1.- De 12:30 a 13:15 horas:
Recibir a la señora Itziar De Gregorio, representante en Chile de European Southern Observatory (ESO) a objeto de conocer las inquietudes respecto del impacto del proyecto de hidrógeno verde INNA de AES Andes, ubicado en el norte del país.
2.- Bol.N° 8467-12 De 13:15 a 14:00 horas:
Continuar el análisis de las indicaciones presentadas al proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, sobre administración del borde costero y concesiones marítimas (Boletín N° 8.467-12).
A este punto se ha invitado a representantes de la Asociación Chilena de Desalación y Reúso AG, ACADES.
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Buenas tardes, señoras y señores de la Asamblea. En nombre de Dios y la Patria, vamos a iniciar el comité, dado que no tenemos el quórum para partir. Tenemos la presencia, primero, de saludar a la senadora Isabel Allende, que nos acompaña en esta sesión y que tiene por objeto recibir a la señora…
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Y Itziar de Gregorio, representante en Chile del European Southern Observatory (ESO), objeto de conocer las inquietudes respecto del impacto del proyecto de hidrógeno verde INNA de AES Andes, ubicado en el norte del país. Está también con nosotros el representante de Bienes Nacionales, don Luis Felipe Zegulveda. A ellos les toca en un ratito más, digamos, igual que la Asociación Chilena de Desalación y Reúso. Bien, pues vamos a partir por el comité para no retrasar más a nuestros invitados. Así que, señora Ixtia, tiene la palabra.
SEÑORA IXTIA LÓPEZ MARTÍNEZ:
Muchísimas gracias y un cordial saludo en representación del European Southern Observatory (ESO). Voy a iniciar esta presentación hablando sobre quiénes somos, qué es lo que hacemos y por qué lo hacemos. Luego, pasaré a comentar la preocupación que tenemos respecto del proyecto INNA, que es un megaproyecto que se intenta instalar en las cercanías de uno de los observatorios que estamos operando.
El European Southern Observatory (ESO) es una organización europea para la investigación astronómica en el hemisferio austral, y nuestra principal misión es diseñar, construir y operar los telescopios astronómicos más avanzados de la Tierra. Además, tenemos un énfasis muy fuerte en fomentar la colaboración internacional para la astronomía. A día de hoy, somos el observatorio astronómico terrestre más productivo del mundo.
El ESO se originó en los años 60, fundado por cinco Estados miembros europeos y, a día de hoy, lo conforman 16 Estados. Tenemos un socio estratégico que es Australia y todos nuestros telescopios están en Chile, país anfitrión. El único motivo por el cual 16 Estados europeos colocarían estos grandes telescopios en Chile es la excelente calidad de sus cielos, ya que Chile posee los lugares más oscuros y prístinos del planeta, siendo la última ventana al universo.
El ESO inició en los años 60 con el Observatorio de La Silla, en la región de Coquimbo. Al norte, somos uno de los socios contribuyentes al interferómetro ALMA y, en Antofagasta, contamos con un telescopio llamado BLT, formado por cuatro telescopios de más de ocho metros que pueden operar individualmente o en conjunto, formando otro telescopio denominado BLTI. Estos telescopios llevan operando 25 años y han tenido una importancia fundamental en el desarrollo de la astronomía a nivel mundial; de hecho, hasta el momento se han otorgado tres premios Nobel gracias a datos obtenidos con estos observatorios.
Muy cercano al cerro donde se ubican estos telescopios, a unos 25 kilómetros en el Cerro Armazones, estamos construyendo el mayor ojo del mundo, un gigante de 40 metros de diámetro. Además de impactar numerosas áreas de la astronomía, este proyecto tiene como objetivo principal intentar detectar vida en otros planetas.
Entre los dos cerros, este año iniciaremos la construcción de un tercer observatorio muy importante para los rayos gamma, llamado CTA (Cherenkov Telescope Array), que es extremadamente sensible a la contaminación lumínica. A pesar de habernos mantenido resguardados frente al aumento de la contaminación lumínica, debido a la distancia de diversas industrias, cada vez se observa la aparición de más industrias que se están acercando peligrosamente al observatorio. Esto se puede apreciar en la imagen de la derecha, una imagen satelital en la que se distinguen las luminarias de diversos proyectos industriales y de ciudades.
Sin embargo, recientemente hemos sabido de un proyecto, se llama proyecto INNA de AES Andes, que es un megaproyecto industrial que pretende instalarse…
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Al lado del observatorio estamos hablando de 5 kilómetros del centro del CTA, que es un conjunto de telescopios. En realidad, la primera antena estaría incluso más cerca del comienzo de este proyecto. Está situado a 11 kilómetros del VLT y estaría formado por un parque eólico gigante, una planta fotovoltaica de varios metros cuadrados de extensión, una desalinizadora, planta de producción de hidrógeno y de amoníaco, y un puerto industrial que se encontraría situado justo debajo del observatorio VLT, a 16 kilómetros de distancia. Además, tienen un modelo de industria que pretende atraer a otras industrias al área para que usen este puerto para exportar internacionalmente. El proyecto fue enviado a estudio de impacto ambiental a finales del 2024.
Este proyecto, debido a la envergadura y a la distancia tan cercana a nuestras instalaciones, va a producir diferentes impactos nefastos a estos observatorios. El primero está relacionado con la contaminación lumínica. Cuando aumentamos la contaminación lumínica de un sitio, se imposibilita la detección de objetos muy débiles, y ese ha sido uno de los principales motivos por el cual se trajeron estos telescopios gigantes a estos lugares, para poder acceder a dichos objetos.
Además, durante la fase de construcción, la cantidad de emisión de polvo a la atmósfera va a afectar no solamente a nuestros espejos e instrumentos, debido a que se depositará en ellos, sino que también aumentará la contaminación lumínica, la opacidad atmosférica y difundirá la luz por el polvo. Después, también se observará un aumento de turbulencia atmosférica. Esto es muy importante, porque en nuestros observatorios trabajamos con una técnica que se llama óptica adaptativa, mediante la cual casi simulamos que estamos observando en el espacio. Para ilustrar la diferencia entre aplicarla y no, he incluido un par de imágenes: la imagen de la izquierda es con óptica adaptativa y la de la derecha es sin óptica adaptativa, lo que evidencia un impacto muy fuerte en la calidad de la imagen.
Por último, el hecho de tener estas turbinas eólicas tan cerca del observatorio va a producir una serie de microvibraciones que ponen en riesgo las observaciones con el VLTI y con el ELT. Acabamos de terminar el estudio científico-tecnológico de estos impactos y hemos podido cuantificar el daño, el cual será tremendo, hasta el punto de impedir ciertas modalidades de observación.
Uno de los impactos más importantes se producirá en cuanto al aumento de la contaminación lumínica. Nosotros hemos hecho estos cálculos desde cero, utilizando los mejores modelos a nivel mundial, que se llaman ILUMINA, y empleando el diseño de iluminación que el proyecto INNA ha enviado a impacto ambiental, el cual consideramos un modelo bastante irrealista e ideal. Creemos que la contaminación será incluso superior a lo que se muestra aquí; el mínimo impacto calculado es un aumento del brillo del 35% en Paranal y del 54% en el CTA. Además, esto se amplifica en presencia de nubes, y tenemos presencia de cirros un porcentaje del tiempo en estos lugares, lo que permite realizar observaciones astronómicas.
Para ilustrar de qué estamos hablando, a mano izquierda se representa el modelo de contaminación lumínica en la situación actual: un círculo que simboliza el horizonte, abarcando los 360° y con el centro apuntando al cénit. Con el proyecto INNA, obtendríamos la imagen de la derecha, en la que se observa un aumento muy importante de la contaminación lumínica, que llega a superar el 10% a más de 45° en algunas zonas del cielo, en presencia de nubes.
En conclusión, a partir de todos estos cálculos científico-tecnológicos se concluye que la única mitigación de estos impactos, tanto de la contaminación lumínica como del resto de afectaciones, sería la reubicación del proyecto, situándolo a una distancia de entre 50 y 100 kilómetros, de nuevo utilizando los modelos de iluminación que ha enviado la empresa. Para entender un poco mejor este impacto sin adentrarnos en cifras, se ha representado una imagen que muestra el nivel de oscuridad de los cielos de Paranal y de Armazones en comparación con otros observatorios astronómicos a nivel mundial.
15:00
Profesionales, por cierto. Aquí no gana el que más banderas tiene, gana el que se encuentra más a la izquierda. En primer lugar, en cuanto a oscuridad y calidad de cielos, tenemos a Paranal, seguido del Cerro Armazones. Después llega otra serie de lugares. Si situamos este proyecto aquí, primero sacaríamos a Chile del número uno mundial en calidad de cielos y, segundo, se situaría en un rango entre 1% y 10%. Esto quiere decir que este lugar pasa a ser del montón o, incluso, bastante peor que el resto de observatorios promedio.
Entonces, para resumir, ¿cuáles serían las consecuencias del proyecto INNA si se instala en el lugar donde pretenden instalarse ahora mismo, tan cerca del observatorio? Primero, perderíamos el liderazgo mundial en calidad de cielos. Los cielos de Paranal y de Armazones dejarían de ser competitivos para futuros megaproyectos astronómicos. Después, los telescopios VLT, VLTI y LT perderían su capacidad de observar como si estuviesen en el espacio. Las vibraciones producidas por las turbinas eólicas imposibilitarían observaciones con VLTI e impedirían la estabilidad necesaria para alinear los 40 segmentos que forman el espejo gigante de 40 metros del LT.
Después, por supuesto, se produciría una disminución de la inversión de ESO en el desarrollo de instrumentación futura. Nosotros, como organización internacional, estamos continuamente invirtiendo en el desarrollo de futuros instrumentos. Esto es lo que hace que permanezcamos a la cabeza de la astronomía mundial. A futuro, se produciría además una fuga de megaproyectos astronómicos, lo que implica pérdidas nacionales y regionales; estamos hablando de fondos para el desarrollo de la astronomía, del 10% de tiempo de observación para científicos chilenos y de los acuerdos científicos y tecnológicos internacionales que tiene a día de hoy Chile.
Una cosa fundamental que se produce en el observatorio es la formación del capital humano más avanzado, del cual Chile también goza, y el futuro de Chile como líder en telescopios astronómicos ópticos en tierra quedaría comprometido para siempre. Las soluciones, como comentábamos a partir de todos estos cálculos científico-tecnológicos que hemos realizado por casi seis meses, indican que la única forma de mitigación es la reubicación de este megaproyecto a una distancia de seguridad.
Por otro lado, necesitamos actuar rápido. La continuación del proceso de evaluación ambiental podría prolongarse años y esto obliga a reevaluar los proyectos astronómicos planificados de ESO en construcción y futuros. Entonces, nosotros queríamos proponer la declaración de zonas de exclusión, donde el impacto de estos proyectos industriales se mitigue por la distancia a los observatorios, lo que permitiría que Chile protegiese su reputación mundial y su compromiso con la astronomía, así como su liderazgo en cuanto a calidad de cielos.
Y, por último, comentarles que llevamos más de 60 años de colaboración y de amistad entre ESO y Chile, y esto es lo que ha hecho que podamos seguir pensando en este lugar como sitio para colocar los observatorios más avanzados del planeta. A día de hoy, tenemos 16 Estados miembros de ESO, extremadamente preocupados por esta situación y solicitando responsabilidad sobre la protección de los cielos y el respeto a los compromisos internacionales.
Muchas gracias.
Muchas gracias, señora Itziar. Agradecemos su presentación. Le damos la bienvenida también al senador Ricardo Lagos. Estamos ya en condiciones de iniciar formalmente la sesión: se termina el comité y se inicia formalmente la comisión. Vamos a dejar abierto, entonces, para que puedan desarrollarse algunas preguntas, si estima usted, senadora, y posteriormente, senador Lagos.
Quiero preguntar de inmediato a senadora Allende, a senador Lagos y, después, –ya, perfecto– senadora Allende, después senador Lagos.
Presidente, lo primero: quisiera saber si conocemos o ya se dio a conocer el informe de la Ceremi de Medio Ambiente, que yo entiendo se opuso cuando realizaron las evaluaciones. Creo que esto es extremadamente relevante y, como no se ha hecho mención, me gustaría saber si además hemos invitado –o podemos invitar– al Ministerio de Medio Ambiente para que nos informe al respecto, porque lo que nos señala la expositora y lo que se ha dicho resulta bastante elocuente en términos de gravedad, por compromisos internacionales, compromisos nacionales y, por el bien, digamos, de la observación y el acceso a la observación, entre otros aspectos.
Me parecería muy relevante que, primero, tengamos la opinión del área de Medio Ambiente; segundo, conozcamos ese informe, pues entiendo que se opuso con bastantes argumentos según lo que he escuchado; y, tercero, yo no sé si…
20:00
Además de invitar al Ministerio de Medios Nacionales, se puede invitar a la Superintendencia, en definitiva, para saber si existe o se ha explorado, o, pregunta que hago también, aprovecharle a la representante de ESO si ha explorado alguna solución, conversación o negociación más allá de nuestros trámites, digamos, legales que tienen que ver con nuestra ley, digamos, la regulación de las fiscalizaciones o, más bien, los permisos de los proyectos. Eso es lo que me gustaría saber. Gracias, senadora Allende.
Vamos a acumular las preguntas. Senador Lagos. Sí, gracias.
Bueno, le doy la bienvenida a la representante. Una pregunta, señor presidente, y yo valoro la representación. Yo creo que la pregunta es sencilla: ¿qué dice la autoridad chilena? Porque este tema no es solamente un tema medioambiental ni de serenidad, y estoy de acuerdo y respaldo lo que señaló la senadora Allende; acá hay un tema casi de política exterior respecto a este proyecto. Yo me gustaría oír la opinión de la Cancillería, tal vez del Ministerio de Hacienda, ya que esto tiene un impacto económico; Chile ha invertido en esto, en comillas, porque los recursos metálicos provienen de los socios estratégicos en este proyecto, lo que no hace falta decirlo por razones económicas, etcétera. Pero nosotros tenemos, y la única razón por la que está establecido acá no es porque seamos los más fiables del mundo, ni porque tengamos la gente mejor capacitada, sino básicamente por la calidad de los cielos. Esa es la razón por la que están establecidos.
Y a partir de ahí, esto tiene una serie de encadenamientos muy importantes: el tema académico, el tema universitario, el tema de investigación, el privilegio que le da a Chile de poder contar –entiendo, me pueden corregir, y si así lo desean los astrónomos chilenos o científicos, me indicarán si algo está mal– con un espacio reservado para la observación, ¿10%? ¿10%? Entonces, todo eso es lo que está en juego.
Yo no me estoy oponiendo al proyecto INNA, no quiero; pero creo que esto amerita una mirada que excede los temas tradicionales del permiso o del estudio de impacto ambiental. Es un tema de política exterior, es un tema académico de investigación con la universidad chilena que va a implicar esto, y, además, puede hipotecar eventualmente el futuro de estos proyectos. No es que nadie vaya a retirar los telescopios, me imagino, a corto plazo, pero esto no va a seguir creciendo; ustedes han visto que la evolución de este proyecto es permanente, siempre se está preparando un proyecto nuevo o se está construyendo uno nuevo.
Entonces, en resumen, no se trata solamente del medio ambiente; yo quiero que se escuche la Cancillería, que creo que sería importante conocer su opinión en esta materia, y el Ministerio de Hacienda, por los impactos económicos que tiene esto, y, no sé, si el Ministro de Ciencia eventualmente puede opinar respecto al impacto que esto puede tener. Y, para ser correctos, también me gustaría conocer más del proyecto INNA: en qué consiste, por qué tiene que estar ahí, o si se puede modificar o si ya se otorgó un permiso, para ver cómo se puede conversar o renegociar eso, de modo que todos asuman, en cierta medida, el costo de mover el proyecto. Esta última parte me puse más lírico, pero… Perfecto.
Mire, la próxima semana vamos a invitar a todos los que usted señala para poner en marcha la atención del Gobierno en esta materia, a los distintos ministerios y también a los titulares del proyecto INNA.
Senadora Allende: En la misma línea que señalaba el senador Lagos, que yo comparto plenamente, no se trata solamente de medio ambiente y de lo tradicional, sino que, evidentemente, también pensé en el Ministerio de Ciencia, porque además entiendo que hay una carta pública que fue enviada por muchísimos científicos de este país –más de mil firmas– señalando las consecuencias, los peligros y, en fin, lo que hemos hablado aquí en extenso. Entonces, creo que es importante tenerlo en consideración, y me gustaría efectivamente que pudiésemos hacer una sesión probablemente más larga, con tema único, sin dividirla, para que podamos realmente dedicarnos a esto, ya que nos parece lo suficientemente grave como para convocar a todas estas personas y, sobre todo, ver si existe o se ha abierto un espacio excepcional de negociación que involucre a nuestro gobierno o a relaciones exteriores, o qué es lo que se está pensando al respecto.
25:00
Por mi parte, yo presento las siguientes inquietudes. Primero, yo creo que aquí tenemos un problema que no es de eso, este problema no es causado por eso. Tampoco creo yo que a propósito a Sández haya decidido instalarlo así porque se le ocurrió. Entonces, aquí tenemos un problema de la legislación, tenemos un problema de la definición del uso del territorio y de la normativa. A mí no se me ocurre que este proyecto haya sido creado e inventado en tres, cuatro meses. Debe tener estudios de tres, cuatro, cinco años antes de entrar al estudio de impacto ambiental. Por tanto, por eso vamos a escuchar también a Ina y a todos los actores. Entonces, el problema más bien, me da la impresión que cumpliendo con la normativa genera una dificultad muy grande por todo lo que ustedes acaban de mencionar.
Y además, quisiera preguntarles, en el caso, yo soy senador de la región de Coquimbo, conozco bien el tema de la observación astronómica y todo lo que significa para nosotros como región, y todo ello, la ESO también tiene actividades allí, y existe en la normativa lo que se llama las zonas de interés científico para efectos mineros. Por ejemplo, no se puede desarrollar ningún tipo de proyecto a cierta distancia de estos observatorios en la región. Yo me imagino… Bueno, en este caso existe esta zona de interés científico para efectos mineros. Me imagino que podría existir o no alguna restricción o zonas de protección también. Pues, también quisiera saber exactamente si se está vulnerando esa norma con la localización de este proyecto. Me parece curioso, porque este es un proyecto de 10.000 millones de dólares. Entonces, me parece increíble que no hayan visualizado el efecto sobre el Observatorio Astronómico. O sea, aquí, por eso me cuesta pensar, me cuesta creer de que se esté vulnerando la norma.
Entonces, el problema es de la norma. Y tal como decían aquí los senadores, hay que buscar un mecanismo de arreglo de esto, porque, evidentemente, una inversión de esta envergadura, con las características que ello implica, uno podría pensar de que estas cosas tendrían que haberse previsto. Y además, el Servicio de Evaluación Ambiental permitió que se continuara esto, por lo tanto, aparentemente cumple con la normativa. Si quitamos una dificultad que no solo nos obliga a resolver este tema puntual, que es un nudo gordiano que hay que resolver, sino además qué modificaciones hacemos en la normativa para estos efectos. También, entonces, yo creo que esos son los temas que me gustaría escuchar de ustedes un poco en función de esta reflexión, las interrogantes que he planteado.
Y otra pregunta al margen: Quisiera saber, ¿este 10% de observación para científicos o investigadores chilenos se usa completamente? ¿Quiénes lo usan? ¿Y qué universidades? ¿Y en qué forma se distribuye ese tiempo? ¿Se distribuye en forma equitativa, por ejemplo, entre la Universidad Católica del Norte, que es la universidad que está en la región de Antofagasta, y la Pontificia Universidad Católica de Chile, por ejemplo? ¿O cuáles son los criterios para distribuir ese tiempo? Eso.
Senador Chaguán, senador Lagos, senador Allende. Señora, hola, ¿cómo está? Bueno, primero saludarla. Estuvimos ya en la Comisión de Relaciones Exteriores con ustedes y decirle que por lo menos desde la Comisión de Relaciones Exteriores tienen todo el respaldo, el apoyo; también, desde la Comisión de Desafíos del Futuro, creemos que este es un proyecto que tenemos que cuidar porque pone a Chile como la capital astronómica mundial. Y en ese contexto, si a partir de la fecha en que hemos estado reuniéndonos tanto en la Comisión de Desafíos del Futuro como en la Comisión de Relaciones Exteriores, ¿ha pasado algún otro elemento adicional? Esa era la pregunta.
Senadores Lagos y Allende, por interrumpirlos, la Comisión de Relaciones Exteriores ya tuvo una sesión el 4 de marzo con el Ministro de Relaciones Exteriores —usted es miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores— y con el Ministro de Energía por este mismo tema. Nosotros lo hemos tenido a propósito de las solicitudes que ustedes hicieron, y el 28 de enero fue la representante de eso, más los astrónomos Teresa Ruiz y Bárbara Ruiz también, ¿no? No entiendo mucho la letra, pero bueno. Entonces, este es un tema que ya está dando vueltas, y el 24 de febrero entiendo que el Servicio de Evaluación Ambiental acogió la continuidad del trámite, el 24 de febrero, que se vencía el trámite.
30:00
Plazo para poder determinar si el proyecto podía continuar. En el fondo, se trata de la admisibilidad de esos primeros cuarenta días, en que el proyecto debe entregar información suficiente o demostrar que las dificultades existentes podrían ser subsanadas en el transcurso de la evaluación.
El senador Lagos tiene la palabra.
—Sí, me pareció que, a partir de lo que usted estaba diciendo, se me debía… ¿Quería notificar algo o ya me olvidé? El alemán, el alemán, a propósito. El alemán… no, no era el alemán; en mi caso, era la clorinda, como decían allá.
Mientras se recuerda, le pasamos la palabra a la senadora Allende.
—Presidente, lo que pasa es que… bueno, yo entiendo lo que usted agregó: el servicio de la zona ambiental no dio un término anticipado, por lo que se entiende que continúan los plazos, etcétera, etcétera. Eso es por un lado. Pero, por otro lado, nosotros tenemos una normativa, una nueva normativa sobre emisión respecto a contaminación lumínica. Ahora, entiendo que está básicamente concentrada en sectores urbanos, por lo que no sé qué tanto aplicabilidad tiene en este aspecto, ya que, probablemente, ahí se escapa un poco la regulación, porque no estamos hablando en plena ciudad, sino en el desierto. Es probable que eso haya permitido que este proyecto, digamos, entrara y comenzara a seguir su tramitación; pues si hubiera estado en plena ciudad —o en los alrededores de una ciudad—, y ya teniendo esta nueva normativa, probablemente no habría podido continuar. Pero, en fin, eso es lo que quería señalar.
Gracias.
Gracias, senadora Allende.
Senador Lagos: Sí, parece que recordé, ¿no? Cuando usted hace el alcance de que aquí podría existir un problema normativo, porque tal vez se cumplen las normas por un lado y, por otro, se cumple de forma distinta, lo que genera una incompatibilidad no prevista. Más me hace sentido ese lirismo final que planteé, ya que ocurre que la empresa, el proyecto INNA, también puede argumentar que ha cumplido con la normativa, que tal vez ha tenido un costo alternativo, puede tener costos efectivos. Cuando dije ese lirismo, quise señalar que habría que buscar la fórmula para acomodar esa situación, asumiendo la participación de distintos actores y una responsabilidad compartida para reubicar, en caso de que fuera posible y la empresa así lo deseara. Por eso creo que ese lirismo no estaba tan desubicado, en la medida en que, si la normativa no logra operar o capturar un caso como este —que es bastante atípico—, es porque se establecen esas disposiciones al no existir una luminosidad de cierta envergadura, sin otra razón. Además, hay que pensar en el largo plazo y ver cómo se compatibilizan la observación científica y las zonas de exclusión con el desarrollo de proyectos de inversión que también son relevantes para el país, en términos de generación de empleo, inversión y crecimiento. Entonces, hay que ver cómo compatibilizamos todo esto.
Usted mencionó el tema del desarrollo minero, que claramente ellos han entendido que no pueden hacerlo a cierta distancia. Exactamente, o sea, la pregunta es: ¿por qué ocurrió esto en el desarrollo minero y no en otras industrias? ¿Dónde está nuestro déficit?
Bien, vamos a escuchar entonces a los representantes de ESO para que nos puedan responder a nuestras inquietudes o comentar nuestras reflexiones en torno al tema, quedando de manifiesto que, durante el lunes 17, convocaremos a los distintos actores del sector público y veremos si incorporamos también a INNA para que nos explique un poco el proyecto. Por lo tanto, les pido que consideren disponer de un tiempo mayor al que normalmente tenemos; en vez de empezar a las 12:30, ojalá podamos comenzar a las 11:30 para contar con tiempo suficiente.
¿Lo ha acordado?
Perfecto. Queda entonces acordado que el lunes 17, a las 11:30 horas, se conformará una nueva comisión de Medio Ambiente para abordar el tema de manera más integral.
Se acuerda.
Señora Itzia: Respecto a los comentarios del Seremi de Medio Ambiente, se señalaron tres aspectos fundamentales. Uno, relacionado con que no se explicaba por qué ubicarse en ese punto en especial, ya que no estaba ni siquiera dentro de la reserva eólica de tal, tal. Por ello, tampoco se entendía el motivo ni se exponía en el proyecto. El siguiente aspecto estaba relacionado con el impacto en contaminación lumínica: no se han recogido suficientes datos ni se ha explicado cómo se han calculado los modelos para alcanzar ese nivel de contaminación, y, sobre todo, cuáles son las líneas de base que se han utilizado para hacer la comparativa del aumento de la contaminación lumínica. Igualmente, todo esto el observatorio lo plasmará con mucho detalle dentro del proceso de participación ciudadana; enviaremos un documento técnico de cientos de páginas.
35:00
En tercer lugar estaba la pregunta de por qué no se tuvo en cuenta el telescopio CTA, cuya construcción va a empezar este año y que será más afectado en cuanto a contaminación lumínica, ya que es extremadamente sensible a la luz azul y es el que está más cerca de las instalaciones.
Con respecto a lo que hizo el Observatorio al conocer el impacto de este proyecto, se mandó una nota verbal al Ministerio de Relaciones Exteriores, con quien se conversa a nivel de gobierno como organismo internacional, y se conformó una mesa interministerial formada por MinRel, Medio Ambiente, Ciencias, Economía y Energía. Nos hemos reunido tanto con la mesa como con los distintos actores interministeriales hasta final de año para intentar encontrar una solución y expresar cuáles eran estos impactos, trámite que fue útil para entender el problema hasta la presentación del proyecto a finales de diciembre. Desde entonces, no hemos vuelto a tener noticias de esta mesa interministerial.
Por otro lado, cuando se presentó el proyecto, la ESO sostuvo reuniones a través de la ley del lobby con todos los servicios que participarían en el proceso de evaluación medioambiental, con el fin de poner sobre la mesa cuáles serían los riesgos e impactos, dado que muchos de ellos no estaban familiarizados con este tipo de situaciones. Y eso es lo que hemos hecho por nuestra parte.
La respuesta siempre ha sido que se seguirá la institucionalidad. Esta se fundamenta, además, en una norma de contaminación lumínica que entró en vigor en octubre del año pasado. Es una norma muy buena, un primer paso acertado, pero se trata de una norma de emisión que rige las luminarias externas de los proyectos, evaluándolos de manera individual. Para el caso de las regiones donde se desarrolla la astronomía, que están en cierta forma protegidas, existe una guía de interpretación de dicha norma que, siguiendo las recomendaciones de la IAU de 1976—ya anticuadas y no aplicables al tipo de observatorios actuales—, permite hasta un 10% de contaminación. Si recuerdan la gráfica que les mostré, ese 10% implica ni siquiera poder realizar observaciones profesionales al nivel que hoy día alcanzamos con los telescopios gigantes. La gráfica está totalmente desactualizada, y la IAU ha continuado trabajando en los últimos años para actualizarla, considerando incluso emitir un comunicado para renovar ese porcentaje, el cual, en el fondo, se sigue a rajatabla y no resulta adecuado para proteger los cielos de estas zonas tan oscuras.
Por otro lado, nos comunicamos con AES a raíz de un primer proyecto que se ubicará en el mismo sitio y cuya RCA está aprobada, llamado Proyecto Terra, un emprendimiento mucho más pequeño que contemplaba energía eólica y solar. En aquella época, mediante comunicaciones oficiales del Observatorio, ya se les informó de todos estos impactos de los que acabo de hablar y se propuso sentarnos a conversar, pues la preocupación por tales impactos era elevada. Es cierto que en aquel entonces no existía la norma o no estaba vigente, pero ellos ya eran conocedores de todos estos impactos, siendo remitido un documento oficial que los detallaba.
Respecto al 10%, todos los astrónomos chilenos—y también los astrónomos extranjeros contratados por una institución nacional—tienen derecho al 10% del tiempo de observación de todos los telescopios ESO y de los que se instalan en los observatorios. Este acceso es competitivo: lo que se busca es hacer la mejor ciencia. Así, cualquier persona de cualquier universidad del país puede postular en las mismas condiciones, siendo tratado en igualdad, y quien proponga las mejores ideas científicas obtendrá el tiempo de observación. Esto ha sido fundamental para el desarrollo de la astronomía en nuestro país. Son los mejores telescopios del mundo, de los cuales han salido Premios Nobel, y además resultan un excelente atractor para jóvenes científicos muy brillantes de todas partes del mundo, que desean venir a trabajar con los científicos chilenos.
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