no es tan nueva. En 2008 ingresamos la propuesta de áreas marinas protegidas en el archipiélago Juan Fernández y en las islas Desventuradas; es el dibujo que podemos ver en la presentación. Nuestra propuesta era proteger las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva, amparada en la información científica que indica que más del 98% de nuestras especies marinas son endémicas y en una biodiversidad que nos permite seguir siendo, hoy en día, un pueblo de pescadores. La pesca es la principal actividad de la Quinta Región; ninguna otra comuna vive de la pesca, lo que también nos hace responsables de lo que tenemos y de lo que queremos proteger. Desde el ingreso de las propuestas hasta la conformación de la red de áreas protegidas que observamos hoy, transcurrieron varios años de negociaciones.
En el lado izquierdo de la presentación se muestra el Nazca de Desventuradas. El área es tan extensa que abarca 300.000 kilómetros cuadrados, es decir, alrededor de 30 millones de hectáreas, en las que no se distingue la isla, representada en ese pequeño rectángulo en el centro. Ese “Pac-Man”, como lo denominamos, se justificó en su momento porque existía una flota pesquera artesanal chilena que, además, capturaba especies altamente migratorias como el pez espada. Los permisos de pesca en Chile son regionales; yo soy pescador de la Quinta Región (o de la cuarta o tercera, según corresponda), a excepción de Rapa Nui y Juan Fernández, que actualmente tienen un régimen diferenciado. Sin embargo, la única flota que puede cruzar esos límites regionales es la que persigue al pez espada. La normativa establece que esas embarcaciones no pueden salir de las 90 millas, según el tipo de embarcación y la matrícula del patrón, mientras que para Desventuradas se ubican a 800 millas. Por ello, cuando elaboramos el plan de administración, la Armada enfatizó que, si bien existía una actividad pesquera del pez espada, esa flota artesanal no habría podido alcanzar la zona por la gran distancia que separa a Chile continental de las islas Desventuradas.
Dentro de la expansión –que desarrollaré un poco más– es importante señalar que uno de los nuevos requisitos de la Ley 21.600, de la Ley de la Naturaleza para crear nuevas áreas protegidas, es mostrar y justificar los últimos 10 años de actividad pesquera en la zona. Ya contamos con los resultados; en la parte donde se permite la pesca –la zona que se muestra en gris, correspondiente al parque marino, donde no se realiza actividad alguna–, nosotros, como pueblo de pescadores, hemos decidido no intervenir, pensando en las futuras generaciones. En cambio, en otra área que hoy no está protegida, la actividad pesquera es nula, y la industria albacoreera se encuentra quebrada; basta con recorrer las bahías de Coquimbo o mercados del sur, donde se han cerrado por tratarse de una especie con elevados niveles de metales pesados, lo que ha reducido la actividad. Esa es parte de la información que ilustra el lado derecho de la presentación, en el que se observa el área de conservación de múltiples usos, marcada en morado, donde actualmente nuestra flota pesquera artesanal puede operar, complementada por una red de parques marinos costeros, que suman tres.
20:00
La isla de Roscón Cruzódez, una en la isla de Janducerque, los montes submarinos que se encuentran en el medio y el Teherán Parque Marino al lado verde. En total, contamos con 580.000 kilómetros de áreas marinas protegidas, equivalentes a 58 millones de hectáreas. Para la administración de esta red se creó, el 12 de junio del año pasado, el Consejo Local de Gestión, organismo formado por seis entidades estatales: la Subsecretaría de Pesca, el CERN de Pesca, la Municipalidad de Valparaíso, el Gobierno Regional de Valparaíso, el Ministerio del Medio Ambiente, la Armada de Chile y la Municipalidad de Juan Fernández. Además, participan siete representantes de la comunidad, que integran al sector pesquero y artesanal de los distintos subsistemas, al CERN de Venturá, la Producción Provincial de Santa Clara, el gremio de turismo, representantes de mujeres, de adultos mayores, y un cupo para aquellos que no se sientan representados por las otras instancias.
Llegamos a esta mesa de administración con una propuesta que, aunque se anunció como nueva, en realidad era nuestro anhelo inicial. No solo contamos con la misma justificación de la línea base realizada en su momento, sino que se suman los estudios de los últimos 10 años, realizados a través de cruceros oceanográficos –como en el Cabo de Hornos, por ejemplo, y en el Parque Portú– que han permitido justificar el cierre, en buen sentido, del Parque Marino de Juan Fernández e Islas Desventuradas, de modo que cumpla con el límite de las 200 millas. En esa zona se encontró el Monte Solito, y, tras una inversión, se identificaron más de 100 especies nuevas. Además, dada la normativa vigente –en la que la Armada indica que no debe haber actividad pesquera artesanal continental– se fortalece la justificación de esta medida.
En el rectángulo interior, representado en amarillo, los pescadores artesanales proponen la creación de un área de conservación de múltiple uso, ya que en la actualidad no cuenta con ninguna figura de protección. Aparte de replicar el área existente en Juan Fernández, se cuenta con otro ente administrativo en las pesquerías del archipiélago: el Comité de Manejo de las Pesquerías del Archipiélago de Juan Fernández e Islas Desventuradas, conformado por pescadores de la comunidad y presidido por la Subsecretaría de Pesca, con la participación de la Armada de Chile y de Cernemesca. Este Comité elaborará un plan de manejo que incluirá medidas como las tallas mínimas y máximas. Aunque en Juan Fernández nunca se han utilizado redes, dicha normatividad se incorporará al plan, cuyo radio de acción abarcará el área de conservación de múltiple uso, destinada a la pesca, al turismo y a otras actividades, pero excluyendo los parques.
En el caso específico de Juan Fernández, la idea es ampliar el parque marino del mar de Juan Fernández, sin solapar con la zona económica exclusiva proveniente de Chile continental. Si bien la propuesta es más ambiciosa que la inicial –sumando, con la ampliación, 624.000 kilómetros cuadrados, más de lo que actualmente se protege–, estamos convencidos de que es el camino para dejar un legado a futuras generaciones y para que Chile asuma un liderazgo internacional en materia de protección de los mares.
Asimismo, se han dado buenas noticias. Una de las exigencias de la nueva ley es determinar quiénes son los usuarios del mar y quienes desarrollan las respectivas actividades. Se ha detectado una actividad de pesca industrial de jurel bastante relevante. Este año, en febrero, Chile logró aumentar en un 25% la cuota mundial de jurel, ya que hace 40 años no se observaba tal incremento en la biomasa de esta especie. La creación de esta extensa área marina protegida –un sitio de desove y alimentación– ha permitido aumentar la cuota internacional en varios millones de toneladas, evidenciando lo que antes era una hipótesis teórica sobre el efecto spillover. Los datos actuales, avalados por un comité científico internacional y respaldados por estudios nacionales e internacionales, confirman que este efecto se manifiesta, lo que permitirá que tanto los pescadores de Juan Fernández como los del Chile continental sigan beneficiándose de este banco de biodiversidad, donde comienzan a proliferar las especies comerciales.
Sumado a ello, se cumple nuestro anhelo histórico y biológico. Cuando se descubrió el archipiélago de Juan Fernández en 1564 –el 8 de noviembre se descubrió el “aire de la aventura” y el 22 de noviembre del mismo año se exploró el archipiélago por el mismo piloto– se sentaron las bases para este legado.
25:00
Que es el nombre de los ciberos, Juan Fernando. Nosotros somos colonia de 1877, pero también una colonia en el buen sentido de la palabra. Cuando Juan Fernando descubrió esta isla, nunca un humano antes había pisado este territorio, a diferencia de otras islas del Pacífico que tenían pueblos originarios. Por lo tanto, fue un laboratorio viviente y rebosante de biodiversidad que hoy día se mantiene; en la parte terrestre está un poco más delicada, pero todavía se conserva, y estamos en el momento de poder rescatarlo.
Pero también sabemos de esta conexión biológica, que es el espacio que queda entre el archipiélago de Juan Fernández y el de Desventuradas, que asciende a 925.054. Es algo que anhelábamos desde hace mucho tiempo, pero no contábamos con la herramienta para proteger áreas marinas en aguas internacionales hasta que, con el IMPACT V, se creó un acuerdo internacional de las Naciones Unidas para el alta mar, orientado a establecer áreas marinas protegidas o medidas de protección biológica o genética en alta mar. Hoy nace esa posibilidad, más aún cuando Chile está postulando a Valparaíso como sede mundial de este tratado, de lo cual ahora formamos parte en la Conferencia de los Mares, apoyando esa postulación.
Viajamos con el gobernador de Valparaíso, con el alcalde de Juan Fernández, con la alcaldesa de Valparaíso, con el Consejo del Mar de Rapa Nui, con la Cancillería y con el Consejo del Mar de Juan Fernández, y con la ministra, ya que somos parte del mismo grupo.
Ahora, ¿por qué la Quinta Región? Permítanme retroceder un poco a lo que decía el alcalde. Si bien Chile tiene un 43, 44, 45 –dicen algunos– de la Zona Económica Exclusiva, esos porcentajes se concentran en la Quinta Región, en las islas oceánicas: el 98% del área y el 85% de los parques marinos se encuentran en esa zona. Hoy, según los nuevos cálculos –ya casi culminada la propuesta– Chile pasaría del 45% a un 60%.
Esta mañana fue una muy grata noticia. Actualmente contamos con 580.000 km² y se le sumarán 620.000 km² solo de la parte interna, sin contar la de la Junta Nacional. Es un número bastante grande. Sabemos que esta propuesta tendrá que pasar por la aprobación de varios ministerios, como ha ocurrido anteriormente, y lo más probable es que debamos negociar y atender otros intereses, también de pescadores artesanales e industriales del continente; podría ajustarse un poco al alza o a la baja, pero la propuesta inicial es la que tenemos hoy, y, como he dicho, Chile se convertiría en uno de los primeros tres países en poseer esa cantidad de áreas marinas protegidas, salvo una salvedad: falta la siguiente imagen. Ahí se muestran los números, y esta presentación queda a disposición de los diputados para que puedan analizar dichos datos.
Todas las presentaciones que veníamos realizando –de hecho, la presentamos ayer en el Senado, razón por la cual figura el 53,7%, ya que era un número en proceso de ajuste–. Se contrató un equipo de profesionales: dos mujeres, una candidata a doctorado y una isleña. Hoy nos encontramos con un número bastante interesante y, en todos los mapas, destacamos a Valparaíso, lo que justifica aún más la postulación. Ojalá que, de ratificarse el tratado en la Conferencia de los Mares, Valparaíso quede con las tres, y de no ser así, seguiremos trabajando para que eso ocurra durante este año o el próximo.
En la placa de Nazca, que es todo lo que tenemos al frente de Juan Fernández, habitan dos comunidades en la misma: una es la comunidad de Rapa Nui y la otra, la de Juan Fernández. Somos los únicos dos pueblos que habitan en la playa Nazca. Nuestra relación es histórica: ellos son un pueblo milenario, establecidos en Rapa Nui desde el año 500, y nosotros llegamos en 1877; desde que se creó la colonia de Juan Fernández, antes de que existiera el aeropuerto Mataveri –que fue el aeropuerto internacional de Rapa Nui– la ruta ha sido Valparaíso, Juan Fernández, Rapa Nui, Rapa Nui, Juan Fernández, Valparaíso, durante un siglo y medio o dos, lo que ha generado una cercanía: nuestros abuelos se conocen, tenemos familia y estudiantes en la Quinta Región, tanto en Rapa Nui como en Juan Fernández. Por ello, existe una excelente comunicación y cercanía, y ahora proponemos esta imagen más amplia, que se muestra mucho más ambiciosa, aunque en la parte de Rapa Nui ya se viene trabajando desde el año 2016, con la protección del cordón de Nazca que atraviesa Desventuradas y llega hasta el sur de Perú. Esa es una de las primeras propuestas bajo este tratado, y la estamos armando en estos momentos, como acabo de mostrar en la mano derecha, representada en este dibujo completo.
30:00
Chile también está demostrando no solo que queremos traernos la sede de un tratado a Valparaíso, sino que el país ha comprobado, como dijo el alcalde, que esto constituye una política de Estado. Hemos pasado desde el quinto gobierno; la propuesta ingresó en 2008 y nosotros comenzamos a trabajar en ello en 2006. De hecho, la hicimos con un FPA cuando aún no existía el Ministerio del Medio Ambiente y estaba la CONAMA de esa época. Veníamos trabajando en esto y estamos convencidos de que es una buena imagen para el país. Ojalá que nos vaya bien a la Ministra y a todo el grupo presente para ir a la conferencia.
Hay un video que queremos mostrar, es cortito y resume un poco lo que estamos trabajando y lo que vamos a exponer hoy. Esta era la última diapositiva y terminamos con el video. Esperamos un ratito; si es posible, continuaremos conversando y luego finalizaremos con el video sin inconveniente.
Le pasamos la palabra, entonces, a la señora Ministra de Medio Ambiente.
Muchas gracias, Presidente, por estar en medio. Saludos a los diputados y diputadas presentes, y también al alcalde y a los miembros del Consejo del Mar que están aquí.
Yo también tengo una presentación, si pudiera ponerla. Mi presentación repite algunos de los temas que tanto el alcalde como el consejero mencionaron, pero creo que vale la pena, y además pongo un poco el contexto de lo que significaría una ampliación del área, ahora considerando la nueva ley.
Uy, no estoy segura de cómo funciona esto. Ahí está, con esto debe ser, ¿no? Ahí, sí, perfecto.
Bueno, entonces, la ecorregión a la cual corresponde Juan Fernández y las islas Desventuradas es la de Islas Oceánicas, que hoy en día están fuertemente protegidas. A eso hay que sumarle Rapa Nui también. En Juan Fernández contamos con seis parques nacionales marinos, dos grandes y seis más pequeños, y además un área de conservación de múltiples usos, en la cual están permitidas ciertas actividades de pesca en particular.
Cuando se crea un área protegida, es porque existe un valor ecológico que se quiere resguardar. En este caso, vemos que tenemos tantas áreas protegidas, no solamente por el interés de una comunidad que, como ha quedado claro, ha sido sumamente activa en pedirle al Estado que declare estas zonas de estrategia, sino también porque en este territorio, en este maritorio, existen comunidades de especies muy longevas, de profundo crecimiento y de lento reemplazo. Y no hablo solamente de la langosta, que es lo que probablemente la mayoría de nosotros conoce, sino que también estamos hablando de corales, esponjas, bryozoarios, peces endémicos, etc.
35:00
Hay procesos ecológicos importantes: un área de retención y dispersión larval de la langosta, una zona de reproducción del lobo marino de Juan Fernández, una ruta migratoria de mamíferos como las ballenas y también de aves marinas. Por ello, existe un conjunto de elementos ecosistémicos muy valiosos que ameritan obtener esta protección.
Quisiera ahora referirme brevemente a cómo se declaran las áreas protegidas, para que sepamos exactamente qué es lo que se solicita. En primer lugar, la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente (Ley 19.300) asigna al Ministerio la tarea de proponer políticas, planes y de supervisar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Asimismo, establece que el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático debe pronunciarse sobre estas propuestas. Esto es lo que acontece hoy en día y, hasta antes de que se aprobara la Ley 21.600 —la ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas—, la tarea de proponer áreas protegidas estaba repartida entre cinco ministerios. Esa era una de las razones por las cuales era tan importante contar con un servicio único encargado de la conservación, protección y restauración de nuestra naturaleza, lo que en sus últimas etapas se conoció como la “ley para la naturaleza”.
Además, se crea un Sistema Nacional único de Áreas Protegidas. Anteriormente, las áreas protegidas terrestres estaban bajo el rol de CONAF y Bienes Nacionales, y el ámbito oceánico dependía del Ministerio de Medio Ambiente en lo que respecta a la pesquería; ahora se integra un solo sistema que abarca tanto lo terrestre como lo marino. La ley dispone una cantidad importante de artículos que definen el funcionamiento del sistema y el proceso de declaración de dichas áreas.
En concreto, con la ley se homologaron las categorías de las áreas protegidas a una nomenclatura internacional. Anteriormente, existían once categorías que se habían inventado de manera aislada —por ejemplo, el “Santuario de la Naturaleza”, una figura popular que no se condice con ninguna de las categorías internacionales—. Actualmente, se cuenta con seis categorías. Tres de ellas, Reserva de Región Virgen, Parque Nacional y Monumento Natural, corresponden a un régimen de conservación más estricto, en el que se prohíbe la explotación de recursos naturales con fines comerciales (por ejemplo, en algunos parques ya no se permite la pesca). Posteriormente, se encuentran tres categorías —Reserva Nacional, Área de Conservación de Múltiples Usos y Área de Conservación de Pueblos Indígenas— en las cuales se admite el uso sustentable. De hecho, hace dos semanas se aprobó en el Consejo de Ministros el primer Área de Conservación de Múltiples Usos Terrestres, resultado de la ampliación del Parque Nacional Los Glaciares en la Región Metropolitana, lo que permite ciertas actividades sustentables en tierra, similar a lo que hasta ahora se aplicaba en el ámbito oceánico.
Por último, el procedimiento de declaración de un área protegida se regula en el artículo 64 de la ley, que dispone su creación mediante un decreto supremo del Ministerio del Medio Ambiente. En el caso de áreas en el mar, dicho decreto debe contar además con la firma del Ministerio de Defensa; mientras que en áreas terrestres, con la firma del Ministerio de Bienes Nacionales. El decreto que crea el área protegida debe contener su categoría, la superficie, la ubicación y los objetos de protección, es decir, aquello que se desea preservar, lo que implica contar con la información adecuada sobre el contenido del área.
40:00
En ese lugar, y el decreto también debe ser acompañado por una cartografía que establezca los límites expresados en coordenadas. Aquí hay un resumen de los requerimientos. Todo comienza con una solicitud, que puede ser por oficio, es decir, que nosotros mismos indiquemos que esta área la queremos proteger; o puede ser a solicitud de una persona interesada o de una comunidad, como un municipio, que es lo que está ocurriendo en esta situación.
Debemos elaborar un informe técnico justificatorio en el cual se expresen las consideraciones científicas, culturales y asociadas a la biodiversidad, ya que con esa información se definen los objetos de protección, los cuales se aseguran a través de los planes de manejo. Esa es una parte técnica que debe elaborarse. Se deben solicitar informes sectoriales pertinentes, dependiendo de qué tipo de actividades existen en la actualidad en el área propuesta. En el caso de áreas marinas, se debe también solicitar un informe al Ministerio de Defensa, realizar consultas al Gobierno Regional y al municipio; en todo proceso debe haber participación ciudadana, mediante una consulta ciudadana y, en algunos casos, consulta indígena, cuando la medida sea susceptible de afectar a comunidades indígenas.
Una vez que se ha completado todo ese proceso, se llega al pronunciamiento del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, lo cual es un hito relevante, ya que esos 14 ministerios indican: “ok, estamos de acuerdo con esto”, tal como ocurrió hace dos semanas, por ejemplo, en el Parque Glaciar, en la región metropolitana. Después de ese pronunciamiento, continúa la elaboración del decreto, la firma del presidente, la toma de razón y, finalmente, la publicación en el Diario Oficial. Esos son los requerimientos.
Con respecto a la solicitud en esta primera etapa, es importante señalar —y los consejeros y el alcalde lo saben— que estos procesos se han tramitado en ocasiones anteriores; se demoran, pero están bien regulados y ordenados, y aún nos encontramos en esta etapa inicial. Sin embargo, quisiera, Presidenta, si me lo permite, manifestar también un aspecto fundamental en la protección. Nosotros, los chilenos, nos sentimos muy orgullosos de nuestra naturaleza; contamos con muchas áreas protegidas, en el océano en particular, y realmente somos líderes mundiales en esa protección. No obstante, la protección no consiste solamente en tener un mapa repleto de líneas o un polígono que indique “esto está protegido”, sino que también implica asegurar una protección efectiva.
Para ello, deben darse segundos, terceros, cuartos pasos; uno de ellos es que existan los planes de manejo, ya que es ahí donde se define realmente qué se puede hacer, cómo se puede hacer, cuándo y qué no se puede hacer. En general, esto está asociado a una buena gobernanza. La buena noticia es que en Juan Fernández y entre sus habitantes se entiende que esta protección asegurará no solo el sustento económico, fundamental para la pesca artesanal que es su actividad principal, sino también la preservación de la biodiversidad. No solo se ha logrado la declaración de estas ocho áreas protegidas, sino que, como se mencionó, desde el año pasado existe un Consejo Local de Gestión para todas las áreas protegidas y se han aprobado casi todos los planes de manejo. Con ello, no solo se ha avanzado en hectáreas y kilómetros cuadrados, sino que se garantiza una protección efectiva que asegura que la biodiversidad siga funcionando correctamente, tanto por su valor intrínseco como para que continúe proveyendo los beneficios que de ella se derivan.
45:00
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