Senado Seguridad Pública

Senado - Seguridad Pública - 2 de junio de 2025

2 de junio de 2025
19:45
Duración: 1h 58m

Contexto de la sesión

1.- Recibir en audiencia a la Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR) y al Movimiento Ciudadano No Más Victimas, quienes expondrán sobre el problema de la violencia y delincuencia desde su experiencia.

Vista pública limitada

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Inicia la comisión de seguridad pública. Cuenta, señor Cerebravia. Gracias, señor presidente. En cuenta tenemos los siguientes documentos que han llegado a Secretaría: con fecha 27 de mayo ha ingresado a esta comisión la moción presentada por los honorables senadores, señora Aravena y señores Castro González, Durana, García y Osandón, con la que inician un proyecto de ley en primer trámite constitucional que modifica la ley 21.732, la cual determina conductas terroristas, fija su penalidad y deroga la ley 18.314 para perfeccionar las disposiciones que indica. También se han presentado dos urgencias. La primera se ha hecho presente como urgencia suma al proyecto de ley iniciado en mensaje de su excelencia, el Presidente de la República, que modifica diversos cuerpos legales con el objeto de modernizar el sistema de incentivos, extender la carrera a los futuros ingresos a Carabineros y establecer herramientas de gestión de la planta. Boletín 17.535-25, cuyo plazo vencería el 11 de junio. Y con fecha 28 de mayo se ha hecho presente la urgencia suma al proyecto de ley que fija un plazo máximo para que los proveedores de servicios de Internet y telecomunicaciones entreguen registros de llamadas y otros antecedentes de tráfico comunicacional en delitos de crimen organizado y otros, cuya investigación requiere especial celeridad. Boletín 16.974-117, cuya urgencia estaría venciendo el 12 de junio. Eso es todo en materia de cuenta, señor presidente. Gracias. ¿Se ofrece la palabra sobre la cuenta? ¿Puntos varios? Canorpio. Gracias, presidente. Lo señalé en la Comisión de Defensa hoy, en base a los anuncios presidenciales en relación...
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con Israel el material de defensa y de seguridad, solicitar si es factible que el gobierno, en una sesión que se pueda realizar de manera unida o separada, con el carácter y la reserva respectiva, pueda analizarlo, señor presidente. Gracias. De acuerdo a lo que solicita el senador Pío, ¿hay acuerdo en la comisión? Tómese el acuerdo tal como lo pide el senador. En la misma línea, señor presidente, creo que ustedes, junto al presidente de la Comisión de Defensa, pueden encabezar esa convocatoria en los términos planteados, ya que no solo incide en la defensa, sino también, en materia de seguridad interior. Súmenselo a la presentación realizada por el senador Pío. Bien, quiero saludar a la Federación de Empresas de Turismo de Chile, FEDETUR, quienes van a exponer en este primer trámite de la Comisión. Saludamos a sus invitados: la Presidenta Ejecutiva, señora Mónica Zalaquett; la gerenta de Desarrollo y Relacionamiento, señora Francisca Herrera; y el asesor legislativo, don Francisco Moreno. Señora Mónica, se le ofrece la palabra. Muchas gracias, señor presidente, por su intermedio, y agradezco a la Comisión y a los senadores que hoy nos acompañan. También saludo al secretario de la Comisión. Para nosotros es de suma importancia la exposición que presentaremos hoy, con miras a impulsar ciertos acuerdos que nos permitan mitigar lo que se vive en el país y cómo impacta la industria del turismo. Como bien todos sabemos, Chile enfrenta una crisis de seguridad pública que se ha ido agudizando en los últimos años. En términos objetivos, las cifras de criminalidad han empeorado. La tasa de homicidios en Chile prácticamente se duplicó en la última década, alcanzando 6.3 por cada 100.000 habitantes en el año 2003, siendo la más alta registrada con 1.249 víctimas ese año. Si bien el año 2024 mostró una leve baja a 6.0 por cada 100.000 habitantes, sigue siendo un nivel preocupante y no satisfactorio. Además, una proporción creciente de estos homicidios está vinculada a grupos delictuales organizados, lo que evidencia que el crimen organizado transnacional, lamentablemente, está echando raíces en nuestro país. ¿Y cómo afecta esto al turismo? El turismo receptivo depende críticamente de la imagen de seguridad de un destino. Chile, históricamente, fue considerado un país estable y seguro dentro de Latinoamérica. Un informe de la Organización Mundial de Turismo destaca que la seguridad es uno de los factores principales a la hora de elegir un destino, y Chile fue reconocido por años como uno de los países más seguros de la región. Sin embargo, la reciente ola de delitos ha empezado a impactar esa reputación. La creciente inseguridad ha deteriorado la imagen del país como destino turístico seguro, tal como advierten expertos. Zonas tradicionalmente turísticas, como Santiago, Valparaíso o la Patagonia, han experimentado tensiones por hechos delictuales, y los visitantes están cada día más preocupados por la posibilidad de ser víctimas de robos o ver comprometida su integridad. Según una encuesta realizada por la Cámara Nacional de Turismo, la delincuencia es una de las principales preocupaciones de los extranjeros que visitan Chile, especialmente en lo relativo a robos de pertenencias y la seguridad en el transporte público. Esta percepción negativa puede desalentar viajes o alterar los comportamientos de los turistas, tal como estamos observando. En febrero de este año, si antes ciudades como Santiago, Valparaíso o Viña del Mar eran puntos imperdibles para turistas europeos o estadounidenses —incluso cuando se trataba de una breve escala durante el trayecto hacia destinos como Torres del Paine o San Pedro de Atacama—, hoy la realidad ha cambiado. El verano pasado constatamos una menor presencia de turistas estadounidenses en la Región Metropolitana, con una disminución del 15% en comparación con el año 2023, ya que un porcentaje de ellos optó por dirigirse directamente a sus destinos finales en lugar de pernoctar en Santiago. En este contexto han influido las alertas de seguridad emitidas en el país.
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Se ha levantado el gobierno de ese país a sus ciudadanos, si es que viajan a Chile, producto de la mayor inseguridad que se registra en la capital y, particularmente, en zonas como el casco histórico. La misma situación, señor presidente, se está viviendo en la región de Valparaíso. En paralelo, las cifras del turismo receptivo muestran señales mixtas. Tras el desplome causado por la pandemia del COVID-19, cuando las llegadas internacionales cayeron drásticamente en Chile y en el mundo, Chile tuvo una recuperación importante el año 2024, llegando a recibir 5.240.000 turistas extranjeros. Esa cifra representa un aumento del 40% versus el 2023 y un 16% más que el año 2019, marcando así un récord que nos presagia un sector que puede seguir creciendo de manera importante. Es decir, en términos agregados, el sector ha rebotado gracias a la apertura post-pandemia y a los esfuerzos de promoción. No obstante, como FEDETUR recalcamos, la crisis de seguridad podría frenar ese crecimiento. De hecho, hasta el 2023 la recuperación había sido más lenta de lo esperado, con una caída acumulada de 20% en las llegadas internacionales en los dos años previos, lo que se estima significó una pérdida económica de más de 600 millones en el año 2024 por menores ingresos turísticos. Esta situación afecta gravemente a pymes de rubros como transporte, gastronomía y hotelería, que dependen de la llegada de los visitantes extranjeros. En 2019, el turismo aportaba en torno al 3% del PIB y empleaba a miles de personas. Por ello, un retroceso en visitantes extranjeros por motivos de inseguridad tiene implicancias macroeconómicas y sociales considerables. En resumen, el diagnóstico general muestra un entorno desafiante. Chile enfrenta un problema serio de seguridad pública, con delitos más violentos y crimen organizado en expansión, que está incidiendo en la percepción internacional de nuestro país. El sector turístico, sensible a estos temas, corre riesgo de verse resentido, y la tendencia continúa; ya existen signos de advertencia en las estadísticas y en la opinión de viajeros. Es por esto, señor presidente, que es fundamental entender esta realidad para dimensionar la urgencia de tomar medidas que protejan a los visitantes y, sobre todo, resguarden la reputación de Chile como destino. Quisimos ponerle rostro a esta problemática y, para ello, exponer tres casos delictivos recientes en Chile, en los que los afectados han sido turistas. Estos ejemplos ilustran el tipo de delitos que han ocurrido y el impacto mediático que han tenido tanto a nivel local como internacional. Primer caso: asalto con violencia a una familia extranjera. El 16 de octubre del 2024, un turista argentino de 51 años, que visitaba Santiago con su esposa e hijo, sufrió un violento asalto tipo encerrona al salir en auto del Mall Plaza Alameda, en la comuna Estación Central. Delincuentes armados interceptaron su vehículo para robarlos. Al intentar evadirlos, el turista fue baleado en el brazo por uno de los asaltantes. Afortunadamente, sobrevivió al ataque y logró conducir, a pesar de estar herido, hasta buscar ayuda. Este hecho ocurrió en plena zona comercial concurrida, causando conmoción tanto en Chile como en Argentina, donde fue ampliamente cubierto por la prensa; además, las imágenes violentas transmitidas en los noticieros trasandinos generaron alarma en los potenciales visitantes. Segundo caso: robos masivos a turistas en Valparaíso. La ciudad, reconocida como destino patrimonial, ha experimentado múltiples delitos contra visitantes extranjeros. Un ejemplo grave ocurrió en mayo del 2023, cuando un turista francés fue víctima de un violento asalto en Cerro Alegre. Señor presidente, lo que sucede en Valparaíso es lamentable, pues siendo un patrimonio de la humanidad, estos hechos violentos —entre ellos el asalto al turista francés— han provocado que los turoperadores ya no quieran llevar a nuestros visitantes a la ciudad, impactando no solo a quienes viajan solos, sino también a los turoperadores chilenos. Tercer caso: anteriormente, el turista que venía a destinos como Patagonia, San Pedro o Rapa Nui se quedaba una o dos noches en Santiago, donde se realizaban visitas, al menos durante el día, si no se hospedaba por completo. (Note: El tercer caso se encuentra incompleto en la transcripción original.)
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Hoy día el tour operador prefiere alojarlo en un hotel alrededor del aeropuerto, ya que, como estamos viendo, está creciendo el número de camas en esa zona y opta por saltarse estos dos destinos precisamente por hechos como los que les estamos comentando. Aumento de robos a turistas. Más allá de casos individuales, las cifras recientes confirman una tendencia al alza en delitos contra visitantes. Un informe oficial de Carabineros reveló que los asaltos a turistas aumentaron en un 83% durante el año 2023, registrándose 466 casos entre enero y noviembre. De ese total, las principales víctimas fueron argentinos y brasileros, nacionalidades que coinciden con nuestros mayores mercados emisores. La gran mayoría de los incidentes ocurrieron en la Región de Valparaíso, en la ciudad de Viña del Mar, zonas turísticas donde se concentran los cruceros y veraneantes extranjeros. En cuanto a las modalidades, el robo de accesorios desde vehículos estacionados fue el más común; por ejemplo, rompieron vidrios de autos de turistas para sustraer maletas o cámaras, seguidos por robos sorpresa, robos con intimidación y robos con violencia física. Estas estadísticas se discutieron en su oportunidad en este Congreso, pues evidencian un fenómeno preocupante. Los delincuentes apuntan cada vez más a los turistas, ya sea por su evidente condición de foráneos o porque suelen portar objetos de valor. El incremento del 83% generó titulares y llevó a reforzar campañas de prevención y recomendaciones de seguridad a viajeros. Estos casos recientes dejan en claro que la inseguridad no es un tema abstracto para el turismo, sino una realidad concreta con rostro y nombre. Cada incidente violento contra un visitante repercute en la prensa internacional y, por ende, en la reputación de nuestro país. Un turista asaltado probablemente lo contará en redes sociales o en plataformas como TripAdvisor, multiplicando el efecto disuasivo. Peor aún, incidentes en que turistas resultan heridos o fallecidos pueden generar alertas oficiales tanto en embajadas como una caída inmediata en las reservas. De hecho, la última noticia de un caso delictivo se dio el pasado viernes 23 de mayo, cuando los medios de comunicación dieron a conocer el asalto de tres turistas franceses en el Cerro Cárcel, en Valparaíso, cometido por seis delincuentes. Aun cuando Carabineros de Chile detuvo a dos de ellos, de 19 y 21 años de edad, el daño reputacional ya estaba provocado. La percepción externa de la seguridad en Chile es un factor crítico que influye en el interés, y en un mundo hiperconectado las noticias sobre delitos resonantes cruzan fronteras en minutos, mientras que las evaluaciones de organismos internacionales y medios extranjeros impactan la imagen de nuestro país. Actualmente, la visión internacional sobre la seguridad en Chile mezcla reconocimiento histórico con preocupación reciente. Por un lado, Chile solía ser visto como un país especialmente seguro dentro de Latinoamérica, lo que atraía a viajeros en busca de un destino seguro. Índices globales, como el Travel Tourism Competitive Development Index del World Economic Forum, solían ubicar a Chile entre los países más seguros de la región en materia turística. Incluso informes de la OMT destacaban a Chile por su estabilidad, factor que muchos turistas valoraban. Esta reputación positiva fue un activo importante para promover el país internacionalmente. Sin embargo, señor presidente, en años recientes esta imagen se ha erosionado. Diversos gobiernos extranjeros han actualizado sus alertas de viaje para Chile, reflejando las nuevas preocupaciones; el ejemplo más evidente es lo que sucede con Estados Unidos, y lo mismo ha hecho Australia, Canadá y el Reino Unido. Los medios internacionales también han puesto la lupa sobre la situación de inseguridad que se vive en nuestro país. Por ejemplo, el periódico El País de España destacó la problemática en Valparaíso tras el asesinato de un turista canadiense, informando sobre la propuesta local de crear una policía de turismo para proteger a los visitantes. En ese artículo se describe cómo la delincuencia llevó a que la ciudad, Patrimonio UNESCO, replantee su estrategia con hoteleros, reconociendo que ciertas áreas se evitan para no exponer a los turistas. Este tipo de reportajes de empresas extranjeras genera preocupación entre lectores, viajeros y tour operadores, debilita de sobremanera la imagen tradicional de un Chile seguro. Por otro lado, cadenas como la BBC han cubierto la expansión de bandas criminales, como el Tren de Aragua en Chile, enfatizando que problemas antes asociados a otros países ahora también se han convertido en problemas.
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Nos afecta. La ONU y organismos multilaterales han manifestado inquietud porque el aumento del crimen organizado en la región amenaza la estabilidad necesaria para el turismo y la inversión. La ONU, a través de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, ha señalado que en materia de seguridad ciudadana Chile aparece señalado por el alza de homicidios y delitos transnacionales. Asimismo, los rankings internacionales de seguridad empiezan a reflejar cambios: Chile solía liderar a América Latina en el índice de paz global y en indicadores de seguridad turística, pero su puntaje ha caído. En el Tourism Development Index del 2021 World Economic Forum, Chile obtuvo un buen lugar regional en seguridad, aunque expertos anticipan que en la próxima edición podría verse una caída si persisten estos problemas. De forma comparativa, países competidores en turismo, como Uruguay o Argentina —que antes estaban apenas detrás de Chile en seguridad— podrían acercarse, superarnos y mejorar sus condiciones relativas. Asimismo, destinos que compiten en nichos, por ejemplo Perú en turismo aventura, podrían capitalizar si son percibidos como un país más seguro en el momento. En pocas palabras, la ventaja comparativa en seguridad que Chile ostentaba hoy se encuentra en entredicho. Y es por esto, señor presidente, que nosotros traemos algunas propuestas a ser consideradas. Frente a este panorama, es imprescindible implementar medidas concretas —legales, administrativas y operativas— para mitigar el impacto de la inseguridad en el turismo receptivo, es decir, en los visitantes que llegan a Chile. El objetivo es doble: proteger a los turistas que nos visitan y recuperar la confianza tanto del público internacional como de los actores locales en que Chile es un destino seguro. A continuación, como FEDETUR, venimos a presentar las siguientes propuestas específicas agrupadas en distintas áreas: En primer lugar, proponemos el fortalecimiento de la seguridad turística mediante la creación y potenciación de unidades especializadas en la protección de turistas. Por ejemplo, podría implementarse una Policía de Turismo en zonas críticas, siguiendo modelos exitosos de otras ciudades. Hoy día lo hacen Buenos Aires, Ciudad de México, Cartagena e incluso algunas ciudades de Colombia, que cuentan con brigadas dedicadas al turismo. En Chile ya existe la PDI con brigadas de apoyo al turista en aeropuertos, pero se requiere ampliar la cobertura a calles y atractivos. Además, contar con carabineros turísticos bilingües patrullando lugares concurridos serviría tanto de disuasión del delito como de guía y auxilio al visitante. La Cámara Regional de Comercio de Valparaíso propuso formalmente esta medida tras los incidentes ya relatados en dicha ciudad, lo cual podría extrapolarse a Santiago, San Pedro de Atacama, Puerto Natales y otros destinos. Adicionalmente, se deben mejorar los protocolos policiales, es decir, capacitar a Carabineros y a la PDI en la atención al turista, incluyendo la atención a víctimas, el manejo del idioma inglés y otros idiomas, la asistencia en la denuncia y la coordinación con el consulado. Cada delito contra extranjeros debe recibir tratamiento prioritario, de modo que se resuelva rápidamente y las víctimas puedan continuar su viaje o, al menos, se sientan acompañadas. Esto implica designar oficiales de enlace turístico en comisarías clave, con material traducido y procedimientos simplificados. Por otro lado, es necesario invertir en tecnología de seguridad en entornos turísticos, instalando más circuitos cerrados de televisión en puntos neurálgicos, mejorando la iluminación pública en zonas patrimoniales, y estableciendo alarmas comunitarias y puestos de primeros auxilios. Estas acciones operativas fortalecerán la aplicación de sanciones, aumentarán la sensación de seguridad en terreno y dificultarán la acción impune de delincuentes en perjuicio de los visitantes. Aquí, señor presidente, quisiera aclarar que cuando hablamos de policía turística no nos referimos a una nueva dotación de efectivos, sino a capacitar a nuestras policías dotándolas de herramientas que permitan prevenir situaciones adversas para los turistas. Se va sensibilizando el cuerpo policial, tal como lo hacen otros países. A mí me tocó, hace tres semanas, estar en Málaga. Es impresionante: Málaga es una de las ciudades que más turistas recibe en España. España recibe 70 millones de turistas, y ellos enfrentan hoy un problema serio de sobrecarga de visitantes. En todas las esquinas se puede ver a los policías, con una actitud alerta y capacitados para advertir a un turista que, sin saberlo, al ingresar a ciertas zonas en distintas comunas del país y a ciertos horarios, podría estar más vulnerable.
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Sea víctima de una situación de agresión, y que ese policía pueda rápidamente contactarlo con el consulado o brindarle una ayuda en la que el turista se sienta protegido. Hoy día, los turistas víctimas no saben dónde queda un lugar de Carabineros cercano ni dónde está el consulado, y muchas veces les roban el celular. Entonces, la situación es muy complicada. Otro punto son medidas legales y sanciones específicas: ajustar el marco normativo para endurecer las penas y facilitar la persecución de delitos que afecten gravemente la actividad turística. Por ejemplo, incorporar agravantes especiales en el Código Penal para robos o lesiones cometidos contra turistas extranjeros, de forma que los culpables enfrenten sanciones más severas por el daño reputacional y económico que estos delitos conllevan. Porque hoy día, si se le roba a un turista, el turista no quiere irse del país y eso queda sin tratamiento; robar a un turista es mucho más fácil que robarle a un chileno en términos penales. Otra propuesta legal es revisar la normativa migratoria para facilitar la expulsión de extranjeros delincuentes reincidentes, y en paralelo, promover convenios internacionales para la extradición expedita de criminales buscados que se refugien en Chile o viceversa, cerrando espacios de impunidad transnacional. Las iniciativas administrativas y de coordinación para abordar la seguridad turística requieren un enfoque integral, uniendo esfuerzos de diversas instituciones. Proponemos, señor presidente, solicitar que se reactive con fuerza la Mesa Nacional de Seguridad Turística, incorporando a la Subsecretaría de Turismo, Senatur, el Ministerio del Interior, Carabineros, municipios turísticos y gremios en un plan de acción conjunta. Además, se deben implementar campañas de imagen y comunicación mientras se trabaja en disminuir los delitos y contrarrestar la percepción negativa en el exterior mediante estrategias de comunicación. Proponemos lanzar una campaña "Chile Destino Seguro" (o similar), liderada por Imagen de Chile y Senatur, que informe proactivamente los esfuerzos en seguridad y resalte nuestros atributos positivos. Esta campaña debe tener componentes tanto internacionales como locales. La verdad, señor presidente, es que, dado el tiempo, nosotros le vamos a dejar esta presentación. Sin embargo, hemos traído algunas iniciativas que otros países están tomando, ya que entendemos que la inseguridad es un problema global. Y sobre todo, queremos recalcar que lo que antes era un activo de Chile en materia de promoción turística, hoy día lamentablemente ha dejado de ser. Por lo tanto, creo que tenemos la responsabilidad de buscar fórmulas que mitiguen esa experiencia y ayuden a que los turoperadores y quienes mueven gente en el mundo sientan que, al menos, Chile los apoyará en el caso de que traigan turistas. Este es un desafío país, pero es necesario asumirlo, ya que impacta a un sector clave. Senadores, este sector posee una gran capacidad de generación de empleo; actualmente, la industria turística llega a emplear a 690.000 personas. Si lográramos aumentar un poco la llegada de turistas, fácilmente podríamos aproximarnos en el futuro a un millón de empleos generados por esta industria a lo largo de todo Chile. No se concentra solo en una o dos regiones, sino que, desde Putre hasta Puerto Williams, se pueden observar emprendimientos turísticos. Muchas gracias. Muchas gracias, señora Mónica Zanarque, Presidenta de la Federación de Empresas de Turismo. Se ofrece la palabra, señoras y señores, al senador Pío. Muchas gracias, presidente, por su intermedio. Saludo a la Federación de Empresas de Turismo por su exposición, la cual indica que este es un tema realmente relevante, especialmente si Chile quiere crecer. Por ejemplo, en el turismo de congresos y el turismo MAIS —lo vimos en la Comisión de Economía—, ya que este turismo especializado, que es el que más ingresos genera, busca lugares seguros. Segundo, si bien se han expuesto ejemplos, quisiera abordar algo más práctico. Se señaló que los operadores de turismo no quieren llevar a la gente al paraíso. Esto es efectivo, pues los turistas no están llegando debido al temor generado por lo que está ocurriendo. Por ejemplo, se mencionó el caso de tres turistas franceses que fueron dejados fuera de un área considerada la más importante para el turismo de crucero. Cuando llega el turismo de crucero, lo hacen 2.000 o 3.000 personas instantáneamente, o sea, ningún bus.
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Es capaz de mover esa cantidad de personas. Y ellos circulan, y todos los años tenemos problemas graves, todos los años. Este año, el 13 de febrero, un turista japonés salió defendido finalmente por los perros callejeros, que se encargaron del delincuente. Hay hechos graves: el 15 de noviembre del 2002, un turista científico perdió todo lo que tenía, pero gravísimo, porque nos comprometió con relaciones internacionales. El 23 de septiembre del 2023, cuando dos colegas del Parlamento británico –un lord, vale decir, senador, y una miembro del Parlamento, una diputada– fueron asaltados también en el casco patrimonial, se puso de manifiesto la importancia de contar con un plan de seguridad previsto para estos eventos. Se conoce que éste es el período de los cruceros y, cuando llega un crucero que transporta 3.000 o 4.000 personas, tiene que haber un despliegue especial, activarse los planes cuadrantes y realizar todas las medidas necesarias para evitar daños gigantescos. La gente no va a querer venir al país, va a recomendar que no venga, influenciando a otros y complicándonos la situación. Le solicitaría, Presidente, que, a través del Ministerio de Seguridad Pública –el nuevo ministerio– se integre esta mesa que antes formaba parte de otra instancia, para que hoy se sistematice dentro de los consejos nacionales y regionales como uno de los aspectos con las bajadas después comunales y se establezcan los planes necesarios para enfrentarlo. Porque, si no, ante la alerta que emiten las personas –cuando se percibe a alguien extraño o inusual– la alarma se dispara y, al concurrir todos, no seremos capaces de responder adecuadamente. Aunque se capaciten las policías, esto es muy grande, muy amplio; se requiere una cultura de seguridad. Me gusta el concepto señalado, y quiero recordar que en Colombia el eslogan era: “El mayor peligro es que te quieras quedar”, en un lugar donde la gente tenía problemas muchísimo más graves que nosotros, y que, a la larga, se revirtieron las cifras. Es algo concreto que requiere que los ministerios a cargo lo desarrollen y planifiquen, y que este año, ojalá, se asuma el compromiso de que, al arribarse un crucero, exista un dispositivo preparado para hacerse cargo y así no volver a estar en las noticias internacionales. Gracias. (Pausa) Gracias, senador Pius, por la palabra. Bien, yo quisiera pedir el acuerdo de la comisión con el objetivo de poder derivar esta cuestión. Senadora Pascual: Sí, disculpe, Presidente, perdón. Venía de la Comisión de Mujeres, por eso llegué un poquito atrasada. De lo que pude captar en la exposición, y sobre todo de la parte final, quisiera plantear, en primer lugar, la preocupación que todos debemos tener para que, efectivamente, se garantice la seguridad en todos los ámbitos del desarrollo económico de nuestro país, considerando que el turismo es un área relevante en este aporte. Sin embargo, quiero dejar estipulado para esta sesión y en el estudio fidedigno de la misma, que es importante actualizar las cifras de homicidio a nivel nacional que se han colocado, puesto que, si no recuerdo mal, la última cifra es de un 4,8% y no un 6% como se ha estipulado. Desde esa perspectiva, aunque la cifra no es motivo de vanagloria, al menos indica una pequeña disminución que resulta relevante. En segundo lugar, es importante discutir de forma más profunda el dato sobre la percepción de inseguridad de los chilenos y las chilenas. Esto se vuelve un caso de estudio a nivel global: ¿por qué Chile tiene datos de percepción de inseguridad tan altos, a pesar de no presentar los niveles de delincuencia más graves que otros países considerados inseguros? Debemos preguntarnos qué es lo que realmente se está reportando, por qué hay tanta percepción de inseguridad y hasta qué punto, con todo cariño y respeto –en especial hacia los medios de comunicación y, en particular, los matinales– influyen estas cadenas nacionales de narco-funerales, y cuál es la correlación directa con un aumento real o no de la delincuencia. No se trata, por supuesto, de tapar el sol con un dedo ni de soslayar que hoy enfrentamos problemas graves, pero sí de plantear la necesidad de analizar detalladamente estos datos.
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En otros países, esta situación, digamos, de percepción de inseguridad versus los datos reales y concretos que se tienen con respecto a la medición de la delincuencia en nuestro país es notable. Creo que sería importante, luego, poder tener una conversación más detallada acerca de las propuestas de reformas legales que se están realizando acá, que fueran más allá del objeto que entiendo nos propone FEDETUR, dado que se plantea en función de mejorar un titular y no en la propuesta en sí. Senador Quintana. Sí, muchas gracias, señor presidente. Yo también quisiera agradecer a FEDETUR y a la oposición de la señora Mónica Salaquiet, porque creo que nos aporta una dimensión que esta comisión no había visto en profundidad, un mundo bastante particular, digamos. Naturalmente, es preocupante y requiere respuestas especiales. En ese sentido, las propuestas que ustedes han formulado me parecen muy acertadas. Creo que Chile tiene pocas policías; debiéramos contar con muchas otras fuerzas de tarea distintas. Incluso, nos falta una fuerza táctica de buen nivel en Chile. Creemos que la tenemos, pero la verdad es que no la tenemos, y aún así estamos capacitados para dar respuesta a una realidad criminal que, en los últimos ocho años, el país ha experimentado de forma novedosa. Dicho lo anterior, siempre lo digo a quienes nos visitan: es importante que cada actor tenga conciencia del fenómeno global, ya que lo peor que podemos hacer es pensar que este es un problema exclusivamente de Chile. De lo contrario, acabaríamos, como dice la senadora, tapando el sol con un dedo y dejando de entregar respuestas efectivas. Esto es un problema global. Nosotros crecimos pensando que el bien y el mal, y quienes cometían fechorías, delitos o incivilidades, pertenecían a un mundo muy reducido. Sin embargo, no es así; hay demasiadas pruebas en temas de probidad, en las noticias y en lo que vemos a diario, especialmente en delitos de alta complejidad. Podemos transformar esta realidad con una política de Estado fuerte. Ha habido casos en territorios, regiones o comunas específicas, pero eso no lo soluciona todo. Por ejemplo, en estos últimos tres años, es cuando más personas han ingresado a la cárcel en términos porcentuales y en cantidad. Al inicio de este gobierno, la cárcel chilena tenía 40.000 personas; hoy cuenta con 60.000. Ese incremento es tremendo y, sin duda, también es respuesta de las policías, puesto que cuando hay un problema de seguridad se tiende a pensar que es político o del gobierno, pero en realidad el problema es operativo, es de calle. Es como en una crisis en un hospital: no es culpa exclusiva de la ministra; la atención directa corresponde al personal en terreno, a la policía, al médico. Esta es una conversación en la que, a veces, el mundo político—nosotros en particular—aportamos poco. Yo represento una región muy convulsa y, como todos saben, el presidente lo ha conversado en múltiples ocasiones con los actores de esta comisión. Se ha señalado que los delitos han bajado de manera significativa y transversal en los últimos dos años, hecho que nadie puede ignorar, aun cuando la región posee un potencial turístico importante. Pero, ¿qué estamos celebrando? Definitivamente no es motivo de festejo. La cuestión es que el mundo político no debe seguir enfatizando, cada cinco minutos, que se trata de “la región del terrorismo”. ¿Esa frase contribuye a que lleguen más turistas o espanta a los turistas? Lo espanta. Por ello, la estigmatización que hace la política en el tratamiento de los temas de seguridad resulta contraproducente. Asumo totalmente lo que ustedes han planteado y agradezco la misión especializada que nos encomiendan. Creo que, al igual que con el senador Piu y a través de mecanismos como el plan Playa, podría evaluarse la creación de una unidad nacional abocada a los temas del turismo, dado lo especializado del asunto. Usted, señor presidente, mantiene un diálogo continuo con todos los sectores y, según entiendo, conversa incluso con el director general de Carabineros. Tal vez podríamos plantear, sea a través del OS14 o el OS15, la conformación de una unidad dedicada a los temas turísticos, sobre todo considerando que, en casos como el robo a un extranjero (cuando se cita al autor con semanas de diferencia), se ve comprometida la imagen del país. Por ello, yo plantearía esa alternativa: dialogar con la policía y establecer mecanismos especializados en el tratamiento de temas vinculados al turismo.
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Dejarlo como tema, también, de acuerdo, presidente. Si le parece, usted también nos iba a proponer algo con el Ministerio de Seguridad, insinuaba; yo creo que mañana estaremos teniendo una discusión sobre el tema municipal. Pudiéramos plantear este tema en sala, junto con el ministro y la subsecretaria, ya que los alcaldes también tienen responsabilidad por conocer mejor la comuna, incluso que los operadores turísticos, y por ello debiesen indicar dónde direccionar algunos planes especiales. De pronto, señor Muchenes, don Quintana, yo solo quisiera agradecer la presencia de FEDETUR. Les daremos la palabra para que ustedes expongan sus consideraciones finales, pero solicito, además, el acuerdo de la comisión para trabajar con la secretaría de esta comisión, de tal manera que esta propuesta se pueda derivar al Ministerio del Interior, por ejemplo, para que SUBDERE, que tiene directa relación con los municipios, conozca estas alternativas. Es una lástima que esta presentación haya llegado cuando ya estamos en el pleno de la Ley de Seguridad Municipal, pero se debe hacer llegar a la Subsecretaría de Turismo y a la Comisión de Economía del Senado, así como al Ministerio de Seguridad. Voy a pedirle al Comité de Asesores de esta comisión que evaluemos qué reformas legales podemos generar como proyectos, para que la comisión los presente como iniciativas atinentes a lo que ustedes plantean ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Comisión de Relaciones Exteriores. Finalmente, esta presentación evidencia que el turismo es, efectivamente, una de las industrias más importantes a nivel nacional, y no existe ninguna región que no impulse el turismo en sus comunas. Desde esa mirada, y no solo desde la perspectiva de seguridad, sino también considerando la importancia de administrar y manejar la información que ustedes amablemente nos hacen llegar desde el punto de vista técnico, paso a exponer algunas consideraciones finales. Para nosotros, desde FEDETUR, está claro que este es un fenómeno global. Lo que ocurre es que hoy lo traemos ante esta comisión precisamente porque, hasta hace pocos años, Chile no enfrentaba este problema; hoy es una realidad global. No queremos exagerar y, por supuesto, siempre bajamos un poco el perfil, ya que lo peor es generar miedo, pero el país tiene que tomar medidas para mitigar esta situación. Lo que antes era un valor al promocionar Chile, hoy, al integrarnos más al contexto latinoamericano, ha dejado de serlo. Sin embargo, es vital adoptar medidas preventivas, tanto para acoger al turista como para incentivar a los turoperadores a no tener miedo. La caída de más del 15% en el número de visitantes a Santiago y a la Región de Valparaíso es una alerta, considerando toda la inversión hotelera y el esfuerzo realizado durante la última década en estas ciudades. Si no se actúa, y como ha mencionado el senador, se dependerá de gestiones puntuales en determinados momentos del año y lugares específicos, a pesar de que los datos muestran cuándo llegará un crucero, por ejemplo. A modo de aporte complementario, y apelando a lo que dice la senadora respecto a la percepción de seguridad, quiero compartir el testimonio de un representante de un hotel ubicado a un costado del Museo de Bellas Artes, en la calle Santo Domingo. La realidad es que, más que una simple percepción, se trata de hechos palpables: los colaboradores son asaltados periódicamente; existe un chat entre todos los hoteles del casco histórico para intercambiar fotos, ya que hay bandas organizadas en el centro que ingresan a los hoteles haciéndose pasar por pasajeros para robar. Esta situación afecta no solo a la seguridad, sino también al trabajo, la estabilidad social y, en definitiva, a la industria del turismo. Es fundamental enfrentar esta realidad de manera decidida antes de que siga impactando a nuestras comunidades.
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