Cámara de Diputados Medio Ambiente

Cámara de Diputados - Medio Ambiente - 24 de marzo de 2025

24 de marzo de 2025
18:30
Duración: 1h 43m

Contexto de la sesión

A fin de ocuparse de la siguiente tabla: 1.- Iniciar discusión del proyecto de ley que modifica la ley N° 21.020 con el objeto de establecer mecanismos para el control de animales de compañía en situación de libre deambular. Boletín N°17.180-12. 2.- Iniciar discusión del proyecto de ley que modifica diversos cuerpos legales para prohibir y sancionar la práctica del coleo. Boletín N°16.680-12.

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Se han recibido dos solicitudes de audiencia para los proyectos que se ven hoy día: una de la Fundación de Derecho y Defensa Animal y otra también de la Fundación de Derecho y Defensa Animal, para ambos proyectos. Esa es la única que se ha recibido. ¿La palabra sobre la cuenta? ¿Cómo hago para definir el orden del día? No, tenemos palabras sobre la cuenta. ¿Dar los puntos varios? Que le vaya bien dura. Vamos a aceptar los invitados, por favor, y a continuar con el orden del día. La sesión tiene por objeto iniciar la discusión del proyecto de ley que modifica la Ley 21.020, con el objeto de establecer mecanismos para el control de animales de compañía en situación de libre deambular, correspondiente al Boletín 17.180. Le vamos a ofrecer la palabra a uno de los mocionantes que nos acompaña, el honorable diputado Jaime Sáenz. Muy buenas tardes a la comisión. Efectivamente, como decía, este es un proyecto que busca modificar la Ley 21.020 de tenencia responsable de mascotas y que, básicamente, busca establecer mejores mecanismos para el control de animales de compañía en situación de libre deambular.
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Que es el concepto que ha despertado mayor consenso académico en el último tiempo, y tiene como punto de partida la votación mayoritaria que se dio en la Sala de la Cámara el año pasado, la cual rechazó la idea de legislar un proyecto de ley que establecía básicamente a los perros como animales exóticos y que eventualmente podría abrirse una casa para ese tipo de animales. No recuerdo el resultado exacto, pero fue por más de 110 o 120 votos, probablemente en rechazo a esa iniciativa. Esto coincidió con, yo soy representante de la Región de Los Lagos, distrito 26, y ocurrió casi en paralelo un ataque de perros “asilvestrados” – no está muy claro si se trataba de animales de estas características o si se escapó alguno de un particular – en un centro de rehabilitación de fauna silvestre en Chiloé, llamado Chiloé Silvestre. El ataque le costó la vida a un pudú hembra, llamada Pudini, que además era el símbolo de esa organización, la cual facilitaba el desarrollo de actividades de educación ambiental y apuntalaba el trabajo de rescate de fauna silvestre, siendo un centro de referencia en Chiloé y en todo el sur del país. A partir de ese momento se generó toda una batahola comunicacional y, como representante de la zona junto a otros parlamentarios de perfil transversal, rechazamos esa idea de legislar en esos términos. Iniciamos, por ello, un grupo de trabajo con organizaciones como Chiloé Silvestre, Defendamos Chiloé y el Colegio Médico Veterinario de Chile, con el objetivo de arribar a un cuerpo legal que, en definitiva, aporte mayores garantías para la protección de la fauna silvestre, acotando nuestro trabajo a mejorar los mecanismos de control que tiene la propia ley 21.020. Este proyecto tiene el objetivo de prevenir los ataques de perros en situación de libre deambular y hemos contado, como dije anteriormente, con la colaboración de distintas organizaciones. Parte de los contenidos que presentamos consisten en modificar el marcaje obligatorio, limitándolo al uso exclusivo del microchip, lo que permitirá una mejor identificación de los perros con dueños y una mayor trazabilidad de ambos. Se propone además modificar el concepto de “perro comunitario” por el de “perro en situación de libre deambular”, ya que en este último caso no existe un tutor legal del ejemplar; es decir, aún cuando se trata de una comunidad, nadie asume la responsabilidad por un eventual ataque o por el daño que pudiera sufrir el animal si sus necesidades básicas no son satisfechas. Se define también el hecho de que un perro con dueño se encuentre en situación de libre deambular como abandono, tipificándolo a consecuencia como maltrato. Asimismo, se da un mayor énfasis en la educación respecto al abandono y se establecen una serie de multas que sancionan tanto la falta de marcaje de un ejemplar como el ataque realizado, incluso cuando involucra a gatos, animales de fauna silvestre o de ganadería, siendo que los dueños de estos últimos recibirán una compensación por parte del responsable legal del ejemplar que efectúe el ataque. Este proyecto de ley se vincula además con otra iniciativa presentada por la diputada Consuelo Veloso, identificada en el Boletín 16.921-12, la cual también modifica la ley 21.020 y establece medidas para prevenir el abandono, aumentando las penas aplicables por su inobservancia. Ambas iniciativas comparten la misma línea respecto a la idea matriz, por lo que esperamos que puedan encaminarse a un proceso de fusión. Del mismo modo, han sido fruto del trabajo conjunto con las mismas organizaciones mencionadas anteriormente, lo que nos impulsa a avanzar hacia una legislación lo suficientemente robusta como para marcar una diferencia real. Las motivaciones que guiaron nuestro trabajo compartido son diversas. En el caso del proyecto de mi autoría, la preocupación se centra en los ataques a la fauna silvestre, muy presentes en el archipiélago de Chiloé, donde no queda del todo claro si se deben a perros en situación de libre deambular o a perros con dueños de distintos predios rurales, en los que no se presta la debida consideración ni cuidado a los animales, quienes en muchas ocasiones cumplen labores de vigilancia. Por su parte, la iniciativa de la diputada Veloso se vincula, además de con la protección de la fauna silvestre, a los ataques permanentes y al perjuicio ocasionado a la pequeña ganadería, en especial a los denominados crianceros, fenómeno muy extendido en todo el sur de Chile, especialmente en el ganado ovino.
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Diputado: Y también a gente que trabaja con gallinas, producción de huevos, etc., que muchas veces sufren la pérdida total de sus animales, y siempre estamos hablando de pequeños propietarios que, al verse afectados, básicamente pierden su fuente de ingreso. Entonces, nos parece que hay una doble afectación: por un lado, a los ecosistemas, a la fauna silvestre vulnerable y amenazada –definida en esa categoría, en el caso del pudú, por ejemplo–, y, por otro, un evidente perjuicio productivo en el campo de nuestro país. Esas son las motivaciones, presidente, para haber presentado este proyecto. Como le mencionaba, en el ideal, tanto la diputada de Grosso como de mi parte, que ambas iniciativas pudiesen discutirse como una sola. Ahí dejo el de la diputada de Grosso, es el 16921-12, ambos sobre modificaciones a la ley 21.020. Nosotros esperamos que, al igual que se vio con el proyecto anterior, la autoridad del diputado González haya permitido una tramitación bien expedita en esta comisión. Del mismo modo, solicitamos lo mismo para nuestras iniciativas y estamos disponibles a responder todo tipo de consultas, a abrir esto al diálogo con distintas organizaciones, como la que aparecía mencionada en la cuenta, y a recalcar que el trabajo que nosotros hemos realizado ha sido de varios meses. No surge únicamente de una iniciativa parlamentaria, sino de un trabajo bien articulado con organizaciones sociales y con el mundo científico y académico que está trabajando en terreno permanentemente estos temas. Diputado: Gracias, presidente. ¿Puedo poner la palabra a los diputados? Diputado: Yo sí tengo algunas consultas. Lo primero es que quería consultarle si de alguna forma este proyecto es coherente y concordante con lo que aprobamos la semana pasada. Eric González, es una cosa. Lo segundo, entiendo que la diputada de Berlusconi está viajando, pero va a tratar de llegar. Este proyecto, que es conocido bajo el nombre de proyecto Pudú, ¿o no? Diputado: Sí, presidente, respondiendo a sus preguntas, el proyecto de mi autoría y también de la diputada Yeoman –y otros diputados más– es lo que se ha denominado popularmente como Pudú. El de la diputada Veloso no tiene un nombre de fantasía, pero son iniciativas complementarias. Respecto a lo del diputado González, yo entiendo que, y por eso nosotros, cuando el diputado González presidía la comisión hace un par de sesiones, concurrí hasta acá junto con la diputada Veloso para solicitar la fusión de todos los proyectos en uno solo, porque desde nuestra perspectiva tienen ideas matrices prácticamente idénticas o muy concordantes. Me imagino que ese será un trabajo de la Secretaría después de establecer si efectivamente procede o no la solicitud que nosotros hemos planteado, pero, al menos, tanto el proyecto de la diputada Veloso como el MIR de la diputada Yeoman que acaba de llegar, sí comparten la misma idea matriz y, por lo tanto, estamos de acuerdo en que puedan encaminarse como uno solo. Y lo otro que quería consultar es respecto de si este proyecto concita –por decirlo de alguna manera–, siendo bien diversas, pero con algún cierto consenso de organizaciones animalistas, porque hay distintas posiciones frente a cómo resolver este problema. Entonces, quería saber si usted interpreta o tiene la idea de que esto, más o menos, genera consenso, o si sería una norma que genere otro efecto. Diputado: No la quiero calificar, pero me parece que genera, más bien, consenso. Es una materia controvertida, como es la que… Yo creo que esta es una materia controvertida que, en definitiva, no es como para un fácil despacho, evidentemente. Sin embargo, como he mencionado, es fruto del trabajo con organizaciones sociales –en el caso particular de mi región, que están abocadas al trabajo de protección animal, de animales silvestres, desde la perspectiva de la conservación de nuestra fauna y del patrimonio natural de nuestro país–, y ha sido trabajada también con el Colegio de Médicos Veterinarios, que entiendo también están convocados para esta sesión. Por lo tanto, sí tiene ese nivel de consenso. Nosotros, este proyecto, no lo hemos dialogado con organizaciones más vinculadas, como a la protección de perros específicamente, pero me imagino que ellos podrán manifestar su punto de vista en esta comisión. Además, le quería mencionar que vamos a tratar de buscar un espacio para la sesión, para poder tener una conversación un poco más amplia, porque de verdad que el tema es bien controversial y la idea es que podamos ir buscando puntos de acuerdo y ver hasta dónde podemos avanzar, porque, además, la propia iniciativa también corre ese riesgo –no sé si caben todas las miradas dentro de un mismo proyecto–. Entonces, básicamente, tenemos como comisión la mejor voluntad de tramitarlo sin prisa, pero sin pausa, o sea, para que esto pueda ser, y va a ser, literalmente…
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Puesto en tabla hasta que podamos ir acordando algunas materias, porque realmente, como usted lo señalaba, diputado, es un tema muy, muy sensible y entiendo que el caso de Pudín fue bien dramático y se ha utilizado como casi icónico por alguna gente que está con la lógica del rifa. Entonces, y también del otro lado, quiero decirlo con harto respeto: sé que hay harta gente que ve la comisión, también creo que hay un cierto prejuicio, así que esto como que no se puede regular y dejarlo como está, y creo que eso también es complejo. Es un tema que tiene muchas miradas y mucha opinión; estamos de buena voluntad y con ánimo de arribar a acuerdo y conversación de todas partes. Gracias. Y a usted, que es la primera. Si alguien más la pide, va a estar segunda. Diputada Zagardía tiene la palabra. Gracias, presidente. Por su intermedio, saludo a la comisión y a quienes nos visitan. He escuchado atentamente la exposición del diputado Sáenz y, evidentemente, pareciera haber cosas contradictorias, pero creo que exponer y debatir estas contradicciones nos ayuda a aclarar muchas situaciones. Así que estoy de acuerdo también con usted, presidente, en que lo trataremos y le daremos la mayor cobertura posible a todos los intervinientes que han expresado su desacuerdo con este proyecto. Gracias, presidente. Muchas gracias, diputada. La diputada Gael Jones tiene la palabra. Gracias, presidente. Bueno, primero quiero agradecer su buena voluntad de poner este proyecto en tabla. Por cierto, es un tema complejo y creo que debe abordarse con toda la prudencia y escuchando a las organizaciones, sobre todo cuando se trata de debates que generan posturas diferentes. Ahora, el proyecto de ley tiene —o al menos es nuestra intención— todo el objetivo de no traspasar la irresponsabilidad de los dueños a quienes son responsables de sus perros, ¿cierto? En ese sentido, buscamos también una forma de abordar el tema asumiendo esa responsabilidad, pero obviamente no mediante la matanza, que fue una de las visiones que, en el fondo, vimos con el proyecto de ley de perros asilvestrados, ya que no es de nuestro interés revivir ese debate. Entonces, esta propuesta tiene esa pretensión, presidente. Si hay algún atisbo o alguna duda respecto al contenido, la idea es debatirlo y poder mejorarlo; de eso se trata también el diálogo que se pueda generar en esta comisión, y se lo quería expresar para que no existan dudas tampoco. Gracias. Muchas gracias, diputada. Y además, quisiera llamar la atención de la gente que probablemente está viendo la sesión respecto de la explicación que ha dado la diputada Yomas, por la gran cantidad de mensajes que me han llegado, en los que se cuestiona si esto es como revivir la ley de Perro Brasil de Estado, la del RIF, o algo similar a lo ya dicho. Quiero reiterar, de manera bien categórica, a quienes nos están siguiendo, que el ánimo de la comisión es buscar una solución para un problema que es real y que existe. Como lo han expresado claramente el diputado Sáenz y la diputada Yomas, algunos de los motivantes de este proyecto están poniendo énfasis en la tenencia responsable y trasladando a las personas que abandonan los ejemplares la responsabilidad de lo que ocurre. Sí, diputado; todo lo que sirva para explicarle a la gente lo que está en juego. En ese mismo ánimo, presidente, creo que es importante recalcar algo. Estamos en la Comisión de Medio Ambiente. La otra iniciativa, a la que se hace mención, surge de la Comisión de Agricultura. Históricamente, en esta corporación ha habido diferencias —y no menores— entre los resultados del trabajo que se realiza en ambas comisiones, trabajo que después resulta difícil de conciliar. Pero, evidentemente, al optar por enviar este proyecto a esta comisión entendemos que aquí hay una mirada mucho más integral: primero, partiendo por el respeto a la vida como principio básico, y luego, porque se percibe un enfoque más amplio de estos fenómenos y no solamente una mirada productiva y punitiva, como muchas veces ocurre en la Comisión de Agricultura —lo digo con mucho respeto al trabajo que ahí se realiza. Sin embargo, la perspectiva que surge de esta comisión es otra, y nosotros aspiramos a una legislación más robusta. Este es un proyecto de varios otros que tienen que ver con la protección de la fauna silvestre. Existen textos legales vigentes, por ejemplo, respecto a cetáceos y ballenas; hay leyes aprobadas que no se cumplen y que ameritan también una revisión, y esperamos que se cumplan.
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Poder hacer una contribución a resolver algunos de los problemas que están vigentes hoy día mediante esta iniciativa y, por supuesto, que estamos abiertos a sugerencias y a las mejoras que correspondan. Muchas gracias, diputado Sáenz. Vamos a escuchar a continuación a la señora Fernanda Storga, representante de la organización AMEDEFAS, y a Eduardo Silva, representante de la organización Chiloé Silvestre. No sé si están conectados. Doña Fernanda: Hola, buenas tardes. Buenas tardes. ¿Se escucha bien? Sí. Perfecto. Bueno, mi nombre es Francisca y… perdón, doña Francisca. Está bien. En verdad, la primera presentación la habíamos organizado para que la presentara Eduardo. Como ustedes prefieran ordenarse, no tengo ningún problema. Perfecto, muchas gracias. Bueno, antes que nada, por su intermedio, señor Presidente, agradecer la oportunidad de poder participar en esta sesión, abordando un tema que, como bien se ha indicado en las palabras preliminares, tiene diversas complejidades, tanto desde el punto de vista de las personas como en cuanto a su temática central, que en este caso también tiene que ver con los animales. En mi caso, mi nombre es Eduardo Silva, trabajo en la Universidad Austral de Chile y tenemos un trabajo de bastante tiempo abordando el tema del mal manejo de las mascotas desde la perspectiva de la fauna silvestre, así como de algunos aspectos tangenciales que involucran salud pública, bienestar animal y temas productivos. Para dar inicio, quería mostrarles un video que lamentablemente tuvimos la oportunidad de registrar hace un par de meses; en él se observa a dos zorritos chillas muertos –esa noche, en realidad, fueron tres–, y nos encontramos en la ciudad de Valdivia, en zona urbana. Lo que van a ver son, en este caso, los responsables. No estamos hablando de una situación de perros asilvestrados; entre esos perros, algunos llevan collar y, tras habernos percatado, algunos tienen dueño mientras que otros son comunitarios. En ese sentido, este tipo de imágenes, que son bastante fuertes y cotidianas en diversas partes del país, representan un problema importante de bienestar animal. Quizá, lo que da origen a esta discusión se vincule con la ley Pudini, impulsada por los colegas de Chiloé Silvestre, y tiene que ver con la frecuente llegada de animales –en este caso, uno muy emblemático y de los más vulnerables a los perros, el púdu– a los distintos centros de rescate del país. Se trata de un tema que conocemos bien. Las estadísticas del año 2010 indican que, sin embargo, los colegas de Chiloé Silvestre están recibiendo aproximadamente más de 30 animales al año, casi un púdu a la semana, atacado por perros; y eso es sólo la punta del iceberg. Cada animal que es herido y que muere no llega a un centro de rescate porque fallece. Esto no es solamente un tema suficientemente grave en lo que respecta al bienestar animal. Cuando hablamos, por ejemplo, de los perros, cada animal maltratado representa un problema enorme que debe ser abordado. Además, muchos otros animales enfrentan estos problemas a diario: el zorro, el huemul y otras especies que, además, se encuentran amenazadas y requieren que, como sociedad, nos preocupemos por ellas. Agrego también el caso del ganado, que también son animales que sufren y en cuyo entorno existen sustanciales temas de subsistencia. Cuando observamos estos hechos, notamos que el impacto trasciende el ámbito estrictamente animal. En el caso de los pudús, diversos estudios que hemos llevado a cabo muestran que no solo se trata de animales que mueren atacados por perros; ello también se traduce en declinaciones poblacionales. En lugares donde hay mayor cantidad de perros, simplemente no se encuentran pudús. Así, comenzamos a hablar de extinciones locales, y a nivel nacional, basándonos en los datos del Reglamento de Calificación de Especies, los perros son considerados una amenaza para casi el 40% de los mamíferos terrestres amenazados. Entonces, cuando como sociedad planteamos el problema de tener especies en peligro de extinción y nos encontramos con que los perros, cuya responsabilidad recae en nosotros, son corresponsables de ese 40%, difícilmente podremos hablar de la protección de las especies amenazadas sin antes enfrentar este problema. Y, como mencioné antes en relación al ganado, he agregado esta diapositiva en último.
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Segundo, pero el tema de los perros también es un problema muy importante para la ganadería en todo el país, mucho más importante que, por ejemplo, los problemas que causan zorros, pumas y otros más. Por lo tanto, es un problema social, vamos a mostrar los temas de salud pública que son importantes, ¿cierto? Pero es un tema social transversal, y nosotros nos podemos preguntar qué ha pasado, ¿cierto? Y acá, también gracias a la pega, al tremendo trabajo que hace el guardaparque de CONAF en todo Chile, hoy día tenemos estadísticas de cómo le va a la fauna y también cómo les va a los perros en el área protegida de Chile. Si nosotros tomamos ejemplos de distintas partes del país —del norte, centro, sur y Patagonia— nos encontramos que, en primer lugar, los perros aparecen como un tema importante en prácticamente todos los parques del país, pero adicionalmente observamos que a medida que transcurre el tiempo no hay evidencia de declinación. Por lo tanto, nos encontramos con que la ley Cholito ha sido inefectiva para reducir el problema de los perros en las áreas protegidas. Y estamos hablando de estos parques, lugares donde se encuentran los temas Colo-Cuanaco, la zona central Gato-Colo-Colo, la zona sur Sorro-Chilote o nuestro emblemático Huemul en la Patagonia. En todos los casos no hay evidencia de que las medidas que se están tomando contribuyan a reducir el problema. Esto no lleva necesariamente a hablar del corazón del tema de los perros. Los perros, a diferencia de otras especies que son consideradas invasoras —como podría ser el bisón— son unos animales que están muy ligados a las personas. Y cuando tratamos de entender el problema, en general nos encontramos que el hecho de que los perros deambulen libremente se debe a que son mascotas sin supervisión, a animales abandonados que se reproducen libremente o, incluso, a perros con dueños que andan sueltos. [Interrupción por problemas de conexión] Se le está escuchando no tan bien, y me informan desde informática que hay un problema de conexión. Ahí pareciera que ya, de nuevo, volvió bien. Vale, gracias. Bueno, cualquier cosa me avisan. Si se vuelve a escuchar mal, entonces... En este caso nos vamos encontrando con que el corazón del problema tiene que ver con el mal manejo. ¿Qué sucede cuando vemos cuáles son los pilares esenciales para abordar el problema de los perros? Y acá hay harto texto, pero es importante. Como sociedad nos hemos enfocado en el punto de conflicto, que es el manejo letal, aunque en la mayoría de los puntos críticos no se presenta un conflicto entre distintos actores. Por ejemplo, la obligación de mantener a los perros en las propiedades: difícilmente los distintos actores podrían considerar que esta es una medida inadecuada. Sumado a ello, la educación para la tenencia responsable es una oportunidad, ya que diversos estudios muestran que las personas con mayor apego a sus mascotas tienen mejores prácticas de tenencia. Necesitamos sanciones severas contra el abandono, medida que está contemplada en la ley, aunque en la práctica resulta muy difícil de fiscalizar. Un punto crítico que se plantea es que los perros que se encuentran fuera de la propiedad debieran ser considerados como abandono. Y vamos a ver por qué: el mecanismo permanente de identificación. El microchip es crítico; sin él, no hay posibilidad de fiscalización. La fiscalización es fundamental y funciona como complemento a la educación, permitiendo la detección de animales, la identificación de conductas y la sanción a quienes incumplen, aunque sean pocos. Por otro lado, también abre una oportunidad importante para que los animales perdidos vuelvan a sus hogares, fomentando la responsabilidad del propietario. Además, necesitamos contar con mecanismos de apoyo en situaciones de vulnerabilidad social, en este caso vinculados con el tema del chip. Se discute, asimismo, el retiro de animales de espacios naturales y públicos; en este caso, es necesaria la captura, ya que, desde la perspectiva de la biodiversidad, no es aceptable la liberación nuevamente. Aun cuando el animal esté esterilizado, puede tener un impacto, y lo tiene. Respecto al destino final, hay temas que, creo, no generan tanta discusión y cuentan con un amplio consenso, como la adopción, y otros que son sujetos a debate público —como la eutanasia o la existencia de refugios—, lo cual marco en rojo, pues distintos actores tienen visiones distintas. En este contexto, el nuevo proyecto presenta algunos aspectos bastante positivos. El primero es el concepto del perro libre deambular. Hoy día, la legislación contempla algunas categorías de perros que no quedan cubiertas y, en este caso...
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Tiene que ver con el perro sin propietario, que no califica de perro comunitario, y también el perro silvestrado. Además, el término “libre deambular” es equivalente al término en inglés y conversa adecuadamente con lo que está establecido en la OIE, que es el equivalente a la Organización Mundial de la Salud Animal. También conversa con la literatura científica, en la cual los perros deben ser abordados como un problema y controlados de manera independiente de si tienen o no propietario. Entonces, esta definición amplia del perro libre deambular nos proporciona una herramienta práctica. Subcategorizarlos resulta poco práctico, ¿por qué? Porque la situación real que se presenta es la siguiente: en el cerro se observa a lo lejos un perro y, en esa situación, no contamos con una herramienta técnica para determinar si ese animal tiene dueño, si es asilvestrado o si es un perro comunitario. En este caso, era un perro con dueño, pero el concepto de libre deambular nos otorga herramientas. En segundo lugar, el tema de la consideración del abandono. Los distintos estudios realizados en Chile –y otros colegas– muestran que la gran mayoría de los perros que están en las calles tiene dueño. Según nuestras estimaciones en la Región de Los Ríos, la cifra se acerca al 80%, similar a la de Santiago; por lo tanto, una parte importante del problema se resuelve si los perros que tienen propietario permanecen en sus casas. Nos queda una fracción adicional, relacionada con los llamados perros comunitarios y otras figuras de animales que no mantienen una asociación firme con el ser humano; de hecho, el 80% de lo que se conoce como perro callejero se compone de perros con dueño, e incluso es más probable. Además, desde otra perspectiva, se evidencia que existe una fracción relativamente alta de hogares en el medio rural, que permite que sus perros deambulen libremente. Por lo tanto, es necesario poder abordar ese punto central del problema. Por último, la importancia crítica del chip. Sin chip, la fiscalización no es posible, siendo esta la situación real hoy día. El chip actúa además como un elemento disuasorio, ya que al permitir la identificación de los perros, asegura que las mascotas permanezcan dentro de los hogares, dado que puede aplicarse una multa. Esto abre la posibilidad de imponer sanciones, y, como se ha demostrado en Europa, facilita la localización y reunión de perros perdidos con sus familias. Los estudios muestran casi un 80% de éxito, lo cual es absolutamente favorable para la reunión de familias con sus mascotas, un tema de gran relevancia. Evidentemente, los distintos actores podrán coincidir en que se trata de un elemento muy fuerte, especialmente si se complementa con educación, pues se trata de una instancia positiva complementada por un elemento disuasorio fácil de fiscalizar. Por último, y en la última diapositiva, el proyecto de ley aborda diversos componentes críticos como la fiscalización, la educación y los mecanismos de apoyo, buscando dar mayor factibilidad social a las estrategias. Además, permite un abordaje real sobre un componente central: la tenencia responsable. Hoy día existe una ley de tenencia responsable que no ha sido efectiva y que necesita contar con herramientas potentes. Tipificar el hecho de tener al perro en la calle como abandono, combinado con mecanismos de fiscalización, revitaliza una ley que debe centrarse en la tenencia responsable, que es el corazón del problema. Obviamente, la educación es crucial y la fiscalización también; sin la adecuada combinación de ambas, se presentarán problemas. Y para terminar, desde la perspectiva del bienestar animal, se espera el bienestar de todos los animales. En ese bienestar, el de muchos animales silvestres, del ganado y de la pequeña agricultura depende de que los propietarios de las mascotas sean responsables de sus actos. Muchas gracias, don Eduardo. Vamos a escuchar a doña Francisca y luego se otorgará la palabra a los diputados y diputadas presentes en caso de consultas. Doña Francisca tiene la palabra. — Mi nombre es Francisca Astorga, soy médico veterinaria y vengo como miembro de Amebefas, la Asociación de Médicos Veterinarios de Fauna Silvestre. Como asociación, y como veterinarios de fauna silvestre, hemos estado trabajando en este tema por más de 15 años. Cabe destacar que la diapositiva que se muestra fue presentada en el año 2011. Llevamos harto tiempo abordando esta problemática.
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En el tema, de hecho, en 2019 estuvimos con Eduardo, asesorando y presentando algo parecido a lo que estamos presentando hoy y, como dijo uno de los diputados, hay distintas visiones de distintos grupos y, dentro de las mesas en las que hemos trabajado, pasa que en la mayoría estamos de acuerdo, hay convergencia y donde hay divergencia es en pequeños detalles, conceptos y dimensiones que este proyecto de ley no quiso abordar, porque queremos, como primer paso, enfocarnos en lo que es eficiente y en lo que nos permite avanzar. Tal como decía Eduardo, la cantidad de especies que son susceptibles, que han sido atacadas y con reporte, tanto de gatos como de perros, es muchas. Esto es solamente el número de especies en Chile. El perro no es muy eficiente como cazador, pero sí es capaz de atacar, molestar y causar disturbios en la ecología y en la conducta normal de nuestras especies nativas. Ahora, la mayoría de los esfuerzos que se han hecho, que son muy válidos en Chile, han sido enfocados en la esterilización y lo que se denomina control poblacional. Es decir, el objetivo de estos proyectos es disminuir la cantidad de perros que existen en cualquier circunstancia, o sea, que existan menos perros. Ahora, ¿cuánto es mucho? Generalmente se contabilizan los perros en relación a cuántos seres humanos por perro, y hay distintos estudios en Chile, pero básicamente, ¿cuánto podemos considerar como mucho? A ver, ¿se escucha bien? Se escucha bien, pero no estamos en la lámina. Ah, ya, por eso se ve ahí. ¿Se ve ahí? Se ve ya. ¿Ese mensaje es nuestro o es de doña Francisca? Ahí está perfecto. Disculpen. Bueno, no había ninguna diapositiva tan importante. Entonces, vemos acá cuántos perros son demasiados perros, y la verdad es que cuando se dice “demasiados” depende de dónde estén y lo que estén haciendo. En este caso, como podemos ver en estas imágenes, no son tantos perros, pero sí podemos apreciar que están causando un daño importante. Por lo tanto, más que la cantidad de perros, lo relevante es dónde están y de qué manera están manejados. La misma cantidad de perros, si están en una casa y manejados adecuadamente, no deberían representar un problema para la fauna silvestre, el ganado ni las personas. Por lo tanto, la pregunta es: ¿debemos controlar la población o controlar el daño que pueden generar estas poblaciones de perros o esos perros individuales? Dentro de la propuesta, y tal vez el corazón de la propuesta que estamos mandando, es que debemos tratar de controlar el daño, el cual básicamente se puede medir a través de un adecuado confinamiento. Ahí se ve bien, ¿cierto? Se ve bien, no hay problema. Sigamos entonces. Por lo tanto, ese es el mensaje central que queremos dejar, un mensaje bastante claro. La idea de matriz es modificar la ley de 2020 de tenencia responsable y, a diferencia de otros proyectos que circulan en este momento, centrarnos en controlar el ataque de animales, es decir, controlar el daño, e incluir tanto al ganado como a la fauna silvestre. El primer punto es la definición que hace la ley de perro comunitario. La ley actual, la ley Cholito, define perro comunitario y básicamente naturaliza este tipo de perro que tiene libre de ambular, que en la mayoría de los casos no tiene un tutor inscrito, es decir, no hay una persona que se pueda hacer responsable del daño que produce. Por lo tanto, dentro de la propuesta, tenemos que modificar este término por “perro en situación de libre deambular”. Permítanme un segundo, justamente tengo mis perros confinados y me están ladrando. Este concepto, este término, este cambio de definición, permite por un lado ahorrarnos toda la complicación que implica definir el tipo de perro.
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