Cámara de Diputados Comisión de Bomberos

Cámara de Diputados - Comisión de Bomberos - 22 de abril de 2025

22 de abril de 2025
21:30
Duración: 5h 2m

Contexto de la sesión

Esta sesión tiene por objeto abordar los incendios forestales que han afectado en las últimas semanas a las regiones del Biobío y de La Araucanía. - Directora Nacional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), señora Alicia Cebrián López. - Directora Ejecutiva de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), señora Aída Baldini Urrutia. - Director Nacional de Vialidad, señor Horacio Pfeiffer Agurto. - Presidenta de la Asociación de Municipalidades de la Región de La Araucanía (AMRA), alcaldesa de Pitrufquén, señora Jacqueline Romero Inzunza. - Presidente de la Asociación de Municipalidades de la Región del Biobío (AMRBB), alcalde de Hualqui señor Ricardo Fuentes Palma. - Alcaldes de Traiguén, señor Luis Álvarez Valenzuela; Los Sauces, señor Víctor Hugo González Rodríguez; Lumaco, señor Richard Leonelli Contreras; Collipulli, señor Manuel Macaya Ramírez; Ercilla, señor Luis Orellana Rocha; Victoria, señor Javier Jaramillo Soto; Gorbea, señor Jorge Romero Martínez; Padre Las Casas, señor Mario González Rebolledo; Hualqui, señor Ricardo Fuentes Palma; Santa Juana, señor Ángel Castro Medina; Santa Bárbara, señor Cristian Oses Abuter; Mulchén, señor José Miguel Muñoz y Alcaldesa de Pitrufquén, señora Jacqueline Romero Inzunza.

Vista pública limitada

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Invitados, por favor, siendo las 5:32 damos inicio a la sesión. El acta de la sesión 86 se da por aprobada por no haber sido objeto de observaciones, y se pone a disposición de las señoras y señores diputados el acta de la sesión 87. Se recibió el siguiente documento: correo de la Secretaría de la Municipalidad de Santa Juana, mediante el cual se excusa la participación del alcalde de la Resfería Comuna, señor Ángel Castro Medina, a la sesión de hoy debido a compromisos ineludibles asumidos con anterioridad a la fecha indicada. Se ofrece la palabra sobre la cuenta. Tenemos varios invitados hoy; no sé si alguno tiene puntos varios, ya que siempre dejamos varios para el final, pero resulta que en dos sesiones nunca hemos podido tener puntos varios por falta de quórum. ¿Alguien tiene puntos varios? No. Entonces, aprovecho para hacer el punto varios que he querido plantear durante dos semanas: solicitar al Director Nacional de Vialidad –o, en su defecto, al director general de concesiones– que analice la situación que acontece en la Ruta 5 Sur, en los kilómetros 74 y 80, donde antiguamente el New Jersey podía abrirse o reemplazarse para que pudiesen pasar los vehículos de emergencia. Producto de la modificación del New Jersey, que ahora entiendo cumple con la normativa internacional por la altura, quedó cerrado el paso para los vehículos de emergencia, los cuales deben dirigirse a comunas o a pasos muy distantes, dificultando así su llegada oportuna a los siniestros. Ese es el objeto de mi oficio. ¿Estamos de acuerdo? Oficial: Sí, muchas gracias, estimados colegas. Terminados los varios, la diputada Musante toma la palabra. Diputado Musante: Gracias, Presidenta. Lo que ocurre es que estamos con una alta concurrencia en nuestra comisión, y me había costado encontrar asiento. Presidenta, solo quería solicitarle a la comisión, si usted lo aprueba, que se solicite a la Biblioteca Nacional del Congreso entregar información sobre los tratados internacionales en materia de emergencias y desastres que hayan sido ratificados por Chile y que se encuentren vigentes, así como de otros tratados sobre esta materia que estén pendientes de ratificación, es decir, que aún se encuentren en trámite. Esto, a propósito del trabajo que se está realizando en conjunto con la Fundación Ronda y todas las organizaciones que han venido a exponer acerca de cómo podemos mejorar nuestra institucionalidad desde el punto de vista de la prevención de desastres. Gracias, Presidenta. Presidenta: Perfecto. ¿Estamos de acuerdo en solicitar dicho oficio a la Biblioteca Nacional del Congreso? Oficiaremos, entonces. Ahora sí, pasamos a la orden del día. Muchas gracias a ustedes, diputadas y diputados. Esta sesión tiene por objeto abordar los incendios forestales que han afectado en las últimas semanas las regiones del Biobío y de La Araucanía.
5:00
Regiones de Biobío y La Araucanía. Para estos efectos han sido invitados la directora nacional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres y la directora ejecutiva de la Corporación Nacional Forestal (CONAF). Se observa conectada la directora, don Alicia Cebrián López, junto al subdirector de gestión de la emergencia, don Miguel Ortiz Pacheco. ¿Ambos están ahí por Zoom? No, solo la directora. Ahí está, ahí está, ahí está; muy buenas tardes, don Miguel Ortiz Pacheco, y buenas tardes, directora. También está invitada la directora ejecutiva de la Corporación Nacional Forestal de CONAF, la señora Aída Baldini Urrutia, quien asiste junto al gerente de protección contra incendios, don Jorge Saavedra. Asimismo, se encuentra presente el director subrogante de Vialidad, quien estaba esperando: don Álvaro Alruiz Fajuri. Además, tenemos a la presidenta de la Asociación de Municipalidades de la Región de La Araucanía, la alcaldesa de Pitrufquén, señora Jacqueline Romero Inzunza, quien asiste junto a su jefe de gabinete, don Brian Rodríguez Santander, y al encargado de comunicaciones, don Ezequiel Rodríguez González. Asimismo, participa el presidente de la Asociación de Municipalidades de la Región de Biobío, el alcalde de Hualqui, señor Ricardo Fuentes Palma, y de forma presencial el alcalde de Florida, quien además se desempeña como secretario de la Asociación de Municipalidades de la Región de Biobío y presidente de la Comisión de Emergencia y Riesgo de Desastre, el señor Rodrigo Montero Cuevas. Se han sumado por Zoom otros alcaldes: el alcalde de Traiguén, señor Luis Álvarez Valenzuela; el alcalde de Los Sauces, don Víctor Hugo González Rodríguez; en representación del alcalde de Padre Las Casas, el director de Seguridad Pública, señor Rodrigo Yáñez Salazar; y el encargado del Departamento de Riesgos de Desastres de la Municipalidad de Mulchén, don Nelson Lagos. Sean todos bienvenidos, tanto los que están por Zoom como los que se encuentran de forma presencial. Dándose inicio a la presentación, se le da la palabra a doña Alicia Cebrián López, directora nacional de Senapred. Muchas gracias, presidenta, por su intermedio. Saludo a los diputados y diputadas de la comisión y al resto de los invitados. Ante todo, quiero agradecer la posibilidad de haber concurrido a través de conexión telemática, ya que teníamos una reunión en agenda con el vicepresidente de la República y no me fue posible llegar a la comisión; de lo contrario, habría asistido encantada para presentar la información solicitada respecto a los últimos incendios forestales registrados en las regiones de Biobío y La Araucanía. Efectivamente, a partir del domingo 23 de marzo se registró una recurrencia de incendios forestales en distintos puntos del país, concentrándose especialmente en la región de Biobío y La Araucanía. Se vieron afectadas, entre otras, las comunas de Mulchén, Nacimiento y Santa Juana, y en la región de Biobío se concentró la mayor cantidad de hectáreas afectadas. En la región de La Araucanía, comunas como Perquenco, Galvarino, Traiguén, Victoria, Los Sauces y Lumaco presentaron también afectaciones importantes, siendo en Traiguén y Victoria donde se registró, probablemente, la mayor cantidad de hectáreas afectadas en este evento. Cabe mencionar que, además, se registraron otros incendios relevantes en la región de Ñuble y en la región de Los Lagos durante el mismo período, aunque la mayor recurrencia se concentró en las regiones mencionadas. En función de estos eventos se mantuvieron coordinaciones a través de los comités regionales y comunales de gestión de riesgo y desastre, en conjunto con la Dirección Nacional de Sanabred y la Dirección Ejecutiva de la Corporación Nacional Forestal, lo que permitió generar alertamientos frente a la amenaza de incendio forestal. Esto derivó en la declaración de una alerta roja para la región del Biobío, de acuerdo con la evaluación que realizó la región respecto al estado de afectación durante esos días producto de los incendios. Se declaró una alerta roja para las comunas de Nuevo Imperial, Traiguén, Galvarino, Lumaco y Los Sauces en la región de La Araucanía, complementada por una alerta amarilla regional, además de una alerta roja para la comuna de Pinto.
10:00
En la región de Ñuble y en la comuna de Cochamó, Región de Los Lagos, se evaluaron los incendios desde el organismo técnico en coordinación con Senapred, sobre la necesidad de levantar los alertamientos. Producto de esta recurrencia de incendios se gestionó el envío de 25 mensajes SAE durante el período en que estuvieron activos los incendios en las comunas mencionadas, para reforzar los procesos de evacuación que se coordinaron en cada territorio, en conjunto con los organismos que conforman los sistemas regionales de prevención y respuesta ante desastres y los respectivos municipios. Se enviaron 17 mensajes durante el domingo 23, 7 el lunes 24 y 1 el martes 25, totalizando 25. En términos de daños, el consolidado de la evaluación realizada durante esos tres días –en los que se concentró la mayor cantidad de incendios forestales– fue, en general, una afectación limitada en términos de superficie y número de viviendas, pese a la magnitud de los hechos. En la comuna de Santa Juana se registraron dos viviendas destruidas, otra con daño menor y tres personas damnificadas, además de algún perjuicio en un sistema sanitario rural. En Hualqui se registraron cuatro viviendas destruidas, cuatro con daño menor, nueve personas damnificadas y 13 albergadas durante el evento. En la Región de la Araucanía se totalizaron 18 viviendas destruidas y una con daño menor, además de daños en un liceo internado en la comuna de Traiguén; se reportaron dos funcionarios de Carabineros lesionados con heridas menores, ya tratadas, y un total de 28 personas damnificadas, concentradas en las comunas de Traiguén, Padre Las Casas y Los Sauces. Asimismo, el número de personas albergadas fluctuó conforme se habilitaban refugios para quienes lo requerían mientras se combatían los incendios. De manera complementaria, al despliegue de recursos de la Corporación Nacional Forestal y de las empresas forestales colaboradoras, desde Cenapred se gestionaron 14 aeronaves adicionales en apoyo al combate de los incendios durante estos tres días: nueve para la Región del Biobío, cuatro para la Región de la Araucanía y una para la Región de Los Lagos, a lo que se sumaron dos aeronaves gestionadas de apoyo desde el Estado Mayor Conjunto, destinadas a la Región de la Araucanía. También se gestionaron elementos de ayuda para las personas damnificadas de distinto tipo: kits de higiene, viviendas de emergencia, kits de cocina familiar y los correspondientes kits de habitabilidad para las viviendas entregadas, además de otra serie de mangueras y plazas para reemplazar aquellas que fueron quemadas, sumado a la gestión de raciones de combate y agua para las brigadas desplegadas en la Región del Biobío en apoyo al combate de los incendios forestales. Se coordinó, asimismo, con la Subsecretaría de Telecomunicaciones la habilitación del roaming de emergencia para asegurar la conectividad en la zona afectada, en particular en las regiones de La Araucanía y del Biobío, junto con la activación de una base móvil de emergencia en el puesto de Comando Unificado establecido en el incendio La Generala, en la Región de La Araucanía. Esto presenta, en términos de un resumen breve, la situación de estos incendios que afectaron a las regiones de La Araucanía y del Biobío durante finales de marzo. Quedo atenta a cualquier consulta. Muchas gracias, directora. Vamos a escuchar a la directora de CONAF; al final se realizarán las preguntas. Le ruego que se quede conectada para que podamos tener una visión general de los hechos. Le doy la palabra a la directora, doña Aída Baldini. Muchas gracias.
15:00
Presidenta, yo la verdad que voy a hacer una introducción porque el verdadero experto es Jorge Saavedra, que es el gerente de incendios para todos los detalles. Contarles que al día de ayer estamos con casi 6.200 incendios, lo que representa un 5% más que la temporada pasada y, a su vez, es un 11% menos que el promedio del último quinquenio. En superficie, se han afectado 90.521 hectáreas, lo que significa un 23% más que la temporada pasada, cuando fueron 73.688 hectáreas. Aún estas cifras nos dan algo de tranquilidad en relación al quinquenio, en el que en promedio se afectaron 152.000 hectáreas por los incendios forestales, lo que fue un 41% menos. En términos para comparar la situación, esta temporada tuvimos 251 alertas rojas, lo que realmente es altísimo, mientras que la temporada pasada se registraron 136 y el promedio de los últimos cinco años fue de 144 eventos. En alertas amarillas se registraron 143; el año pasado fueron 123 y en el quinquenio 113, puesto que todo va aumentando. En alertas preventivas, gestionadas a través de Senapred y relacionadas con las condiciones ambientales, se registraron 42 eventos, frente a 33 de la temporada pasada. También, en lo que respecta a la causalidad investigada, se han indagado 48 incendios de los 6.200, correspondiendo a los 48 más grandes. De ellos, el 61% se debe a negligencias, lo que sigue siendo muy elevado; siguen siendo las mismas causas, y aunque se comenta en broma que “otra vez van a hablar de la soldadora, de la galletera o del cigarro”, es exactamente lo mismo. Los incendios intencionales representan un 30% y los accidentales un 7%, cifra que en principio es relativamente normal. Y, como estamos citados para las regiones del Biobío y de La Araucanía, ¿qué es lo que tenemos acá? Del total de la superficie afectada, más del 50% —prácticamente el 60%— se produjo en la Araucanía, lo que representa 55.837 hectáreas; mientras que en el Biobío se quemaron 9.473 hectáreas, cifra que es un 79% más que en la temporada pasada, y en la Araucanía un 203% más, lo que es enorme. En términos del tamaño de incendio, se tienen 14 hectáreas por evento, mientras que la temporada pasada era de 12 y el quinquenio de 25. Los números van mejorando, pero se concentra, o sea, prácticamente más del 50% de todos los incendios, en términos de superficie afectada, en estas regiones. Se entiende muy bien esta sesión y le agradecemos también. Muchas gracias, director. Le damos la palabra a don Jorge, quien ya hemos tenido en sus presentaciones y sabemos que es el experto en esta materia, para que nos ayude a entender y a fiscalizar mejor. Sí, muchas gracias. Aprovecho para agradecer la invitación y saludar a las personas que están conectadas y a las presentes aquí. Como bien mencionó la directora, esta es la estadística al momento. Nosotros queremos ir desglosando esto hasta llegar a este evento por el cual nos citan ustedes, porque creo que es importante entender qué fue pasando durante esta temporada, que ya va decayendo. Las estadísticas generales ya las vimos: 90.000 hectáreas al momento. Esto es importante, pues se evidencia en la simultaneidad de incendios. Si observamos el gráfico que mantiene las líneas rojas, se aprecian dos picos importantes, correspondientes a dos eventos meteorológicos extremos que tuvimos, el que parte de la zona…
20:00
El 6 de febrero hasta más o menos el día 14 de febrero, y el otro evento es el 23 de marzo. Esos son dos eventos: uno concentrado, con mucho calor durante muchos días y con fuerte viento, lo que genera ventanas para incendios de unas 12 a 14 horas diarias. Esa situación duró varios días consecutivos, siendo especialmente complicados los días 8 y 9, sobre todo en la región de la Araucanía y también en la región de Ñuble. Se observaron incendios con columnas muy arrastradas pegadas al piso, producto de estas condiciones, que generaban prácticamente cuchillos de avance del fuego. Fue una situación bastante compleja y eso es importante. Esos dos picos que se observan obedecen a los dos eventos meteorológicos. Se aprecia cómo se fueron controlando las emergencias: al llegar el día 23, vuelve a aparecer un repunte inmediato con muchísimas hectáreas más. En la gráfica de superficie acumulada se distinguen dos saltos en la línea roja: el primero cuando inicia el día 6 de febrero, sube y se mantiene casi estable, y el segundo, el día 23 de marzo, que causa otra subida importante para luego estabilizarse. En cuanto a los indicadores que menciona la directora ejecutiva, se observa que, en casi todos los meses salvo julio, las hectáreas afectadas por incendio eran considerablemente menores; sin embargo, los eventos de febrero y marzo generaron problemas significativos. Con respecto a la causalidad no se entrará en detalles, ya que la directora lo mencionó, y nos concentraremos en la emergencia del 6 al 14 de febrero, que fue un evento meteorológico extremo. Durante ese período se declaró un estado de excepción desde el Maule hasta la Araucanía, lo que generó abundantes dificultades. Había un escenario importante de “botón rojo”: extensiones de terreno considerables y un entorno altamente predispuesto a la ignición, de modo que los incendios se propagaron muy rápidamente, durante muchas más horas de las que indicaba incluso el botón rojo. Varios días antes se realizaron reuniones en Senapred, junto a Alicia, Miguel y su equipo, para poner en la mesa esta situación compleja, producto de las condiciones meteorológicas y las ventanas para incendios. Hasta el día 14 la situación fue declinando, mientras se emitían avisos, se realizaban llamados, y se llevaba a cabo la sensibilización a través de redes sociales y en diversas mesas, para que se tuviera el mayor cuidado posible, ya que cualquier fuente de calor podía generar nuevos problemas. Antes de esta emergencia se habían registrado 3.895 incendios con aproximadamente 26.500 hectáreas afectadas. Solamente del 6 al 14 de febrero se produjeron 452 incendios que quemaron casi 27.400 hectáreas, es decir, mucho más de lo acumulado en 220 días. El 47% de la temporada se concentró en ese período, el 80% de esta emergencia tuvo lugar en la Araucanía y el 70% de los incendios mayores a 1.000 hectáreas se dio en este lapso, en condiciones meteorológicas muy extremas, con ventanas complicadas y diversas causas, que se irán desglosando en detalle. En la Araucanía se registraron, entre otros, incendios sobre mil hectáreas en localidades como Quichaltué, Huitranlebu, San José de Chocombe, Pailahueque, el Valle 2 (que estuvo a punto de llegar a Traiguén) y Lolenco. Aunque las estadísticas anteriores mostraban cifras y hectáreas por incendio relativamente controladas, este evento generó un problema de gran magnitud: el 98% de toda la superficie afectada se dio dentro del estado de excepción, y de esta cápsula, el 71% se concentró principalmente en la franja comprendida entre Maule y Araucanía. Se pueden apreciar además picos de emergencia simultánea, con 52 incendios concurrentes en la Araucanía, bajo condiciones muy violentas, producto de una situación sinóptica que generó un importante flujo de viento, mantuvo una capa límite baja y propició las peores condiciones para enfrentar estos eventos durante varios días. Desde imágenes satelitales se observaron columnas muy arrastradas con múltiples focos secundarios, y se distinguieron puntos azules que representaban las casas afectadas entre medio de estos focos. En la emergencia se trabajó casa por casa, atendiendo los incendios de cola a cabeza por los flancos, aunque en algunos casos fue preciso dejar ciertos aspectos de lado.
25:00
...y ir de casa en casa para después retomar y poder tratar de cerrar estos incendios. Este escenario de simultaneidad, como pueden ver aquí, se concentró principalmente en la Araucanía, donde se observaron algunas columnas importantes que generaban también pirocúmulos, como en el Valle 2. Los análisis que estuvimos haciendo muestran que, si bien anticipamos un escenario complicado, durante la emergencia se realizó un estudio para determinar qué quería hacer el incendio. Se pueden observar las conexiones que el incendio del Valle 2 estaba generando –o que posiblemente podría llegar a generar– para tomar las mejores decisiones sobre dónde cortar ciertos puntos críticos. En el escenario se incorporaron las viviendas y los polígonos verdes, que representan áreas homogéneas con comportamientos similares y, por lo tanto, con mayor probabilidad de quemarse. Además, se utilizó un meteograma para monitorear la condición meteorológica: la cantidad de horas secas, la falta o recuperación de humedad, así como las imágenes de todos los vuelos realizados durante la mañana y la tarde. Se integraron distintos análisis –preliminares y de incendio– que, mediante líneas y ejes, permiten en un escenario tan extenso definir ejes de contención amplios, tales como grandes caminos o zonas que puedan interrumpir la continuidad del fuego. Posteriormente, se comenzó a trabajar a través de complejos de incendio, como en Galvarino, donde se agruparon varios incendios, y también en el sector de Coyibulli. Con ello se llegó a un máximo de 107 incendios de simultaneidad el día 9 de febrero, tal como se muestra en la gráfica. Se evidencia el aumento de la superficie afectada desde el día 6, concentrándose principalmente en la Araucanía, con aproximadamente 16.000 hectáreas; al 13 de febrero se registraron 1.300 hectáreas en el Biobío y 1.000 en Ñuble. Otro dato importante es que, de todos los incendios registrados, un 33% fue de carácter intencional, lo que indica que, además de un evento meteorológico complicado y extremo, existió una considerable intencionalidad detrás de algunos de estos sucesos. Mientras se controlaban los incendios y la simultaneidad iba disminuyendo, el proceso de extinción continuó. El 23 de marzo se realizó otro análisis, en el que se constató que, si bien el calor no fue el principal problema, un evento fuerte de viento –de 12 a 15 horas– en zonas propensas (como el Biobío, la Araucanía, áreas cercanas a ríos y lagos, Ñuble, Maule y Valparaíso) favoreció la rápida propagación del fuego. Se trató de un evento que inició a las 6 de la mañana y se extendió hasta las 21 horas, permitiendo una propagación rápida e impredecible, disminución de la humedad, aumento de la temperatura y, en algunos casos, precipitaciones en la cordillera, junto a tormentas secas. Así se generó un vórtice en la región de la Araucanía. A partir del 23 de marzo en adelante, las estadísticas mostraron 230 incendios que afectaron 21.400 hectáreas. Según la directora, casi el 50% de la temporada se concentran en estos dos eventos complicados, destacándose en la Araucanía comunas como Traiguén, Victoria, Padre Las Casas y Arcilla, que presentaron el mayor número de incendios. Se pasó de un promedio de 6,8 incendios a 93 hectáreas quemadas por incendio en este evento, que alcanzó una simultaneidad de 40 incendios, generando un impacto muy significativo desde ese día en adelante. Asimismo, se observa que, a partir del 1 de marzo, la situación había empezado a calmarse tras el evento de febrero, para luego reactivarse con nuevos focos de incendio. Entre ellos se registraron incendios en Santa Juana, Hualqui, La Generala, Los Copihues, Santa Matilde, Los Olivos y en la Laguna Pirquinco, que se reactivó en la zona de Cordillera. Además, se formó un complejo importante en La Providencia, en los sectores de Reducción Contrera y Terpel 2; también se destacaron incendios en Lowe 4, otro incidente en Lowe y, asimismo, el incendio de Centenario. Cerca de Los Sauces se empezaron a evidenciar columnas de fuego notables, especialmente en La Generala y en el área de Nacimiento, reflejando las condiciones particulares de la emergencia.
30:00
Hubo que dejar de volar con aeronaves también ese día 23, incluso dejar de poder tener imágenes de los aviones que estaban grabando para el otro día, ya esperando que bajara la condición para poder utilizar estos medios aéreos. Nuevamente se fueron haciendo estos análisis para conocer cuáles son los potenciales del incendio, identificando áreas escasas alrededor y marcando bastantes puntos críticos en la zona, buscando siempre la mejor oportunidad para tratar de contener un poco los distintos incendios que iban ocurriendo. Febrero y marzo, obviamente, representan lo más crítico de nuestra temporada de incendios. La Araucanía fue el epicentro de este impacto, registrándose un 80% del daño en febrero y se presentaron incendios de gran magnitud, con más de mil hectáreas afectadas. El 9 de febrero tuvimos un pique importante: 107 incendios se presentaron con bastante simultaneidad, con clara intencionalidad y en un contexto de condiciones meteorológicas muy adversas. Cuando las condiciones comenzaban a mejorar, en marzo se presentó otro evento importante de viento, con alta intensidad y rápida propagación. Lo otro interesante es que las causas humanas siguen siendo predominantes en ambos eventos: el primer evento de febrero está marcado por una intencionalidad, mientras que el de marzo se caracteriza más por la negligencia en el uso del fuego, en quemas no avisadas o ilegales. Cabe destacar que, históricamente, solo el 1% de los incendios corresponde a quemas realmente avisadas, mientras que el 15% se genera por incendios no avisados o lo que podríamos llamar "quema agregado". Estos fenómenos se pueden comparar, en cierta forma, con la restricción vehicular: hay días en que no se puede usar el vehículo, y en este caso se usó el fuego de manera inadecuada. Además, se corroboraron otros matices planteados en la hipótesis, como los cortes de cable producto de vientos fuertes que desplazan los cables, así como quiebres de ramas y caídas de árboles, debido a vientos que en algunas partes alcanzaron entre 80 y 90 kilómetros por hora, generando numerosos problemas y, en ocasiones, intencionalidad. Es importante señalar que en marzo se registró, en algunos sectores, una mayor negligencia, mientras que en otros, por ejemplo en las cercanías de Hualquín, se observó intencionalidad. Esto, obviamente, nos dejó con grandes superficies afectadas en poco tiempo y viviendas comprometidas, tal como menciona la directora del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred). Sin embargo, es fundamental que el sistema reconozca no solo lo que se quema, sino también lo que se evita, puesto que no podemos enfocarnos únicamente en contar las hectáreas afectadas. Se presentó un análisis preliminar de los últimos años en el que se destaca que, aunque es importante contabilizar lo que se quema, también es crucial reconocer lo que se logra salvar. En la imagen se muestra el arduo trabajo del personal en terreno, junto a bomberos y diversas instituciones, además de los medios aéreos que van reduciendo la intensidad para permitir la llegada del personal. En ese sentido, se utilizó un flujograma para calcular lo que se evita. Cada incendio tiene un área quemada y un potencial, que representa todas aquellas áreas que podrían haber sido afectadas. Las conexiones derivadas del análisis ayudan a focalizar la estrategia y táctica a implementar. Todo lo que, al final, no se termina quemando y permanece en estos polígonos verdes se considera salvado, ya que estaba dentro de la probabilidad de crecimiento del incendio. Preliminarmente, y mientras se recopila más análisis e información, se han registrado 48 incendios que afectaron 32.000 hectáreas, pero cuyo potencial era de casi 220.000 hectáreas. Es decir, en estos incendios se ha evitado el daño de 186.000 hectáreas, lo que equivale a un potencial de crecimiento del 570%, pudiéndose decir que los incendios podrían haber crecido hasta 3, 4 o incluso 5 veces más de lo que ocurrieron en condiciones normales. Además, se han recopilado datos sobre las viviendas afectadas: 785 casas estuvieron amenazadas por estos 48 incendios; no se trata de casas quemadas, sino de aquellas que estuvieron bajo amenaza. En definitiva, se cuenta con la información de que 14.184 viviendas no sufrieron ningún tipo de amenaza directa por el fuego.
35:00
Producto de todas estas acciones. Si eso lo llevamos a una suma y resta y a unos costos promedios que hay en cada comuna, estamos hablando de 442 millones de dólares que se evitan en estas pérdidas, solamente en promedio. Creo que esos son datos importantes porque reflejan todo lo que el sistema se coordina y trabaja. Otro dato importante es que, respecto a todas estas áreas, y considerando que seguiremos incluyendo más incendios, tenemos 2.152 personas bajo amenaza del fuego, 40.000 dentro de los potenciales y 38.000 personas que no vivieron la amenaza del fuego propiamente tal. También se debe destacar que, en cuanto a los tipos de vegetación que se podrían haber afectado, lo agrícola tenía un potencial de 61.000 hectáreas; de estas, 53.000 hectáreas agrícolas no se quemaron, 23.000 de bosque nativo, 38.000 de matorrales y 64.000 de plantación. Es decir, había mucho en juego en términos de producción agrícola y forestal, y se salvó una gran cantidad, en especial de bosque nativo, dentro de esta superficie. En relación con la vegetación, lo que llamamos daño directo, es decir, lo que tangiblemente se puede reparar de la vegetación quemada, se evitó un daño directo de 365 millones de dólares. Si a esto le sumamos el valor de los servicios ecosistémicos, la aportación a la biodiversidad, la belleza escénica y otras fuentes que cuesta contabilizar, que llamamos daño indirecto, hablamos de 1.954 millones de dólares. En total, se evitó un daño de 2.319 millones de dólares, ya sea por daño directo o indirecto a la vegetación. Adicionalmente, es importante recalcar que, al considerar viviendas y daños directos, se han evitado pérdidas en torno a los 800 millones de dólares. En el visor se pueden apreciar, en rojo, los incendios y, en lo que queda en amarillo con blanco, las áreas potenciales de estos complejos de incendios, lo que podrían haber afectado tanto en Traiguén como, por ejemplo, en Coyipulli. Se irán incluyendo más incendios. Este visor, desarrollado en Power BI, permite realizar diversos filtros, de manera que se pueda consultar, por ejemplo, qué se evitó en determinada comuna o región. La idea es poner estos datos de una forma dinámica para que cualquier región pueda trabajar con su información. Es muy relevante poner sobre la mesa que no todo es negativo, ya que también hubo un importante esfuerzo y coordinación con Senapred, que solicitó recursos extras para las emergencias, en menor medida que en años anteriores. Se ha observado que, por cada dólar invertido, al momento se evitan 18 dólares en pérdidas. Seguiremos incluyendo más incendios al sistema, ya que, durante esta temporada, se realizaron alrededor de 460 análisis de incendios forestales con polígonos y flechas para entregar a los técnicos y tomar las mejores decisiones en terreno. Muchas gracias, como siempre, Jorge. Hay muchas preguntas, y creo que se irán acumulando, pero continuemos escuchando a todos los expositores. Respecto a este tema específico, diputado Raquel, usted había solicitado esta sesión y pidió la comparecencia del director de Vialidad. Específicamente, ¿cuál es el ámbito o la materia a la que desea que se refiera el director de Vialidad para darle la palabra? La verdad es que una de las dificultades que se presenta hoy en día en la ocurrencia de los incendios —y aquí CONAF puede ratificar este tema— es que, cuando el incendio alcanza los caminos, lejos de disminuir, aumenta, porque éstos no están despejados. La faja fiscal está llena, llena de matorrales, lo que se conoce como los viejos pica-pica o la carrumba, y muchos pastizales, a pesar de haberse cortado, permanecen. Entonces, ¿quién tiene que reponer los cercos colindantes? No es problema de la Municipalidad, sino del propietario, quien se queda sin cerco. ¿Y quién debe asumir el costo de reponerlos? Además, al quemarse el forraje, los animales salen a la vía pública y, en caso de accidente, la responsabilidad no es de Vialidad, sino del dueño del animal. Por ello, se da la palabra al director de Vialidad para que aclare estos puntos.
40:00
Álvaro, tiene usted la palabra. Gracias, Diputada Marlene Pérez. Tiene apagado su micrófono. Ahí sí. Quería solicitar que la presentación que hizo se la pudiera hacer llegar. Por supuesto, es la que le compartí; yo se la compartí. Muchas gracias, Álvaro. Gracias, Presidenta. Buenas tardes a todos. Sí, diputado, la verdad es que la Dirección de Vialidad, entre las muchas funciones, nos toca también hacer la limpieza de las fajas de los caminos, lo cual realizamos de varias formas: de manera mecanizada y a mano (hoy mayormente mecanizada), a través de nuestra administración directa —con nuestras propias máquinas— y mediante contratos globales. Por ejemplo, en La Araucanía tenemos 27 contratos globales en el territorio, de entre 300 y 500 kilómetros cada uno, si bien aún falta cobertura, pues en total son 12.000 kilómetros de camino en esa región. Este método se puede replicar para cualquier región. Cada contrato global contempla la limpieza mecanizada de la faja, y efectivamente se chipea, pero se mantiene a ras. Nosotros le pagamos a la empresa según el nivel de servicio; es decir, si la vegetación crece más de 15 centímetros, no se paga la limpieza correspondiente, por lo que las empresas se encargan de mantener la faja a ras. Antiguamente, cuando se permitía un mayor crecimiento, se acumulaba material vegetal altamente combustible en la faja del camino, lo que ya no ocurre hoy. El proceso consiste en limpiar entre cerco y cerco; la distancia entre cercos puede ser de 15 a 30 metros, dependiendo del camino, mientras que en otros tramos se deja la vegetación. Asimismo, los terrenos colindantes suelen presentar abundante pasto que podría ser combustible, pero en lo que respecta a la franja de camino, limpiamos los 12.000 kilómetros al menos una vez al mes (o menos en tramos de menor tránsito). Además, realizamos un convenio con CONAF. En un programa de limpieza de faja para el periodo 2024-2025 se contemplaron 3.155 kilómetros en Chile, donde, en el 90%, se concentra desde la Región Metropolitana hasta Los Lagos; lo cumplimos casi al 100%. Si bien tenemos 80.000 kilómetros de camino que limpiamos anualmente, lo solicitado por CONAF se ejecuta puntualmente en esa área. Otro aporte es que, cuando se declara incendio, actuamos con nuestras maquinarias, cortafuegos y otras operaciones. Excepcionalmente, este año aprobamos el uso de máquinas forestales, estableciendo con la CORMA la autorización para el paso de tractores Kider, que habitualmente tienen sobrepeso y sobre medida, para que pudieran circular sin multa, otorgándoles una especie de rompefilas durante la temporada. Esto funcionó bien, y aunque algunas empresas forestales quisieron extender la medida, finalmente se aplicó solo durante el periodo de incendios, lo que sin duda agilizó el proceso. Nosotros, desde Vialidad, aportamos para tratar de evitar los incendios, aunque lamentablemente no podemos hacer más. Así, para responderle al diputado, nuestro contrato contempla la limpieza de faja, la realizamos también mediante administración directa y, en la gran mayoría de los casos, se mantiene en buen estándar. Reconozco que pueden existir excepciones, ya que cada región tiene una cantidad tremenda de kilómetros, pero en las vías principales, donde hay mayor tránsito, la limpieza de faja se cumple. Muchas gracias, Director. Vamos a escuchar a los alcaldes, ¿les parece? En las rutas principales, entiendo, especialmente en la Ruta 5 Sur, la gente del colindante se aburrió y ya tienen instalados cercos de cemento, puesto que las estacas de cemento se colocan porque, todos los años, se queman; lo que indica que la faja no está limpia. Damos la palabra a los alcaldes. Invitamos a varios de ellos y, si alguno desea intervenir durante el transcurso de esta sesión conforme el tiempo lo permita, así lo haremos. Por el momento, vamos a escuchar principalmente a las asociaciones que estaban presentes. Por ello, doy la palabra a la Presidenta de la Asociación de Municipalidades.
45:00
La región de La Araucanía, ya la habíamos presentado, la señora alcaldesa de Pitrufquén, doña Jacqueline Romero Inzunza. Tiene usted la palabra. Muchas gracias, muy buenas tardes a todos. Estoy agradecida por la invitación y saludar también a los que están conectados, mis colegas alcaldes de la región de La Araucanía. Vamos a hablar del corazón, porque, por Dios, qué difícil es para los alcaldes hacer este trabajo, que no solamente es un trabajo que hace CONAF, sino que, obviamente, es un trabajo en equipo con CONAF, con bomberos, con la gente que vive en los sectores cuando hay incendios y con los equipos de emergencia de las municipalidades. Como bien lo dijo la directora, tuvimos una reunión allá en Temuco de CONAF. Se nos pidió, como municipio, generar las unidades o la dirección de riesgo y desastre en las comunas, sin recursos, es decir, con cero peso. Hoy, por ejemplo, puedo decir que tenemos 13 comunas que cuentan con dirección, jefaturas o una persona encargada de riesgo y desastre, obviamente según la capacidad económica. Aquí es donde entra la coordinación, ya que, desde el municipio, con los bomberos, estamos conectados directamente con CENAPRED para levantar los alfas, etcétera. Pero, además, se nos presentan una serie de desafíos, porque, a su vez, el trabajo que se hace con nuestras maquinarias –que, como comprenderán, cuesta conseguirlas a través de proyectos y se desgastan trabajando días y días– es fundamental. Por ello, establecemos convenios de colaboración con nuestros colegas alcaldes para poder recibir ayuda justamente de maquinaria. Hoy me incluyo: varias comunas, que no fuimos nombradas en CONAP, sufrieron incendios que, tal vez, no abarcaron una gran magnitud en territorio, pero sí en algunas de ellas hubo mucha población y numerosas casas. Recordemos también que han llegado muchos parceleros, mucha gente que ha comprado parcelas, al menos en la región de La Araucanía. Y, obviamente, el sector de Malleco fue uno de los más afectados, pero también en Cautín tuvimos varias comunas impactadas. Sentía el clamar y la desesperación de mis colegas, la necesidad de camiones aljibe, de maquinaria y de un montón de insumos para poder llegar a la gente, especialmente a los agricultores, esos pequeños agricultores que necesitaban alimento para sus animales y que prácticamente no tenían nada. Por ello, entre los alcaldes nos hemos unido para ayudarnos mutuamente, ya que la ayuda no llega de inmediato. Y, como somos un país más reactivo que preventivo, hoy los municipios han asumido, junto con los departamentos de riesgo y desastre, una responsabilidad tremenda ante las directrices centrales. Es increíble, presidenta, la carga que tenemos, ya que los alcaldes y nuestros equipos estamos en terreno, entregando la contención también a la ciudadanía; personas que día a día se sacan la mugre de verdad para poder mantenerse.
Fragmentos 1-10 de 24 (12 disponibles públicamente)

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