Muy buenos días, en nombre de Dios y de la patria, abrimos la sesión de hoy, martes 13. Será un buen día, me imagino. Espero que les vaya bien y que nos vaya bien a todos.
Agradecemos la presencia de las dos instituciones convidadas para exponer hoy y damos inicio.
– ¿La cuenta, señor secretario?
– No hay cuenta hoy, señor presidente.
Puntos varios. Yo quiero, a ver, informar a la comisión: primero, que hoy deberíamos solicitar a la sala; debemos reiterar, porque yo sé que lo dije, pero no quedó registrado en lo que publicó la mesa, la fusión de los tres proyectos. Estoy hablando del proyecto del vaso de agua. Necesitamos reabrir el proyecto y solicito entonces a la comisión que autorice la reapertura, porque lo que hicimos fue el desarchivo – si me escuchan, habíamos aprobado el desarchivo. Lo que necesitamos ahora es, y lo pongo a consideración de ustedes, reabrir el proyecto que fue solicitado por el senador Osandón, para poder en una próxima oportunidad de sesión ordinaria fusionarlo.
¿Habría acuerdo para reabrir? Para solicitar reabrir. Muy bien, hay acuerdo. Lo votaremos en la próxima ordinaria; usted lo redacta como corresponde. Muy bien, reiteramos la sala entonces.
Lo segundo es que, a la consulta del senador Castro ayer – ayer no hubo tiempo para informarlo –, respecto del proyecto de ley de salud mental: es cierto que forma parte de las prioridades planteadas por el Ejecutivo, también las nuestras, y que lo que hay que informar es que la mesa técnica lo está revisando; han estado trabajando en estos días y se incluye en el artículo décimo.
Van en el artículo 10 y siguen avanzando. Por lo tanto, en cuanto la mesa técnica nos indique que ha concluido su trámite, el resto lo continuamos nosotros si es que hubiesen discrepancias. Pasado cuatro meses, presidente, ese es el punto: hay demora.
Bueno, yo tengo recién un par de semanas de haber asumido la comisión y espero que en un par de semanas más –que es lo que le vamos a pedir a la mesa técnica– ésta vaya cerrando lo que no pueda resolver; lo resolveremos nosotros en comisión. Me dice la asesora que, en la última sesión de la mesa técnica, no llegó el Ejecutivo; entonces, a pesar de interponer formalmente la urgencia, el Ejecutivo no se presentó en la mesa técnica, lo que genera una complicación. Está presente el asesor legislativo del Ministerio y le pediríamos que retomemos el trabajo de la mesa técnica, ya que creemos que esto no debería suceder. Los primeros días de junio tenemos la próxima semana regional, la siguiente legislativa y, por lo tanto, ahí deberíamos ya tener una propuesta clara. ¿Cuántos artículos son en total, presidente? No puedo precisar, pero quería hacer un punto, si me lo permite: el Ejecutivo estaba participando de la mesa técnica. En la última reunión, nosotros, a través de WhatsApp, dimos cuenta de que íbamos a conectarnos, pero se decidió no sesionar la mesa técnica. Por intermedio de usted, quisiera dejar presente, en nombre del senador Castro, que el Ejecutivo estaba participando de la mesa técnica. Muy bien, no sesionaron; estuvimos disponibles para conectarnos a las 11 de la mañana, aunque fue media hora tarde respecto a la hora prevista.
Muy bien, Carolina. Gracias, presidente.
Permiso, por su intermedio, para poder actualizar en el fondo a los senadores. Como ya comentaban Cerecita y Cristian, efectivamente nos hemos reunido, desde que el presidente asumió la presidencia de esta comisión, de manera permanente todos los jueves como asesores para revisar el proyecto de salud mental –lo priorizamos para poder tratarlo– y, además, estamos empezando a estudiar el proyecto de campos clínicos y de establecimientos asistenciales docentes. En el proyecto de salud mental hemos estado analizando y trabajando cada artículo en detalle, la norma, el detalle y las indicaciones correspondientes. Actualmente vamos en el artículo 10 y, efectivamente, en la sesión pasada decidimos suspenderla. Yo me atribuyo la responsabilidad de haber suspendido esa sesión, producto de un desencuentro –no lo atribuyo a ninguna mala voluntad por parte del Ejecutivo, ya que ellos se encontraban en una reunión con la subsecretaria y con la ministra, en coincidencia con el proyecto en el mismo horario–. Decidimos que era mejor reunirnos cuando estuviera presente el Ejecutivo, pero ello no denota mala voluntad ni del Ejecutivo ni de nosotros de no seguir trabajando; preferimos avanzar en conjunto, como hasta ahora, ya que el Ejecutivo ha participado en todas las sesiones. En cuanto terminemos, les rendiremos cuenta a ustedes de las sugerencias que tenemos.
Muy bien, o sea, usted se convirtió en escudera del Ejecutivo.
Sí, para ser honesta, yo creo que depende, por cierto, de las indicaciones que el Ejecutivo debe ingresar y presentarnos, para saber si podemos o no ocupar esta semana regional para terminar. Lo importante es que se avanza, y le solicitaremos a la mesa técnica que trate de tenerlo, y si no se resuelve de aquí a final de mes, a lo menos que puedan sesionar en la semana distrital –ya que no habrá sesiones ni ordinarias ni extraordinarias– para concentrarse en ese asunto.
Muy bien, senador Castro.
Mire, no, tengo una consideración política. Este proyecto de ley fue anunciado hace un año por el Presidente de la República, el cual, nuevamente en dos semanas más, vendrá al Congreso y tendrá que referirse a su anuncio. Sería feo, creo yo, que el proyecto no haya pasado de la primera fase de aprobación, habiéndose dejado transcurrir casi cinco meses sin un debate particular y sin haber enviado las indicaciones correspondientes. No sé, ustedes deben evaluarlo; lo comento nomás, porque estamos próximos al primer oponente. De hecho, acabo de verificar con la presidenta de la mesa técnica: las indicaciones parlamentarias ya están, pero no han llegado las indicaciones del Ejecutivo, por lo tanto es difícil...
Solamente, si no están las indicaciones del Ejecutivo, perdón, habían tres solamente; si no tenemos las indicaciones del Ejecutivo, no podemos cerrar la mesa técnica o se cierra la mesa técnica y se toma en comisión y se vota lo que hay sobre la mesa. Entonces, es un llamado al Ejecutivo para que termine de enviar las indicaciones parlamentarias.
Dicho esto, la invitación a la mesa técnica –y aquí estoy hablando a todos los asesores parlamentarios y al Ejecutivo durante la semana distrital– es para que podamos ya ir dándole una vuelta al proyecto en su totalidad y, a la final, en la última semana de este mes, pudiéramos entonces ir redondeando. Tenemos dos semanas para poder ir cerrando este proyecto.
A mí no me preocupa lo que sea el contenido de la cuenta del Presidente; es un problema del Ejecutivo. La Comisión tiene que sesionar como tiene que sesionar y, por lo tanto, si el Presidente va a dar cuenta de ese proyecto o de otro, no es mi tema, o sea, para que lo dejemos claro, ese es un problema del Ejecutivo. Si el Ejecutivo no le ha puesto la urgencia, el empeño o el trámite, y éste ha sido de una velocidad distinta a lo que tenga que informar el Presidente, eso es otro asunto.
Muy bien, para usted, que es parte del oficialismo –no sé si se ha notado perfectamente– pero yo le tengo cariño al Presidente y me gustaría que le vaya muy bien en su cuenta; sin embargo, el trabajo legislativo y el Ejecutivo no nos van a pautar. El Ejecutivo lo que tiene que hacer es preocuparse de hacer bien la pega y responder, y en este caso están pendientes las indicaciones del Gobierno para cerrar.
Perdón, Presidente, lo que pasa es que yo quisiera aclarar que el Ejecutivo presentó las indicaciones que se comprometió a presentar. Yo no tengo otra información, sino que fueron tres; no tengo información distinta de que se hayan prometido otras indicaciones. Quisiera aclararlo en este momento: las indicaciones que presentó el Ejecutivo son las que presentó el Ejecutivo, las que dio cuenta el secretario abogado. Entonces, me pregunto, ¿cuáles son esas otras indicaciones que está esperando la Comisión? No lo vamos a resolver aquí, pero lo que sí puedo decir es que nuestro ministro de FE afirma que hay más indicaciones comprometidas que no llegaron y la jefa de la mesa técnica indica lo mismo. Resuélvanlo ustedes y comuníquennos oficialmente, pero, según ellos, no han llegado todas las indicaciones comprometidas. Revisen eso y nos informen si el Ejecutivo presentará nuevas indicaciones, porque, en su opinión, las tres que habían presentado eran insuficientes. Cabe recordar que la asesora de la Subsecretaría había comprometido esa indicación y esas son las que nos han llegado. Ni usted ni yo estábamos en esta Comisión, pero hay ministros de fe que dan cuenta y miembros anteriores que sí dicen que hay indicaciones que no han sido presentadas. Sería bueno que lo averigüen.
Muy bien, en otro asunto quiero informar que estamos en conversaciones el secretario de la Comisión con la Contraloría General de la República y con la Contralora, particularmente, porque mañana ella no puede venir a tratar el asunto de vacunas, aunque tiene interés en asistir. Por lo tanto, hemos dado la facilidad: no vamos a insistir en tener la sesión mañana para tratar ese asunto, pero hemos dicho que está disponible el lunes 26 o el lunes 2. Le dimos las dos posibilidades; el 26 yo no voy a estar, creo, pero presidirá la Comisión y ésta seguirá funcionando, o el lunes 2 para retomar y cerrar el punto. Independientemente de lo que pasó, lo que queremos es que se aclare por qué ocurrió y que no vuelva a suceder. Finalmente, hay un informe que, de acuerdo a lo denunciado e informado por la Contraloría, podría derivar en responsabilidades o en otras acciones colaterales, y creo que vale la pena cerrar bien ese capítulo.
Sí, porque mañana, como siempre, usted –que siempre pregunta en buena hora y siempre ilustra– ha pedido que terminemos con las licencias médicas, quedando pendientes las respuestas. La superintendente de sucesos y la directora de COMPIN, de mutuo acuerdo, ofrecieron venir, y por lo tanto, bienvenida.
Van a estar aquí por si hay materias que tratar. Por otro lado, las subsecretarías también comprometieron presencia y, finalmente, el Colegio Médico también está disponible. Por lo tanto, mañana cerramos el capítulo de licencias médicas, digamos. Además, en buena hora que están conversando para ver cómo se resuelva eso. Así que tenemos licencias médicas. Mañana vamos a tener vacunas el siguiente lunes o el siguiente, y eso lo veremos con la Contraloría. Ya tenemos acordado entonces el desarchivo; vamos a solicitar reabrir y, en la siguiente sesión ordinaria –que va a ser la semana de la vuelta a la regional– se votará el proyecto del Vaso de Agua, la reapertura del proyecto y, luego, la fusión con los otros tres. Mientras tanto, se retendrán los tres ya tratados en la comisión antes de despacharlo a la sala, porque a la sala enviaríamos los cuatro proyectos, si es que se aprueba este cuarto que estamos en trámite. ¿Estoy en lo correcto o me he equivocado? Lo de salud mental está informado.
Y entonces, sin más, ¿qué cosa es esto, Julio? 32 artículos permanentes, 11 transitorios, entre los de salud mental. O sea, son 43 artículos. Estamos en 10; hay que apretar un poquito el tranco.
Muy bien, vamos a la tabla del día de hoy. Ya habíamos informado el Vaso de Agua. Vamos a continuar entonces el estudio del proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que moderniza el Sistema Nacional de Servicios de la Salud. Perdón, un paréntesis: ya que tenemos quórum, hemos revisado con Secretaría las instituciones y las personas que han solicitado ser escuchadas para el proyecto que mejora los sistemas de servicios de salud. Y, en ese contexto, todavía tenemos una veintena. Yo creo que hay que cerrar esta parte de las escuchas, pues ya hemos escuchado a casi todas las instituciones; quedan los gremios, en particular, y quedan personas exautoridades. Es lo que queda: la institucionalidad pública y privada ya ha sido escuchada, y quedan entonces gremios y personas que en su mayoría son esa autoridad. Yo creo que vamos a proponer cerrar el listado. Tengo una sola institución que proponer, tal vez dos. Cerramos, no sé si vamos a escuchar a los 20 o lo vamos a cortar, porque cualquier otra solicitud o alguna de las que no alcancemos a escuchar, la idea es despachar cuanto antes este proyecto, ¿cierto? En este trámite, otros podrán ser escuchados en el segundo informe, cuando discutamos en particular. Y eso va a ser, para la especialidad específica del tema a tratar, en la que invitaremos a quien corresponda para resolver mejor esa especialidad.
Ok. Usted me dice 10 minutos, ah, 10 minutos. Cada uno. Ahora, el secretario los ha pauteado; quieren 10 minutos. Está escaso.
Muy bien, tenemos entonces al presidente de las Clínicas de Chile, don Javier Fuenzalida –que había sido postergado para esta sesión–. A partir de él, el presidente de las ISAPRES, don Gonzalo Riegada; y el presidente del Colegio de Cirujano Dentista, que está por vía telemática –lo vimos conectado–.
Don Javier, le ofrezco la palabra, por favor.
Muchas gracias, presidente, por su intermedio. Saludo a todos los senadores y no se preocupen, que me voy a limitar a 10, 11 o 12 minutos como máximo en la presentación. Más allá de lo trabajoso que puede ser venir a las sesiones –en fin, y todo eso–, la verdad es que agradecemos enormemente que nos inviten, nos permitan y nos escuchen respecto a este proyecto, que para nosotros es bien fundamental y del cual tenemos algunas observaciones que voy a presentar. Sin ánimo de repetirme –porque sé que usted esto lo conoce y lo saben los senadores–, pero para que quede incorporado en la sesión, y para la gente que pueda escuchar o mirar la sesión después, contarles de dónde hablo, a quién represento y por qué estamos acá. Muy en sencillo: la Asociación de Clínicas de Chile tiene 49 prestadores. Básicamente, todas las clínicas del país están en nuestra asociación. Atendemos a casi 11 millones de personas al año, realizamos 850.000 intervenciones quirúrgicas, cerca de 80 millones de exámenes diagnósticos, 2,1 millones de días cama y 33,5 millones de atenciones de salud. Fuimos responsables del 40% de las camas críticas en la pandemia, dato que siempre es interesante relevar. ¿Y por qué cuento esto? Porque, al final del día, no somos la mitad del sistema, pero se parece el número, y somos una parte sustantiva en la resolución de los problemas de salud; somos parte integral del modelo.
Trabajan en el sector directamente, en las clínicas asociadas y en algunas que no pertenecen al gremio, pero en el mundo de la salud privada prestadora. Se estima que hoy participa en este gremio 210.000 trabajadores. Que vuelvo a repetir, es un gremio que trabaja muy de la mano con el sector público, en una relación de complementariedad. A nosotros nos importa siempre respetar el concepto de complementariedad y no de integración, porque la complementariedad entiende la diversidad de los prestadores que tenemos. Existen clínicas de muchos segmentos, con distintas condicionantes, conformando un gremio que compite intensamente, pero que también comparte posiciones comunes, como la que les voy a exponer ahora.
La competencia es siempre parte, es parte de nuestro gremio y de la contingencia, pero también existen miradas comunes. En ese contexto queremos hablar acerca de este proyecto en particular, y a continuación expondré directamente las observaciones y algunas consideraciones que nos gustaría que ustedes releven.
Hemos manifestado en diversas ocasiones, y ustedes mismos en la Comisión de Salud han escuchado, que el fortalecimiento de FONASA es indispensable. El senador Castro lo ha escuchado muchas veces cuando presidía la comisión y, en fin, el presidente también nos ha citado en varias consideraciones. Por ello, valoramos y reafirmamos el fortalecimiento que debe alcanzar FONASA. Sin embargo, creemos que hay aspectos que el proyecto debería considerar y que nosotros hemos defendido.
En primer lugar, creemos que FONASA debería contar con un gobierno corporativo independiente y autónomo, en vista del nivel de recursos que maneja. Es indispensable su fortalecimiento, pero al mismo tiempo debe tener una corporatividad distinta a la que tiene hoy en día. Hay ejemplos en el mundo público, como el Banco Central o Codelco, que operan de manera muy acertada en este sentido, y creemos que ese modelo debe ser considerado.
Asimismo, consideramos necesario contar con un equipo técnico vinculante para la toma de decisiones. Permítanme explicar brevemente este último punto: hace dos o tres años, cuando la inflación del país fue del 13%, la definición de la Superintendencia de Salud estableció que los costos de la salud habían aumentado un 15%. Uno podría estar de acuerdo con FONASA respecto a que los aranceles habían subido en ese mismo porcentaje; sin embargo, dada la poca autonomía de la institución, ¿a quién se le reclama cuando se desea debatir sobre ello? Finalmente, FONASA aumentó los aranceles en un 6.3% debido a que la Ley de Presupuesto y la DIPRE establecieron un formato y una regla fiscal que encadenan este aspecto, eliminando la posibilidad de discusión.
Por ello, creemos que debe existir un equipo técnico que respalde las decisiones implementadas por el seguro, para que FONASA se fortalezca como un seguro público y no se limite a ser simplemente un pagador. Esa diferencia, aunque parezca sutil, es esencial a la hora de construir el formato institucional que proponemos. En consecuencia, el equipo técnico es básico y debe acompañar al gobierno corporativo, en conjunto con un presupuesto técnicamente determinado, autónomo y aplicable, que permita cierta flexibilidad frente a la regla fiscal.
(Pausa para gestionar la ampliación de pantalla)
Solicito que, para las próximas sesiones, la Secretaría disponga de tablets individuales, ya que esto permitirá ampliar la información que se expone y tenerla a mano. La presentación se encuentra disponible y, aunque no quiero extenderme demasiado en ella, estoy a disposición, junto a los equipos técnicos, para desarrollar los puntos aquí presentados.
Todo ello debe reflejarse en una discusión que, aunque ingrata, es necesaria para que los aranceles reflejen finalmente el costo real de la salud. Si la Superintendencia de Salud indica que los costos han aumentado un 15% —no afirmo que estemos en total acuerdo—, es parte del debate; sin embargo, una Ley de Presupuesto permite únicamente un aumento del 6.3%, quedando fuera de análisis cualquier discusión de fondo, lo cual debe ser incorporado en las deliberaciones técnicas. Por ello, entendemos que el fortalecimiento de FONASA debe ir acompañado de dicho equipo técnico.
Además, se deben abordar cuatro puntos: las licencias médicas, la dirección automática del segundo prestador (también discutido en las comisiones), la eficiencia de la compra de servicios en el sector privado y las herramientas para incentivar la productividad. Respecto a las licencias médicas, el proyecto debería avanzar hacia la separación completa, estableciendo una institucionalidad autónoma en la materia.
Las licencias médicas hoy día son, y lo quiero decir coloquialmente, se come una parte demasiado sustantiva del presupuesto de salud, también afecta a las ISAPRE en parte importante del costo, y esto debería ser considerado. Y ahí nosotros queremos hacer una cápita. Hay un proyecto en discusión sobre el seguro laboral y sobre las licencias médicas laborales, separando un poco lo de las mutuales con una entidad autónoma. Nosotros creemos que esa conversación debería ser considerada. Hay un proyecto que anda dando vuelta ahí en discusión —entiendo que en la Cámara—, pero debería ser parte de la misma discusión. El seguro de salud privado y público, el seguro de salud laboral y común, debería ser parte de una discusión amplia que estableciera una entidad autónoma que manejara aquello y pudiera tener un control distinto.
Sobre eso, obviamente tiene que estar siempre salvaguardada la salud del paciente, entendiendo el buen uso de este derecho y la continuidad de los pagos, y quizá tomar algunas ideas. En Suecia, por ejemplo, hemos visto otras instancias donde los seguros van siendo decrecientes en el tiempo. Nosotros tenemos una carencia al principio y luego pago permanente; quizás tuvo una lógica en su minuto, y hoy día probablemente la carencia en el tiempo tiene que ir en la medida en que baje.
Creo que hay que considerar cómo se establece este seguro, ese pago de licencia médica. En cualquier condición, lo que decimos es que debería existir una entidad autónoma que tuviera absoluta comprensión del modelo de licencias médicas y que considerara tanto la salud laboral como la salud común, integrando ambos aspectos en la misma discusión.
Respecto al segundo prestador, nos parece súper correcto que se agilice el proceso y que se salvaguarde la decisión final del paciente, lo cual consideramos fundamental. Este aspecto no está tan explícito y quizás podría integrarse como una cápita en algún punto para asegurar esa consideración.
Asimismo, ha sido parte de la discusión en el Senado el tema de cómo se complementan de mejor forma, informáticamente, los sistemas. Creemos que, aunque no es parte de esta ley, debería hacerse una alusión a ello.
Sin embargo, consideramos que, para que esto funcione bien, lo del segundo prestador y las consideraciones previas que mencionamos, lo primero es insistir en que la mayor cantidad de prestadores estén en convenio. Aunque parece obvio, para que esto ocurra deben existir los incentivos adecuados, siempre enmarcados en la sustentabilidad financiera. Nosotros siempre abogamos por un sistema sostenible y por ello insistimos en que debe haber una discusión técnica pertinente. Es por eso que insistimos en que el gobierno corporativo acompañe a FONASA con un equipo técnico que pueda establecer esa discusión. Esto no va en contra del sector público, que, al contrario, valoramos para fortalecer el sistema.
Hoy, y en la discusión en el Senado, se ha señalado que las listas de espera son un flagelo que tiende a crecer, lamentablemente. Valoro que, entre otras cosas, se haya establecido un proceso de seguimiento —con la participación de senadores como el senador Macaya y el senador Castro—, lo que evidencia que todos los actores estamos convocados a hacer más por la salud. Nos interesaría que se considerara en esta ley, en particular, que para hacerla efectiva se incluyan los traslados y las estadías tanto de los pacientes como de las personas que los acompañan. Aunque pueda parecer perogrullo, resulta fundamental, ya que muchas veces los pacientes rechazan ser derivados si no cuentan con un lugar a donde ir o con quién los acompañe. Por ejemplo, una persona que padece cáncer requiere un acompañante durante el tratamiento, y eso debería ser considerado en la ley.
Finalmente, es importante recalcar por qué nos interesa tanto que FONASA, o la entidad pública que asuma esa función, se fortalezca: creemos que la eficiencia en la compra que realiza el sector público debe centralizarse. Y esto, presidente, es contraintuitivo, ya que se tiende a pensar que cada realidad debe gestionarse de forma independiente...
Regional y cada instancia debería tener la capacidad de hacerlo. Eso es lógico en la definición de la demanda, pero la compra debe ser centralizada por un tema de escala. Esa escala hace que los costos sean distintos, hace que se pueda adquirir una mayor cantidad de la prestación y, en esa consideración, evidencia cierta eficiencia. Y, de nuevo, nosotros hemos tenido discusiones amplias con FONASA respecto a muchas cosas, pero siempre hemos defendido que sea una unidad central, valorando lo que, en la Comisión Mixta –un aporte muy importante de la Comisión de Salud del Senado– se hizo para que FONASA tuviera un presupuesto autónomo para compras privadas, que hoy día está en glosa. De nuevo, eso es indispensable, y creemos que esa centralización es parte de la eficiencia que debe ser considerada.
Voy en tiempo sanitario y termino con las siguientes doce láminas. No quiero repetirme acá, pero básicamente, aquí está el desglose de por qué creemos que FONASA debe ser considerado y funcionar como una unidad de compra directa. Voy a ir muy rápido sobre esto. Nosotros estamos también muy de acuerdo: el proyecto contempla la digitalización y la complementariedad de datos. Solo queremos hacer hincapié en que esta regla debe aplicarse a todos, ¿no? Y la salud digital debería llegar no solamente a los actores privados, sino también al mundo público, fomentando así una mayor complementariedad público-privada.
Básicamente, señor presidente, para tener valores comunes en la discusión, en la comisión y en este grupo de seguimiento de la lista de espera, se ha observado de forma activa que el uso de los pabellones, por ejemplo, en el sector público es menor que en el sector privado. Creemos que esos números hay que transparentarlos; para ello es indispensable contar con una visión integral. Finalmente, no voy a detenerme en detalles puntuales, pero en el tema de la Cenabas, creemos que es una muy buena decisión que esta institución pueda considerar la compra centralizada y aportarnos a nosotros también. La pandemia fue un buen ejemplo de ello: fuimos parte del proceso de compra y fuimos abastecidos por Cenabas. Eso genera eficiencias que finalmente se trasladan a los precios de las prestaciones, y de ahí se fortalece la capacidad de asignar más presupuesto e instancias para ampliar la cobertura, incluso en el ámbito privado.
Además, me interesa señalar que todas estas buenas ideas que aportamos deben ir acompañadas del fortalecimiento de FONASA, dotándolo de los recursos necesarios para hacerse cargo de estas tareas. De lo contrario, se sumarían más responsabilidades con la misma cantidad de funcionarios, lo que probablemente resultaría insuficiente. No estamos en contra de que FONASA se fortalezca, pero creemos que debe hacerse considerando la realidad que hemos observado.
Estoy disponible, señor presidente y senadores, junto a sus equipos técnicos, para cualquier desagregación de esta información. Queda puesta la disposición de trabajar sobre estos puntos e insistir en que nos parece un buen proyecto con las particularidades expuestas. Muchas gracias, presidente. Muchas gracias, don Javier.
Vamos a distribuir la presentación tanto en formato digital como en papel para quienes lo requieran. Con el fin de dar paso a las otras dos exposiciones y atender las consultas, me parece que la exposición ha sido muy clara en cuanto a lo propuesto y las sugerencias de modificación a realizar. En todo caso, cuando analicemos el proyecto en detalle, podremos afinar algunos aspectos.
Le ofrezco la palabra a don Gonzalo, presidente de las ISAPRES de Chile.
Muchas gracias, presidente. En primer lugar, quiero agradecer la invitación para participar en esta sesión de la Comisión de Salud del Senado en un proyecto tan importante como el que se está debatiendo. En mi presentación queremos enmarcar nuestra intervención dentro de una serie de esfuerzos relacionados con la reforma del sector.
Antes de entrar en comentarios específicos sobre los contenidos del proyecto, permítanme hacer algunas observaciones sobre el contexto. En los últimos años, el sector salud ha enfrentado desafíos inéditos: la pandemia del COVID, que requirió concentrar todas las capacidades para evitar miles de muertes; la crisis de las ISAPRES, que puso en riesgo a todo el sistema de salud; y la lista de espera, que aún afecta gravemente la atención de millones de personas.
Y la escandalosa malversación de recursos por usos indebidos en licencias médicas. Al menos, estos son cuatro elementos que queremos destacar del contexto en el que nos hemos encontrado en el último tiempo. Esto ha generado, estimamos, determinados consensos: en primer lugar, el consenso de que el sistema de salud chileno debe ser público-privado, es decir, mixto tanto en lo extensivo como en lo provisional; en segundo lugar, el consenso sobre la importancia de gestionar y hacer esfuerzos por mejorar la gestión de los recursos del sistema; y, por último, el consenso en reformar el sistema de licencias médicas. Asimismo, consideramos, en nuestra opinión, que la Superintendencia de Salud debiera disponer de facultades suficientes para fiscalizar por igual al FONASA y a las ISAPRE. En ese contexto, entendemos que este proyecto en tramitación apunta a avanzar en estos temas de reforma, sin embargo, frente a la problemática que se enfrenta –mejorar la gestión general del sector salud y modificar el sistema de licencias médicas– consideramos que el proyecto se queda un poco corto. Si bien se avanzan en el sentido de mejorar la evidencia, los desafíos que se enfrentan son, a nuestro juicio, bastante menores.
Habiendo hecho ese comentario de carácter general, quisiéramos aportar en relación a tres de los temas que el proyecto considera: en relación a las nuevas facultades de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, a las atribuciones del FONASA en licencias médicas y al segundo prestador automático en prestaciones GES.
En relación al primer punto –las nuevas facultades para la Subsecretaría– se establece, en el artículo que se muestra en pantalla, que con el propósito de mejorar la productividad de la red asistencial, la Subsecretaría podrá definir e implementar un sistema nacional de registro y evaluación de la producción, de la calidad asistencial y de la satisfacción usuaria. Además, se agrega que la Subsecretaría puede dictar una resolución que contenga las normas para la integración de la información necesaria para este monitoreo.
Nuestro primer comentario es que resulta muy adecuado que se hagan esfuerzos para mejorar la productividad, la calidad y la satisfacción. Sin embargo, limitarse únicamente a generar la información sobre estos aspectos puede ser insuficiente. Nos parece que, al señalar en el artículo correspondiente que esto es solo una posibilidad –utilizando el término "podrá"–, sería preferible que se estableciera como una obligación. Asimismo, consideramos que los resultados de la evaluación y del registro deberían ser públicos. La revisión de estos datos en cuanto a productividad y calidad, aunque no transforma la realidad por sí misma, ayuda considerablemente al conocer la información y las diferencias existentes entre los distintos servicios, hospitales o incluso entre los diferentes servicios dentro de un mismo hospital. Para ello, es necesario que estos registros sean públicos y, ojalá, oportunos.
También resulta conveniente que la evaluación se realice al máximo nivel de desagregación posible, de modo que contribuya verdaderamente a la mejora de la gestión. En este sentido, sugerimos crear una instancia de participación que involucre a expertos y académicos, quienes puedan aportar en la definición de qué medir, cómo medir y a quién medir.
Es que sería conveniente esta instancia. También se sugiere que, complementario a esta revisión de números, se propongan mecanismos que ayuden a promover mejoras tanto en productividad como en calidad y en satisfacción usuaria. O sea, no quedarnos solo con los datos ni con los números, sino que, ojalá, se promuevan mecanismos de mejora.
En segundo lugar, respecto a las atribuciones de FONASA en licencias médicas, lo que se propone es básicamente agregar al FONASA la atribución de contar con una contraloría médica propia, de modo que pueda evaluar y resolver las licencias médicas por enfermedad o accidente común, en forma equivalente a lo que hace hoy día el sistema ISAPRE.
Un primer comentario: nos parece adecuado que FONASA tenga estas atribuciones; es correcto lo que se sugiere. Sin embargo, consideramos que el modelo de licencias médicas que se sigue actualmente en Chile está bastante cuestionado y amerita cambios. Crear la contraloría médica dentro de FONASA no parece orientarse hacia el cambio que, en consenso, se había esperado, de contar con un organismo autónomo que se dedique a este tema. Esto, en la práctica, parece reiterar el modelo que hoy día utilizamos, repitiéndolo en FONASA como en la GISAPE. A nuestro entender, habría sido más conveniente avanzar a la siguiente etapa y cambiar de modelo, para lo cual, desde el ámbito ISAPRE, estamos totalmente disponibles y consideramos que es un esfuerzo necesario.
Bueno, voy a avanzar un segundito, presidente, y creo que en eso vamos a poder progresar; tal vez, para ver las soluciones, también haya que conocer los problemas. En ese sentido, el sistema de licencias médicas ha sido incapaz de abordar el tema del fraude, una realidad que debemos tener presente. El diseño del sistema actual contiene ciertas tensiones —llamémoslo así— que terminan afectando negativamente a los trabajadores. Se trata de un sistema para la calificación de enfermedades en el que compite, de alguna manera, la determinación de si la enfermedad es de origen laboral o es de origen común, si debe o no producir invalidez y si se debe jubilar. La manera en que está diseñado el sistema genera tensiones que perjudiquen al trabajador, quien al final se ve forzado a pasar de un sistema a otro en busca de una solución, sin tener claro si su situación se considerará laboral o no.
Por otra parte, las instancias que resuelven los litigios —ya que, si se autoriza esta contraloría médica en FONASA, cuando resuelven que una licencia se autoriza, se rechaza o se reduce, los trabajadores tienen el derecho de acudir a una instancia que resuelva dicho litigio— presentan otro problema. Esto lo evidencian las COMPIN en Chile, que son múltiples y actúan con una disparidad de criterios evidente, lo que genera grandes dificultades para establecer coincidencia en sus resoluciones. Se puede llegar a encontrar que una determinada licencia, reducida por ciertos criterios, es considerada razonable en una COMPIN y, en otra, se opine lo contrario, debiendo revertirse la situación. Por ello, en un nuevo diseño debería existir una instancia de resolución de litigios que, ojalá, sea más coordinada y permita desarrollar definiciones precisas.
Respecto a los diagnósticos, ¿cuáles son los descansos que son razonables de otorgar, en fin, y que sea aplicable a nivel nacional? Ya estoy en el tiempo.
Los pagos asociados a la licencia no incentivan la reinserción laboral; al revés, yo diría que motivan para que las personas sigan en licencia. Incluso hay trabajadores que tienen rentas variables, por ejemplo, y cuando tienen esa renta variable muy grande o importante en determinados meses, tienen incentivo para tomarse licencia —los otros, porque se calcula con el promedio que ganaron con la renta variable— y, para mantener ese ingreso, se toman licencia. Nosotros vemos en la estadística cómo hay un mayor número de licencias en trabajadores con renta variable y, específicamente, en los periodos posteriores a una ganancia importante.
En resumen, de esta mirada muy simple que estoy haciendo respecto al sistema de licencia, creemos que existe un acuerdo en la necesidad de una nueva institucionalidad, ojalá autónoma, que no esté asociada a los sistemas provisionales, ni a FONASA, ni a las ISAPES, ni a las mutuales, en fin, un sistema que se haga cargo de este tema en términos generales y pueda resolver todos estos tipos de asuntos. Obviamente, eso significa redefinir cuándo se otorga una licencia, si hay pedidos de carencia o no, si se va a otorgar un subsidio equivalente a la renta o si va a ir disminuyendo en el tiempo. Hay muchas definiciones que hay que hacer para que esto sea adecuado. Entendemos que el Gobierno se ha comprometido a enviar un proyecto sobre esta materia durante el presente año. Así que, esto es lo que nos hace dudar sobre cuál es el sentido de, a esta altura, incorporar una controlidad médica en FONASA cuando se supone que vamos a ir avanzando hacia un nuevo sistema.
Bueno, ya estoy en el tiempo. Si me permiten, solo para cerrar sobre el último punto —y de manera muy simple—, sobre el tema de la designación automática de un segundo prestador cuando se incumplen los tiempos para que se resuelvan los problemas. Aquí estoy mostrando: a la izquierda, la legislación actual; al centro, el boletín que se está revisando en la Cámara de Diputadas; y a la derecha, lo que está en el boletín 17.375, que en este momento está siendo revisado por la Comisión de Salud del Senado.
Solo para señalar, en primer lugar, que claramente existe la necesidad de lograr coherencia entre dos textos que están hablando de la misma materia. He destacado que en el proyecto que está en la Cámara de Diputadas se plantea que sea la superintendencia la que, de forma automática, designe un segundo prestador; en cambio, aquí se sugiere que sea una facultad de FONASA o de las ISAPES para designar un segundo prestador sin esperar el reclamo del afiliado. Nosotros, como asociación de ISAPES, consideramos que el proyecto que está en trámite en esta comisión es más adecuado. No nos parece tan adecuado que la superintendencia asuma esa responsabilidad, ya que implicaría una complejidad al tener que revisar cada uno de los prestadores a nivel nacional, considerando las diversas problemáticas que esto supone. Es preferible dejar esta responsabilidad a FONASA y a las ISAPES, aunque cabe señalar que, en la redacción de este artículo, si bien se menciona la importancia de considerar la opinión del paciente, no se recoge en el texto. Sería bueno agregar que la designación de un nuevo prestador puede realizarse con consulta al paciente, pues no sería adecuado que ni una ISAPRE ni FONASA cambien el prestador a un paciente sin contar con su opinión.
Es su presidente para atender el tiempo de esta presentación. Muchas gracias por la atención.
Gracias a usted, señora Arriagada. Yo quisiera decirles a los tres expositores que están presentes hoy en la comisión que, si bien es cierto, en la exposición se han planteado...