Senado Educación

Senado - Educación - 26 de marzo de 2025

26 de marzo de 2025
15:00
Duración: 5h 25m

Contexto de la sesión

1.- Bol.N° 16901-04 Continuar la discusión en general del proyecto de ley en segundo trámite constitucional, sobre convivencia, buen trato y bienestar de las comunidades educativas, con el objetivo de prevenir y erradicar el acoso escolar, la discriminación y todo tipo de violencia en los establecimientos educacionales (Boletines Nos. 16.781-04, 16.881-04 Y 16.901-04, Refundidos).

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Damos inicio, entonces, a la sesión. Gracias, Teodoro. Societario, si le parece... Sí, la cuenta, presidente. Muy breve: hay una solicitud de la señora Soledad Centeno, profesora de Derecho Diferencial de la comuna de Los Andes, quien desea ser recibida por esta comisión para exponer una serie de inquietudes que ha ido acopiando a lo largo de su labor docente en los tres sectores del sistema educativo. Su intención es plantear las realidades que enfrentan los profesores y exponer su opinión para una mejor educación, sin asociarla a ningún proyecto en particular, sino abordando la temática de manera general. Esa es la cuenta, presidente. Bien, muchas gracias. Entonces, dejamos pendiente dicha solicitud. Si les parece, junto a saludar al ministro de Educación, don Nicolás Cataldo, pasaremos a escuchar los puntos varios, que se tratarán al final para no demorar la intervención de los invitados. Tenemos tres instituciones invitadas el día de hoy: la Municipalidad de Temuco, encabezada por el alcalde, señor Roberto Neira; la Fundación Trabún, representada por don Juan Antonio Álvarez, director ejecutivo; y la Fundación Conexiones Inclusivas para el Mundo, presidida por la señora Erika Castro. Quería partir con una de las fundaciones. Se conformará un grupo de cuatro representantes de cada una de estas instituciones: cuatro personas, correspondientes a la Alcaldía y a las dos fundaciones. Muy buenas tardes. Los expositores pueden tomar asiento, mientras las visitas se ubicuen en el espacio designado. Damos entonces la bienvenida al ministro de Educación, don Nicolás Cataldo, quien nos acompaña hoy, y de manera muy especial, también saludamos a los invitados. Tenemos a la Fundación Trabún, representada por don Juan Antonio Álvarez, director ejecutivo, quienes se dedican fundamentalmente al tema de la inteligencia socioemocional. Esta materia ha sido ampliamente comentada por distintos especialistas a raíz del proyecto que nos convoca hoy, como es la convivencia escolar. Es importante conocer qué se está haciendo en ese ámbito y en qué materia podemos profundizar.
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En el marco de esta ley tenemos al alcalde de Muco, don Roberto Neira Urto, a quien saludamos, quien está acompañado de algunos directivos de educación y algunos representantes de establecimientos educacionales. También contamos con Conexiones Inclusivas, la Fundación Conexiones Inclusivas para el Mundo, representada por la señora Erika Castro y acompañada por algunas personas. Pedimos disculpas a los asesores de los senadores, ya que se quedaron sin asiento hoy, debido a que el tema genera cierta expectación y nuestros invitados trajeron acompañantes. Existe alguna dificultad con los asientos, pues la sala no permite agregar más por limitaciones surgidas desde la pandemia. Por ello, ruego la comprensión de todos, pero por sobre todas las cosas nos interesa escuchar a los invitados. En ese sentido, y junto a los senadores que nos acompañan –el senador Gustavo Sangüesa, el senador Esteban Velásquez y el senador García, quien tuvo que salir para atender otra comisión–, con la Secretaría deseamos partir escuchando a la Fundación Trabún, luego el municipio de Temuco y Conexiones Inclusivas para el Mundo. Si les parece, en ese orden serán 12 minutos, lo que nos permitirá posteriormente reincorporar algunas reacciones de parte de los senadores o que los propios invitados aclaren algún punto de manera breve al final. Ojalá sean 12 minutos por institución. Don Juan Manuel Álvarez, le ofrezco la palabra. Juan Antonio: Muchas gracias, senador. Muy buenas tardes, señor Presidente de la Comisión, honorables senadores y autoridades presentes, especialmente al ministro Nicolás Cataldo. Agradezco profundamente la invitación a exponer en esta Comisión, por la relevancia del tema y porque, como director ejecutivo de Fundación Trabún, trabajamos conjuntamente con las comunidades educativas para fortalecer la convivencia y formar estudiantes integrales. He invitado también a exponer conmigo, en la última parte, a la señora Gisela Rivera, directora de la Escuela Piloto Pardo del ESLER de Valparaíso, ya que consideramos importante contar con una mirada desde el terreno, desde las escuelas y las propias comunidades educativas que promueven habilidades socioemocionales. Antes de continuar, quisiera mover las diapositivas. Creemos, a partir de las discusiones previas en esta Comisión, que existe un diagnóstico ampliamente compartido sobre este tema, por lo que no profundizaré en él nuevamente, sino que me enfocaré en la relevancia de debatir sobre la convivencia educativa. Vengo a hablar desde la experiencia en el trabajo con comunidades educativas. Comenzamos hace diez años trabajando en habilidades socioemocionales en Bajos de Mena, en un colegio. Hoy trabajamos con más de 250 colegios, 120.000 estudiantes y contamos con más de 2.000 docentes que implementan nuestros programas. Por ello, queremos compartir lo que observamos en la realidad de los colegios, principalmente públicos y particulares subvencionados, con los que trabajamos en la Fundación. (Pausa – se avanza a la siguiente diapositiva) Lo primero que destaco es la participación colaborativa en la creación de la política de convivencia educativa, donde se tomó en cuenta la voz de apoderados, estudiantes, docentes y directivos. Por ello, invito a la señora Gisela Rivera, quien se unirá a esta exposición, pues creemos fundamental generar adhesión para la implementación. Asimismo, valoro el trabajo intersectorial propuesto, que contempla la colaboración con el Ministerio de Salud y el Ministerio de Justicia, ya que para lograr una educación integral es vital un esfuerzo conjunto que trascienda el único ámbito educativo. En segundo lugar, resalto la relevancia transversal de este proyecto: legislamos sobre convivencia educativa, lo que para nosotros es motivo de agradecimiento. Es necesario avanzar en el bienestar y en la promoción de habilidades emocionales para estudiantes, docentes y directivos, lo que demanda acuerdos amplios y el consenso en torno al diagnóstico de este tema. Por último, quisiera destacar algunos mínimos establecidos en el proyecto, como la designación del encargado de convivencia escolar, entre otros aspectos importantes. (Pausa – la intervención se interrumpe en este punto)
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esté en jornada completa y esté trabajando en jornada completa. El foco que se ha puesto desde la Política Nacional de Convivencia Educativa es que se incluya la educación parvularia también, que antes no se incluía. Entonces, ¿cómo pensamos esto? Desde la educación parvularia hasta cuarto medio, que egresan los estudiantes, creemos que son algunos mínimos necesarios que se consideran en el proyecto de ley y que nosotros vemos como aspectos a destacar de esta propuesta. Ahora bien, la siguiente diapositiva. Si creemos que hay algunas cosas que podríamos mejorar, esas son las propuestas y las soluciones que nosotros venimos a entregar desde nuestra experiencia en terreno. En primer lugar, creemos que, si bien se habla desde lo promocional y lo preventivo en la propuesta de ley, en general el foco es más bien reactivo-punitivo, ya que no se contemplan tantas soluciones concretas de cómo realmente hacer un enfoque promocional y preventivo. Toda la literatura indica que, si trabajamos el aprendizaje socioemocional –es decir, las habilidades intrapersonales de cómo conocer y regular las emociones, la autogestión; las habilidades interpersonales de relación con el otro, de resolución pacífica de conflictos, de cómo trabajar la empatía y entender cómo piensa el otro; y las habilidades de ciudadanía–, esto fortalece la convivencia educativa. Entonces, creemos que tenemos que poner propuestas concretas encima de la mesa, como la que traemos acá, para que efectivamente se tenga un foco promocional y preventivo real, no solo lo que se dice en el proyecto de ley. En segundo punto, la implementación es la clave del éxito, es decir, ¿cómo podemos implementar esto? Traemos algunas ideas de cómo aterrizar esta política de convivencia educativa para que efectivamente se haga presente en los establecimientos. Y luego, Gisela nos hablará un poquito más en profundidad de eso. En tercer lugar, tenemos la asignación de recursos y tiempo. Sabemos que es difícil y que no estamos en el mejor momento para pedir más recursos, pero quizá habría que pensar cómo repriorizar el presupuesto que hay en educación para destinar recursos a la convivencia educativa. O sea, en el proyecto de ley se contempla que los establecimientos deben reasignar recursos, pero no que se puedan reorientar de otras áreas, por ejemplo, de lo que originalmente corresponde al presupuesto de educación. Y a los establecimientos, con lo mismo que tienen hoy día, si se les exige más y se les pide que mejoren la convivencia, creemos que esto es muy difícil de lograr. Por eso, las propuestas que tenemos van en cuatro cuadrantes, las voy a explicar brevemente; igual les dejamos una minuta a cada uno de ustedes por si después la quieren revisar con sus asesores. Son dos planas solamente, con propuestas, y después estamos muy abiertos a conversar de lo que quieran. Tenemos algunas propuestas en el corto plazo y otras en el largo plazo. Partamos, si les parece, hablando de los estudiantes. ¿Cuáles son nuestras propuestas para los estudiantes? Entonces, la primera –podemos cambiar, por favor, de diapositiva– es que, en el corto plazo, realmente aseguremos el espacio en el que se puedan desarrollar habilidades socioemocionales. ¿Qué planteamos con esto? Hoy en día, la asignatura de orientación –yo creo que ustedes saben, pero por si no saben–, de primero a cuarto básico contempla 22 minutos a la semana; de quinto básico a segundo medio, 45 minutos; y en tercero y cuarto medio no está contemplada. Nosotros decimos: ¿cómo, si no hay tiempo para hacer instrucción explícita en habilidades socioemocionales –que es una forma de prevención– podemos esperar mejorar la convivencia educativa? No es que estemos diciendo que solo desde la asignatura de orientación se puede trabajar, esto tiene que ser sistémico, lo vamos a hablar; pero sí es importante la instrucción explícita. Hoy tenemos 22 minutos, 45 o nada reservado, dependiendo de la edad. Entonces, proponemos que, para la asignatura de orientación, se reserven 90 minutos, en los cuales al menos 45 estén destinados al desarrollo de habilidades emocionales. Aunque existen otros numerosos temas que cubrir en la asignatura, proponemos esto en el corto plazo. Y en el largo plazo, ¿qué proponemos? Lo primero es que se creen estándares nacionales de aprendizaje socioemocional, porque hoy día, ustedes deben conocerlo muy bien –hola senadora–: tenemos, por un lado, por ejemplo, los IDPS, y por otro, el Día; son dos instrumentos valiosos, pero hay que aunar en estándares nacionales de aprendizaje socioemocional que nos den un foco claro de hacia dónde trabajar. Asimismo, en el largo plazo creemos que se deben impulsar programas de aprendizaje socioemocional sistémico. Es relevante impulsar este tipo de programas, ya sean a través de fundaciones externas como nosotros, o que se desarrollen desde el Ministerio o las mismas escuelas. Pero, pensamos: ¿cómo aseguramos la convivencia educativa si no hay programas de aprendizaje socioemocional que, de forma sistémica, contribuyan a esta discusión? Por otro lado, la segunda beta de las propuestas está dirigida a los profesionales de la educación. Si bien hemos enfocado las propuestas en los estudiantes, todos sabemos que para hablar de convivencia educativa y bienestar en la escuela tenemos que considerar no solo la convivencia entre los estudiantes, sino también entre los directivos, docentes, asistentes de la educación y todos los profesionales que trabajan en la escuela. En ese sentido, en el corto plazo vemos al menos dos aspectos importantes. La primera es la formación continua para docentes, directivos, asistentes y otros profesionales en competencias socioemocionales. Hoy día, les digo, de nuestra experiencia, estamos trabajando con más de 2.000 docentes, quienes muestran gran entusiasmo y capacidad para abordar este desafío. …
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Pero no tienen las herramientas porque no las aprendieron en las mallas de pedagogía, no estaban presentes en su tiempo. O sea, ellos quieren trabajar por una mejor convivencia y tienen el entusiasmo cuando se les presenta un programa ordenado, pero falta formación. Entonces necesitamos, requerimos, que para los profesionales de la educación se establezca en este proyecto de ley que realmente haya formación en aprendizaje socioemocional. Y, asimismo, fortalecer —como se ha conversado en comisiones anteriores, de acuerdo a lo que estuve viendo— el rol del profesor jefe. El profesor jefe hay que ponerle incentivos, porque hoy día los profesores en la escuela no quieren ser profesores jefes. ¿Cómo les ponemos incentivos para que realmente quieran, para que afecten su desarrollo en su carrera docente, para que tengan asignados más tiempo y más recursos, y que así efectivamente se puedan preocupar por la convivencia educativa y el aprendizaje de sus estudiantes? Y, a largo plazo, evidentemente esto ya no es parte del proyecto de ley, pero también surgen ideas para pensar a futuro: ¿cómo reformulamos las mallas de pedagogía para que contemplen la prevención y promoción de una buena convivencia, de una adecuada convivencia? Y, para eso, por ejemplo, que en los próximos procesos de acreditación se considere esto en la acreditación de las universidades, en las carreras de pedagogía, de manera que las mallas incluyan una buena convivencia educativa. Además, es necesario mejorar las condiciones laborales, obviamente, de los docentes, ya que todos sabemos lo que es el estrés y la falta de tiempo. Para el aterrizaje de estas propuestas, hoy quise venir acompañado por Gisela para que les pueda dar una mirada desde una escuela pública en Valparaíso, sobre cómo se puede avanzar en la promoción y prevención. Y esto no es solo una teoría, sino también una idea práctica que puede ser aplicada en los establecimientos. Gisela, por favor. ― Sí, gracias a Don Juan Monel. Harían tres minutos, ¿no? Sí, son tres minutos. Aló, aló. Muy buenas tardes a los honorables senadores y al ministro. Brevemente, contarles que mi nombre es Gisela Rivera Holguín y soy directora de la Escuela Piloto Pardo, que pertenece al Servicio Local de Educación de Valparaíso y Juan Fernández. Vengo a hablar en representación de las 54 escuelas de nuestro servicio y a contarles que atendemos a los estudiantes más vulnerables de la comuna; para nosotros, la convivencia escolar es un tema muy relevante. Acá, complementando lo que mencionó otro colega director, se destaca que las necesidades de aprendizaje socioemocional están presentes en nuestra vida diaria, en las relaciones con las familias y los apoderados, y, en lo que nos concierne a nosotros como funcionarios, necesitamos contar con herramientas para llevar adelante un aprendizaje socioemocional adecuado. Para quienes trabajamos en contextos escolares, la convivencia no es solo una dimensión técnica, sino algo que determina muchas veces nuestra calidad de vida. A tal grado que, en particular, nosotros llevamos nuestro segundo año en Trabun y estamos muy contentos y agradecidos por la experiencia. En particular, los docentes sienten que han recibido apoyos y estrategias concretas, a través de un plan de acción sistemático que incluye el monitoreo y seguimiento de las actividades. Esto nos ha llevado, en mi carrera como directora, a implementar diferentes proyectos, y creo que para el éxito de un proyecto hay tres factores fundamentales. Uno es la visión estratégica, es decir, tener una mirada sistémica; en este caso, necesitamos implementar programas que sean estratégicos y que estén dirigidos a todos los estudiantes, que nazcan del currículum y se inserten de manera integral en el día a día de la escuela. Al mismo tiempo, se requiere contar con una formación profesional continua, ya que es fundamental la capacitación de todos los actores que intervienen en la comunidad educativa. Y, evidentemente, la gestión de recursos es otra prioridad. En nuestro caso particular, contamos con el programa porque estamos apadrinados por Falabella, siendo la única escuela del Servicio Local de Educación de Valparaíso en disponer de este programa.
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Esto evidentemente genera un impacto y, para que este impacto sea real, duradero y persista en el tiempo, necesitamos tener un enfoque preventivo y promocional de la convivencia escolar, y que no sea reactivo frente a las cosas que pasan en las escuelas, porque ahí estamos todo el tiempo apagando incendios y actuando en forma punitiva. Para finalizar, quiero dejarles solo un mensaje de esperanza. Nuestra escuela, que es la Escuela Piloto Pardo, ubicada en el Cerro Bellavista de Valparaíso, tiene una sana convivencia basada en el respeto, la tolerancia y la empatía. El aprendizaje socioemocional, ACE, es completamente transversal al currículum y, hoy en día, es una necesidad primordial en cada una de las comunidades educativas. No hay aprendizaje sin emoción, y yo quiero que nos quedemos con esa frase. Y, por último, quiero agradecer a Juan Antonio Álvarez, director ejecutivo de Trabun, por permitirnos dar nuestro testimonio y también a todas las personas que están acá presentes. Ojalá muchos puedan contar con estos recursos que, en particular, en Valparaíso tiene la Escuela Piloto Pardo, y ojalá en el futuro esto se proyecte de la mejor manera como una política pública. Solo para finalizar, con el debido permiso de los honorables senadores, me voy a dar un minuto para salirme del libreto, y les voy a pedir a todos, con mucho respeto, que no abandonen la educación pública, porque realmente es importante y yo creo firmemente en una educación pública de calidad. Muchas gracias. Muchas gracias, profesora Gisela. Quiero decirle que esta comisión tiene un férreo compromiso con la educación pública y creo que lo ha demostrado con la transversalidad de las mociones que ha despachado. Le agradecemos entonces el tiempo que ha expuesto la Fundación Trabun y las recomendaciones que ha hecho. Luego, seguramente, van a haber algunas consultas y precisiones; por lo que le ofrezco la palabra a continuación al alcalde de Temuco, don Roberto Neida. Muchas gracias, presidente de la Comisión de Educación del Senado, senador Jaime Quintana. Saludo también a los demás senadores que se encuentran presentes, a la fundación y al ministro, quien, seguramente, tuvo alguna situación especial que lo obligó a retirarse, aunque su equipo se encuentra presente. Yo me encuentro acá también con el equipo de uno de los liceos que trabaja con nosotros, el INSUCO, el cual presenta una situación sobre la que estamos tomando decisiones concretas respecto a la seguridad de nuestros estudiantes. Agradezco que se nos permita actuar, porque los alcaldes nos topamos con realidades que, muchas veces, nos llevan a tomar decisiones, pero no de forma azarosa ni poco planificada. Tenemos una presentación a continuación, por favor. Si ustedes ven, hoy día no es sorpresa para nadie la realidad que estamos enfrentando como sociedad y, en particular, en los colegios. Hay noticias concretas de situaciones que afectan la convivencia escolar: situaciones de agresiones entre estudiantes, a profesores y a apoderados. Hoy mismo, en Renca, se está viviendo una situación bastante compleja, lo que llevó al municipio de Temuco a actuar en conformidad con lo antecedente. La siguiente, por favor. Ustedes pueden ver ahí los antecedentes generales respecto a la salud mental: se ha registrado un incremento del 93% comparado con el año anterior en situaciones de ideaciones suicidas en la región de Araucanía, y un 71,9% de los casos reportados corresponde a personas entre 10 y 19 años, siendo Temuco la comuna con mayor cantidad de casos. Contamos con 43 establecimientos educacionales, nuestro DAEM, 23 jardines BTF y dos internados. En Temuco, en particular, la convivencia en los establecimientos de educación municipal presenta un aumento significativo, tanto cuantitativa como cualitativamente, en complejidad. El año 2023 tuvimos 2.717 casos de situaciones de distintas índoles.
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Violencia, el año 2024 aumentó a 2.908 casos. En lo que respecta al maltrato escolar, tenemos en el 2023 468 casos y en el 2024 582. En el liceo que nos acompaña hoy se presentaron tres situaciones complejas, entre ellas una agresión con arma blanca que nos llevó a tomar una decisión y a crear un programa especial en la Municipalidad de Temuco, denominado Programa Temuco Te Educa y Protege. Este programa tiene tres ejes. El primer eje es la Protección Social. Nosotros trabajamos con las familias más vulnerables de la ciudad de Temuco y, cuando los asistentes sociales detectan situaciones de riesgo, vamos a los domicilios con nuestras duplas psicosociales. Trabajamos también en la protección social, ya que educar comprende saber lo que acontece en la familia de nuestros educandos. El segundo eje es la Prevención y Salud Mental, una situación bastante compleja hoy día en los establecimientos educacionales. Escuché con mucha atención a la Fundación, y este eje puede interesarles considerablemente. Estamos trabajando en ello y, a modo de resumen, el proyecto de ley que ustedes están discutiendo establece la convivencia permanente de un encargado de convivencia escolar. Nosotros, en cierto modo, nos adelantamos a esto implementando duplas psicosociales en todos nuestros establecimientos a través del Plan de Convivencia Escolar. Además, la ley establece la interrelación entre ministerios; en nuestra gestión tenemos coordinación entre direcciones, con la Dideco, con el departamento de género, y con la creación de oficinas de la juventud y espacios jóvenes, donde los estudiantes pueden acceder a psicólogos, asistir a apoyo social y desarrollar sus centros de alumnos. El tercer eje, que ha generado polémica a nivel nacional, se relaciona con la seguridad de los establecimientos educacionales. Inaugurar un pórtico ha suscitó controversia, pero dentro del Plan Educa y Protege se estableció que un establecimiento no puede dejar de ser un espacio seguro para los estudiantes y la comunidad escolar. Ante situaciones como la venta de drogas en las inmediaciones de los establecimientos, la Dirección de Seguridad Pública implementó un plan específico de ronda; se detectaron narcotraficantes cerca de los colegios, situación que se puso a disposición de Carabineros y de la Justicia. En el eje de seguridad se tomó la decisión de realizar una encuesta en 10 establecimientos educacionales, integrando la participación ciudadana de apoderados, alumnos, asistentes de la educación, profesoras y profesores. En promedio, el 80% manifestó la necesidad de contar con un sistema de detección de metales para impedir el ingreso de un arma blanca o inclusive un arma de fuego, como ocurrió recientemente en la comuna de Pitufquén. Esta consulta, realizada a más de 3.000 personas, arrojó resultados contundentes. Posteriormente, planificamos, dentro del Plan Educa y Protege, cómo abordar el tema de la seguridad mediante la instalación de pórticos. Se consultó la experiencia en Valparaíso, donde un equipo de seguridad y convivencia escolar viajó, se entrevistó con el director y un abogado, y se recopilaron antecedentes y protocolos que, estudiados y adaptados a la realidad de Temuco, permitieron instaurar dichos protocolos e instalar un pórtico. Fíjese usted que, en el primer día de clases, ningún alumno, profesor o miembro de la comunidad se manifestó en contra; al contrario, la ciudadanía, como aquella madre que se encontraba afuera, agradeció la medida, pues aseguró sentir mayor seguridad gracias al detector de metales implementado. El protocolo se ejecutó respetando en todo momento las garantías constitucionales de los alumnos mayores de 14 años, quienes también tienen responsabilidades.
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Penal. El protocolo significa que nosotros vamos a revisar la mochila a todos. Si suena, hay un protocolo: el alumno muestra voluntariamente lo que pueda tener adentro —que puede ser el celular, puede ser cualquier objeto metálico— y, si se niega, existen espacios donde deja su mochila, saca su cuaderno y se dirige a clase; y, si se niega, llamamos al apoderado. Si encontramos alguna situación complicada, hay un protocolo; en esos casos no se involucran los carabineros ni la policía, etc. ¿Qué ha llevado esto? Hace una semana tuvimos una amenaza en el liceo más grande de Temuco, el Pablo Neruda, a través de una red social. Un joven, cuya identidad se está investigando, dijo: "tengo ganas, algo así, de matar a unas cuantas personas dentro del liceo porque estoy aburrido, en pocas palabras, del bullying". Supuestamente se investiga el acoso que sufría esa persona. Esto generó que el Pablo Neruda me llamara inmediatamente, pues apoderados y alcaldes necesitaban lo mismo que el Insuco. Aquí hay que romper ciertos paradigmas y estigmas, senadoras y senadores. La seguridad es primordial hoy en todos los ámbitos de la sociedad. Cuando me dicen que, quizás, estamos obstruyendo el derecho a la educación, muy al contrario: estamos garantizando el principal derecho que tiene una persona para poder ejercer otro derecho, que es el derecho a la vida y a su integridad física y psíquica. Si una persona no tiene vida, no tendrá derecho a la educación; y si su integridad se ve amenazada, acudirá al establecimiento con temor. Si hay temor, ¿qué derecho estamos afectando? El derecho a la libertad, garantizado en la Constitución. Es fundamental comprender que, al tomar estas decisiones, los alcaldes no lo hacen por capricho, ni para salir en la prensa o para captar titulares; al contrario, lo realizamos porque creemos que, al menos en Temuco —y me imagino que en todos los espacios del país— jamás se debe perder la posibilidad de que una escuela, un colegio o un liceo sea un espacio seguro para los estudiantes. En los comentarios finales, valoramos lo que el proyecto de ley indica. Se destaca fuertemente el componente de la participación de las comunidades escolares, elemento muy importante en las tomas de decisiones de los establecimientos. Además, propone un estándar mínimo necesario de orientación y lineamientos claros para la gestión de la convivencia, lo cual valoramos también, y resalta positivamente la coordinación interinstitucional, que es muy importante. Por último, una breve reflexión, acogiéndome al tiempo disponible en esta presentación: el Estado, al final del día, no puede cerrarse a buscar nuevas formas de abordar las problemáticas de violencia y convivencia escolar a partir de iniciativas participativas que incorporen el uso de la tecnología en materia de seguridad. Hay que dejar de lado, en cierta medida, el debate ideológico excesivamente seco. Cuando alguna vez me dijeron: "alcalde, pero usted está colocando al liceo, lo está estigmatizando", si se pregunta a los profesores o funcionarios que me acompañan, ningún alumno me ha dicho: "alcalde, yo tengo un pórtico". Cuando un menor de edad, que ha sido vulnerado en sus derechos, ingresa con su madre al Tribunal de Familia, ¿alguien se ha cuestionado por qué debe pasar por un pórtico de metales? ¿O cuando un menor atraviesa un aeropuerto u otras instancias donde existen portales? ¿Por qué creemos que estamos faltándole a su dignidad, si en realidad lo que estamos haciendo es proteger su integridad? Y para finalizar, Presidente de la Comisión, solamente quiero decir que esto está establecido dentro de un plan: Temuco, Teeduca, Protege. No es una situación aislada. Nosotros trabajamos tanto el aspecto de convivencia escolar como el de seguridad y el aspecto social, en un plan integral que tenemos como municipio. Uno de sus ejes es la seguridad interna de los establecimientos, establecida a través de un pórtico, y seguramente se implementará en los demás establecimientos educacionales, porque así lo decidió, de manera participativa, la comunidad escolar. Muchas gracias, Presidente. Agradecemos entonces al alcalde de Muco, Roberto Neira, por su exposición y contribución al debate de este proyecto. A continuación, ofrezco la palabra a Erika Castro, de la Fundación Conexión Inclusiva para el Mundo. También son 12 minutos. Erika, por favor. Ya, muchísimas gracias. Vengo en representación de la Fundación Conexión Inclusiva para el Mundo, y la propuesta también la construimos en colaboración con la Federación Nacional de Orientadores Educacionales de Chile.
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Nuestra experiencia es fundamental para poder mostrarles el eje desde donde vamos a mirar la propuesta de ley. Somos especialistas en intervención en crisis y, por más de 10 años, hemos acompañado a colegios que han enfrentado situaciones altamente complejas, donde la fractura, el riesgo vital y el peligro han sido parte de su diario vivir. En este contexto, lo primero que queremos plantear es que estas mejoras son realmente una oportunidad, si logramos comprender la complejidad que tiene la violencia en nuestra sociedad y abrir una reflexión fundamental sobre cómo se está transformando en una experiencia, entre comillas, de adoctrinamiento de nuestras infancias. Este adoctrinamiento que estamos viviendo no tiene color político; es transversal. El hecho de que nosotros, los adultos, de alguna manera, justifiquemos el uso de la violencia, lo utilicemos en nuestra vida cotidiana e incluso lo consideremos necesario para corregir o para mostrar señales de dominio y poder, está permeando lamentablemente la manera en la que los niños observan las relaciones humanas. La violencia se ha convertido en un instrumento, entre comillas, de justicia: "si yo te pego es porque me he sentido vulnerado; si yo te pego es porque he sentido que, de alguna forma, estoy afectado". Entrar en este adoctrinamiento significa también poder otorgar estos matices a este proyecto de ley, en el que lo formativo y lo preventivo deben ser el eje articulador central. Si nos centramos únicamente en lo punitivo, les aseguro que tendremos adolescentes y niños astutos, pero no necesariamente formados en valores ni con la capacidad de discernir o decidir ante dilemas éticos complejos que plantea el diario vivir escolar, con una ética acorde a una cultura de paz. En este contexto, queremos compartir una experiencia: trabajamos en Chile y también asesoramos a una fundación en la República Democrática del Congo. Además, estamos colaborando con un grupo en España en la búsqueda de soluciones para educar a los niños en contextos de guerra. En esta experiencia conocimos a Josep Aarón, un joven de 23 años que, este viernes a las 9 de la noche de nuestro país, tuvo que enfrentar al grupo armado LM23 defendiendo a 50 niños. Ellos estaban comiendo, y quiero mostrarles un punto que ilustra de mejor manera por qué tenemos esta propuesta tan centrada en lo formativo y preventivo. El joven estaba ingresando al recinto cuando, de repente, sintió que forzaban la puerta y que ingresaban grupos armados. Me llegaron fotos en las que se apreciaban armas impactantes, casi más grandes que ellos, algo realmente impresionante. En ese momento, el joven fue herido con un machete y, a pesar de ello, inició un diálogo. A través de la conversación y las palabras, logró negociar la vida de esos 50 niños. La pregunta que se plantea es profunda: ¿cómo es posible que este joven de 23 años, estudiante de Derecho, tenga la capacidad de tomar decisiones tan complejas bajo niveles extremos de estrés? ¿Puede esa capacidad ser fuente de esperanza para nuestra educación? ¿Contarán los niños, a través de asignaturas como orientación y filosofía, con la preparación necesaria para discernir éticamente ante situaciones altamente estresantes, injustas y violentas? ¿Tendrán nuestros profesores la capacidad de controlar sus emociones en situaciones tan complejas? Es en este punto donde debemos hincar el diente y levantar una voz firme que proclame que la educación es la única salida para formar ciudadanos pacíficos, inclusivos y resilientes; ciudadanos para quienes la adversidad sea fuente de inspiración y no de rabia, de generosidad y colaboración y no fuente de frustración y venganza. Ese desafío debe inspirarnos en la elaboración de esta ley, y agradezco a cada uno de los senadores por haberse tomado el tiempo para analizar este problema, que a nuestro juicio es el desafío central que enfrenta nuestro país. Si no abordamos esta ley de la forma completa en que debe hacerse, es probable que en 10 años lamentemos lo que hoy dejamos de hacer.
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En República del Congo están lamentando que efectivamente este M23, ustedes saben, son las víctimas del genocidio de Ruanda en el año 94, son los niños de esa época. Entonces, lamentablemente, yo les quiero decir una afirmación bien importante: la violencia es contagiosa, la violencia está siendo adoctrinada, y no solamente por pares, no solamente por las pantallas, también por nosotros los adultos, que la ocupamos con bastante comodidad porque sentimos que, de alguna manera, forma parte de nuestros recursos para sentirnos empoderados. Por ello, es preciso erradicarla totalmente a partir del diálogo, de la educación y, finalmente, de una convicción profunda de que debemos ser no solamente buenos ciudadanos, sino también profundamente éticos para resolver nuestros conflictos. En este contexto, ¿me pueden avanzar, por favor? Ahí les dejo la experiencia de Joseph. Me encantaría que lo conocieran a partir de este texto, porque ahí se encuentra justamente este razonamiento ético frente a una situación tan grave. ¿Y por qué les cuento de Joseph? Porque nosotros hemos trabajado mucho con colegios donde han tenido que enfrentar armas blancas, han tenido que, lamentablemente, enfrentar la muerte de estudiantes y la muerte de profesores. Venimos de este mundo. Entonces, de alguna forma, es aquí donde nosotros, con esta ley, tenemos la oportunidad de generar grandeza en nosotros los adultos para resolver, para componer y para activar resiliencia, o podemos ahondar las fracturas, las divisiones y, finalmente, la exclusión de los niños, que lamentablemente hoy día también son víctimas de este adoctrinamiento. Adelante, por favor. En este contexto me gustaría mencionar que los factores de riesgo más importantes, a nuestro juicio, son en primer lugar la violencia que hay en la familia. Los altos indicadores que ha venido planteando UNICEF año tras año nos dicen que hay un problema en la familia. Yo, que ya soy vieja –en el año 97 partí trabajando en el Ministerio de Educación hace un montón de tiempo–, y en ese tiempo ya los directores decían que hay un problema con la familia. Y yo creo que no los escuchamos. No los escuchamos, y ante esto hay que volver a decir: sí, hay un problema en la familia, pero no para apuntar con el dedo solamente, no para decirle “oye, qué mal lo hacen”, sino que, simplemente, están. Porque, efectivamente, estos COSAM, que están sobrepasados, donde los profesores piden ayuda y no hay hora, donde atienden a los niños 15 minutos y no más, no hemos dado un giro sustantivo para que esta familia realmente pueda vivir una calidad de vida que le dé tranquilidad para resolver sus tensiones, sus conflictos y, finalmente, sus diferencias. La familia necesita un vuelco importante y, de hecho, una de las propuestas es hacer un programa nacional psicoeducativo, de acompañamiento y de colaboración para la erradicación de la violencia en la familia. En segundo lugar, un factor –y aquí lo voy a decir con mucho cuidado– son las malas prácticas docentes. El 100% de los colegios con los que nosotros hemos trabajado en crisis tienen un detonador en las malas prácticas docentes: las humillaciones, los malos tratos, los gritos, en fin, las malas prácticas en general. Y, a pesar de decir esto con toda claridad y franqueza, y también con la experiencia de conversar tan directamente con los profesores, nosotros les decimos que, a pesar de saber que ustedes tienen malas prácticas, los consideramos víctimas secundarias de este fenómeno. Las primarias son los niños, víctimas de nuestra dificultad para enfrentar los conflictos de forma pacífica y empática. Los niños están siendo víctimas de la violencia en general, pero los profesores, a pesar de sus malas prácticas, son víctimas secundarias porque no tienen las condiciones. Nosotros hemos trabajado en colegios donde, por ejemplo, no hay baños decentes, no tienen dónde sentarse, y en una silla de palo se sientan a comer. Entonces, a nuestros profesores, lo digo con todo el cariño del mundo –con ellos y reconociendo su sacrificio–, nos falta generosidad para entender que su agobio no es tan solo una queja, sino que encierra realmente un sentimiento y una experiencia que debemos ser capaces de oír. Después están los climas laborales complejos, pero también los factores protectores. Muchos colegios han logrado innovar, han logrado instalar la resolución pacífica de conflictos de una manera verdaderamente admirable, y yo creo que hay muchas cosas importantes, como la incorporación de la familia, que se pueden reforzar. Voy a ir directamente a algunas opiniones sobre lo que nosotros encontramos en la ley. Por favor, la siguiente diapositiva. ¿Qué nos pareció la ley? Lo primero: parte de un diagnóstico que, a nuestro juicio –con todo respeto– es deficiente en el sentido de que se enfoca en los casos públicos y realmente no echa mano a lo que es la investigación sobre la violencia escolar y la complejidad que tiene la violencia. Yo creo que…
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Hace que probablemente el desenlace tampoco sea, en términos de que efectivamente hay que comprender bien la gravedad de la situación para poder tomar las medidas que corresponden. En segundo lugar, todo el trabajo interinstitucional que plantea la ley, a nuestro juicio, pone en riesgo el agobio docente, porque el fruto de todas esas acciones y actividades podría derivar, y esto es común, en que finalmente los profesores terminen realizando todas estas coordinaciones interinstitucionales y queden aún más recargados de lo que ya se encuentran. En tercer lugar, creo que hay una falta de claridad importante en los roles y funciones: no se toma en cuenta a la familia, no se mencionan los orientadores —lo cual me pareció gravísimo—, no se consideran los inspectores, quienes son nuestros negociadores de conflictos durante el recreo con la familia, ni a los psicólogos. Existe, en este aspecto, un grave déficit en la definición clara de los roles. Respecto a la definición de convivencia educativa, partiendo de una concepción que la entiende como promover, nosotros pensamos que se trata de habilitar, desde el punto de vista de grandes capacidades, un enfoque técnico-pedagógico. ¿Por qué? Porque la convivencia debe estar presente en el aula y en la experiencia de que los niños se sientan incluidos en el patio de recreo, donde puedan realmente encontrarse inmersos en una experiencia escolar que les permita, por ejemplo, llegar a decir—tal como se ilustra en la serie Adolescencia de Netflix—: “No quiero ir al colegio, me duele el estómago”. Es preciso avanzar hacia experiencias distintas. A continuación, en relación con las propuestas: Artículo 1: Nosotros pensamos fehacientemente que hay que intervenir en la infraestructura. Las aulas sobrepobladas son un problema muy grave; existen aulas con un promedio de 40 a 50 niños, lo cual es inhumano. Ni yo, que soy psicóloga, podría manejar un aula tan diversa, especialmente cuando se debe atender a niños con condiciones particulares. Además, es fundamental ampliar las salas y, en primer lugar, prestar atención a lo que consideramos una novedad en nuestra propuesta: los patios de recreo. Los niños no tienen un lugar adecuado para sentarse a comer su colación, corren bajo el sol sin sombra, se encuentran estresados y, además, los profesores disponen de comedores realmente deficientes, lo que impide un descanso adecuado. Cuando un profesor me comenta que sus niños llegan muy alterados, le pregunto: “¿Cómo jugaron en el recreo?” Y la respuesta suele ser que no tuvieron dónde sentarse, estuvieron expuestos al sol y en ocasiones fueron empujados. Por ello, los patios de recreo deben rediseñarse y es necesario aplicar el concepto de “arquitectura emocional”, ya que el descanso es parte fundamental de una ley que aborde la complejidad del tema. Artículo 2: Se debe reequilibrar el enfoque, pasando de lo sancionador a lo formativo preventivo. Esto es clave: si no educamos en este sentido, ¿cómo podremos transformar la situación? Además, proponemos que se incorporen espacios curriculares específicos para la convivencia educativa. Por último, instalar la filosofía representa, para nosotros, una novedad importante. La filosofía debe ser un espacio a recuperar, ya que los niños tienen derecho a una formación ética y fundacional. En lugar de impartirse únicamente en el tercer o cuarto medio, debe comenzar desde primero básico. Diversas investigaciones en resiliencia, realizadas en varios países, demuestran que cuando los niños acceden a espacios reflexivos, aprenden mucho más rápido y de manera más efectiva que cuando se les castiga. Finalmente, es preciso señalar que una de las cuestiones graves relacionadas con la violencia es la propagación de la radicalización de las ideas. Este es un tema que ya se ha abordado en varios países europeos, y se están tomando cartas en el asunto. A nuestro juicio, debemos ser capaces de contrarrestarla, no solamente con medidas punitivas, sino también promoviendo el crecimiento y el debate argumentado, como lo hemos evidenciado en el trabajo realizado en el contexto del estallido social en los colegios.
Fragmentos 1-10 de 20 (10 disponibles públicamente)

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