Buenas tardes. Abrimos la sesión de la Comisión de Economía, Comercio y Transformación Digital para tramitar el orden del día, que, como ustedes ya conocen, es para recibir la comparecencia de la Secretaría de Estado de Comercio. Se van a tramitar de manera acumulada las siguientes. Para informar sobre la evolución de la gestión de la cobertura de riesgos por cuenta del Estado y sobre los elementos fundamentales de su actuación económica financiera, ejercicios 2022 a 2024, de conformidad con lo establecido en el artículo 7 de la Ley 8/2014.
Presidente:
En primer lugar, para informar sobre la evolución de la gestión de la cobertura de riesgos por cuenta del Estado y sobre los elementos fundamentales de su actuación económico-financiera, de conformidad con lo establecido en el artículo 7 de la Ley 8/2014, de 22 de abril, sobre cobertura por cuenta del Estado de los riesgos de la internacionalización de la economía española.
En segundo lugar, para dar cuenta de la ejecución anual del FIEM y hacer balance sobre las actuaciones del Fondo y la adecuación de los resultados obtenidos en relación con los previstos en la estrategia de internacionalización, ejercicios 2022 a 2024, y presentar la memoria anual de las operaciones, proyectos y actividades autorizadas con cargo a este Fondo, de conformidad con lo establecido en el artículo 9 de la Ley 11/2010, de 28 de junio, de reforma del sistema de apoyo financiero a la internacionalización de la empresa española.
En tercer lugar, para explicar cuáles serán sus competencias y las principales líneas de actuación en la Secretaría de Estado.
Y, en cuarto lugar, para informar de las negociaciones del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, así como de la postura de España y el balance que hace el Gobierno respecto de dicho acuerdo.
Como saben, tras la intervención de la Secretaría de Estado, los grupos presentes en la sala que así lo deseen tendrán un turno de hasta diez minutos y, nuevamente, tras la réplica —la contestación, mejor dicho— de la Secretaría de Estado, podrán hacer una última intervención breve para aclaraciones. Por lo tanto, sin más, señora Secretaria de Estado, doña María Amparo López-Senovilla, tiene usted la palabra.
Doña María Amparo López-Senovilla:
Muy bien, muchas gracias, presidente. Señorías, como todos ustedes saben, esta es la primera vez que comparezco ante esta comisión desde que asumí mi cargo como Secretaria de Estado de Comercio, y lo hago con el firme compromiso de transparencia y diálogo con todos los miembros de esta comisión. Confío en que esta sesión y las venideras se desarrollen en un clima constructivo de cooperación y, desde este momento, quedo a su entera disposición para atender cualquier cuestión en la que podamos aportar y colaborar desde mi Secretaría de Estado.
Agradezco, además, la oportunidad que esta comisión me brinda para poder informar sobre el estado de situación del comercio exterior español, así como para informar sobre el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, y, de conformidad con el artículo 7 de la Ley 8/2014, de 22 de abril, para informar sobre la evolución de la gestión de la cobertura de riesgos por cuenta del Estado y sobre los elementos fundamentales de su actuación económico-financiera.
Así como, según lo establecido en el artículo 9 de la Ley 11/2010, de 28 de junio, de reforma del sistema de apoyo financiero a la internacionalización de la empresa española, para dar cuenta de la ejecución anual del FIEM y hacer balance sobre las actuaciones del Fondo y la adecuación de los resultados obtenidos en relación con los previstos en la estrategia de internacionalización.
Sé que son muchos y diversos los temas a abordar, por lo que trataré de ser concisa en todos ellos y de que esta exposición sea enriquecedora para todos.
En primer lugar, en cuanto al contexto internacional, me gustaría compartir con ustedes la situación actual del comercio exterior español, así como las líneas de actuación que desde esta Secretaría de Estado de Comercio estamos desplegando para fortalecer uno de los pilares fundamentales del crecimiento económico de nuestro país.
Esta comparecencia tiene lugar en un momento en que el entorno internacional se encuentra en un proceso de transformación profunda, un entorno marcado, como saben, por un clima de incertidumbre geopolítica, por la aceleración tecnológica y por la redefinición de los equilibrios económicos globales. Nos enfrentamos, sin duda, a un contexto geoeconómico cada vez más volátil. Los efectos de la pandemia, primero, y la invasión rusa de Ucrania, después, han puesto en evidencia ciertas vulnerabilidades de las cadenas de suministro y la importancia estratégica de ciertos sectores industriales.
Y, en el plano europeo, como saben, tenemos retos propios adicionales, como señalan los informes de los profesores Enric Coleta o Mario Draghi, que han lanzado una señal de urgencia acerca de la necesidad de aprovechar el tamaño potencial de nuestro mercado único y, también, de impulsar nuestra competitividad y nuestra productividad.
Este es, sin ir más lejos, el marco en el cual las políticas públicas deben ser capaces de desplegarse, es decir, un contexto global incierto y con necesidades propias específicas de la Unión, y todo ello en busca, cómo no, de la seguridad económica. ¿Cómo responder a estos retos? ¿Cuál es el punto de partida?
En este escenario, la respuesta de las políticas públicas debe estar orientada no solo a mitigar riesgos, sino también a aprovechar oportunidades que se abren para una economía como la nuestra, que es una economía abierta, dinámica y cada vez más competitiva. En este marco, es importante reconocer que España se encuentra en una situación de fortaleza. Nuestro modelo económico ha demostrado una notable capacidad de adaptación, de resiliencia y de crecimiento.
Instituciones internacionales de gran prestigio, como el FMI o la OCDE, han reconocido recientemente a España como una de las economías con mejor desempeño dentro del mundo desarrollado. Y es un reconocimiento que no es casual; responde al esfuerzo colectivo de nuestras empresas, de nuestras administraciones y de nuestra ciudadanía, y también, por supuesto, al despliegue de las reformas e inversiones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Señorías.
En el ámbito del comercio exterior español nos enfrentamos a una serie de retos que han puesto a prueba la capacidad de adaptación y resistencia de las diferentes economías de nuestros modelos productivos y, en lo que a mis competencias se refiere, del sector exterior español. Este sector español se apoya fundamentalmente en cuatro pilares: la transformación y modernización del tejido productivo, la creación constante de empleo, la apertura al exterior de nuestra economía y una situación financiera saludable basada en una gestión fiscal responsable.
Además, cabe decir que hemos dejado de ser un país importador para convertirnos en un gran país exportador. Y uno de los elementos más destacados de este modelo es, sin duda, la creciente apertura al exterior de nuestra economía. El sector exterior español ha pasado de ser un elemento residual a constituirse en uno de los principales motores del crecimiento económico.
El grado de apertura de la economía española, es decir, el porcentaje que representan las exportaciones e importaciones de bienes y servicios respecto al PIB, ha aumentado muy significativamente desde 2009 en 23 puntos. Actualmente se sitúa por encima del 70%, superando el correspondiente de países como Francia o Italia. Hoy exportamos más bienes y servicios que nunca antes en nuestra historia. En conjunto suponen unos 600.000 millones de euros anuales y lo hacemos con productos y soluciones de alto valor añadido que compiten con éxito en los mercados internacionales más exigentes.
En el ámbito del comercio de mercancías, los datos actuales reflejan con claridad esta tendencia. Hemos alcanzado en 2024 el segundo mejor registro histórico de exportaciones, reduciendo además significativamente nuestro déficit comercial, especialmente en lo que respecta al déficit energético. Sectores como la industria agroalimentaria y la automoción han mantenido su liderazgo internacional, incluso en un contexto de intensa competencia global. Estos sectores no solo generan exportaciones, sino que contribuyen a la innovación, a la creación del empleo y a la sostenibilidad. Y además estamos tratando de diversificar más, lo que no es fácil, pero sí es necesario, sobre todo en el contexto actual geopolítico en el que nos encontramos.
La Unión Europea sigue siendo nuestro principal cliente, con quien encadenamos 14 años consecutivos de superávits comerciales. Y estamos creciendo en mercados que, hasta hace unos pocos años, nos parecían exóticos, como Oceanía, África y Asia. Una muestra más de la solidez es el crecimiento de la base de exportadores regulares, es decir, los que han exportado de manera ininterrumpida durante los últimos cuatro años, lo que refleja un cambio cultural de las empresas españolas que cada vez ven más en los mercados internacionales una oportunidad natural de expansión.
Además, España es una potencia mundial en la exportación de servicios, alcanzando la posición decimoprimera entre las principales economías exportadoras del mundo, con una cuota mundial del 2,5%. Y un dato muy relevante de los últimos años es que las exportaciones de servicios no turísticos ya superan a las de servicios turísticos, muchas de ellas con un alto valor añadido, ya que engloban y más de asesoría legal y técnica a servicios profesionales y empresariales. Esto dice mucho del nuevo modelo productivo de nuestro país.
Además, la cuota española en las exportaciones mundiales de bienes se ha mantenido estable, en torno al 1,7%, mientras que en otras economías europeas, como Francia y Alemania, ha disminuido. Aunque, desde luego, no podemos conformarnos, ya que existe un gran potencial de crecimiento, es importante destacar que en el contexto europeo el sector exportador español ha sabido resistir la competencia de exportadores emergentes.
En definitiva, todos estos datos no solo reflejan la buena salud de nuestro sector exterior, sino también, como decía, la transformación de nuestras exportaciones hacia sectores innovadores y de futuro, como las TIC, la salud y las energías renovables.
Junto con las exportaciones de bienes y servicios, me gustaría hablar también de la atracción de inversión extranjera, que no solamente crece en volumen, sino también en calidad y en diversificación. España sigue siendo un país profundamente atractivo para la inversión extranjera, incluso en un contexto global complejo. Nuestro país se consolida como un destino confiable, dinámico y estratégicamente posicionado en la economía internacional. En 2024 la inversión extranjera productiva en España superó los 36.800 millones de euros, el segundo mayor volumen registrado desde 1993. Y este no es un dato aislado. Obedece al resultado de una estrategia deliberada basada en reformas estructurales, estabilidad normativa y un entorno macroeconómico sólido que nos ha situado en el decimotercer lugar como economía del mundo en recepción de inversión extranjera, con un stock de inversión superior a los 600.000 millones de euros, lo que equivale a más del 40% de nuestro PIB.
Y además España se situó como quinto destino mundial de recepción de proyectos Griffith, por delante de potencias como China, Alemania o Francia, reflejo de la confianza internacional de nuestra transformación económica.
Este éxito no sería posible sin el trabajo de instrumentos públicos especializados, como es ICEX Investing Spain, que desempeña un papel central en la atracción, en la promoción y acompañamiento de proyectos estratégicos, lo cual hace también en coordinación con los organismos autonómicos de promoción. Y a través de todos estos organismos se fomenta la inversión en sectores de alto valor añadido, como las telecomunicaciones,
Las energías renovables, los servicios digitales, las infraestructuras o la industria tecnológica. Además, quiero destacar también el papel clave del Fondo de Coinversión (FOCO), gestionado por Cofides, que permite coinvertir con socios extranjeros en proyectos de impacto en sectores estratégicos, alineados con la doble transición verde y digital. Esta herramienta ha demostrado su eficacia para movilizar capital internacional y asegurar el anclaje territorial y tecnológico de inversiones que generan empleo cualificado y valor añadido. El fondo cuenta con 2.000 millones de euros y, en sus primeros seis meses de actividad, ya ha aprobado operaciones por un total de 900 millones de euros. Ayer mismo se aprobaron nuevas operaciones. Es decir, se ha comprometido ya de FOCO cerca del 50 % de los recursos, lo que pone de manifiesto el ágil funcionamiento de este instrumento y su adecuación a las empresas e inversiones extranjeras.
Por otro lado, también cabe resaltar el papel creciente de la inversión española en el exterior, cuyo stock en 2024 superó los 635.000 millones de euros. Este dinamismo internacional refleja un tejido empresarial maduro, competitivo y con capacidad de liderar en sectores como energía, finanzas, manufacturas avanzadas y tecnología. Atraer inversión no es un fin en sí mismo, es un medio para modernizar aún más nuestro modelo productivo, generar empleo de calidad, impulsar la reindustrialización y reforzar nuestra autonomía estratégica. Y para ello este Gobierno seguirá fortaleciendo los instrumentos públicos, reforzando las alianzas internacionales y haciendo de España el mejor lugar para invertir, crecer e innovar.
En este punto, quisiera referirme también a la naturaleza del conflicto arancelario abierto por Estados Unidos, sus implicaciones para nuestro país y cómo lo estamos abordando desde el Gobierno de España, en estrecha coordinación, como no puede ser de otra manera, con las instituciones europeas y con una firme determinación de proteger nuestro tejido productivo. Desde la toma de posesión del presidente Trump en enero de este año, la Administración estadounidense ha intensificado una agenda profundamente proteccionista en el ámbito comercial. Bajo el pretexto de proteger su seguridad nacional o corregir supuestos desequilibrios comerciales, ha activado un conjunto de aranceles unilaterales de un alcance sin precedentes. Estos aranceles se aplican ya sobre sectores como el acero, el aluminio, automóviles o partes de automóvil, además del arancel base del 10 % para todos los productos que provienen de la Unión Europea. Estos aranceles no solo son injustos, sino que son profundamente dañinos para ambas economías. Como hemos dicho con claridad desde el principio, los aranceles perjudican a todos y Estados Unidos y su economía están siendo los primeros afectados. Ante esta situación, España y la Comisión Europea estamos completamente alineados y coordinados. Europa habla con una sola voz. Y así lo está haciendo el comisario Shevkovich, el comisario de Comercio, en las negociaciones abiertas, en las que valoramos muy positivamente que haya habido esta moratoria de 90 días hasta el 9 de julio, que está permitiendo avanzar en los contactos y en las negociaciones. Queremos dejar claro, y así se ha expresado en multitud de ocasiones, que la mejor salida a este conflicto es un acuerdo negociado, justo y equilibrado. Pero si no se alcanza, la Unión Europea responderá con determinación. En este sentido, hay que señalar que la Comisión ya ha aprobado dos listas de medidas de rebalanceo o de reequilibrio que afectan a más de 100.000 millones de euros de comercio y también se prepara una disputa, unas consultas ante la Organización Mundial de Comercio para hacer valer nuestros derechos.
Además, en el ámbito interno, como saben, señorías, desde el primer momento el Gobierno ha activado el Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial con un volumen superior a 14.300 millones de euros, que se presentó por el presidente del Gobierno apenas 12 horas después del anuncio de los llamados aranceles recíprocos, el día 2 de abril. Este plan se articula, como saben, en dos grandes ejes. Por un lado, se han adoptado un conjunto de medidas inmediatas de protección para mitigar el impacto de las actuales tensiones internacionales sobre nuestras empresas. En primer lugar, se ha puesto en marcha una nueva línea de avales ICO, por un importe de hasta 5.000 millones de euros, destinada a facilitar el acceso a la financiación en condiciones favorables. Además, se ha reforzado el Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM), con una dotación que pasa de los 500 a los 700 millones de euros, y se ha ampliado la cobertura de la línea CESTE, elevando su techo de 9.000 a 15.000 millones y destinando específicamente 2.000 millones de euros a operaciones afectadas por tensiones comerciales. Junto a estas actuaciones, se ha decidido, además, ampliar las líneas ICO actualmente disponibles, activar mecanismos de apoyo a la industria a través del Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva, con 200 millones de euros, y reorientar 5.000 millones de euros del Plan de Recuperación hacia instrumentos que refuercen la competitividad internacional de nuestras empresas.
En paralelo, se han diseñado una serie de iniciativas enfocadas al relanzamiento y al fortalecimiento de la competitividad exterior. En este marco, destaca especialmente el nuevo Plan ICEX de Alto Impacto, que incluye acciones tanto a corto como a medio plazo, con un acompañamiento intensivo a 500 empresas seleccionadas, que son precisamente las 500 empresas mayores exportadoras a Estados Unidos. El plan contempla la organización de jornadas semanales.
En colaboración con nuestras oficinas comerciales en Estados Unidos, también la celebración del Foro ICES, que tendrá lugar el próximo 10 de julio y en el que ya se prevé la realización de más de 700 reuniones de negocio.
Complementariamente, se están desplegando programas específicos dirigidos a impulsar la marca país, a fomentar la innovación y acelerar el crecimiento de startups, así como iniciativas destinadas a atraer inversión extranjera y a reforzar el talento destinado a la internacionalización.
Finalmente, me gustaría destacar la reciente creación del Observatorio de Seguimiento e Impacto Arancelario, que tuvo lugar en la última reunión del Consejo Interregional de Internacionalización la semana pasada en Toledo. Este observatorio constituye una herramienta que permitirá realizar un análisis continuo y actualizado de los efectos de las medidas comerciales internacionales sobre nuestras exportaciones.
Al mismo tiempo, también estamos trabajando en una serie de medidas de simplificación normativa con el objetivo de eliminar barreras y facilitar el proceso de internacionalización de nuestras empresas, lo que llamamos Régimen 20, y que estamos desarrollando de la mano de las comunidades autónomas y de la Federación Española de Municipios y Provincias en el marco de las conferencias sectoriales de mejora regulatoria de comercio interior.
No nos hemos limitado a lanzar un plan, sino que trabajamos sobre el terreno y además coordinados de manera permanente tanto con las comunidades autónomas como con las asociaciones empresariales y agentes sociales. De este Consejo Interregional de Internacionalización se han celebrado ya tres reuniones y se mantienen encuentros semanales a todos los niveles. Asimismo, hemos lanzado cinco grupos de trabajo sectoriales —productos industriales, automóvil, química, agroalimentario y bienes de consumo— para detectar vulnerabilidades, compartir información y definir medidas específicas. Nuestro compromiso es claro: ninguna empresa internacionalizada debe quedar desprotegida.
Por otro lado, en cuanto a la evaluación técnica de impacto económico de estas tensiones arancelarias, actualmente no observamos un impacto significativo en los datos globales. Las exportaciones españolas crecieron un 2,6 % en el primer trimestre de 2025, al mismo ritmo que nuestras exportaciones a Estados Unidos. No obstante, seguimos el caso empresa por empresa, dado que muchas están insertas en complejas y integradas cadenas de valor con contratos a largo plazo.
En este sentido, y en relación con Estados Unidos, quiero recordar que es nuestro principal socio comercial fuera de la Unión Europea. En 2024 intercambiamos 45 000 millones de euros en bienes, con un stock de inversión bilateral equilibrado: 90 000 millones de euros de España hacia Estados Unidos y 115 000 millones en sentido inverso. Nuestra relación también se sustenta en el sector servicios, donde España mantiene un superávit creciente, especialmente en servicios profesionales y de turismo. Por eso debemos ser conscientes de que hay que defender esta relación transatlántica, pero sin aceptar imposiciones unilaterales y sin renunciar a nuestras capacidades. No estamos de acuerdo con el enfoque simplista del déficit de bienes y apostamos por una relación comercial basada en equidad, en estabilidad y en crecimiento mutuo.
El Gobierno está actuando con agilidad, con determinación y con un enfoque basado en el diálogo, en el rigor técnico y en la protección efectiva de nuestras empresas. Pero no basta con medidas defensivas; también necesitamos reforzar nuestra proyección internacional a medio y largo plazo. Y aquí permítanme, señorías, que les adelante las principales líneas del nuevo Plan Estratégico de Internacionalización 2025-2027 en el que estamos trabajando.
Este plan se erige como una herramienta clave para consolidar el papel de España en el comercio global. No solo refuerza el compromiso con un crecimiento económico sostenible e inclusivo, sino que reconoce el valor estratégico de nuestro sector exportador, un sector resiliente, dinámico y en continua expansión que constituye uno de los pilares fundamentales de nuestra economía. No obstante, debemos reconocer con claridad que nos enfrentamos a importantes desafíos que, si no se abordan de forma decidida, pueden lastrar nuestra capacidad competitiva y comprometer nuestra autonomía estratégica.
El primero de estos retos es el tamaño empresarial. Por eso el plan pone especial énfasis en acompañar a las empresas en procesos de crecimiento y consolidación, de manera que puedan beneficiarse de economías de escala, mejorar su acceso a la financiación y alcanzar una mayor presencia internacional.
En segundo lugar, debemos seguir impulsando el contenido tecnológico de nuestras exportaciones. Por eso promovemos decididamente la inversión en I + D + i y en sectores estratégicos como la inteligencia artificial, las energías renovables, la biotecnología y la microelectrónica.
En tercer lugar, es objetivo del plan diversificar geográficamente nuestras exportaciones, ya que en la actualidad el 62 % de ellas se dirigen a países de la Unión Europea. Queremos que crezca nuestra presencia en nuevos mercados extracomunitarios con foco especial en Asia, América y el norte de África.
En cuarto lugar, queremos garantizar un suministro seguro y diversificado de productos estratégicos, ya que España depende en gran medida de importaciones clave como los semiconductores o las materias críticas para la transición verde. Por eso reforzaremos mecanismos para diversificar proveedores, fortalecer nuestras…
cadenas de valor y avanzar hacia una autonomía estratégica realista y abierta. Y en quinto lugar, es necesario reforzar nuestra seguridad económica, lo que implica consolidar sectores nacionales clave en energía, telecomunicaciones y ciberseguridad, así como incentivar inversiones que reduzcan vulnerabilidades estructurales. La estrategia incorpora acciones concretas para aumentar la presencia femenina en sectores estratégicos y en empresas con proyección exterior. Señorías, estos retos se traducen en tres objetivos estratégicos fundamentales. En primer lugar, reforzar la contribución del sector exterior al crecimiento económico. En segundo lugar, reducir la dependencia de proveedores críticos y mejorar la seguridad económica. Y en tercer lugar, atraer la inversión extranjera hacia sectores estratégicos. Además, las prioridades geográficas se estructuran en tres grupos: expansión en mercados maduros, diversificación en países desarrollados y desarrollo en mercados emergentes. Este plan tendrá una vocación de permanencia, pero también de evaluación continua. Y como establece la normativa, una vez que sea aprobado por el Consejo de Ministros, tendremos una sesión en la que podremos analizar y explicar más en detalle las líneas de acción que el plan contemple.
Señoría, paso a explicar a continuación las líneas generales del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y el Mercosur. Este acuerdo representa un hito histórico para nuestra política exterior común, para los intereses estratégicos de España y para el fortalecimiento de un orden multilateral basado en normas que refuerzan los valores compartidos entre regiones afines. Tras más de dos décadas complejas y exigentes de negociaciones que comenzaron en 1999, se relanzaron en 2016 y culminaron en diciembre de 2024, este acuerdo no es simplemente un tratado comercial, es un instrumento político integral que vincula a más de 700 millones de ciudadanos en ambas orillas del Atlántico y sienta las bases para una cooperación sólida, estable y predecible entre los dos grandes espacios democráticos. España, como puente privilegiado entre Europa y América Latina, no puede ni debe quedar al margen de esta gran arquitectura transatlántica. En un momento en que el mundo se desliza, como hemos visto, hacia formas cada vez más cerradas de proteccionismo, en el que hay actores como China y Rusia que avanzan su influencia en América del Sur, es nuestro deber como europeos y españoles reforzar los lazos con economías emergentes que comparten nuestra lengua, nuestra historia y una agenda común de progreso.
El Acuerdo Unión Europea-Mercosur convierte a la Unión Europea en el primer bloque económico con acceso preferencial al mercado de Mercosur, una región con un PIB combinado de 2,2 billones de euros y una población de 273 millones de personas. Se trata de la sexta economía del mundo, con un potencial de consumo y de inversión creciente. Desde una perspectiva económica, además, los beneficios de Mercosur son notables. Se estima que las exportaciones de la Unión Europea a Mercosur crecerán entre un 52 % y un 68 % y las importaciones lo harán en torno al 14 %. Para España, que ya representa el 9 % de las exportaciones y el 17 % de las importaciones del total europeo con Mercosur, esta alianza abre una puerta extraordinaria para consolidar nuestra posición comercial. Las exportaciones comerciales de servicios españolas, 3.661 millones de euros, superan con creces las importaciones, lo que nos demuestra una balanza positiva y con un gran margen de mejora. Además, somos un actor clave en inversión extranjera directa en la región, con un stock superior a los 69.000 millones de euros, lo que nos convierte en primer inversor en Uruguay, segundo en Brasil y Argentina, y quinto en Paraguay.
Este acuerdo protege nuestra capacidad de seguir invirtiendo en sectores estratégicos como infraestructuras, energía, telecomunicaciones, servicios financieros y transporte, asegurando un marco jurídico estable y reglas del juego equitativas. El tratado, además, no está diseñado solo para grandes multinacionales. El 99 % del tejido empresarial europeo y español son pequeñas y medianas empresas. Ellas serán las grandes beneficiarias de la eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, de la simplificación aduanera y del acceso a mercados hasta ahora cerrados. Por ejemplo, en contratación pública, donde Mercosur ha sido históricamente opaco, se abre por primera vez un mercado de 300.000 millones de euros al que nuestras empresas, muchas de ellas medianas empresas especializadas en obra pública, en saneamiento, en digitalización o en energías renovables, podrán acceder en condiciones equitativas.
Es comprensible que una parte del debate público en relación al Mercosur se haya centrado en el sector agroalimentario, pero, señorías, permítanme decirlo con claridad: el sector español agrícola ha sido adecuadamente protegido. Tres pilares garantizan su salvaguardia. En primer lugar, contingentes limitados que representan apenas entre el 1 % y el 2 % del consumo europeo en productos sensibles como la carne de vacuno, el etanol, el arroz o el azúcar. En segundo lugar, a través de cláusulas de salvaguardia que permitirán a la Unión Europea actuar ante cualquier riesgo de destrucción de mercado. Y, en tercer lugar, con un fondo de compensación comunitario con una dotación prevista de hasta 1.000 millones de euros que será activado si se detectan impactos negativos en sectores comunitarios.
Además, y sé que esto es una preocupación, nuestras normas sanitarias de trazabilidad, bienestar animal y salud pública se mantienen inalteradas. Ningún producto que no cumpla los estándares europeos podrá acceder a nuestros mercados y se reforzará el sistema de auditorías e inspecciones para asegurar su cumplimiento. Este acuerdo permite avanzar en la convergencia regulatoria hacia estándares internacionales.
Por otro lado, desde el punto de vista del capítulo de sostenibilidad y exigencia ambiental, se ha dicho que el acuerdo no es lo suficientemente verde. Sin embargo, el capítulo de comercio y desarrollo sostenible es uno de los más ambiciosos jamás negociados por parte de la Unión Europea y, además, se ve reforzado por el instrumento conjunto, conduciendo a elevados estándares de protección del medioambiente y desarrollo sostenible.
El respeto al Acuerdo de París sobre el cambio climático se incorpora como una cláusula esencial, permitiendo incluso suspender el tratado si una parte se aparta del mismo. Además, se prohíbe expresamente el comercio de productos provenientes de la deforestación ilegal, se establece el principio de precaución ambiental, se protege la biodiversidad y se obliga a no rebajar los estándares laborales o ecológicos para atraer inversión. Y, además, se incorpora a la sociedad civil en el seguimiento del cumplimiento ambiental y laboral del tratado. Con ello, no solo creamos mercados, sino también mecanismos de gobernanza democrática.
El desarme arancelario por parte del Mercosur alcanza el 91% de las importaciones procedentes de la Unión Europea, con cronogramas adaptados por sectores, lo que abrirá nuevas oportunidades en el sector automovilístico, químico, farmacéutico, maquinaria, energías renovables, bienes de equipo, textil o tecnologías de la información. Asimismo, se consolidan reglas de origen claras que favorecen el desarrollo de cadenas regionales de valor y dan seguridad a nuestras exportaciones.
Además, el acuerdo incluye garantías de libre establecimiento y liberalización de inversiones clave para que nuestras empresas puedan operar sin discriminación en la región. Si bien no se ha incluido aún un capítulo completo de producción postestablecimiento, se trabaja en fórmulas que refuercen el marco institucional y reduzcan la conflictividad. Y, además, se establece un sistema claro y transparente para la resolución de disputas basado en paneles de arbitraje público y consultas previas, lo que evitará litigios abusivos y protegerá el interés general.
Señorías, este acuerdo es el mejor para defender nuestros intereses económicos, ecológicos y sociales a largo plazo. La Unión Europea no puede permitirse el lujo de perder influencia en una región con la que tanto comparte en el ámbito cultural, estratégico y económico. Y España, por su historia y su posición geográfica, tiene la responsabilidad y la oportunidad de liderar este puente entre continentes. Este tratado es, además, una apuesta clara por la globalización con reglas, por una apertura comercial responsable con estándares sociales y ambientales y por una Europa más fuerte en el mundo.
Señorías, paso a continuación a exponer los dos últimos puntos que son objeto de esta comparecencia en lo que respecta a los instrumentos financieros de apoyo a la internacionalización. Todas las medidas, actuaciones e iniciativas mencionadas adquieren todo su potencial gracias a un conjunto sólido de herramientas financieras que actúan como verdaderos catalizadores del crecimiento exterior de nuestras empresas. No hablamos solo de acompañamiento, sino de un motor real de impulso a la internacionalización.
Para ello, contamos con instrumentos robustos y eficaces adaptados a las necesidades del tejido empresarial español. Permítanme referirme a dos de los instrumentos más relevantes y eficaces con los que contamos para apoyar la internacionalización de nuestras empresas. Por un lado, CESTE y, por otro lado, el Fondo para la Internacionalización de la Empresa, el FIE. Ambos han cerrado el ejercicio 2024 con cifras históricas, pero, lo que es aún más importante, con una evolución que demuestra su solidez, su capacidad de adaptación y compromiso con una economía más sostenible, diversificada y resiliente.
CESTE, en su modalidad de gestión por cuenta del Estado, ha alcanzado en 2024 una cifra de seguros formalizados de 2.955 millones de euros, una cifra que se mantiene estable respecto a 2023 y que se sitúa muy por encima de la media histórica, consolidando el papel de este instrumento como palanca de apoyo a la internacionalización. Cabe señalar que en 2022 esa cifra fue de 2.737 millones de euros, lo que confirma una tendencia sostenida al alza en la cobertura de riesgos internacionales para nuestras empresas. Gracias a esa cobertura, en 2024 se han formalizado 447 pólizas vinculadas a los contratos internacionales, respaldando un total de 251 empresas exportadoras. El número de empresas está creciendo de forma sostenida, siendo en 2024 cerca de un 60% superior al registrado cinco años atrás. Los contratos asociados superan los 16.900 millones de euros, lo que refleja el importante efecto multiplicador de este instrumento tanto en la economía real como en la proyección internacional de nuestras empresas.
Desde el punto de vista financiero, los resultados son igualmente destacables. El ejercicio se ha cerrado con un superávit neto de 102 millones de euros, lo que supone el vigésimo noveno año consecutivo de resultados positivos, reflejando la eficiencia en la gestión del riesgo, el buen gobierno de los recursos públicos y la...
la carga para las finanzas del Estado. Un elemento a resaltar es la reducción de la siniestralidad a la mitad respecto al ejercicio anterior. Ese dato va más allá del alivio financiero que representa, es una señal del alto nivel de diligencia técnica y del control con el que se aprueban estas operaciones. También durante los últimos años se ha hecho un esfuerzo por llegar a las pymes. De hecho, CESTE tiene un equipo destinado a asesorar, acompañar e informar a las pymes exportadoras a las que además van destinadas la mayoría de las acciones de promoción. Gracias a eso, el número de pymes representadas en la cartera ha crecido en los últimos años. En 2024, casi la mitad de las pólizas emitidas, un 43 %, tuvieron como exportadora una pyme.
En términos sectoriales y geográficos, la diversificación ha sido notable. El sector eléctrico, con un fuerte componente en energías renovables, ha sido el principal destino de los seguros emitidos, un 48 %, seguido de las infraestructuras, un 27 %. Sin embargo, el peso de los hidrocarburos se ha reducido hasta el 1 % en perfecta coherencia con nuestra política climática, acompañando y dando el tiempo necesario a nuestras empresas para que realicen una transición coherente sin influir negativamente en sus carteras de operaciones.
Estamos viendo una evolución en los instrumentos utilizados. Destaca especialmente la recuperación del crédito comprador, con un 46 % del total emitido; la consolidación de la póliza verde de inversión, con un 22 %; así como un incremento significativo en avales, un 19 %, y en crédito circulante, un 4 %. Todo ello refleja no solo un respaldo financiero, sino una orientación estratégica alineada con nuestros compromisos internacionales. España ha consolidado, a través de CESTE, una de las políticas climáticas más exigentes y avanzadas entre los países de nuestro entorno. Hemos minimizado el apoyo a nuevos proyectos vinculados al carbón, al petróleo y al gas, y mantenemos como objetivo reducir en un 75 % nuestra exposición a los hidrocarburos de aquí a 2035, tomando como referencia los niveles de 2020. Los proyectos verdes y sociales representan ya un 38 % de la cartera total, y en 2024 el seguro destinado a operaciones verdes ha supuesto un 73 % de la contratación total. Cifras que evidencian, además, el compromiso tangible de CESTE con la transición ecológica, el Acuerdo de París y los principios de la COP26.
Pasando ahora al FIEM, me complace informar que en 2024 este fondo ha alcanzado su máximo histórico de financiación, con 69 operaciones aprobadas por un importe total de 534 millones de euros y un superávit de caja neta de 87 millones de euros. Para ponerlo en perspectiva, en 2023 se aprobaron 72 operaciones por 446 millones y en 2022, 54 operaciones por un total de 398 millones. Esta progresión evidencia el fortalecimiento progresivo del FIEM como herramienta estratégica.
Señorías, el FIEM no pretende sustituir a la financiación privada, sino complementarla y actuar donde ella no alcanza, ir al fallo de mercado, en operaciones de riesgo elevado, pequeño tamaño o mercados complejos. Esto resulta particularmente relevante para nuestras pymes, que muchas veces encuentran barreras de entrada insalvables sin este tipo de instrumentos. Entre las prioridades de actuación de 2024 destacamos la financiación de proyectos verdes y climáticos, alineados con la Estrategia Española de Financiación Climática, y, desde el punto de vista procedimental, la aceleración administrativa mediante una plataforma digital que permite la trazabilidad, el seguimiento en tiempo real y la integración con ICO y otros instrumentos.
En términos geográficos, África ha concentrado el 51 % del volumen financiado, destacando Egipto y el África subsahariana. América, por su parte, ha supuesto un 39 % del total de las operaciones, en su mayoría de pequeña escala con garantía corporativa. Los sectores prioritarios han sido principalmente el ferroviario, con un 43 %, con proyectos emblemáticos como el Metro de El Cairo, seguidos por transporte, servicios e industria.
Quisiera destacar, además, algunas de las novedades del FIEM en el ejercicio 2024. En primer lugar, se ha reforzado su contribución a la descarbonización global, financiando project finance en sectores sostenibles como agua y energía y alineándose con los principios del consenso OCDE y la coalición Export Finance for Future. Se ha mejorado la digitalización del FIEM, lo que permite una tramitación más ágil y una integración efectiva de bases de datos. Se ha aprobado, además, una línea no reembolsable de carácter permanente por 20 millones anuales. Esta línea no reembolsable es un instrumento diseñado para financiar estudios de viabilidad, asistencias técnicas y consultorías vinculadas a proyectos en el exterior, especialmente en sectores estratégicos como la lucha contra el cambio climático y en regiones como África y Asia. Esta financiación, al ser no reembolsable, reduce las barreras de entrada para las empresas españolas y facilita la exportación de servicios de alto valor añadido, como los de energía y consultoría. Además, su valor reside en el fuerte efecto de arrastre que genera: no solo beneficia directamente a la empresa que realiza el estudio, sino que también abre la puerta a nuevos contratos, oportunidades de adjudicación y detección de futuros proyectos. Esta línea completa la oferta de instrumentos financieros de apoyo a la internacionalización, alineándose con las prácticas de nuestros principales competidores y reforzando la capacidad de la empresa.
[Secretaria de Estado de Comercio]
Y finalmente, como decíamos antes, se ha elevado el límite de autorización del FIEM de 500 a 700 millones. Los datos hablan por sí solos: más de 18.900 millones en cartera asegurada por CESTE, récord histórico de financiación aprobado por FIEM, transformación progresiva hacia una financiación verde y sostenible, fuerte apoyo a las pymes y, lo más importante, aportación positiva y constante a las finanzas públicas sin carga para el contribuyente. Todo ello gracias a una gestión rigurosa, un marco normativo sólido y al compromiso político del Gobierno con el tejido empresarial español.
Con el incremento de límites aprobado recientemente, y con el impulso de líneas más adaptadas a los desafíos actuales climáticos, tecnológicos y geopolíticos, podemos afirmar con convicción que España dispone hoy de instrumentos más sólidos, eficaces y sostenibles para apoyar la internacionalización del tejido empresarial español. Y reitero nuestro compromiso: continuaremos fortaleciendo estos instrumentos con responsabilidad, ambición y visión de futuro. Debemos seguir apostando por un sistema de comercio que no se base en barreras, sino en principios de equidad, transparencia y apertura. Es el momento de dejar de ver los desafíos como obstáculos insuperables y empezar a verlos como lo que realmente son, palancas para avanzar. La clave está en cómo respondemos a estos retos, en nuestra capacidad para adaptarnos y, sobre todo, en nuestra disposición para convertir las dificultades en oportunidades para crecer.
La economía global, como saben, está llena de incertidumbres, somos conscientes, pero dentro de ella también hay un sinfín de oportunidades esperando a ser aprovechadas. Presidente, señorías, concluyo aquí mi intervención inicial y quedo, por supuesto, a disposición de esta comisión para todas aquellas cuestiones que se quieran plantear. Gracias.
Muchas gracias, señor secretario de Estado. A continuación, creo que en la sala no están presentes ni el Grupo Mixto, ni el Grupo Vasco, ni el Grupo Euskal Herria Bildu, ni el Grupo Junts per Catalunya, ni el Grupo Republicano. Por lo tanto, tiene la palabra, por el Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar, don Carlos Martín.
[Don Carlos Martín (Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar)]
Gracias, señor presidente, y gracias a la señora secretaria de Estado por la exposición de los datos. Como ella bien ha dicho, como usted bien ha dicho, perdone, pues España está atravesando un periodo de alta incertidumbre, al igual que el resto del mundo, por un contexto internacional muy complicado y, a pesar de ello, el desempeño en términos de crecimiento de la economía española es significativamente notable en términos diferenciales con Europa y con Estados Unidos, tanto en crecimiento económico como en creación de empleo. Algo tendrá que ver la política económica del Gobierno, ya que no es el contexto internacional el que parece que lo esté explicando.
Esa política económica, en parte, está bien impulsada por los fondos Next Generation EU, que funcionan como incentivos hacia la movilización del capital, hacia actividades más productivas que tienen que ver con la transición verde, con la revolución digital y con la cohesión social. Pero también estamos llevando a cabo políticas que impiden que el capital se rentabilice de manera improductiva, sin arriesgar ni innovar, a través de un aumento de las mejoras de las condiciones de trabajo, con una elevación del salario mínimo hasta el 61%, con una reforma laboral muy efectiva en la estabilización del empleo y, en breve, también posiblemente con una rebaja de la jornada de trabajo de 47 a 37 horas y media, lo que impulsa una manera de rentabilizar el capital mucho más eficiente y productiva.
Usted señalaba —o yo señalo, mejor dicho— que la llegada del presidente Trump a la Casa Blanca ha provocado una doble guerra: por un lado, una guerra arancelaria relacionada con la competencia de su ramo; pero también distintas guerras, o el apoyo a distintas guerras, que alteran las cadenas de suministro. Recientemente, el ataque a Irán y posiblemente el cierre del estrecho de Hormuz significarían un cambio muy significativo en las cadenas de suministro internacionales, tanto energéticas como no energéticas. Igualmente, el genocidio en Gaza está suponiendo el desarrollo de toda una economía de guerra y de beneficios que esa guerra genera y que influyen en los intercambios comerciales.
Desgraciadamente, no generando economías, sino más bien deseconomías, aunque impulsen el crecimiento. Como usted ha señalado, uno de los hitos de la política económica es haber generado, o haber contribuido, a un superávit comercial que ya no es sólo el tradicional de tener un superávit comercial gracias al sector turístico, sino también a unos ingresos que superan los 100.000 millones y que usted ha señalado que corresponden igualmente a servicios, pero de servicios no turísticos, que ya superan a los servicios turísticos y que, en gran parte, son de alto valor añadido porque son servicios a empresas.
Bien, yo en este contexto quería preguntarle: acabamos de escuchar unas declaraciones del señor Trump que están relacionadas con el ejercicio de la soberanía nacional, de decidir que este país no se puede permitir gastar un 5% de su PIB anual en armamento y en defensa. Esto significaría gastar en armamento lo mismo que estamos gastando actualmente en el sistema sanitario. De hecho, gastar hasta un 2% es un elemento contraproducente y, lo que deberíamos intentar en Europa es, de hecho, con el gasto que tenemos actualmente, hacerlo de manera más integrada y coordinada, porque la amenaza principal que podríamos tener, y que es el señor Putin, pues el conjunto de los países de la Unión Europea gastamos tres veces más que él en armamento y en defensa y, por lo tanto, la amenaza o la capacidad de protección o de represalia está más que cubierta.
Pero yo quería preguntarle: si se produjera una represalia arancelaria específica para España, distinta de la del conjunto de la Unión Europea, ¿qué instrumentos tendríamos para defendernos, dado que nuestra política arancelaria es común? ¿Cómo podríamos afrontar este escenario, aun cuando es un escenario que no se ha materializado y que posiblemente no se materialice?
Frente al escenario actual, creo que el Gobierno ha desplegado, usted lo ha señalado, a través del Real Decreto de 8 de abril, 14.100 millones de euros para amortiguar los posibles efectos de la guerra arancelaria desatada por el presidente Trump, que no tiene un impacto muy significativo en nuestra economía, ya que nuestras exportaciones a Estados Unidos solo suponen el 5% de nuestro PIB. Usted ha señalado incluso que tenemos un déficit en la balanza comercial de bienes y un superávit en la balanza de servicios, que, de momento, está fuera del foco de la amenaza arancelaria de la administración estadounidense.
Bueno, el Estado, creo que con esta política articulada a través de esos 14.100 millones, ha demostrado que lo público ha puesto todos los instrumentos a disposición de las empresas para afrontar esa situación. Nuestra respuesta a la crisis en inversión, planificación y justicia fiscal no es una respuesta populista, como en algún caso se escucha desde la bancada conservadora, sino una respuesta serena, comedida y suficiente.
Quería preguntarle también sobre nuestras dependencias comerciales estratégicas. Entiendo por su discurso que claramente ha defendido una autonomía estratégica abierta, pero durante la pandemia pudimos comprobar cómo éramos dependientes en instrumentos básicos —mascarillas, respiradores— y quería saber cómo se combinan la política comercial y nuestra política industrial para construir esa autonomía estratégica abierta.
Quería hacerle también una pregunta sobre —posiblemente sabe usted— que mi grupo parlamentario, junto al grupo Mixto e IRC, tiene una iniciativa legislativa para reformar la ley 53/2007 sobre el control de comercio exterior de material de defensa y de…