El día de hoy, muy buenas tardes a todas, a todos. Secretario, si hay cuenta, por favor. Sí, presidente, se han recibido los siguientes documentos.
En primer lugar, un reemplazo: el diputado Juan José Fuenzalida Cobo reemplazará al diputado Felipe Donoso Castro; y un segundo reemplazo, la diputada Flor Weisse reemplazará al diputado Gastón Von Bührenbrock. Esa es la cuenta, presidente.
Muy bien. Sobre la cuenta, en varios, nada. Muy bien.
Vamos a ir entonces al orden del día con el objeto de tratar la siguiente tabla:
En primer lugar, recibir a las autoridades del BancoEstado y a la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), con el objeto de tratar la materia de facility de hidrógeno verde en Chile, para apoyar un proyecto de desarrollo económico verde, resiliente e inclusivo de mil millones de dólares en particular, para conocer información sobre las proyecciones y el estado actual de la ejecución de estos proyectos.
Recursos que constituyen un préstamo del Banco Mundial al Estado de Chile. Esto fue, además, solicitado por mi colega acá, el diputado Sáez. Esto estaba pendiente, por lo tanto vamos a tener dos presentaciones. Por un lado, está la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), con el vicepresidente ejecutivo, don José Miguel Benavente Hormazábal, que está aquí presente; y, telemáticamente, el Banco Estado. Me llamaron temprano en la mañana, haciendo ver que era absolutamente imposible para el presidente estar acá presencialmente. Volvieron a solicitarnos que esto fuera telemáticamente. Ojalá hoy estén en mejores condiciones las comunicaciones que la semana pasada.
Entonces, vamos a hacer lo que hemos hecho anteriormente: primero con los que están conectados telemáticamente, y luego, usted acá hace de manera presencial la presentación.
A nombre del Banco Estado, su presidente, don Daniel Hojman Trujillo, quien está conectado telemáticamente. Le escuchamos.
Buenas tardes.
Buenas tardes, presidente, y por su intermedio al resto de la comisión. No sé si, tal vez, esto lo dejamos a su criterio, pero la verdad es que esta es una política pública que lleva implementándose desde hace un tiempo, y el banco entró recientemente. Tal vez podría ser más adecuado que CORFO, y después nosotros presentamos. Nos parece muy atendible su solicitud.
Entonces, vamos a escuchar efectivamente al vicepresidente ejecutivo de CORFO, don José Miguel Benavente Hormazábal, y luego la participación del Banco Estado.
Muchas gracias, presidente, por la invitación y por su intermedio al resto de los miembros del comité. Ahí hay una presentación.
Quisiera volver atrás un poco para contar el contexto de por qué estamos haciendo esta propuesta, que forma parte de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde. Esta es una estrategia que tiene un largo alcance, que fue desarrollada por lo menos hace ocho años, y en los últimos años de la administración de la presidenta Bachelet, fuertemente durante la administración del presidente Piñera, nosotros la hemos considerado en la misma estrategia hacia adelante, incorporando varias dimensiones. Una de ellas tiene que ver con los temas de financiamiento.
Entonces, lo primero: ¿por qué el hidrógeno verde? Obviamente estamos en una situación de crisis climática global, y la transición energética, junto con la descarbonización, son elementos centrales de esta etapa. Además, Chile ha asumido compromisos tremendamente importantes, tanto nacionales como internacionales, a través de la participación, entre otras instituciones, en la COP25, la COP26 e incluso en la COP que se realizó acá, de la cual fuimos coejecutores. Actualmente, tenemos un compromiso de carbononeutralidad para el 2050, lo que implica un sinnúmero de desafíos desde el punto de vista productivo, regulatorio, entre otros.
Junto con ello, en el año 2020 y en el año 2024 se aprobó la Ley Marco del Cambio Climático, la cual, imagino, ustedes conocen con detalle y que establece, entre otras cosas, la meta de carbononeutralidad y la resiliencia para el 2050.
En ese contexto se desarrolla esta estrategia de hidrógeno verde, que esta Administración considera como una estrategia de Estado, no exclusiva de esta administración, sino una estrategia de hidrógeno verde de Chile.
Como pueden ver, es solamente un recuento histórico: desde el año 2017 se comenzaron a realizar los primeros estudios y la elaboración de lo que llamamos la hoja de ruta del desarrollo del hidrógeno verde en CORFO; y, posteriormente, en el año 2020 se lanzó formalmente, durante la administración del presidente Piñera, la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, liderada en ese entonces por el ministro Llobet, ministro de Energía. Esta estrategia, de gran ambición, es muy cuantitativa y contiene un conjunto de metas de producción tanto de energía verde como de subproductos, tales como hidrógeno, amoníaco y otros productos.
En ese contexto surge la demanda, ya que la estrategia tiene muchos pilares: formación de competencias, capital humano, temas de infraestructura y aspectos regulatorios, además de la certificación, que es un tema muy importante, y por supuesto, los desafíos relacionados con el financiamiento. Porque, si bien el hidrógeno como material se conoce desde hace muchos años como un punto productivo, lo verde es lo novedoso. Y donde Chile tiene dos grandes ventajas comparativas: la primera, que el costo marginal de producción de energía para producir hidrógeno verde puede ser tremendamente bajo, siendo competitivo a nivel mundial gracias a la radiación solar en el norte y a los vientos en el sur; y lo segundo es un tema que poca gente como que lo ha notado.
Una de las grandes características que tienen estas industrias es que necesitan mucho espacio donde poner todas estas cosas, ¿no? En el norte, por ejemplo, se pueden instalar placas solares; en el sur, aerogeneradores, mientras que en Europa no hay suficiente lugar y por eso utilizan estructuras offshore. En ese contexto se empieza a desarrollar a nivel mundial, y Chile toma un rol muy importante como pionero en este proceso, siendo uno de los primeros en el financiamiento de estos proyectos.
Iniciaron las conversaciones en el año 2021, al final de la administración pasada, para explorar la posibilidad de que bancos multilaterales –el Banco Mundial, el BIT, el KfW alemán, el Banco Europeo de Inversiones y la CAF– estuvieran interesados en desarrollar esta facilidad financiera para financiar proyectos en etapas tempranas de una industria novedosa.
En paralelo, para coordinar el esfuerzo del sector público, CORFO cuenta con un instrumento muy interesante: el Comité CORFO. Por ejemplo, el Sistema de Empresas Públicas se organiza a través de un Comité CORFO, la Estrategia Nacional del Litio se impulsa mediante un Comité CORFO de Litio, y se creó el Comité CORFO de Hidrógeno Verde, que incorpora algo así como 11 ministerios para coordinar el esfuerzo, especialmente en el territorio, en el norte y en la zona de Magallanes. Dichos comités son presididos por un ministro, en este caso el Ministro de Energía, y tienen diversas líneas de actuación, entre ellas la referente al financiamiento, que es el motivo de nuestra reunión.
En ese contexto, la República de Chile inició, en 2023, negociaciones con agencias multilaterales, ya que ellas también mostraban gran interés en participar en el financiamiento temprano de estos proyectos. Esto se llevó a cabo con el Banco Mundial, con el Banco Interamericano de Desarrollo, con el Banco Europeo de Inversiones, con el KfW alemán –banco de desarrollo alemán que representa una versión, a mayor escala, de nuestro AFIDE– y con la CAF. Se realizaron las tratativas y estas instituciones multilaterales se mostraron muy interesadas en llevar adelante esta iniciativa. De hecho, esta facilidad financiera, denominada técnicamente Facility, es la primera facilidad financiera de hidrógeno verde del mundo, en la que cada institución destinó importantes esfuerzos para sacar adelante el proyecto.
En paralelo, y concluyendo esa diapositiva, el Ministerio de Energía, en el alero del Comité CORFO, impulsa lo que se denomina el Plan de Acción, que se extenderá desde 2023 hasta 2030 y contiene acciones concretas para su implementación, entre ellas el diseño y desarrollo de esta facilidad de hidrógeno verde.
Para dar un poco de contexto, hoy día el hidrógeno verde es un sector de gran interés a nivel mundial. Ha habido cierto rezago, ya que los costos de producción de energía aún están por encima de los costos marginales de otras alternativas –tema que se discutió con el diputado Saga, en relación a la demanda, pues los países desarrollados aún no están dispuestos a pagar la diferencia en costo energético–. Sin embargo, en el Sistema de Evaluación Ambiental (CEA) hay un pipeline de 25.000 millones de dólares en inversión en proyectos relacionados con el hidrógeno verde, y, si se consideran anuncios que aún no están formalizados en el CEA, la inversión asciende a 62.600 millones de dólares.
Si estos proyectos se desarrollan en los próximos cinco o seis años, el sector del hidrógeno verde se convertirá en uno de un tamaño casi equivalente al de la minería en Chile, demostrando el enorme potencial que tiene el país gracias a sus ventajas competitivas. Además, CORFO podría desempeñar un rol fundamental en generar encadenamientos productivos, empleo y desarrollo territorial, con un foco especialmente importante en Antofagasta por motivos obvios, en la segunda región por la energía solar y en el sur, donde el factor de planta –el porcentaje de energía eólica disponible– alcanza niveles cercanos al 70%, una de las cifras más altas del mundo.
Una de las características del sector del hidrógeno verde es su alta intensidad de capital, pues requiere enormes inversiones. Por ejemplo, uno de los proyectos anunció una inversión de 11.000 millones de dólares, el doble de la que se requiere en un proyecto minero tradicional en la gran minería, y demanda la utilización de numerosos equipos, tales como electrolizadores y aerogeneradores. Esto representa una oportunidad para el desarrollo industrial de Chile, ya que en la consolidación de un sector nuevo no solo se debe avanzar en el desarrollo de productos, sino también en el aspecto financiero, pues la banca tradicional, tanto internacional como nacional, aún no está familiarizada con este tipo de inversiones.
Tipo de incentivo y desarrollo de proyectos. Es por eso que, para promover la inversión privada –y eso es muy importante– esta figura de las facilidades financieras es una herramienta que ha dado mucho éxito en otros contextos a través del mundo. Principalmente, lo que hace es presentar indicadores que permiten bajar los costos de financiamiento, lo cual es fundamental para dar la señal del compromiso del Estado de Chile con el desarrollo de esta industria. Una manera de lograrlo es a través de una facilidad financiera. ¿Por qué? Porque son créditos de largo aliento, en los que estos recursos deben devolver a los multilaterales. Es, en cierto modo, como en el cuento de Ulises, amarrarse un poco las manos; es decir, nosotros estamos comprometidos, no solo como una administración, sino como país, para sacar adelante este tipo de iniciativas. Por eso, las facilidades financieras son tremendamente importantes. No solo porque atienden el tema de la oferta de recursos financieros –ya que realmente van sindicados, semejantes a lo que hace AFIDE, con créditos de segundo piso, garantías, etcétera–, sino porque envían una señal al sistema financiero de que se trata de una estrategia de mediano y largo plazo del país.
Quiero interrumpir y pido las disculpas a los colegas, pero usted hace un punto relevante que no se condice con lo que está ocurriendo. Lo que sucede es distinto a lo que usted señala. Pongo el ejemplo de hace semanas: se fue la empresa más importante de Europa que estaba llevando a cabo estos proyectos en Magallanes; deshizo contratos que estaban por 50 años, tuvo que deshacerlos y se marchó de la región de Magallanes. Entonces, algo está entorpeciendo lo que usted plantea acerca de que este es un tema de país, de Estado, de impulsarlo. Yo comparto y defiendo ese juicio y ese criterio; por lo tanto, lo que está ocurriendo es todo lo contrario.
Más allá del objetivo y del espíritu que usted, desde CORFO, nos viene a presentar, existe una realidad que es absolutamente contraria a lo expuesto. Efectivamente, diputado, usted tiene toda la razón: esta industria se ha movido de forma más lenta a nivel mundial de lo que se esperaba. Y el proyecto que usted indica –el único– no es consecuencia de un problema en la oferta, sino que se debe, técnicamente, a lo que se llama off-takers o, en otras palabras, al lado de la demanda. Principalmente, esto se debe a la caída en la demanda que se tenía prevista en Japón para el amoníaco verde en los años siguientes, ya que ciertos contratos se desarmaron o se postergaron en el tiempo.
Esto es muy importante, pues también lo conversamos con el diputado, ya que lo que está ocurriendo en el mundo hoy en día es que la velocidad para introducir el hidrógeno verde será un poco más lenta de lo originalmente previsto. Por lo tanto, este problema no es exclusivo de Chile, sino que en muchos lugares del mundo, que están realizando estos esfuerzos, el proceso se ralentizará.
Según el Banco Mundial y el BID, somos el país más avanzado en serio en la estrategia de hidrógeno verde que existe en el mundo –son palabras textuales de ellos–, ya que no solo contamos con una institucionalidad representada por este Comité CORFO, sino que también tenemos una estrategia, un plan y herramientas como la facilidad financiera. De nuevo, quisiera insistir: esta es la primera facilidad financiera de hidrógeno verde del mundo, de la cual somos pioneros en el desarrollo, y es un tema que adelantaré más adelante en relación al desarrollo de protocolos ambientales y sociales, que son tremendamente fundamentales.
Usted tiene razón, efectivamente, pero el inconveniente no radica en que nosotros hayamos tenido un problema, sino en que, del lado de la demanda, aún no se dispone o no se está dispuesto a pagar el diferencial de precio asociado a la introducción del hidrógeno verde, comparado, por ejemplo, con el hidrógeno obtenido a partir de gas –conocido como hidrógeno azul– o incluso con el hidrógeno rosa de otras fuentes nucleares. Eso, creo, es muy importante.
Muy bien, entonces, también veo en esto una oportunidad. Permítanme adelantarme un poco, ya que el desarrollo de una industria es tan complejo –involucra tantos pasos– que contar, de alguna manera, con la presión de que en un año todo debe resultar, nos da un respiro para organizar mejor la oferta, tanto a nivel local como en temas regulatorios, de certificación, y en la formación de competencia y capital humano, elementos que serán tremendamente importantes para su región. De ahí que estemos trabajando con instituciones como los CFT, INACAP y otros actores clave, así como con la universidad, para desarrollar la infraestructura compartida –puertos, carreteras, etcétera– necesaria para que, coordinadamente, estén listos y disponibles cuando se inicien los grandes proyectos.
De alguna manera, esto nos brinda la oportunidad de prepararnos adecuadamente. Sin duda, somos el país que está más adelantado. Aunque existen otros países que también están poniendo en marcha estrategias de hidrógeno verde, insisto en la gran ventaja comparativa que tenemos en términos de costos marginales potenciales de energía y además, de espacio. En ese contexto es que se da este desarrollo industrial.
Este apoyo financiero, que se viene gestando desde el año 2021, tiene como objetivo principal generar capacidad financiera junto con el Estado y el sector privado para atender la demanda de estos proyectos, no solo en la generación de energía, sino también, por ejemplo, en la producción de piezas y partes. Acabamos de hacer un lanzamiento, ¿no es cierto? Adjudicamos, de hecho, la producción de electrolizadores en Chile con apoyo público que requerirán financiamiento, o también en etapas posteriores, como en el desarrollo de E-Fuels u otros productos vinculados al hidrógeno verde, que igualmente demandarán financiamiento.
Por ello se planteó la creación de esta facilidad, de la cual se ha concentrado el interés de los cinco multilaterales más grandes que atienden América. Están interesados en el desarrollo del proyecto y, lo obvio, los montos son importantes: se firmó un acuerdo por 400 millones de dólares con el BID, 150 millones de dólares con el Banco Mundial, 100 millones de euros con la KfW, 100 millones de euros con el Banco Europeo de Inversión (BEI) y 80 millones de dólares con la CAF; además, nuestros aportes suman un total de 1.000 millones de dólares. Mil millones de dólares en un proyecto de 11.000 millones implica, fundamentalmente, enviar la señal del compromiso.
Quisiera ir un poco más en detalle sobre los tipos de instrumentos diseñados en esta facilidad, que es muy parecida a la discusión que hemos tenido sobre AFIDE, especialmente en relación al mecanismo de segundo piso. La idea es apalancar, a través de la banca privada—tanto nacional como internacional—recursos financieros para estos proyectos. Dado que muchas de las inversiones son extranjeras, es necesario dar una clara señal de compromiso al país. También se cuenta con un fondo de garantía, creado por 50 millones de dólares con recursos del BID, lo cual es fundamental ya que, en términos de monto, la participación del BID es aún mayor. Todos los créditos de inversión de segundo piso se canalizan a través de la banca tradicional y se complementan con mecanismos de seguro. Por ejemplo, si se realiza una inversión de la banca privada en un proyecto de generación de energía y, por algún motivo, la demanda no resulta suficiente o surgen problemas en temas de permisos, se activan los seguros que respaldan dichos proyectos, otorgándole seguridad al sistema financiero.
Esto requiere del denominado Project Finance, que en la jerga financiera se refiere a la estructuración de estos proyectos. En particular, es importante destacar el rol de BancoEstado para llevar adelante esta iniciativa. Las instituciones multilaterales impusieron una serie de condiciones: la primera era contar con un conjunto de prácticas ESG—en inglés, Environmental, Social and Governance—que incluyan aspectos de gestión, medioambientales y sociales. Lo curioso es que cada institución tenía sus propios protocolos, lo que nos llevó a demorarnos un año y medio para llegar a un acuerdo sobre un protocolo común. La segunda condición se refería a la ejecución de estas operaciones. En función de los requerimientos de las instituciones, desarrollamos una unidad ejecutora ágil, pues la agilidad era fundamental para enviar las señales necesarias. Dado que CORFO, por su constitución jurídica, no posee la velocidad deseada, se estableció un convenio de colaboración con BancoEstado, que aporta soporte técnico y elementos de Project Finance que CORFO no tiene. Este convenio, como indicó el presidente de BancoEstado, señor Daniel Hojman Trujillo, responde a la exigencia de las instituciones multilaterales para desarrollar la unidad ejecutora, en la cual CORFO aporta instrumentos financieros actuales y nuevos, recursos e institucionalidad, y BancoEstado ofrece conocimiento especializado corporativo y en Project Finance.
Finalmente, en una lámina se explica el funcionamiento del sistema: a la izquierda se encuentran las instituciones multilaterales y, a la derecha, se visualiza la facilidad o facility con los créditos concesionales, diseñada para minimizar los costos financieros mediante tasas de interés, costos de fondo y otros elementos, y las líneas de crédito y cobertura basadas en garantías. Así, los beneficiarios directos son los intermediarios financieros privados, tanto nacionales como internacionales, que atienden a los proyectos de desarrollo energético y sus derivados.
En la penúltima lámina se presenta, primeramente, cómo se organiza el quehacer de estas instituciones, tanto de CORFO como de Banco Estado, que cuenta con un equipo de soporte; parte depende de CORFO, parte depende de Banco Estado, y existe un steering committee que revisa que esto funcione con transparencia, velocidad y agilidad, en pos de los objetivos de la institución. Permítanme terminar con la última lámina, que ilustra la evolución de este proceso a lo largo del tiempo. Ahí se encuentran los convenios de colaboración del agosto del 24 y los ajustes del programa de crédito verde. Lo que ocurre es que Facility no solamente cuenta con instrumentos nuevos, sino que también hemos adaptado instrumentos que CORFO actualmente utiliza, precisamente porque, al haberse iniciado el proceso, no era necesario esperar a todas las resoluciones de Contraloría; con programas ya existentes se comenzó a hacer el road show a nivel nacional e internacional, lo que nos ha ido muy bien, y tenemos por lo menos 12 o 13 proyectos interesados en obtener financiamiento.
Asimismo, se validó el sistema de gestión medioambiental para unificar criterios entre todas las multilaterales y se diseñaron nuevos programas, tanto de crédito como de cobertura, en el periodo de noviembre a diciembre, en el marco de las reuniones de prospección. Quiero anunciar que este 28 de marzo se abre la ventanilla de la Facilidad Financiera. Son muy buenas noticias.
Muchas gracias, presidente. No sé si desean formular algunas consultas a don José Miguel, vicepresidente ejecutivo de CORFO. En el caso del diputado Sáez, ¿quiere escuchar al Banco primero? ¿Banco primero? O procedemos ya con el diputado Mellado.
Concluyo extrayendo de su exposición, expresada en términos muy simples, que los inversionistas extranjeros han venido a invertir en hidrógeno verde en una industria donde actualmente existe poco mercado para vender. Se les insta a que inviertan en energías limpias y en hidrógeno verde, pero resulta que, en la práctica, deben detenerse y retirarse hasta que el mercado madure, pues de lo contrario no rentabilizarán su inversión y sufrirán pérdidas.
En el ámbito de la energía limpia del norte, estuvo presente Úrsula von der Leyen, quien instó al Gobierno de Chile a apoyar a las empresas que invirtieron, debido a que están obteniendo apenas entre el 50 y el 60% de lo que producen. Entonces, ¿por qué promovemos la inversión extranjera cuando no contamos con un mercado adecuado para vender? Se les dice: “vengan, inviertan”, pero, al final, estamos jugando en contra de Chile, ya que las empresas acabarán cayendo como moscas por no poder vender, lo que haría que el negocio no resulte sustentable a largo plazo y que perdamos prestigio como país.
Antes de ceder la palabra a nuestro colega, diputado Sáez, quiero agregar que, al haber escuchado su exposición, me deja una sensación particularmente especial. Es como un acto de ilusionismo: como ver a David Copperfield hacer aparecer un edificio gigante donde no lo había y donde, probablemente, se erigirá en el futuro. Me preocupa esto especialmente, ya que esta semana que viene se reunirá el BID en Magallanes, un encuentro histórico que tendrá relación directa con la industria del hidrógeno verde. Me imagino que allí se asumirán compromisos relevantes a partir del próximo domingo. Me llama la atención que, de su exposición, se aprecia que una enorme empresa –creo que es española y líder en este tipo de actividad a nivel mundial– tuvo que retirarse porque no encontró un mercado adecuado para colocar sus productos. ¿Qué se obtiene al tener estos encuentros del BID y al comprometerse el Estado de Chile, cuando nosotros, siendo uno de los países más avanzados, todavía disponemos de tiempo? Hay que partir en algún momento, sin embargo, estamos comenzando demasiado anticipadamente.
Bueno, la verdad es que este asunto me preocupa profundamente y, posteriormente, me gustaría que se refiriera también al encuentro que tendrá lugar la próxima semana, diputado Sáez, estimado amigo.
Muchas gracias, presidente, y saludos a José Miguel por su comparecencia y exposición. Considero que es necesario tener algunas consideraciones adicionales.
...de base respecto al mercado del hidrógeno, sin ponerle el apellido al lado, o sea, verde, turquesa, rosa, distintos colores según cómo se compone, digamos. Hay países de la región, Colombia y Brasil, con un potencial energético importante que no están tan interesados en que el hidrógeno sea verde. Colombia tiene una producción de hidrocarburos muy importante, por lo que le interesaría producir hidrógeno en base a hidrocarburos, por ejemplo. Brasil tiene sus biocombustibles y su potencial eólico también en los estados del norte, como será, por ejemplo.
Nosotros contamos con ventajas competitivas que nos permiten posicionarnos en la línea de producir hidrógeno verde. Pero lo que yo, de haber conocido, digamos, Alemania y su intención global por este mercado –y creo que es el país que está más comprometido y que está invirtiendo más– es que está jugado a concha, en definitiva, porque tiene otros problemas asociados a su transición energética y a los problemas geopolíticos que hay en Europa. Es decir, existe un mercado inconcluso acá, una arquitectura financiera internacional que está en proceso y un escepticismo en buena parte de la comunidad europea. Está el liderazgo de Alemania, es cierto, pero no necesariamente desde Bruselas o desde los otros países. Estados Unidos no está tan arriba y, con el gobierno que tiene hoy, ellos van a perforar hasta que duela, según han comentado; y, por otro lado, China tiene lo suyo también.
Lo que yo observo de este mercado y su potencial para nuestro país está dado no tanto por la exportación –que en algún momento quizá se interpretó mal o se pretendió sin contar con todos los elementos de juicio sobre la mesa, como se quiso hacer en Magallanes con la instalación de puertos y una inversión enorme en infraestructura y logística, algo que yo creo que Chile aún está lejos de alcanzar–. Siento que la noticia a la que usted hace mención de esta empresa que se va indica que, en realidad, hoy el horno no está preparado para grandes volúmenes de exportación, a pesar de que Alemania pretende llegar, si mal no recuerdo, al año 2031 a más de 38 millones de toneladas anuales de hidrógeno para satisfacer solamente su demanda.
Con todo eso, me parece que el potencial del hidrógeno para nuestro país está dado por procesos industriales intermedios. Por ejemplo, la descarbonización de nuestra flota logística en la gran minería, de nuestra industria acuícola en el sur del país, de la industria forestal o la producción de acero en mejores condiciones que las que teníamos cuando en Talcahuano se desarrollaban estas actividades hasta hace un año. Entonces, yo creo que este facility efectivamente es muy importante porque da garantías financieras para que la industria pueda desarrollarse. Sin embargo, a mí aún me hace falta conocer la visión estratégica que hay detrás de esto, entendiendo las dificultades globales de este mercado y las brechas que aún presenta –factores que, en definitiva, no podemos controlar.
Las certificaciones, por ejemplo, serán muy importantes para que nuestro hidrógeno, que va a ser verde, tenga más cabida o ventaja frente a lo que puedan producir nuestros amigos de Colombia, Brasil u otros países. En esa visión estratégica, creo que es importante mencionar criterios para promover esta industria y para que empresas nacionales puedan involucrarse en diversas escalas; no solo la gran empresa, ya que, si Antofagasta Minerals llega a recibir estos recursos, me parece que está bien, pero esta empresa no requiere necesariamente del apoyo del Estado para desarrollar el hidrógeno. Asimismo, es fundamental aclarar qué porcentajes de ese fondo, de este facility, se destinarán a garantías y qué porcentajes se asignarán a crédito directo. Me imagino que, si ya se anuncia la ventanilla para fines de este mes, esos criterios deben quedar bien definidos.
Por último, conviene establecer criterios territoriales, ya que existe una cuestión espacial que hace que Magallanes y Antofagasta partan con una ventaja geográfica. Si vamos a incorporar el hidrógeno en circuitos intermedios o en otros tipos de industrias –por ejemplo, en Araucanía, donde se están haciendo cosas interesantes en materia agrícola y forestal con hidrógeno, aunque sea de forma incipiente– sería importante contar con criterios territoriales y de regionalización que permitan que estos recursos no queden concentrados, por un lado, solo en los grandes grupos económicos y, por otro, únicamente en algunas regiones en detrimento del resto del país.
Eso es lo que puedo comentar por ahora, presidente.
Bueno, muy buen comentario. Gracias, diputado José Miguel.
A ver, lo primero, efectivamente, la estrategia tiene un conjunto de pilares que se relacionan no solamente con la exportación, aprovechando esta ventaja comparativa, sino también con la demanda local. En la estrategia original, aproximadamente el 25 % estaba destinado a satisfacer demandas locales para la transformación energética de sectores tradicionales como la minería, la agroindustria, el transporte, etc. Creo que esto es muy importante para proyectos de tamaño medio, ya que no se concentran únicamente en el norte, sino también en zonas como la Araucanía y el Bío Bío, lo cual resulta muy relevante.
Con respecto a su pregunta, diputado, yo haría una distinción entre los inversionistas, los desarrolladores y la banca. Los desarrolladores, quienes aportan el conocimiento técnico y los proyectos, se apalancan en recursos financieros que no son propios, sino que provienen de bancas internacionales multilaterales. En este sentido, la función de la entidad financiera no es ayudar directamente a los desarrolladores, sino facilitar que estos consigan financiamiento con la banca, que a su vez requiere contar con la visibilidad que ofrece un facility para apoyar dichos proyectos. No se trata de que se caiga la inversión, sino de que, si los desarrolladores identifican una oportunidad para desarrollar propuestas de valor, tanto a nivel internacional como local, necesitan financiamiento, y el mundo financiero internacional está buscando señales a través de una facilidad financiera que le permitan trabajar de forma conjunta en el financiamiento de estos proyectos.
Otro tema implícito es el que señala el diputado: el gestor del negocio que sale en busca de financiamiento debe tener claridad de que este negocio será viable, y, en el contexto actual, en el que no hay mercado, se están llevando a cabo proyectos que resultan en “fierros” o elefantes blancos, sin viabilidad futura. Los inversionistas se retiran, dejando a la banca internacional sin el retorno que esperaban. Este testeo de mercado, o llamado a invertir en estas empresas apalancadas en el ámbito internacional, se refleja en comentarios como los de la señora Úrsula, quien, tiempo atrás, señaló que lo llamado a invertir en energías limpias en el norte estaba fallando por problemas en la línea de transmisión, afectando proyectos que aún no concluyen y dejando a muchos sin la posibilidad de obtener el retorno esperado.
Con respecto a ello, quisiera destacar dos puntos importantes. Primero, uno de los proyectos, que ni siquiera pasó por los sistemas internos de evaluación, era una propuesta que finalmente desistió sin compromiso de recursos públicos. Sin embargo, es fundamental atender las señales de mercado, ya que hoy día se han registrado en el sistema de evaluación ambiental 25 mil millones de dólares asociados a seis o siete proyectos, lo que manifiesta claramente el interés por desarrollarlos, aun cuando se trate de proyectos de largo aliento que demoran en materializarse.
En segundo lugar, la estrategia indica que debemos contar con un sistema –en este caso, una facilidad financiera– preparado para recibir estas demandas de financiamiento. Si actuamos al revés, perderemos la oportunidad. Es crucial moverse primero y tener todo listo: no solamente un sistema financiero adecuado, sino también los temas regulatorios, de certificación e infraestructura, como la disponibilidad de puertos en el sur. Aunque la demanda se está ralentizando, no desaparecerá, y todos los expertos internacionales coinciden en que el hidrógeno verde se convertirá en un elemento constitutivo durante la próxima década. Los países que, por su parte, ajusten su demanda, como lo hizo Alemania para el desarrollo de la industria solar, estarán en mejor posición para aprovechar estas oportunidades. Así, podremos utilizar la demanda nacional para desarrollar competencias, tanto en el ámbito financiero como en el aprendizaje, marcando otra señal de mercado importante.
Hicimos una licitación internacional para producir electrolizadores en Chile. Recibimos 10 propuestas y asignamos 3 de ellas, principalmente señalizando aquellas que contaban con financiamiento propio, de modo que están disponibles para producir electrolizadores en nuestro país, ya que la demanda será muy alta en el mediano plazo. Entonces, lo que quiero decir es que hay que preparar el terreno, y una de las dimensiones tiene que ver con el financiamiento, porque si esperamos a que llegue la demanda, llegaremos tarde, ya que quizás otros países se nos adelanten. Este es, diría, el riesgo de ser pionero en el desarrollo de una nueva industria.
Sin embargo, los números son tan fuertes desde el punto de vista de las señales de mediano y largo plazo respecto a la descarbonización. Y si se agrega que, desde un inicio, estamos obligados a descarbonizarnos al 2050 –lo que afecta elementos de sectores tradicionales–, de alguna manera estamos preparando el camino para que esto ocurra. Creo que eso es, en algo, lo central del tema de la facilidad.
Muy bien, agradecemos mucho la exposición y las respuestas a las distintas consultas.
Una consulta, diputado Franz Sauermann.
Claro, para la cuestión, presidente.
Mire, de verdad le quiero hacer una pregunta que tiene que ver con lo comentado respecto a la posibilidad de financiamiento de CORFO para este tipo de proyectos. Justamente, ahí se observa lo ocurrido y la polémica que generaron en febrero los traspasos que hizo CORFO al Gobierno. CORFO salió a buscar financiamiento para los años 2023 y 2024 y solicitó créditos al BID, a la CAF y al Banco Mundial, sumando en total aproximadamente mil millones de dólares.
Uno no logra entender, y quisiera que se aclare, por qué se hace ese tipo de solicitud de crédito, pagando tasas de interés claramente altas, si se disponía de recursos suficientes para financiarlo. Eso no se comprende aún, y quisiéramos que se explicara con claridad por qué se recurrió a la búsqueda de recursos cuando había excedentes suficientes para hacer inversión de este tipo.
Sí, pero aprovecho que está aquí el director para agregar algo que se dijo al invitar al ministro Marcel: en las conversaciones de aquí nadie sostuvo que esto pudiera estar bajo una ilegalidad, ya que se demoraron alrededor de media hora en explicar que era legal, y todos tenemos claro que así es. No obstante, llama la atención el destino de esos dineros, etcétera.
Brevemente, para responder a esta muy atinada pregunta:
Recordemos –y justamente por eso presenté el esquema temporal– que el desarrollo de las iniciativas con los créditos de las multilaterales se empezó a trabajar incluso durante la administración pasada, al percibirse una oportunidad en el tema del financiamiento.
Lo segundo, como bien saben, CORFO, por decirlo de alguna manera, no actúa de manera autónoma y, por lo tanto, debemos seguir lo que dispone la ley de presupuesto en términos de recursos asignados.
Lo tercero, respecto al apoyo de las multilaterales, es importante destacar que dicho apoyo en forma de créditos viene acompañado de cooperación técnica, es decir, transferencias no reembolsables para avanzar, por ejemplo, con el financiamiento de esta unidad de ejecución. La cooperación técnica del Banco Mundial, que suma varios millones de dólares, es fundamental para sacar adelante el proyecto.
Y, por último, la gracia de este tipo de operaciones es que están focalizadas en el financiamiento temprano de proyectos de estas características. Sabemos que los recursos del presupuesto ingresan a la caja pública y se definen mediante la ley de presupuesto, por lo que hay múltiples elementos que, en conjunto, no hacen contradictorio que, como ya decía el presidente, esos recursos lleguen al Tesoro Público a través de lo que el DIPRES y, en particular, el Ministerio de Hacienda solicitan, complementándose con otros recursos asignados a estas actividades.
Técnicamente, CORFO no se endeuda con los multilaterales, sino que es el Tesoro Público. Creo que esto es muy importante.
Bien, no sé si responde a su consulta. ¿Algún otro punto a agregar? Vamos a escuchar, entonces, al Banco Estado, con su presidente, don Daniel Hojman Trujillo. Escuchamos, estimado presidente.
Muchas gracias, presidente.
Bueno, como mencionaba José Miguel, el Banco Estado se incorpora a esta importante política pública recientemente a partir de una reestructuración del convenio entre el Banco Mundial y Corfo que se realizó en el año 2024. El rol del banco en la política es esencialmente implementar y operar esta unidad de ejecución, denominada Equipo de Soporte a la Implementación (ESI), que contará con un personal muy especializado de nueve personas. Adicionalmente, en casos de proyectos profundamente especializados, asociados a tecnologías en desarrollo y de carácter pionero, se podrá acceder a consultores especializados en áreas tecnológicas, financieras o científicas.
Los integrantes de esta unidad tendrán una dedicación exclusiva a la operación de este Facility, y su función básica será evaluar los riesgos de los proyectos y, eventualmente, sugerir cómo estructurar los distintos productos financieros asociados. Se trata de proyectos que presentan diversas dimensiones, las cuales abarcan desde la necesidad de contar con insumos tecnológicos y equipos nuevos, hasta la posibilidad de construir distintos tipos de fuentes de energía o incluso producir algún tipo de combustible. Por ello, son proyectos muy complejos, que se desarrollan en múltiples etapas y cuyo financiamiento requiere una estructuración experta.
En la práctica, el banco brindará un servicio de soporte técnico a este Facility financiero de hidrógeno verde, aprovechando las capacidades que ya posee en áreas afines, como su reconocido y potente equipo de riesgo. Además, el banco cuenta con amplia experiencia en evaluar créditos grandes y complejos de manera ágil, en línea con los tiempos requeridos para las inversiones.
La implementación de este ESI ha requerido desarrollar un marco de operación. En algún momento, José Miguel mostró una lámina en la que se explicaba cómo operaría este equipo en coordinación y colaboración con el equipo de Corfo. Típicamente, se ingresará a cada proyecto, se discutirá la mejor manera de optimizar su financiamiento, se evaluará el riesgo y el rol del banco será entregar un informe de riesgo asociado al proyecto, junto con algunos de los instrumentos que puede otorgar el Facility. Corfo, a través de su comité de crédito, definirá si el proyecto es aceptado y aprobado, contando además con un riguroso sistema de rendición de cuentas.
El equipo integrará especialistas tanto en el área de riesgo como en la de Project Finance, encargados de estructurar los distintos instrumentos financieros a lo largo de la vida del proyecto. Asimismo, se contemplarán dimensiones legales, y de riesgos medioambientales y sociales, junto con un soporte operativo adecuado. La selección e implementación de este equipo se realizará en los próximos meses, debiendo estar constituido en un par de meses. Además, el proceso de incorporación del banco a este proyecto pasó por una debida diligencia en donde el Banco Mundial se cercioró de que el banco contaba con los estándares de contratación y sostenibilidad exigidos a los más altos estándares globales. Por ello, los procesos de selección serán abiertos, transparentes y, en muchos casos, contarán con la supervisión directa del Banco Mundial.
En la lámina siguiente se observa una línea de tiempo que muestra los distintos hitos relevantes en la participación del banco, la cual, como se ha insistido, se formaliza de manera reciente.