Ha sido convocada la Comisión de Educación con el objeto de elegir presidente y adoptar las demás normas de procedimiento que se estime pertinente, como primer punto de la tabla, y luego tomar conocimiento del informe de recomendaciones de la Mesa Técnica del Sistema de Admisión Escolar; además, iniciar la discusión en general de dos proyectos de ley que se refieren al proceso de admisión escolar y a la selección para el ingreso a entidades educativas.
Entonces, como primer punto de la tabla, corresponde a esta comisión elegir a su presidente. No sé si hay alguna propuesta para esta materia.
—Presidente, mire, nosotros somos absolutamente respetuosos de los compromisos que suscribimos. Creemos que esto forma parte también del código de conductas, que nunca debe perderse. Yo lamento que en otras comisiones se haya perdido, pero yo quiero proponer para que presida esta comisión, por este periodo, al senador Gustavo Sangüesa. ¿Si les parece? ¿De acuerdo y unánime?
Se elige, por acuerdo unánime, al senador Gustavo Sanjuez como presidente de la Comisión de Educación para el año legislativo 2026.
Bueno, muchas gracias. Sin duda, si hubiera votado ministro, sé que también hubiera votado.
En primer lugar, agradecer el cumplimiento de los acuerdos políticos, siempre importantes, sobre todo en un espacio como este, que es el Senado de la República. Agradecer a la senadora Proboste que me haya propuesto y agradecer también a todos los integrantes de esta comisión para analizar el SAE que están presentes hoy. Yo sé que han tenido un trabajo, además, en una fecha que no era la ideal, entre fin de año y enero, febrero y marzo, que finalmente entregaron este informe, el cual sin duda va a ser un aporte importante en la discusión que se viene. Este es el piso para poder mejorar un sistema que hoy…
Funcionando en nuestro país y que, como pocas veces se legisla, existe la posibilidad de corregir a través de la propia ley. Así que creo que va a ser un insumo importante.
Ahora, señor secretario, cuente. En cuenta, presidente, senadoras y senadores:
En primer lugar, se recibió un oficio de la subsecretaria de Educación, Alejandra Ratia, en el cual se responde a otra comunicación enviada por esta comisión en relación con la posibilidad de que los asistentes de educación agrupados en la CONFEMUCH pudieran recibir el pago de asignación de zona. Fue un oficio que se mandó en diciembre del año pasado. También hay un oficio del Defensor de la Niñez en el que, de forma anual, se complementa la exposición realizada con ocasión de la discusión del proyecto de ley sobre convivencia escolar.
A continuación, se presentaron tres solicitudes de audiencia. En primer lugar, el Senador Bianchi solicitó que se reciba al Sindicato de Trabajadores de la Educación, SLEP Magallanes, para presentar sus inquietudes. Luego, el director de Acción Educar, Daniel Rodríguez, desea exponer en relación con los proyectos de ley que se encuentran en tabla en la sesión del día de hoy. Y finalmente, expone la situación que le afecta el señor Hernán Castillo Mondaca, alumno ingresado a la carrera de Derecho de la Universidad Iberoamericana, que se encuentra en el proceso de dicha universidad de Sierra. Cabe señalar que esta universidad está bajo la supervisión del administrador de cierre y cuenta con un convenio vigente con el Ministerio de Educación y la Universidad Santiago de Chile (USACH). El señor Castillo ha manifestado su intención de denunciar las irregularidades perpetradas por el administrador de cierre y por los docentes responsables de la evaluación de exámenes de grado de alumnos egresados, así como otras arbitrariedades y abusos de poder que se están llevando a cabo. Por ello, solicita ser recibido por la comisión para poder dar mayor detalle respecto de esta situación.
Con respecto a la cuenta, se dispone de dejarla diez minutos antes de terminar la sesión para que podamos escuchar a la mesa técnica del sistema de admisión escolar. Aprovecho para agradecer a los presentes: señora Silvia Izaguirre, en calidad de presidenta; don Mauricio Bravo; don Alejandro Carrasco; don Juan José Llorente; don Patricio Rodríguez; señora Magdalena Vergara; y, al final, Javier González.
Bien, la idea de esta reunión, que formó parte de la discusión del presupuesto del año pasado y que veníamos planteando desde hace algún tiempo, era revisar el sistema de admisión escolar, el cual ha generado muchas inquietudes en la ciudadanía y ha sido cuestionado por considerarse en ocasiones injusto en su operativa. Esto nos llevó a que, en un acuerdo firmado durante la discusión del presupuesto para el 2025, junto con el ministro de Educación, se estableciera esta comisión para que nos entregara un informe. Si bien hoy se encuentran en tabla dos proyectos para el inicio de su discusión, para nosotros lo más relevante es poder escuchar la exposición de la mesa técnica y conocer sus conclusiones, además del diagnóstico. Cada uno tiene una visión de cómo estaba el sistema, pero lo fundamental y el espíritu de esta comisión siempre ha consistido en cómo vamos construyendo. Yo no soy de los que creen que se necesita una retroexcavadora para construir, sino que debemos avanzar de acuerdo a lo que ya tenemos.
Un saludo a nuestro expresidente Jaime Quintana.
Por lo tanto, la palabra… No sé si Silvia va a exponer. Muchas gracias.
Muy buenas tardes. Voy a partir entonces con esta breve presentación y, después, espero que todos los presentes podamos formular preguntas y entablar un diálogo. La mesa técnica tiene su origen en el marco de la aprobación de la Ley de Presupuestos del Sector Público 2025.
El objeto de esta mesa fue identificar medidas de optimización y mejora al sistema de admisión escolar. Esta mesa se conformó a fines de diciembre y trabajó durante enero y marzo. En enero, la mesa realizó audiencias para escuchar las opiniones de los distintos actores del sistema escolar: apoderados, estudiantes, directores, sostenedores, fundaciones, así como también a los académicos tanto internacionales como nacionales. La mesa está, como ustedes saben, compuesta por dos expertos en el área de educación y políticas públicas que representan distintas instituciones y, lo más importante, también distintas sensibilidades políticas. No voy a mencionar a todos sus integrantes para avanzar más rápido y me quiero detener en el contexto antes de pasar al diagnóstico y las recomendaciones.
El actual sistema escolar, el actual sistema de admisión escolar, asegura el acceso a la educación escolar financiada por el Estado en condiciones de equidad, inclusión y transparencia, resguardando el derecho de los padres y madres a elegir en igualdad de condiciones el establecimiento escolar de sus hijos. Existe consenso entre los miembros de la mesa en que el SAE no permite la discriminación arbitraria, es eficiente en la asignación de vacantes al maximizar las preferencias de los postulantes, resguarda el derecho de las familias de elegir al colegio de sus hijos en igualdad de condiciones, es transparente y genera información relevante para la toma de decisiones. Estas bondades del SAE, que son reconocidas por toda la mesa, no quitan que haya un grupo minoritario dentro de la misma que considere que los colegios sí debieran tener derecho a elegir a los estudiantes.
¿Cuál es el contexto y cuáles son los resultados que ha tenido el SAE? El 63% de los estudiantes que se matricularon en un nuevo establecimiento el año pasado lo hizo a través del SAE, y el 37% ingresó en la etapa regularización que va desde marzo hasta cerca de diciembre. Entre quienes participaron del SAE, el 38% son niños nuevos que entran al sistema (la gran mayoría de ellos ingresa a prekínder); el 24% corresponde a estudiantes que están obligados a cambiarse de colegio para continuar con su trayectoria educativa, porque su escuela probablemente llega solamente hasta sexto básico u octavo básico; y el otro 38% son estudiantes que se cambian voluntariamente de colegio. Esto es importante porque el nivel de efectividad que tiene el SAE depende, y es distinto, en estos tres grupos.
La tasa de asignación del SAE es relativamente alta: el 53% es asignado a su primera preferencia, el 70% a alguna de sus tres preferencias y el 74% es asignado a alguna de ellas. En prekínder, en el primer grupo de 38% que son nuevos en el sistema escolar, el 80% queda asignado en su primera preferencia y el 96% queda asignado en alguna de sus preferencias, lo que demuestra realidades muy distintas. Para quienes desean cambiarse voluntariamente de colegio en niveles donde ya hay muchas menos vacantes disponibles en el SAE, solo un tercio queda en su primera preferencia.
¿Por qué esto es importante? Porque el grado de satisfacción con el SAE depende directamente del resultado en la asignación. Según la encuesta de apoderados de 2024, el grado de satisfacción promedio al quedar asignado en la primera preferencia es de 6,7, en una escala de 1 a 7; en la segunda preferencia, baja a 5,4; en la última, a 4,6; y quienes no quedan asignados en ningún establecimiento, su satisfacción con el sistema es de 1,8. Por ello, es tan importante la eficiencia que tiene el sistema en asignar. El SAE tiene una evaluación en general positiva: el 46,2% de los usuarios lo evalúa con una nota de 6 o superior, el 66,7% lo evalúa con una nota de 5 o superior, y el 21,9% lo evalúa con una nota roja, que corresponde generalmente a los alumnos que no son asignados.
La eficiencia en la asignación del SAE depende directamente de la concentración de las postulaciones, y esto es sumamente importante. Solo, para que se hagan una idea, solo el 18% de los cursos en todo el SAE.
Tiene sobredemanda; solo el 18% presenta sobredemanda, pero esos 18% concentran más del 50% de las postulaciones. Esto nos indica que las postulaciones se encuentran altamente concentradas en muy pocos establecimientos que puedan satisfacer esa demanda. En efecto, hay una escasez: en algunos lugares de Chile hemos visto que la oferta no ha sido suficiente para responder a la demanda, lo que no es responsabilidad del SAE; además, se observa escasez de oferta atractiva para la familia, situación que no se resolverá ni con el SAE ni con ningún otro sistema de admisión. Por ello, es tan importante que las familias consideren con justicia, a la hora de desempatar, quién se queda con estas vacantes tan escasas.
Pasemos entonces a la lámina de las debilidades. No me detendré en todas, ya que la Comisión reconoció varias dimensiones de debilidad en el sistema de admisión, pero mencionaré algunas de las más importantes. Primero, se reconoce una limitación en la selección de los liceos de alta exigencia académica, los cuales solo pueden seleccionar hasta el 30% de su matrícula, lo que claramente los ha afectado. Además, algunos padres, especialmente de alumnos de alto rendimiento, lamentan que no se considere el rendimiento académico previo a la hora de asignar vacantes con sobredemanda en la enseñanza media; es decir, al desempatar por una vacante, el mérito o rendimiento académico no es valorado por el algoritmo.
Asimismo, se critica la rigidez y despersonalización del sistema para atender situaciones excepcionales. Por ejemplo, un estudiante que desea cambiarse de especialidad en el mismo liceo (como en el caso del Liceo OTP) debe hacerlo a través del SAE y arriesga perder su vacante; o una familia en la que un hijo postula y el otro no cuenta con vacante, situación en la que, quizá, el sostenedor podría crear una vacante excepcional para resolver el problema, pero el sistema es bastante rígido y centralizado. Por último, se señala la inexistencia de mecanismos para asegurar la adhesión al proyecto educativo familiar, pues sostenedores y directores han manifestado que se ha perdido el vínculo entre la familia y el establecimiento escolar.
No me detendré en todas las demás debilidades—están en el documento que se les entregó—y pasaré directamente a las recomendaciones, sin detallar cada una por falta de tiempo, privilegiando algunas fundamentales. La primera recomendación, unánime en la mesa, es fortalecer los liceos de alta exigencia académica. Se propone permitir la selección a partir de séptimo básico por rendimiento académico hasta el 80% de los estudiantes, resguardando un umbral mínimo del 40% de estudiantes prioritarios. La mayoría de la mesa sugiere un mecanismo de selección basado en el rendimiento previo (ranking), mientras que una minoría plantea una combinación entre pruebas y ranking. Se mantienen los actuales requisitos establecidos en la ley: los establecimientos deben tener sobredemanda, alto desempeño a nivel regional, ser gratuitos y contar con planes y programas propios. Sin embargo, se recomienda realizar dos excepciones y requisitos especiales: una para el caso de un liceo que se desee crear de alta exigencia en una región sin esta oferta, y otra para los liceos emblemáticos que, pese a su historia de alta exigencia, recientemente podrían no cumplir con estos requisitos, requiriendo requisitos transitorios. Se entiende, por tanto, que los liceos de alta exigencia, siendo una excepción al sistema, debieran limitarse a no superar el 5% de los liceos en Chile.
La segunda recomendación se refiere a ampliar los criterios de priorización obligatorios. En concreto, se sugiere ampliar el concepto de "hermano". Hoy en día, se prioriza únicamente al hermano consanguíneo; sin embargo, en Chile las familias son muy diversas: existen situaciones en las que conviven hermanastros o abuelas que asumen roles parentales junto a sus nietos en el mismo establecimiento escolar. La idea, entonces, es priorizar al núcleo familiar.
el criterio de hermanos. Y me gustaría pasar a la próxima lámina, que tiene que ver con que nosotros también consideramos criterios voluntarios de priorización que van a depender de la comunidad educativa, si los toma o no. Hay cuatro criterios que se sugieren.
El primero es el de paridad de género, para que los establecimientos, efectivamente, los establecimientos mixtos puedan tener un equilibrio entre los hombres y mujeres que estudian en sus establecimientos; esto es particularmente importante para los liceos TP, donde se evidencia un desbalance.
Después, se plantea priorizar a los estudiantes prioritarios, con un máximo de 80%, ya que muchos sostenedores nos comentaban que tenían un proyecto educativo volcado a educar a los niños más vulnerables y que, al postularse niños que no son prioritarios, éstos desplazan a los niños prioritarios, afectando su proyecto educativo. Por ello, se propone que puedan tener la libertad de priorizar a los niños prioritarios.
El tercer criterio es que, para estudiantes de un mismo sostenedor, un alumno que estudia en una red y se cambia de región o de comuna, pueda continuar su trayectoria de colectivo en otro establecimiento de la misma red.
Y, por último, se incluye el rendimiento académico: que los establecimientos que no son de alta exigencia puedan, voluntariamente, priorizar a alumnos de alto rendimiento, definiéndose como tal a aquellos estudiantes que pertenecen al 5% superior de su establecimiento de origen. Se realizaron modelaciones para comprobar que este porcentaje no afectara al sistema en su conjunto, y los resultados fueron satisfactorios, de forma que posteriormente se pueden compartir.
Otra recomendación tiene que ver con el fortalecimiento de los proyectos educativos; es decir, se busca potenciar el vínculo de las familias con los establecimientos, creando instancias en las que estos puedan abrir sus puertas, realizando ferias educativas para dar a conocer sus proyectos. Así, las familias no solo postularían a través de una plataforma digital, sino que podrían acudir presencialmente a las escuelas, conversar con sus profesores y directores, y generar un mayor conocimiento, información y vínculo entre las familias y los establecimientos.
Finalmente, se propone entregar mayores atribuciones y autonomía a los establecimientos para resolver casos críticos, haciendo el sistema más flexible. En ese sentido, se sugiere otorgar a los directores la facultad de crear vacantes excepcionales que permitan resolver estos casos, actualmente centralizados en el Ministerio de Educación, lo que en ocasiones retrasa una respuesta oportuna. Se plantea, pues, una mayor transferencia de atribuciones hacia los directores para abordar estas situaciones.
Creo que dejaré hasta acá. Hay más recomendaciones, pero ustedes luego las pueden revisar. En otras dimensiones, considero que esta es la más importante para dejar espacio para la conversación.
Muchas gracias.
Muchas gracias, Silvia. No sé si tienen contemplado que va a hablar alguien más, y que todos acá puedan responder.
Muy bien. Así de a gusto, así de a gusto. Ofrezco la palabra. ¿Alguna duda, consulta?
Senador Kass:
Bueno, muchas gracias. Primero, a todos los miembros de la Comisión Técnica, saludar a los colegas. Varias consultas. Creo que, tal vez, una de las cuestiones centrales, y que ya se ha mencionado, es el tema de los liceos emblemáticos. Me alegra que se observe cierta conciencia, y lamento que en políticas públicas anteriores se haya generado un espacio que, en el marco de una oferta educativa con importantes elementos de inequidad, haya permitido que ciertos establecimientos del sistema público logren generar mayor movilidad y, a la vez, incentivos positivos para ofrecer educación de excelencia. Es alentador que la Comisión Técnica haya asumido esta tarea como una de sus principales prioridades.
Ahora, llama la atención del informe varias cosas y surgen algunas consultas. La primera es: en la primera lámina se indica que el 37% ingresó en la etapa de regularización. Entonces, no sé si la Mesa Técnica dispone de alguna tabla que muestre la distribución del tiempo que se tarda en moverse, ¿cuántos niños quedan sin colegio en el fondo? Porque aquí aparece el dato duro, pero...
Me imagino que en la mesa técnica tuvieron varias reuniones sobre este tema y analizaron los datos de que, según se ha indicado, el 63% se matriculó a través del SAE y un 37% lo hizo a través de la etapa de regularización. ¿Cómo funcionan las transiciones? Existe un alto costo de fricción, ya que hay niños que quedan en el limbo y no se encuentran matriculados, lo que genera situaciones de desesperación. Me gustaría que se explicara un poco más cuál es el management del sistema para abordar esos casos. Esa es una primera pregunta, junto a la distribución del tiempo de demora: si se informa que esos 37% se demoraron solo dos semanas y se ubicaron en un colegio nuevo, la situación es menos grave; pero si se indica, como mencionó Silvia, que esto se extendió hasta diciembre (o sea, que empezaron recién en agosto), la situación es muy distinta.
En segundo lugar, considero que hay un elemento, el cual ustedes insinúan entre líneas y que comparto con los colegas de la comisión, relacionado con el cambio del sistema anterior al actual. Este último tiene elementos positivos, como bien lo han señalado, en tanto que pasamos de cero a uno: de un sistema completamente descentralizado a otro casi completamente centralizado. Esto implica que los casos más complejos de borde no se pueden abordar adecuadamente y, además, se aleja al establecimiento educacional de la familia. Si pudiera volver el tiempo atrás (lo cual, evidentemente, no es posible), probablemente habría optado por un modelo 50-50: un 50% de los cupos ingresados a través de un sistema centralizado que, computacionalmente, asegura que las probabilidades de ingreso se distribuyen de forma homogénea entre todos sin discriminación, y otro 50% gestionado por el establecimiento, respetando criterios propios (vecindad, necesidad, familia, etc.). Entonces, ¿por qué no se consideró, o tal vez sí se pensó, en adoptar un sistema mixto que, pudiendo ser 50-50, 40-60 o similar, recoja la riqueza de ambos sistemas? Ambos tienen sus virtudes y, en términos políticos, es muy rentable atacar un sistema que no reconoce este equilibrio, pues se puede apelar a los casos en que sufren, dejando de lado a quienes están en condiciones normales.
Otro dato que me llama positivamente la atención es que, según se indica, el 18% de los establecimientos presenta sobredemanda. Esto implica que casi un 50% de la postulación se concentra en estos establecimientos, lo que significa que menos del 20% de los colegios son los preferidos por los apoderados y las familias. Esto evidencia que los apoderados se esfuerzan en buscar la mejor educación para sus hijos; es decir, el supuesto de que la familia sabe lo que es mejor para sus hijos parece estar funcionando, ya que la información fluye.
A partir de este dato, se podría haber esperado otra recomendación: ¿cómo se puede mejorar la oferta escolar de calidad? Sabemos que existe una rigidez en el sistema para la creación de colegios, situación que se evidenció en la última reforma, cuando se privilegiaba la generación constante de nuevos establecimientos. Tal vez la Mesa Técnica hubiera considerado que aquellos colegios que concentran el 18% y presentan sobredemanda podrían fusionarse o reestructurarse, de manera que esos mismos establecimientos se transformen en una ampliación de la oferta de calidad. Esto beneficiaría a los niños, que es el principal interés, e incluso permitiría, en situaciones extremas, cerrar colegios de bajo rendimiento para fortalecer a los de mejor desempeño. Es interesante notar cómo, en el pasado –cuando estuve, junto a la senadora Diana Proboste en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados– se impusieron diversas medidas, algunas positivas, como el impulso a la carrera docente con recursos significativos, y otras negativas, como la eliminación de colegios emblemáticos.
Finalmente, la pregunta que se cierne es: ¿por qué no se pensó en abordar el problema de la oferta, considerando que, aunque no depende directamente del SAE, éste en cierta medida refleja dicha situación? Con ello concluyo, reiterando la intención de proponer un sistema mixto, en el que se integren lo mejor de ambos modelos.
Pero para no alargarme más, como si pensaron en un sistema de enfrentón mixto que recoja las riquezas de lo local. Además, yo soy convencido de que el localismo tiene virtudes versus el centralismo. Tiene cercanía, tiene conversación, en fin, se hace cargo de la complejidad de la realidad, no la simplifica en cuatro parámetros. Y por eso creo que un sistema mixto podría ayudar mucho a resolver los problemas. Gracias, presidente. Gracias, senador Kass. Senadora Proboste. Muchas gracias.
Yo quiero partir agradeciendo a todos quienes participaron en esta comisión. Cuando en la discusión de presupuesto quienes integramos la Comisión de Educación señalábamos que esto era un paso importante, tener una comisión, también queremos valorar que el Ejecutivo lo acogió y que convocó a académicos y expertos, de modo que en el día de hoy tenemos la posibilidad de compartir con la contribución que hicieron durante todo este tiempo.
Sin duda, el sistema de admisión escolar también se vive de manera distinta en los territorios. Se vive de manera diferente en las regiones, por algo que planteaba también Silvia: tiene que ver con que el sistema no ha ido entregando una oferta de calidad que responda a las expectativas de las familias.
Yo me reincorporé esta semana a la Comisión de Educación, razón por la cual recién tuve acceso al documento, y me llamó la atención algo que estuve leyendo desde la página 26 en adelante. Traté de buscar cuál era la definición de liceos de alta exigencia académica y, la verdad, es una descripción que no me logra convencer; creo que es casi una descripción de retórica, pero no sabemos cómo vamos a definir, con esa conceptualización, lo que entendemos por liceos de alta exigencia.
Estoy absolutamente de acuerdo en señalar estas debilidades: que el SAE no considera el rendimiento previo, la rigidez de la normativa para casos excepcionales, las brechas en la atención a estudiantes con necesidades educativas especiales y la falta de información y apoyo para la familia. En general, la Comisión señala en su informe que todas las mejoras al sistema deben hacerse sin desnaturalizar sus principios, tales como la transparencia, la no discriminación y la equidad, lo que condicionarían los ajustes normativos. Sin embargo, la verdad es que, cuando se le pregunta hoy día a la familia –lo digo pensando en Atacama, en nuestra realidad–, si tiene la posibilidad de elegir el establecimiento donde estudian sus hijos, la respuesta es categórica: no tengo la posibilidad de elegir dónde estudian nuestros hijos.
Esto no es algo reciente, pues si ustedes revisan nuestras actuaciones parlamentarias, en el período legislativo anterior, entre los años 2018 y 2022, presentamos un proyecto de ley que lamentablemente no vio la luz, siendo rechazado en la sala. En ese entonces, lo que nosotros planteábamos era la adhesión al proyecto educativo, ya que veíamos que existían bajos niveles para garantizar que las familias tuvieran mecanismos adecuados que aseguraran dicha adhesión, lo que representaba una dificultad.
Yo quisiera preguntar, no sé, presidente, si a los integrantes de la comisión o al ministerio en particular se les podría indicar cuántas de estas recomendaciones, que traté de buscar en el informe sin éxito, fueron hechas por mayoría y cuántas de manera unánime. Creo que ese dato también es relevante para nosotros, dada la diversidad de quienes participaron en esta comisión. Cuando dentro del informe ustedes hacen las recomendaciones –insisto–, en torno a los liceos de alta exigencia académica y la banda de selección, la verdad es que lo que me falta es una buena definición de lo que entendemos por liceo de alta exigencia académica. No tengo ningún reparo a la necesidad de poder entregar mayores facultades para resolver algunas situaciones excepcionales.
No sé si al director o directora o más bien al sostenedor. Eso es un tema que, particularmente en el ámbito de los servicios locales, habría que mirar. Pero me parece que es un objetivo importante cómo resolvemos estos casos excepcionales, particularmente de traslados, que son los ajustes que ustedes proponen: hermanos que no quedaron juntos, estudiantes que perdieron cupos por traslados que no se concretaron, y estudiantes que se arrepienten del establecimiento asignado.
Y además, uno de los temas que, en distintas iniciativas —por lo menos tres en el último tiempo— se ha tratado de incorporar eficazmente es el ingreso de estudiantes con necesidades educativas especiales. Aquí se escuchan ambos lados, porque tampoco es sencillo. Conversamos con muchas comunidades educativas y también escuchamos a aquellas que hoy día no se sienten cómodas, a pesar de que su proyecto educativo se declara inclusivo. Estoy pensando, por ejemplo, en la Escuela República de los Estados Unidos de Vallenar, donde nos dicen: “Nosotros siempre desarrollamos un proyecto inclusivo, pero teníamos una realidad que era para estudiantes sordos. Pero hoy día nos llega toda la diversidad y no tenemos capacidad para atender en sus trayectorias educativas”. Por otro lado, uno escucha a las familias, quienes aseguran que, pese a incluir en los proyectos educativos institucionales iniciativas como el PIE, se genera otra discusión respecto a lo que ocurre efectivamente con el Decreto 83, el PIE y los cupos que realmente se requieren hoy día.
Yo quiero, en eso, volver a valorar que ustedes hayan contribuido a este trabajo, pero me gustaría también contar con un poco más de datos a la hora de pensar en las modificaciones al sistema de admisión escolar. Uno de esos datos es precisamente que, cuando se presenta la información y se afirma que el 83% de los estudiantes quedan en el colegio que desean, ese dato varía de territorio en territorio. Me imagino que la comisión sí lo tuvo a la vista, pero nosotros no lo tenemos; es decir, debemos analizar los datos del sistema de admisión escolar del año 2022 versus los del año 2023, lo que ya ofrece una fotografía de dónde se concentran los establecimientos que finalmente deben enfrentar sobrecupos y dónde existe una falta de oferta educativa, preocupación también señalada por esta comisión.
Creo que compartir en el día de hoy cuál es el diagnóstico y cuáles son las recomendaciones es un paso muy importante, pero es necesario contar con datos detallados de cada territorio. A mí me parece que las debilidades que se diagnosticaron están bien alineadas con las recomendaciones propuestas. Cuando se señala, por ejemplo, la no consideración del rendimiento académico previo y se sugiere utilizar el rendimiento o el ranking como criterio complementario de asignación, me parece que eso está perfecto. Asimismo, cuando se reconoce como debilidad la dificultad en la definición y el cálculo de vacantes, resulta crucial revisar los mecanismos de proyección y de ajuste descentralizado de vacantes. Sin embargo, esa información no solo nosotros no la tenemos: nunca la hemos tenido, y creo que muchos sostenedores tampoco la disponen, lo cual dificulta la organización de un sistema que ofrezca una mejor propuesta pública en los territorios.
Muchas gracias.
Gracias, senadora Proboste. Senador Castro. Gracias, presidente.
A ver, presidente, yo quiero contarles que yo fui alcalde de una comuna en la cual teníamos 50 establecimientos educacionales. Me tocó ser sostenedor en el período 2008-2016. Entonces, yo me quiero hacer varias preguntas. Es cierto que hace ya unos pocos años que me encuentro fuera del tema educativo, pero, con la experiencia que recibí mientras fui sostenedor, obviamente tengo ciertas inquietudes aquí. La pregunta que me hago es, ¿por qué estamos en este tema de...
De su tema de admisión escolar. ¿Por qué se arma una mesa técnica de admisión escolar? Eso me pregunto, porque en el fondo, si es cierto, ustedes nos dan porcentajes acá, pero yo me cuestiono: ¿por qué esos porcentajes? Porque cuando se es, ya vemos, senador, que tanto autoridades como alcaldes reciben siempre reclamos, y nunca se escucha que la gente esté contenta. De ahí surgen varias preguntas: ¿por qué estamos en esto? ¿Por qué se constituye esta mesa técnica? ¿Cómo se hizo y a quién consultó? Porque, como digo, los reclamos llegan y explican el motivo de nuestra intervención. Lo que yo entiendo es que el mal resultado que presentamos en la educación pública es un problema profundo, ya que se deben resolver distintos asuntos más allá del mero tema de la admisión escolar de los niños.
Por ello, como estoy recién comenzando, no me considero crítico del sistema público, pues siento que éste no está respondiendo a las necesidades de los padres. Cuando se menciona la alta demanda en algunos colegios de las ciudades, hay que notar que, lamentablemente, en muchas poblaciones la demanda no es tan elevada, ya que los padres interesados en el bienestar de sus hijos optan por aquellos colegios que ofrecen mayor seguridad y mejor calidad educativa. Entonces, presidente, la verdad es que estudiaré con mucha atención todo esto, porque, de hecho, soy crítico respecto a la educación pública que se está entregando a nuestros estudiantes.
Creo que el tema de los directores es fundamental. Estos deben contar con las facultades necesarias para administrar su colegio de manera autónoma; sin embargo, actualmente ni siquiera pueden elegir a sus profesores. Esto evidencia que el problema va más allá de la simple admisión de los niños.
Esta es mi apreciación sobre la situación de la educación pública. No sé si seremos capaces de solucionar este gigantesco problema, pues existen muchas fallas. Es evidente que cuando una familia con medios económicos limitados observa que el colegio público no brinda garantías de una buena educación, opta por colegios particulares. No podemos seguir pasándonos la responsabilidad unos a otros; hay que encontrar una solución efectiva para la educación de nuestros niños.
Siempre se habla de la educación pública y, aunque muchos alaben el orgullo de pertenecer a ella, dudo que hoy en día los niños o sus padres sientan ese mismo orgullo. El asunto es mucho más profundo que organizar un sistema de admisión, ya que los reclamos provienen de un sistema que duele; nadie me dirá que está satisfecho si su hijo quedó en un colegio. Constantemente se pide ayuda para lograr que un niño ingrese a cierto colegio, ya sea por la cercanía a su casa, una mejor calidad educativa o porque sus hermanos estudiaron allí.
Por ello, tengo varias inquietudes e interrogantes que aún no respondo. Al asumir esta comisión de educación, presidente, espero ser crítico y transmitir lo que escucho en mi región. Voy a mantener reuniones para cotejar si lo que se comenta en esta comisión se corresponde con la realidad. Estoy de acuerdo con la senadora Provosti: la realidad consultada es muy distinta a la que se vive en Talca. En Talca, la situación es dura. Mientras que en algunos colegios, saturados, no hay posibilidad de ingreso, existen otros que apenas cuentan con 40, 50 o 70 alumnos.
Quiero ser justo con la educación pública. Si el Estado entrega educación, aquel colegio, ya tenga mil alumnos o 40 o 50, debe ofrecer la misma calidad educativa. Esto implicaría trabajar conjuntamente en mejorar la calidad de la educación y dotar a los directores de todas las facultades que les corresponde para administrar sus instituciones de manera eficaz.
De una institución. Lamentablemente, los directores no tienen ninguna facultad, ni siquiera la de poder echar a algún alumno que sea un problema; si un profesor, un director o el consejo no tiene facultades para ordenar su proceder, no esperemos que con una mesa técnica le vayamos a dar solución a un problema que es gigantesco y que esa es la realidad que tenemos.
Por eso, presidente, yo, la verdad, voy a conversar más y a actualizarme con mi grupo de personas, que son directores de los colegios. Voy a reunirme con ellos para poder informarme más y tener una buena participación en esta comisión. Gracias, senador Castro. Me voy a dar la palabra.
Hay varios temas que, de lo planteado, me suscitaron dudas. Por ejemplo, cuando el 18% del establecimiento concentra el 50% de la solicitud de matrícula, nos muestra una luz de que hay establecimientos que lo están haciendo bien. Se logró analizar en la mesa qué tienen estos establecimientos que hace que las familias quieran adherir a esos proyectos educativos.
Yo creo que tiene que haber una diversidad de razones –académicas, históricas, entre otras–, y, tomando un poco lo que dice el senador Castro, es como mirar hacia el futuro con reformas educacionales que permitan tener más establecimientos de esa característica.
Bastante se ha hablado también de la rigidez que tiene el sistema. Creo que ese es un elemento que va en contra de la esencia misma del sistema. Si se pudiera profundizar en cómo flexibilizarlo sin perder la esencia, sería un aporte importante, ya que muchas veces sobrelegislamos pensando en un "chilenismo" que termina torciendo el sistema, prestándolo a abusos y discriminación, en lugar de fortalecer los proyectos educativos.
Para mí es súper importante fortalecer los proyectos educativos y lograr que las familias se adhieran a ellos. Uno de los elementos que se ha pasado por alto es que este sistema ha hecho perder humanidad a la postulación del establecimiento vocacional. Finalmente, estamos frente a una pantalla, entregando ciertas características y postulando a lo que la pantalla nos indica, lo que quita la humanidad inherente a la educación, que esencialmente debe ser humanitaria. Hay, entonces, una contradicción entre lo que queremos y lo que el sistema debería ser. Para mí, la adhesión al proyecto educativo es devolverle la humanidad al proceso de admisión.
Silvia mencionó algunas características, como tener la escuela abierta para que los apoderados y los niños conozcan el establecimiento de antemano. Existen numerosos relatos de familias que han postulado a un establecimiento y han descubierto discrepancias: por ejemplo, que inicialmente era técnico y ellos no desean algo técnico, o que no era religioso y ellos prefieren un establecimiento religioso, o viceversa. Por ello, es necesario hacer un vínculo importante, ya que, al final, lo que aparece en la pantalla es similar a cuando queremos ingresar a cualquier servicio y se nos pide aceptar condiciones tras tres páginas que nadie leyó, y uno acepta solo para poder pasar a la página siguiente. En el sistema ocurre lo mismo: la gente se adhiere al proyecto educativo porque, de lo contrario, no puede quedar en la postulación. Creo que hay que buscar la manera –o, de ser, proponer soluciones concretas– para que este aspecto forme parte importante de la toma de decisiones de los padres, ya que, para mí, resulta un tanto engañoso. Claro está que es la primera opción a la que se postularon, pues el 63% queda, pero...