Cámara de Diputados CEI 63, 64 Listas de espera

Cámara de Diputados - CEI 63, 64 Listas de espera - 24 de marzo de 2025

24 de marzo de 2025
22:30
Duración: 13h 2m

Contexto de la sesión

Sesión especial, a celebrarse en el Auditorio del Hospital Regional Dr. Leonardo Guzmán, Antofagasta, con el objeto de tratar materias propias de la investigación encomendada a la comisión. 1.-Director (s) del Hospital de Antofagasta, doctor Pedro 2.-Usedo López 3.-Director Hospital de Calama, doctor Pedro Bahamondes Yañez 4.-Director Servicio de Salud de Antofagasta, doctor Francisco Grisolia 5.-Presidente COLMED de Antofagasta, doctor Michel Marín Espinoza. 6.-Seremi Salud de Antofagasta, doctor Alberto Godoy Tordoya. 7.- Integrantes del Consejo consultivo del Hospital de Antofagasta, señora María Plaza. 8.-Jefe Servicio Traumatología, doctor Juan Péndola. 9.- Jefe Servicio Ginecoobstetra Doctor Francisco Bueno. 10.- Presidenta de FENTESS, señora Marta Ponce Parra. acompañada del Secretario, señor Danilo Gómez Castillo.

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Nos ponemos de pie, por favor, en nombre de Dios y la patria. Se abre la sesión número 13 de esta Comisión Especial Investigadora citada para hoy, lunes 24 de marzo, 15 minutos después de la sala. Antes de pasar a puntos varios y a la orden del día, le doy la palabra a la Secretaría para que haga lectura de la cuenta. Muchas gracias, Presidente. Se han recibido los siguientes documentos: 1. Correo electrónico del día 21 de marzo, por medio del cual se informa la asistencia de los invitados a esta sesión y se indica que, de manera telemática, se encontrará la señora Carolina Velasco, directora de estudios Ipsos de la Universidad San Sebastián. 2. Un oficio del Ministerio de Salud en respuesta al oficio enviado el 19 de enero de 2025, por el medio del cual se informa sobre la forma en que la Sociedad Concesionaria de Salud del Siglo XXI ha gestionado la operación del Hospital Regional de Antofagasta. 3. Un oficio del 12 de marzo del Ministerio de Salud, mediante el cual se informa sobre la existencia de una política pública de recontratación de médicos jubilados que se encuentran con disponibilidad de trabajo. 4. Un oficio del Ministerio de Salud por el cual se informa sobre antecedentes respecto de los resultados de los procesos de calificación de los directivos de cada servicio de salud del país y de los directores de los hospitales dependientes de éstos. Se adjuntan cuatro documentos en Excel correspondientes a glosas. 5. Un oficio del Ministerio de Salud por el cual se informa sobre la gestión de listas de espera correspondiente al último trimestre del año 2024. 6. Otro oficio del Ministerio de Salud por el cual se informa sobre la reducción presupuestaria dispuesta por el Decreto número 19 del Ministerio de Hacienda del 10 de enero de 2025. 7. Un oficio de la Subsecretaría de Redes Asistenciales que informa sobre la Ley de Presupuesto 2024 y envía informe relativo a la glosa número 6, letras A, B, C, D, I y J, correspondiente al cuarto trimestre. 8. Por último, un oficio del Ministerio de Salud por el cual se informa sobre las glosas de listas de espera, y al respecto se hace saber que el período comprendido entre 2008 y 2010, dada su data, no se encuentra disponible en la cartera ya que dicha documentación fue enviada al Archivo Nacional; los informes comprendidos en el periodo 2011-2024 se adjuntan en el documento. Eso es todo, Presidente. Muchas gracias. ¿Algún punto sobre la cuenta? Antes de dar la palabra a puntos varios, información de utilidad pública. Como todos saben, hemos sesionado el juez antepasado en Antofagasta. El jueves pasado realizamos la sesión en Coyhaique y para este jueves está citada la sesión en Arica, a solicitud del diputado Lee. Y, obviamente, la siguiente correspondiente a la semana distrital: ya tenemos autorización por parte de los comités para sesionar en la semana distrital en el Hospital de Temuco el día jueves. En segundo lugar, comentarles que, a propósito de las múltiples falencias detectadas en el Hospital de Antofagasta, ligada a la concesionaria del hospital, el director del Hospital, durante nuestra sesión en ese lugar, nos planteó que se habían suspendido en torno a 1800 cirugías por uno solo de los incidentes que ha tenido dicho hospital en estos ocho años desde que fue inaugurado. Se había acordado citar a la Ministra de Obras Públicas, al Director General de Concesiones y al Inspector Fiscal. Se había inicialmente citado para el día de mañana; sin embargo, nos contactaron…
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del Gabinete de la Ministra de Obras Públicas, donde nos plantearon sus dificultades para acudir el día de mañana, por lo cual reagendamos esa citación para el día 7 de abril, que es de vuelta de la semana distrital, y mañana contaremos con el presidente de la Asociación Gremial de Proveedores de Salud, a propósito de lo que ha sido de conocimiento público: el no pago por parte de los hospitales autogestionados a los proveedores, lo que está impactando significativamente en la resolución de listas de espera quirúrgica. Hicimos esa pequeña acomodación, tampoco para perder la sesión del martes en la mañana. Esto es informaciones generales, y ofrezco la palabra, diputado Lee. Gracias, presidente. Presidente, yo quisiera, primero que todo, agradecer a esta comisión que va a sesionar este jueves en Arica y expresar que en la comunidad estamos muy afectados con las listas de espera y los periodos excesivos de espera. Además, a propósito de la sesión en la ciudad de Antofagasta, quedó claro que el funcionamiento de la salud pública de Antofagasta es muy relevante para nosotros en Arica, ya que dependemos de varias prestaciones que se realizan allá, sobre todo en el ámbito oncológico, cardiovascular y de atención a niños quemados. A propósito de eso, presidente, yo quisiera oficiar, por intermedio suyo, a esta comisión a la Junta de Aeronáutica Civil, para que nos haga llegar cuáles son las gestiones que se han realizado para restablecer los vuelos interregionales, básicamente desde Arica a Antofagasta y de Antofagasta a Arica. Actualmente, los pacientes que viajan desde Arica a Antofagasta deben dirigirse primero a Santiago, esperar en Santiago y luego dirigirse a la ciudad de Antofagasta, sumando así casi 3.000 kilómetros en un trayecto, o sea, 6.000 kilómetros en total para una prestación de salud. Y quienes se desplazan por tierra recorren 800 kilómetros, considerando que nuestras carreteras no están en buen estado; se ha producido un derrumbe importante en la Ruta 5 Norte, y existen controles en horas de la madrugada que afectan a pacientes, por ejemplo, aquellos que están siendo sometidos a radioterapia. Señor Presidente, solicito a la Junta de Aeronáutica que nos informe sobre las gestiones realizadas en ese sentido. Muchas gracias. ¿Hay acuerdo? Perfecto. ¿Algún otro punto, Darío? Si no hay más palabras solicitadas, pasamos a la orden del día, cuyo primer punto es escuchar al señor Jorge Acosta, médico asesor de Ipsus de la Universidad de San Sebastián, acompañado por Claudia Fernanda Varela González y Romina Salas; a Fernando López, investigador del Instituto Respública; a Margarita Vial, del Programa Fiscal del Centro de Políticas Públicas de la Universidad de San Sebastián, quien intervendrá de manera telemática; y a Carolina Velasco, directora de estudios de Ipsus, en relación a la lista de espera. Tenemos, aparentemente, algunos conectados de forma telemática y otros presencialmente; los que están de manera presencial, por favor, procederán a pasar. Todas estas invitaciones fueron realizadas a solicitud del diputado Romero. Veo que Jorge Acosta, Margarita Vial y Carolina Velasco representan a Ipsus, y Fernando López, junto con Romina Salas, a Respública. Procederemos, siguiendo el orden, por Ipsus. Presidente, vamos a realizar una única presentación. Perfecto, entonces, sería mejor si pudieran compartir la presentación para ir observándola; ya se encuentra compartida y la vamos a proyectar enseguida. Tienen la palabra. Bueno, en primer lugar, presidente, agradecerle muchísimo por su intermedio a todos los diputados presentes hoy, por la invitación de esta comisión y, especialmente, agradecer al diputado Romero por la invitación. Lo que nosotros vamos a hacer hoy es entregar el estudio que es el segundo ranking de servicios de salud, elaborado en el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad de San Sebastián, en conjunto con el Programa de Bioética y Salud del Instituto Respública y con el Programa Fiscal del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad de San Sebastián. Se trata de un estudio conjunto que hemos realizado para evaluar cómo están avanzando en la gestión de listas de espera, tanto en las patologías incluidas en el GES como en aquellas que no lo están, tanto en consultas de nueva especialidad, como...
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Intervenciones quirúrgicas, para que la ciudadanía, los parlamentarios, los directores de servicios de hospital y, por supuesto, también el Ejecutivo, puedan hacer un seguimiento mucho más directo de esta situación de la lista de espera, con una mayor profundización que la que se puede obtener luego de la entrega periódica de datos que se entregan en las Glosas 6 de forma trimestral. Como ustedes saben, diputados, por intermedio del presidente, cada tres meses se informa el estado o situación de las listas de espera. Habitualmente, en los medios de comunicación, lo primero que se sabe es la cantidad de casos o de personas en lista de espera. Según la última, con corte en diciembre, son 3,1 millones de casos. Lo otro que se conoce y que siempre llama la atención es que se reportan 2,6 millones de casos en consulta de especialidad, 390.000 casos en espera por intervenciones quirúrgicas, 45.000 casos de pacientes fallecidos en atenciones no GES y 33.000 personas fallecidas en los casos no GES. Pocas veces se hace un doble clic en la condición particular de los servicios de salud, de aquellos que comparten la misma región, y en cuál de todas esas áreas se encuentran los mayores dolores o los mayores aciertos. Por ello, decidimos elaborar un ranking de servicios de salud que ha tenido bastante impacto, publicado en El Mercurio y en Televisión Nacional, e incluso con portadas en varios diarios regionales que se hacen cargo de aquellos servicios que han obtenido los mejores y los peores resultados. Nosotros lo que hacemos es tomar los datos públicos: por una parte, los datos que entrega la subserie de la Glosa 6; pero también se agregan los datos que entrega FONASA, por ejemplo, sobre la cantidad de beneficiarios que hay en cada uno de los servicios, así como los datos públicos de la DIPRES, que mensualmente informa la ejecución de los gastos de cada uno de los servicios de salud. Con esas tres consideraciones, cruzamos los datos de las patologías GES y no GES de la siguiente manera. Avanzamos un poco hacia el esquema del cálculo, considerando que son unidades distintas: una es la unidad de tiempo, es decir, el promedio de días de espera, y otra es la cantidad de personas en espera. Normalizamos esos valores para generar un índice de cada uno de ellos y los ponderamos de la siguiente manera, según lo que se puede ver en esta diapositiva. Se dividen básicamente en dos mitades: el índice que se obtiene del GES y el índice que se obtiene de las patologías no GES. Dentro del GES, el número de casos con retraso y el promedio de días de retraso se ponderan en un 50%, y dentro de las condiciones no GES se incluyen las consultas nuevas de especialidad y las intervenciones quirúrgicas, donde también se ponderan en igual medida el promedio de días de espera y el número de casos en espera. Como sabemos, en el caso de las patologías no GES, no podemos hablar de retrasos, pues no existe un estándar de garantía de oportunidad como en el GES, donde sabemos que debe cumplirse en cierto periodo de tiempo; solamente se puede registrar cuánto tiempo llevan en espera. Si observamos los resultados, que se muestran en la siguiente diapositiva, podemos hacer un orden de todos y cada uno de los servicios de salud, del 1 al 29, obteniendo resultados bastante interesantes. Uno de ellos es que, por ejemplo, Arica presenta consistentemente –midióndose los cortes a septiembre de los años 2022, 2023 y 2024– los mejores resultados en el índice. Acabo de escuchar que ustedes van a estar en Arica, por lo que resulta interesante preguntarse por qué Arica es de los que presenta los mejores resultados, al menos en el índice construido para las patologías GES y no GES. Asimismo, hay algunos servicios que han mejorado de manera notable, como por ejemplo Aconcagua, que en los últimos tres años ha aumentado 21 puestos en el ranking, mejorando sistemáticamente. Pero también existen casos que lo han hecho muy mal, como el Servicio Metropolitano Norte, que ha disminuido 11 puestos en el mismo periodo. Ahí está el detalle de cada uno de los servicios que pueden analizar: los colores indican, básicamente, que los que lo hacen mejor están en verde; los que se encuentran en la mediana de la tabla, en amarillo y naranjo; y aquellos que presentan peores resultados, en rojo. En la tabla de la izquierda se observa esta clasificación, mientras que en la tabla de la derecha se muestra cómo varían año a año. Por ejemplo, Valparaíso San Antonio, que a corte 2024 ocupa el lugar 24, se mantuvo del 22 al 23 y, del 23 al 24, mejoró tres puestos; por lo tanto, en tres años en total mejoró tres puestos. Ahora, uno podría hacer un análisis más profundo de estos datos y preguntarse: ¿por qué sucede esto?
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Que Aconcagua, por ejemplo, mejoró 21 puestos. Bueno, y ahí es básicamente porque, ajustado por el total de beneficiarios, fue capaz de bajar en más de 1.350 casos por beneficiario la cantidad de personas atendidas en el GES. Y no solo eso, sino que también redujo en más de un mes, en 33 días, el promedio de espera de consultas nuevas de especialidad. Y si tomamos algunos servicios que no lo han hecho tan bien, usted, por ejemplo, comentaba el caso de Antofagasta. Antofagasta bajó nueve puestos en el ranking, principalmente porque aumentó en 950 casos adicionales, ajustado por beneficiario, la cantidad de personas que están esperando por atención del GES —con un promedio de 23, casi 24 días adicionales—. Además, empeoró su situación en las consultas de especialidad: fueron más de 30.000 casos, ajustados por beneficiario, y aumentó, en consulta de especialidad, el promedio de días de espera en casi tres meses (85 días). Por lo tanto, eso explica también los malos resultados de Antofagasta. Así, uno puede ir comparando la situación de cada uno de los servicios de salud. Iquique, por ejemplo, está ubicado en el ranking 2024 en el puesto número 17, bajando 11 puestos si uno compara el periodo 2022–2024. En el caso de Iquique, se obtuvieron de los peores resultados en el GES, pues aumentó más de 1.900 casos —casi 2.000 casos— ajustados por beneficiario. Además, si bien mejoró en los tiempos de espera de intervenciones quirúrgicas, reduciéndolo en 38 días, todos los servicios mejoraron, y Iquique fue de los que menos mejoró en esa categoría. Y eso es lo que uno puede ver con estos datos. Si uno se detiene en Iquique, por ejemplo, y en la siguiente se muestra el análisis por cada uno de los índices, este está en orden geográfico, de modo que Iquique aparece en segundo lugar. Se puede ver que, en Iquique, se podría decir que está en la mediana de la tabla en el índice GES, y también mejora un poquito en las consultas nuevas de especialidad. Lo que destaca en Iquique es el total de casos de intervenciones quirúrgicas: ajustando sus casos por número de beneficiarios, tiene menos personas esperando por intervenciones quirúrgicas, aunque el promedio de espera es bastante regular. Está en la mediana de la tabla, con un índice de 0,47 (siendo 1 el mejor y 0 el peor), lo que finalmente le asigna un índice de 0,54. Osorno es un servicio de salud que lo está haciendo muy bien, por ejemplo, en los casos del GES. De hecho, junto con Arica, tiene la menor cantidad de casos GES, lo que se traduce en un buen resultado en el promedio de días de espera. Sin embargo, Osorno lo hace muy mal en el área de intervenciones quirúrgicas, ya que presenta una gran cantidad de personas, ajustado por beneficiario, en espera por intervenciones quirúrgicas, situación en la que también se comporta de manera regular en cuanto al tiempo de espera. En el caso de las consultas de especialidad, Osorno se desempeña bien en los tiempos de espera, es decir, se demora poco en que lo atienda un especialista, situándose además en la mediana de la tabla. Esto hace que Osorno termine con un índice relativamente positivo y, de hecho, después se lo comparará con los de la región de los Lagos, en donde está entre los mejores. Una de las cosas a tener en cuenta es que los datos no solo se ajustan por cantidad de beneficiarios, sino que, en algunos casos, no están ajustados por edad. Un punto muy importante que me hace ver Margarita Vial, del Centro de Políticas Públicas de la Universidad de San Sebastián, es que todos estos datos —y es muy interesante— son relativos. ¿Qué significa esto? Que se comparan dentro del mismo curso. Para explicarlo de manera sencilla: si tengo un curso en el que todos son Mateo, voy a ordenarlos dentro de ese grupo. Si tengo un curso que es más remolón, también voy a tener tanto los mejores como los peores dentro de ese grupo. No se tiene un estudiante ideal ni un servicio ideal; no se está comparando aquí con un servicio óptimo que lo esté haciendo bien, sino solo dentro de sus propios parámetros. Esto es, considerando que hay ciertas bases de ineficiencia en todos los servicios, como por ejemplo en la utilización de pabellones. En otros estudios del Ipsos se ha demostrado que, de todo el tiempo en que se pueden utilizar los pabellones, cerca del 55 % se usan efectivamente; es decir, hay casi un 45 % (casi un 50 %) del tiempo en que los pabellones no se usan. Esto equivale, aproximadamente, entre 400 y 450 mil cirugías adicionales. Uno podría decir: “Bueno, si yo usara todo el tiempo, podría operar 450 mil cirugías adicionales”, y ya sabemos que hay 390 mil cirugías que están en…
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Espera, uno podría decir que si usara todo el tiempo, en noviembre debería resolver la lista de espera. Entonces, esto no es que, por ejemplo, Arica aparezca bien evaluada y por ello sea necesariamente un servicio modelo, sino que, comparada con el resto, es la que mejor lo hace. Pero, obviamente, hacia adelante uno de los desafíos que tenemos en los estudios que estamos realizando en el Ipsos y en el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad de San Sebastián es poder avanzar hacia ese servicio modelo. Ya les voy a contar, adelante, qué otros elementos estamos utilizando para construir dicho servicio modelo. Lo que pueden ver aquí es la distribución geográfica de los servicios de salud. No sé si lo puedo pedir a Agüita, presidente. Gracias. Hemos encontrado cosas bastante interesantes que no nos esperábamos. Por ejemplo, si usted mira de Aconcagua hacia el norte, en general los servicios de salud tienen buenos resultados; están en verde. El único que ha ido esperando un poquito fue el Quique –como me preguntaba el diputado– y también un poquito Antofagasta. Pero en general, de Aconcagua hacia arriba, lo hacen bien. Aquí, en la Quinta Región… en realidad, los resultados, sobre todo en la Quinta Costa, son más bien malos; peor el caso de Valparaíso-San Antonio de manera consistente. En la Metropolitana –muchas gracias– vemos que, habitualmente, los resultados también son sorprendentemente buenos. Uno pensaría que podrían no ser tan favorables, salvo la situación del Metropolitano Norte. De hecho, en la primera versión del ranking, el peor lugar lo obtuvo el Servicio Metropolitano Norte; hoy día se ubica en el segundo peor lugar. También llama la atención que, en el último año –comparando 2023 con 2024– el caso del Metropolitano Central bajó significativamente. En el centro y centro-sur, en realidad, se encuentran en la medianía de la tabla, destacando la situación de Maule, Ñuble y Talcahuano, que han mejorado significativamente; y en el sur, la mayoría presentan resultados malos o de medianía, exceptuando, cierto, Araucanía Norte y Osorno. Aquí me quiero detener un segundo, porque, como veremos más adelante, evidentemente hay que hacer un doble clic en la Araucanía. Si uno mira los resultados de Araucanía Norte, consistentemente están con buenos índices, con un valor de 0.68, mientras que Araucanía Sur, a pesar de ser la misma región, presenta un índice de 0.36. Y después veremos que la diferencia de presupuesto no supera el 15% entre Araucanía Norte y Araucanía Sur, pero los resultados son bastante distintos. Y, como lo comentábamos antes y nos preguntaba, intermedio, el Presidente, la diputada... (caso nullado), efectivamente, el caso de Osorno es positivo, al menos en este corte a septiembre. Hasta acá habíamos realizado el análisis de la glosa 6 de los resultados de lista de espera del Ministerio de Salud. Sin embargo, dentro de los análisis internos que efectuamos en el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad de San Sebastián y en el Instituto República, llegamos a la conclusión de que podíamos agregar más información, ya que no es solamente cómo atiende un servicio a sus pacientes en lista de espera, sino que también hay que cruzarlo con los gastos y los recursos que utiliza para ello. Por eso decidimos incluir los datos que entregaba la DIPRES en los tres subtítulos más importantes: Subtítulo 21, que corresponde al gasto en personal; Subtítulo 22, que corresponde al gasto en servicios, bienes de consumo, medicamentos, sueros y todas las cosas que se compran para que el hospital opere; y, finalmente, el Subtítulo 24, que agrupa, principalmente, las transferencias a Atención Primaria, relevantes en algunos servicios, como en el caso de Aysén, porque efectivamente toda la atención primaria se realiza a través del servicio y no a través de las municipalidades. Esto nos dio como resultado más información para evaluar el desempeño de los servicios, no solamente desde el punto de vista de los índices de atención de pacientes, sino también en cuanto a cuánto gastan para ello. Para poder entenderlo, lo ordenamos de la siguiente manera: hicimos un cuadro donde, por ejemplo, a septiembre de 2024, se reflejan los dos cruces. En el eje X, el horizontal, se sitúa el ranking, donde a la izquierda se ubican aquellos servicios que están mejor evaluados y a la derecha, aquellos que tienen peor evaluación –es decir, se acercan al número 29, último de los servicios. En el eje Y, el vertical, se refleja el gasto, donde hacia arriba hay un alto gasto y hacia abajo, un bajo gasto, de nuevo de forma relativa. En definitiva, al comparar los servicios de salud, no se determina la existencia de un servicio óptimo; por ello, en el cuadrante inferior izquierdo se ubican aquellos servicios que gastan relativamente menos y obtienen mejores resultados, mientras que en el cuadrante superior derecho se sitúan los servicios que gastan más y tienen peores resultados. Esto resulta bastante interesante, ya que se observa de manera consistente que existen servicios de salud, como el Servicio Metropolitano Sur, por ejemplo.
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Que es un servicio que está siempre dentro de los primeros 10 y que se encuentra además entre los que gasta menos. Vemos, por el contrario, otros servicios que se ubican en zonas aisladas, como Magallanes y Aysén, los cuales están entre los que gastan más y tienen peores resultados. Ahora, alguien podría decir: “Bueno, pero qué interesante compararlo, por ejemplo, con Arica, pues Arica, que también es un servicio pequeño ubicado en una zona extrema, se encuentra entre los que gastan menos y tiene mejores resultados”. Podrían existir explicaciones relativas a que algunos pacientes se trasladen al sur del Perú para atenderse allá, pero también se podría comentar que algún paciente del sur tendría la posibilidad de trasladarse a Argentina; en cambio, la Antártida resulta algo más compleja en cuanto a la cartera de atención. Son preguntas que se pueden formular al analizar los datos —insisto, esos datos están disponibles, llegan a la Comisión de Salud trimestralmente y se publican en la página web—; datos que, desde estos centros universitarios y de pensamiento, hemos querido cruzar para hacernos preguntas, para dirigir cuestionamientos a los directores de servicios, a los directores de hospital y, por supuesto, a la Subsecretaría de Redes, a fin de entregar herramientas a los parlamentarios que les permitan exigir mejores resultados a cada uno de los servicios de salud que corresponden a los pacientes de las regiones que cada uno representa. Si vamos a la siguiente parte, aquí decidimos hacer otro ejercicio tomando el mismo gráfico anterior, el cual resulta interesante porque, por ejemplo, podemos establecer bandas de gasto. En el gráfico de la izquierda definimos bandas de gasto baja, media y alta, representadas en color rosado. La banda inferior corresponde a un gasto bajo, en la que, por ejemplo, se encuentra el Servicio Metropolitano Sur. Este servicio gasta aproximadamente lo mismo que el Servicio Higgins o el Metropolitano Norte, pero se posiciona 10 puestos más adelante en cuanto a la eficiencia en la atención de pacientes en lista de espera. Evidentemente, lo que uno tiene que preguntar —todos los servicios tienen sus particularidades, y usted, que conoce mejor que nadie las de su región, lo sabe— es: ¿por qué un servicio que, en apariencia, no difiere mucho de lo que ocurre en el Metropolitano Norte, a 100 kilómetros más hacia el sur, presenta resultados radicalmente distintos? ¿Por qué el Metropolitano Sur lo está haciendo tan bien mientras que el Metropolitano Norte lo hace tan mal, gastando ambos aproximadamente lo mismo? En una banda de gasto intermedia se pueden comparar, por ejemplo, Concagua, Ñuble y Valparaíso San Antonio. Gastan aproximadamente lo mismo, pero, estando en la misma región, Concagua lo hace muchísimo mejor y presenta resultados radicalmente distintos. Y en la banda alta de gasto observamos que, por ejemplo, Osorno —como ya se había comentado— muestra buenos resultados, mientras que Reloncaví, que gasta casi lo mismo y se corresponde con Puerto Montt, figura en el último lugar en este corte de septiembre. Concepción, asimismo, muestra resultados considerablemente peores de lo que cabría esperar, aunque aún mejores que los de Araucanía Sur. En el gráfico situado al lado, si realizamos un corte vertical, comparamos servicios que tienen, en términos de atención de pacientes en lista de espera, prácticamente el mismo resultado, pero con gastos muy distintos. Por ejemplo, el Metropolitano Sur exhibe un resultado similar al de Talcahuano, pero gasta 300.000 pesos por beneficiario menos; es decir, Talcahuano gasta prácticamente un 75% más, a pesar de lograr el mismo resultado. Talcahuano podría argumentar que se siente orgulloso por ser el mejor servicio del Bío-Bío, pero, en realidad, está gastando considerablemente más que otro servicio con el mismo resultado, como es el caso del Metropolitano Sur, que también se encuentra en una región grande, densamente poblada y con numerosos servicios. De manera similar, se pueden comparar otras situaciones. Por ejemplo, Viña del Mar presenta un resultado similar al del Metropolitano Central, Iquique, Arauco y Magallanes, pero gasta varias veces menos, prácticamente la mitad de lo que gasta Magallanes. Y, dentro de los servicios con resultados más bajos, también se observa una disparidad en el gasto: Higgins tiene un desempeño similar al de Araucanía Sur, pero gasta prácticamente la mitad de lo que gasta este último. Asimismo, se puede realizar un análisis de cómo se mueven los servicios en general.
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Por ejemplo, el servicio modelo de lo que no hay que hacer: el caso de Iquique, sobre el que conversábamos. Iquique, si comparamos el resultado a septiembre de 2023 con septiembre de 2024, no solo empeoró en el ranking, sino que además gastó más. Fue en la dirección absolutamente contraria a lo que queríamos hacer. No hacía Aconcagua, que gastó más o menos lo mismo pero mejoró significativamente. Talcahuano, que habíamos dicho que había mejorado, lo hizo a costa de un mayor gasto; es decir, mejoró, pero gastó mucho más. Lo mismo ocurrió con el caso de Valdivia, que mejoró, pero gastó mucho más. Además, hubo un servicio que se mantuvo con el mismo gasto y, sin embargo, disminuyó significativamente en su desempeño: el Metropolitano Central, que bajó prácticamente 10 puntos en el ranking y, a la par, gastó más. Y, por último, el gráfico final que les traigo –para no sobrecargar con gráficos– plantea una pregunta que también nos hicimos desde el punto de vista de la evaluación del estudio: ¿esto no tendrá que ver con el tamaño de los servicios? ¿No será que, al construir el índice, aquellos servicios más grandes logran eficiencia mientras que los más pequeños muestran ineficiencia –como una profecía autocumplida, en la que a los grandes les va mejor y a los chicos peor? La verdad es que prácticamente no hay correlación (0.1) que indique que el tamaño de los servicios explique su posición en el ranking. Es decir, tenemos servicios pequeños que lo hacen bien y que lo hacen mal, y servicios grandes que también tienen buenos y malos resultados; por tanto, otras razones, distintas al tamaño, son las que explican su posición. A continuación, una breve recapitulación por regiones, que resulta bastante interesante, ya que en Chile existen algunas regiones con más de un servicio de salud. Por ejemplo, en Valparaíso, el servicio Aconcagua lo hace bastante bien y se ubica en la medianía de la tabla de gastos, mientras que Viña del Mar lo hace menos bien, pero se encuentra entre los que gastan menos. En el caso de San Antonio, sigue siendo el peor de la región y, además, es el que más gasta de todos los servicios de la zona. En la Región Metropolitana, como ya lo habíamos comentado, el peor resultado corresponde al Metropolitano Norte, seguido del Metropolitano Central. Aquí se encuentra el caso del Metropolitano Oriente, que es muy relevante. Se podría decir: “El Metropolitano Oriente es de los servicios que mejor lo hace, pero, al mismo tiempo, es el que más gasta”. De allí surge la pregunta: si tenemos que distribuir recursos dentro del presupuesto de salud –recordando que, a futuro, tendremos dificultades para contar con un periodo expansivo de recursos debido a la situación económica–, ¿cómo se transfieren recursos en la misma región cuando un servicio tiene buenos resultados pero es ineficiente en el gasto, pues gasta un 50% más? Por ejemplo, el Metropolitano Norte gasta del orden de 411.000 pesos por beneficiario (según corte de septiembre de 2023), mientras que el Metropolitano Oriente gasta un 50% más, lo que representa una ineficiencia significativa. Después, en el caso del Biobío, nuevamente vemos que Talcahuano tiene muy buenos resultados, aunque gasta 707.000 pesos por beneficiario (con corte a septiembre). El Biobío podría, en teoría, argumentar: “Tengo malos resultados, pero si contara con recursos proporcionales a los de Talcahuano, podría obtener un resultado superior”. En la media de la tabla se ubican Arauco y Concepción. El caso de la Araucanía, tal como lo conversamos, es bastante dramático: aunque Araucanía Norte gasta aproximadamente un 15% más, registra el doble del resultado positivo. Por lo tanto, es crucial analizar en detalle lo que ocurre en Araucanía Sur y en Temuco. En el caso de Los Lagos, se observa un muy buen resultado en Osorno, pero es importante notar que el gasto por beneficiario en Osorno está muy por encima del promedio. El peor caso es Chiloé, que tiene un gasto muy alto, y el peor resultado se registra en Ralloncabique, de hecho, el servicio número 29. Más adelante se exponen conclusiones similares, detalladas en cada una de las diapositivas siguientes. Antes de abrir el espacio a las preguntas y pasar a las propuestas, quiero detenerme en un par de aspectos más. Nosotros creemos que son muchas las medidas que se pueden implementar para mejorar esta situación. Sin duda, el ranking es una situación inicial, pero es posible incorporar más información. Sería ideal que el Ministerio proporcionara información adicional para contar con un panorama más completo: por ejemplo, el número de especialistas que reporta en cada trimestre, el número de camas, y los pabellones que están habilitados, y no solo datos finales anuales. También es importante contar con mayores detalles de la lista de espera: no solamente la especialidad, sino también el diagnóstico, las cirugías que están en espera, todo ello desglosado por servicio de salud. Se requiere, asimismo, una entrega estandarizada de los datos, algo que ya está pedido según la Ley de Presupuesto, aunque hasta la fecha aún no se cumple, situación que es fundamental solucionar.
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la ley del GES. Este año vamos a cumplir 20 años de la ley del GES. En 2005 se promulgó y estamos en 2025. En el compromiso, en el artículo 3º de la ley 19.966, que es la ley del GES, se establece que no solamente las patologías GES van a tener un tiempo designado y estandarizado para la atención de los pacientes, sino que también el Ministerio de Salud tiene la obligación de establecer los tiempos máximos de atención para las patologías que no están en el GES. Lamentablemente, a pesar de todos los gobiernos de distintos signos que han pasado, no se ha avanzado en establecer tiempos máximos de espera para las atenciones no GES. En el caso de la ley de presupuesto, es lamentable que, a pesar de que está en el artículo 33 de la ley de presupuesto de cada año –particularmente en el año 2024 para 2025–, se entregue la información de forma telemática y no como hoy se hace, con una fotocopia de un documento de las subterritoriales asistenciales, lo que obstaculiza el análisis de los datos. La mayor parte del tiempo invertido en el estudio ha sido traspasar los datos de la fotocopia a una planilla Excel, que es lo que, por ley, debería gestionarse por vía software. Algunas de las propuestas que hacemos para avanzar significativamente incluyen la necesidad de separar el rol político que pueda tener lo referido a las subterritoriales asistenciales y avanzar hacia una dirección nacional de servicios de salud. Reducir el número de servicios de salud resulta fundamental, ya que no se justifica que un país como Chile, con alrededor de 20 millones de habitantes, tenga 29 servicios de salud. Hay que pensar en servicios de salud organizados en macrozona, con una administración al estilo de empresa pública independiente del político de turno, con evaluación de desempeño de alta dirección pública, de manera que el hecho de que un servicio lo esté haciendo mal no recaiga sobre el Ministro de Salud, sino sobre el órgano técnico adecuado. También se puede avanzar hacia la modificación de FONASA. Ustedes lo saben mejor que yo: frente a la presentación del Ejecutivo de un proyecto de ley de FONASA para fortalecer a esta institución, se ha generado un acuerdo transversal en distintos sectores políticos para que FONASA asuma un rol como seguro público y no solamente como caja pagadora. Que pueda administrar sus carteras, derivar a los pacientes que exceden los tiempos de espera establecidos desde el punto de vista ministerial y tener las atribuciones necesarias para resolver el problema de los pacientes, ya que, en definitiva, los recursos son de los pacientes, de los enfermos, y deben llegar a ellos y no quedar atrapados en una etapa burocrática que, finalmente, impide, por ejemplo, utilizar los pabellones que ya están disponibles. Sin necesidad de construir un solo pabellón más o un solo hospital más, podríamos resolver en menos de un año la lista de espera de aquellos pacientes que, en promedio, esperan por una cirugía durante un año y medio. Por último, es importante considerar iniciativas que nos permitan salir de la lógica de la caja, tal como se hizo durante la pandemia. Cuando se integraron lo mejor del sistema estatal y lo mejor del sistema privado para enfrentar una pandemia mundial, ningún chileno que necesitara un ventilador mecánico se quedó desatendido. ¿Por qué no avanzar en lo mismo y robustecer una colaboración público-privada? Se pueden implementar modelos novedosos, como el que se hace en Alemania, donde los hospitales, aun siendo estatales, pueden ser administrados en concesión completa a una universidad, a un grupo de médicos y enfermeros o a una corporación, permitiendo así un modelo distinto con los incentivos adecuados para resolver eficientemente los problemas de las personas. Pueden involucrarse instituciones sin fines de lucro, entre otras alternativas, pero lo fundamental es poner siempre el foco en los pacientes, de manera que los hospitales, con los recursos que ya tienen, puedan dar respuesta efectiva a las necesidades. Cabe destacar que, en estos 100 años que tiene el Ministerio de Salud, nunca antes habíamos contado con un presupuesto tan grande como el que tenemos este año: son más de 16 billones de pesos, es decir, 16 millones de millones de pesos. En FONASA, además, nunca habíamos atendido a tantas personas, con 16 millones inscritos; lo que equivale a cerca de un millón de pesos al año por cada persona. Esto representa, sin duda, una importante asignación de recursos, considerando que uno de cada seis pesos que gasta el Estado se destina a salud. Por ello, los chilenos, especialmente los más enfermos, no merecen estar en listas de espera durante tanto tiempo.
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De alguna manera, estudios como el ranking que permiten visibilizar a quienes lo están haciendo bien y a quienes lo están haciendo peor de manera relativa nos permiten avanzar hacia hacer un doble clic y decir de qué manera copiamos lo que se está haciendo bien, mejoramos lo que se está haciendo mal y, además, incorporamos propuestas que se han formulado en múltiples instancias y que sin duda servirán para resolver el mayor drama que todos los sectores reconocen hoy día: el de las listas de espera. Agradecemos muchísimo por el tiempo, por la paciencia con todos los gráficos y, por supuesto, por el interés, y estamos abiertos a responder todas las preguntas que nos quieran hacer. ¿Alguna de las personas que lo acompaña o está todo dicho? Ustedes se han acercado a la palabra; yo creo que nos vamos a dividir según las preguntas, señor Presidente. Diputado Romero: Gracias, Presidente. Saludo a los invitados y a los integrantes de la Comisión. Quería preguntarle al doctor Acosta: ¿por qué no tienen los estudios o por qué no se dispone de un informe actualizado a diciembre del año pasado? ¿Cuál es la razón? Porque a septiembre faltó información. Diputado Palma, con el micrófono, por favor. Diputado Palma: Bueno, agradezco la exposición; la mirada es muy interesante. Quería preguntarle sobre las unidades de medición de esta gráfica, que me parecen muy importantes, ya que aquí prácticamente no se establece la relación entre las dos variables y no se indica la unidad de medición. Le quería preguntar, por favor. Gracias. Diputado Anullado: Presidente, solamente quiero valorar el informe que se entrega, pues estos rankings permiten que la Comisión los incorpore en los análisis que nos corresponden. Valoro enormemente el inmenso trabajo que se realizó. Sin embargo, tengo una inquietud: en la lista de espera, generalmente todas las exposiciones se han basado en ciertos parámetros, pero no conozco la depuración que se realice respecto a las personas que están a la espera de ser derivadas a una especialidad. ¿Cómo se distingue lo que resulta más urgente para aquellos que sufren un intenso dolor? Por ejemplo, existe una cantidad de cirugías que deberían llevarse a cabo en el área de traumatología, donde las personas están esperando con mucho dolor y sin respuesta. Además, observo que, según el ranking, el hospital de Osorno registra un elevado número de pacientes en espera, entre ellos personas con cáncer, mujeres y otros que requieren intervenciones como cirugías de cadera, entre otras. ¿No sería posible establecer en el ranking cuáles deberían ser las prioridades? Por otro lado, algunas especialidades requieren atención inmediata, por lo que debiera existir un orden de prioridades. Lo que planteaba el director de OZON es: ¿por qué no se cuenta con un ranking de prioridades? No se trata únicamente de registrar la fecha en que la persona fue atendida —dato que figura en los antecedentes clínicos de cada hospital—, sino de poder discernir, en el momento de la atención, la urgencia que demanda cada caso. Por ejemplo, si el especialista al recibir a un paciente identifica una situación grave, ¿no se podría asignar una categoría de urgencia, como el grado 1 o el grado 2? De este modo se daría prioridad a aquellos casos con patologías graves. Con ello concluyo señalando que existe una terrible insuficiencia en el sistema actual.
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