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Nos ponemos de pie, por favor. En nombre de Dios y la patria se abre la sesión número 27, citada para hoy, lunes 5 de mayo, de 19:30 a 21:00 horas. Es la última sesión de audiencias de esta comisión y, a partir de mañana, tendremos 15 días para elaborar las conclusiones.
Antes de iniciar la orden del día, le doy la palabra a la Secretaría para que haga lectura de la cuenta.
Muchas gracias, Presidente.
Buenas tardes, Comisión. Se han recibido los siguientes documentos en la Secretaría:
1. Certificado médico recibido el día de hoy, lunes 5 de mayo, enviado por el diputado Andrés Celis, mediante el cual se indica que hoy debe permanecer en reposo por indicación médica.
2. Oficio número 228, del director del Centro Oncológico del Norte, señor Ricardo Baeza, en el cual se informa que la lista de espera para radioterapia es de 321 pacientes, de los cuales 216 se encuentran en condiciones de ser citados y 105 aún en etapa previa. Se añade que los pacientes de la región de Arica y Parinacota son 46, y también se plantean mecanismos de solución, todo ello en respuesta a un oficio enviado por esta comisión.
3. Una comunicación del jefe del Comité Mixto Social Cristiano Nacional Libertarios e Independientes, por la que se informa que el diputado Enrique Lee Flores será reemplazado por el diputado Roberto Arroyo Muñoz en esta sesión.
4. Una nota del jefe del Comité del Partido Socialista, mediante la cual se comunica que, en esta sesión, la diputada Emilia Nullado será reemplazada por el diputado Nelson Venegas.
Toda la cuenta, Presidente.
Muchas gracias.
Demos la bienvenida a la directora de Presupuestos, doña Javiera Martínez Fariña, y a la ministra de Salud, doctora Ximena Aguilera Sanhueza.
Antes de pasar a los puntos varios, quisiera proponer que, dado que hoy es la última sesión de audiencias, mañana no sesionemos, para que todos tengan tiempo de elaborar propuestas de conclusiones, recomendaciones, etc., y, obviamente, citar el próximo lunes, a la misma hora, y el martes en la mañana para terminar la votación de las conclusiones.
¿Están todos de acuerdo? ¿Es un “sí” o un “quiero hablar”? ¿Se puede parear, diputado? ¿De acuerdo? Perfecto.
Entonces suspendemos la sesión de mañana, así como la del lunes y martes de la próxima semana.
¿Alguna palabra sobre puntos varios o sobre la cuenta? Al grano, entonces.
Si no hay puntos varios, iniciamos la orden del día, cuyo primer y único punto es escuchar a la ministra de Salud, doctora Ximena Aguilera Sanhueza, y a la directora de Presupuestos, doña Javiera Martínez Fariña. Dado que en una sesión anterior estaba citada la directora de Presupuestos y que el objetivo de esta sesión es solo escuchar a la ministra, comenzaremos por la directora.
No sé si tiene alguna presentación o prefiere responder preguntas después de su intervención. Perfecto, entonces la escuchamos.
Bueno, primero saluda a la Comisión. Efectivamente, la semana pasada me habían citado; en el oficio que enviamos, agradecí la invitación formulada y expliqué también que tenía compromisos legales en el marco de mis responsabilidades que me impedían...
Quisieron asistir. Antes de la publicación de las cifras fiscales del informe de Finanzas Públicas, la Dirección de Presupuestos, de manera normativa, tiene que presentar las cifras al Consejo Fiscal Autónomo, y esa reunión—que debe realizarse previo a la publicación de las cifras fiscales—se realizó el mismo día que esta comisión. En aquella oportunidad, también recalqué que estaba completamente disponible para asistir en otro momento y en otra situación, si así lo ameritaba la comisión. Quiero hacer esta salvedad porque entiendo que se llevó el tema contra la orilla, pero considero que en mi oficio quedaban claras las razones por las cuales no podía asistir; y, por supuesto, para mí era importante estar presente en este momento.
La presentación que traigo tiene tres puntos fundamentales. Lo primero es una mirada general a la partida del Ministerio de Salud en lo que a nosotros compete como Dirección de Presupuestos. Luego, se presenta una segunda mirada sobre lo que se ha hecho para afrontar un desafío que, en el ámbito de la Dirección de Presupuestos, representa un reto fiscal que debería preocupar y ocupar a todos. Por último, se aborda un aspecto especial relacionado con las listas de espera. La presentación, como podrán apreciar, no incluye detalles sobre la productividad, las mejoras en los tiempos de espera o el mayor número de egresos y cirugías mayores ambulatorias que podría estar experimentando el sistema, ya que, si bien estos aspectos son importantes, nuestro interés se centra en el enfoque netamente presupuestario, en trabajo conjunto y seguimiento semanal con el Ministerio de Salud.
Como antecedente general, el gasto público ha sido prioritario en los presupuestos nacionales de cada administración, representando aproximadamente el 6% del PIB y el 20% del presupuesto, aunque estas proporciones pueden variar año a año. Posteriormente, la pandemia COVID-19 ha convertido este nivel de gastos en un desafío mayor para la política fiscal. Además, es necesario revisar el gasto en salud considerando el aumento de costos en los sistemas de salud pública a nivel mundial, la alta inflación que eleva el costo de las prestaciones, el cambio en el perfil epidemiológico y demográfico de la población, el envejecimiento y, en otras palabras, la mayor demanda derivada de las prestaciones suspendidas durante los años 2020 y 2021. Según proyecciones de la OVDE, el gasto en salud pública en los países alcanza en promedio alrededor del 12% del PIB, en combinación con otras fuentes de presión, como el envejecimiento poblacional vinculado a temas de cuidado y seguridad social, el cambio climático y el aumento de la deuda pública con sus tasas de interés. Esto evidenció que, entre 2019 y 2020, el gasto público en salud aumentó un 13% en promedio.
El 2021 aumentó un 13,5% en promedio, pero luego solamente ha decrecido entre 2021 y 2022; después de 2022 se ha mantenido estable o al alza, un 1,5%. Entonces, sabemos que es un presupuesto grande, que creció y tuvo una expansión a raíz de la crisis sanitaria, y esa expansión no se observa —salvo casos muy específicos— que después haya bajado ese gasto, sino que, en general, los países, por los diferentes motivos, han quedado con un gasto mayor que la proyección que se tenía para el año 2019, previo a la pandemia.
Esto se combina con el desafío general que tiene el mundo de ir controlando la deuda bruta del gobierno central. Acá, en el segundo gráfico, se observa la curva de deuda bruta en el caso de Chile; luego están los países emergentes, los países de Latinoamérica y, después, los desarrollados. Si bien Chile tiene, en comparación, un nivel de deuda bruta como porcentaje del PIB menor que otros casos, sí preocupa la velocidad que ha adquirido esta deuda. En términos de gasto, los países enfrentan una presión fiscal importante en materia de salud y, al mismo tiempo, están trabajando en una convergencia fiscal en el mediano plazo que también permita estabilizar sus niveles de deuda.
Tal como les comenté, al analizar el gasto público en salud y las razones de su incremento —independientemente de los temas de productividad del sistema— se observa un alza de costos en las prestaciones generalizadas, no solamente en Chile, sino también en el resto de los países. La tecnología puede jugar un rol clave tanto al alza como a la baja: puede ayudarnos a reducir costos con mayor eficiencia, pero también puede hacer que algunas patologías se resuelvan con tecnologías más caras.
Asimismo, los cambios en el perfil epidemiológico y demográfico de la población, junto con la capacidad que se espera tenga el sistema para afrontar próximos choques, son factores relevantes. Como les comentaba, se espera que para 2040 el gasto público en salud alcance alrededor del 12% del PIB. Acá también se muestra cómo se refleja en lo que estamos viendo en Chile el cambio en el número de beneficiarios de FONASA, el porcentaje de personas mayores entre estos beneficiarios y la evolución de la curva del IPC en los últimos años.
Es importante destacar que el gasto público en salud ronda el 20%; para el año 2024 fue del 23%. Magnitudes similares se observan en el Ministerio de Educación y en el Ministerio de Previsión, pero, además, en el Ministerio de Salud prácticamente el 56% del gasto corresponde a los servicios de salud. Dentro de un presupuesto amplio que abarca diversas áreas, los servicios de salud representan una parte relevante del total. El gasto en la administración —al menos en el año 2022, comprobado también en otras administraciones— ha sido una prioridad del gobierno. Si se revisa el aumento de gasto que hubo en el año 2023 en los distintos ministerios y en el Tesoro Público, aproximadamente un tercio del incremento correspondió al Ministerio de Salud; en 2024 fue cerca del 42% de aumento del total del presupuesto, y en 2025 se proyecta un incremento del 30%.
Además, el esfuerzo fiscal más importante durante el año de reasignación —orientado a buscar espacios fiscales para financiar los gastos— también se concentra en salud, como muestra el segundo gráfico: en 2023, el 56% del total del presupuesto reasignado durante el año correspondió al Ministerio de Salud. Ante la falta de holguras presupuestarias, lo primero que se prioriza es el gasto en salud, y dentro de este, particularmente los servicios de salud.
Finalmente, en una perspectiva más histórica, se presenta la evolución del presupuesto y la ejecución presupuestaria del Ministerio de Salud desde la década de 1990, llevados a pesos de 2025 para ser comparables entre la ley inicial y la ejecución final de la Ley de Presupuestos. Entonces, observamos que, si bien desde el 2006 en adelante hasta el
En el 2015 observamos que efectivamente había un porcentaje mayor del presupuesto que era ejecutado, es decir, el presupuesto se sobreejecutaba. Ya en ese año se notaba con mayor fuerza, e incluso antes de la pandemia, en el 2019, cuando este crecimiento se hizo más importante. Se fue profundizando, y con la pandemia se acentuó la diferencia entre el presupuesto inicial y el presupuesto final de salud. Es importante comprender esta disparidad y sus causas, ya que gran parte de la conversación que mantenemos con el Ministerio no se limita a la ley de presupuestos, sino que abarca toda la gestión realizada durante el año.
En el 2020 ese salto fue mayor y en el 2021 también se registraron aumentos significativos. Los esfuerzos de la Administración han estado orientados a cerrar esta brecha para que el presupuesto inicial se asemeje lo más posible al presupuesto final. De hecho, en el 2022, al revisar la diferencia entre la ley inicial y la ejecución de los años 2021, 2022 y 2023, se observa que la brecha se va acortando. En términos de la ley inicial, para el 2024 se realizó un reconocimiento importante de un mayor presupuesto, de modo de equiparar al del 2023. Cabe señalar que el presupuesto se formula aproximadamente en agosto, y en el 2024 la brecha se redujo considerablemente en comparación con los años anteriores.
Esto, por el tamaño y los desafíos de gestión, tanto en la política fiscal como en la sanitaria, no puede cerrarse de un día para otro; sin embargo, es un trabajo en curso con el Ministerio de Salud. En este contexto se destacan los gatillos legales que pueda tener el ministerio y se observa un aumento que prácticamente equivale al 79% del tamaño del ministerio en los últimos 10 años.
Es importante notar que las mayores presiones en el sistema, relacionadas con el objeto de la Comisión de Listas de Espera, tienen que ver con el subtítulo 22 de bienes de servicio y consumo. En el gráfico se busca reflejar la evolución de los costos del sistema desde 2014 hasta 2023, abarcando prácticamente toda la década anterior. Mientras que en alimentos, bebidas o servicios básicos se ha mantenido cierta estabilidad, la mayor alza se presenta en los materiales de uso o consumo, que en el caso de salud corresponden a los medicamentos y los insumos necesarios para el funcionamiento de los hospitales. Cabe aclarar que esto no se aplica al Ministerio en su totalidad, sino que suma los servicios de salud.
Desde el 2019, los costos de operación de los servicios de salud han aumentado un 35%, y más de la mitad de ese incremento se concentra en los materiales de uso y consumo, los cuales han subido un 90% en los últimos 10 años. Haciendo un acercamiento más detallado, cada servicio de salud puede tener explicaciones distintas: algunos registran aumentos por prestaciones, otros por la apertura de nuevos hospitales o la ampliación de la capacidad instalada. Por ello, no se debe generalizar, sino revisar detallar la situación de cada servicio. Asimismo, otro ítem que ha subido de manera importante son los otros gastos de bienes de servicio, los cuales han crecido en promedio un 36%, mostrando variabilidad desde un 4% hasta un 101%, dependiendo de las particularidades de cada servicio.
Para afrontar la situación actual y futura, y en coordinación con el Ministerio de Salud, se ha trabajado entendiendo la complejidad sanitaria y fiscal, procurando que cada peso invertido se traduzca en bienestar social. En este sentido, se han incorporado hospitales al sistema de GRD, se han implementado otras medidas de productividad, se ha potenciado un eje de prevención, se han hecho esfuerzos para mejorar la eficiencia en la compra de insumos y servicios, y se han desarrollado acciones para afrontar el ausentismo y las licencias médicas. Tanto en atención primaria como en atención secundaria, el presupuesto de salud ha sido prioritario para la gestión del actual gobierno.
GRD dentro de la totalidad del presupuesto y cómo se han ido aumentando los establecimientos nuevos por año en esta metodología que permite operar con un precio base único y reconocer la complejidad derivada en la red asistencial. Además, y creo que fue muy importante lo que hicimos de cara al presupuesto 2023, porque cuando se realizó el cambio a GRD no se hizo considerando mayores recursos y, además, llegó la pandemia, lo que implicó cambiar la fórmula de asignar los recursos. Sin embargo, no se logró poner en marcha propiamente el GRD debido a la emergencia pandémica. En 2023, reconocimos cerca de 220.000 millones de pesos adicionales, lo que equivale a un aumento del 17%, cuando los presupuestos suelen crecer en torno al 3% o 4%; es decir, un incremento de tal magnitud resulta sustantivo dentro del presupuesto nacional.
Además, el Ministerio de Salud, dentro del ejercicio presupuestario que tenemos, ha puesto un fuerte énfasis en reforzar la atención primaria, que entre 2022 y 2025 ha crecido un 25%. Esto es importante desde el punto de vista presupuestario, ya que invertir en prevención reduce la carga sobre los hospitales. Asimismo, hemos trabajado en conjunto con el Banco Mundial y en línea con las recomendaciones de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad. Para el presupuesto del año pasado, la comisión publicó un informe especial en el que se expone qué medidas se han implementado y cuáles se encuentran todavía en proceso. Según sus cifras, por cada peso invertido en APS se podría ahorrar entre 5 y 10 pesos en el gasto de salud a nivel hospitalario, gracias al tratamiento temprano de enfermedades crónicas y a la reducción de la hospitalización. Con este trabajo se compromete el desembolso de recursos a medida que se cumplan diversos indicadores de gestión.
Finalmente, se destacan las medidas de la Comisión en torno a la eficiencia en el uso de pabellones y en las compras públicas, especialmente en la adquisición de insumos, sobre las cuales llevamos un seguimiento puntual en las leyes de presupuestos de cada año. Asimismo, es importante preguntarse cómo se pueden gastar mejor los recursos que se asignan al sistema, considerando que afrontar el ausentismo y las licencias médicas es crucial, ya que representan una cantidad relevante de recursos que, en algunos casos, no llegan a los destinatarios ni mejoran necesariamente la salud de los usuarios. Además, se observa que el gasto en suplencia y reemplazo en los servicios de salud ha aumentado con el tiempo; en 2024 alcanzó un pico de prácticamente 300 millones de dólares. Al analizar el gasto en el sector público, se destaca que el subsidio de incapacidad laboral —comprometido desde la discusión del presupuesto del año pasado y parte de las acciones correctivas presentadas recientemente en materia de subsidio de incapacidad laboral— muestra cifras en 2022, al considerar las licencias de salud pública y los recursos destinados a las cajas, que superan, a modo de comparación, el monto total asignado a, por ejemplo, un Ministerio de Desarrollo Social entero o incluso a la Administración de Justicia, lo que evidencia la magnitud del gasto en este concepto.
Explica el Poder Judicial y el Ministerio Público. Y, por último, en la presentación, para hacer un zoom más específico, se expusieron los recursos especiales para listas de espera. De todas maneras, yo creo que es importante decir que los recursos para los tiempos de espera se pueden definir de distintas maneras, ya que, efectivamente, destinar más recursos al GRD, aumentar el número de dotaciones en hospitales, etcétera, son medidas que ayudan a la reducción de tiempos de espera.
En este cuadro quisimos resaltar algunas medidas específicas o esfuerzos puntuales de apoyo, tanto en las estrategias asociadas al Fondo de Emergencia Transitorio —que fue legislado con motivo especial de la pandemia y que finalizó en junio de 2022— como en el plan de productividad quirúrgica que ha trabajado el ministerio. Asimismo, se ha ido asignando, ley a ley, mayores recursos para el año 2025, y gracias a la aprobación del proyecto de ley de atención priorizada se llegó a un pico de recursos focalizados para la acción de listas de espera respecto a los años 2023 y 2024.
Esa es la presentación. Ahora quedamos atentos a sus preguntas. Se ha proporcionado mucha información, pero queríamos ofrecer una mirada general para luego pasar a lo más particular. Muy agradecido.
Diputado Sáenz me pidió primero la palabra, después el diputado Palma.
Muchas gracias, Presidenta. Agradezco la presentación de la Directora de Presupuestos. Consultar: nosotros asistimos durante el mes de enero de este año a un ajuste importante del orden de 700 millones de dólares, aproximadamente, lo que se acordó en la tramitación de la última ley de presupuestos. Hace dos semanas se entregó el informe de finanzas públicas. En los últimos días, nos hemos enterado también de que la Operación Renta de este año presentó cifras significativamente superiores a las del año anterior; por lo tanto, se entiende que las finanzas públicas se encuentran algo más aliviadas en relación con el escenario que revisamos a fines del año pasado, durante la discusión de la ley de presupuesto vigente.
En ese sentido, y entendiendo que se han realizado una serie de ajustes —entre ellos, el abordaje del asunto de las licencias médicas, lo cual se espera que genere ahorros— la pregunta, Directora, es si esos ahorros en el caso particular de salud se destinarán a fortalecer el Tesoro Público o si existe una posibilidad importante de reasignaciones, sobre todo no tanto para las inversiones, que en términos generales están adecuadamente cubiertas, sino para cubrir el gasto corriente (subtítulo 22). Usted, en la presentación, denunciaba las medidas que se han tomado para evitar la sobre ejecución presupuestaria, a la que hemos asistido de manera casi clásica; es una tendencia de la última década. El año pasado fue particularmente crítico, especialmente en términos de... y de hecho, esa situación dio origen a esta Comisión Especial Investigadora, ya que fue justo en el contexto de la discusión presupuestaria cuando empezamos a recibir noticias de hospitales que, entre comillas, se quedaban sin recursos para subsistir durante los últimos dos meses del año. Finalmente, esa situación fue subsanada, pero evidentemente persiste la amenaza de que una situación similar vuelva a ocurrir este año.
Entonces, la pregunta es: ¿qué se va a hacer en concreto para evitar esa sobre ejecución y cómo se puede aplanar la ejecución a lo largo del año, para que en definitiva el presupuesto se acerque lo más posible a lo dictaminado por ley? Gracias.
Diputado Palma: Gracias, Presidente, por su intermedio en saludar a la Ministra y a la Directora de Presupuestos. Tenía tres planteos. En primer lugar, me sumo a lo que planteaba el diputado Sáenz en relación con las licencias médicas, que, según entendimos en algún momento durante la discusión, significaban una pérdida de 85.000 millones para el Estado debido al abuso en la extensión de dichas licencias, tema que legislamos hace algún tiempo.
Lo segundo, quería preguntar sobre las multas por los hospitales concesionados, por los...
Con el movimiento que tienen las concesiones, nosotros hemos visitado varios hospitales concesionados y me imagino que las multas son bastante cuantiosas. Algo pregunté en algún minuto en el MOP, no sé si eso está considerado como posible, ambas temáticas anteriores como posible ingreso a caja fiscal.
Y lo tercero, una cosa bien concreta: acá, entre las audiencias que hemos recibido en esta comisión –que han sido muchas– estuvieron los proveedores. Entre sus quejas se destaca la falta de pagos inmediatos que se efectúan desde la DIPRES y que, de alguna manera, entorpecen la gestión, puesto que los proveedores se quedan sin respaldo financiero, siendo cifras bastante cuantiosas. Solamente en el Hospital Sotero del Río, que es de mi distrito y donde recientemente esta comisión sesionó, se habla de una deuda de 20.000 millones de pesos a la fecha.
Entonces, quería plantear eso, señor presidente. Muchas gracias.
(Gracias, diputado Romero. Gracias, presidente.)
Bueno, saludar a la ministra y saludar al director de Presupuestos. Mire, a ver, más allá de los números, que son cuantiosos y hay cifras que ni siquiera se pronuncian por la cantidad de ceros, yo quiero hacer unas preguntas mucho más simples, presidente, mucho más simples.
¿Con todos estos recursos cuantiosos, que representan mucho más que lo perjudicial, mucho más que un ministerio, por qué falta hablar del hospital? ¿Por qué hay tanta gente en listas de espera? ¿Qué pasa? ¿Será que se debe a que, a pesar de contar con más plata en el presupuesto, el problema es la gestión? Mire, cuando estoy en el seguimiento del presupuesto y hemos estado juntos en la subcomisión, lo que se ejecuta es, en efecto, súper ordenadito: los sueldos de los funcionarios públicos se pagan al día, sin faltar ni un peso. Pero falta anestesia aquí en el Bambure para tener las guaguas –obstétrica, entre paréntesis–.
Entonces le quiero preguntar al director de Presupuestos que me explique, por favor, de manera súper fácil, “a prueba de diputados”: ¿por qué falta plata para los hospitales? ¿Por qué, como decía el diputado Palma, los proveedores reclaman que no se les paga? ¿Por qué faltan insumos en los hospitales? Habiendo esta increíble cantidad de plata, ¿por qué falta en el sistema de salud para sacar adelante las listas de espera, para pagarle a los proveedores y para garantizar insumos en los hospitales? Eso, señor presidente, es una cuestión súper simple. No es tan simple, pero…
(Diputado Venegas interviene)
No, pero, lo que pasa es que yo también –aunque no había pedido la palabra– evidentemente escuché la última locución que realizó por su intermedio el diputado Romero, y entiendo que la respuesta se dejó ver en medio de la exposición: la propia directora señaló que esto era producto de la inflación propiamente tal, de todos los gastos, del envejecimiento de la población y de los procesos suspendidos durante la pandemia.
Esos son tres fenómenos que, más allá de la perspectiva y de la parcialidad política que uno quiera tener, y entendiendo que las listas de espera son un problema grave y muy sensible –lo que todos vemos a diario–, nos recuerdan que tuvimos una pandemia en la que se suspendieron muchos procedimientos. A mí me tocó –disculpen que haga alusión a esto– ser alcalde durante la época de la pandemia, y teníamos que estar enviando personal mientras todas las operaciones se paralizaban. Eso significa, por lo tanto, que esas operaciones debieron realizarse en algún momento.
Se intentó, muchas veces, sacar provecho político de situaciones tan dramáticas y graves, lo cual me parece un poco deshonesto. Es cierto que existió una situación muy grave, pero también es cierto que el sistema de salud ha tenido que ponerse al día respecto a esa situación dramática vivida en nuestro país. Aquí parece que se olvida que tuvimos una pandemia que paralizó nuestro país, donde muchas intervenciones médicas quedaron suspendidas y debieron realizarse en algún momento, y, por supuesto, todas estas listas de espera son, en muchos sentidos, producto de eso.
Entonces, efectivamente, como los números no mienten –y se ha evidenciado una exposición creciente respecto del gasto público realizado, en términos de los gastos iniciales y de cómo incluso se superaron al final del ejercicio presupuestario– ahí están los números. Y respecto de la otra situación, evidentemente existe un problema: todos somos conscientes de que se vive una situación dramática y tenemos que tratar de mejorar aquello que se pueda, sin desentendernos de la realidad que enfrentamos.
Aquí no hubo un problema, que también fue producto de una cuestión que vivió dramáticamente no solo Chile, sino que el mundo. Yo creo que es tratar un poquito de ese aprovechamiento político, insisto, respecto a una situación tan dramática que viven a diario miles de chilenos y chilenas. Muchas gracias. ¿De qué te voy a decir algo importante, diputado Venegas? Bueno, yo tengo seis preguntas.
La primera de ellas es que… Se me adelantó un poco el diputado Palma. Efectivamente, en marzo del año 2023, el pago automático se terminó. Y aquello, antes de que se terminara, permitía que no fueran los hospitales los que pagaran a los proveedores, sino que era directamente, entiendo, la DIPRES, con un promedio en torno a los 27 días, entiendo yo. Y en marzo de 2023 hubo dobles pagos en algunos servicios; no sé si hubo algunos saludos —hasta lo entiendo, no habían implicado servicios de salud—, pero usted no lo puede aclarar. Se terminó, quedando solamente en cuatro unidades: el Servicio de Salud Metropolitana Norte, el Hospital San José Estaldía con sus proveedores, el Servicio de Salud Magallanes, que no digamos que es uno de mayor volumen, Ñuble, y el Instituto de Salud Público. Esas son las únicas cuatro unidades dentro del Ministerio de Salud que todavía tienen pago automático.
Entonces, la pregunta es principalmente: ¿podremos ver en un corto plazo un reinicio del pago automático, aunque sea en el sector salud o, al menos, partir nuevamente con algunos de los otros 29 servicios de salud y 30, en caso de contar con el hospital digital prontamente?
La segunda pregunta tiene relación con la anterior, en cuanto a los flujos de caja. Obviamente, el Ministerio de Hacienda va llevando el presupuesto de la Nación, asignando a cada servicio de salud el presupuesto del respectivo hospital. Pero, de lo que hemos visto, muchos hospitales autogestionados —no la totalidad del país— indican que finalmente al hospital le llega a cuenta gotas, diría yo, los recursos. Por dar un ejemplo, a marzo del año 2025, al Hospital Carlos Van Buren le había llegado un tercio del subtítulo 22. Entonces, ¿qué sucede allí, básicamente? ¿Cómo podemos lograr que, si es que no se vuelve al pago automático —que sería una alternativa—, se asegure que los hospitales tengan el suficiente flujo de caja para poder responder a las compras que deben realizar, ya sean de insumos o de servicios, porque finalmente eso es lo que mantiene activo al hospital: contar con anestesia, medicamentos, suturas, prótesis, placas de osteocintes, etcétera, o la enorme cantidad de insumos y artículos médicos necesarios para mantenerlo en funcionamiento?
La tercera pregunta tiene que ver con la deuda hospitalaria. Cuando existía el pago automático, la deuda hospitalaria se había disminuido considerablemente, si no casi subsanada, pero obviamente al terminar el pago automático volvió a crecer. Hay hospitales que han partido el año con deudas de 20.000, 15.000 y otros, más pequeños, de 5.000 a 10.000 millones de pesos, y al fin y al cabo, cuando les llega el presupuesto terminan utilizando el presupuesto de 2025 para pagar la deuda acumulada del año anterior. Entonces, ¿qué podemos esperar desde el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos para enfrentar esta deuda hospitalaria que tenemos al día de hoy y que se había logrado controlar bastante bien con el pago automático?
En la misma línea, al menos desde la materia presupuestaria, yo sé que, bueno, usted lo dejó bastante claro, se busca que el presupuesto inicial se parezca cada vez más, dentro de lo posible, al presupuesto final. Pero los hospitales de nuestro país están…