80 de ellos desde distintas partes del mundo, por supuesto que ha crecido en escala y en valor, por supuesto, todo lo que ha conseguido este congreso de futuro. También van a ser parte de esta ceremonia de inauguración el presidente de la Comisión de Desafíos de Futuro, el actual senador y expresidente del Senado. Ustedes lo recordarán también el año pasado, Juan Antonio Coloma. La diputada Carol Cariola será la siguiente en tomar la palabra, la presidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados, y el presidente del Senado, por supuesto, también será parte de esta actividad. Hablamos de José García Rubino. Les recuerdo que además hoy se da que sea paralelo esto a las actividades legislativas que habitualmente tienen lugar en el Congreso. Quedémonos con la inauguración, los invito a ver la ceremonia inaugural del Congreso Futuro 2025 aquí en el Congreso Nacional en Santiago. Buenos días, volvemos a insistir, por favor, en el llamado a ocupar los asientos, a ocupar los puestos disponibles y por favor comenzar a despejar el pasillo porque ya vamos a comenzar con esta inauguración. Hace ingreso su excelencia el Presidente de la República, Gabriel Boric Font. Les pedimos por favor que tomen asiento, vamos a partir en un minuto.
Muy bien, muy buenos días, le damos la bienvenida a la décimo cuarta versión de Congreso Futuro. Con mucha alegría, con mucho orgullo, le damos el vamos al evento de difusión de ciencia y conocimiento más importante de América Latina y probablemente uno de los más importantes del mundo. Durante los próximos seis días vamos a estar recibiendo en este escenario a las mentes más brillantes del mundo, personas que han dedicado su vida a explorar e iluminar el camino, los senderos del futuro, de la mano de la ciencia, de la tecnología, la investigación y, por supuesto, la creatividad.
Para comenzar, queremos saludar a las autoridades que nos acompañan, a su excelencia el presidente de la República, Gabriel Boric Font. Saludamos también al senador José García Ruminot, presidente del Senado. También nos acompaña la diputada Carol Cariola, presidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados de Chile. Está con nosotros Aysén Echeverry Escudero, ministra subrogante, Secretaría General de Gobierno y ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Saludamos al senador Juan Antonio Coloma, presidente de la Comisión Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado. También queremos saludar al secretario general del Senado, Raúl Guzmán Uribe.
Nos quedan tres aplausos más, tres nomás. También queremos saludar a Guido Girardi, por supuesto, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Encuentros del Futuro. También saludamos a senadores y senadoras que nos están acompañando en este evento. Gracias. Y queremos saludar muy especialmente a los asistentes, al mundo que representa la ciencia y la tecnología, investigadores, investigadoras, al mundo de la ciencia de Chile que también está acá el día de hoy. Un aplauso para ellos.
Ya, hasta ahí con los aplausos, muy buenos días. Entonces, queremos recibir en este escenario y escuchar las palabras del vicepresidente ejecutivo de la Fundación Encuentros del Futuro, señor Guido Girardi. Bueno, para mí nuevamente es un privilegio, 14 años después que empezamos el Congreso Futuro, poder estar aquí todavía. El Congreso Futuro es un espacio particular, es un espacio colaborativo, gratuito, que busca reponer empatía, que busca ser un constructor de confianza, que busca ser un constructor de sueños, de futuro, porque creemos que son los antídotos al mundo que estamos viviendo.
Y por eso quiero agradecer la existencia de esto, porque en un mundo que se balcaniza, que se va disolviendo o va disolviendo sus instituciones que van quedando obsoletas, el que nosotros tengamos la posibilidad de unir a la izquierda, al centro, a la derecha, al Senado, a la Cámara de Diputados, a todas las universidades chilenas públicas y privadas, a los institutos profesionales, que podamos unir a la Academia de Ciencias, a sus territorios, a sus empresarios, a su sociedad civil y generar un espacio donde se puede desarrollar una visión común compartida sobre el futuro, donde se puede hablar de futuro, donde se puede hablar de posibilidades comunes, nos parece fundamental.
Y en eso yo quiero agradecerle, Presidente, toda la colaboración, porque es muy difícil hacer eventos como este. De hecho, el presidente tuvo que hacer su comité político a las 7 de la mañana para poder estar hoy día acá. Y yo se lo agradezco y le agradezco a todos los ministros que se tuvieron que levantar más temprano.
Agradezco a Carolina Tohá que me ha ayudado a hacer esas gestiones, porque esto requiere de compromisos de todo, agradecer al Ministerio de Defensa. Nosotros llevamos a nuestros speakers a la Antártica, desarrollamos expediciones científicas. Piense que ningún speaker que está acá cobra, viene todo gratuito. Es un gesto de poner valores de altruismo y de solidaridad. Quiero agradecer al Ministerio de Relaciones Exteriores, al Ministerio de Defensa, a todos los ministerios que han trabajado, a todos los equipos. Aquí hay un trabajo maravilloso del Senado, de la Cámara de Diputados, de la Fundación Encuentro del Futuro. Sin la participación de todo y todo esto no se podría hacer. Ahora, ¿por qué estamos acá? ¿Y por qué el nombre? ¿Y por qué una pregunta? ¿Por qué la pregunta de qué humanidad queremos ser? Primero, ¿por qué la pregunta? Porque tal vez más que las respuestas que representan el mundo ayer, que ya transcurrió, pero que no siempre sirven para entender este nuevo mundo, lo que necesitamos son las preguntas. Y las preguntas nos abren un camino de futuro. Y no nos hacemos las preguntas que tenemos que hacernos. En segundo lugar, vivimos un momento crítico. Y que tenemos que tomar la percepción y tenemos que tomar un poco la dimensión del momento crítico que estamos viviendo para Congreso Futuro. Tal vez estamos viviendo el momento más auspiciante, maravilloso, luminoso de la creación humana que debiera abrir oportunidades gigantescas de construcción de un mundo mejor, de igualdades, de solidaridad nueva, de avance, de mejoramiento en salud, en educación en todos los planos, pero la paradoja es que hoy día el mundo está envuelto en una tormenta perfecta. Se ha abierto la amenaza nuclear. Claro, los chilenos podremos creer que está lejos, pero está cerca. Tenemos crisis de migraciones, tenemos amenazas de riesgos existenciales como el cambio climático, pero también estamos teniendo un problema profundo de lo democrático. Y es ahí donde nosotros, como Congreso Futuro, que somos una institución política, política en el sentido de la democracia, en el sentido de la libertad, en el sentido de la autonomía, en el sentido de los derechos humanos, es donde nosotros planteamos una conversación, una conversación posible. No tenemos las soluciones, pero planteamos justamente la posibilidad de generar las preguntas que nos lleven a esas soluciones. Entonces, estamos viviendo, ¿cierto? cuatro o cinco revoluciones que nunca un ancestro vivió. Y esas revoluciones lo van a cambiar todo, cada una por sí sola, y se van a potenciar entre ellas. La revolución cuántica, que va a hacer que esto duplique su memoria cada segundo. O que un computador que demora 100 años en computar algo hoy día demore un segundo. O la revolución de la nanotecnología. O la edición genética que va a permitir construir genes artificiales. O la que es más presente, la de la inteligencia artificial. Estas revoluciones que han permitido el desarrollo del humano, el humano es la tecnología, no hay humano sin tecnología. El problema no es la tecnología, el problema es el control de la tecnología. Porque a partir del 2012 tenemos una tecnología que adquiere otra característica. Hasta el 2020, perdón, la tecnología amplificaba las competencias humanas, hacía que el martillo fuera más eficiente. Pero a partir del 2020 tenemos una tecnología que ya no solamente promueve contenido humano, los crea, entiende el lenguaje natural, es generalista, cree contenido y entonces es un martillo que crea nuevos martillos y así es donde clavan los clavos. Entonces la pregunta que tenemos que hacernos, ¿esta tecnología amplifica o va a sustituir nuestras competencias humanas? Estamos entrando en una era compleja de la sustitución del humano. Y tal vez llegue el momento de decir, mire, lo dicen los más, él lo dice en su positivo, la tecnología, la inteligencia artificial, va a hacer todo lo que hacen los seres humanos mejor que lo hagan ellos. Yo digo, no, la tecnología probablemente va a hacer todo lo que hacen los seres humanos mejor. Pero tal vez debemos decidir nosotros qué queremos preservar para el humano y preservar aquello que nos hace humanos. Esa es la transición que estamos viviendo. Es una transición del humano a un poshumano. Es un debate nuevo en la historia de la humanidad, del humanismo, quienes queremos preservarlo, a un poshumanismo. Porque el poshumanismo no tiene democracia.
El humanismo sí tiene democracia compleja, difícil, hoy día amenazada, pero el humanismo se sustenta en la democracia. El poshumanismo no, el poshumanismo es libertariano. ¿Y los libertarianos qué dicen? El único valor fundamental, el único derecho fundamental es el derecho individual. No hay nada que se pueda anteponer al derecho individual, ni la sociedad, porque la sociedad significa algo superior que pueda coartar el derecho individual, menos el Estado. El Estado, para la visión libertariana, es el atentado a la libertad individual y evidentemente menos las leyes, las reglas. Pero además tiene una mirada, la inteligencia artificial, la tecnología, como el instrumento emancipador. Porque claro, en sociedad dependemos de los otros para sobrevivir. El problema es que en la visión transhumanista, la tecnología es el instrumento que libera a la persona para poder vivir a plenitud su libertad individual, porque gracias a la tecnología no va a depender nunca más de nadie. ¿Queremos ese modelo? Es un modelo, además, monopolista, lo dice Peter Thiel, el gran gurú de Silicon Valley, dice, mire, no tienen que haber mercado, el ganador lo compra todo. Entonces, tenemos un complejo académico, técnico, industrial, que está capturando las ganancias en el mundo y los hace hiperpoderosos, pero están capturando el poder. Por eso es que es tan peligrosa la alianza entre Trump y Silicon Valley. Porque aquí hay una alianza que va más allá. Esa alianza es justamente una nueva era, y es una nueva era que probablemente sin democracia, sin instituciones. Por eso que a lo más lo ponen a disolver el Estado. Porque hay una visión religiosa detrás. ¿Y qué tenemos que hacer los humanistas? Recuperar el pilotaje democrático del futuro. Recuperar las instituciones. Sin instituciones difícilmente vamos a tener al menos una democracia liberal, ya sea de centro, de izquierda o de derecha. Tenemos que recuperar la tecnología como un bien público. No que esté en las manos de cinco personas y que decidan el futuro. Son ellos los que hacen metaversos, que desarrollan la inteligencia generativa, que van a Marte. Los países, las universidades que... atrás. Ahí tenemos un desafío gigantesco. Lo tenemos también en el día a día, cuando las pantallas capturan siete horas nuestras capacidades, nuestras conciencias. ¿Sabe lo que son siete horas? Pérdida de la interacción humana, pérdida de la actividad física, pérdida de la lectura, pérdida del pensamiento crítico, pérdida de la conversación, no se conversa en 280 caracteres, pérdida de la capacidad de decisión. Pérdida de la capacidad de jugar, ya no se juegan los niños. No vamos a ser capaces de enfrentar situaciones imprevistas si no hay juego. Estamos perdiendo competencia humana. ¿Cómo regulamos esto? Para devolvernos las competencias humanas. Esto es adictivo. Invitamos a Nora Volkow, directora del National Institute of Drug Dependency, porque tenemos que entender que estamos enfrentando nuevas adicciones, que nos hacen rehenes. Entonces, en esta era maravillosa, en esta era luminosa, ¿cómo hacemos para recuperar estas tecnologías para el bien de la humanidad, para la democracia, para la igualdad? Recuerden, estas tecnologías pueden desplazar a la mitad de los humanos del planeta su trabajo. Y no solo los de baja complejidad, los de altísima complejidad. ¿Qué van a hacer los seres humanos con su vida? ¿Cómo se van a financiar las prestaciones sociales? Nosotros estamos planteando un modelo de pensiones que pone seis puntos adicionales al empleador. Pero, cuidados, rápidamente van a haber mucho menos empleadores, porque el factor de productividad ya no es humano, es inteligencia artificial. Y las empresas se van a preocupar mucho más por la educación de su cerebro de silicio que las personas. Vamos a poder competir con las máquinas difícilmente, porque nosotros tenemos una bóveda craneana que nos limita y la inteligencia artificial crece de manera infinita. Son desafíos éticos y desafíos políticos que tenemos por delante. Para terminar, Chile tiene una gigantesca oportunidad en este mundo que parece oscuro, que Chile puede iluminar. Chile es un país rico, está sentado arriba de una mina de oro, tiene las soluciones para el futuro, para darle energía solar y eólica al planeta, pero eso requiere de un acuerdo país. Tener 2 millones de meganes, 2050 en energía eólica y solar, requiere de un acuerdo político, pero no solo político, intelectual.
territorial, empresarial, social, porque si no lo hacemos juntos, si no salimos de las trincheras, de lanzarnos molotov unos a otros, nos estamos perdiendo ese futuro y la humanidad se está perdiendo ese futuro. Piensa que Chile podría ingresar 400 mil millones de dólares en el 2050, ser un país desarrollado y además salvar el planeta. O usar nuestro mar, el mar más productivo del planeta, para alimentar a toda la humanidad. O tener los data centers del planeta en Chile, porque van a requerir gigantescas cantidades de energía y Chile va justamente, o debiera ser, el país que geopolíticamente y desde el punto de vista energético garantizara la tranquilidad, la seguridad, pero además el abastecimiento de energía. Pero eso requiere de acuerdos, requiere una carta de navegación, que no importa que el gobierno que sea se vaya pasando una aposta a uno u otro. Y tenemos amenazas porque nuestra educación, nuestra salud, nuestra manera de educar. Nosotros tenemos 2.000 académicos hoy día y académicas que están repensando la salud del futuro, la educación del futuro, cómo hacerla pertinente, cómo vamos a educar a nuestros niños, los vamos a educar como los educamos para el pasado, para que tuvieran una profesión, entraran en una empresa y ojalá jubilaran ahí, cuando en realidad a lo mejor no solamente van a tener varios trabajos, sino varias profesiones. ¿Cuáles son los factores, los componentes que tenemos que hoy día educar? Adaptabilidad, curiosidad, que hoy día justamente no lo estamos haciendo. Por eso yo agradezco a todos los científicos, científicas que han venido acá. Hemos pasado malos momentos. Ayer la TAM nos tuvo todo un día a nuestro Promenovel, Cerja Hors, ahí encerrado en un aeropuerto, sin información, de una manera muy poco humana y respetuosa de los derechos de las personas, pero finalmente pudieron embarcar. Pero quiero agradecerle a todas y a todos, porque esta es una aventura. Lo hicimos en Marruecos, lo vamos a hacer en Madrid. Queremos internacional, queremos que Chile, así como por toda la ley etiquetada y de neuroderecho, exporte este modelo, este modelo de construir democracia. Insisto, nosotros, de manera colaborativa, de manera gratuita, todo lo que hacemos es un bien público, lo queremos ser, y no es que queramos ser arrogantes, queremos ser constructores de confianza, constructores de futuro y sobre todo de una narrativa de que Chile tiene futuro, de que es posible avanzar y que podemos construir una mejor humanidad. Si no construimos esa narrativa, no vamos a tener cómo participar de este debate político que viene en el mundo. Las izquierdas, las derechas, los centros han perdido la narrativa. Yo creo que la política tiene la obligación hoy día de recuperar la posibilidad de ser quienes ofrecen sueños, sueños de verdad, porque lo que no puede ser es que los grupos extremos hoy día sean los que representen los anhelos de futuro en las personas. Son los grupos extremos hoy día que representan la rabia, la indignación, no son las democracias. Y tenemos que hacer que sean las democracias las personas que tienen convicciones solidarias de derechos humanos, quienes vuelvan a representar tal vez lo más puro de los seres humanos, sus anhelos y sus sueños. Yo creo que en un momento perdimos la brújula que tenemos que recuperar. Así que, bienvenido, tenemos desafíos gigantescos por delante y a recuperar el camino. Muchas gracias. Gracias por sus palabras, Guido Girardi, Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Encuentros del Futuro. Vamos a continuar, queremos invitar también a este podio al Presidente de la Comisión Desafíos del Futuro, al Senador Juan Antonio Coloma. Señor Presidente de la República, señor Presidente del Senado, señora Presidenta de la Cámara de Diputados, Ministros, Subsecretarios, Senadoras, Senadores, Diputadas, Diputados, Embajadores, Autoridades de las Fuerzas Armadas, parlamentarios de la Tercera Cumbre Mundial de Comisiones del Futuro, expositores, ya nombraron harto adicionalmente. Mira, hace catorce años, aquí mismo, el Senado hizo una apuesta para iniciar un espacio de reflexión intelectual, científica, que permitiera divulgar el conocimiento para todos, en forma abierta, gratuita, con expositores de altísimo nivel y con temas que nos sacaran de la contingencia para llevarnos más allá, para llevarnos...
La inauguración del Congreso del Futuro en este salón es para no olvidar el origen del evento, en que una idea que impulsaron senadores, a las cuales se sumaron muchos diputados y diputadas posteriormente de académicos, se ha convertido en una red nacional e internacional de personas y actividades que abogan por poner el conocimiento y alcance de todos y tomar mejores decisiones para mañana. Yo debo confesar que además que se haga en este edificio, que ustedes los chilenos nunca lo han visto como hoy día, y los extranjeros no lo conocían, porque básicamente junto al presidente del Senado en los últimos años lo remozamos entero, lo limpiamos los cuadros después de 120 años que nunca se habían limpiado, y se limpiaron los vitrales de arriba desde su inauguración, estaban con el paso del centenario del tiempo. Así que si se dieron cuenta en la mañana, al llegar acá se ve un edificio precioso. Para cuidar el futuro hay que cuidar el pasado, ya que hay que tener capacidad de darnos eso que nuestros antepasados nos entregaron y mantenerlo de la mejor manera. No hay nada mejor que las raíces bien cuidadas, así que para mí es un momento bien de emoción estar en este lugar precioso. Y fíjense, cuando miraba la historia de este edificio a propósito del Congreso del Futuro, este edificio se empezó a hacer, se cayó como todas las cosas, pero se volvió a hacer de nuevo más o menos por ahí por el año 1850, en el mismo tiempo, y esto es bien notable, en que en Inglaterra, una científica, Ada Lovelace, hija de Lord Byron, inventaba o creaba el primer programador que se considera como el primer algoritmo de historia para uso de una máquina. Fíjense lo que significa, cuando estaba haciendo esto, estaba la primera idea y fue una mujer ingeniera, hija de un poeta. Por eso cuando uno habla de ciencia y humanidad, creo que eso es una energía enorme que se nos dio desde los primeros tiempos, ya han pasado muchas épocas y sigue siendo eso los inspiradores de parte de nuestro esfuerzo. Y quiero también saludar en forma especial en esta ocasión a un grupo de parlamentarios internacionales. Estamos siendo sede además de la tercera cumbre mundial de congresos del futuro, hay parlamentarios de 50 países aquí presentes que han querido conocer la experiencia chilena, porque de alguna manera ven ahí un valor común, en donde cuando se mira el futuro, podemos también tener grandes riesgos, pero también grandes oportunidades de entenderlo y grandes oportunidades de unidad. Bienvenidos a cada uno de ustedes a este congreso. Y en lo personal, yo quiero plantear que yo siento que hoy día el mundo vive un momento muy especial. Yo soy de aquellos que creo que estamos en una tormenta medio perfecta, en donde todo es inmediato, todo es emocional, y todo parece ser parte de tribus, somos todos parte de grupos. Todo es inmediato, ahora ya. Si alguien no cree eso, pregunte, la gente quiere soluciones sin procesos, todo es emocional. Uno mira algo, no alcanza a reflexionar, quiere algo. Yo siempre digo que los que mejor entendieron esto fueron en el delivery, que cuando uno quiere comer algo, una pizza, se demora media hora, y si no llega rápido, quiere decir que ya está malo. Todo al servicio de uno y rápido, no hay tiempo de pensar. Mirábamos, yo le explicaba al presidente el otro día una encuesta que había mirado, que la gente piensa hoy día que el largo plazo, el largo plazo, que yo pensaba que eran 10 años, según la mayoría, es 90 días. Entonces cuando uno dice, el futuro apareciera como el posible en 90 días, tenemos un desafío, porque no todo es inmediato, no todo es emocional. Veo a los ministros, no sé qué se puede hacer en 90 días respecto de cambios estructurales importantes, pero es lo que la gente pide que de alguna manera se haga, y además vivimos en tribus. Si los whatsapp nuestros dicen que esto está bien, está bien, si los de otros dicen que está mal, los otros tienen razón.
Por eso, en lo personal, le doy tanta importancia a la reflexión de salir de la caja, de tratar de mirar otros temas, no aquello que es inmediato y emocional, sino que ser capaces de romper esquemas y mirar en grande, mirar los temas que se nos vienen en común, los temas del día, de lo que va a pasar en 30 años más con el mundo de la salud, donde las causas de muerte van a ser distintas a las de otras. ¿O si es verdad que vamos a alcanzar la inmortalidad? ¿O si es verdad que el cuerpo humano resiste hasta 120 años físicamente, luego lo cual se desmorona? ¿Cómo podemos entender el cambio de los 2.000 millones de empleos que van a desaparecer y los 2.000 millones de empleos que van a aparecer? ¿Cómo podemos entender la formación de nuestros niños? Lo decía algo Guido, que pasan horas pegados a las pantallas. Hay algunos mayores que pasan 8, o 9, o 10. Esa es la humanidad que de alguna manera estamos formando. Entonces, ahí está el desafío de poder investigar, saber, conocer, pero también empezar a pensar en esa humanidad que estamos formando. Algunos dicen que vamos a ser cyborgs, esto de tener parte cuerpo humano y parte instalaciones electrónicas puestas en nuestros cuerpos. Algunos hablan de que somos una humanidad tecnologizada, y otros que vamos a ser tecnológicos humanos. No es lo mismo. Entonces, este congreso tiene ese especial sello. Por eso le hemos agregado también a filósofos, como nunca antes vienen a este congreso filósofos. Porque también tenemos que entender que la ciencia y la filosofía tienen que ir de la mano, como fue el poeta Byron, o como fue... la matemática, su hija la va leche, para ser capaces de entender que uno tiene que estar al servicio de otro. Y esto no es simplemente voluntarismo, es entender que con reglas, que con voluntades, se van conformando las sociedades del futuro. Somos responsables de lo que viene, no somos simplemente seguidores de lo que se hizo, ni anticipadores de algo que es inevitable. Tenemos capacidades de hacer algo más. ¿Pero cómo se hace eso? Escuchándonos, este es un proceso muy notable, donde más de 122 científicos internacionales y chilenos van a poder no solamente plantear su punto, sino que escuchar a otros. Que los ministros que son parlamentarios de distintos países, hoy día de muchos países, van a poder escucharse mutuamente y entender que los liderazgos hoy día no son solamente... sino que tiene horizontalidad, de poder entender juntos cómo se puede avanzar. Y ojalá avanzar también en perspectivas de políticas públicas. Nuestro esfuerzo también está transformado en eso. Esto se transforma a veces en normas legales, en normas constitucionales, que van de alguna manera ayudándonos a tomar decisiones informadas, científicas, humanistas, para que poder tener un escenario distinto para lo que viene. Que no seamos... condenados a que sea simplemente la tecnología la que mande, que también tengamos la humanidad suficiente para entender el contexto y para también preparar a las generaciones futuras para que las tecnologías sean un gran activo en la vida y no simplemente algo que después nadie sabe cómo se maneja. Son enormes los desafíos, son enormes los esfuerzos, pero enorme el potencial humano, sobre todo creo en el ser humano. Y eso con inteligencia, con capacidad. y con unión creo que podemos hacer un mundo mucho mejor. Bienvenidos a este Congreso del Futuro. Muchas gracias, Senador, por sus palabras. Queremos también escuchar las palabras de la Presidenta de la Cámara de Diputados y Diputadas, la Diputada Carol Cariola. Adelante, por favor. Muy buenos días a todos y todas. Señor Presidente de la República, don Gabriel Boric Font. Señor Presidente del Senado, don José García Ruminot. A la Ministra del Interior, a todos los diputados, diputadas, senadores y senadoras, científicos. Por supuesto también al Presidente de la Comisión de Desafíos del Futuro del Senado, don Juan Antonio Coloma. Y al Vicepresidente de la Fundación Encuentros del Futuro. A todos y todas los presentes les saludo con mucho cariño a las ministras y ministros subsecretarios.
Distinguidos y distingidas invitadas e invitados, a todos aquellos que hoy nos acompañan, les damos la bienvenida, tal como se decía anteriormente, a este Congreso Nacional C de Santiago. Hoy nos invitamos conjuntamente a pensar y a compartir miradas sobre el futuro. Intentaremos construir desde múltiples y diversas áreas un intercambio conceptual y reflexivo hacia adelante en el tiempo, hacia nuestro porvenir en este planeta que habitamos todos y todas. El Congreso del Futuro es un evento muy importante para nosotros y nosotras. Es hoy el evento de difusión y divulgación científica más importante de Latinoamérica y me atrevería a decir uno de los más importantes del mundo. Se ha transformado en un esfuerzo del Estado de Chile. No es casualidad que hoy día, a lo menos, dos poderes del Estado estén involucrados en la organización de este proceso: la sociedad civil, las universidades, los científicos chilenos y chilenas, extranjeros, filósofos. Y también quiero destacar a las y los jóvenes que hoy día se configuran como los llamados futuristas, que también tienen su propio evento, que se desarrolla y que siguen, además, un camino muy importante que ha sido apoyado por el Ministerio de Educación en el desarrollo de su escuela. Ya tenemos tres versiones internacionales del Congreso del Futuro, en Argentina, en Bolivia, en Marruecos, y hoy día lo volvemos a desarrollar en Chile. Me emociona y entusiasma este Congreso del Futuro 2025, porque nos convoca y nos interroga con una pregunta que yo creo que, de alguna u otra manera, a todos y todas nosotros nos ronda: ¿Qué humanidad queremos ser? Nos interroga a todos y todas como sujetos en común, acerca de nosotros y nosotras, de la humanidad que vivimos y que desarrollamos en común, que conformamos y que queremos ser. A mí, desde siempre, me ha gustado pensar el concepto de lo común, de lo que nos une como humanidad y, entre ellas, pensar también en nuestro planeta y su futuro. Hoy habitamos una casa común, que es nuestro hogar, el de todos y todas nosotros, y me gusta pensar sobre el destino que compartimos como habitantes de un planeta que, además, está en riesgo. Somos habitantes que tienen responsabilidad, aquí y ahora, de tomar decisiones para toda la humanidad. Los presentes vivos por los que ya no están porque no han nacido o porque ya no están entre nosotros. A eso yo, al menos, aprendí a llamar la responsabilidad política. A saber de cuándo se piensa en la humanidad, nuestra reflexión nos agota en nosotros mismos, ya que son tantas las vidas involucradas, las de hoy, las de ayer y las que vendrán, que nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestras miradas no se pueden agotar en nosotros mismos porque nuestras reflexiones impactan en la vida de la humanidad, las que se vivieron y las que están vivas ahora y, por supuesto, las que vivirán. Por eso es importante y quiero destacar los más amplios saberes que hoy comienzan a darse cita en nuestro país, porque se juntan a pensar el futuro de una humanidad común desde todos los rincones posibles del conocimiento. Para mí es especialmente importante pensar en esta pregunta, ya que participo de miradas políticas que no están del todo conformes con el actual estado de cosas, bajo un sistema que ha sido realmente radical contra nuestro planeta. Me refiero al capitalismo. Porque no creo que ya hayamos construido el mejor de los mundos posibles, sino que podemos mejorar y que nuestro deber es mejorar. Quizás soy optimista, pero yo estoy convencida de que podemos ser mejores y que dichas mejoras pueden ser un patrimonio común compartido de la humanidad. Especialmente me interesan los temas vinculados con lo que aquí se va a discutir en estos días y que se ha estado discutiendo en estos últimos años, como la inteligencia artificial y sus desafíos, la automatización y sus consecuencias en el mundo del trabajo, en la convivencia entre los seres humanos y las máquinas que se están desarrollando, la nueva tecnología, que no debemos desestimar, sino que hacer parte del desarrollo de la sociedad, todas las consecuencias que esto tiene, la protección de los datos personales que han sido temas y también la protección de los neuroderechos, temas que han estado vinculados a nuestros debates legislativos también. Hemos logrado estimular y desarrollar procesos legislativos de regulación en los últimos años en un esfuerzo conjunto con ideas y opciones que han surgido del trabajo parlamentario, pero también que hemos recogido de las conclusiones del Congreso del Futuro. La inteligencia artificial, sin duda, es uno de los temas más fascinantes de este último tiempo. Nosotros, en la Cámara de Diputadas y Diputados, podemos decir orgullosos que estamos poniendo a disposición de nuestro proceso y trabajo legislativo herramientas de la inteligencia artificial.
Caminar para poder mejorar nuestros procesos legislativos, la transcripción inmediata de los datos, la contención de datos que son amplísimos respecto del trabajo legislativo y la historia de un poder del Estado que ha sido parte fundamental de la construcción de la democracia y la república. Pero sin lugar a dudas, la inteligencia artificial también tiene sus riesgos, y esos riesgos tenemos que abordarlos, asumirlos y, por supuesto, como aquí se ha dicho, regular aquellos caminos que nos van a permitir usarla, ponerla a disposición de la humanidad sin deshumanizarla. Sin embargo, es legítimo preguntarse si un uso ilimitado de la inteligencia artificial en los procesos de administración y funciones del Estado o en la vida humana general no nos puede llevar a un proceso de desprendimiento incluso de nosotros mismos, en que la vida social se administra completamente por fantasmas digitales. Es una pregunta interesante. Como también las que nos surgen cuando nos enteramos que a través de las criptomonedas se esconde y amplía un capitalismo sin Dios ni ley, que es capaz de usar la tecnología para actuar en total anonimato y procurarse ganancias monetarias, por ejemplo, en base a los aberrantes crímenes, poniendo a la tecnología y su desarrollo del lado de los criminales, en contra del interés público y también del bien común. Porque no todo es miel sobre hojuelas. Los drones, las criptomonedas, las impresiones en 3D, todas las tecnologías y los avances que son importantes, que hoy día de alguna u otra manera se han puesto a disposición de muchos desafíos comunes y necesarios, también en algunos casos pueden estar fuera del control público y han permitido a grupos de crimen organizado fortalecer sus operaciones y capacidades de armamento, logística y personal. Somos responsables de lo que creamos, somos responsables de nuestros avances y debemos debatir y conversar públicamente sobre ello. Y por todo lo anteriormente expresado, es que instancias como esta no solo son importantes, sino que imprescindibles para pensarnos en relación al pasado que vivimos recientemente, a la historia de nuestro país, de nuestros países, de la humanidad, pero también por sobre todo pensar en el presente actual y por supuesto pensar en el futuro de la humanidad. Vuelvo a darles la bienvenida a todos y a todas a este Congreso Nacional. Nos sentimos orgullosos y orgullosas de ser parte de la organización, del proceso de construcción y de la reflexión colectiva y conjunta de lo que el futuro requiere de nosotros, del futuro de la humanidad y evidentemente me sumo a esta bienvenida, a este viaje hacia adelante. Bienvenidos y bienvenidas a pensar el futuro de cada uno de nosotras y también de los que vendrán. Muchas gracias. Muchas gracias, diputada, por esas palabras. Estamos en la inauguración, primer día de Congreso Futuro 2025. Y, ¿saben? Se me olvidó agradecer a un grupo importante. Veo muchas caras conocidas, sobre todo de investigadores, de investigadoras, que me ha tocado entrevistar alguna vez, pero no agradecía la presencia de los medios de comunicación, que es relevante para que también difundan este mensaje hoy y los seis días que vienen por delante. Bien. Vamos a continuar con las palabras, queremos invitar a este escenario y escuchar también las palabras del presidente del Senado, el senador José García Ruminón. Muy buenos días. Excelentísimo señor presidente de la República, don Gabriel Boric Font. Señora Presidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados, Carol Cariola. Señora Ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Toa. Señor Vicepresidente del Senado, don Matías Walker Prieto. Señoras Ministras y señores Ministros de Estado. Señoras y señores representantes del cuerpo diplomático. Señores representantes de las Fuerzas Armadas y de Orden, señor presidente de la Comisión de Desafíos del Futuro del Senado, senador Juan Antonio Coloma y senadoras y senadores integrantes de la Comisión Desafíos del Futuro, parlamentarias y parlamentarios del Congreso Nacional de Chile, parlamentarias y parlamentarios que participan en calidad de invitados en esta tercera cumbre mundial de comisiones del futuro. Señoras subsecretarias y subsecretarios, señor presidente de la Fundación Encuentro del Futuro, don Juan Asenjo, rectoras y rectores de las universidades chilenas y sus representantes, señor vicepresidente de la Fundación Encuentro del Futuro, Guido Girardi, señoras, señores.
Desde 2011 en adelante, el Congreso Futuro se ha establecido como un lugar donde la ciudadanía se reúne para conversar y reflexionar acerca de los desafíos sociales, culturales y políticos presentes, y aquellos que nos deparará en los próximos años cercanos. Este evento, que ha sido organizado por el Senado de Chile a través de la Comisión Desafíos del Futuro, junto a la Cámara de Diputados y Diputadas, y en colaboración también con la Fundación Encuentros del Futuro, la Academia Chilena de Ciencias y todas las universidades del país, es un genuino enlace entre el saber académico, científico y el mundo artístico. Este año nos enfrentamos a una interrogante de gran trascendencia: ¿Qué humanidad queremos ser? Es una pregunta cuya respuesta se debe constituir como elemento fundante de nuestro actuar en los ámbitos político, científico y social. No se trata solo de pensar, sino verdaderamente filosofar, es decir, reflexionar de manera profunda, crítica y sistemática sobre las preguntas fundamentales de la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, el ser y la realidad. Al responder esta pregunta, no solo delineamos nuestra identidad actual, sino también el legado que dejaremos a las próximas generaciones. ¿Optaremos por ser una humanidad que construya relaciones o que levante barreras? Personalmente creo que todos compartimos la aspiración de ser una humanidad que emplee el saber para sanar heridas y conectar, en vez de sembrar divisiones y provocar daño. Durante estos días presenciaremos una variedad de reflexiones que van desde los aspectos relacionados con la conciencia humana hasta los progresos tecnológicos y sus repercusiones. Exploraremos también los desafíos y posibilidades de la inteligencia artificial y el mundo de los datos. Señoras, señores, hoy nos encontramos en un momento coyuntural de nuestra historia contemporánea. La introducción acelerada de nuevas tecnologías está cambiando radicalmente nuestras comunidades y culturas. Esto trae consigo indudables ventajas, pero también considerables dilemas éticos que no pueden pasar desapercibidos. Permítanme mencionarles algunos de estos retos que me inquietan particularmente. Por una parte, se encuentra la importancia de proteger los datos personales en un mundo altamente conectado, donde cada actividad en línea deja una marca indeleble. Resulta crucial asegurar que la privacidad de las personas no sea vulnerada. Esto implica establecer marcos normativos sólidos y promover una cultura de ciberseguridad. El Senado está muy contento de informarles que a finales del año 2024, el Congreso Nacional despachó una nueva Ley de Protección de Datos Personales, después de años de proceso legislativo, que nos sitúa al nivel de las legislaciones más avanzadas del mundo. Además, les informo que hace pocos días se puso en marcha la recién inaugurada Agencia Nacional de Ciberseguridad. No puedo nombrarlo a todos porque corro el riesgo de cometer alguna injusticia, pero quiero saludar a senadoras, senadores, diputadas, diputados, ministros de Estado, subsecretarias de Estado, que le dedicaron durante mucho tiempo, mucho, mucho esfuerzo, mucho entusiasmo también, mucha energía a que tanto la Ley de Protección de Datos Personales como la Agencia Nacional de Ciberseguridad fuera una realidad. Muchísimas gracias a todos quienes participaron activamente de ello. Resulta también fundamental priorizar la protección de los menores en el entorno digital para prevenir la exposición a contenidos inapropiados y el acoso cibernético.