Cámara de Diputados Relaciones Exteriores

Cámara de Diputados - Relaciones Exteriores - 11 de marzo de 2025

11 de marzo de 2025
18:00
Duración: 4h 2m

Contexto de la sesión

La sesión tiene por objeto recibir en audiencia al señor Gilberto Aranda Bustamante, Académico, Licenciado en Historia, Doctor en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile y profesor titular del Instituto de Estudios Internacionales y al señor Pablo Cabrera Gaete, Abogado, Diplomático Chileno, quienes expondrán acerca de los escenarios de política exterior bajo la actual administración del presidente Donald Trump.

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10:00
Gracias. Gracias. La sesión número 84 ordinaria se da por aprobada por no haber sido objeto de observaciones. El acta de la sesión número 85 ordinaria queda a disposición de las señoras y de los señores diputados. El señor secretario dará lectura a la cuenta. Señor presidente, se han recibido los siguientes documentos. Un oficio del ministro de Relaciones Exteriores a través del cual remite respuesta oficial a la comisión, haciendo llegar un desglose detallado de los aportes financieros de Chile a cada organización o institución internacional, especificando los montos anuales y criterios para su asignación. Otro oficio también del señor Ministro de Relaciones Exteriores, por medio del cual remite respuesta a
15:00
...comisión sobre las resoluciones jurídicas que determinan la naturaleza de los tres convenios de colaboración con Bolivia relacionados con el control migratorio y la seguridad fronteriza. Y por último, señor Presidente, un oficio de la Dirección de Asuntos Interparlamentarios de la Corporación, a través del cual se solicita la creación del Grupo Interparlamentario Chileno-Noruego. Esa es toda la cuenta, señor Presidente. Gracias, señor Secretario. Respecto al Grupo de Amistad Chileno-Noruego, tenemos que aprobarla, ¿no? Bien, si le parece a la comisión, muy bien. Luego, no vamos a decir nada sobre la oposición, mejor. Claro, ¿a cuál de todas? Sí, no, yo sé, yo sé; ya no lo... Hay un mar, un océano de diferencia entre libertarios y liberales, pero no vamos a profundizar en esta comisión. Oiga, el Chileno-Noruego tiene que convocarse entonces para asumir presidente, ¿no? Para elegir presidente. Ya, ok. Muy bien, muy bien. Tenemos conectados telemáticamente a nuestros dos invitados... Ah, todavía no se conectan, o sea, todavía no... Si le parece, que se compadezcan telemáticamente los profesores que vienen a hablar ahora. ¿De quién? De los profesores. ¿Sobre Estados Unidos y Donald Trump? Son dos profesores de la Católica. No se preocupe, embajador, no se preocupe. Bien, a ver, tenemos en esta sesión, entrando a la orden del día, por objeto recibir en audiencia a dos profesores, a propósito del escenario o los escenarios que se están produciendo en el marco de la actual administración del presidente Donald Trump en los Estados Unidos, que nos preocupa mucho, ya que vemos con incertidumbre lo que está sucediendo, y para ello hemos invitado a don Gilberto Aranda Bustamante, quien es académico, licenciado en Historia, doctor en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile y profesor titular del Instituto de Estudios Internacionales. A su vez, nos acompaña don Pablo Cabrera Gaete, abogado, diplomático chileno, quien ha sido embajador en varias latitudes –Rusia, China, al menos de las que me acuerdo– y quien expondrá respecto de la situación en Estados Unidos y de cómo esto puede afectar a Chile finalmente. Le ofrezco la palabra al profesor Gilberto Aranda para comenzar con su exposición y, luego, al embajador. —Bueno, muy buenas tardes, honorables diputados y honorables diputadas, asesores y asesoras. Primero que todo, corroborar que se escucha bien, ¿verdad? ¿Se escucha bien? Sí, se escucha bien. Perfecto. También saludar al profesor Cabrera, con quien he compartido una parte de mi carrera y del cual he aprendido mucho. Bueno, no me han dicho, pero ¿cuánto tiempo tengo para exponer? Profesor, quince a veinte minutos. De acuerdo. Lo haré así, porque, como saben, le pido excusas, ya que he sido invitado hace poco; a las 4 debo retirarme por un compromiso anterior. Se me ha invitado para hablar acerca de los cambios a propósito de la nueva administración que en Estados Unidos se ha inaugurado el día 20 de enero último. Y claramente estamos hablando de un mes y medio en el que han pasado muchas cosas. La verdad es que a nadie sorprende la profundidad de algunos cambios, y lo vertiginoso, el ritmo acelerado de algunas decisiones; es un poco, como diría alguna politóloga, deja en shock. Y en ese sentido, tal vez una buena forma de entrar es a través de dos intervenciones que ocurrieron el día 14 de febrero, para pensar en estos cambios que trae la nueva administración de Estados Unidos. Y cuando digo cambios, me estoy refiriendo principalmente a lo que es conocido como Occidente y sus periferias: Occidente, en su relación con otros lugares del mundo, me refiero a Estados Unidos y Europa, más algún otro conjunto de países como Canadá, Australia, etc., y a las periferias de Occidente, de la cual forma parte América Latina. Y en ese sentido...
20:00
Los cambios pueden ser retratados, como dije, en dos intervenciones del día 14 de febrero último. Primero, el discurso del vicepresidente Vance en Múnich, München, Alemania, en la cumbre de seguridad, donde plantea algunas cuestiones bien importantes respecto a llegar a un acuerdo razonable en los conflictos, como el de Rusia y Ucrania, pero sobre todo la importancia de que Europa tome medidas importantes para garantizar su propia seguridad. Él habla de repartir la carga, de que los europeos se hagan cargo de sus propias temáticas de defensa y seguridad, y coloca además que el mayor peligro de Europa no es ni Rusia ni China, sino que es más bien lo que está ocurriendo internamente, el retroceso, dice el vicepresidente Vance, de Europa en algunos de sus valores más fundamentales, en los valores que dice compartir con Estados Unidos. Vamos a entender qué es la civilización cristiano-occidental y los valores que se desprenden de eso. Sabemos que Occidente no solamente remite a eso, pero una parte ciertamente remite a aquello también. Y en ese contexto dice además que el mayor desafío es la cantidad de migrantes, es decir, en la estructura discursiva la cuestión de la migración ocupa un lugar central, incluso da cifras: indica que en el mismo Alemania uno de cada cinco personas que habitan el país es extranjero y que Europa ha duplicado en los últimos años la cantidad de migrantes. Con lo que, entonces, el tema de, por un lado, las nuevas amenazas sería la cuestión migratoria, la cantidad de extranjeros de fuera de la Unión Europea y, en segundo lugar, la amenaza que viene de valores que se han ido perdiendo, según la opinión de Vance. Y enseguida, ese mismo día, el jefe del Pentágono, Pete Ketzer, nos aclara cinco puntos. Primero, respecto al futuro inmediato: la adhesión de Ucrania a la OTAN es un resultado no realista en una solución negociada, con lo cual descarta de plano el ingreso de Ucrania a la OTAN. Enseguida, como parte de cualquier garantía, no habrá tropa estadounidense desplegada nunca en Ucrania. Tres, un regreso a las fronteras de Ucrania de 1991 es igualmente inviable. El cuarto, duras realidades estratégicas impiden que los Estados Unidos se centren principalmente en la seguridad de Europa. Este es el importante. Y quinto, los Estados Unidos ya no tolerarán una relación, podríamos decir, de dependencia, en la que el papel dominante, de alguna manera, sea el centro de todo tipo de gastos. Y, podríamos decir, la guinda de la torta, si se me permite, es el nuevo jefe de ajuste estructural de la burocracia de Estados Unidos, que es Elon Musk, quien, en su red social, ante la pregunta de un usuario que preguntaba: "¿Es hora de abandonar la OTAN y Naciones Unidas?", respondió: "Estoy de acuerdo". El empresario sudafricano está a cargo, como ustedes saben, de los recortes fiscales y es una de las personas predilectas de la nueva administración trumpista. Y lo que hace es básicamente revisar lo que han sido los últimos ochenta años en la historia de la relación de Estados Unidos con su entorno inmediato y el otro pilar de Occidente. Lo que planteo entonces, en estos ya cinco minutos que llevo –seis minutos que llevo hablando– es que lo que fue parte de la estrategia o de la metodología de Estados Unidos para alcanzar su objetivo durante buena parte de la Guerra Fría, que era el poder blando, eso está comenzando a quedar atrás. Y uno de los elementos centrales del poder blando es, sin lugar a dudas, el multilateralismo. Podríamos decir que es un instrumento de poder blando directo, el multilateralismo. Sabemos además que se está operando con la figura de enviados especiales, enviados especiales que en la primera administración no alcanzaron el número de cinco y que ahora están alrededor del doble, entre nueve y diez enviados especiales para determinados temas y para determinadas también regiones. Y en ese sentido, podríamos ver que frente al multilateralismo lo que se está postulando es una relación bilateral, fortalecer el instrumento bilateral que, como sabemos en ocasiones...
25:00
Muchas veces también da cuenta de las asimetrías, cuando una superpotencia se vincula, que es necesario bilateralmente, con una potencia pequeña, sabemos quién generalmente tiene, "el sartén por el marco". Eso es un poco el cuadro, hay un cuadro muy importante donde el poder blando empieza a ser dejado de lado, más bien se utiliza el poder duro. El poder duro, el poder en estado puro y duro, que son, como ustedes saben, sanciones, amenaza del uso de la fuerza, subida de presiones económicas a través de subidas arancelarias, que sé que no es la materia de esta reunión, pero que forma parte, podríamos decir, de esta panoplia de elementos para que de alguna manera constituyan lo que es la forma de relacionarse a Estados Unidos. Desde ese punto de vista, la cuestión es que, por lo tanto, Estados Unidos deja completamente de lado lo que es la historia de sus últimos 80 años. La historia de Estados Unidos del año 45 en adelante está sujeta a revisión. Una revisión que implica que lo que fue su estrategia de Bretton Woods, sistema económico, la organización del Tratado del Atlántico Norte, por otra parte, todos esos elementos que fueron parte de su estrategia realista liberal empiezan a ser dejados de lado y se privilegia otro tipo de instrumentos, pero también otros objetivos. Yo creo que, respecto a la meta de Estados Unidos, después de un mes y medio todavía tenemos muchas dudas y preguntas y no tenemos conclusiones definitivas sobre qué es lo que buscaría. Una posibilidad sería, por ejemplo, mantener la organización del Tratado del Atlántico Norte sobreviviendo, la inglesa, pero con una redefinición de objetivo. Efectivamente, la OTAN, que estaba concebida para detener lo que se entendía era la amenaza del comunismo soviético, evidentemente necesita un cambio y hay que adaptarse. Y, por supuesto, lo que ha ocurrido ahora es que se necesita una redefinición. Pero ciertamente Europa ha sentido que hay una guerra que toca a su puerta. Sin embargo, lo que me parece más evidente es que hay una posibilidad de reorganización del orden mundial. Una de las tesis que han explorado algunos especialistas en el tema es que se esté intentando, de alguna manera, un nuevo tipo de orden basado en los estados con mayor poder militar y económico, refiriéndome a Rusia, China, junto a Estados Unidos, para, de alguna manera, establecer nuevas zonas de influencia. Y, por supuesto, desde ese punto de vista, este establecimiento de zona de influencia dejaría a Estados Unidos en lo que corresponde al hemisferio occidental, completamente al hemisferio occidental, y alguna parte también de lo que fueron sus aliados inmediatos. La otra posibilidad es que Estados Unidos lo que pretenda es volver a ofrecer algún tipo de industria como complejo militar-industrial, después de que, precisamente, Europa, a través de lo que es el alza de sus presupuestos de defensa, nuevamente empieza a adquirir material y le permite, de alguna manera, responder a los desafíos del mundo contemporáneo. Esa es una posibilidad, o más bien dos, yo diría que no está claramente delimitada, pero, de cualquier manera, me parece que hay que contemplar la posibilidad de que, si en el pasado un realista o neorealista como Henry Kissinger hablaba de la importancia de tener algún vínculo con una de las potencias adversarias, en ese tiempo China, precisamente para ahondar en la alianza o el eje entre China y la Unión Soviética en esa época, hoy día esta variante kissingeriana habla de una relación mucho más potente con Rusia para, de alguna manera, también ir atravesando esa alianza, ese eje que es Beijing-Moscú en la actualidad. Por supuesto que lo que planteaba Kissinger en los años 70 era más bien una adaptación a un mundo...
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dinámico. Hoy día más bien estamos hablando de un desequilibrio, de desestabilizar al sistema. Me quedan unos minutos, llevo 12 minutos acá contabilizado, y me gustaría dedicar la última parte de mi exposición apenas a lo que es América Latina. Yo creo que necesitaríamos propiamente una sesión para ver las implicancias sobre América Latina, pero ciertamente, respecto de esta región, tenemos dos casos que han sido muy didácticos en relación con las actitudes de esta nueva política exterior de Estados Unidos. Una fue lo que ha manifestado el presidente Trump respecto al canal de Panamá, en relación a recuperar la administración del mismo, que a mí me parece parte de una tradición de ciertas élites que han interpretado la cesión del canal desde los años 70 como una renuncia que, en última instancia, ha perjudicado a Estados Unidos. De alguna manera, se encubre también con China, una nación que ha crecido económicamente pero que tampoco controla el canal; aunque sí, a través de empresas privadas mixtas dirigidas por el Estado, ha logrado tener algunos puntos importantes en el canal sin llegar a controlarlo completamente. Esta es, asimismo, una forma de ejercer influencia. Y, por otra parte, la otra fotografía muy ilustrativa y pedagógica ha sido la situación con el presidente Petro de Colombia, cuando se enviaron personas deportadas que, por parte de Colombia, no fueron admitidas en vista de las condiciones en que se encontraban. La respuesta de Estados Unidos fue tan contundente que, a las pocas horas, Colombia tuvo que, de alguna manera, asentir lo que se le estaba pidiendo, con algunos cambios en las condiciones, lo que nos habla también de que Estados Unidos, en esta esfera, está dispuesto a ejercer máximas presiones. Ayer, sin embargo, se presentó un hecho que también nos debe hacer reflexionar respecto de las secuelas de los efectos contrarios a los que se pretenden. Ustedes saben que el nuevo secretario general de la OEA, Randín, era una posibilidad, junto con Rubén Ramírez Lescano, de ser elegido. Ustedes saben que éste, por una parte, tenía una relación dentro del MERCOSUR, habiendo sido canciller de Paraguay. Pero la cuestión es que su viaje a Mar‑el‑Lago, a la residencia de Donald Trump, y, de alguna manera, ese contacto que sostuvo despertó inquietudes en países de América del Sur, de distintos tipos, o con distintas inclinaciones ideológicas. Y su respuesta fue, en definitiva, ustedes saben, un triunfo por aclamación del canciller de Surinam, lo que se interpretó como actitudes sesgo-antiamericanas y la activación de ciertas pulsiones contrarias a la imposición de determinadas políticas. ¿Qué significa eso? Que Estados Unidos puede terminar ignorando a la OEA aún más y haciendo de ella una entidad aún más irrelevante de lo que a veces se piensa. Además, Estados Unidos financia el 60% de la organización de Estados Americanos y ha formulado un petitorio a través de su representante para la región, exigiendo lo que entiende como los máximos lineamientos de su política exterior. Por lo tanto, y en definitiva, tenemos un cuadro muy dinámico. Yo creo que el tema de América Latina vamos a tener que mirarlo detenidamente. Desde ya, quiero decirles que hay una serie de otros elementos que evidencian reacciones frente al trumpismo, por lo que debemos observar con mucho cuidado también lo que sucederá en Canadá, fuera de América Latina pero dentro del hemisferio. Hace cinco meses no existía duda de que en Canadá iba a ganar el líder conservador, con diferencias de hasta 25 puntos respecto a dicho líder.
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y los liberales en el poder. Y ahora están técnicamente empatados, ha sido elegido Mark Carney, puede disolver el parlamento o ir a las elecciones de octubre próximo, pero la verdad es que hay grandes posibilidades de que los liberales puedan renovar su mandato, cuestión que hace unos meses era impensable. Y esto también es lo que se llama una reacción o anticuerpos que nacieron respecto al insulto que se le confiere a un país, que se le dice que pasa a ser un estado número 51. Así que voy lo dejando por acá para hacer algo así como 17, 18 minutos. Yo creo que he decidido no hablar doctrinariamente. Estamos ante un líder que puede ser muy pragmático. Una política exterior que puede ser muy pragmática, pero que tiene muchos elementos ideológicos. Yo tengo un nombre a eso, lo he discutido con el embajador Cabrera en otros momentos, yo le llamo a eso de una manera determinada, por supuesto que no hay consenso, desde luego no hay fascismo. Saco inmediatamente esa palabra, pero sí pertenece a un universo. Pero yo creo que, más importante... Dígalo nomás, profesor, no se complique, dígalo: derecha radical. Entonces, en ese... está suave. Sí, sí, bueno, tengo buenos acompañantes respecto a literatura, pero uno podría pensar que también hay elementos pragmáticos que lo hay. Más bien, decirles que en ese universo hay muchos elementos distintos. Está el MAGA, está Elon Musk, y también está parte del mundo neoconservador que se ha adherido a este proyecto. Pero ya podemos ver algunas grietas; pareciera que en una de las últimas reuniones de gabinete, Elon Musk y Rubio tuvieron un impasse, precisamente porque entienden y ven las cosas de manera distinta en una serie de elementos de política exterior. Rubio es un republicano que es parte del establishment del sistema institucional y, ciertamente, incluso respecto a la cooperación que ha sido desmantelada en un 83%, la cooperación internacional establecida por Kennedy, John Kennedy, en el año 61, un instrumento de poder blando súper importante, desmantelado en un 83%, sin ninguno de los anuncios de Rubio. Incluso respecto a eso, hay puntos de vista diferentes. Lo dejo hasta acá, para escuchar al profesor y poderme quedar algunos momentos después con ustedes. Me encantaría poder ir directamente a hablar con ustedes in situ allá, todo el tiempo y con toda tranquilidad, para charlar sobre, específicamente, el caso de América Latina. Gracias, profesor, por supuesto nos encantaría contar con su presencia personalmente aquí en la comisión, así que a futuro lo invitaremos también. A continuación, le voy a ofrecer la palabra al embajador Cabrera, Pablo Cabrera Gaete, y responderemos preguntas finales de ambos. Yo sé que el profesor Aranda tiene que partir en un momento, así que ojalá que alcancemos a ver las preguntas de ambos; yo diría que sí, pero si no, entendemos que se retire de la comisión. Embajador, le ofrezco la palabra. Muchas gracias por estar con nosotros. Además, es miembro del Consejo Asesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Católica. No lo dije al inicio, lo agrego. Muchas gracias, señor presidente, muchas gracias, señores diputados, diputadas. Encantado de poder estar; hace mucho tiempo que no concurría a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados y Diputadas, es un honor en realidad. Mire, yo quisiera empezar señalando que pasamos hablando de la paz durante mucho tiempo, promoviendo la paz, diciendo que todas las aspiraciones del mundo eran la paz, y de repente nos dimos cuenta de que estábamos en una guerra de diferentes tipos: algunas larvadas, otras guerras en el fondo del mar, otras sobre el mar, otras en el espacio extraterrestre y otras entre nosotros mismos, entre hermanos en el centro de Europa y en otros lugares del mundo. Así que, quizás, estamos en una guerra distinta, y hace mucho tiempo que son los problemas, pero no esperemos que no, de otra guerra más grande. Creo que la llegada de Trump en Estados Unidos se puede interpretar y analizar de tres parámetros distintos. Uno, el parámetro geopolítico, cuáles son las indicaciones que nos ha dado él.
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