Cámara de Diputados Hacienda

Cámara de Diputados - Hacienda - 12 de mayo de 2025

12 de mayo de 2025
19:00
Duración: 2h 5m

Contexto de la sesión

Con el objeto de recibir audiencias respecto del proyecto de ley que Reajusta el monto del ingreso mínimo mensual, la asignación familiar y maternal, el subsidio único familiar, y modifica otras leyes que indica. Boletín N°17508-05, con urgencia calificada de Suma. Ministro de Hacienda, señor Mario Marcel Cullell. Ministro del Trabajo, señor Giorgio Boccardo Bosoni. Central Unitaria de Trabajadores y trabajadoras de Chile-CUT, Presidente señor David Acuña Millahueique. Multigremial Nacional, Presidente, señor Juan Pablo Swett. Libertad y Desarrollo (LyD), Coordinador para el Congreso Nacional, señor Juan Ignacio Gómez Corvalán. Michèle Labbé, Economista, académica e investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad San Sebastián.

Vista pública limitada

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En nombre de Dios y de la patria se abre la sesión. La señora Secretaria dará lectura a la cuenta. Para esta sesión, el diputado Luis Cuello reemplaza a la diputada señorita Yael Llamas. Igualmente, el ministro de Hacienda manda una excusa tanto para la sesión del lunes como para la del martes, es decir, la de hoy a las 15:00 y la de mañana a las 8:30. Señala que, en su reemplazo, asistirán la coordinadora legislativa, señora Consuelo Fernández, y la comparecencia telemática de la coordinadora macroeconómica, señora Pilar Cruz. Además, se encuentra presente como ministro subrogante, don Pablo Chacón, dado que el ministro del Trabajo se encuentra fuera del país y recae en él la categoría correspondiente al subsecretario. Asimismo, se ha recibido una carta de respuesta del Servicio de Impuestos Internos respecto al reclamo realizado por los contadores. Debido a su extensión, la carta fue enviada por WhatsApp. En resumen, en su parte central se señala que no se aplicarán multas ni intereses en lo relacionado hasta que se presente la información, plazo que se ha extendido hasta el 9 de mayo. La Central Única de Trabajadores (CUT) ha hecho llegar una petición; sus dirigentes, al encontrarse fuera de la zona, se conectarán telemáticamente, aunque solicitan estar presentes al momento de la votación del proyecto de ley que se realizará mañana. La Secretaría ha señalado al presidente la norma reglamentaria correspondiente. Cabe precisar que, si bien las sesiones son públicas en cuanto a su transmisión y a la posibilidad de ingresar a la plataforma, ello no implica que el momento de la votación sea público.
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Momento distinto de la sesión y, por lo tanto, para poder decir que sí, cuando cualquiera que sea pide estar presente, se requiere la mayoría absoluta; estos son siete, siete señores diputados y señoras diputadas integrantes de la comisión para poder acceder. Seguramente ustedes pueden pensar: ¿cómo es posible, ya que en otras ocasiones la votación se realizó de forma pública? La diferencia radica en que, en ese mismo minuto, respecto al mismo proyecto, se expuso y se produjo la votación. Es distinto pedir únicamente estar presentes para proceder a la votación. Eso, presidente, lo deben decidir ustedes. ¿Algún punto sobre la cuenta? ¿Alguno? Diputado: "Gracias, presidente. Está bien el razonamiento de la Secretaría con respecto a esta petición que han hecho para estar presentes mañana a la tarde en el momento de la votación. Yo no veo cuál puede ser el problema si se pide la unanimidad. Necesitamos siete... ¿Perdón? Necesitamos siete. Ah, no, ya está el quórum. Ah, ya, ya. O, en la eventualidad de que esto no suceda, esperemos hasta el final y ahí logramos el objetivo. Perfecto, lo hará así. Ah, ya, perfecto, ya. ¿Algún otro comentario? ¿No? ¿Para que partamos entonces? ¿Ya? Está bien." Pasamos entonces a la orden del día, que tiene por objeto recibir la audiencia respecto al proyecto de ley de reajuste al monto del ingreso mínimo mensual, la asignación familiar y maternal, el subsidio único familiar y la modificación de otras leyes que se indica en el Boletín N°17.508-05, con urgencia calificada de suma. En este proyecto está invitado, como decía la señora Secretaria del Ministro del Trabajo —quien está fuera del país y es representado por su secretario, señor Pablo Chacón—, bienvenido, ministro. Representando al Ministro de Hacienda, se encuentra la señora coordinadora de Microeconomía, Pilar Cruz Nova. ¿Está acá la señora Pilar? Ah, está de forma telemática. También está invitada la Central Unitaria de Trabajadores de Chile (CUT), representada por el señor presidente, don David Acuña Millahueique, quien participa telemáticamente. Bienvenido, don David. Asimismo, asiste la Libertad y Desarrollo, representada por la señora Ingrid Jones-Jofré, quien se encuentra acá junto al abogado, señor Esteban Ávila Villarroel. Bienvenido, don Esteban. También se suma la señora economista Michèle Labbé, académica e investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad San Sebastián. Michèle, bienvenida nuevamente al Congreso. Finalmente, de Convergencia asisten el presidente, señor Roberto Rojas Puga, y la señora Ana María Ramírez, quien se desempeña como Secretaria General. Partimos entonces: la Central Unitaria de Trabajadores tiene la palabra, don David. Muchas gracias, presidente. (Don David:) "Que me pidieron iniciar por los que estamos presentes de forma presencial, y yo no tengo ningún problema; si no tienen inconveniente, esperen un ratito." En ese orden, la señora Ingrid Jones-Jofré, junto al señor Esteban Ávila Villarroel, de Libertad y Desarrollo, toma la palabra: "Hola, gracias, buenas tardes. Por su intermedio, presidente, agradezco la deferencia para quienes estábamos presentes. Voy a iniciar mi presentación con una breve descripción de cómo se encuentra el mercado laboral, como antesala para entender en qué contexto se dará el alza del salario mínimo. Actualmente la tasa de ocupación de hombres supera..."
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Prácticamente en 20 puntos porcentuales, la tasa de ocupación de las mujeres muestra una brecha muy importante que se ha mantenido desde hace bastante tiempo, y respecto de estas medidas, en comparación con los países de la OECD – que son las economías con las que frecuentemente se establece referencia – estas tasas también se encuentran por debajo, a pesar de que en la OSD también existe una brecha de género. En cuanto a la creación de empleo, en el último año el crecimiento estuvo sustentado mayoritariamente en empleo informal. Si bien, según los últimos registros que nos proporciona el INE a fines de cada mes, la creación de empleo informal ha ido disminuyendo, se han ido generando más puestos formales. Sin embargo, el empleo en su conjunto sigue mostrando un dinamismo muy bajo, habiéndose creado apenas cerca de 85.000 nuevos empleos en el último registro. En relación con la informalidad, casi uno de cada tres trabajadores es informal, lo que afecta principalmente a las mujeres, ya que la mayoría de los empleos informales creados son ocupados por ellas. Al extender la mirada más allá del periodo de la pandemia, se observa que, cuando se han perdido puestos informales, las mujeres son las primeras en perder empleo y, al recuperarse, los hombres son quienes retoman primero, mientras que las mujeres lo hacen de forma paulatina. Respecto al desempleo, se mantiene por sobre los promedios históricos. Previo a la pandemia, la tasa de desempleo tenía un promedio cercano al 6,97%. Aunque el gráfico refleja la tasa oficial, no ajustada por estacionalidad, se observan grandes diferencias al ajustarla. Desde fines del año 2002, dicha tasa ha oscilado entre el 7,9% y el 9%, siendo este último el pico más alto registrado. Además, al analizar en detalle, se evidencia que el desempleo es mayor en mujeres; en el último dato, la tasa en mujeres fue de 9,5% frente al 8,1% en hombres. El desempleo es especialmente alto para el grupo de 15 a 34 años, alcanzando un 12%, y cuando este rango se analiza en mujeres menores de 24 años, la tasa se sitúa entre el 20% y el 22%. Este tramo de edad es relevante, ya que las razones para retirarse del mercado laboral difieren: mientras los hombres lo hacen por motivos de estudio, las mujeres lo hacen debido a la dedicación a tareas de cuidado y responsabilidades familiares. Esto las hace más propensas a la informalidad y, por consiguiente, a aceptar empleos que pagan el salario mínimo, tema que se debate hoy. En cuanto a la evolución del salario mínimo en los últimos años, desde el último reajuste se observa una escalada importante en su monto, lo cual no es discutible. La lámina del gráfico, en la parte verde sobre el fondo gris, muestra el salario mínimo medido como un porcentaje del salario mediano: el 55% que era en 2017 hoy se encuentra por encima del 65%. Estas alzas se pueden comparar con la productividad laboral, factor fundamental para mitigar el impacto que los mayores costos tienen en el empleo. Se observa que, en la década entre 2011 y 2019, la magnitud de los reajustes fue mayor en el salario mínimo que en la productividad, siendo una diferencia mucho más notoria después de la última ley que aumentó el salario mínimo a 500.000 pesos. Cuando se incluye la inflación, el reajuste del salario mínimo ha superado dichos incrementos.
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En cualquier medida más técnica, como es la productividad. Ahora bien, entrando a los comentarios al proyecto de ley, en primer lugar, el proyecto propone un incremento del salario mínimo a partir de enero de 2026 de 5,6% respecto del valor vigente. Esto genera un nuevo aumento de los costos laborales, sin considerar las alzas que ya han tenido que enfrentar las empresas, como el incremento de las tarifas eléctricas y otros costos que han ido aumentando, haciendo que el incremento acumulado a fines de 2026 llegue o pudiese llegar a un 33% real. En este cálculo se considera el alza del salario mínimo acumulado respecto del valor previo que tenía antes de la última ley; la disminución de tres horas en la jornada laboral que tendremos hasta fines del 2016, producto de la rebaja—puesto que el próximo año la jornada debe establecerse en 42 horas; y el alza del 2% en la cotización que se aplicará en esa fecha por la reforma de pensiones. Sin duda, este costo podrá seguir incrementándose a medida que se implementen las leyes ya aprobadas; pero también puede aumentar más debido a otros proyectos de ley que están siendo discutidos y a otros que estarán en debate, como el de Salacuna, en la versión que se discute actualmente en el Congreso, en la cual el Ejecutivo propone un incremento de la tasa de cotización en 0,2 puntos porcentuales de cargo al trabajador, representando así un nuevo alza de cotizaciones y un nuevo costo laboral. Además, está el proyecto del CIS, comprometido tras la aprobación de la reforma de pensiones. Para no poner en riesgo la creación de empleos formales y los puestos de trabajo de quienes reciben el salario mínimo, se deben evitar nuevas alzas de costos en la contratación, sobre todo si estas no van acompañadas de factores como la productividad, que no solo busca desarrollar el capital humano de las personas, sino que también permite que los procesos y la eficiencia de las empresas mitiguen los aumentos de costos. Esto se debe a que, al final, los incrementos en los costos laborales se traducen en pérdida de puestos de trabajo, lo cual debe ser el foco de la preocupación y de la política pública que se pretende aprobar. En un contexto de baja productividad y de costos elevados, mientras más alto es el costo laboral, mayor es el incentivo para la automatización de tareas, lo que afecta principalmente a trabajadores menos calificados o con menor nivel educacional. Según la encuesta suplementaria de ingresos, aproximadamente el 77% de quienes ganan un salario mínimo o inferior tienen, como máximo, educación media. Además, un estudio del Banco Central y del IPOM de diciembre pasado estableció que el alza del salario mínimo ha tenido un impacto en las empresas que cuentan con una gran cantidad de trabajadores sujetos a este régimen, estimándose en promedio una disminución de cerca del 4,8% y un aumento en la proporción de empleados calificados respecto a los no calificados. Por lo tanto, la intención de reajustar el salario mínimo podría llevar, según lo documentado en varios estudios, a que trabajadores de baja calificación sean reemplazados más fácilmente en la búsqueda de eficiencia para las empresas, siendo sustituidos por tecnología. Existe una amplia literatura al respecto en países europeos, que suelen estar más avanzados que nosotros en temas laborales. Otro tema importante, acompañado de este reajuste, es la creación del subsidio temporal de apoyo a las pymes. El incremento propuesto es de un 5,6% entre el monto de 2026 y el valor de enero de 2025. Las estimaciones de inflación, tanto del informe de Finanzas Públicas recientemente publicado por Hacienda y la IPRE, como las del Banco Central y la encuesta de expectativas económicas, proyectan inflaciones para el año en un rango cercano a 3,8%, 4,1% o 4,2%.
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Por lo tanto, es casi un hecho que el subsidio se va a gatillar, así como también que el monto del reajuste del salario mínimo está por sobre lo que la inflación del 2025 está siendo proyectada. Este subsidio, ¿cierto? Como está establecido, va a ser de cargo fiscal y se realizará a través de una resolución, es decir, mediante un reglamento. Dadas las proyecciones de inflación, el otorgamiento de este subsidio, como lo señalé, puede considerarse un hecho. Sería interesante conocer cuáles son los supuestos de la estimación que tiene hoy el Ministerio de Hacienda para destinar al financiamiento de este subsidio. Con esa misma transparencia, es necesario que este gasto fiscal se incluya en el informe financiero para poder conocer el diseño del mismo, los beneficiarios, el monto, si se determina por el diferencial entre la inflación y el reajuste, entre otros requisitos. Esto es muy importante considerando la estrechez fiscal por la que pasa la economía; hace algunas semanas el Ministerio de Hacienda nos presentó una hoja de ruta para retomar la sostenibilidad fiscal, por lo que resulta interesante ver cómo se concilia esa hoja de ruta, esa mayor eficiencia en el uso de los recursos públicos, con esta nueva demanda de recursos fiscales para financiar nuevos proyectos de ley. Está también la creación del Observatorio de Ingresos y Costos de la Vida, que se propone integrar al Consejo Superior Laboral, compuesto por nueve personas. Esto se traduce en más aparataje público que se suma a los recientes consejos creados, por ejemplo, a raíz de la reforma de pensiones. Nosotros creemos que estas funciones pueden ser absorbidas por el Consejo Superior Laboral, permitiendo no duplicar funciones ni recursos públicos. Lo anterior daba a entender que se creaba un órgano de idéntica naturaleza jurídica. Además, se establece que el observatorio será un organismo de carácter técnico; sin embargo, se imponen cuotas de género que atentan contra dicho carácter. Finalmente, hay elementos que consideramos faltan en la discusión para mejorar el diseño de cómo reajustamos el salario mínimo. Entendiendo que la mejor política social es contar con un empleo formal en primer lugar y poder volver a crecer, se establece como escenario base para obtener empleos formales y mejor acceso a empleos de calidad. La discusión del salario mínimo debiese adaptarse a los espacios de flexibilidad laboral que actualmente contempla nuestra legislación y transitar hacia un esquema de salario mínimo por hora, muy común en países de la OECD y que tiene varias ventajas. Está más alineado con la productividad del trabajador y permite más flexibilidad para las empresas y para los trabajadores, quienes podrán aumentar o reducir sus horas según sus necesidades. Esto permitirá que las empresas se adapten a los desafíos de la economía a medida que se presenten, y que, sobre todo, los jóvenes y las mujeres que buscan esta modalidad laboral puedan tener una mejor opción. Por último, y solo para resumir, el aumento significativo del salario mínimo en Chile, sumado a otro incremento de los costos laborales en un contexto de baja productividad, ha significado un alza de los costos para las empresas, lo cual ha generado desequilibrios en el mercado y pone en riesgo los puestos de trabajo de quienes se busca beneficiar con estas alzas, frenando la creación y contratación de personas para el mercado laboral. Es deseable que las empresas puedan solventar su planilla de remuneraciones sin necesidad de subsidios estatales. Por lo tanto, se requiere alcanzar una producción más eficiente o de mayor valor productivo, de manera que el incremento no se traduzca únicamente en un costo laboral para las empresas y no se pongan en riesgo los puestos de trabajo, ni solamente de este grupo de trabajadores, evitando que las empresas tengan que ajustar sus planillas de remuneraciones. Para ello, es fundamental concentrar esfuerzos en el desarrollo de capital humano, rediseñando, por ejemplo, el sistema de capacitación que tenemos en Chile, de modo que tanto los trabajadores como las empresas puedan contribuir a una mayor eficiencia y competitividad.
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de acceso a mejores empleos y mejores salarios. Gracias. Muy bien, muchas gracias. Si alguien tiene una duda, les solicito que, para poder escucharlos a todos, formulen la duda de manera específica y dejen las opiniones para el final; de lo contrario, pasemos al siguiente punto y al final podremos opinar de manera general. Diputado Sabor: Gracias, presidente. Bueno, yo había notado algunas preguntas durante la presentación, pero respecto a lo que el Gobierno formuló, cuando hicimos la pregunta no se nos aclaró muy bien que el Gobierno sostenía que este incremento —que a todas luces es mayor que la inflación— y se refería varias veces a que solamente recuperaba el poder adquisitivo de los 500.000 pesos. Esa situación quedó en el aire, ya que nadie supo explicarla adecuadamente, considerando que los números indican otra cosa. Asimismo, quisiéramos conocer su opinión respecto de la correlación que usted cree debe existir entre algunos datos objetivos, por ejemplo, la productividad de los trabajadores en relación al alza del salario y al crecimiento. Nosotros le pedimos al Gobierno que nos presentara una correlación—por medio de algún estudio econométrico o similar—pero tampoco se presentó ninguno. ¿Cuál es su opinión sobre los datos que se deben considerar siempre para establecer una fórmula de salario mínimo que no afecte negativamente el mercado laboral, considerando que se tiene la idea de que los trabajadores ganen más en la medida que el mercado lo permita? Y respecto a lo que dijo el Banco Central, que efectivamente hubo una baja importante del 4,8% en la creación de nuevos puestos de trabajo, ¿tienen alguna estimación de si esta nueva alza podría tener algún daño similar al señalado por el Banco Central? Gracias, presidente. Diputado Mejía: Sí, quiero saber la opinión en cuanto a los reajustes, ya que existen cifras de 5,6 frente a 3,8, lo que representa una diferencia notoria, es decir, es más que simplemente recuperar el poder adquisitivo. Además, sabemos que usted comentaba que el subsidio de cargo será establecido mediante reglamento. Conocemos que los reglamentos demoran años en emitirse; por lo tanto, el subsidio para las pymes podría acabar siendo una letra muerta. Y, además, dicho reglamento vendrá definido por otro gobierno, que no será de este signo. En consecuencia, están trasladando la responsabilidad al otro gobierno y subiendo excesivamente el sueldo mínimo, más allá de la productividad, mientras que también se reajusta de acuerdo al poder adquisitivo. De todas formas, según lo que usted expresa, se eleva más allá de 5,6 en comparación con 3,8. Hay un tema que quiero que aclare: se evidencia una estrechez económica. En los comentarios al proyecto se hace referencia a que es importante que, además del informe financiero, se incluya el gasto fiscal y se aclare el significado del subsidio, y que el proyecto de ley dé a conocer el diseño del mismo, los montos, los beneficiarios y los requisitos. Esto es fundamental, ya que existe la duda de que, en algún momento, las pymes, en especial las más pequeñas, puedan verse llevadas al salvataje. Es un comentario personal sobre este punto. Señora Ingrid: Muy bien, tiene la palabra, señora Ingrid. Bueno, efectivamente, las proyecciones actuales indican que la inflación estará por debajo del reajuste que propone el Gobierno para aumentar el salario mínimo. En los escenarios que se manejan hoy, incluso en el informe de finanzas públicas publicado recientemente, no se proyecta alcanzar el 5% ni se contempla ningún escenario catastrófico que eleve ese nivel, el cual traería además otras consecuencias económicas para el control de la inflación. Así que, desde esa perspectiva, la inflación se sitúa por debajo del reajuste, dejando un margen que responde a un incremento real en términos de mantención.
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del salario mínimo cuando se dice que se quiere mantener el poder adquisitivo de la familia. Ahora, eso es lo que, una vez, se llama en economía, que debiese estar anclado a un parámetro técnico, como es la productividad, para que esos montos no sean tan arbitrarios, sobre todo considerando el aumento de costos y la coyuntura económica que tenemos actualmente. Las empresas han sufrido aumentos de costos de todo tamaño. El problema es cómo lo pueden solventar sin afectar la planilla de trabajadores, y, por supuesto, las pymes son las más afectadas. Si bien, para pasarme al punto sobre el estudio del Banco Central, el Banco Central sí es cauto, como siempre en sus documentos, de que ese resultado no se extrapole como un resultado a nivel macro, a nivel de empleo global. Ellos hacen la salvedad de que es para empresas que tienen una alta representatividad de empleo, remunerado con salario mínimo. Las pymes son justamente las empresas que tienen una gran cantidad de personas con salario mínimo y, en ellas, sí se encuentra un impacto. Uno podrá discutir, como ocurre en muchas profesiones, pero especialmente en economía, acerca de las metodologías que se usan para estimar; aquí la literatura es variada, y muchas veces se identifican ciertos efectos, mientras que otros economistas, bajo otros supuestos, encuentran distintos impactos. Pero lo claro es que ha habido un impacto y es, al día de hoy, difícil de evaluar, dada la existencia misma del subsidio que el Estado entregó en los últimos años. Al final, esto se ha mitigado por la existencia del subsidio, lo cual hace preguntarse si algo que se supone transitorio no es, en realidad, permanente. La semana pasada estuvo presente esta discusión –yo seguí la discusión online– y surgió la duda sobre si lo que llamamos un subsidio transitorio al final no se está transformando en una ayuda necesaria para evitar que se gatille, finalmente, una cantidad de desvinculaciones más dañina. Respecto al reglamento y los plazos, efectivamente es algo que queda: aprobar nuevamente algo en blanco, como un cheque en blanco, ¿cierto? Porque el detalle no lo conocemos hoy; lo tendremos que conocer a posteriori, bajo otro gobierno. Muy bien, dejamos entonces ahora... Le respondo. Efectivamente, lo de la productividad... ¿era lo del reglamento? No, lo del reglamento. Si yo tenía... no, si era... Muchas gracias, señora Ingrid. Le vamos a dar el paso entonces ahora; quedan ahí liberados, si quieren esperar aquí, pero quedan liberados. A la señora Michèle Labbé, académica e investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad de San Sebastián: ¿Cree que se puede ajustar como a 10 minutos? ¿Sí? Gracias. Tiene la palabra, bienvenida entonces, señora Michèle, y tiene la palabra. —¿Aló? Ahí sí. Muchas gracias, presidente. Ahí está la presentación. Yo voy a hablarles, muy cortito y bien basado en números, respecto de lo que significa este proyecto de ley en términos del salario mínimo. Si vamos a la siguiente, en términos muy simples –y esto no es mío, sino que es de un paper del CEP, hecho, entre otros, por el expresidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, titulado "Salario Mínimo: Un Aporte a la Discusión"–, justamente referido a la pregunta que se hizo recién sobre qué cosas deberían incluirse, ese paper señala qué elementos deberían considerarse en una estimación de salario mínimo. Pero déjenme caracterizar el salario mínimo: la proporción de trabajadores afectos al salario mínimo tiene que ver con la cantidad de trabajadores afectados.
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De ser entre un 11 y un 24% el total de trabajadores formales, esto se ha mantenido más o menos estable en los últimos 30 años. La mayoría de los trabajadores afectados al salario mínimo se concentran en empresas pequeñas y, por lo tanto, son estas las grandes pagadoras del salario mínimo y las que sufrirán el alza. Las mujeres están más afectadas al salario mínimo que los hombres, entre 2 y 6 puntos porcentuales. Además, entre mayor es el nivel educacional, menor es la proporción de trabajadores afectados, y, finalmente, la mayoría de estos trabajadores se encuentran en condición de pobreza cuando ésta se mide por el nivel de ingresos. Eso tiende a ser lo que uno conoce del salario mínimo, pero solo para efectos de entender bien. Muchas gracias. ¿A quiénes va a pegar esta alza de salario mínimo en forma positiva y en forma negativa? Para empezar, quisiera mostrarles este gráfico, que también es del mismo paper publicado por el CEP Chile, el cual señala que el salario mínimo en Chile es alto respecto del estándar internacional. Fíjense que, al medir el salario mínimo como porcentaje del salario medio, se divide el salario mínimo entre el salario promedio de la gente en el mercado formal. Se observa que, mientras en la OSD ese salario mínimo alcanza alrededor de un 55% del salario medio, en Chile alcanza más de 70% del salario medio, según estimaciones y descontando todos los ajustes que realiza la OSD. Esto implica que ya no se trata de un salario mínimo bajo cuando se compara con el salario medio. Puede ser que los niveles salariales en Chile sean, en términos absolutos, más bajos que en un país desarrollado, pero en relación al salario medio, es un salario alto. Cuando se analiza el salario mínimo a lo largo del tiempo, se observa que la línea roja del gráfico, que representa el salario mínimo, ha crecido de forma consistente a partir del año 1994, completando así 30 años de trayectoria. Fíjense que el IPC—representado por la línea verde—demuestra que el salario mínimo no solo ha logrado cubrir el costo de vida y mantener la capacidad de compra, sino que se ha incrementado muy por sobre la tasa de crecimiento del IPC. La línea azul, que muestra el crecimiento del salario medio en Chile, evidencia que, mientras este se ha multiplicado alrededor de 6 veces en todo este periodo, el salario mínimo se ha multiplicado aproximadamente 11 veces respecto al nivel de 1994. Es decir, el salario mínimo ha crecido de manera mucho más acelerada que el salario medio y muy por encima de la inflación. El gráfico se encuentra actualizado hasta marzo del año 2025. Si ahora observamos la propuesta de salario mínimo, se aprecia que, a partir del año 2022, la línea roja cambia de tendencia. Si se pudiera trazar una regla, hasta el 2022 la línea es más plana, y a partir de ese año se produce un alza significativa en la tendencia del salario mínimo. Este cambio se evidencia en la inflación, ya que en ese mismo periodo se ha registrado una mayor inflación; sin embargo, tanto la inflación como el crecimiento de los salarios medios han sido mucho menores en comparación con el alza del salario mínimo. Pasando a los números: si calculamos lo sucedido desde el año 2020 hasta la fecha, la inflación se ha incrementado en 30.000 millones de dólares.
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7.9%. Y entonces, lo que yo hice fue separar el cambio en la remuneración nominal (o el salario medio) en el salario mínimo y en el PIB (en el crecimiento económico), separando este porcentaje que solo alcanza a cubrir cambios en los niveles de precios. Lo que uno observa es que los salarios medios de la economía crecieron por sobre la inflación en 14,8%. Eso es lo que se llama el crecimiento real de los salarios: los salarios reales crecieron en 14,8%, es decir, lograron equiparar la inflación y, adicionalmente, crecieron 14,8%. El salario mínimo logró crecer en ese período no solo cubriendo la inflación, sino un 23% por sobre los salarios medios; en otras palabras, se incrementó casi un 10% (alrededor de 9% o algo en ese orden) sobre el salario medio. Lo lamentable es que nuestra economía solo ha crecido 13% por sobre la inflación. ¿Qué significa eso? Que las remuneraciones nominales y el PIB se parecen bastante, siendo el PIB levemente superior. ¿Cuál es esa diferencia? Debería ser la productividad, la cual no ha crecido tanto en este período, lo que sería bastante consistente. Por lo tanto, se dice que, en general, los salarios tienden a crecer a la misma velocidad que la capacidad de generar ingresos de un país. Es decir, el ingreso de los trabajadores debería crecer a la misma velocidad que la capacidad de generar ingresos de un país o, incluso, un poquito más, que es el caso del salario medio. Pero, sin embargo, el salario mínimo se incrementa en un 90% por sobre lo que se incrementa el PIB. Por lo tanto, lo que se está diciendo es que aquí tenemos una discordancia, un tema que está generando presión interna, porque hay un sector que está creciendo mucho más que los demás. Sigamos. ¿Qué dice esta propuesta? Antes de entrar en detalles sobre la propuesta, este gráfico muestra la respuesta a la pregunta que ustedes hicieron: si uno sube mucho el salario mínimo, o lo sube más que la productividad o el crecimiento del PIB, ¿genera algún efecto? Y eso es lo que yo señalaba: esto genera roces internos en la economía. Sí, genera efecto, y el problema es que el roce interno que se genera recae sobre los mismos trabajadores, ya que, cuando el salario mínimo crece demasiado, también aumenta la tasa de desempleo. Aquí se muestran los mismos periodos: en el período 2010-2019, la tasa de desempleo promedio en nuestro país era de 6,9%. En el primer trimestre de este año, la tasa de desempleo es de 8,4% en los tres primeros meses, y si solo se considera marzo, llega a 8,7%. Claramente, hay una diferencia gigantesca en términos del número de personas que están en situación de desempleo, lo que ocasiona que muchas familias se encuentren en situación de pobreza. Ahora, vamos a la propuesta. Si ustedes se fijan, la propuesta del Gobierno separa en dos alzas del salario mínimo: la primera a 529 mil pesos y la segunda a 539 mil pesos, siendo la primera a mayo del año 2025, y propone incrementar a 529.000 pesos. ¿Qué significa esto cuando se mide en los últimos 12 meses? Es decir, en los últimos 12 meses –que es lo que se utiliza para medir los salarios– se observa que los salarios aumentaron en el año: el IPC en ese período ha aumentado 4,4% y la remuneración nominal ha aumentado en 8,6% (4,4% más un 4,2%).
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El salario mínimo ha aumentado en 10,1% en términos reales, es decir, cubriendo en total un 14,5%. Al cubrir la inflación, que es de 4,4%, se ha incrementado un 10%. Además, el PIB ha subido nuevamente, relacionado en parte con el incremento de las remuneraciones nominales, que han aumentado un 3,7% por efecto de productividad. La remuneración nominal muestra cómo se mueven los mercados, determinando cuántos trabajadores necesitan contratar las empresas y cuánto están pagando. En la medida en que el PIB crece y se incrementa la demanda por trabajadores, los salarios medios tienden a subir, lo que presiona al alza los salarios mínimos; sin embargo, este aumento también tiene el efecto contrario, generando desempleo. Es decir, esa diferencia de un 10% resulta demasiado alta y contribuye al desempleo que, según se indica, se ha vuelto notorio en algunos círculos. Si se hacen la suma de las dos alzas propuestas en el proyecto de ley —la alza de mayo y la alza de enero del año 2026— se obtiene una economía cuya inflación crecerá en torno al 5,9%, cifra que corresponde al pronóstico del Banco Central de Chile. La remuneración nominal se estima en función de la tasa de crecimiento que ha tenido históricamente respecto al PIB, mientras que el salario mínimo, según la propuesta del proyecto de ley, se incrementaría y el PIB crecería en un 2% (según indicó la directora de presupuesto). Esto muestra que, mientras el PIB se expande o se propone que se expanda al 5,2% y la remuneración nominal aumenta ligeramente a un 5,9%, el salario mínimo se está expandiendo en un 10,6%. La conclusión es que este alza del salario mínimo generará mayor desempleo o un incremento en la cantidad de trabajadores en el área informal. Mientras la economía no vuelva a crecer, aumentar el salario mínimo tal como propone el proyecto de ley solo provocará desempleo e informalidad. Para que los salarios puedan crecer, es necesario que la economía y la productividad laboral lo hagan; de lo contrario, el ajuste solo perjudica a los trabajadores más pobres. No se ven afectados los trabajadores de mayor calificación, con mayor capacitación y con más años de estudio. Los perjudicados son aquellos que hoy ganan el salario mínimo y, cuando éste se incrementa, las empresas deciden despedirlos por no poder cubrir sus costos. Este escenario condena a los trabajadores con menor capacitación a salir del mercado laboral, afectando especialmente a los trabajadores jóvenes, a las mujeres y a aquellos de mayor edad—en particular, a los de 50 años y más, cuyas tasas de desempleo superan el 25%. Por último, quiero dejar una conclusión: si bien es evidente que se tiene la intención de mejorar la calidad de vida de la población, especialmente de aquella que percibe el salario mínimo y que tiene mayores probabilidades de vivir en situación de pobreza, lamentablemente la forma de proceder resulta incorrecta. Esta estrategia se asemeja a la ley de estacionamiento, esa ley que, para protegernos de pagar cantidades excesivas por el estacionamiento, no alcanzó a subir.
Fragmentos 1-10 de 22 (11 disponibles públicamente)

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