Muy buenos días a los senadores e integrantes de la comisión, secretarios, equipos y todos nuestros invitados, que ya los vamos a ir presentando a cada uno. Pero antes, cuenta secretario.
Gracias, presidente. Se han recibido diversos oficios de reparticiones públicas, dando cuenta de gastos asociados al arriendo de terrenos. En cumplimiento de la ley de presupuesto, el subsecretario de Bienes Nacionales remitió un resumen del estado de situación de la ley sobre regularización de posesión y ocupación de muebles fiscales. Además, ha llegado una comunicación del Ministerio de Salud, en respuesta a un oficio de esta comisión, con información relacionada con las condiciones sanitarias del sector de Pampa Redonda, comuna de Punta Arenas. También se ha recibido una comunicación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, respondiendo a un oficio de esta comisión, con antecedentes relativos al proyecto habitacional La Chacra, comuna de Casta, y al proyecto habitacional que favorecería a los comités Chimeguin, Llave al Futuro y La Revancha, comuna de Puerto Aysén.
A su turno, el gerente general de la Asociación de Desarrolladores de Viviendas Sociales, don Carlos Marambio, hizo llegar una invitación al seminario “Presentación de Estudios, Costos y Propuestas”, para potenciar el programa de vivienda e integración social DS-19, que se llevará a cabo el jueves 24 del mes en curso, desde las 10:30 horas, en el edificio Gimpert de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, con la presencia de importantes expertos en la materia. Todos los antecedentes fueron enviados a vuestros correos electrónicos.
Muchas gracias, secretario.
Sobre la cuenta, hubo otros varios que ofrecen la palabra.
Senadora Yanna:
"Presidente, yo quisiera en primer lugar expresar mi solidaridad a las familias afectadas por los incendios de este fin de semana en la comuna de Alto del Carmen, particularmente en la localidad de La Pampa. Allí tuve la posibilidad de conversar con el propietario de la vivienda que resultó con pérdida total, y me gustaría conocer en detalle cuál es el camino para poder acceder a este subsidio especial de emergencia producto de una catástrofe como la del incendio. Tenemos previsto el día jueves estar en la comuna de Alto del Carmen con el alcalde y, de manera de no agregar a la situación tan compleja y dolorosa de la pérdida de una vivienda —hogar de muchas generaciones de esa familia—, a la incertidumbre respecto de cómo se va a acceder a este subsidio. Entonces, si pudiésemos tener con claridad cuál es el protocolo, cuáles son los antecedentes que se requieren tanto por parte del propietario como del municipio, y cuáles son los plazos que se establecen, sería de gran utilidad, presidente, si es que lo pudiésemos hacer formalmente la consulta al Ministerio de Vivienda. Creo que esto también ayudaría para que todos conozcan el procedimiento en estos casos. Muchas gracias."
Presidente:
"¿Habría acuerdo para pedir este oficio?"
Senador Sandoval:
"No, presidente, solamente quería agregar que, como en la cuenta aún no ha habido respuesta respecto a la accidentabilidad de menores en edificios, hemos estado solicitando en las últimas sesiones una respuesta por parte del Ejecutivo. Se presentaron dos mociones —una en trámite en la Cámara y otra aquí en la Comisión— respecto a lo mismo. Hemos sugerido que, a través de la modificación del reglamento de copropiedad, pudiera establecerse una vía más expedita para resguardar este problema. Y, dado que se ha planteado en un par de ocasiones anteriores, sería bueno saber qué camino tomará en definitiva el Ejecutivo, ya sea para abordar la moción presentada en esta Comisión o adoptar alguna otra medida, ante la lamentable situación causada por la caída repentina de un niño desde las alturas. Muchas gracias, presidente."
Presidente:
"Muy bien, gracias, senador. El secretario indica que el oficio se envió la semana pasada; aún no hay respuesta, pero ya se envió el oficio, así que esperamos un tiempo prudente para insistir. Muy bien... pasando la..."
La cuenta y los temas varios, vamos a la tabla. Tenemos en primer lugar el primer punto: continuar con el estudio que ya la Comisión había acordado poner en tabla, el proyecto de ley en segundo trámite constitucional que modifica la Ley General de Urbanismo y Construcciones para exigir que la planificación urbana contemple espacios públicos seguros y accesibles para las mujeres, Boletín N° 16.744-14.
Tenemos como invitados el día de hoy, del Consejo Nacional de Desarrollo Territorial, la Presidenta Paola Jirón y el Decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo, señor Pablo Allard. Entiendo que don Pablo tiene una limitación de tiempo, entonces solicité poder exponer en primer lugar; en mi caso no hay problema con aquello, así que le vamos a ofrecer inmediatamente la palabra a don Pablo Allard, que ya está conectado.
Presidente, junto con saludarles y agradecer la invitación, ya me liberé de la restricción de tiempo; por lo tanto, si usted prefiere mantener la tabla como estaba en el orden, encantado de hacerlo. Muchas gracias por la disposición; quedo a su criterio.
Bien, muchas gracias, don Pablo. Me dicen que desde el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial se están conectando todavía, así que está todo bien que partamos con usted.
Honorable Comisión de Vivienda, señor presidente, e invitados e invitadas: muchas gracias por la invitación a comentar y expresar mi opinión respecto al proyecto de ley en segundo trámite constitucional que modifica la Ley General de Urbanismo y Construcciones para exigir que la planificación urbana contemple espacios públicos seguros y accesibles para las mujeres, Boletín N° 16.744-14.
Inicio mis comentarios. No tengo presentación; voy a hacer comentarios que después compartiré con una minuta por escrito a través del secretario.
En el último tiempo se ha instalado con fuerza la crítica de que la ciudad, los barrios y las edificaciones históricamente se han diseñado siguiendo estereotipos de género y estilos de vida que han excluido la diversidad, intensificando la inequidad y la exclusión. Es así como, hoy en día, para revertir estos problemas en la academia y en el mundo profesional se ha comenzado a hablar de "ciudad con perspectiva de género", "ciudades accesibles", "ciudades de 15 minutos" o "ciudad próxima", "ciudad de los cuidados" y "ciudades 880" como alternativas para enfrentar este dilema.
En este contexto, destaco y celebro la iniciativa que modifica la Ley General de Urbanismo y Construcciones para exigir que la planificación urbana contemple espacios públicos seguros y accesibles para las mujeres, de manera de revertir dinámicas de exclusión diagnosticadas tanto en la Política Nacional de Desarrollo Urbano, en estudios internacionales y en otros estudios académicos, y así también enriquecer la vida urbana en Chile al incorporar la diversidad en nuestras ciudades y edificaciones.
El desarrollo de la ciudad y de la vivienda moderna no fueron el resultado de una simple evolución natural, sino más bien el campo de pruebas de distintas ideologías y ejercicios tendientes a definir patrones y convenciones de lo que debiese ser, entre comillas, "la casa ideal para la familia modelo." Esta carga ideológica o metalenguaje se hizo evidente en la imaginería publicitaria y mobiliaria, así como en las políticas sociales de vivienda a partir de mediados del siglo XX, que sin duda han afectado en gran forma la manera de encauzar las necesidades y anhelos de una sociedad constantemente ávida de soluciones habitacionales y de una mejor calidad de vida.
Muchos atribuyen la construcción de estos estereotipos a la sociedad norteamericana de posguerra y a la explosión suburbana. Parafraseando a la socióloga Dolores Hayden, se podría describir la vivienda suburbana como una "arquitectura del género", ya que las casas comenzaron a proveer el lugar donde las mujeres y niñas efectivamente lograban obtener estatus social, ser consideradas objetos sexuales y actuar como hábiles sirvientas domésticas; y, en contraposición, para los hombres y niños se configuraba el rol de ejecutivos, ganadores de pan, exitosos, maestros chasquillas y adeptos mecánicos de auto caseros.
Ese modelo de ama de casa universal implica también el de madre universal y, como consecuencia, el de familia ideal. Es llamativo que la expansión de la clase media en las últimas décadas en Chile se adhiera, inconscientemente, a esos ideales mediante la traslación literal, reproducción y reducción de modelos suburbanos de vivienda para sectores medios, tales como la casita aislada, la casita con quincho y jardín, el aumento del parque automotriz y la dependencia del mall, el hipermercado o el strip center.
Lo que yo propongo es agregar en el artículo 27 bis, cuando se habla de necesidades de las mujeres, agregar: menores, adultos mayores y personas con discapacidad. De manera, entonces, por un lado, se hace más inclusivo el proyecto de ley y, por otro, se logra coherencia con el literal J que viene después, en el que se habla de atención al sexo, edad o situación de discapacidad. Como resumen, bastaría incorporar siete palabras en el artículo 27 bis para que quedase coherente con el literal J e incorporase no solamente a las mujeres, sino también a menores, adultos mayores y personas con discapacidad.
Termino leyendo mi propuesta de artículo 27 bis: "La política nacional a la que se refiere el artículo anterior tendrá en consideración las necesidades de las mujeres y, en adición, menores, adultos mayores y personas con discapacidad, y continuará la generación de espacios públicos seguros y accesibles para estas en el diseño y planificación urbanística, incorporando elementos de prevención situacional que procuren la visibilidad y la seguridad. Idéntica consideración tendrán los instrumentos de planificación. La ordenanza podrá establecer mecanismos de reporte y seguimiento periódico con el objeto de revisar el cumplimiento de las consideraciones señaladas en el inciso anterior y sus efectos." Haciendo esta recomendación, apoyando que avance el proyecto de ley y agradeciendo la oportunidad de comentar en un tema tan relevante, cierro mi participación y quedo a disposición para consultas, comentarios o lo que se estime conveniente. Muchas gracias.
Muy bien, muchas gracias, profesor Pablo Allard, por su presentación y sus recomendaciones. Ofrecemos de inmediato la palabra para preguntas y comentarios a Pablo Allard, ya que se está conectando. Todavía hay un problema con informática de parte del Consejo Nacional de Desarrollo Territorial de Paola Jirón. Entonces, mientras se conecta, aprovechemos de hacerle preguntas y comentarios a Pablo Allard.
Senador David Sandoval: Sí, muchas gracias, presidente. Por su intermedio saludamos a quienes nos acompañan el día de hoy. Don Pablo, igual, o a Pablo, igual. Mira, respecto a este tema, efectivamente lo presentamos la semana anterior, cuando se empezó a hablar sobre este particular: que de repente a uno le da, no sé qué, legislar sobre materia específica, sabiendo que existe un ámbito mucho más amplio, porque alguien se preocupa en particular respecto de un sector específico, como es el caso en este proyecto sobre las mujeres. Y el mismo requerimiento, evidentemente, como muy bien se señaló al final, lo tienen también otros sectores que, legítimamente, habría que pensar de la misma manera, como los adultos mayores, las personas con discapacidad y, para qué decirlo, los niños, niñas y adolescentes, quienes están también sujetos a la misma situación.
Y al final me asalta una duda: ¿dónde debería estar este proyecto? Porque, si fuera en materia de accesibilidad, existe una ley de accesibilidad universal; y si estamos hablando de espacios públicos seguros, correspondería, creo, al Estado velar por que los espacios sean seguros, más que al Gobierno en particular. Pero no me imagino que, en la Comisión de Vivienda, se aborde esta materia específica. No sé si me entiende el enfoque que estoy planteando. Existe, en definitiva, un ámbito relacionado con cómo resguardamos los espacios públicos seguros en un tema de seguridad. La accesibilidad probablemente tenga que ver con temas más urbanos, como la accesibilidad universal y otros tantos, plazas adecuadas y espacios públicos de recreación, no solamente pensando en los niños, de quienes cada vez tenemos menos, sino también considerando que, a la inversa, contamos con cada vez más adultos mayores. Tú llegaste a establecer hasta los 80 años, pero bueno, ¿cómo se le llama? ¿Qué es la cuarta edad, todos los mayores de 80 años? En todo caso, me queda esa duda: ¿dónde debería estar? Por lo tanto, un proyecto de esta naturaleza, si es de seguridad, de espacios públicos seguros, en materia de seguridad pública, de resguardo, vigilancia o control, no debería abordarse en esta comisión.
Y si estamos hablando del tema de accesibilidad, el punto de la preparación de la ciudad, el punto de vista urbano, la acera, los accesos, la discapacidad, etcétera, etcétera, los espacios públicos, pensando en ello, puede tener ahí un sentido. Y tercero, que efectivamente hay otros sectores que legítimamente quedan. Yo pienso que el Senado no debería ser tan mezquino de pensar en legislar sobre materias específicas que mañana obliguen a presentar otro tipo de mociones para incorporar a los demás actores que no están incluidos en esta moción, obviamente a la discusión, como son la discapacidad, los adultos mayores, los niños, niñas y adolescentes, etcétera. Muchas gracias, presidente.
Bien, muchas gracias, senador. Senadora Yelena, ¿aprobó usted después? Yo.
Presidente, quisiera saludar y agradecer la presentación del decano, porque, tal como lo ha señalado, muchas veces estos temas son invisibles, tienen que ver con la inseguridad y con el acoso que afecta mayoritariamente a las mujeres, pero que él pone también en relieve respecto de niños, adultos mayores y personas con discapacidad. Y creo que uno no puede seguir replicando modelos urbanos que excluyan a quienes más necesitan protección. Por eso, creo que la propuesta que hace el decano de incorporar en el 27 bis A a otras poblaciones se inscribe en este propósito de terminar con la invisibilidad respecto de la falta de protección de nuestras ciudades.
Pero, aprovechando que desde la academia —y creo que fue muy importante lo que el decano nos planteó respecto del informe de Naciones Unidas y de la Universidad de Liverpool, en donde, claro, el 32% se siente insegura en la calle—, el transporte es inseguro para las mujeres, ya que el riesgo de verse afectada por situaciones indeseadas es mayor para ellas, me gustaría preguntar: dado que en su intervención señaló la necesidad de evaluar estas políticas y de generar mecanismos de seguimiento periódico, ¿qué tipo de instrumentos concretos de planificación y evaluación recomendaría incorporar en las ordenanzas comunales?
También me gustaría preguntar si existe alguna metodología en nuestro país validada para evaluar el impacto de los proyectos urbanos desde una perspectiva de género, y si es que él conoce alguna, ¿qué recomendaciones nos haría para considerar su inclusión en este proyecto de ley?
Y, además, me gustaría preguntarle si conoce alguna experiencia internacional respecto de buenas prácticas que se pueda tomar en cuenta, o bien, desde la academia, qué buenas prácticas internacionales destacaría en términos de accesibilidad y planificación inclusiva que pudiera servir como modelo en nuestro país. Eso, Presidenta.
Muy bien, gracias, senadora. Yo me sumo con algunas preguntas y comentarios. Yo creo que tiene todo el sentido lo que plantea Pablo Allard, en términos de que no vamos a estar legislando con proyectos específicos distintos —uno para mujeres, otro para niños, niñas y adolescentes, otro para personas con discapacidad, y otro para personas mayores—, sino que tiene todo el sentido incorporar en este proyecto, en una mirada más integral, esas perspectivas, esas diversidades, desigualdades y asimetrías, y cómo incorporarlas en la planificación urbana.
Senadora, ¿sí?
Sí. Creo que a partir de los datos del censo también sería muy importante, porque, a propósito de este comentario —medio en serio, medio en broma que hacía el senador Sandoval respecto de este límite en los 80 años que mencionaba el decano—, pero claramente hoy día las poblaciones son personas mayores, esta comisión debiera escuchar al INE y las conclusiones sobre las proyecciones demográficas que arroja el censo, como el crecimiento en los hogares unipersonales y el envejecimiento. Además, las encuestas en nuestro país muestran que, para las mujeres, los lugares más inseguros son sin duda el transporte público, los paraderos y la falta de luminarias en muchas calles.
Después retomo yo... Lo estamos interfiriendo a su inquietud, presidente. Disculpe. Sería posible, podríamos quizás oficiar…
O sea, ¿cuánto es realmente la afectación en el espacio público a delitos de ocurrencia hacia diferentes segmentos de nuestra sociedad? A lo mejor, quizás el Ministerio Público, que en sus cuentas normalmente genera información sobre la cantidad de delitos, pudiera proveer información oficiosa que nos permita determinar hasta dónde y, a lo mejor, desmitificar algunas apreciaciones de que las grandes víctimas corresponden a un determinado sector y no a todos los sectores vulnerables de nuestra sociedad. Además, quizá el Ministerio Público podría ilustrarnos con estadísticas sobre la ocurrencia de este tipo de delitos en el espacio público. Muy bien, habría acuerdo en pedir esa información, puede ser al Ministerio Público, al Ministerio de Seguridad o mediante información desagregada.
Bien, retomo la pregunta y el comentario en términos de incorporar esos elementos en este proyecto. Claramente, mi pregunta es que todo está basado en una mirada de seguridad, de prevención del delito y de factores situacionales para hacer más segura la percepción de seguridad de las personas a través de la planificación urbana. Pero quería preguntar –y apoyando esa moción–, dado que la seguridad es una prioridad de la ciudadanía, que la planificación urbana y el ordenamiento territorial consideren también otras variables esenciales para esta dimensión: mujeres, niños, niñas, adolescentes, personas mayores y personas con discapacidad. No se trata únicamente del tema de la prevención del delito o de la percepción de seguridad en términos del delito, sino de otras consideraciones que sean exigibles en la planificación urbana, pues en el fondo este proyecto de ley busca que se contemple espacios públicos seguros y accesibles para estos grupos. Esa es mi preocupación: ¿cómo se baja esa exigencia, cómo se hace el monitoreo y cuál es la experiencia comparada o la propuesta para que esto sea efectivo y no quede simplemente en una cuestión declarativa, en una ley sin impacto en la planificación urbana?
Observamos que está conectada también Paola Girón, la presidenta del Consejo Nacional de Desarrollo Territorial. Entonces, si les parece, le damos la palabra a Pablo Olar para recoger las preguntas y comentarios, y luego, inmediatamente, a Paola Girón para su presentación.
Muchas gracias, presidente y senadores, senadoras, por los comentarios, las preguntas, y también aprovecho para saludar a nuestra presidenta Paola Girón. Voy a seguir el mismo orden en que se hicieron los comentarios, tal como señaló el senador Sandoval. Yo, también, si bien como legislador me considero un gran urbanista, creo que la legislación debe ser lo más acotada posible para que luego el detalle se desarrolle en las ordenanzas y los reglamentos. En ese sentido, si bien amplio el espectro e incorporo no solo a mujeres, sino también a menores, adultos mayores y personas con discapacidad, considero que se podría reducir la redacción del artículo 27 bis, finalizando la frase en “la generación de espacios públicos seguros y accesibles” en el diseño y planificación urbanística. Se podría eliminar el detalle técnico que incorpora elementos de prevención situacional, tales como visibilidad y seguridad, ya que todo ello podría formar parte de las ordenanzas o de algún reglamento; lo que se busca es que se considere de forma explícita en la planificación urbana las necesidades de estos ciudadanos y ciudadanas, garantizando espacios seguros y accesibles para todos. Por lo tanto, tal vez se podría prescindir de esos detalles de elementos situacionales, dejándolos a la ordenanza o, eventualmente, a posteriores regulaciones.
Los mecanismos, por así decirlo, ya, en la prevención situacional son una de las distintas técnicas de diseño urbano que existen para reducir los delitos y las situaciones de violencia urbana; por lo tanto, aunque hay muchas otras, considero que podría aliviarse un poco y quedar en las materias más generales en la ley, dejando aquellas más específicas para otras instancias. Como decía el senador Sandoval, la accesibilidad se garantiza a través de la Ley de Accesibilidad Universal y los temas de seguridad mediante otros mecanismos. Queda explícito, entonces, que estas personas –mujeres, menores, adultos mayores y personas con discapacidad– contarán con una planificación que garantice la generación de espacios públicos seguros y accesibles.
Respecto al comentario de la senadora Proboste, agradezco que se valoren estos temas que son invisibles. Efectivamente, existen muchas metodologías para medir el impacto y, probablemente, la Presidenta Jirón, del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Territorial, hablará de muchas de ellas, ya que dicho organismo está desarrollando una serie de indicadores desde Desarrollo Urbano y Territorial para medir el bienestar territorial, particularmente en lo que respecta a estos grupos que hasta esta discusión y este proyecto de ley no estaban presentes en la planificación. Por lo tanto, ella podrá responder a eso, al igual que incorporando la experiencia internacional.
Existen muchas redes internacionales e iniciativas. Por ejemplo, la Red Ciudades Amigables en términos de adultos mayores, impulsada por el médico brasileño Alexander Kalach, quien es precursor de la idea del envejecimiento activo y congrega a más de 20 países. Esta red ha generado distintas políticas y propuestas para incorporar a los adultos mayores, es decir, a la tercera y cuarta edad, de manera activa. En cuanto a los menores –niños, niñas y adolescentes– hay iniciativas como “Growing Up in Cities” (“Creciendo en las Ciudades”), que ponen relevancia en la importancia de los ambientes urbanos para la formación de valores cívicos en la infancia. Todo este material puede ponerse a disposición del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Territorial para que, analizando estas distintas prácticas, puedan orientar tanto a ustedes como al Ejecutivo.
Respecto al comentario del presidente de la Torre, efectivamente agradezco que se entienda mi intención de incorporar las diversidades de manera más amplia. Tal como se ha mencionado, los temas de seguridad pueden quedar planteados en la ley y luego el detalle de cómo se enfrentan puede asociarse, como decía antes, a otros instrumentos tales como ordenanzas, reglamentos o programas y políticas.
Por último, y para hacer una aclaración al senador Sandoval, no estoy poniendo un límite de 80 años, sino que dentro de las distintas iniciativas se encuentra la denominada “Ciudades 880”, del urbanista colombiano Gil Peñalosa. Lo que plantea es básicamente que un niño de 8 años y una persona de 80 años son autovalentes: a partir de los 8 años, un niño ya puede ir caminando solo al colegio, y una persona de 80 años también. De este modo, una ciudad que garantice, para ese rango etario, seguridad y accesibilidad es, por así decirlo, una ciudad completa, aunque claramente puede abarcar edades superiores. Espero que todos nosotros podamos seguir gozando de la ciudad más allá de los 80 años.
Con eso, agradezco nuevamente la invitación y le doy la palabra al presidente para que continúe con la sesión.
Muchas gracias, don Pablo. Senador David Sandoval, muchas gracias, Pablo; en todo caso, no me queda duda de que es así. ¿Podrías mandarnos el nombre del especialista brasileño al cual te referías en esta presentación? Sería bueno que nos proporcionaras los detalles para que podamos cargar la información por red, ¿no es cierto? Además, enviaré mi comentario al secretario o secretaria de la comisión, y allí aparecerán los nombres y datos de las distintas instituciones. Mándanos el dato mientras tanto.
Muy bien, muchas gracias, don Pablo Alar. Bien, le damos la palabra.
Entonces, ahora saludamos nuevamente a la Presidenta del Consejo Nacional de Desarrollo Territorial, Paola Jirón. Hola, muy buenos días. Muchísimas gracias por la invitación y agradezco también que estén avanzando en estos temas, incorporándolo y, como parte del interés del Senado, de incorporar temas de género y, ojalá, interseccionalidad a lo que están haciendo. Creo que comparto varias de las cosas que acaba de decir Pablo sobre una mirada más amplia a estos temas. Yo tengo una presentación, no sé si la tienen ustedes o la proyecto yo. La tenemos acá en la tablet. Sí, se puede proyectar para la gente que lo está viendo por TV Senado, la comisión.
Bueno, para, tal como decía el profesor, nosotros, como Consejo, el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial, funcionamos como la fusión del ex Consejo Nacional de Desarrollo Urbano con el ex Consejo Nacional de Desarrollo Rural, para incorporar una visión territorial a lo que se hace en Chile en términos de intervención territorial en general. Ha sido un esfuerzo y un avance importante en poder tener una mirada más compleja, relacional y continua de los territorios.
Nosotros tenemos como mandato la implementación de tres políticas de Estado: la Política Nacional de Desarrollo Urbano, la Política Nacional de Desarrollo Rural y la de Ordenamiento Territorial. Precisamente, de lo que ustedes están hablando tiene que ver con la primera, que es la Política Nacional de Desarrollo Urbano, la cual se encuentra actualmente en proceso de actualización. Al final de mi presentación les puedo contar cómo lo estamos haciendo y cómo incorporamos los temas de género en esta política, pero quizás sería más recomendable que tengamos una sesión específica donde les presentemos todo lo que estamos haciendo en cuanto a su actualización, porque incorpora los temas que están viendo hoy y otros.
Este es nuestro mandato, y esta mirada territorial ha sido muy importante para poder complejizar la visión que tenemos en Chile de muchos de los problemas de fragmentación territorial que vivimos. Este consejo asesora directamente al Presidente de la República y está compuesto por 49 consejeros del sector público, privado, especialistas y la sociedad civil. Ha sido un consejo muy interesante, en el que se han incorporado distintas visiones y se ha podido dialogar sobre las complejidades de nuestros territorios.
Respecto a lo que ustedes están planteando y a la modificación a la Ley General de Urbanismo y Construcciones, consideré importante que viéramos cómo se ha incorporado el enfoque de género e interseccionalidad a lo largo de los años, ya que es fundamental reconocer que la mirada de las mujeres se trabaja a nivel nacional, aunque a nivel internacional se aborde de manera distinta. Al principio de los años 70 se identificaron importantes desigualdades de género en el ámbito del desarrollo urbano y se tuvieron dos enfoques en su momento: mujeres en desarrollo y género en desarrollo. Una de las principales iniciativas que se inició en el caso chileno en los años 90 tuvo que ver con la desagregación de datos, lo cual fue muy importante porque permitió separar la información por hombre y mujer para poder ver el impacto diferenciado en las políticas públicas.
El problema de esa mirada, y les puedo explicar, es que, a pesar de la extensa documentación sobre la institucionalización del enfoque de género —que en el Ministerio de la Vivienda, al menos, inició en los años 90, al igual que en otros ministerios de Chile— se terminaba homogeneizando a las mujeres, como si todas tuviéramos la misma experiencia en el espacio. En ese proceso también se empezó a compartimentalizar, con iniciativas o centros específicos para mujeres, para personas con discapacidad, para personas adultas mayores y para personas indígenas. Esto llevó a la compartimentalización de problemas, sin reconocer que no todas las mujeres son iguales; por ejemplo, las mujeres migrantes o racializadas probablemente tengan una situación muy distinta a las niñas que se mueven fuera de los colegios.
Este problema de la compartimentalización ha sido muy importante, ya que no daba cuenta de manera suficiente de las complejas desigualdades que se viven en los territorios, donde se conjugan, por ejemplo, género, clase, etnia, edad, entre otros. Entonces, lo que hemos podido ver —y esto ha sido muy relevante en el trabajo en América Latina— es cómo se entienden las desigualdades y cómo operan en múltiples niveles de la vida cotidiana. Desde la mirada interseccional se hace una crítica a la forma tradicional de la planificación urbana y territorial, que fragmenta y perpetúa las desigualdades que muchas veces son invisibles.
Entonces me pidieron que explique un poco en qué consiste la interseccionalidad, y la verdad es que es una herramienta analítica para entender y responder a las maneras en que el género se cruza con otras categorías, tales como sexo, raza, clase, sexualidad y diferencia, entre otras. Uno también podría encontrar, por ejemplo, el nivel educacional o las creencias. En cada contexto, esta superposición de situaciones se vive de manera distinta, y esta herramienta ha resultado muy útil para entender cómo en nuestros territorios de América Latina existen desigualdades que se experimentan de forma diferenciada.
En ese sentido, lo que vemos a nivel de ciudad es que dicha interseccionalidad se vive y varía a lo largo de la vida, e incluso puede cambiar en el transcurso de un mismo día. Por ejemplo, una niña de 12 o 13 años podría tener dificultades para ir sola del colegio, pero, según estudios que nosotros mismos hemos realizado, mujeres, chicas y adolescentes presentan problemas al andar en bicicleta, al utilizar el espacio público o, sobre todo, al emplear el transporte público, debido a los acosos que sufren en esos espacios. Más adelante en la vida, una mujer embarazada enfrenta distintas dificultades para moverse en el espacio público o, cuando tiene una guagua y debe trasladarse en coche, la situación va cambiando conforme avanza la vida.
Es importante entender que el contexto y la relación entre el cuerpo y el espacio son fundamentales. Cuando las mujeres, y también otras personas, alcanzan una edad mayor, enfrentan la ciudad de manera diferenciada. No es suficiente homologar a todas las mujeres como si vivieran la misma situación, ni es útil pensar que enfocando la mirada únicamente en ellas se solventarán las desigualdades que también experimentan hombres, jóvenes, niños y adultos mayores de manera diferenciada. Por ello, una mirada interseccional puede operativizarse de forma práctica en las políticas públicas y en los programas, recogiendo la complejidad que se vive en nuestros territorios.
Por otro lado, cuando hablamos de accesibilidad, y aunque este proyecto ha perdido fuerza, el tema resulta muy importante. La accesibilidad no se limita a poder llegar a un lugar; es decir, puedo llegar al consultorio, pero si este no cuenta con los servicios que necesito, no me es útil. La accesibilidad se activa dependiendo de quién vive ese espacio. Por ejemplo, puede ser que el espacio nocturno sea más complejo que el diurno, especialmente en el contexto de la crisis del calor y el cambio climático. Para personas adultas mayores o para aquellas en sillas de ruedas, salir en momentos de mucho calor es muy difícil. Así, no se trata solamente del espacio, sino de la relación entre el espacio y el tiempo, los ritmos, las tecnologías, la organización de la vida, el nivel socioeconómico, el cuerpo y la institucionalidad, lo que nos permite entender la accesibilidad de una manera más completa.
No profundizaré en todas las implicaciones, pero es crucial entender que la accesibilidad va más allá de simplemente conectar con un lugar; implica la complejidad que vivimos para poder acceder efectivamente, donde se evidencian muchas diferencias y desigualdades. No se trata únicamente de las mujeres, ya que, por ejemplo, es muy diferente una mujer que se desplaza en auto, se mueve bien por la ciudad y llega fácilmente a la Clínica Alemana, de aquella que tiene que recorrer toda la ciudad para llegar al consultorio y se da cuenta de que no se encuentra el servicio que busca.
Por otro lado, hay un aspecto que no se incorpora en este análisis y que tiene relación con lo que, sobre todo en este gobierno y a nivel mundial, se está implementando en cuanto al enfoque de los cuidados en la planificación urbana. Esto se refiere a todas las actividades que realizamos para mantener, continuar y reparar nuestro entorno con el fin de vivir lo mejor posible. La mirada de los cuidados implica las diferentes formas en que podemos sustentar la vida en nuestras ciudades y territorios; tiene que ver con llevar a los niños al colegio, ir a la plaza, hacer compras o acudir al consultorio, es decir, cómo desarrollamos las actividades que sostienen nuestra vida.
Así también, encuentro ausente en la propuesta que se está trabajando aquí la mirada de los cuidados, la cual no solamente se aborda desde el Ministerio de Desarrollo Social, sino que ya está siendo incorporada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Este ministerio está trabajando en la espacialización de los cuidados, tanto por medio de centros de cuidado como en la concepción de ciudades justas en términos de ciudades en red. Este enfoque resulta, por tanto, muy importante para incorporar en esta temática, ya que existen distintas formas de espacializar los cuidados.
Desde quienes son, no solamente vemos a las personas que cuidamos, sino la relación entre quienes cuidan y son cuidados, las múltiples prácticas de cuidar y los lugares de cuidados, es decir, un centro de cuidado o un hospital, pero también la calle puede ser un lugar de cuidados. Las materialidades, por ejemplo, en Santiago, cuando hay 35 grados de calor, no hay sombra, los muros reflejan mucho calor, no hay lugares para protegernos o sentarnos, y eso también tiene que ver con los cuidados, las temporalidades y los afectos. De esto también podemos hablar con mayor profundidad, en cuanto a cómo los cuidados deberían incorporarse en una ciudad que sea más cuidadosa y justa en general.
En relación a la propuesta que se está presentando, me parece que es un avance muy importante, sobre todo en la creación de espacios públicos seguros y accesibles, lo cual es fundamental avanzar. Sin embargo, pese a lo valioso de esta iniciativa, es importante entender que es incompleta y que vincula o asocia temas de acoso y violencia de género con cuestiones de delincuencia y crimen organizado, que en general no necesariamente son lo mismo. Al juntarlos, puede perderse la especificidad de cada problema. Claramente hay que buscar una mirada hacia la seguridad en el espacio público, pero ni con toda la iluminación ni con los lugares más seguros se elimina la violencia de género. Por ello, considero que es necesario desacoplar estos discursos y adoptar un enfoque de género e interseccionalidad, reconociendo que no todas las mujeres son iguales, y que es importante ir más allá de la violencia de género, incorporando la complejidad de la accesibilidad y de los cuidados.
En relación a la propuesta de incorporar las necesidades de las mujeres a la Política Nacional de Desarrollo Urbano, nosotros, como Consejo, estamos en proceso de actualizar dicha política y a continuación explico brevemente cómo hemos incorporado el tema de género. Por otro lado, se menciona que la UGU podría establecer mecanismos de reporte y seguimiento periódico. Nosotros, como Consejo, también fusionamos dos sistemas de información esenciales para medir la calidad de vida a nivel nacional: uno es el CIEDU, que maneja el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y otro es el CICVIR, que maneja el Ministerio de Agricultura; los fusionamos para crear el CIE Chile, el cual, junto al Instituto Nacional de Estadísticas, nutre en forma importante los sistemas de información en Chile. Además, este sistema incorpora un seguimiento a las políticas públicas, aspecto que también incluye la propuesta presentada. Hemos analizado otros artículos de la Ley General de Urbanismo y Construcciones –en particular, los artículos 2, 6, 27, 28, 41, 49, 70, 76 y 105–, y puedo enviarles una presentación que detalla los ámbitos en que este tema puede incorporarse.
Quisiera explicar brevemente lo que estamos haciendo con la actualización de la Política Nacional de Desarrollo Urbano. Para quienes no la conocen, esta política fue promulgada en el año 2014, durante el gobierno del presidente Sebastián Piñera. Se realizó con la participación de múltiples actores y constituye una política de Estado que propone diversos elementos. Fue muy importante implementarla, ya que en Chile no se tenía una política en este sentido desde el año 1985. Dicha política sugería, por ejemplo, la creación del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y del sistema de indicadores urbanos, que también se creó. Esta política de Estado tuvo continuidad con la presidenta Bachelet, luego se complementó en el segundo periodo del presidente Piñera y, recientemente, el presidente Boric nos encomendó, como Consejo Nacional de Desarrollo Territorial, la actualización de la ley.
De esta política, me gustaría que pudiéramos tener una sesión específica donde les expliquemos cómo se realiza el diagnóstico, los objetivos y los lineamientos que estamos considerando. Muy preliminarmente, les voy a contar que el objetivo preliminar que estamos proponiendo –porque esta política, una vez formulada, se entrega a la Comisión Civil y luego la promulga el Presidente de la República– la estamos elaborando con evaluación ambiental estratégica, que incluye consulta pública de entrada y de salida. A partir del diagnóstico, el objetivo es promover la equidad territorial en ciudades y asentamientos humanos en general. Esta redacción aún se puede modificar en términos de detalle, pero el espíritu de esta política es contrarrestar las numerosas inequidades territoriales que existen en Chile.
Nos encontramos en el proceso de elaboración de los lineamientos y ya hemos definido ocho ámbitos temáticos relacionados con: vivienda adecuada y hábitat; espacio público; movilidad; identidades, culturas y patrimonio; sustentabilidad y resiliencia; socioambiental; desarrollo económico; y planificación integral, gestión de suelo e institucionalidad. Además, hemos planteado 10 principios que abarcan: descentralización, intersectorialidad, pertinencia, continuidad territorial, resiliencia, sustentabilidad, seguridad, interseccionalidad, cuidados e innovación. Considero que los ámbitos 8 y 9 se corresponden precisamente con los temas que ustedes están planteando en esta modificación. Esta sugerencia se incorporará en la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano, integrando una perspectiva de género, interseccionalidad y cuidados.
Les explicaré cómo se podría incorporar la mirada de género en cada uno de estos ámbitos. Como se discutió en el último censo, se observan transformaciones importantes, no solo por el aumento de la población mayor, sino también en las conformaciones familiares. Esto implica que nuestros programas de vivienda deben atender a la diversidad de habitantes, ofreciendo una variedad de situaciones habitacionales que abarquen no solo a adultos mayores, sino también a niños, migrantes y habitantes de campamentos, abordando de forma compleja la diversidad en la conformación de familias.
Otro ámbito a considerar es el espacio público, donde se evidencian situaciones de acoso tanto en el entorno como en el transporte público, además de aspectos relacionados con la conectividad y el uso de espacios deportivos. En este sentido, es fundamental diseñar espacios que respondan a las necesidades de hombres, mujeres y, en particular, a la diversidad de mujeres que utilizan el espacio público.
En términos de movilidad, es esencial comprender los distintos trayectos y experiencias de las personas al transitar por la ciudad. No andamos solos; a menudo, viajamos con niños o con personas con discapacidad, lo que hace importante integrar la interseccionalidad en la forma en que habitamos el espacio. Los niños nos recuerdan que el espacio no es exclusivo para ellos, sino que debe ser inclusivo y fomentar la intergeneracionalidad.
Asimismo, la mirada de género se integra en los ámbitos de identidad, cultura y patrimonio mediante una perspectiva interseccional. En cuanto a la sustentabilidad, aunque el calor y el cambio climático nos afectan a todos, tienen impactos diferenciados en cierta parte de la población. Por ejemplo, en muchas ciudades del país que operan con camiones aljibes, son frecuentemente las mujeres quienes se encargan de la recolección y distribución del agua para lavar, cocinar y limpiar. Estos cambios climáticos generan impactos diferenciados que deben ser corregidos. De igual forma, en el ámbito del desarrollo económico, los centros comunitarios pueden facilitar que las mujeres empleen parte de su tiempo libre para capacitarse.