La sesión tiene por objeto continuar con la discusión general de los siguientes proyectos de ley, refundidos: 1. El que modifica el Código de Aguas para garantizar la participación de comités y cooperativas de agua potable rural, prestadoras de servicios sanitarios rurales, en los directorios de las comunidades de agua, correspondiente al boletín N° 17.324-33. 2. El que modifica el Código de Aguas para equiparar el número de votos a que tienen derecho los integrantes de las organizaciones de usuarios de aguas, correspondiente al boletín N° 17.325-33. - El Director Nacional de la Dirección General de Aguas, don Rodrigo Sanhueza. - El Presidente de la Junta de Vigilancia Río Maule, don José Manuel Silva. - El Presidente de la Junta de Vigilancia Río Hurtado, don Hugo Miranda.
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En nombre de Dios y de la patria, se abre la sesión.
El secretario dará lectura a la cuenta.
Secretario: Muchas gracias, Presidente. Se han recibido los siguientes documentos. En primer lugar, un correo del gabinete del Director General de Aguas, por medio del cual se excusa de asistir a la invitación forzada para hoy y manifiesta también su interés en asistir en una próxima sesión, más adelante, durante la discusión general. Asimismo, se recibe un correo del jefe de la bancada del Partido Unión Demócrata Independiente, por medio del cual se informa que el diputado don Fernando Borges Montesinos reemplazará al diputado señor Marco Antonio Zulantay Olivares en la sesión del día de hoy.
Presidente: ¿Algún parlamentario sobre la cuenta? ¿Sobre varios?
La sesión tiene por objeto continuar la discusión general de los proyectos refundidos. En primer lugar de la tabla, el primer proyecto es el que modifica el Código de Aguas para garantizar la participación de comités y cooperativas de agua potable rural, prestadoras de servicios sanitarios rurales, en los directorios de las comunas de agua, correspondiente al Boletín 17.324-33. En segundo lugar, se discute el proyecto que modifica el Código de Aguas para equiparar el número de votos a que tienen derecho los integrantes de las organizaciones de usuarios de agua, correspondiente al Boletín 17.325-33.
Hoy día nos acompañan: el Director General de Aguas, don Rodrigo Sanhueza (quien se excusa y señala que participará al final de la discusión); el Presidente de la Junta de Vigilancia del Río Maule, don José Manuel Silva; don Dagoberto Betancur; y el Presidente, don Hugo Miranda, quien solicita participar vía Zoom, acuerdo que se tomará al final de la sesión.
Se procede a la intervención. Tiene la palabra don José Manuel Silva, micrófono y botón.
Don José Manuel Silva:
"Bueno, primer que nada, buenos días. Agradezco la opción de estar acá y poder presentar un poco nuestra visión del tema, nuestra realidad. Nuestra presentación se basará, principalmente, en definir quiénes somos, qué es lo que hemos hecho y qué representa nuestra Junta de Vigilancia, nuestra asociación irrigante, y, en definitiva, nuestra cuenca. Posteriormente, iremos describiendo, de manera paulatina, cuáles son las funciones que se están cumpliendo en esta temporada y las gestiones que hemos realizado a lo largo de los distintos años. Finalmente, nos adentraremos en los proyectos mismos, aportando nuestra opinión respecto a la presentación realizada sobre estos dos puntos del proyecto.
Permítanme, en un momento, achicar esta presentación para mostrar de forma concisa quiénes somos. La cuenca del Maule es un río —de hecho, su nombre significa 'río de las lluvias'—, y es una cuenca bastante grande. Cabe destacar que es la más intervenida de Chile, ya que tiene participación directa de centrales hidroeléctricas."
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El 25% de la generación hidroeléctrica del país en esta cuenca es muy significativo. A eso se suma la cantidad de centrales que tenemos, que asciende a 13 dentro del río. Además, el 20% de las hectáreas regadas de Chile dependen de esta cuenca, abarcando 200.000 hectáreas, y más de 28.000 titulares de derechos de agua están bajo esta Junta de Vigilancia en particular. En conjunto, contamos con 200.000 hectáreas y 1.600 megas dentro de esta cuenca, lo que evidencia que se trata de una Junta de Vigilancia y de una cuenca bastante grande, especialmente en comparación con las presentadas el otro día en la Cuarta Región, que tenían alrededor de 30.000 hectáreas.
Esto es, en términos generales, nuestro río. En la imagen se aprecia que, en el extremo derecho, se encuentra la cordillera, próxima a la Laguna del Maule. Dicha laguna, originalmente natural, fue objeto de un importante proyecto en los años 40: el Fisco decidió peraltarla, es decir, levantarle el muro, para garantizar la seguridad de riego en la región. En esa época se llegó a un acuerdo, ya que el Fisco, a través de la DOH y del estamento encargado –junto con Chilectra o Endesa, según se conocía entonces– participó en el proyecto. Los regantes querían que la laguna albergara 800 millones de metros cúbicos, pero con la inversión de Endesa, se logró elevar su capacidad a 1.500 millones de metros cúbicos. Aunque es una laguna de gran capacidad, su elevada altitud reduce el tamaño de la olla hidrográfica, lo que dificulta la acumulación de agua, especialmente en períodos de sequía, haciendo que su recuperación sea muy lenta en la actualidad.
Asimismo, la convivencia con la hidroeléctrica nunca ha sido fácil; esta situación era especialmente tensa hasta antes de HidroAysén, cuando resultaba aún más complicado llegar a acuerdos, ya que imponían sus intereses de forma muy enérgica. Por otra parte, se deben considerar todos los ríos que abastecen esta cuenca. El más importante es el Melao, que fluye prácticamente de sur a norte. De hecho, la laguna del Dial, situada a la altura de Parral, desemboca en el Maule, evidenciando el tránsito hacia el norte. Finalmente, se encuentra Colbún, un lago artificial construido en la década de los 80 (alrededor de 1982–1983) en respuesta a la creciente demanda eléctrica del país. En esa época, mediante la Resolución 105 se retiraron a los regantes aproximadamente 1.500 millones de metros cúbicos de agua, y con ese caudal se constituyó Colbún. Si bien se ha defendido esta medida, aún no se ha alcanzado una solución definitiva en cuanto a la gestión de estos derechos.
Para comprender su funcionamiento, se ha establecido que existe una curva de derechos que oscila entre 50 metros cúbicos por segundo y 200 metros cúbicos por segundo, según el mes. Durante mayo, junio, julio, agosto y septiembre los derechos suelen estar en 50 metros cúbicos, aumentando ligeramente en noviembre, hasta alcanzar los 200 metros cúbicos en diciembre y enero, pico de consumo, que correspondían a los derechos originales. Todo lo que se encuentra por debajo de ese caudal representa el agua utilizada para llenar Colbún, de ahí se definen los caudales generales.
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En el fondo, los regantes pueden tomar el caudal máximo en caso de estar disponible en el río y, en caso contrario, deben ajustarse a la disponibilidad. O sea, si el río trae el agua de acuerdo a esa curva, nosotros la podemos tomar para efectos de poder usarla. Y después se establece que Colbún almacena, una vez respetados los derechos de riego, es decir, todo lo que sobra de dichos derechos ¡pum!, pasa a Colbún, ¿se entiende? De ahí se genera la regla de la operación: los primeros metros cúbicos son de riego y, posteriormente, el caudal corresponde a Colbún. Así funciona la cuenca, ese es, más o menos, el esquema para entender cómo opera este tema.
Acá están las centrales hidroeléctricas. Puse las más grandes porque existen otras de centrales más chicas, digamos. Pero Colbún tiene 667 megavatios y Enel tiene 882. Si se fijan, acá se identifican, en amarillo y rojo, prácticamente 12 centrales, y hoy día se agrega una nueva, la de Los Cóndores, que no aparece en el mapa; por lo que serían 13 centrales en esta cuenca. En general, en todo Chile, esta cuenca en particular es de alto caudal y tiene la ventaja de ser muy inclinada, lo que permite aprovechar dichos caudales de forma bastante eficiente.
Los acuíferos de la cuenca también son un tema importante. Nosotros tenemos tres acuíferos: el Maule Medio Norte, el Maule Medio Sur y el Maule Alto. Los acuíferos son, para entenderlo, los puntos de conexión de todas las aguas subterráneas; en el fondo, se usan tanto para riego, como para las sanitarias y para la PR. Aquí se registra que la cantidad de regantes –o, más bien, usuarios– asciende a 51 (hoy ya se sitúan alrededor de 60) y equivalen a 2.843 derechos.
Además, la capacidad de estos acuíferos es gigantesca. Se realizó un estudio bastante bueno en el año 2021, en el que se analizó toda la cuenca a nivel de varias cuencas. Se definió, en primer lugar, una fotografía de la cuenca describiendo las centrales y los derechos de riego existentes; posteriormente, se proyectaron los problemas a 10 y 40 años, proponiéndose soluciones para enfrentar esos desafíos en los próximos 30 a 40 años. Ese trabajo lo llevó a cabo la cuenca del Maule, a través de la DGA, y lo han replicado en varias otras.
Y, si se fijan, nosotros, como Junta de Vigilancia o como cuenca, poseemos 3.000 millones de metros cúbicos en reservorios, un poquito más, lo que indica que contamos con una gran cantidad de agua embalsada. Pero miren, en acuíferos tenemos 343.000 millones de metros cúbicos; eso es lo que tenemos hoy día, una fuente de agua muy grande, aunque no infinita. Y, si uno observa el crecimiento proyectado para el 2050, se nota que los consumos prácticamente se mantienen en torno a 3.043 a 3.035, lo que indica que la condición del Maule claramente no es la misma que la de la cuarta región.
Así, cada cuenca es un mundo; cada cuenca tiene sus problemas, sus aspectos positivos y negativos, y es muy importante comprenderlos para poder darles una solución adecuada, ya que, en ocasiones, se trata de una cuestión de inversión y no de falta de agua. Aquí nosotros botamos el 85% del agua cada año. El río se lleva todo el agua; no la botamos intencionalmente, ya que, en el fondo, el circuito lógico conduce el agua al océano y, por ende, no se aprovecha. Entonces, ante un problema tan grande, uno se pregunta: ¿cómo hacemos para recuperar este recurso? La idea es mostrar un poco nuestra realidad y cómo funcionamos, para luego abordar aspectos de gestión. Aquí nosotros hemos atravesado una sequía desastrosa; Chile ha enfrentado la sequía más brava en los últimos...
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Nosotros llevamos 13 años, 14 años, con el río por debajo de nuestros derechos, como regantes. El problema de la sanitaria, el problema del consumo humano en esta región no es tema; no hay problema con eso, digamos, quizá hay algunas regiones costeras que podrían tener inconvenientes por no contar con APR todavía y qué sé yo, pero son muy poquitos. O sea, en el fondo, el tema es que el 96% del consumo humano se cubre a través de aguas subterráneas y el otro 3% es de aguas superficiales, pero a nivel de costa se refiere, qué sé yo, a todo lo que corresponde a las ciudades costeras.
Por favor, vayan preguntando todo. Se lo agradezco mucho.
Diputado Sepúlveda, Alexis: una pequeña consulta, porque me he quedado dando vueltas. Yo soy parlamentario de la región del Maule y conozco la cuenca del Maule. Puso en su momento en una comisión investigadora a Fernando Medina, de la Agrícola Central. Todo bien en lo que ha señalado, pero la verdad es que tenemos problemas de agua para consumo humano, no específicamente en la cuenca, sino en todo el secano. La situación es bastante crítica, no solamente en verano; ahí hay datos duros con respecto a San Javier, Empedrado, y existen unas siete u ocho comunas que presentan un problema bastante fuerte de suministro de agua para consumo humano, según la distribución que se efectúa mediante camiones de aljibes.
Sin embargo, no entendí bien si se refería a que el problema del agua para consumo humano está resuelto en la región o en la cuenca. Lo que ocurre es que hay un potencial de agua gigantesco, proveniente de aguas subterráneas; de ahí que el hecho de que no se cubran las necesidades de la gente es otro problema, un problema de inversión. No es que esté resuelto hoy día, ya que el Código de Aguas le da a las APR y a todos los que tienen problemas de agua todas las facilidades para actuar. Entonces, de hecho, hoy día, al no contar con agua –y en la sesión pasada se hablaba de lavarse por presa y todo lo demás– si uno no tiene agua, no se soluciona el problema con camiones de aljibes.
A mí me llama la atención el tema de los camiones de aljibes, porque perfectamente pueden constituir un negocio de parentesco, de situaciones que yo no quiero culpar a nadie, pero es tanta la cantidad de personas involucradas en este asunto que claramente hay algo. Se tienen todas las herramientas para solucionar el problema, entonces, ¿cuál es el impedimento para aplicar esa herramienta? Incluso hay un estudio que señala que, si ahorráramos el 50% de lo que se gasta en los camiones de aljibes, se solucionarían todos los problemas de APR en Chile. En Chile, es, en definitiva, un despilfarro; es una corruptela, exactamente.
Entonces, lo que hay que hacer, precisamente en este caso –y aquí quiero llevarlo a esto, presidente, diputado– es asumir las aseveraciones. Estamos en una comisión de la Cámara de Diputados. Entiendo la impresión que usted pueda tener al respecto; si tiene algún dato sobre esa corrupción que señala, me gustaría que lo aportara para que, en nuestra función fiscalizadora, podamos actuar. Yo no tengo ninguno, pero, a juzgar por mis impresiones, existen datos de que se gasta mucho dinero en un tema que eventualmente debe abordarse de otra manera.
Dicho eso, si usted conociera cómo están formulados los proyectos de APR, cómo se evalúan en el Sistema Nacional de Inversiones y cómo se emite una recomendación social, entenderá que no es tan sencillo llegar a armar un proyecto de este tipo en una zona del secano, donde la distribución geográfica de las familias es muy lejana. No es un tema, como usted lo plantea, que todo pueda estar solucionado; en esos casos habrá que buscar, desde las políticas públicas, soluciones individuales, pero no a través de APR, porque cuando la distancia de una familia es de dos kilómetros, o incluso más –cuatro kilómetros o más–, no existe ningún proyecto que demuestre rentabilidad social para sostenerse en el Sistema Nacional de Inversiones, con la metodología actual. Dicho eso, evidentemente, yo creo que tenemos un problema, y la verdad es que…
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En términos de políticas públicas, deberíamos estar más que pensando en soluciones colectivas para estas problemáticas que tienen mucha distancia entre los beneficiarios y las soluciones individuales. Ahí yo creo que está la solución a esto, que, obviamente, sin duda, comparto, se gasta una cantidad importante de recursos en términos de distribución de agua para el consumo humano. Pero el problema de la región no está resuelto, más allá de qué recursos hídricos tenemos.
Un segundo, diputada Barchiesi. Yo tengo un informe de Contraloría respecto a la irregularidad de los camiones de energía, al menos, acá en la región de Valparaíso. Feliz se las hago llegar y le pido, por favor, que las preguntas las dejemos para el final para poder escuchar a los invitados.
Muy bien, diputada.
Bueno, aprovechando de contestarle al diputado con respecto a lo que dice, o sea, entiendo que tampoco tengo antecedentes, porque, obviamente, si los tuviera, los pondría a disposición. Pero, claramente, no sé; para fiscalizar no necesariamente hay que tener antecedentes, uno puede también fiscalizar cuando tiene dudas. Entonces, esa es una labor de ustedes, no nuestra. Yo creo que es un tema a atacar, sin duda, para poder buscar la solución; es decir, ver de qué manera, no sé, cuáles son los dueños de los camiones y buscar dónde está el problema en ese tema, precisamente eso.
Ahora, con respecto a la solución en particular, de darle una solución definitiva a zonas que son de poca concentración... Don José Manuel Silva, disculpe, es que tenemos otro invitado más y, al final, son preguntas y la idea es poder enfocarnos en... Perfecto.
Pero, al final, esto es un tema de falta de recursos. Al fin se traduce en eso: si está la legislación, está todo, y no están los recursos para poder hacerlo, o es poco práctico, o es poco, etcétera.
Bueno, decir que, en general, las organizaciones de usuarios de agua nunca han sido un obstáculo para satisfacer las prioridades. Nosotros hemos tenido muchas ocasiones en las que hemos tenido que abastecer, por ejemplo, cuando de repente se secan algunas norias o se presentan inconvenientes en los canales; entonces, todo eso lo hacemos de forma natural dentro de la asociación, porque viene el reclamo, se soluciona y se sigue avanzando.
Por ejemplo, hay otra cosa que también me gustaría mencionar. Yo, particularmente, tengo una empresa que es un frigorífico y, al lado de San Rafael, quedan alrededor de diez casas pegadas al frigorífico que no tienen agua, pegadas al pueblo. Y yo hice un pozo profundo ahí, autorizado y representado por la DGI, y a 45 metros tengo el agua que quiera. Por supuesto, les pasé el agua a las diez casas que la están tomando, se están bañando y haciendo de todo, pero el municipio no puede dar una solución. ¿Quién entiende eso? Entonces, vamos a lo mismo, y quizá hay muchos casos más como ese.
Después, gestión eficiente. Decir que, en el fondo, las organizaciones de usuarios de agua parece que tienen varias presentaciones que hacer y no es simplemente llegar y hacerlo. Pero eso ya es un problema de traba: si está el agua, está todo, ¿por qué no se hace? Uno no entiende este tema.
Las organizaciones de usuarios de agua superficiales tienen una tradición centenaria, con registro de sus funciones desde el siglo XIX; llevamos muchos años cumpliendo esta labor de administración de las aguas. Su experiencia ha evolucionado, basada en el conocimiento práctico y empírico por su contacto directo con la realidad.
Aquí tenemos la situación de la Laguna del Maule. La Laguna del Maule, como les dije, tenía una capacidad de 1.500 millones de metros cúbicos. Nosotros, desde el año 2010 hasta ahora, hemos logrado recuperarla a la mitad de su capacidad, después de una gestión gigantesca de parte de nosotros y no de la eléctrica, porque hacemos un ahorro año a año de 40 a 50 millones de metros cúbicos que se van dejando en la laguna. Y, cuando nos tocó el año bueno, que fue el 23-24, después de esa lluvia gigantesca, se pegó la levanta y esa agua no la ocupamos en la laguna. Hoy tenemos la laguna al 50% de su capacidad, lo cual es algo que no teníamos hace muchos años.
Después, por otro lado, porque creo que es importante, sobre todo para ustedes que están presentando estos proyectos, saber cómo funcionamos. Entonces, ¿ustedes saben lo que es una consigna de riego, por ejemplo? ¿Alguien sabe lo que es una consigna de riego? Sí, pero, ¿se dan cuenta? O sea, ¿cuál es el efecto? La consigna de riego es lo que determina la Junta de Vigilancia.
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Y es transmitirle a los usuarios de agua cuánto es el porcentaje de sus derechos que se van a distribuir a prorrata. O sea, por ejemplo, si yo tengo 100 litros por segundo dentro de este río y el río trae menos agua, entonces vamos a tener 50, y trabajaremos con una consigna del 50%. Por eso se distribuye a prorrata esa consigna.
Después, ¿quién tiene la función de definir esta consigna? Las juntas de vigilancia. ¿Cómo define un directorio una consigna de riego para los próximos meses? Si yo no sé cómo va a caer el río, no sé cómo va a pasar esto, entonces, ¿cómo manejo la cuenca? ¿Cómo manejo este tema? Es bueno, personalmente, creer que el diablo está en los detalles. En estas cuestiones hay que meterse a fondo para poder realmente darle una solución que sea funcional y bien pensada.
A continuación, ¿cómo controla la junta de vigilancia la cantidad de agua que extrae de los distintos cauces? Ustedes pueden ver hoy día la tecnología que hay detrás de este tema. Hoy día, la junta de vigilancia, que la administra don Dagoberto, tiene toda la información de lo que se retira de los distintos caudales de los canales, todo mostrado en un televisor muy bonito donde se visualizan las extracciones de forma simultánea, y él va controlando permanentemente cuáles son dichas extracciones. Hoy día esta cuestión se lleva a la pata.
¿Qué nos falta hoy día? Estamos incorporando dentro de la junta de vigilancia a la hidroeléctrica, y ahí vendrá otro paso: controlar las extracciones y las funciones de la hidroeléctrica, que sí lo hace la DGA, por lo que también tenemos esa información.
Aquí, por ejemplo, les voy a mostrar un poquito –yo creo que es reimportante, aunque me alargue un poco– para que ustedes entiendan cómo funciona la junta de vigilancia y cómo funcionan los usuarios de agua, de modo que, si están proponiendo cambios, vayan alineados con lo que realmente se quiere mejorar y no se trate únicamente de algo ideológico.
Por ejemplo, allí se muestran varios datos en los que la consigna –es decir, el agua que vamos a distribuir– está en rojo. Nuestros derechos, que en ese mes de febrero corresponden a 180 millones –o sea, a 50 metros cúbicos por segundo–, y nuestra consigna se encuentra por debajo de lo que tenemos derecho. Asimismo, el río, representado en azul y ubicado en la parte inferior, está por debajo de nuestra consigna; de ahí que tengamos derecho de tanto, con nuestra consigna situada aquí abajo y el río igualmente aquí abajo.
Ante esta situación, ¿cómo podemos regar con esa consigna? En base a ello, tenemos la Laguna del Maule como una alternativa. La Laguna del Maule es una fuente de extracción de agua que se creó precisamente para que, en verano, se pueda retirar el agua que el río no trae. Sin embargo, la laguna no se llena. Por ello, nosotros, como junta de vigilancia, hicimos un convenio con Colbún, que está mucho más abajo y se llena todos los años, y le propusimos: “¿Qué te parece si ahorramos agua en primavera, cuando la necesidad no es tan grande, y la usamos en verano?” Colbún nos respondió: “Perfecto, hagámoslo, pero si se llena el embalse, el agua que se desecha es la tuya, no es la mía.” Así, a pesar de las restricciones que no nos dejan quedar tan bien parados, la mejor alternativa que podemos tener es ahorrar esa agua en primavera para utilizarla en verano, cuando en los últimos 12 a 14 años no hemos contado con suficiente agua en los ríos.
Es una muy buena alternativa, que al comienzo –con respecto a lo de los pequeños– fue algo discutida, pero hoy día es hiperaceptada por todos, ya que ha permitido sobrellevar años difíciles gracias a este tipo de medidas. Promedio del caudal: 112; consigna: 150.
Por último, cabe destacar que existe un pronóstico realizado por el coordinador eléctrico, basado en las mediciones de los hielos en la cordillera –evaluando profundidad y densidad– que establece cómo van a bajar los embalses, es decir, cómo van a bajar los ríos, ya sea con mucha agua o con poca, y hasta cuándo van a durar. Con ello se realizan las proyecciones correspondientes.
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Tecnología aplicada detrás de esta cuestión y que se puede usar, digamos. Entonces, en este caso, nuestra proyección –o esto que hace el coordinador de elecciones– dice que íbamos a tener 95 metros cúbicos por segundo en febrero. Nosotros queríamos 150, por lo tanto, tenemos que suplir 55, lo que equivale a 133 millones de metros cúbicos. Después, en marzo, lo mismo, y ahí tenemos. Entonces, nosotros decimos: de Colbún hemos ahorrado 117 millones de metros cúbicos; de la Laguna del Maule vamos a sacar 15 para los canales de arriba y 63 para los canales de abajo, y con eso completamos la cuota de 78 millones de metros cúbicos de la Laguna del Maule, más los 117 que son de Colbún.
En base a esto, y con ello lo que les quiero transmitir es que hay mucho profesionalismo detrás de este tema. Esto es muy técnico, por lo que a uno le cuesta un poco entender que, de repente, se busquen soluciones que van por otro lado. La Junta de Vigilancia y la Organización de Usuarios de Agua funcionan, y funcionan bien. Y si no lo hicieran, habría muchas demandas, porque los caminos en el Código de Agua están establecidos. O sea, cuando alguien se siente perjudicado porque no le está llegando el derecho que le corresponde, va a reclamar a la DGA, y ésta tiene la facultad de intervenir esa Junta de Vigilancia, esa cuenca, etcétera. ¿Usted sabe cuántas Juntas de Vigilancia hay en Chile, cuántas cuencas y cuántas están intervenidas? ¿Tienen alguna idea o no? Una: la del Maipo; la otra, ninguna intervenida, y no lo están por algo, porque están haciendo bien la pega.
Por eso es importante ver cómo funcionan estos esquemas antes de llegar a cambiarlos, ya que, insisto, esto es para todos y hay que meterse a fondo en los detalles para poder resolver los problemas. Si por encima nadie soluciona nada, ¿un problema local justifica un cambio a nivel nacional? Las cuencas más afectadas por sequía están promoviendo cambios que no son aplicables a la realidad de todas las cuencas de Chile. Entonces, de repente, hay que dar una solución a una cuenca y no a todas, pues las soluciones de una no son las de todas. Uno de los grandes errores es insistir en leyes y normativas centralistas que desconocen la realidad de cada zona, río, región o cuenca.
Ahora, ¿qué problema se quiere resolver con estos proyectos? Aquí nos vamos metiendo un poco más al fondo de los temas. No se entiende, para mí por lo menos, y de acuerdo con mi experiencia –llevo no sé, 12 o 15 años en el tema de las aguas–, no se entiende por qué las APR quieren incorporarse a las Organizaciones de Usuarios de Agua, dado que, de hecho, ya están incorporadas en la Junta de Vigilancia y existen una serie de definiciones. Si el Código de Agua del 22 le solucionó los problemas, lo que tienen que hacer es exigirlo. Hoy día, ellos pueden cavar el suelo para sacar el agua que quieran, no tienen que pedir derechos, se les otorga derecho contra disponibilidad. Incluso pueden decirle a la DGA: “Oye, este río lo necesito, porque no tengo agua para toda esta gente; necesito sacar hasta 12 litros por segundo” –12 litros por segundo equivalen a 400 camiones de alquiler.
Para que vayamos dimensionando el problema, la DOH es responsable de implementar las soluciones definitivas. Uno va a la DGA, le pide la solución, y la DOH debe ejecutarla a nivel de obra. Pero, ¿qué pasa con la DOH? No hay lugar, y la obra no se hace. Cambiamos todo el sistema porque no hay espacio para ejecutar las obras que se deben realizar. ¿Se fijan? ¿Cuál es el problema? Falta inversión. Estas protestas desvían el foco de los problemas reales. Estos proyectos tienen un sesgo ideológico más que técnico, es lo que yo percibo: siempre terminamos en lo mismo, falta inversión.
Tomando, además, la presentación que vi en los videos de lo que se hizo acá en la Cámara, una diputada dijo que el 90% de los derechos de agua consultivos están en manos de las grandes empresas. Eso es falso, eso no es correcto. Entonces, si yo estoy basando un cambio al Código de Agua.
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En información que no es correcta, algo está mal, digamos. Entonces, yo le traje un ejemplo: el Melado. El Melado es un río de 30.000 hectáreas, que riega 30.000 hectáreas, que es más o menos todo lo de la Cuarta Región, para que tengamos una similitud. Ahí está todo lo que hace el Melado: túnel del Melado, canal Melado, Ancoa, Chihueno, sector Longaví, sector Centro Linare, Yepu, Roblería, etcétera. O sea, es como una gran entidad.
Y aquí tenemos la distribución de los asociados del canal Melado. Me permití separarlos en pequeños, medianos y grandes, porque no es una definición creada hoy día quién es grande, quién es chico o quién es mediano; no es algo que esté definido. Pero yo dije que, de 6 hectáreas para abajo, será chico, será un huerto, será una cosita chiquitita en la casa, donde la mayoría son los de 0,73 hectáreas (menos de una hectárea).
Por ejemplo, ¿ustedes han dimensionado el problema que le están generando a todas las asociaciones regantes al no atacar y no resolver el problema de las subdivisiones agrícolas? Es gigantesco, es gigantesco. Y nosotros, todas las asociaciones regantes –por ejemplo, acá tenemos hoy el 49% de nuestros accionistas que tienen menos de una acción y riegan menos de una hectárea–, y ustedes, con lo que quieren hacer de darle el voto a cada comunero, le van a dar el poder de manejar esto a la gente que tiene parcelas de agrado y no riego. Entonces, no le veo sentido, no le veo nada de sentido.
José Manuel Silva: ¿Que sigo, no? Sí, no, disculpe, yo le voy a pedir un poco de respeto. La instancia ahora es para debatir, para poder escuchar. Llevamos ya como un cuarto comentario sobre el proyecto, sobre la iniciativa independiente, de la cual no todos los parlamentarios quizás comparten el contenido; pero la idea de esta instancia y el haberlo invitado es poder recoger sus opiniones, poder dialogar en buena forma, en buena línea, sin confrontar. Al fin y al cabo, se trata de proyectos ideológicos.
Al principio, yo lo que intento decir –¿cómo le expreso eso, José Manuel?– es que, aunque aquí hay parlamentarios presentes y quizás ya se han expuesto argumentos similares, yo tengo que velar por lo que corresponde en este debate. Yo, como presidente, estoy mostrando puros números. José Manuel Silva: No. Yo lo que tengo que velar es que en esta instancia se genere un debate y se establezcan también las bases del respeto. Oiga, ningún problema en poner lo que yo quiera; ahora, permítanme decir lo que pienso, si no avanzamos nada.
Por supuesto, yo le diría que dentro de las asociaciones regantes no existe el tema político, no existe, pues en el fondo no es conveniente colimar nuestras apreciaciones con tantos adjetivos calificativos. Simplemente, a lo menos, si ustedes me lo permiten, colegas, propongo que evitemos en lo posible adjetivos que puedan hacer que el debate se torne demasiado áspero. Personalmente, no me gustaría tener ese tipo de discusión con usted, pues es un invitado, pero si se colocan adjetivos calificativos en cada postura, igual se escalona el debate. Yo solo he dicho que este es un proyecto ideológico, que es político, y que algunos diputados presentan proyectos que no tienen sentido. Eso es lo que he afirmado –lo pueden escuchar después, si lo desean.
Lo que he tratado de mostrar son todos los temas técnicos, todos los números que sustentan este asunto, y ustedes no están al tanto de esos antecedentes. Entonces, si no es en base a esos datos como se llega a solucionar este problema, ¿qué es lo que realmente se pretende?
Con esto, voy a seguir con la presentación, a ver qué les parece. Después, se procederá a un voto. Esto forma parte de la presentación del tema: un voto igualitario para cada usuario, una reforma de la elección. Esto quiere decir que no estamos de acuerdo en cómo funcionan las organizaciones de agua, porque si queremos cambiarlas es precisamente porque no estamos conformes con su funcionamiento. Y ustedes no están muy al tanto de cómo operan, ya que acabo de preguntar y no se tenía muy claro. Entonces, ¿han dimensionado los efectos de esta propuesta? ¿Por qué podría funcionar mal? Yo, incluso, tomo lo suyo: ¡funcionan bien! Pero me hago la siguiente pregunta: ¿y por qué podrían funcionar mal?
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