Muy buenos días. Iniciamos esta Comisión Mixta para la Unión Europea y le damos la bienvenida al Ministro de Economía, Comercio y Empresa para que, en primer lugar, presente el balance del primer trimestre de los fondos Next Generation.
A continuación, damos comienzo a la comparecencia, a petición propia del Ministro de Economía, Comercio y Empresa, para informar sobre los progresos y avances del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española, cumpliendo con lo dispuesto en el artículo 22 del Real Decreto-ley 36/2020, de 30 de diciembre, por el que se aprueban medidas urgentes para la modernización de la Administración Pública y para la ejecución del mencionado plan.
Tiene la palabra, por tiempo ilimitado, el Ministro de Economía, Comercio y Empresa.
Muchas gracias, presidente. Voy a intentar ser breve, pero bueno, vamos a hacer un repaso completo aprovechando esta comparecencia de la actualidad más reciente en términos económicos, pero también de todos los detalles que tenemos de los avances en el plan de recuperación en estos meses desde que nos vimos la última vez, tanto en clave doméstica como en clave europea. En clave doméstica –por supuesto, antes de empezar lo digo una y otra vez cada vez que tengo la ocasión– el plan de recuperación ha supuesto, sin duda, un elemento diferencial que explica el éxito de nuestro modelo de crecimiento equilibrado y que es una de las piezas esenciales que nos ayuda a sentar, con las buenas cifras macro, la situación económica actual en España. Me gusta empezar también señalando la importancia, a nivel europeo, del plan de recuperación o de los fondos del mecanismo de recuperación y resiliencia.
Se ha transferido ya, a día de hoy, más de 206.000 millones de euros en subvenciones o transferencias y 110.000 millones de euros en préstamos a los Estados miembros a los 27 de la Unión Europea, gracias a los cuales hemos podido poner en marcha ambiciosos programas de INVERSIONES Y REFORMAS entre todos. Esto, como ya lo hemos comentado muchas veces, es una respuesta diferencial, en este caso en Europa, frente a una crisis como el COVID, que nos ha permitido dos cosas: en primer lugar, ese doble dividendo que solemos comunicar, que es ser capaces de salir del COVID sin cicatrices –este era, sin duda, el objetivo inicial principal–, pero también aprovechar este enorme reto que teníamos como una oportunidad para salir reforzados y modernizando nuestras economías en torno a dos grandes ejes, como eran la transformación digital y la transición energética.
Señalar, como bien saben todos ustedes, el papel tan relevante que tuvo España no solo en la construcción de este mecanismo de resiliencia, sino además también, desde el inicio, en ser uno de los líderes tanto en la definición del propio plan de recuperación como en la ejecución de los fondos y de las reformas.
Voy a empezar por la situación económica, haciendo un breve repaso que creo permite contextualizar, porque, como he dicho, nuestra situación económica es inseparable de los beneficios y ventajas que estamos obteniendo gracias a los fondos del Plan de Recuperación. En estos dos gráficos, en la diapositiva, se observa la evolución del PIB en los últimos años. En el gráfico de la izquierda se aprecia esa evolución con ese 3,2%, que es el último dato cerrado anual del año 2024. Como saben, España fue en el año 2024 la economía avanzada que más creció; estos son datos ya cerrados y, además, diríamos que, sin quedarnos ahí, el impulso esperado para el año 2025 es también el más fuerte entre todas las economías avanzadas. Se espera que España crezca en torno al 2,5 o 2,6%, dependiendo de la institución, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, de la OCDE y de la Comisión Europea. Esto supone, en términos de crecimiento acumulado, que España —que fue, dentro de las economías europeas, de las más afectadas por el COVID—, alcanzó, en el conjunto del periodo que incluye el impacto del COVID, la recuperación post COVID, el impacto de la crisis inflacionaria, la disrupción de las cadenas de valor y el impacto de la guerra de Ucrania, una evolución acumulada un punto mejor que la italiana, dos puntos mejor que la Zona Euro, tres puntos que Francia o seis puntos que la economía alemana.
Lo que se espera a futuro es lo que se ve en estas líneas discontinuadas para 2025-2026: que la recuperación española siga siendo más fuerte.
La evolución económica en España sigue siendo más fuerte que la de nuestros principales socios y, por lo tanto, se sigue ampliando esta mejora de crecimiento acumulado en términos relativos con respecto a la eurozona. España seguirá siendo el motor de crecimiento entre las grandes economías de la zona euro también hacia adelante. Esta fortaleza de la economía no se entiende sin mirar, por supuesto, a la situación de nuestro mercado laboral. No solo importa cuánto crecemos, sino cómo estamos creciendo, evidentemente. Este crecimiento combina varios elementos que no han sido posibles en ocasiones o en épocas de crecimiento anteriores, y por eso me gusta denominarlo como un crecimiento equilibrado. Es importante que estemos ante un crecimiento equilibrado porque eso asegura también la sostenibilidad hacia adelante.
Déjenme que les dé algunas cifras relativas, en primer lugar, al mercado de trabajo. Desde principios de año –los datos están graficados hasta mayo de 2025, aunque hace unos días se publicaron cifras hasta mediados de junio de 2025–, en estos primeros casi seis meses (o cinco meses y medio) del 2025, en términos desestacionalizados, se han creado 230.000 afiliaciones nuevas. Esto significa que las afiliaciones en este año rozan ya los 21,6 millones de afiliaciones desestacionalizadas, registrándose más de 1,3 millones de afiliaciones nuevas desde la entrada en vigor de la reforma laboral. Es claramente una de las dimensiones donde se evidencia el éxito del modelo de crecimiento en España, ya que estamos entre las 450.000 y 500.000 afiliaciones nuevas cada 12 meses. Este es el ritmo continuado en la creación de empleo que se observa mes a mes en la evolución de las afiliaciones a la Seguridad Social.
Este crecimiento nos permite compatibilizar elementos que antes no habían sido compatibles, como el crecimiento extensivo en el empleo con un crecimiento intensivo, reflejado en la mejora de la productividad por hora. Esta mejora nos permite señalar no solo que estamos creciendo más, sino que contamos con una economía cada vez más eficiente en la producción.
Además, cabe destacar el impacto de las enormes inversiones facilitadas por los fondos del plan de recuperación. Uno de los grandes cuestionamientos iniciales al poner en marcha el plan en Europa era hasta qué punto estas inversiones servirían de acicate para el sector privado, promoviendo un mayor apalancamiento e inversión adicional. Los datos del Banco de España confirman que un 75% de las inversiones realizadas por las empresas beneficiarias del plan no se hubieran efectuado –o se habrían realizado solo de manera parcial– de no ser por la existencia de dichos fondos. Esto evidencia los beneficios, tanto directos como indirectos, del apalancamiento conseguido, el efecto confianza y las buenas cifras que generan una retroalimentación positiva y un círculo virtuoso.
Cuando bajamos de la macro a la realidad del día a día de los ciudadanos, somos conscientes de que uno de los shocks vividos en los últimos años ha sido el de la inflación, con precios que han alcanzado cotas no vistas en más de 40 años. Es importante analizar cómo se compara esta evolución de precios acumulada, desde el inicio de la guerra en Ucrania o del shock de precios, con respecto a la eurozona. Las cifras son nuevamente beneficiosas para España: hemos acumulado tres puntos menos de crecimiento de precios desde el inicio del shock inflacionario. Esto se traduce en una buena evolución de la economía, del mercado laboral y en una contención de los precios, lo que a su vez ha permitido una mayor recuperación de la renta real disponible de los hogares. Según datos de la OCDE, presentados en la diapositiva a la derecha, se observa la evolución desde el inicio de este shock inflacionario hasta el último dato disponible.
Trimestre del 2025, si no me equivoco, la evolución, la mejora del poder adquisitivo en España está en 8,8 puntos porcentuales. Esto es la mejora, repito, de la renta disponible real de los hogares en términos per cápita. Tengamos en cuenta que, además, en España hemos tenido una evolución particularmente positiva de la población, lo que nos restaría cuando lo ponemos en términos per cápita. Pese a ello, tenemos una mejora de 8,8 puntos por encima de la de Estados Unidos y de la del G7, que está en 4,9, es decir, prácticamente doblando la de países como Francia y muy por encima de Alemania o Italia.
Esta es la realidad de la macro, del crecimiento, que es, en términos comparativos, el motor de la eurozona entre los grandes países de la zona euro y, además, está siendo capaz de traducirse en una mejora en el día a día de los ciudadanos, gracias a la mejora en el empleo y en los salarios, en su renta real por encima de la evolución de los precios.
Hablábamos antes de la compatibilidad de distintos elementos en nuestro modelo de crecimiento que hacen de este modelo uno equilibrado y, por lo tanto, más sostenible a largo plazo. Uno de los principales elementos que explican la buena evolución de la economía española es el sector exterior. Si recuerdan, a principios de este siglo, en el anterior periodo de crecimiento sostenido que tuvimos, la economía española crecía pero presentaba enormes desequilibrios; teníamos, en particular, un enorme desequilibrio por cuenta corriente, ya que la economía española se desangraba por la enorme necesidad de financiación del exterior, es decir, un déficit por cuenta corriente.
Pues bien, ahora la situación es inversa. Contamos con una capacidad de financiación frente al exterior que ha alcanzado cifras récord, por encima del 4% del PIB a finales del año 2024. Esta cifra récord se explica en base a tres componentes esenciales.
El primero de ellos, por supuesto, es la competitividad de nuestras empresas. En el sector de mercancías, pese a la enorme dificultad y complejidad de la situación internacional actual, las empresas españolas han conseguido mantener relativamente estable su cuota en términos de comercio de mercancías a nivel internacional; mientras que otros países avanzados han sufrido una caída sustantiva en su cuota comercial.
Pero no se trata únicamente de bienes, sino también de competitividad en el ámbito de los servicios. En este ámbito hablamos tanto de turismo como, y sobre todo, de servicios no turísticos. Evidentemente, si empezamos por el turismo, somos conscientes de esas cifras récord que se están alcanzando en las exportaciones de servicios turísticos, situadas en torno a 95.000–96.000 millones de euros. Se espera que estos niveles se mantengan durante este año 2025, con la característica especial de que, según datos granulares –por ejemplo, el gasto a través de tarjetas de crédito de los turistas–, el crecimiento en los gastos por turismo se está produciendo de manera desconcentrada, fuera de los meses de verano (los llamados meses hombro, justo antes o después de esta temporada). Esto contribuye a una mayor sostenibilidad de estos flujos, a una menor presión y, por tanto, a una mayor capacidad para sostenerlos a lo largo del tiempo.
Además, se observa un crecimiento más concentrado en áreas fuera de las zonas costeras; turismo interior, turismo asociado a los negocios y, por supuesto, a nuestra gastronomía, lo que permite una mayor capacidad de sostenimiento hacia adelante.
Si hay un elemento fundamental que explica el éxito de nuestro sector exterior, además de lo mencionado, son los servicios no turísticos –es decir, servicios a empresas como los financieros, de contabilidad, etc.–, que, al aportar un mayor valor añadido, suponen hoy en día, en términos de exportaciones, más que el propio turismo; estamos hablando de cerca de 100.000 millones en el año 2024. Esto refleja, en parte, la modernización de la economía española y la enorme competitividad de nuestras empresas, y garantiza la sostenibilidad de dicha competitividad hacia adelante.
El último elemento, antes de pasar al propio plan de recuperación, que me gustaría resaltar en nuestro modelo de crecimiento –y que también guardan relación con el plan de recuperación– es la responsabilidad fiscal. Ahora, lo que tenemos –y se puede apreciar en el gráfico de la derecha respecto al déficit– es una reducción significativa de nuestra cifra de déficit.
Desde el pico, como consecuencia de la respuesta a la pandemia, la cifra del déficit respecto al PIB en el año 2024 se sitúa en un 2,8%, una vez limpiamos los datos del one-off derivados de esa respuesta. Ese 2,8% ya está por debajo de la eurozona, pese a que, como mencioné, tuvimos que responder de manera mucho más significativa con una política fiscal que ayudó a sostener a empresas y trabajadores durante la pandemia.
Esta caída del déficit con respecto al PIB, elemento de responsabilidad fiscal, tiene su reflejo también en la deuda, en el stock. Y esta deuda ha caído, como bien saben, desde el pico que se dio a inicios del año 2021 hasta finales del 2024, en más de 22 puntos porcentuales. Estamos ya en un entorno cercano a una deuda respecto al PIB de alrededor de 100 puntos, lo que supone que prácticamente se ha reconstruido el espacio fiscal que utilizamos para la respuesta a la pandemia. Es decir, la responsabilidad fiscal y el crecimiento en estos años pospandemia han conseguido recuperar ese espacio. Esto es, desde luego, otra buena noticia y hay perspectiva de seguir esa línea descendente en los próximos años.
Pasamos ya al detalle del plan de recuperación, ya que era necesario hacer esta pequeña introducción sobre la situación actual del modelo de crecimiento, puesto que el propio plan de recuperación es un factor determinante para explicar las cifras de crecimiento en España. Lo que voy a hacer aquí es una presentación de las últimas cifras, las cifras más actualizadas, bebiendo también del quinto informe anual de ejecución del plan de recuperación que se circuló, si no recuerdo mal, la semana pasada a los miembros de esta comisión, e incluye no solo las cifras de cierre del año 2024, sino también datos hasta este mismo mes de junio del año 2025.
El documento que se les pasó tiene todas las cifras actualizadas, con la excepción de los datos a nivel de las comunidades autónomas, que están actualizados hasta mayo. El viernes no disponíamos aún del desglose de junio a nivel de las comunidades autónomas, aunque ya debe haberse actualizado en estos momentos, pues estábamos esperando mi presencia en esta comisión. Ya deben de estar reflejados en la plataforma ELISA también a nivel autonómico.
Déjenme compartir algunos avances y una actualización de todos los datos relativos al plan de recuperación. Desde el principio, España ha sido uno de los países pioneros en la definición e implementación del plan, algo que se refleja en las cifras relativas al despliegue del plan. Aquí se recogen tanto las subvenciones desembolsadas como los hitos cumplidos. España es el país que más fondos ha recibido en forma de transferencias, con más de 48.000 millones en este caso, y además, como saben, está pendiente la evaluación final del quinto desembolso de transferencias, que incluye también el primer y segundo desembolso de préstamos. Seguimos manteniendo un contacto estrecho con la Comisión y esperamos que, antes de irnos en el mes de agosto —esperemos que sean unas buenas vacaciones de verano para todos— podamos tener una actualización en cuanto a la valoración de la comisión de esta petición de desembolso. Asimismo, me he comprometido a que, durante el mes de julio —ya se lo hemos comentado a la Presidencia— volvamos a comparecer una vez que existan estos datos, puesto que así cumplimos con la frecuencia de comparecencia trimestral, la cual tuvo que ser retrasada, ya que estaba prevista para hace un par de meses.
Por lo tanto, propongo que hagamos una nueva comparecencia en el mes de julio, si les parece bien. Como comentaba, además de ser el país que más transferencias ha recibido, España es el segundo con el mayor número de hitos y objetivos cumplidos; en concreto, son 181 y 265, contando con los correspondientes al quinto desembolso que acabamos de comentar.
El plan son inversiones, pero también son reformas. Solemos olvidarnos de las reformas cuando nos centramos en las cifras relacionadas con las inversiones, pero me gusta hacer un repaso de algunas de las reformas estructurales tan importantes que han venido de la mano del plan de recuperación. ¿Por qué son importantes las reformas estructurales?
Como decía al principio, el mecanismo de recuperación y resiliencia que pusimos en marcha a nivel de la Unión es una respuesta distinta. Esta respuesta, diferente a las de crisis anteriores, también viene de la mano del incentivo positivo que suponen los fondos, al facilitar el acceso para realizar un esfuerzo adicional en materia de reformas estructurales pendientes. Esto es uno de los elementos clave para garantizar el efecto positivo a largo plazo y potenciar nuestro crecimiento.
Numerosas reformas esenciales se implementaron en la primera etapa del plan, entre el 21 y el 23, tales como la reforma del mercado laboral, el sistema de pensiones y la ciberseguridad 5G, alineándonos, por supuesto, con las economías más avanzadas en competitividad y eficiencia en estos ámbitos. En 2024 se aprobó la Ley Orgánica de medidas en materia de eficiencia del servicio público de justicia, impulsando la digitalización, y se avanzó también en la reforma fiscal para seguir modernizando el sistema tributario. Asimismo, se han dado pasos clave en ámbitos tan relevantes como el marco de finanzas sostenibles, con el Libro Verde presentado el año pasado, que busca acompañar y guiar a las empresas en este proceso de transición.
Aterrizando en el año 2025, también se han aprobado importantes proyectos como la Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, una norma pionera que refuerza la sostenibilidad de nuestra cadena alimentaria, así como iniciativas pendientes de futuro, entre ellas la ley de industria, la ley que establece a la autoridad de defensa del cliente financiero, la ley de transparencia e integridad de las actividades de los grupos de interés y la ley de movilidad sostenible. Es decir, todavía queda camino por recorrer, pero el plan supone un elemento esencial en la mejora estructural de nuestra economía gracias a las reformas implementadas.
Si vamos a las cifras en materia de inversiones, estos son los datos actualizados en el informe que circulamos la semana pasada y publicados esta misma mañana en la página web. Según la plataforma ELISA, nuestra herramienta estadística para hacer seguimiento de la ejecución, se registran datos a 30 de mayo del año 2025. Hay convocatorias ya realizadas con fondos del plan de recuperación por valor de más de 79.000 millones de euros, lo que representa un incremento de más de 1.000 millones con respecto al mes pasado, situándose en 79.195 millones de euros convocados.
Más allá de la cifra de convocatorias, también se han emitido resoluciones por un total de 53.646 millones de euros, 2.300 millones más que a finales del mes de abril. Ha habido un importante crecimiento en la resolución de fondos en este mes de mayo, por ejemplo, con un proyecto de interés común europeo en la industria del hidrógeno, en el que se asignaron 524 millones de euros a cinco proyectos de clústeres y tecnologías industriales de hidrógeno verde. También destaca la convocatoria de ayudas de actuación integral para la descarbonización de la industria manufacturera, en el marco del PERTE de descarbonización industrial.
Por lo tanto, tenemos, de nuevo, alrededor del 68% de las transferencias asignadas a España; esos 53.646 millones ya se han resuelto con nombre y apellidos de los beneficiarios. Destaca, como siempre, el papel esencial de las pymes dentro de estos fondos, ya que han recibido, entre microempresas y pymes, más del 40% de los fondos asignados. Es decir, dos de cada cinco euros ejecutados hasta ahora son fondos del plan de recuperación que han ido a parar a nuestras pymes.
Además, se muestran datos por nivel de administración en cuanto a lo convocado o resuelto por la Administración General del Estado, las comunidades autónomas y las entidades locales. La importancia de este desglose radica en que se trata de un proyecto país, una responsabilidad compartida entre el Estado, las comunidades autónomas y las entidades locales. Se puede observar, además, la tasa de resolución para los tres sectores, en torno al 70% para la Administración General del Estado y ligeramente inferior para las comunidades autónomas y corporaciones locales, todo ello con la disponibilidad de la granularidad por comunidad autónoma en la propia plataforma y en la web.
de Elisa con todos los detalles. Más allá de las grandes cifras macro de estos más de 53.000 millones, 53.646 de fondos ya adjudicados, es importante hablar, diríamos, en términos aterrizados con algunos ejemplos de la transformación en la realidad cotidiana de nuestras empresas, de nuestras familias, que está suponiendo el plan. Por ejemplo, 550.000 hectáreas de regadíos sostenibles en 15 comunidades autónomas que van a ahorrar 180 hectómetros cúbicos de agua cada año. Esto es parte de lo que se está consiguiendo gracias a los fondos del Plan de Recuperación.
Casi 730.000 pymes beneficiarias del kit digital o 15.000 de su segunda fase del kit consulting, que ha llegado al 85% de los más de 8.000 municipios españoles. Más de 30 proyectos pioneros de producción de hidrógeno en todo el país, además de los 1.300 millones de euros a 12 proyectos reconocidos de importancia europea, los IPCI, que suman una potencia de electrólisis de 1.100 megavatios. Construcción de hasta 29.940 viviendas públicas destinadas al alquiler social, 851 equipos de alta tecnología hospitalarios que se incorporan a nuestro Servicio Nacional de Salud; 270.000 vehículos eléctricos y puntos de recarga financiados por los planes MOVES; 383.000 nuevas plazas de formación profesional o 36.000 de educación infantil; 7.700 municipios a los que se ha llevado la banda ancha de muy alta velocidad, disponible ya para más del 95% de la población española; y también más de 190.000 mujeres formadas por el programa de alfabetización digital.
Son simplemente algunos ejemplos, pero creo que cubren bien el amplio espectro de proyectos y de dimensiones transformadoras de nuestra economía y de nuestro país, mostrando la capacidad de transformación y la repercusión en el día a día de nuestras familias y de nuestras empresas.
Me gustaría dar hoy un poco más de detalle, que en ocasiones anteriores no se había mencionado, con respecto al desarrollo de la segunda fase del plan, la que tiene que ver con los préstamos. Como saben, estamos inmersos en esta segunda fase, que está marcada por la utilización de los instrumentos financieros que nos permiten acceder a los préstamos previstos en el Plan de Recuperación y canalizarlos a nuestro tejido productivo para dar continuidad a ese impulso de inversión que suponen, en la primera fase, las transferencias. Esta fase implica que podemos movilizar hasta 83.200 millones de euros adicionales en forma de préstamos.
La gestión de una parte significativa de estos préstamos está asumida por cuatro grandes actores, como se muestra en esta diapositiva: el Instituto de Crédito Oficial, nuestro ICO; el Banco Europeo de Inversiones; la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica, la SED; y también Cofides, la compañía española de financiación del desarrollo. Todos ellos cuentan con amplia experiencia, gran capilaridad y un profundo conocimiento de las necesidades de nuestra economía, desempeñando un papel fundamental en la implementación de los fondos y asegurando que estos lleguen de manera eficaz a los proyectos que más lo necesitan.
Además, en el marco del plan de gasto en seguridad y defensa, en los próximos meses se activará el programa de ciberresiliencia del Plan de Recuperación, con el objetivo de reforzar de forma decisiva la capacidad de defensa y respuesta ante amenazas digitales en España, con una dotación cercana a 1.200 millones, tal y como ya anunció el propio presidente del Gobierno.
De estos instrumentos financieros me gustaría destacar varios elementos: el diseño cuidado y la atención a las necesidades de nuestra realidad productiva, para cubrir en la medida de lo posible todas las casuísticas existentes. La adecuación de las necesidades de nuestra economía se traduce, a día de hoy, en cerca de 4.500 millones de euros en operaciones ya formalizadas y más de 7.000 millones en el pipeline de proyectos ya identificados y, por lo tanto, próximamente también formalizados. De hecho, podemos ir viendo para cada una de estas cuatro entidades las cifras y algunos proyectos, ejemplos concretos que nos ofrecen una idea más aterrizada de cuál está siendo y cuál seguirá siendo la aportación de los préstamos de esta segunda fase del Plan de Recuperación.
Si empezamos por ICO, evidentemente ICO...
Dentro de estos 4.540 millones que teníamos de operaciones formalizadas o aprobadas y 7.130 del pipeline identificado, a ICO le corresponden ya casi 900 millones de operaciones aprobadas y 1.900 millones de operaciones ya identificadas. Además, de las operaciones con Iberdrola o Técnicas Reunidas, que ya anuncié en mi última comparecencia, la facilidad ICO Verde invertirá 20 millones de euros en el Fondo MAFRA Energías Renovables para impulsar la construcción de nueve plantas de biometano en diversas comunidades autónomas, como Extremadura, Castilla y León y Madrid.
Hago un pequeño inciso, presente en toda mi exposición, para remarcar que el plan de recuperación también es un elemento de cohesión a nivel regional en España, permitiendo el desarrollo de grandes proyectos industriales a lo largo de todo el territorio, como ejemplifican estas nueve plantas de biometano. Este proyecto prevé movilizar hasta 100 millones de euros, generando empleo y desarrollo local con una veintena de plantas en los próximos cinco años.
Al mismo tiempo, cuando hablamos de ICO y del desarrollo de los mercados de capital privado a través de ICOaxis y las dos convocatorias de Fondico Global con fondos europeos, se anunciarán próximamente los fondos y las gestoras privadas seleccionadas en esta segunda convocatoria, en las categorías de incubación, transferencia de tecnología y venture capital. Con esta iniciativa se estima movilizar hasta 2.400 millones para reforzar el tejido empresarial e impulsar la innovación.
Más allá de esto, las entidades financieras adheridas a la línea de mediación ICO han desembolsado ya cerca de 115 millones de euros, tanto a través de ICO Verde como de ICO Empresas y Emprendedores. Esto tiene que seguir siendo un impulso para reforzar el crecimiento de nuestras empresas, sobre todo de nuestras pymes, así como para su transición y transformación verde y la creación de empleo en todo el territorio.
Respecto a la facilidad para la promoción de vivienda social, ICO ha aprobado ya 370 millones de euros en proyectos destinados a incrementar la oferta de vivienda social. Entre las operaciones aprobadas destacan dos grandes proyectos en los municipios de Móstoles y Las Rozas, en la Comunidad de Madrid, que han permitido la construcción de 773 viviendas. También se desarrollan promociones en ciudades como Guadalajara, Bilbao, Vitoria y Toledo, todas ellas en régimen de alquiler asequible e incluyendo, por supuesto, todas las necesidades de adaptación para personas con movilidad reducida.
En cuanto a la segunda de las grandes entidades, encargada de gestionar los fondos de la segunda etapa del plan de préstamos, hablamos del Banco Europeo de Inversiones, y en concreto del Fondo de Resiliencia Autonómica. El Banco Europeo de Inversiones ha formalizado ya operaciones por más de 1.800 millones y tiene en el pipeline operaciones por el entorno de 1.700 millones de euros. Respecto a la línea de financiación directa de proyectos de inversión directa, se han aprobado iniciativas por más de 1.200 millones que, además, apalancan y generarán una inversión total por encima de los 3.600 millones. Estas cifras no son un fin en sí mismas, sino que sirven para cofinanciar y apalancar financiación adicional en proyectos de construcción e infraestructuras de salud pública, como, por ejemplo, en Castilla y León, con un nuevo hospital en Aranda de Duero, la ampliación del hospital de Soria en Río Carrión o nuevas consultas en Valladolid y Salamanca, por un total de 145 millones dentro del plan en la Comunidad de Madrid, afectando a seis hospitales (La Princesa, Móstoles, Severo Ochoa, Puerta de Hierro, Sierra Norte y Virgen de la Póveda), además de 11 nuevos centros de atención primaria y mejoras al Servicio Madrileño de Salud.
También se financian proyectos de renovación, ampliación y construcción de infraestructuras educativas, con 122 millones asignados en el plan de recuperación para la Comunidad de Madrid y, en Cataluña, la creación de 13 nuevos centros educativos con 50 millones del plan. Asimismo, se ejecutan proyectos de Iberdrola para modernizar el sistema de distribución eléctrica en 12 comunidades autónomas, por valor de 1.440 millones, de los cuales 500 millones corresponden al plan de recuperación. Se llevan a cabo, además, proyectos de modernización y adaptación de plantas hidroeléctricas de almacenamiento por bombeo existentes en Extremadura, con una asignación de 120 millones, lo que aumenta la capacidad de bombeo agregada, y se plantea la modernización y extensión de infraestructuras hídricas en Barcelona.
Con 480 millones adicionales. Además, se han formalizado ya acuerdos con siete gestores adicionales para el despliegue del instrumento de financiación alternativa para el desarrollo sostenible de este fondo de resiliencia autonómica por un importe adicional de 185 millones de euros. Son muchas cifras, muchos proyectos, pero quiero que quede claro ese desglose, ese detalle. No solo estamos hablando de las grandes cifras de aterrizaje de los fondos, tanto de transferencias como de préstamos, sino de proyectos concretos transformadores de nuestra economía y de nuestra realidad, sobre todo a nivel regional.
Hemos dado, además, el pasado 12 de junio un paso decisivo con la firma de acuerdos de garantía con 11 entidades financieras en el marco del programa InvestEU, financiado con recursos del Fondo de Resiliencia Autonómica. De hecho, las operaciones ya aprobadas consumen una parte muy significativa de los 500 millones de euros con los que se dotó inicialmente este compartimento. Es una iniciativa que esperamos que movilice un total de 2.500 millones de euros en financiación para más de 6.000 pymes y empresas de mediana capitalización en toda España, con impacto en todas las comunidades autónomas y también en Ceuta y Melilla.
En tercer lugar, hablamos de la Sociedad Estatal para la Transformación Tecnológica, como comentaba anteriormente. Esta sociedad tiene ahora mismo en el pipeline proyectos por casi un total de 2.000 millones de euros, desplegando inversiones decisivas para reforzar nuestro ecosistema tecnológico, gracias al profundo conocimiento que tiene de dicho ecosistema y a su capacidad para dinamizar a los agentes estratégicos en las distintas fases de crecimiento de estas empresas.
Déjenme darles tres ejemplos que aparecen en esta diapositiva y que evidencian la importancia transformadora de la inversión de esta sociedad. Uno de ellos es Satelliot, una empresa especializada en conectividad 5G satelital para el Internet de las Cosas, que ha recibido un importante impulso por parte de la SED de 14 millones de euros. La tecnología versátil de Satelliot permite detectar catástrofes naturales o incendios en lugares hasta ahora inaccesibles, mejorando la seguridad en industrias remotas y aportando un elemento de prevención de la caza furtiva mediante la geolocalización de especies en peligro de extinción.
Otro ejemplo es la empresa WUPTIX, spin-off de la Universidad de La Laguna, que ha recibido una coinversión pública inicial de 4 millones de euros, lo que le permite escalar su tecnología de metrología avanzada, crucial para la producción de semiconductores y, de este modo, reforzar nuestra capacidad tecnológica y autonomía estratégica.
El tercer ejemplo es la empresa Ascensia, que ha contado con una coinversión de 9 millones de euros, reforzando su liderazgo y desarrollo en el ámbito de los sensores infrarrojos inteligentes aplicados a la detección temprana de incendios, emisiones o amenazas ambientales. El desarrollo íntegro de hardware, software y algoritmos posiciona a España de manera líder en sectores estratégicos y críticos para la transición verde y la seguridad. Estos ejemplos reflejan el papel tractor del Estado en el impulso a la innovación a través de esta sociedad, combinando el impulso a la innovación tecnológica con un componente social y ambiental.
La cuarta institución que he señalado, clave en el aterrizaje de los préstamos del plan de recuperación, no es otra que Cofides. Cofides tiene ya, en el caso de las operaciones formalizadas o aprobadas, casi 1.500 millones de euros y, cuando hablamos de operaciones en el pipeline, en torno a 650 millones adicionales. En concreto, uno de los fondos de Cofides, el Fondo de Conversión (FOCO), ha aprobado ya 10 operaciones, tanto de inversión directa como indirecta, por un importe cercano a los 900 millones de euros, con el objetivo claro de impulsar sectores de interés prioritario dentro de la descarbonización, respaldando especialmente a empresas tecnológicas en fase de crecimiento en áreas como software, salud digital o inteligencia artificial, reforzando nuestra autonomía estratégica.
Cofides también cuenta con una vertiente más social, a través del FIS, el Fondo de Impacto Social, que contribuye activamente a reducir las desigualdades y a fortalecer la cohesión social, habiendo aprobado otros 10 proyectos por una inversión total de 115 millones de euros, con un fuerte compromiso con la inclusión, la atención a colectivos vulnerables y la transición energética. Todas estas operaciones orientan este fondo hacia un objetivo claro: cada euro invertido genera un impacto transformador.
Impacto real y positivo en la sociedad. También estamos hablando de FONREC, cuando nos referimos a Cofides, donde tenemos ya cercana la finalización de la auditoría de las operaciones financiadas con fondos europeos – gestionadas también por Cofides – que han sido clave para apoyar la viabilidad de empresas afectadas por la pandemia, contribuyendo a preservar nuestro tejido productivo y nuestro empleo. Con un diseño ágil que permitió, como se ha señalado, este enfoque anticíclico, se logró salvar a aquellas empresas que enfrentaban problemas coyunturales para que estos no se convirtieran en dificultades de solvencia o en problemas a largo plazo.
Termino esta parte de los préstamos señalando la importancia de los proyectos estratégicos, los PERTE. Aquí se presentan nuestros 12 proyectos estratégicos y el número total de convocatorias lanzadas, por un total de 25.600 millones, tal como se muestra en la diapositiva, de los cuales más de 19.100 millones (concretamente 19.136 millones) ya están resueltos, es decir, llegando al tejido productivo para impulsar esta transformación. Además, gracias a esta segunda fase del plan de recuperación, se cuenta con una cifra superior a los 17.000 millones en materia de préstamos para seguir dando impulso a este esfuerzo inversor.
Cabe señalar, de nuevo, que en el conjunto de los PERTE uno de los elementos esenciales es la capilaridad, es decir, la capacidad de llegar no solo a las empresas tractoras en estos sectores clave, sino también a las distintas fases de la cadena de valor de estas industrias, fundamentales para el desarrollo de nuestra autonomía estratégica en ámbitos previamente identificados y en línea con las grandes prioridades de la Unión Europea.
Contamos, asimismo, con varios ejemplos concretos que ilustran en qué se están empleando los fondos de los PERTE y cómo están transformando nuestro tejido productivo. Déjenme ofrecer algunos ejemplos:
En cuanto al PERTE Aeroespacial, se está impulsando la transición hacia una nueva movilidad aérea, apoyando en el sector iniciativas como las de PLD Space, un referente europeo en el diseño y fabricación de lanzadores espaciales con sede en Elche, y financiando proyectos en colaboración con universidades y centros de investigación, tales como sistemas de propulsión eléctrica y materiales ultraligeros.
En el PERTE de salud de vanguardia, orientado a mejorar la salud de la población mediante nuevas tecnologías, se apoya la llegada de productos a mercados innovadores; por ejemplo, productos fabricados en España, como los desarrollados por la empresa Marcy Bionics, mediante el desarrollo de un exoesqueleto infantil para uso doméstico y en exteriores, que va más allá del uso clínico para alcanzar una comercialización más amplia en los sectores donde se necesita.
El PERTEVEC contribuye al desarrollo de gigafactorías de vehículos eléctricos y plantas de baterías, como las de Volkswagen en Sagunto o la de Gestam en Cataluña. Asimismo, el PERTEERA, fundamental para la transición energética, financia, por ejemplo, la repotenciación de parques eólicos, la modernización de minicentrales hidroeléctricas y el fomento de las comunidades energéticas, impactando positivamente a más de 110.000 actores, entre empresas y ciudadanos.
Me gustaría concluir, más allá de la ejemplificación de la llegada de los fondos del plan de recuperación tanto a nivel agregado como desagregado, con algunas cifras claras sobre el impacto que este plan supone en nuestra economía. Se estima que, en 2024, el nivel de nuestro Producto Interior Bruto estará 2,6 puntos porcentuales por encima de lo que se habría alcanzado en un escenario sin el plan de recuperación, y a más largo plazo, para 2031, la mejora se situará en torno a los 3,4 puntos porcentuales. Estas estimaciones se alinean con las de la Comisión Europea, que prevé un impacto incluso mayor, de 3,5 puntos porcentuales, en nuestro PIB para el año 2026, lo que supone 3,6 puntos más que el promedio de la Unión Europea, que se encuentra en 1,4 puntos.
Se trata de un impacto positivo en términos de PIB, aunque, como he señalado, sus efectos van mucho más allá, generando beneficios tangibles en diversos ámbitos.