LA COMISION ESPECIAL INVESTIGADORA, CEI 63/64 LISTAS DE ESPERA EN SISTEMA PÚBLICO DE SALUD, celebrará sesión ordinaria en la Sala Inés Enríquez, de la Cámara de Diputadas y Diputados, en Valparaíso, el martes 15 abril de 2025, de 08:30 a 09:50 hrs. - El Subsecretario de Redes Asistenciales, sr. Bernardo Martorell Guerra.
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Y la patria y gracias al diputado Lee se abre la sesión. Lo estábamos esperando, diputado Lee. Se abre esta sesión número 21, citada para hoy, día 15 de abril de 2025, entre 8:30 y 10 de la mañana, previo a la sala. Antes de pasar a la orden del día, le doy la palabra a la secretaría para que haga la lectura de la cuenta.
Secretaría: Buenos días, Presidente. Se ha recibido un documento de la diputada Emilia Nullado, en el cual justifica su inasistencia a la sesión de hoy por encontrarse en una sesión paralela de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento, que se celebra hoy y mañana miércoles desde las nueve de la mañana. Agrego que, en sentido similar, hizo el mismo aviso el diputado Hernán Palma. Muchas gracias. Eso es todo, Presidente.
Presidente: Sobre la cuenta o puntos varios, ¿alguien desea hacer uso?
Presidente: Perfecto, entonces, si no hay puntos varios, pasamos a la orden del día, que tiene como único punto escuchar al subsecretario de Redes Asistenciales, el doctor Bernardo Martorell Guerra, a quien le damos la más cordial bienvenida y aprovechamos para felicitarlo por asumir este desafío. Así que tiene la palabra.
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Veo que tiene 49 diapositivas. Ojalá que podamos dejar espacio para la conversación igualmente. Tiene la palabra el subsecretario.
Muchas gracias, presidente, por su intermedio, y saludar también a los honrables diputados presentes. Agradezco, por supuesto, a esta comisión investigadora de lista de espera. Y, quizás solo como introducción y para bajar un poco el temor de las 49 láminas, comento que hay varias que vamos a pasar rápido para dar ideas generales; los detalles después se podrán revisar o, si hay alguna pregunta, retomamos.
Agradezco también las buenas energías para asumir el cargo. Por supuesto, este es como una locomotora que va en movimiento y uno se tiene que subir. En ese sentido, estoy muy agradecido por la gestión de mi antecesor, el doctor Salgado. Asimismo, varios de los elementos que presentaremos hoy serán un esfuerzo para profundizar y continuar en las líneas que ya están en desarrollo desde la Subsecretaría de Redes Asistenciales, en la que me incorporo como un eslabón más de la cadena, sin reinventar la rueda en los últimos 11 meses que quedan de esta administración. Espero, por tanto, aportar desde esa perspectiva y agradecer el trabajo de esta comisión investigadora, que ha abordado este problema complejo con una profundidad histórica. Es un desafío que debemos afrontar como sociedad entera.
Estoy muy agradecido por los esfuerzos de la comisión y espero que podamos seguir trabajando en conjunto para lograr frutos en la reducción de tiempos de espera y mejorar las condiciones de nuestros hospitales y redes de salud.
Dicho esto, los contenidos que vamos a comentar serán: el plan de producción de la red asistencial, la situación actual de lista de espera (no GES, en cuyo énfasis se pondrán también los oficios parlamentarios y auditorías en el marco de esta comisión) y algunas consideraciones finales. Esa es la agenda de la conversación.
El plan de reducción de tiempos de espera para este año surge con el objetivo estratégico de disminuir los tiempos de espera para las personas que se atienden en la red asistencial en consultas nuevas de especialidad, consultas odontológicas nuevas e intervenciones quirúrgicas no GES, manteniendo por supuesto las garantías GES con el mayor nivel de cumplimiento posible. Para ello, se han definido tres áreas o pilares de trabajo que funcionarán como subobjetivos para avanzar en la prestación de la mayor cantidad de servicios de salud posible, alcanzando metas como los 200 días en consultas de nueva especialidad y en intervenciones quirúrgicas y odontológicas.
El primer objetivo es aumentar la producción de la red asistencial. Es muy importante, ya que la lista de espera resulta del flujo que ingresa y egresa; ese flujo determina el stock y los tiempos de espera para que los pacientes egresen de dicha lista, por lo que la salida de ese flujo —es decir, la producción de la red asistencial— es fundamental. Por supuesto, el ingreso al flujo también es importante y debe analizarse, no para reducirlo, sino para comprender que incluso se podría plantear que existe falta de acceso en la atención primaria y en el proceso de ingreso. Esto implica también una perspectiva de acercar la salud a las personas.
Otro objetivo fundamental es modernizar y transparentar los sistemas de información, dada la falta de modernización que ustedes ya conocen, por lo que se destinará un gran esfuerzo a esa materia.
En cuanto a los avances a la fecha, a modo general, el año pasado se registraron 57 millones de atenciones de salud en el nivel primario, más de un millón de cirugías en la red pública y casi 10 millones de atenciones con especialistas, sumándose las consultas de especialidad y odontológicas.
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Casi un 40% y un 90% respectivamente comparado con el 2021. Es decir, hemos logrado recuperar niveles de producción, incluso superar niveles de producción prepandémicos, y la reducción de tiempos de espera en este periodo de gobierno se ha conseguido pasando de una mediana de 263 días para consultas de especialidad (es decir, 90 días menos que en 2021) a 367 días menos para lo quirúrgico, es decir, un año menos de espera logrado hasta la fecha. En cuanto al GES, se alcanza un 97,9 – o sea, un 98% de cumplimiento de las garantías –, quedando aproximadamente un 2%, que equivale a cerca de 80.000 garantías, sin cumplirse en las fechas estipuladas.
Presidente, en la misma línea de lo que expuso el diputado Nip, dado que la presentación es muy extensa, sugiero fijar unas cinco láminas e ir haciendo bloques de preguntas, para no tener que repetirnos y que tenga algún sentido. Avancemos dos láminas más y puedo ir estructurando los bloques de acuerdo con la misma presentación.
Asimismo, es importante destacar los avances en la entrega de hospitales. Hasta la fecha, se han entregado 12 hospitales durante este periodo de gobierno, los cuales están operativos; por ejemplo, en el caso de Quellón, que figura como el último de la lista, su atención ambulatoria ya se encuentra en operaciones. Se espera que, en una fase final – ya sea con el hospital totalmente operativo o iniciando marcha blanca – se entreguen otros 12 hospitales, alcanzando un total de 24 hospitales en este periodo gubernamental. Ese link quedará en sus manos, ya que es un muy buen recurso para observar toda la cartera de inversiones del ministerio en todas las regiones del país: se puede hacer zoom en un mapa para ver cuáles proyectos se encuentran en diversas fases de desarrollo y llevar la estadística que consideren más útil para conocer el estado de avance de las inversiones, no solo de los hospitales, sino también de la atención primaria, de los COSAM de salud mental, etc.
Voy a terminar esta parte y, posteriormente, podemos o quizá inmediatamente hacer una pausa, ya que a continuación se abordan las estrategias.
Diputado Lee, ¿usted quería hacer una pregunta?
—Sí, presidente.
Diputado Lícer: Cuando comenzó la presentación, al observar los objetivos, se pretendía concentrar en lo no GES y lo primero que se viene a la mente es que el GES está con un alto grado de cumplimiento. Sin embargo, desde mi punto de vista, esa percepción no es del todo exacta, ya que contamos con listas de espera y existen varias denuncias de incumplimiento del GES. Luego, al avanzar en la presentación, se vio que el cumplimiento del GES alcanzó el 98%, al menos así aparecía en alguna diapositiva. Quisiera que se nos aclare: ¿ese 98% se refiere al outbound final, es decir, a que se operó –por ejemplo– una patología GES, o al cumplimiento de las oportunidades? Porque, al hablar de listas de espera, nos interesa, más allá de si la paciente termina o no en pabellón, confirmar que se cumplieron los tiempos comprometidos para su intervención.
Y, por último, respecto a la última diapositiva, espero que a la larga lista de hospitales se le incorpore también el proyecto de nuestro hospital Pararica, que formará parte indudable del trabajo que debe llevar adelante la Comisión Interministerial, comprometida por el presidente Boric.
Diputado Araya: Gracias, Presidente. En cuanto a los objetivos estratégicos, en el número uno, que trata de aumentar la producción de la red asistencial, tengo la impresión de que al hablar de capacidad instalada se excluye el tema relacionado con las licencias médicas de funcionarios o, por el contrario, se incorpora. Me gustaría que se profundizara en este aspecto, dado que uno de los factores que incide es el ausentismo laboral de los funcionarios. Además, respecto a la lámina número cinco, se indica la reducción en el tiempo de espera: una disminución de 263 días (90 días menos que en 2021) para consultas de especialidad y de 367 días para lo quirúrgico. Tiendo a interpretar que esto representa un gran éxito.
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en términos objetivos, pero cuando uno escucha los números gruesos de lista de espera, ¿cuál es el problema? Porque, en realidad, con esta velocidad y con este nivel de intervención, esto es que el 367 días es para un volumen muy importante de gente que sale a la lista de espera, o esto es que aquellos que se operan, se operan 367 días antes, ya que esta cifra, que yo tengo que interpretar muy exitosa, no me cuadra con todos los que hemos escuchado nosotros en materia de lista de espera. Entonces, quisiera saber: ¿esto apunta a un número determinado de personas o representa un impacto global en el manejo de las listas de espera?
Diputado Sáez: Buenos días, Presidente. Buenos días a la Comisión. Subsecretario, si pudiera explayarse un poco respecto al hospital de Ancud, que no aparece mencionado entre los hospitales, pero es una infraestructura que fue renovada durante el gobierno anterior y que ha tenido una serie de inconvenientes vinculados al desarrollo de la obra con el Ministerio de Obras Públicas y con Vivienda. En definitiva, no ha podido ser inaugurado, estando finalizado en más de un 90%. ¿Me gustaría tener alguna precisión al respecto?
Señor Secretario: Gracias. Sobre los cumplimientos GES, el 98% corresponde al 100% de garantías, y las garantías existen de toda clase; son las garantías de oportunidad, es decir, el paciente con diagnóstico confirmado tiene 60 días para iniciar el tratamiento o para la consulta con especialista, una garantía. El paciente que acude a consulta con especialista tiene 90 días para la cirugía, otra garantía. Así se suman todas las garantías, alcanzándose un universo de millones de garantías, de las cuales el 98% se cumplen dentro de los tiempos estipulados en el decreto GES. El 2% representa, aproximadamente, 80.000 casos o garantías en algún paso del proceso, digamos, diagnóstico-terapéutico, que no se cumplen en los tiempos esperados y, por ello, se encuentran atrasados. Esto no significa que finalmente no se cumplan, sino que se cumplen con cierto retraso.
La segunda pregunta, relativa al ausentismo del diputado Araya, es también materia de preocupación en la producción de servicios. Contamos con un plan y está dentro de nuestras prioridades abordar el tema del ausentismo. No entro en demasiado detalle en esta presentación, pero podemos tocarlo brevemente, ya que está relacionado con la adopción de medidas a través de todos los directivos de salud para reducir y alcanzar ciertas metas de ausentismo, tal como se han comprometido en distintos instrumentos para este año, junto con otros esfuerzos que estamos realizando en materia de ley y de gestión con las compinas, y la implementación del proyecto de ley que fue promulgado muy recientemente de grandes emisores.
Estos números gruesos que se mencionan, en respuesta a la segunda pregunta, corresponden a la mediana, es decir, reflejan la experiencia de la mayor cantidad de personas. Es algo distinto al promedio, ya que la mediana muestra lo que vive la mayoría. Hemos alcanzado 263 días para la primera consulta de especialidad. Hay algunas personas que esperan más y otras que esperan menos, pero en términos generales, la mediana es de 263 días. El promedio resulta un poco más alto, debido a que se ve afectado por los extremos; algunas personas llevan muchos años en lista, lo que desplaza el promedio, mientras que la mediana refleja mejor la vivencia de la mayoría. Estos tiempos son 90 días menores que en 2021, y en lo quirúrgico, 367 días menos que en 2021. Cabe recordar que en 2021 estábamos en plena pandemia y la producción asistencial estaba bastante deprimida; por ello, estas cifras indican una recuperación o el retorno a niveles más o menos equiparables a la época prepandémica. No se trata de un avance, sino de valores que, aunque algo superiores a los prepandémicos, se muestran en mejora; más adelante, mostraré unas gráficas que comparan también con el pasado.
Y sobre el hospital de Ancud, han habido traspiés en su consolidación; se encuentra dentro de la lista de los otros 12 hospitales que aparecen, junto a los dos hospitales que en alguna etapa se van a entregar. Probablemente, el hospital de Ancud sea uno de los que estará en marcha blanca a finales de este período, sin haber podido ser inaugurado completamente a la fecha.
Diputado Zafirio: Gracias, Presidente. Su secretario acá dice…
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El 2024 se elaboraron récords históricos de atención de salud en todos los niveles. La APS alcanzó 57 millones de acciones y más de un millón de cirugías en la red pública. Se destacó, además, la reducción de la mediana a 200 días menos que en 2021 y 294 días para intervenciones quirúrgicas, 367 días menos que en 2021. Abajo cierra un alto nivel de cumplimiento GES del 27,8%, maravillosa cifra si uno lo ve así. ¿Cómo se explica, entonces, que las listas de espera sigan creciendo y que de repente la Contraloría entregue otros antecedentes en su informe?
Efectivamente, estos son los avances a la fecha. No estamos diciendo que no haya todavía una lista de espera grande. Es importante recordar que la lista de espera puede ser más extensa, pero lo que preocupa es el tiempo que deben esperar las personas. Es decir, una lista larga no implica necesariamente que el tiempo de espera sea mayor; si el flujo es rápido, se le está ofreciendo a la ciudadanía garantías oportunas de atención.
Además, la lista de espera es mayor también porque hay más gravedad y complejidad en la salud de la población, lo que se vincula con fenómenos de envejecimiento. La población adulto mayor ha aumentado más de un 20% en los últimos 10 años. En otras palabras, la población que más se enferma, es decir, nuestras personas mayores, ha crecido significativamente en tan solo 10 años. Asimismo, los estilos de vida han llevado a que exista una población con más enfermedades crónicas, que conviven con múltiples afecciones.
Yo trabajé en la Encuesta Nacional de Salud del año 2017, la última disponible, en la que se encontró que el 17,6% de la población adulta tiene cinco o más enfermedades crónicas al mismo tiempo; mientras que, en la encuesta del 2010, esa cifra era del 10%. Es decir, en tan solo siete años se incrementó en siete puntos el porcentaje de población con cinco o más enfermedades crónicas. Estamos, pues, viviendo lo que se anunció hace muchos años sobre el envejecimiento y la carga de enfermedades crónicas, lo que sobrecarga el sistema sanitario con una gran cantidad de personas que requieren atención permanente.
Por tanto, es necesario acudir a un CESFAM para los controles crónicos y recibir un cuidado continuo —probablemente mensual o cada dos meses— para las distintas enfermedades que se presentan. Este ha sido el desafío de los últimos años, agravado por la pandemia, que generó un momento en que las personas dejaron de controlar sus enfermedades crónicas, produciéndose un efecto de rebote postpandémico que aumentó y agravó las necesidades de salud de la población por el no control y la no compensación.
En cuanto a los números, si bien se puede entender lo que se explica, los datos que entrega la Contraloría no cuadran completamente con los días de espera informados. Puedo sumar lo que dice el diputado Zafirio: en las mismas cinco sesiones que hemos tenido en terreno, los números no coinciden del todo con los que se informan en la glosa de listas de espera. No se trata de diferencias estratosféricas, pero sí de algunas discrepancias, observación que también han señalado los informes de la Contraloría. Cabe señalar, además, que no he visto estadísticas nacionales de la Contraloría, y no sé si es función de esa entidad calcular cifras a nivel nacional, ya que habitualmente se enfoca en casos particulares, detectando errores de clasificación y de registro.
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Y parte de esta presentación también se va a enfocar en el problema de los sistemas de registro, que es una problemática de la cual estamos muy conscientes y que sabemos que tenemos que dar un salto en la modernización. Continuamos entonces, ok. Y ojalá que se pueda también profundizar en las cifras en el resto de la presentación.
Ya, entonces vamos con las estrategias, o el plan, que queremos hacer para ir reduciendo listas de espera. Tenemos estos siete puntos que son, digamos, estratégicos para nosotros. Uno es priorizar 10 servicios de salud con mayor criticidad, priorizando estos 10 que están ahí en la lista, que son justamente 10 servicios que tienen mayor cantidad de tiempos de espera GES y no GES ponderados.
El número dos es avanzar en resolver, en todos los servicios de salud, el 25% de los casos que llevan más tiempo de espera. Se mostrará en más detalle en cada uno de estos puntos. El tercer tema es asignar a todos los servicios de salud metas de producción para alcanzar una mayor productividad hospitalaria, basado en la programación que realiza cada uno de los servicios clínicos de nuestros hospitales.
También se implementarán equipos móviles de salud para hacer operativos y generar resolución de listas de espera, además de abordar el ausentismo —como mencionaba el diputado Araya—, lo que constituye una estrategia relevante que nos permitirá aumentar la producción. Se contempla asimismo monitorear la provisión de cargos, que en ocasiones resulta dificil llenarlos en ciertos territorios del país, generando estrategias para que los equipos tengan la dotación completa para desarrollar sus actividades, e implementar la estrategia de Centros Regionales de Resolución. Todo esto está contenido en el primer objetivo estratégico, que es el fortalecimiento de la producción de los servicios.
En cuanto a las metas del percentil 75, es decir, del 25% que tiene más tiempo de espera, tenemos estos números por servicio de salud para la nueva consulta de especialidad. Si ustedes quieren después revisarlo en la penúltima columna, podrán ver la cantidad de casos que habría que resolver en cada servicio de salud. Para la primera consulta de especialidad, son 500.000 casos; para lo quirúrgico, 97.000 casos en total; y para lo ontológico, 128.000 casos. Esas son las metas para el 25% que más espera, a lograr en este año.
Pero además, se han establecido metas de producción global, de las cuales lo anterior es un subconjunto. Estas metas fueron diseñadas a partir de un instrumento muy importante para la gestión de nuestros establecimientos: la programación. La programación es lo que utiliza un jefe de servicio clínico para indicar, por ejemplo, que un especialista realizará tantas atenciones, de las cuales deberá atender a una cantidad determinada de pacientes nuevos y antiguos, y lo hace para cada médico, para cada miembro del equipo; de igual forma para lo quirúrgico y los egresos. Esto nos permite, al optimizar la programación a nivel nacional, alcanzar cifras de producción basadas en la cantidad de personas y en los coeficientes técnicos que el Ministerio de Salud ha fijado para cada ámbito y especialidad.
¿Y esto sería un incentivo monetario? No, no existe ningún tipo de incentivo de ese estilo. Esta es una problemática que analizamos en el proyecto de ley que ingresamos recientemente al Senado, el cual me tocó ingresar en mi rol anterior. Es una discusión interesante, ya que existe un porcentaje muy menor del salario médico asociado a ciertas metas, las cuales son muy diversas y, en definitiva, no generan un incentivo real. Por ello, el proyecto de ley —que ustedes conocerán y respaldarán— abre un espacio para también generar incentivos a la productividad. Nosotros creemos que es un paso necesario, pero eso debe hacerse por ley; nosotros no lo podemos realizar sin ella.
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Podemos rediseñar algunos de los incentivos que tenemos, pero eso va a demorar también un tiempo. Ya, perdón. Para lograr las metas anteriores existen ciertas estrategias que nos ayudarán a acelerar la reducción de tiempos de espera, clasificadas en tres ámbitos: las consultas médicas de especialidad, lo quirúrgico y lo odontológico.
En el ámbito de las consultas médicas de especialidad se implementan diversas estrategias innovadoras en la gestión dentro de los establecimientos. Por ejemplo, la consulta en acto único, diseñada para que el paciente asista una sola vez, se le resuelvan todas sus necesidades, se le realicen los exámenes en la misma visita y se va con su problema resuelto. Otra estrategia consiste en el uso de navegadores en red, quienes acompañan al usuario mediante una llamada telefónica para informarle, por ejemplo, que su consulta se cambió de fecha debido a problemas con los agendamientos. Estas medidas permiten asegurar el cumplimiento de nuestras metas.
En el ámbito quirúrgico se está implementando una amplia gama de herramientas de gestión, especialmente a través de la estrategia de los Centros Regionales de Resolución (CRR), que actualmente suman 27 hospitales –este año se incorporan cuatro nuevos–. Entre las buenas prácticas, se destaca que los pabellones partan a la hora, se realicen dos turnos de pabellón, la tabla quirúrgica se diseñe siguiendo una metodología específica, y el proceso prequirúrgico y de preparación del paciente esté estandarizado, contando además con unidades de proceso. Todos estos indicadores se monitorean para garantizar una buena gestión del pabellón.
En el ámbito odontológico se han implementado, por primera vez de manera sistemática en la consulta odontológica de especialidad –no en atención primaria–, prácticas de gestión habituales como la programación odontológica. Aunque esta herramienta existía, nunca se había utilizado de forma sistemática. Esta medida, junto con otras como la optimización de los procesos de referencia y contrarreferencia, nos permitirá optimizar los tiempos de gestión odontológica.
Todo lo anterior corresponde al primer objetivo estratégico, que es mejorar la productividad. El segundo objetivo estratégico es acercar las soluciones mediante estrategias resolutivas asequibles. En este sentido, es importante mencionar que estamos cambiando una normativa muy relevante: la de los hospitales comunitarios. Estos hospitales, o antiguos hospitales de baja complejidad (tipo 4), que superan los 100 en el país, atienden especialmente a zonas más aisladas y rurales, en las que predomina la presencia de médicos generales de zona. Algunos han experimentado un desarrollo urbano en su entorno y cuentan con una población mayor, mientras que otros se encuentran en áreas de baja densidad poblacional. Con la modificación de la normativa se busca que estos hospitales puedan aumentar su capacidad resolutiva, permitiendo que, en función de las condiciones de población, densidad y cercanía a otras soluciones de salud, incorporen, por ejemplo, escáner, endoscopía, otras tecnologías y cirugías, ampliando de este modo su cartera global de prestaciones. Esto resulta fundamental para el diseño y la planificación futura de nuestras redes asistenciales.
Aprovecho para mencionar que es muy importante tener una visión clara de los tipos de hospitales que queremos.
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En el futuro, y quizás un aprendizaje de nuestra historia, es que los hospitales que son muy grandes empiezan a adquirir ciertas ineficiencias propias de su tamaño. Es razonable, entonces, pensar en un tamaño óptimo de hospitales, que probablemente sea más ajustado, quizás más parecido a los hospitales comunitarios o a los hospitales de mediana envergadura, los cuales logren mayores eficiencias por la capacidad, por el simple hecho de lo que significa para un directivo administrar un hospital de cierta envergadura.
También implementaremos estrategias en la atención primaria, que para nosotros son muy relevantes y que gradualmente impactarán los tiempos de espera. Por ejemplo, la conectividad satelital en postas rurales: este año vamos a conectar 300 postas a internet satelital, lo que cambia totalmente la capacidad resolutiva de esas postas. En el país existen 1.117 postas y, considerando que el año pasado conectamos 200, este año avanzaremos para que la brecha de postas sin conexión a internet satelital sea cada vez menor.
Por supuesto, los programas de resolutividad en atención primaria se enfocarán en pacientes con mal anti-VAA, para ayudar en la lista de espera, mediante tamizajes de distintos tipos (oncológicos, de problemas oculares, de diabetes) y en la gestión de fármacos, muchos de los cuales han sido prescritos únicamente por especialistas en los hospitales, ya que los profesionales de atención primaria no pueden recetarlos. Vamos a hacer una excepción para que puedan recetar ciertos grupos de medicamentos que están disponibles en los arsenales del hospital, directamente desde la atención primaria, y así mejorar también la capacidad resolutiva de este nivel de atención.
El tercer eje estratégico es el de la transparencia de los sistemas de información y la modernización de estos. Esto es una larga historia que ustedes quizás conocen mejor que yo, pero es así: antiguamente no contábamos con nada. Luego, más o menos en el 2011, creamos el Registro Nacional de Lista de Espera (RNL). Posteriormente, en 2017 se implementó el SICTE 1.0. Sin embargo, con el paso del tiempo y la falta de mantención del sistema, el SICTE comenzó a mostrar incapacidad para absorber y gestionar ciertos niveles de información. Por tanto, estamos ahora implementando el CICTE 2.0, que mejora al sistema anterior.
Para ser bien gráficos, los equipos de los hospitales confeccionan su lista de espera extrayendo la información de la ficha clínica, trasladándola a un archivo Excel, ajustando las columnas y luego cargando ese archivo al CICTE. De este modo, el CICTE se constituye como la recolección, a nivel nacional, de miles de planillas Excel que deben cumplir un cierto estándar; de lo contrario, el sistema rechaza la información. Esto permite que el Ministerio analice los datos, aunque el proceso resulta muy subóptimo en cuanto a tiempos. Cualquiera que ha trabajado con Excel sabe que es muy fácil equivocarse en un dato, escribir mal un apellido o que algún parámetro no quede bien ajustado. Además, existe una latencia entre la generación de la interconsulta y su carga al sistema a través de Excel, lo que puede demorar semanas.
La evolución hacia el futuro, que ya estamos implementando en ciertos servicios de salud, es la interoperabilidad. Esta consiste en que, directamente desde la ficha clínica electrónica, se extraiga un conjunto de datos y se cargue en la nube desde la atención primaria hacia un repositorio que almacene una copia de la información, sin necesidad de trasladarla manualmente mediante archivos Excel. Ese es, en resumen, el cronograma. Nosotros ya estamos implementando y, de hecho, logramos esta semana poner en marcha el SICTE 2.0, el cual incluye varias mejoras en la cantidad de datos gestionados.
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